El yak, el "barco" de la Meseta.

Querida hija:

Cuando hablamos de la Meseta tibetana, inmediatamente se los vienen a la cabeza tres cosas: altísimas montañas nevadas, el Budismo lamaísta y el yak. Hasta tal punto este bóvido gigante ha llegado a simbolizar una de las regiones más duras del planeta. Un animal que ha sido domesticado y se ha hecho tan imprescindible que muchos especialistas piensan que la colonización humana de la Meseta tibetana no hubiera sido posible sin mediar la domesticación del yak. Vamos a conocer a este interesante animal y su cultura asociada.

Yaks domésticos

El yak salvaje. Con él empezó todo.

El yak es uno de los bóvidos más grandes del mundo y el más grande de los animales de su área de distribución: el Norte de la Región Autónoma del Tibet y el Suroeste de la Provincia de Qinghai, en la Meseta Tibetana, así como en algunas dispersas zonas alrededor de este área principal. Los adultos tienen una altura al hombro que oscila entre 1,6 y 2,2 metros, y los machos pueden alcanzar un peso máximo de 1.200 kg pero la variabilidad es muy amplia desde un mínimo de 300 kg pero siempre con la hembra más pequeña que el macho.

Yak salvaje

Su aspecto es inconfundible pues, a su forma general de toro de gran tamaño hay que añadirle un pelo largo e hirsuto, que cubre incluso el escroto y las ubres, que forma una "falda" en los costados de los adultos. La cola es de aspecto equino, muy peluda y poblada.

La naturaleza del yak ha sido discutida y discutible: no está nada clara su taxonomía. Actualmente se reconoce al yak salvaje el nombre científico de Bos mutus, otorgado por el famoso explorador Nikolai Przwalski en 1873, pero anteriormente se le había asignado el género Poephagus, que hoy se considera un subgénero. Voy a tratar de aclararte cuál es la controversia.

Área de distribución del yak salvaje

El yak está asignado a la tribu Bovini, junto el resto de especies del género Bos, y también Bison, Bubalus, Pseudoryx y Syncerus. Pero el yak presenta ciertas características anatómicas que le acercan a los bisontes más que a los toros: especialmente el número de vértebras dorsales, 14, lumbares, 5, y costillas, 14, que comparte con los bisontes y a diferencia del resto de especies del género Bos, que presentan 13 costillas y 6 vértebras lumbares. Por otro lado, la hibridación entre yaks y ganado bovino es sólo parcialmente posible puesto que las hembras híbridas son fértiles pero los machos híbridos son estériles.

Por si fuera poco, los estudios moleculares posicionan al yak en un grupo junto a los dos bisontes (americano y europeo), y más cerca del americano que del europeo. Por tanto, no parece justificado el género Bos para el yak, y hay especialistas que abogan para que se vuelva a recuperar para él el género Poephagus. Su relación con los bisontes podría haberse reforzado con el hallazgo de restos de bovinos fósiles como Bison sivalensis en Pakistán y Poephagus baikalensis en Rusia oriental. Todo hace suponer que un ancestro común de bisontes y yaks vivió o llegó a Asia central y, mientras parte de su linaje evolucionó en la progresiva elevación de la Meseta tibetana, otro descendiente emigró a América dando origen al bisonte americano.

Como te indiqué antes, el yak salvaje está actualmente confinado en la zona Norte de la Meseta tibetana, desde el Ladaj indio en el Oeste hasta la provincia china de Gansú en el Este, y su área está limitada por el borde norte de la Meseta: las Montañas Kunlun. En verano se mueve por altitudes entre 4.200 y 6.100 metros, siendo el ungulado que mayor altitud alcanza en el mundo, si bien en invierno desciende habitualmente por debajo de los 3.900 metros.

Situación de las reservas naturales donde vive el yak salvaje

El grueso de la población de yaks salvajes (aproximadamente unos 15.000) se halla distribuida en varias reservas naturales erigidas por la República Popular de China: Qiangtang (Tibet), que es la segunda mayor reserva natural de China, y donde vive la mitad de población de yaks salvajes, entre 7.000 y 7.500, en Qinghai están las reservas de Kekexili y Sangjiangyuang, en Xinjiang las reservas de Aerjinshan y Zhongkunlun, en Gansú Qilianshan y Yanchiwan, y finalmente en Sichuan la reserva de Gonggashan.

