Leopardos de las nieves y buitres sagrados. La fauna del Techo del Mundo

Querida hija: 

En el corazón del continente asiático se encuentra una de las más extraordinarias unidades geográficas del mundo: la Meseta de Tibet-Qinghai. Es una de las regiones más duras y extremas de nuestro planeta. Tan alta, que se ha ganado el sobrenombre de “Techo del Mundo”. Tan inhóspita, que también se le llama “El Tercer Polo”. A la vista de sus estepas frías y resecas, sus formidables fortalezas montañosas y su fuerte clima continental, podríamos pensar que es una región yerma. Sin embargo nos sorprende con una de las faunas más ricas y variadas de todo el Paleártico. Me atrevo a decir que la fauna tibetana es la más variada e impresionante fuera de los trópicos, por la cantidad y porte de sus animales. Vamos a conocerla. 

El monte Kailash, sagrado para los tibetanos.

Geografía del Techo del Mundo 

Antes de nada, debo aclararte que en todo momento voy a referirme aquí a una unidad geográfica, llamada “Meseta de Tibet-Qinghai”, puesto que engloba a dos regiones autónomas de la República Popular China: Tibet y Qinghai. A veces, por comodidad y economía del lenguaje, usaré “Tíbet”, o “tibetano” para referirme a esa unidad geográfica. Existe una controversia política debido al estatus de la Región Autónoma de Tibet (Xizang), que a lo largo de la Historia ha oscilado entre la independencia y la dependencia de China. No tengo intención de entrar en esa problemática política, y únicamente deseo referirme al medio geográfico y la fauna de esta región. 

Mapa geográfico de la Meseta de Tíbet-Qinghai

La Meseta tibetana ocupa una superficie de 2.500.000 kilómetros cuadrados. Su origen se encuentra en la colisión de la placa tectónica India con la Eurasiática, en el Cenozoico. Este fenómeno originó el levantamiento del Himalaya y, detrás de esta cordillera, se produjo el levantamiento en bloque de lo que luego sería la Meseta. Alcanza una prodigiosa altitud media de 4.900 metros sobre el nivel del mar. Geográficamente se encuentra perfectamente delimitada por estar encerrada entre cadenas montañosas: el Himalaya al Sur, que lo separa de la Llanura Indogangética; al Norte las montañas Kunlun, que la separan de la Cuenca del Tarim (Desierto de Taklamakan). Al Noroeste las montañas Qilian, que la separan del Corredor de Gansú, y al SE por una serie de cadenas montañosas más bajas, en sentido Norte-Sur, por donde escapan de la Meseta los Ríos Tsangpo (Brahmaputra), Mekong y Salween. 

Su encajonamiento entre elevadísimas montañas aísla a la Meseta de las influencias oceánicas y por eso el clima es seco: entre 100 y 300 mm anuales de lluvia. La temperatura es fría debido a la altitud y a la continentalidad: en Lhasa, la temperatura media anual es de menos de 8ºC. La influencia climática de la Meseta es indudable: su gran extensión y altitud conforman un área de bajas presiones que “chupa” la humedad del Océano Índico conformando el actual régimen monzónico que afecta al subcontinente indio. Por otro lado, provoca una gigantesca “sombra de lluvias”, que son atrapadas por el contrafuerte himalayo, provocando el Desierto de Taklamakan al Norte. 

El ecosistema predominante en Tibet es la estepa fría y seca

Este clima y su situación geográfica determinan que el ecosistema predominante sea una estepa seca, que está entreverada con cadenas montañosas y salpicada de innumerables lagos salados. Hacia el borde SE de la Meseta, con una menor altitud y más accesible a las influencias monzónicas, los bosques subtropicales y montanos hacen su aparición. Pero desde el punto de vista biogeográfico esta región forma parte del Himalaya Oriental, y no la consideraré aquí. 

Origen y características generales de la fauna tibetana. 

Ya sabes que aquí me gusta, antes de hacer una simple relación de especies, explicar primero de dónde sale una fauna determinada. Lo primero que llama la atención cuando se estudia la fauna tibetana es su abundancia y exuberancia, para ser un medio estepario de clima duro. De hecho, si comparamos la fauna tibetana con la estepa de Mongolia o de Kazajstán, por ejemplo, veremos que en Tibet hay más especies y más grandes. ¿Por qué? 

