El quebrantahuesos. El buitre que come tibias.

Querida hija: 

Después de un largo y merecido descanso estival, retomo nuestras crónicas al pie de la chimenea para seguir contándote cosas, espero que chulas, sobre nuestros amigos los animales. Y para la rentrée he escogido una de las aves más singulares, escasas y delicadas de nuestra fauna ibérica: el quebrantahuesos. 

El quebrantahuesos es nuestro buitre más singular

El quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) es uno de los cuatro buitres que conviven en nuestra Península, junto con el buitre leonado, el buitre negro y el alimoche, que es visitante estival. Es un ave singular por muchos motivos, pero sobre todo por lo curioso de su alimentación. Exacto: tal como reza su nombre, el buitre barbado (que también así se llama) se alimenta de huesos. Antiguamente solían explicarnos que el quebrantahuesos rompía los huesos dejándolos caer desde gran altura para poder alimentarse de su energético tuétano. La verdad, no sé de dónde salió esta información pero se decía mucho hace 20 años. En realidad, el quebrantahuesos se come los huesos completos. ¿Por qué?... ¿y por qué no?, en la Naturaleza no se desperdicia nada. ¿Cómo?...te lo cuento más adelante. Ahora, unos cuantos hechos básicos sobre esta increíble ave. 

El viejo de las montañas 

El quebrantahuesos es un ave en verdad inconfundible. En comparación con otros buitres tiene una silueta en vuelo más esbelta, con las alas estrechas y la cola larga. A diferencia de ellos, que tienen la cabeza desnuda como adaptación para poder meter la cabeza y cuello en los cadáveres de los animales y evitar así la proliferación de infecciones por suciedad en las plumas, el quebrantanuesos tiene la cabeza cubierta de plumas, porque no hace eso para alimentarse. 

La parte inferior del quebrantahuesos es de color claro que varía entre el blanco y el anaranjado y la parte superior negro ceniza. Su cabeza presenta un característico antifaz negro que llega hasta el pico, donde aparecen las “barbas” que le dan su nombre científico y su apodo de buitre barbado (en inglés, directamente se llama bearded vulture). 

Detalle de la cabeza, en la que se aprecian bien las características barbas.

Durante su desarrollo, que es lento y largo, el quebrantahuesos cambia numerosas veces de aspecto por sucesivas mudas en el plumaje. Sus fases de desarrollo son las siguientes: 

Fase 1 (4 – 12 meses): Plumas largas sin tonalidad acerada. Plumas anchas con extremo blanco en la espalda. 

Fase 2 (12 – 21 meses): Aparecen plumas lanceoladas en la espalda y tienden a desaparecer las de punta blanca. 

Fase 3 (21 – 36 meses): Semiplumas marrones en el capirote. Ceja diferenciada, final de la muda de las plumas de vuelo y el de la primera muda de plumas de contorno. 

Fase 4 (36 – 4.3 meses): Plumas blancas dispersas en nuca y pecho. Nueva muda de plumas de contorno. 

Fase 5 (43 – 60 meses): Semiplumas blancas en capirote, bigote bien marcado y ceja completa. Plumas largas muy aceradas. Segunda muda de plumas de vuelo y finaliza la segunda muda de plumas de contorno. 

Fase 6 (60 – 84 meses): Capirote, nuca y partes inferiores blancas. Semiplumas y plumas oscuras esparcidas. Dorso y coberteras adultas. Final de la segunda muda de plumas de vuelo y contorno. 

Fase 7 (> 7 años): Librea adulta perfecta 

Esquema de las fases del plumaje del quebrantahuesos

En los Pirineos, la longitud medida del quebrantahuesos es de 109,8 cm de media y su envergadura de 2,54 cm, con un peso medio de 5,79 kg. Se trata, pues, de un ave imponente aunque no es el mayor de nuestros buitres. Las hembras son algo mayores que los machos y se distinguen por tener la cola más larga y el pico mayor. 

Es un ave de requerimientos montañosos: su distribución histórica comprendía todos los sistemas montañosos del Paleártico Meridional: Atlas, Península Ibérica, Alpes, Balcanes, Cárpatos, Ródope y algunas islas mediterráneas como Mallorca, Córcega, Cerdeña, Sicilia, Rodas, Chipre y Creta, en lo que se refiere a Europa. En Asia se extendía desde Oriente Medio a Mongolia pasando por el Cáucaso, Irán, Pakistán, India, Nepal y China. En la Región Afrotropical el quebrantahuesos se extiende desde el Macizo Etíope hasta África del Sur. 

