¿Qué hacemos con los pueblos aborígenes? La biodiversidad nos va en ello.
Querida hija:
Todos los grandes naturalistas se han interesado por los pueblos aborígenes. Nuestro añorado Félix Rodríguez de la Fuente dedicó en 1971 varios programas de su serie "Planeta Azul" a los bambuti de la Selva del Ituri, en la R.D. del Congo, y en sus repetidos viajes a África siempre buscó en los pueblos aborígenes esas supervivencias del Hombre Paleolítico que, para él, fue el momento culminante de nuestra especie. Yo también he llegado a ese punto. Hoy quiero que conozcas la especial relación que estos pueblos tienen con la Tierra y la Fauna, y los tremendos peligros que hoy hacen frente. Nada menos que el exterminio.
Mujeres Shuar de Ecuador |
¿Quiénes son los pueblos aborígenes?
Las terminologías y definiciones que se aplican a estos pueblos son difíciles e insatisfactorias. Suele denominárseles como indígenas o aborígenes, que tienen el mismo significado: "natural de un lugar". Lo que sucede es que la palabra "indígena" hoy día tiene una cierta carga peyorativa, y por eso yo prefiero usar la palabra "aborigen".
La ONU, en vista de la complejidad y diversidad de los pueblos aborígenes, ha renunciado a acuñar una definición "oficial" pero sí ha propuesto una definición de trabajo en 1982, que es la siguiente:
"Comunidades, pueblos y naciones indígenas son aquellos que, teniendo una continuidad histórica con sociedades pre-invasión y pre-coloniales que se desarrollaron en sus territorios, se consideran a sí mismos distintos de otros sectores de la sociedad hoy prevalente en aquellos territorios o partes de ellos. Actualmente forman sectores no dominantes de la sociedad y están determinados a preservar, desarrollar, y transmitir a generaciones futuras sus territorios ancestrales y su identidad étnica como base de la existencia continuada de sus pueblos, de acuerdo con sus propios patrones culturales, instituciones sociales y sistemas legales"
Félix Rodríguez de la Fuente con los Masai |
Un ladrillazo. Ni tú, ni nadie que lea esta absurda definición podrá entender o saber qué es un pueblo aborigen. En realidad, esta definición corresponde en general a lo que es una minoría nacional. Lo que pasa es que, si bien todos los pueblos aborígenes son minorías nacionales (en el sentido étnico del término), no todas las minorías nacionales son pueblos aborígenes. Y me explico.
Imagínate al pueblo sorbio, que es una minoría nacional de lengua eslava que vive actualmente en algunas zonas de Alemania nor-oriental. Si lees atentamente la definición de la ONU, verás que corresponde exactamente a lo que es el pueblo sorbio. Pero si viajas a Alemania y ves a los sorbios, en seguida te darás cuenta de que no se trata de ningún pueblo aborigen en el sentido en el que todos nos imaginamos: se parecen por completo a los alemanes de habla germana: visten igual, viven en casas iguales, conducen coches iguales, trabajan en oficinas iguales y, en general, su modo de vida es completamente alemán. Sólo les diferencia una lengua y una tradición cultural distinta de la germánica.
Entonces, yo mismo te voy a hacer aquí una definición de lo que es un pueblo aborigen, que es inequívoca:
"Un pueblo aborigen es una comunidad humana que cumple estas tres condiciones:
- Sólo se encuentran en un lugar concreto
- No ha desarrollado la forma estatal de sociedad
- Su modo de vida está completamente integrado en la Naturaleza"
Los Dayak de Borneo son un buen ejemplo de pueblo aborigen. Foto: Charles Hose |
Para que lo termines de entender, vamos a hacer una comparación entre un pueblo aborigen, los Hadzabe, y un pueblo no aborigen, los españoles.
-Los Hadzabe son nativos de Tanzania central, en los alrededores del Lago Eyasi. Son unos 1.300 individuos y no se encuentran en ninguna otra parte del mundo. Por el contrario, si bien los españoles son originarios de España, donde se encuentran en su mayoría (46 millones de personas), los españoles pueden encontrarse por todo el mundo, donde hay dos millones y medio de españoles repartidos por los cinco continentes.