Actualmente no se reconocen subespecies para el yak salvaje pero sí se han definido dos ecotipos: el tipo Qilian y el tipo Kunlun. El primer tipo, el Qilian, se encuentra hacia el extremo Nordeste de su área de distribución, hacia Xinjiang y Gansú, en ecosistemas de estepa alpina y estepa desértica. Es el tipo más grande de los dos, con una joroba bastante evidente pero sin papada. Rostro y piernas relativamente largas y el hocico y las orejas relativamente pequeños. El color es pardo-negruzco. El tipo Kunlun está distribuido por el resto de su área de distribución, más pequeño que el Qilian, con una capa algo más clara y piernas relativamente cortas. Su hábitat es más alpino que el Qilian, moviéndose por prados alpinos, estepa alpina y tundra alpina.

Yak salvaje mostrando su hirsuto pelo

¿Qué adaptaciones presenta el yak para sobrevivir en este ambiente inhóspito donde las temperaturas en invierno caen hasta -30ºC y sólo hay para comer pasto de bajo nivel alimenticio además de una escasez de oxígeno asociado a la gran altitud?

Ya te he hablado de la adaptación más evidente, su pelo largo, tupido y áspero que, además, crece y se densifica mas en invierno. Pero también cuenta su forma compacta y de patas relativamente cortas, una gran capacidad torácica y pulmonar para aprovechar el escaso oxígeno de la atmósfera y una serie de adaptaciones fisiológicas en el aparato respiratorio que minimizan el riesgo de hipoxia. Su hemoglobina es muy especial: aparte de su extraordinaria capacidad de transporte de oxígeno, en estado adulto persiste la "hemoglobina fetal", que no olvidemos, transmite oxígeno durante su estancia en el vientre materno, en ausencia de respiración atmosférica.

El hábitat del yak es el desierto alpino de la Meseta tibetana (Alison Duvall)

Además de la forma compacta para minimizar la pérdida de calor, su coloración oscura (que absorbe radiación solar) y una gruesa capa de grasa ayudan a mantenerlo caliente en medio de uno de los peores inviernos del planeta. De hecho, están tan bien adaptados a minimizar pérdidas de calor que hasta los yaks domésticos empiezan a mostrar signos de estrés térmico por encima de los 13ºC de temperatura ambiental.

El yak se alimenta de pastos alpinos y está perfectamente adaptado a consumirlos incluso en laderas muy empinadas. Comparte hábitat con otros ungulados como el antílope tibetano, el argali, la gacela tibetana, la oveja azul o el asno salvaje tibetano (kiang) pero esta comunidad de herbívoros evita o minimiza la competencia mediante una segregación ecológica en la que el yak, junto con la oveja azul y el argali ocupan normalmente las áreas más montañosas. La dieta del yak es baja en proteínas y en minerales, por lo que su sistema digestivo está adaptado para extraer hasta la mínima cantidad de nutrientes. Ningún otro bovino es capaz de explotar este nicho ecológico (pastador de tundra alpina), que sólo los camélidos sudamericanos pueden emular en un continente donde no había bovinos nativos y donde el Altiplano andino ofrece un ecosistema casi idéntico.

Durante la mayor parte del año los yaks viven en manadas separadas: los machos en solitario o en grupos de 10-12 y, por otro lado, las hembras con las crías. Se juntan en la época de celo que sucede entre el final del verano y el comienzo del otoño cuando los machos luchan entre sí por cubrir a las hembras. Los machos alcanzan la madurez sexual a los 3 años, y su máximo de actividad sexual entre los 4 y los 6. Las hembras experimentan su primer estro entre los 3 y 4 años, y normalmente entran en estado reproductivo entre Julio y Diciembre. La gestación durará entre 258 y 270 días, dando a luz un sólo ternero.

Debido a su gran tamaño, el yak no tiene depredadores naturales. Sólo el lobo, el leopardo de las nieves o el oso pueden ocasionalmente capturar algún ternero pero es difícil: los yaks cuando sienten alguna amenaza forman un corro defensivo dejando a los terneros dentro de él, en un comportamiento muy parecido al de los bueyes almizcleros. Los yaks también pueden formar este corro para protegerse del frío en tormentas de nieve.