Área de distribución actual del quebrantahuesos

Por consiguiente, puedes ver que el quebrantahuesos tiene preferencia por las montañas cálidas y templadas: en efecto, selecciona positivamente las áreas con mayor altitud y con topografía más accidentada, pero selecciona negativamente las zonas con mayores precipitaciones de nieve, prefiriendo, en la Península Ibérica, altitudes mayores de 1.000 metros. 

Actualmente se reconocen dos subespecies: G.barbatus barbatus en el Paleártico y G.barbatus meridionalis en el Afrotropical. 

Dentro de las montañas que son su verdadera fortaleza inexpugnable, el quebrantahuesos nidifica en cortados rocosos: el 74% en cuevas y el 23% en cornisas. En el Pirineo, sus nidos se encuentran a una altitud media de 1.256 metros, en un amplio rango de entre 700 y 2.210 metros). El quebrantahuesos es un verdadero viejo de las montañas. Los quebrantahuesos adultos son sedentarios en sus territorios durante todo el año. Los jóvenes e inmaduros, por el contrario, suelen desplazarse a lo largo de su sistema montañoso de origen en busca de nuevos territorios donde establecerse pero también son capaces de realizar desplazamientos verdaderamente largos en busca de comida o territorio, como te voy a explicar más adelante. 

Quebrantahuesos en el Pirineo.

Vamos a entrar ahora más en profundidad sobre su alimentación. Como todos los buitres, el quebrantahuesos se alimenta de cadáveres de vertebrados, pero prefiere más concretamente los huesos. El quebrantahuesos puede ingerir sin ningún problema huesos de hasta 250 mm de longitud y 35 mm de anchura sin pestañear. Los huesos más grandes son rotos con su conocida técnica de arrojarlos desde el aire en unas zonas llamadas “rompederos”, situados a una altitud de entre 860 y 2.300 metros. Aquí, rompen mayoritariamente las escápulas, vértebras, cráneos, tibias, mandíbulas, costillas y húmeros. Personas mayores de los pueblos, que recordaban haber visto quebrantahuesos en su juventud, lo llaman “el águila que rompe huesos”. 

Las aves, como no tienen dientes. no pueden masticar los alimentos y deben tragarlos enteros. La “masticación” sucede en la molleja, una parte de su sistema digestivo donde fuertes paredes musculares trituran los alimentos, y ácidos gástricos muy corrosivos consiguen preparar el bolo alimenticio que pasará al verdadero estómago. En el caso de los quebrantahuesos, los ácidos gástricos disuelven el hueso hasta extraer la osteína, una proteína muy nutritiva que constituye el grueso de su alimentación. No obstante, ocasionalmente pueden capturar pequeños vertebrados y, en los primeros momentos de la crianza de los polluelos, les alimentan con carne antes de empezar a darles una dieta a base de huesos. 

La dieta del quebrantahuesos es osteófaga (come huesos)

Hace entre 14.000 – 10.000 años, los quebrantahuesos se alimentaban a partir de rebecos, ciervos, cabras montesas y corzos, pero hoy predominan las cabras y las ovejas: signo de su dependencia del ganado doméstico que se cría en extensivo en las montañas, y el declive de los grandes herbívoros, masacrados por la caza indiscriminada. El 88% de su dieta la componen los mamíferos, el 7% aves y el 0,7% reptiles. El quebrantahuesos puede almacenar alimentos para consumirlos en otro momento. 

El ciclo reproductor del quebrantahuesos es largo. Son aves monógamas, aunque se ha descrito la existencia de tríos poliándricos (una hembra y dos machos). En este tipo de tríos se ha observado comportamiento homosexual entre los machos. Los especialistas creen que esto es una forma de reducir la agresividad entre los machos para que la crianza salga adelante. El cortejo, que se realiza en vuelo, se verifica dos meses antes de la puesta. El nido es una plataforma construida con ramas secas y forrada de lana de oveja y otros materiales blandos. L pareja reproductora puede usar varios nidos que usan de forma rotativa. La puesta se verifica a partir de la segunda semana de diciembre hasta fines de febrero, y consta de 1 a 2 huevos. Ambos sexos contribuyen equitativamente a la incubación de los huevos, que eclosionan entre Febrero y Abril tras 54 días de incubación. 

Esta madurez tardía, junto con una elevada mortalidad de la puesta (depredada sobre todo por cuervos) y la baja productividad de las parejas son factores que explican, en parte, lo escaso y delicado de esta especie. Por el contrario, cuando el quebrantahuesos llega a la edad adulta, su longevidad es elevada…si el ser humano le deja. 

Del borde de la extinción al comienzo de su recuperación. 