-Los españoles están organizados en un Estado. Los Hadzabe no. Los pueblos aborígenes se organizan normalmente en grupos familiares denominados "clanes". Y varios clanes que descienden de un antepasado común pueden agruparse en una "Jefatura". El Estado, por el contrario, es una organización social muy compleja, basada en una élite burocrática (que elabora e implementa leyes de obligado cumplimiento), y coercitiva (que obliga al cumplimiento de las leyes y castiga al que no las cumple), y que delimita su territorio mediante fronteras rígidas e inamovibles, defendidas por un Ejército. El Estado alberga estructuras económicas de carácter productivo y comercial, y los súbditos están rígidamente sometidos a la Autoridad central.
-El modo de vida tradicional hadzabe es cazador-recolector. Como todos los pueblos aborígenes, dependen de la naturaleza para vivir, y toman de ella únicamente lo que necesitan, sin forzar ni violentar la capacidad de carga de su territorio. Eso es lo que yo llamo "modo de vida completamente integrado en la Naturaleza". Por el contrario, los españoles (como el resto de los pueblos no aborígenes) tienen una relación depredadora con la Naturaleza y sus criaturas. Toman de ella mucho más de lo que necesitan y mucho más de lo que la Naturaleza puede dar. Este modo de vida destruye la Naturaleza y todo lo que contiene.
Cazadores Hadzabe, de Tanzania (Foto: Woodlouse) |
¿A que ahora tienes clara la diferencia entre un pueblo aborigen y un pueblo no aborigen?
Los pueblos aborígenes constituyen unos 370 millones de personas distribuidas por 72 países, y divididas en unos 5.000 pueblos (cazadores, recolectores, agricultores, ganaderos, nómadas, sedentarios...). La diversidad cultural de los pueblos aborígenes es apabullante: aproximadamente tres cuartos de las 6.000 lenguas habladas hoy día lo son por pueblos aborígenes. Ya sólo por esta maravillosa variedad de lenguas, culturas y formas de pensamiento y de entender el mundo el valor de los pueblos aborígenes es incalculable. Pero es que, además, hay mucho más.
En lo que queda de crónica, voy a explicarte el por qué del conflicto entre los pueblos no aborígenes y los aborígenes, que está abocando al exterminio a estos últimos, y cuál es la especial relación entre los aborígenes y la Naturaleza, que es el aspecto que me interesa que aprendas, pues honestamente creo que la forma de pensar y actuar de los aborígenes es lo único que hoy puede salvar lo que nos queda de biodiversidad y, tal vez, del planeta.
Los pueblos aborígenes albergan una vasta diversidad cultural. Infografía: activesustainability.com |
¿Por qué los pueblos no aborígenes quieren exterminar a los aborígenes?
¿De dónde sale este conflicto? Originariamente, todos los humanos formábamos parte de pueblos aborígenes, allá por el Paleolítico. Pero llegó el Neolítico y sucedieron dos cosas muy importantes en unas zonas muy determinadas del mundo: las cuencas de los grandes ríos, el Nilo, el Tigris, el Éufrates, el Indo, el Ganges y el Yangtsé.
La primera, se inventaron la agricultura y la ganadería. Y muy pronto estas agricultura y ganadería se hicieron un potentísimo sector económico. La segunda, surge el Estado. ¿Cómo?. En estas regiones del mundo la agricultura pronto alcanzó una gran escala, y existía el problema de cómo usar los grandes ríos para irrigar los nuevos campos agrícolas. Había que buscar un tipo de organización social capaz de explotar el recurso de los grandes ríos y coordinarlo con multitud de parcelas agrícolas. Surge así una comunidad muy organizada, con una fuerte jerarquía, que se ve obligada a observar la Naturaleza para predecir los ciclos fluviales y los ciclos agrícolas, estableciendo una Ciencia y una Tecnología incipiente: el Estado.