Quedan pocos yaks salvajes en libertad

Como siempre, es el ser humano el primer factor de amenaza para el yak salvaje pues ha sido cazado por su carne y pelo desde tiempos inmemoriales. Incluso después de la domesticación del yak continuó la caza de ejemplares salvajes y también en forma furtiva tras su protección. Hacia los años 1940 la Meseta tibetana estaba cubierta de esqueletos y cráneos de yaks matados por cazadores, en una matanza similar a la que padecieron los bisontes americanos y de la que te hablé en una anterior crónica. De hecho, el yak era un animal que, en el pasado, podía vivir habitualmente en valles montañosos a altitudes mucho menores de las que vive ahora. El haber alcanzado altitudes de hasta 6.000 metros obedece, ni más ni menos, que a un propósito:

Huir de los humanos.

Domesticación y yak doméstico.

"Sin el yak, no existiría el Pueblo tibetano"
Lobsang Trinley Lhundrup Choekyi Gyaltsen
10º Panchen Lama (1938 - 1989)

En esta frase se encierra toda la importancia que el yak tiene para todas las culturas de la Meseta tibetana y zonas cercanas. En una árida meseta sin árboles, el yak da leche, pelo, carne, excrementos para combustible y transporte de cargas. Por eso el yak ha sido comparado a un barco que surca un océano de estepa alpina. Su importancia económica y cultural es difícilmente aquilatable y según algunos especialistas, sin la domesticación del yak no le habría sido posible al ser humano el establecerse y colonizar la Meseta Tibetana. Estáte atenta pues ahora hablaremos del yak doméstico.

Recua de yaks ante el Monasterio de Litang (Garze, Tíbet). Foto: Doron/Wikipedia

Y al igual que el yak salvaje nos ofrecía una gran dificultad para establecer su naturaleza taxonómica, también el yak doméstico nos recibe con una dificultad similar puesto que el nombre científico que lleva oficialmente, Bos grunniens, es diferente al que vimos para el yak salvaje, B. mutus. O sea, que oficialmente hablando, el yak doméstico es una especie diferente al yak salvaje. ¿Cómo es esto posible?

El criterio que establece la Comisión Internacional para la Nomenclatura Zoológica para nombrar a los animales domésticos es claro: el animal doméstico se nombra con el mismo género y especie que su agrotipo salvaje, y añadiéndole un nombre de subespecie. Así, el perro ya no es Canis familiaris sino Canis lupus familiaris. ¿Capishi?. ¿Por qué el yak ha sido exceptuado por la Comisión de este principio general?

En un principio, Linneo nombró el yak como Bos grunniens pero las investigaciones posteriores determinaron que Linneo había tomado como ejemplar tipo un yak doméstico. Existen evidentes diferencias entre el yak doméstico y el salvaje, no sólo por tener un tamaño más pequeño sino porque ha sido frecuentemente hibridado con ganado bovino, lo que influye en sus características físicas una de las más evidentes es el color: si el yak salvaje es invariablemente de color oscuro, el yak doméstico presenta colores desde el oscuro hasta el blanco, y también manchado. Por tanto, y tras muchas otras propuestas finalmente Przwalski dio el nombre de Bos mutus al yak salvaje para que la verdadera especie salvaje quedase propiamente descrita y basada en un tipo silvestre.

Yak de capa blanca (Mao, China). Foto: Nyx Ning/Wikipedia

Según las normas de preferencia determinadas por la Comisión, el nombre de Linneo (grunniens) tiene preferencia sobre el de Przwalski (mutus) por ser más antiguo, por lo que sería imposible establecer el criterio de que el yak doméstico se nombrase como subespecie del salvaje, sino que sería al revés: se podría establecer al salvaje como subespecie del doméstico lo que es un absurdo taxonómico. Por no aburrirte más: se trata de peleas y líos de taxónomos. Biológicamente hablando el yak doméstico es de la misma especie que el salvaje y deriva de él, como no puede ser de otra forma. Algún día la Comisión desfará el entuerto en el que ella solita se ha metido.

Bien, el caso es que hay 14 millones de yaks domésticos en la Meseta Tibetana y zonas adyacentes de China, todo el arco del Himalaya desde Bután hasta el Hindu Kush, y del Pamir hasta el Altai, pero el 95% de todos los yaks domésticos del mundo se encuentran en China, y queda en segundo lugar Mongolia con unos 610.000 yaks.