Antes te expliqué la amplia área de distribución que tiene el quebrantahuesos. O tenía. Porque, a pesar de ser un buitre que no causa daños al ser humano, y tampoco ataca al ganado doméstico, el quebrantahuesos ha sido exterminado en casi toda Europa, y ha disminuido gravemente sus efectivos en el resto del mundo. ¿Por qué ha sucedido esto?. En parte por la caza de ejemplares destinados a colecciones privadas o de museos, pero sobre todo, debido al veneno. Sí, el veneno ha sido el verdadero azote del buitre barbado. 

Durante décadas los humanos han sembrado de veneno cadáveres de animales para exterminar lo que llamaban “alimañas”, es decir, cualquier carnívoro que estorbase el deseo humano de convertir la Naturaleza en una especie de jardín sólo habitado por algunos pájaros y algunas flores. Esta práctica cobarde, no erradicada aún del todo, supone el envenenamiento en cadena de cualquier animal que coma de la carne de un animal envenenado. Y el quebrantahuesos ha sido la víctima colateral perfecta. 

Así, en la Península Ibérica el quebrantahuesos estaba presente en prácticamente todos los sistemas montañosos antes de 1900. Pero para 1950 ya sólo criaba en los Pirineos, la Sierra de Cazorla y el Norte de Burgos. En los años 80 ya sólo criaban en los Pirineos y, en Europa, en las islas de Córcega y Chipre. Una brutal pérdida de un patrimonio faunístico increíble. En 1978 se realizó una estimación poblacional que arrojó la cifra de 38 parejas en los Pirineos españoles. Aparte del veneno, la caza ilegal supuso el 60% de los ejemplares muertos en la década de 1980, seguido de las colisiones y electrocuciones, con un 23%. 

Mapa histórico del quebrantahuesos en España

Ninguna de estas lacras ha sido eliminada en 2018, a pesar de que la protección y una mayor concienciación ha iniciado una lenta recuperación de la especie. En 2010 se contabilizaron 117 territorios donde criaban en el Pirineo Español, y 35 en el francés. En 2004 se contabilizaron 278 adultos y 209 juveniles en los Pirineos, y 328 en Aragón en 2010 (129 inmaduros). Sobre todo fueron los proyectos de reintroducción los que han supuesto el paso más serio para la recuperación de la especie. En 1998 se realizó la reintroducción en los Alpes. 

Vamos a repasar aquí las reintroducciones que se han realizado en España: 

El regreso a los Picos de Europa. 

Trágicamente, en el mismo año en el que se declaró el Parque Nacional de los Picos de Europa, 1918, se calcula que fue el año en el que se extinguió el quebrantahuesos en la Cordillera Cantábrica. Cuando en 1979 se realizó el primer censo oficial del quebrantahuesos en España, se constató la debilidad de este magnífico buitre: 17 parejas en el Pirineo y 1 en la Sierra de Cazorla, que dejó de reproducirse en 1981 – 1982. Muy poco desde donde recuperar la especie. 

Aclimatación de pollo de quebrantahuesos en Picos de Europa

De modo que hubo que esperar a que los quebrantahuesos levantasen un poco la cabeza en el Pirineo para pensar en reintroducirlo en ningún sitio. Para 1987 se contabilizaron 40 parejas y poco después se establece un interesante foco de población en los Montes Vascos, justo a medio camino entre el Pirineo y la Cordillera Cantábrica. Se realizó el estudio de viabilidad de la reintroducción en Picos de Europa en 2006. Fíjate si hay que tener en cuenta cosas a la hora de planificar una acción así…se llegó a descubrir la importancia de la existencia de poblaciones sanas de águila real, buitre leonado y alimoche para el establecimiento de quebrantahuesos. ¿Por qué?, porque estas especies, al localizar cadáveres de animales, son para el quebrantahuesos un indicador de que la zona tiene comida. Afortunadamente los Picos de Europa tenían buenas poblaciones de estos otros buitres. 

Se constató también que, sobre todo entre 1995 y 2006, ejemplares procedentes de los Pirineos visitaban los Picos. Tras una suelta previa de dos quebrantahuesos en 2019, finalmente, entre 2014 y 2016 se liberaron 3 ejemplares procedentes del Parque Nacional de Ordesa y en enero de 2017 se constata la primera cría de quebrantahuesos en los Picos en casi 100 años. La madre fue una de las que habían sido liberadas pero el padre parece ser que fue un macho que llegó espontáneamente a la zona. 

Desgraciadamente, la lacra del veneno y la caza no desaparecen, y ya algún ejemplar ha aparecido muerto. 