La ciudad-estado de Ur, en Mesopotamia, es un ejemplo de los primeros Estados |
Por primera vez en la Historia, surgen comunidades humanas que se independizan de la Naturaleza para obtener su sustento, se agrupan para vivir en ciudades cada vez más grandes y crean una economía monetaria alejada del tradicional intercambio de bienes. Estos nuevos Estados se van a expandir: a veces pacíficamente, mediante acuerdos, y a veces militarmente, imponiéndose a pueblos vecinos. Por toda Europa y grandes partes de Asia, los pueblos aborígenes son absorbidos o aniquilados por estos nuevos Estados, que necesitan tierra.
Ésta es la clave del conflicto. Los Estados necesitan tierra. Tierra para cultivar más y más. Tierra para criar más y más vacas. Tierra para obtener minerales para alimentar su industria y su tecnología. Tierra para asentar colonos y aliviar así la presión demográfica. Tierra, tierra, un hambre insaciable de tierra.
Y son los aborígenes los que poseen la tierra. Una tierra que no cultivan, en la que no crían ganado, una tierra que no excavan en busca de minerales. Ellos no hacen nada con la tierra. ¿Qué más "natural" que echarlos de allí, ya que no "aprovechan" la tierra, para apropiármela yo, que sí voy a "explotar" esa tierra?
Por el "Sendero de las Lágrimas", los americanos deportaron a los Cherokees y los Choctaws de sus tierras ancestrales entre 1831 y 1838 |
Muy pronto, los pueblos que vivían en los Estados consideraron a los aborígenes como "primitivos" y "atrasados". Como ellos no vivían de la misma forma que nosotros, los juzgamos desde el punto de vista de lo que nosotros considerábamos "riqueza y bienestar". Como ellos no poseen coches, neveras, televisores y no se ponen traje y zapatos de tacón, entonces ellos son "pobres", "atrasados". Y, por lo visto, eso nos otorga el "derecho" de hacer con ellos (y su tierra, sobre todo) lo que nos venga en gana.
Así, con el advenimiento de la Era de los Descubrimientos, los colonos y militares españoles, portugueses, ingleses, franceses y holandeses sometieron y exterminaron numerosos pueblos aborígenes en América, Asia y África para apropiarse de sus tierras y cultivar en ellas las carísimas especias o la caña de azúcar. O para asegurarse monopolios comerciales de pieles de animales, y para establecer colonos. El Estado como forma de organización se impuso así en tres continentes de un plumazo.
Pero no sólo eran los europeos. En Asia, los chinos se imponían también a los aborígenes de Yunnan, los japoneses, a los ainus de Hokkaido, y los indios y los sultanatos malayos sojuzgaban a los aborígenes de piel negra que habitaban las inaccesibles montañas interiores.
Los últimos aborígenes del Sur de Argentina fueron exterminados en la Conquista del Desierto |
Durante el siglo XIX, el advenimiento de la Era del Imperialismo agravó aún más este proceso. Por un lado, los Estados europeos y Japón ocupaban amplios territorios para convertirlos en Estados tributarios llamados "colonias", sometiendo a los pueblos autóctonos (aborígenes o no), sino que muchos otros países establecían imperios coloniales interiores con los mismos propósitos: apropiarse de tierras para la agricultura, la ganadería, la minería y para asentar colonos. Así, se produjeron guerras de exterminio ocupación de aborígenes en los EEUU (1780 - 1890), en Argentina (1878 - 1885) o en Chile (1861 - 1883), así como la ocupación siberiana de Rusia.
Por todas partes, los aborígenes eran despojados de sus tierras, sometidos, esclavizados, encerrados en reservas donde se les atiborraba de alcohol y de drogas, se desarraigaba a mujeres y niños para criarlos como "occidentales", se les despojó incluso de su misma condición humana.
Sólo en 1962 se reconoció a los aborígenes el derecho al voto en Australia, y en 1967 se les incorporó a la ciudadanía australiana. Ellos, que habían sido los primeros y originarios australianos.