Distribución del yak doméstico

Se han realizado estudios moleculares de yaks domésticos chinos y salvajes y se ha encontrado que existen tres linajes genéticos distintos en ellos. Dos de ellos están presentes en todos los yaks domésticos estudiados, y el tercero de ellos es exclusivo de los yaks salvajes. Los autores del estudio sacan como conclusión que, durante las glaciaciones del Pleistoceno, la población de yaks encontró refugios donde quedaban sus poblaciones separadas entre sí, produciéndose diferenciación genética. Cuando se retiraron los hielos, estas poblaciones de yaks volvieron a reunirse creando un único pool genético que llevaba en su interior los rastros de estos antiguos linajes.

Distribución de haplogrupos genéticos estudiados en yaks domésticos y salvajes

Este fenómeno se ha encontrado también en otras especies de la fauna tibetana, como el gorrión de Taczanowski (Onychostruthus taczanowskii), la trucha de las nieves (Schizopygopsis pylzovi), el lagarto cabeza de sapo (Phrynocephalus vlangalii), o el zokor de la Meseta (Eospalax baileyi).

Posición filogenética del yak, reflejando la introgresión genética de ganado bovino

Aunque no existe ninguna duda sobre el lugar de domesticación del yak, la Meseta Tibetana, existen dos teorías sobre cuándo se produjo. La primera de ellas sostiene que se domesticó hace unos 10.000 años por parte de los ancestros del pueblo nómada Qiang (un término, por cierto, que significa pastores). La segunda teoría sostiene que la domesticación se produjo hace entre 4.000 y 5.000 años y se produjo por parte de pueblos que ya pastoreaban ovejas y llegaron desde el Este a la Meseta. Tiendo a estar más de acuerdo con la segunda teoría, que sostiene que el ser humano sólo se planteó la domesticación del yak cuando le era más ventajoso que cazarlo.

Y esto se produjo justo cuando pasó el momento álgido del periodo climático conocido como Óptimo Climático Holoceno, hace entre 8.000 y 6.000 años. Hasta ese momento, el clima tibetano era menos duro que en la actualidad, y se permitía incluso la presencia de ciertos tipos de bosque. Todo esto desapareció y el clima tibetano se endureció, desapareciendo todo rastro de vegetación mayor que un arbusto. En ese momento se cree que los humanos perseguían a los yaks ya no sólo para comérselos, sino para recolectar uno de sus productos más apreciados: sus excrementos. Y esto condujo a su domesticación.

Pila de excrementos de yak secándose

Lo vas a entender mejor. Tibet es un país sin árboles y, por tanto, sin combustible. Pero el excremento de yak arde muy bien. De hecho, tiene un fantástico poder calorífico y sirve a las necesidades de cocina y calefacción de los pueblos nómadas y de las personas que viven aún del modo tradicional en toda su área de distribución. Por supuesto, la producción de excrementos varía mucho según la estación y la alimentación del yak, pero en promedio se ha calculado que un yak adulto "regala" cada año tres veces y medio su peso en excrementos. Y no es moco de pavo. Se ha calculado para el excremento de yak un rendimiento energético de 3.307 cal/kg.  Para que lo entiendas mejor: si pudiéramos convertir un kilo de caca de yak en electricidad con un rendimiento perfecto, nos serviría para hacer funcionar un ordenador personal durante casi 10 horas.

Los excrementos frescos se recogen (normalmente son las mujeres las encargadas), se les da forma de "ladrillos" planos y se apilan en montones o formando muros para su secado. Una vez secos, ya se pueden quemar.

Mantequilla de yak a la venta en una tienda

El otro gran producto que se obtiene del yak doméstico es su leche. Como cabe esperar en un gran mamífero que vive en un ambiente duro y frío, su leche es densa y muy energética: dependiendo de la raza, la leche de yak contiene entre un 5,4% y un 7,5% de materia grasa (la leche de nuestras vacas contiene menos del 4%) y entre el 4,9% y 5,7% de proteína, contra el 3,4% del ganado vacuno tradicional. Con esta leche, los pueblos del yak elaboran muchos tipos de productos lácteos: queso, crema, yogur, leche fermentada y, sobre todo, la mantequilla de yak que se consume ampliamente en toda el área cultural del yak.