La primera razón hay que buscarla en su propia geografía. Se trata de una estepa a gran altitud, lo que la coloca en la vecindad de cadenas montañosas que, vistas desde el punto de vista tibetano, se ven como colinas cercanas. Es decir, que en la Meseta tibetana, la fauna esteparia y montana se dan de la mano (o de la pata) y se mezclan de una manera que no sucede en otras estepas vecinas. 

La Meseta tibetana es rica en lagos salados

La segunda razón estriba en la propia historia de la Meseta: una elevada fortaleza, aislada del mundo exterior (aunque no herméticamente como una isla), que durante el Último Máximo Glaciar fue cubierta por una sábana de hielo. Por tanto, la fauna tibetana se ve afectada por tres factores: 

El primero: antiguos movimientos de fauna desde zonas adyacentes. 

El segundo: fenómenos de especiación in situ ayudados por el relativo aislamiento de la región 

El tercero: fenómenos de colonización y recolonización posglaciar desde los refugios que la fauna pudo encontrar, sobre todo en la esquina SE de la Meseta, que estuvo libre de hielos. 

Aunque la Meseta de Tibet-Qinghai se encuentra dentro de la Región Paleártica, su fauna proviene tanto del Paleártico (mayoritariamente), y también de la Región Oriental. Es una fauna relativamente reciente debido al tercero de los factores mencionados antes, lo que se refleja en un bajo índice de endemismos: el 23% de los mamíferos (que no es porcentaje despreciable, de todos modos), y el 4% de las aves nidificantes. Por ejemplo, son endemismos tibetanos el antílope Pantholops hodgsonii, el carbonero terrestre Pseudopodoces humilis, el camachuelo de Roborowski Carpodacus roborowskii o el pinzón de Przwalski Urocynchramus pylzowi

Estos endemismos nos indican que la sábana de hielo pleistocena no expulsó a la fauna totalmente de la Meseta, mostrándonos la existencia de refugios glaciares como por ejemplo las montañas de Hengduan, donde las especies termófilas (adaptadas a temperaturas más cálidas) encontraron refugio, como el panda gigante Ailuropoda melanoleuca, el panda menor Ailurus fulgens, el pico tridáctilo Picoides tridactylus, que encuentra en estas montañas su único refugio al Sur del Altai, el arrendajo de Sichuán Perisoreus intermigrans o el grévol chino Tetrastes semerzowi, pariente de nuestro bellísimo gallináceo europeo grévol común. 

El ambiente fundamentalmente estepario de la Meseta ha forzado en su fauna adaptaciones especiales a sus habitantes. Por la ausencia de árboles y rocas, muchos de ellos se procuran refugios excavados en el suelo donde refugiarse de las bajas temperaturas y de los depredadores, como por ejemplo todos los roedores, los antiguos Insectívoros así como los pequeños carnívoros, al igual que varias aves, como la ganga tibetana Tchangtangia tibetana o la ganga de Pallas Syrrhaptes paradoxus. Para los grandes ungulados, la estepa les procura espacios abiertos donde tienen un gran campo de visión para divisar a los depredadores y huir con tiempo. Por eso la Meseta tibetana es el lugar de Asia Central donde se observan más grandes herbívoros. Antaño, los viajeros relataban manadas compuestas por miles de cabezas de antílopes, gacelas o yaks. En el siglo XIX no era raro contemplar manadas de 2.000 yaks. Aunque debido a la acción humana las manadas han disminuido muchísimo, hoy día sigue siendo un gran espectáculo muy inusual en el Paleártico. 

La ganga tibetana es un buen ejemplo de sus aves esteparias

Pero en invierno el lobo, que es el gran superdepredador de la Meseta tibetana, tiene ventaja sobre los ungulados, dado que ejerce sobre la nieve una presión mucho menor, moviéndose más ágilmente por la nieve. Los nativos de la región informan de que, en estas circunstancias, los lobos realizan auténticas escabechinas entre las manadas de ungulados. 

Para un observador no acostumbrado, el paisaje de la Meseta Tibetana podría parecer monótono y poco diferenciado. Sin embargo, cada animal muestra preferencia por un tipo de hábitat en concreto, hecho que fue observado por primera vez por el explorador alemán Ernst Schäfer en su expedición al Tibet de 1938. Se dio cuenta que había tres grandes divisiones ecológicas principales, cada una de las cuales dominada por un gran herbívoro: 

Pastos de los valles entre los 3.000 y los 3.700 metros: dominados por la gacela tibetana, los roedores y los pequeños carnívoros. 