En Australia, los aborígenes celebran el "Mourning Day" para protestar contra la ocupación británica. Foto: Yamil Blakkarly/Al Jazeera) |
Y hoy el conflicto continúa: sus tierras son esenciales para cultivar soja, aceite de palma, para destripar la Amazonía buscando el oro y el petróleo...sus hombres siguen siendo asesinados y deportados, sus mujeres violadas y prostituidas...esto está muy lejos de terminar hoy día, por muchos "derechos" que se les reconozca en mullidos despachos de Nueva York o de Londres.
¿Qué tienen los aborígenes que nos irrita tanto?
¿De dónde, pues, viene todo ese odio genocida hacia los pueblos aborígenes? Como te he explicado más arriba, todo viene por la posesión de la tierra. Los Estados codician la tierra que poseen los aborígenes. Por eso, para entender la raíz del conflicto, tienes que entender cuál es la visión que los aborígenes tienen de la tierra.
Para nosotros, los pueblos no aborígenes, la tierra es una mercancía más. Se compra, se vende, se hereda...y se roba. No sentimos una vinculación especial hacia nuestra tierra más allá de un cierto cariño hacia el lugar que nos vio nacer. Una persona puede nacer en Burgos, vivir en Granada y morir en Barcelona, y si sus padres tenían una finca en un pueblo, esa finca pueden venderla sin mayor problema.
Tierra deforestada para cultivo de soja en Salta, Argentina. Foto: Greenpeace |
Para los pueblos aborígenes esto es una monstruosidad. Su visión sobre la tierra es radicalmente distinta de la nuestra, e incluso contrapuesta. El aborigen ve la tierra desde dos planos diferentes. El primero es el plano cósmico: la Tierra es nuestra Madre, puesto que nos proporciona todo lo que necesitamos para vivir. Es la famosa Pachamama de la cosmovisión andina. Y luego está el plano "tierra-territorio". Todos los pueblos aborígenes tienen una relación compleja con su tierra ancestral: es espiritual, cultural, social y económica.
El "territorio" de una comunidad aborigen no sólo es un espacio geográfico que delimita su "autoridad". Es algo mucho más profundo. Es el lugar donde están enterrados sus antepasados, pero van mucho más allá. Para ellos es absurda la idea de "poseer" la tierra como una mercancía. Es justo al revés. Son los humanos quienes pertenecemos a la tierra, formamos parte de ella, nos posee. Ambelyn Kwaymullina, una mujer aborigen del pueblo Palyku de Australia lo explica de una forma muy clara:
"Para el pueblo aborigen, la tierra es mucho más que un lugar. Rocas, árboles, ríos, colinas, animales, todos están formados por la misma sustancia de los Antepasados que continúan viviendo en la tierra, en el agua, en el cielo (...) necesitamos, cuidamos y amamos la tierra, igual que la tierra necesita, cuida y ama a las personas que viven en ella. La tierra es cultura, familia, identidad"
Para el aborigen, la tierra lo es todo |
Como ves, la tierra lo es todo para el aborigen. Y de este sentimiento y visión se extrae una valiosa conclusión: es una responsabilidad para el aborigen el legar intacta la tierra a sus descendientes. Porque la tierra es sagrada, es la identidad misma del aborigen. Su relación es completamente espiritual. Y esta visión de la tierra es compartida por todos los pueblos aborígenes del mundo, lo que nos lleva a pensar que originariamente fue también esa nuestra propia visión antes de que el Neolítico y los Estados nos arrebataran el alma. La visión originaria del Humano originario. He ahí el interés que tenía Félix en los pueblos aborígenes.
Por eso, el aborigen se desgarra horriblemente cuando los bulldozers entran en su tierra (como has visto, ese "su" no es posesivo en sentido occidental del término), talan sus árboles y destripan su suelo. Se está destruyendo el espíritu mismo del aborigen, sus antepasados están siendo violentados, todo su ser está siendo desarraigado y destruido. Por eso, el aborigen extirpado de su tierra y despojado de ella se convierte en un ser moral y psicológicamente destruido, presa fácil de drogas y fanatismos religiosos de todo tipo.