Con esta mantequilla (con doble de materia grasa que la mantequilla de leche de vaca) se elabora una mezcla de té, mantequilla, sal y agua que se denomina té de mantequilla y es la bebida nacional de Tíbet, y ampliamente consumida en toda la región. Y no es cosa de broma: en un clima frío y seco, muy deshidratante, los tibetanos consumen este té a lo largo de todo el día pues les hidrata y les aporta la energía y los nutrientes necesarios para soportar el clima de la Meseta. Otro alimento básico de la Meseta tibetana es el tsampa, una pasta hecha con harina de cebada tostada, mantequilla derretida y semillas de sésamo o dátiles o incluso huesos. Por si fuera poco, la mantequilla derretida se usa también como combustible para lámparas.

Té de mantequilla

Precisamente para mejorar el rendimiento en leche del yak, desde hace más de 2.000 años se vienen realizando cruces entre yak y bovino taurino. Como ya te indiqué antes, el macho híbrido es estéril y recibe el nombre de dzo, mientras que la hembra es fértil y se le llama dzomo.

Si al uso de sus excrementos como combustible, sus productos lácteos, su pelo para elaborar textiles y, al final de su vida, su carne (como sucede con nuestros bueyes, sólo se consume la carne del yak viejo o castrado) y su uso como bestia de carga o de tiro, se entiende que este animal lo es todo para el área cultural tibetana-mongola.

Existen dos tipos básicos de yak doméstico: el "tipo" Meseta Tibet-Qinghai y el "tipo" alpino Henduan. Para el primero se han definido tres razas: Maiwa (de Sichuan), Qinghai (de la Meseta) y Blanco Tianzhu (de Gansú). Para el tipo alpino, dos razas: el Alpino de Tíbet y el Jianlong de Sichuan.

Para terminar este apartado dedicado al yak doméstico, me gustaría llamar tu atención sobre el paralelismo entre el yak y los camélidos sudamericanos. Como ya te apunté antes, ambos Ungulados exploran el mismo nicho ecológico en ambientes muy similares: la Meseta tibetana y el Altiplano andino. Al igual que sucede con el excremento del yak, el excremento de llamas y alpacas son usados como el único combustible posible en el Altiplano, y si la domesticación del yak fue la que posibilitó la colonización humana de la Meseta tibetana, fue la domesticación de la llama la que hizo realidad la expansión del Imperio Inca.

Cultura asociada al yak.

La palabra "yak" proviene del tibetano gyag o yag, que fue adoptada por el inglés como yak y de ahí a todas las lenguas del mundo. Pero los tibetanos usan esta palabra para aludir al macho doméstico, mientras que para el macho salvaje reservan la palabra drong, siendo la vaca salvaje drongmo y el ternero salvaje drongtruk. Para la hembra doméstica se usan las palabras bri o gnag.

El yak es parte indispensable en la cultura de 31 grupos étnicos de 10 países de Asia Central. Aparte de los tibetanos estrictos, puedo citarte entre otros los mongoles, los sherpa, los kirguiz, los brokpa, los waji, los lajaps, los tayikos, los yugur...

Escultura tibetana hecha de mantequilla de yak

Para todos ellos, ciertas partes del yak se usan para sus respectivas "medicinas" tradicionales. Así, se considera que la sangre del yak tiene propiedades medicinales y se da como alimento a las personas en estado débil, como en el área de los Mustang, en Nepal.

Pero es sobre todo en Tibet donde el significado cultural del yak alcanza todo su esplendor. Antes de la introducción del Budismo en Tíbet, se adoraban allí ciertos dioses bovinos, alguno de los cuales se cree se representaban con cabeza de yak y se sacrificaban yaks a esos dioses. Todavía hoy, en el área tibetófona de Sichuan se celebra cada noviembre un festival llamado Gerdorom en el que se sacrifica a los "dioses yak". Muchos pueblos nómadas tibetanos colocan cabezas o cráneos de yak en paredes, dinteles de puertas o en santuarios para alejar los malos espíritus. Y en los Monasterios budistas se elaboran complicadas y artísticas esculturas hechas de mantequilla de yak que luego se quemarán en honor de los dioses.

Carrera de yaks

En todo el área pero especialmente en Mongolia, son muy populares las carreras de yaks montados con jinetes. En Mongolia, en el Valle del Orjón se celebra cada 23 de julio el Festival del Yak, en el cual se hacen carreras de yaks, rodeos, partidos de polo montados en yaks, campeonatos de ordeño, desfiles con ropa hecha con pelo de yak, y, en fin, todo lo que se puede hacer con un yak.

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