Estepas frías y secas entre 4.000 y 5.500 metros: dominadas por las manadas de kiangs (asnos salvajes tibetanos) 

Estepas frías entre los 5.500 y 6.100 metros: dominadas por los yaks y el antílope tibetano. 

Otros animales como pueden ser el oso o el argali viven en cualquier rango de altitud. En resumen, la Meseta Tibetana alberga una variada fauna compuesta aproximadamente por: 

Más de 2.300 especies de insectos 
473 especies de aves 
142 especies de mamíferos 
64 especies de peces 
49 especies de reptiles 
44 especies de anfibios 

Los herbívoros del Tibet-Qinghai 

A continuación voy a hablarte de los herbívoros que, a mi juicio, son los más interesantes y clave entre todas las especies presentes en esta notable región. 

Antílope tibetano Pantholops hodgsonii 

Endémico de la Meseta. Tiene 83 cm de altura y 39 kg de peso, siendo los machos mayores que las hembras. Su principal característica es un par de cuernos largos, de entre 54 y 60 cm, finos y dirigidos hacia arriba. Su pelo es grueso, adaptado al frío clima mesetario. Vive en prados alpinos y pastos entre los 3.250 y 5.500 metros. Se calcula una población de 150.000 ejemplares la mayoría en la Reserva Chang Tang situada en el Norte de Tibet la cual, por cierto, es la segunda mayor reserva natural del mundo tras el Parque Nacional del Nordeste de Groenlandia. Este antílope es depredado por lobos, linces y leopardos de las nieves. Los zorros rojos pueden depredar sobre los terneros. Su principal amenaza es la caza furtiva por su piel, que es aprovechada tradicionalmente por los pueblos nativos por la lana de gran calidad que proporciona. 

Antílope tibetano

Yak salvaje Bos grunniens 

Es el mayor ungulado salvaje de Tibet: con su altura entre 1,6 y 2,2 metros y su peso entre 300 y 1.000 kilos, este bóvido salvaje antecesor del yak doméstico es un verdadero superviviente de la Megafauna pleistocena. Sus manadas pueden verse en el Norte de Tibet, Oeste de Qinghai y poblaciones dispersas en el resto del Tibet. Vive en tierras altas entre 3.000 y 5.000 metros de altitud, más abundante en la tundra alpina con cubierta vegetal relativamente gruesa que en la estepa propiamente dicha. 

Yak

Sus manadas son de tamaño variable, de hasta centenares de individuos. Los machos y las hembras viven separados y se juntan en verano, para el celo. En la primavera siguiente nacerá un ternero. Se calcula una población de unos 15.000 ejemplares. El yak fue domesticado en esta zona desde hace más de 10.000 años, y constituye la base de la vida de los pueblos nómadas, que usan su carne, su leche, su pelo y sus huesos para su supervivencia. 

Gacela tibetana Procapra picticaudata

Llamada “goa” localmente, es endémica de la Meseta. Se distingue de las demás gacelas de Asia por su ausencia de marcas faciales y su gran mancha blanca en la zona de la cola. Tiene una altura de entre 54 y 65 cm y una longitud de entre 91 y 105 cm, con un peso de entre 13 y 16 kg. Suele encontrársela entre los 3.000 y 5.750 metros en prados alpinos y altas estepas. Vive en pequeños grupos familiares, con sexos separados la mayor parte del año. Se calcula una población de unos 100.000 ejemplares. 

Gacela tibetana

Kiang Equus kiang 

El kiang es el mayor de los asnos salvajes. Es endémico de la Meseta y estrechamente emparentado con el onagro Equus hemionus, del cual algunos especialistas consideran que es en realidad una subespecie. Tiene 140 cm de altura, una longitud de entre 182 y 214 centímetros con una cola entre 32 y 45 cm, y un peso de 350 – 400 kg. Tiene una capa de un bonito color avellana dorado, con el vientre y la parte interior de las patas de color blanco. En invierno el pelaje es más largo para abrigarle mejor. Vive en prados alpinos y estepas entre los 2.700 y 5.300 metros, y se reconocen tres subespecies. Su único depredador prácticamente es el lobo. Su época de celo es en el verano (Julio-Agosto), y tras una gestación de 12 meses dan a luz 1 potro. Se calcula una población de entre 60.000 y 70.000 ejemplares. 