La Sierra de Cazorla 

En 1986 quedaba en la Sierra de Cazorla un triste y solitario quebrantahuesos, que se dio por desaparecido en 1987. Cazorla se había quedado sin el buitre barbado. La Junta de Andalucía tomó, para su reintroducción, un camino diferente al que se había seguido en Picos de Europa, donde se usan ejemplares procedentes del Pirineo para su liberación. En Cazorla se puso en marcha, en 1996, el Centro de Cría Guadalentín, gestionado por la Fundación Gypaetus, donde se crían en cautividad parte de los ejemplares que luego se han reintroducido en la Sierra, con una técnica llamada hacking: los pollos, una vez que ya tienen la impronta de la especie (“saben” que son quebrantahuesos), pero aún no pueden volar, se ponen en nidos-jaula en la zona donde van a ser liberados, y se les suministra alimento sin que vean quién se lo suministra. 

El buitre barbado vuelve a señorear los cielos de Cazorla

Se consigue así que el pollo asocie ese paisaje a su lugar de nacimiento y cría, de forma que cuando se libere, vuelva a él para fijarlo como su hogar. Tras veinte años de trabajos preliminares, en mayo de 2006 se soltaron 3 pollos: uno nacido en el Centro de Cría, otro en Viena y otro en el zoo de Liberec (Chequia). Poco después se empezaron a liberar ejemplares en la Sierra del Castril (Granada). En Cazorla se constató la primera cría en 2015, y desde 2006 se han liberado 48 quebrantahuesos entre Cazorla y Castril. 

Quebrantahuesos muerto en la Sierra del Castril. Lacra que aún no ha terminado

Otros proyectos de reintroducción previstos. 

En 2016 la Generalidad Valenciana puso en marcha su proyecto de reintroducción en el Maestrazgo (Castellón). Para ello, se ha seleccionado el Parque Natural de la Tinença de Benifassá para liberar dos quebrantahuesos en 2018. 

Técnico de la Junta de Andalucía manejando un pollo

¿Y la zona centro? 

Como ves, las reintroducciones que se llevan a cabo en la Península Ibérica tienen lugar en sistemas montañosos periféricos. ¿Qué sucede en el Centro de la Península? 

La presencia del quebrantahuesos está documentada y testimoniada en el Sistema Ibérico, el Sistema Central y los Montes de Toledo y zona de influencia. Los últimos ejemplares del Sistema Ibérico desaparecieron en los años 70 en la Reserva de Caza de Urbión. En la Sierra de Guadalupe crió hasta 1952, y consta la caza de varios individuos en Cabañeros en los años 70. En el Museo de Florencia se halla una piel de quebrantahuesos que fue colectada en Toledo en 1943. En la Comunidad de Madrid el quebrantahuesos vivió en la Sierra hasta que el 13 de septiembre de 1943 fue cazado el último quebrantahuesos madrileño en el Risco de la Torrecilla, en San Lorenzo de El Escorial. 

Pero, tímidamente en los años 80 (Cercedilla, El Espinar, Rascafría, Miraflores, Somosierra o Navafría) y más frecuentemente a partir de 1990, ejemplares divagantes procedentes del Pirineo sobrevolaban la Sierra Madrileña, como en Robledo de Chavela, el Puerto de Cotos, o en Valsaín en 2005. Curiosamente, a partir de la reintroducción del quebrantahuesos en la Sierra de Cazorla, ejemplares procedentes de Andalucía han sido los que más han sobrevolado Madrid, en un largo desplazamiento desde el Sur. Como están radiomarcados con GPS, su seguimiento se hace en tiempo real: en 2011 y 2012 nos visitaron “Hortelano” y “Tranco”, a fines de 2014 fue “Estela” y en 2015 nada menos que tres quebrantahuesos de Cazorla nos visitaron: “Guadalquivir”, “Nerpio” y “Bujaraiza”, todos ellos jóvenes. 

"Zafra", ejemplar de quebrantahuesos envenenado en Sierra Mágina. Aún siguen viéndose estas salvajadas

¿Por qué ninguno de ellos se ha establecido en el Sistema Central para fundar una pareja reproductora con un territorio?. Yo creo que el factor fundamental es la gran humanización que padece la Sierra: colonias de vacaciones…estaciones de esquí…infraestructuras turísticas, etc, hacen que el quebrantahuesos no encuentre comida ni esa paz que necesita, ya que nidifica en aquellas zonas donde la humanización es mínima. Por eso el quebrantahuesos es considerado un excelente indicador de calidad ambiental en un sistema montañoso. 

Es triste decirlo, pero los quebrantahuesos andaluces nos están diciendo que nuestra Sierra aún tiene mucho que mejorar para que regrese el mítico buitre barbado.

MÚSICA RECOMENDADA: The Aviator (Dominic Frontiere).

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