El ñandú: emblema de la Pampa

Querida hija:

Desde Europa tenemos claro que el ñandú es el "avestruz" americano, tal como allí se le denomina popularmente. O sea, un ave grande, corredora y no voladora. Y ya. Un ave que estuvo a punto de ser nominada como Ave Nacional de Argentina en votación popular en 1928 (aunque finalmente salió el hornero) porque es un animal inseparable de las extensas pampas y estepas patagónicas. Ya va siendo hora de conocer algo más que avestruces y, como mucho, emúes. Acomódate y trae palomitas que te voy a hablar nada menos que de la mayor ave de América.

Ñandú petiso o de Darwin

Taxonomía y origen

¿Te acuerdas de cuando te hablé de las aves paleognatas?, sí, ese grupo de aves "primitivas" que alcanzan gran tamaño, han perdido la capacidad de volar aunque desciendan de antepasados voladores, y que se extienden por la antigua Gondwana: el avestruz, el emú, el casuario, el kiwi...etc. Pues bien, el ñandú es una de esas aves, en este caso exclusiva de América del Sur. Dentro de ese infraorden de aves Paleognatas, los ñandúes ocupan taxonómicamente su propio Orden (Rheiformes) y su propia familia (Rheidae).

Los ñandúes ocupan su lugar dentro de las aves Paleognatas

Actualmente existen dos especies de ñandúes, lo que seguramente te sorprenderá porque solemos tratar al ñandú así, en genérico, como si fuera una única especie y no, no lo es. Estas son los dos ñandúes:

El ñandú común (Rhea americana), es el más conocido de los ñandúes porque es el más grande y está más extendido. Y cuando hablamos de "ñandú" en genérico, pensamos en esta especie. Es un ave grande, que puede alcanzar 1,7 m de altura pero lo normal es una horquilla entre 1,27 y 1,4 m. y pesar en promedio unos 23 kg. El macho es algo mayor que la hembra y su plumaje está entre gris y marrón, con unos diseños de color negro que, como verás, lo distinguen de la otra especie de ñandú. Se le reconocen actualmente cinco subespecies que ocupan el sector sudoccidental de América del Sur:

Ñandú común en Corrientes, Argentina. Foto: Patrick Monney

- Subespecie nominal (R. a. americana) en los campos y el cerrado del centro y este de Brasil.

- R. a. intermedia: Uruguay y el Estado brasileño de Rio Grande do Sul.

- R. a. nobilis: Paraguay al este del Río Paraguay.

- R. a. araneipes: Chaco paraguayo y boliviano, así como el Estado brasileño de Mato Grosso.

- R. a. albescens: pampas y estepas argentinas hasta la Provincia de Río Negro.

Distribución de las subespecies del ñandú común

El ñandú petiso (R. pennata), también conocido como "ñandú menor" o "ñandú de Darwin" porque fue descubierto para la ciencia por Charles Darwin durante su viaje en el Beagle, y descrito oficialmente por D'Orbigny en 1837. Es de menor tamaño que el ñandú común, puesto que no supera la altura de 1,2 m y el color de su plumaje es gris claro, sin diseños negros. Hasta hace relativamente pocos años se le adscribía al género Pterocnemia pero finalmente se le ha incluido en Rhea. Se reconocen tres subespecies que viven en el ángulo árido de Sudamérica sudoccidental:

Ñandú petiso en el Parque Nacional Torres del Paine, Chile. Foto: Pablo Andrés Cáceres Contreras

- Ñandú del Sur o choique (R. p. pennata), la subespecie nominal, también llamado "ñandú patogénico" que vive en las estepas patagónicas argentinas y chilenas al Sur del área de distribución del ñandú común, con el que mantiene una cierta zona de solape.

- Ñandú del Norte o suri (R. p. garleppi), también llamado "ñandú de la puna" en la puna andina situada entre el Norte de Chile, Sureste de Perú, Suroeste de Bolivia y Noroeste de Argentina.

- Suri puneño (R. p. tarapacensis), en la puna chilena situada en las regiones de Arica, Parinacota, Tarapacá, Atacama y Antofagasta.

Distribución de las subespecies de ñandú petiso

Debes saber que la IUCN une las dos subespecies de la puna (o sea, los dos suris) en una tercera especie de ñandú: Rhea tarapacensis, pero esta especie no es reconocida por nadie más por lo que tampoco la consideraré aquí. La principal diferencia del ñandú con el avestruz aparte del tamaño es que aquél tiene tres dedos en cada pie contra dos que tiene el avestruz.

Como ya te expliqué cuando te hablé de las Paleognatas, el origen de los ñandúes hay que buscarlo en un grupo de antepasados que se desplazaron desde Norteamérica y que se fueron desplazando hacia el Sur. En este migración de los ancestros de ñandúes, tinamúes, moas, emúes, casuarios y kiwis, los ancestros de los futuros ñandúes quedaron aislados en la isla-continente que fue América del Sur donde evolucionaron dando formas ya corredoras y no voladoras.