Horda de kiangs

Otros ungulados interesantes presentes en la Meseta Tibetana son el bharal o carnero azul Pseudois nayaur, el extraño takin Budorcas taxicolor, el ciervo almizclero Moschus moschiferus o el argali Ovis ammon hodgsonii, que es un importante recurso cinegético dado que es cazado por sus cuernos. De hecho, es el recurso cinegético estrella. 

En cuanto a los Roedores y Lagomorfos, tienen aquí una importancia muy grande por ser presas base de pequeños carnívoros y presa refugio para los grandes carnívoros. Destaco aquí la marmota del Himalaya Marmota himalayana, que es bastante abundante, siendo fácil su observación. Vive entre los 3.500 y 5.200 metros de altitud. Viven en colonias de hasta 30 familias, que excavan galerías subterráneas. Tras un mes de gestación, las hembras dan a luz hasta 11 cachorros. Concretamente en Tibet las marmotas son la presa base del leopardo de las nieves. Entre los Lagomorfos destaca la liebre tibetana Lepus oiostolus pero los lagomorfos estrella de la Meseta tibetana son los llamados pikas, o liebres silbadoras: son de pequeño tamaño, como conejos con las orejas muy cortas en comparación, y prefieren lugares montañosos y rocosos para vivir. 

En la Meseta tibetana son una especie clave, al ser base alimenticia, y se cree que esta región es su lugar de origen y centro de dispersión hacia el resto de Asia Central, Oriental y Norteamérica. En la Meseta tibetana viven nada menos que diez de sus especies. 

Los depredadores 

A diferencia de otras regiones del mundo, donde los depredadores han sido exterminados, en Tibet-Qinghai la nutrida representación de herbívoros cuenta con un no menos nutrido conjunto de carnívoros que controlan su población de forma natural. El principal de los depredadores es, como en todo el Paleártico, el lobo. En la Meseta tibetana el lobo está representado por una subespecie propia de la Meseta: el lobo tibetano Canis lupus filchneri, pero otros autores la nombran como C.l.laniger, debido a su pelo lanoso y grueso. De todos modos, la relación de subespecies lobunas es un tema controvertido y abierto, ya que otros autores reconocen como C.l.chanco a todos los lobos de Asia centro-oriental. 

Lobo tibetano

El leopardo de las nieves Panthera uncia es tal vez el depredador más notable de esta región. Vive en todas las cadenas montañosas centroasiáticas, a las que está adaptado por un pelaje sedoso y grueso que es su perdición por la caza furtiva. En Tibet se encuentra representado por la subespecie P. u. uncioides. En el año 2016 se estimaba una población en toda Asia de entre 4.700 y 8.700 ejemplares, y en China unos 2.000 y 2.500, la mayor parte en la Meseta tibetana. Tiene una altura de 56 cm, una longitud de entre 75 y 150 cm con una cola entre 80 y 105 cm. Su peso oscila entre los 22 y 50 kg. Es un animal solitario que se comunica con sus congéneres mediante la comunicación química de sus heces y orina. Es predominantemente crepuscular y prefiere abatir presas entre 36 y 76 kg, y también pequeños mamíferos. Se emparejan al final del invierno y, tras 90 – 100 días de gestación los nacimientos se dan entre Abril y Junio. 

Leopardo de las nieves

La Meseta tibetana es un área muy interesante para los osos. Viven aquí dos subespecies del oso pardo eurasiático: el oso pardo del Himalaya Ursus arctos isabellinus es una subespecie que se encuentra, en el Tibet, en la zona adyacente al Himalaya y el Karakorum. Puede haberse originado en una población de osos que quedó aislada en el borde Sur de la Meseta durante la última glaciación. Por su parte, el oso azul tibetano U.a.pruinosus, es una de las subespecies de oso pardo más misteriosas y elusivas. Vive en la Meseta Oriental y se conoció en Occidente por unos pocos huesos y pieles que fueron descritas en 1854. Tiene un color negro azulado con un collar de color beige. Hay ejemplares en cautividad, y se especula sobre su extinción en libertad. 

Oso azul tibetano

El otro gran oso del Tibet es el oso negro asiático Ursus thibetanus, ampliamente extendido por Asia Oriental. En Tibet se encuentra la subespecie U.t.laniger que, de todos modos, no parece ser muy abundante. Se mueve entre los 3.000-3.500 metros de altitud en verano y los 1.500 en invierno, buscando los bosques subtropicales himalayos más que la meseta estricta. 