Explotación aurífera ilegal en tierras de los Yanomami, en Brasil. Foto: Rogério Assis |
El Estado ávido de petróleo, de oro, de diamantes, de trigo, de soja...jamás renunciará a la tierra de los aborígenes. La necesita para ponerla a"producir". Pero el aborigen no está dispuesto a abandonar su tierra a los bulldozers y a los arados del invasor. Es renunciar a su mismo ser y a su misma vida. Sólo la abandonará muerto.
He ahí el conflicto. He ahí la guerra sorda que todos los días se libra ante la indiferencia de los noticieros, más pendientes de la lesión del último futbolista de moda.
No sólo es la tierra. La relación del aborigen con los animales es también muy especial, y encierra valiosas lecciones para nosotros. Y también beneficios muy concretos para la biodiversidad y para nuestro planeta.
Para el aborigen no existe separación entre los mundos natural, humano y espiritual, y los tres están conectados por el mundo de los sueños, que nos los pone de manifiesto de una forma tan real como nuestros propios sentidos. Puesto que el ser humano forma parte del mismo mundo que los animales, los animales no son algo ajeno a nosotros (como pensamos los pueblos no aborígenes) sino que estamos íntimamente relacionados. De hecho, para los aborígenes, los animales son personas no humanas, tienen espíritus y penetran en el mundo humano para darnos su carne, su piel, sus huesos.
Porque el aborigen tiene que comer y caza animales. Pero para ello (al igual que para cultivar la tierra) pide permiso a los espíritus de la tierra y de los animales, y agradece al animal cazado que su carne va a sustentar al cazador y a su familia. La noción de "caza como deporte" es algo completamente alucinante para la mentalidad de un aborigen. Es algo tan absurdo que se escapa de su entendimiento. El ser humano aprende del mundo animal cómo vivir cerca de la tierra, y se establece entre el animal y el humano una conexión espiritual que imbuye al ser humano un gran respeto por la Vida.
Es es misma conexión espiritual entre el mundo animal y el mundo humano, y ese mandato de legar al descendiente una tierra sana la que obliga al aborigen a no sobre-cazar ni sobre-pescar. El aborigen sólo mata y come lo que necesita, y ni un sólo animal más (ni uno menos). Por eso, para el aborigen, nuestra noción de "gestión de poblaciones" es algo que hasta les causa risa, e incluso es ofensivo para los animales. En palabras de un cazador de la nación Kluane, de Canadá:
"Los humanos no pueden ``gestionar`` las poblaciones de animales. Los animales se gestionan ellos mismos: toman sus propias decisiones sobre cuándo reproducirse, y adónde ir, decisiones que son independientes de cualquier deseo humano. La ``gestión``de la vida animal no trata, en realidad, de los animales, trata sobre gestionar personas"
La caza de los aborígenes es sostenible porque sólo cazan lo que necesitan para vivir. Foto: David Mansell |
No es casualidad, por tanto, que muchas de las áreas más biodiversas de nuestro planeta están habitadas por pueblos aborígenes. Su filosofía de la vida es altamente beneficiosa para nuestro planeta: existe una correlación directa entre las áreas de alta diversidad cultural humana y alta diversidad biológica, y esto es especialmente cierto en las áreas donde se da el bosque tropical. De hecho, hay nueve países donde se habla nada menos que el 60% de los idiomas del mundo, y en seis de esos nueve existe un excepcional número de endemismos de animales y plantas.
Te voy a insistir en esto con un dato más. Según el informe Indigenous and Traditional Peoples of the World and Ecoregion Conservation: an integrated Approach to Conserving the World's Biological and Cultural Diversity, publicado en 2000 por WWF International y Terralingua, 4.635 grupos etno-lingüísticos, que constituyen el 67% del total mundial, viven 225 regiones de la mayor importancia biológica. Una vez más se demuestra la íntima relación entre las culturas aborígenes y la tierra que las sustenta: no puede haber diversidad biológica sin diversidad cultural, y no puede haber diversidad cultural sin diversidad biológica.
Entonces, ¿qué hacemos con los pueblos aborígenes?
Como has podido darte cuenta tras todo lo que te he explicado, la cultura, el pensamiento y la forma de vida aborigen no pueden desaparecer de la faz de la Tierra. Si ellos desaparecen, desaparecerá entonces todo rastro de nuestro primitivo respeto y veneración por la tierra y los animales que hay en ella. Así de simple.
Como primera propuesta, hay que dejar en paz a los pueblos aborígenes. Respetar íntegramente su forma de vida. ¿Y qué quiere decir exactamente esto?
Para empezar, respetar sus tierras. Ya has aprendido que la tierra es la columna vertebral de toda cultura aborigen. Los Estados y sus instrumentos, las empresas, deben dejar inmediatamente de invadir, arrebatar o usurpar las tierras aborígenes. Al menos preservemos lo que hoy queda aún en pie. Dejar que vivan de acuerdo con su cultura y sus creencias en su tierra, sin molestarles.
Se debe permitir a los aborígenes vivir sin interferencia alguna según su vida tradicional |
De hecho, muchos tribunales (sobre todo en el mundo anglosajón) han reconocido la propiedad de la tierra a algunos grupos aborígenes que han tenido la posibilidad de pleitear ante unos tribunales que les han sido impuestos por Estados invasores. Aunque en la práctica esto no ha tenido mayores consecuencias, tenemos que empezar a aceptar la idea de que no importa si en las tierras aborígenes hay uranio, o petróleo, o diamantes. No nos pertenecen. Por tanto, no se tocan.
He hablado de los Estados y su secular guerra contra los aborígenes. Pero también las personas de a pie tenemos que cambiar nuestra mentalidad hacia ellos. Tenemos que quitarnos de la cabeza esa idea de que son "pobres", "desvalidos", a los que hay que "ayudar" y "civilizar". Si les dejamos en paz de verdad, te aseguro que no necesitarán nada de nosotros. Existen muchas personas y organizaciones que, bienintencionadamente (estoy convencido de ello) tratan de ayudarles. Pero a veces, esta "cooperación" es una puerta de entrada hacia una "estatalización" de su forma de vida, de controlarles de algún modo.
He oído a muchas personas de a pie decir cosas como "pero si quieren tener una televisión o una lavadora, ¿por qué no pueden tenerla?". Vamos a aclarar ideas al respecto.
En primer lugar, vuelvo a repetirte, no podemos medir el "bienestar" de una comunidad humana en función de sus bienes materiales. Nosotros, en nuestras opulentas ciudades industriales, tenemos coches, lavadoras, secadoras, televisiones...¿y de qué nos sirven?, no nos han evitado la depresión, la ansiedad, el estrés, la alienación...¿cuántos ansiolíticos se consumen en España anualmente? ¿cuántos consumen los Hadzabe o los Shuar?. Piensa en eso.
Cuando se desarraiga al aborigen y se le priva de su cultura, entonces se le destruye física y psicológicamente |
Por otro lado, respetar a los aborígenes en sus decisiones implica también respetar a aquellos aborígenes que desean vivir de otra manera. Si un aborigen decide abandonar la forma de vida tradicional y comprarse la sagrada televisión y la sagrada lavadora, no podemos ni debemos impedírselo. Hay que respetar su libertad, pero hay que hacer que sus decisiones sean plenamente libres e informadas. Todos los pueblos aborígenes están sometidos a la autoridad de algún Estado. Un Estado al que no han construido y al que no llamaron para que les gobernara. Pero, ya que son súbditos a la fuerza, deben ser aceptados en igualdad de condiciones si deciden adoptar la forma de vida de la población no aborigen.
No se puede tolerar la hipocresía de intentar que ellos abandonen su forma de vida pero cuando adoptan la nuestra se les rechace con argumentos racistas o se les trate con paternalismo. ¿Queremos que el aborigen abandone su vida y adopte la nuestra? entonces el aborigen tiene derecho a la misma Educación, la misma Medicina y las mismas oportunidades profesionales que un no aborigen. Pero eso rara vez sucede. Se les mantiene en una tierra de nadie social que ni es aborigen ni es no-aborigen.
Y ahí se consumen en el dolor de su tierra arrebatada y violentada y ante una sociedad invasora a la que sólo le interesa que compren sus televisiones y sus lavadoras.
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