En la Meseta tibetana se encuentra otro gran felino salvaje: el lince eurasiático, representado en Tibet por el lince de Turkestán Lynx lynx isabellinus, que cuenta con una población estimada para China de 27.000 ejemplares en 2009, la gran mayoría de los cuales en Tibet-Qinghai. Aquí ocupa áreas de estepa y bosques abiertos, y a veces en áreas rocosas sobre el límite de los bosques. En la Meseta estricta es esporádico, más abundante en la falda Norte del Himalaya. Puede cazar ungulados entre 15 y 220 kg (ciervos adultos) pero prefiere ungulados pequeños y pequeños roedores y aves, así como lagomorfos. 

Lince en la montaña Kanda, Qinghai

Otros carnívoros presentes en esta región son el zorro rojo Vulpes vulpes, la marta Mustela altaica o el dhole Cuon alpinus

Las aves del Tibet-Qinghai 

La Meseta tibetana es rica en lagos salados de todos los tamaños, así como humedales que son de gran interés para muchas especies de aves. El principal lago salado de la región es el Lago Qinghai (que da nombre a la Región Autónoma homónima, y que significa “mar azul”). Aquí se da un pez endémico, Gymnocypris przwalskii, con dos subespecies en el mismo lago. Este lago atrae a aves como el pelícano Pelecanus onocrotalus, la subespecie Phalacrocorax carbo sinensis de cormorán, así como innumerables especies de garzas, garcetas, anátidas, grullas, rapaces… 

Tal vez el ave más emblemática de la Meseta tibetana sea la grulla cabecinegra Grus nigricollis, elegante como todas las grullas. Tiene 139 cm de longitud y envergadura alar de 235 cm. La cabeza y la parte superior del cuello son negros, de ahí su nombre. Cría en prados alpinos y riberas de ríos, lagos y humedales. Existe una población de entre 8.800 y 11.000 individuos. Cría en la Meseta e inverna en India y Este de China. 

Grulla cabecinegra

Después de la grulla cabecinegra, el ave más importante por su estado amenazado es el águila pescadora de Pallas Haliaeetus leucoryphus. Es un ave migratoria que inverna en el Subcontinente Indio y cría en Asia Central. Su cara es blanca y su cuello blanquecino, con el plumaje marrón oscuro. Su longitud es de 72 -84 cm y una envegadura alar de 180-215 cm, con un peso de las hembras (mayores que los machos) de 4,4 a 7 kg. Se alimenta de peces de agua dulce. Se considera en peligro al tener una población estimada de 2.500 ejemplares. 

Águila pescadora de Pallas

El escribano tibetano Emberiza kozlowi es endémico de la parte oriental de la Meseta. Es una de las aves más raras del mundo. En 1900 exploradores rusos fueron los primeros en documentarlo. Cien años después, sólo había tres estudios publicados sobre este pájaro. Lo remoto de su hábitat hace que sea difícil estudiarlo. 

Los gallos de las nieves son galliformes poco comunes porque evolucionaron en alta montaña. Existen cinco especies en diversas cadenas montañosas de Asia Central. La especie presente en Tibet es el gallo de las nieves tibetano Tetraogallus tibetanus

Gallo de las nieves tibetano

Los “entierros celestiales” 

Los buitres en general, y el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) en particular son considerados animales sagrados en el Tibet porque no dependen de animales vivos, sino de cadáveres, lo que concuerda muy bien con las ideas budistas de respeto a toda forma de vida. El entierro tradicional tibetano consiste en dejar el cuerpo de la persona fallecida al aire libre para que los buitres se lo coman. Este tipo de entierro se llama “entierro celestial”, y es apto para una tierra donde gran parte del suelo está congelado y es difícil cavar tumbas. 

Plataforma para los entierros celestiales. Batang.

Un cadáver puede ser fácilmente hecho desaparecer en cuarenta minutos por parte de un grupo numeroso de buitres. En las creencias tibetanas los buitres son asimilados a dakinis, el equivalente a ángeles. Dakini significa “bailarín del cielo”, y llevan las almas de los muertos al cielo. El Buda Sakyamuni mostró la virtud de este tipo de enterramiento ya que, al ofrecer el cuerpo a los buitres se preserva la vida de otros pequeños animales que podrían ser devorados por los buitres si no tuvieran comida. El Monasterio de Drigung-til, en Lhasa, es muy conocido por sus entierros celestiales.

Entierro celestial. Monasterio de Seda, Tíbet

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