La familia Rheidae se conoce ya en estado fósil desde el Mioceno hace 15 millones de años con el género extinto Ophistodactylus en las provincias argentinas de Santa Cruz y Río Negro, con dos especies al menos. El género Pterocnemia, hoy englobado en Rhea, se conocía también con la especie P. mesopotamica. Incluso durante el Plioceno temprano se conocen dos especies de reídos gigantes: Heterorhea dabbenei e Hinasuri nehuensis siendo éste último más alto que un ser humano mientras que el primero tenía un tamaño similar al ñandú común actual (que es la cuarta ave más grande del mundo tras avestruces, emúes y casuarios).

Reconstrucción de algunos reídos fósiles

Del género Rhea se conocen como especies fósiles R. anchorenensis y R. fossilis, ambas del Pleistoceno de Buenos Aires, y las especies actuales se conocen del Holoceno, de hace entre 10.000 y 8.000 años. Se cree que el ñandú común, más dependiente de la humedad, tenia una distribución más sureña que hoy día pero los cambios climáticos que supusieron un clima más seco y frío lo hicieron migrar más hacia el Norte, mientras que el ñandú petiso, más adaptado a zonas frías y áridas, ocupó su lugar alcanzando aproximadamente la distribución que hoy tiene. Al parecer, los dos ñandúes de hoy acabaron siendo las especies más aptas para adaptarse al clima postglacial en América del Sur, extinguiéndose las otras especies de reídos que había en el periodo inmediatamente anterior.

Biología y ecología

En general, la biología y la ecología de las dos especies de ñandú son muy similares. Por eso me referiré aquí al ñandú común, más extendido y conocido, generalizando sus datos también al ñandú petiso y haré referencia expresa a éste último en aquellos aspectos donde haya una diferencia significativa con el ñandú común.

Si bien el ñandú es un animal de espacios abiertos ya que se trata de un ave corredora (y que corre a gran velocidad, pudiendo alcanzar los 70 km/h), existen algunas diferencias entre el hábitat preferido por ambas especies. El ñandú común es un animal de pastizales sub-húmedos: se le encuentra en la Pampa, pero también en sabanas (como el Cerrado), en bosques secos abiertos (como el Chaco) y también se le puede encontrar en áreas palustres, mientras que el ñandú petiso prefiere el matorral y la estepa fría, además de las altas mesetas de la Puna, donde se le puede encontrar hasta los 4.500 m.

Suri en la puna chilena

Durante el periodo no reproductor, el ñandú se mueve en bandas que históricamente podían alcanzar los 120 ejemplares, pero hoy día lo normal es encontrarse entre los 20 y 50 como mucho (y es mucho hoy). Durante este tiempo básicamente se desplazan y se alimentan. El ñandú es un ave omnívora pero con una mayor proporción de materia vegetal: normalmente plantas de hoja ancha pero también semillas y frutos cuando es temporada. Complementa su dieta con proteína animal; artrópodos y pequeños vertebrados (incluso pequeñas aves).

Al igual que sucede con la avutarda en España, el ñandú común se ha adaptado a vivir en estepas cerealistas en Argentina, pero no se alimenta de cereal. No obstante, para otros tipos de cultivos los agricultores los consideran una plaga y por ello han sido perseguidos (aunque no hablan del control de insectos que llevan a cabo) pero de esto te hablaré más adelante.

Grupo de ñandúes en el Refugio Atinguy, Encarnación (Paraguay)

Cuando llega el invierno, época reproductiva, la banda de ñandúes se divide normalmente en tres grupos: machos solteros, hembras y un tercer grupo de juveniles. Se produce entonces un cortejo o baile con el que el macho trata de atraer a las hembras, pues se trata de una especie poligámica en un primer momento. Pero en un segundo momento las hembras son también poliándricas, ya que cuando han realizado la puesta en un nido que es un hoyo excavado en el suelo y cubierto con hierbas, es el macho el que se encarga de la incubación y defensa del nido, mientras que la hembra irá en busca de otros machos con los que aparearse. La nidada que cuida el macho está compuesto, pues, de huevos de varias hembras en un promedio de 26 huevos por nidada.

Nido de ñandú en el Pantanal brasileño. Foto: Ondrej Prosicky

El macho, además, tiene una curiosa costumbre: cuando se dispone a incubar los huevos, escoge uno de ellos y lo aleja del nido por lo que no será incubado y acabará pudriéndose. Este huevo podrido atraerá moscas con las que luego se alimentarán los polluelos cuando eclosionen tras un periodo de entre 29 y 43 días. Estos polluelos reciben nombres locales como charas, charos, charitos o charabones, que se aplica a los juveniles.

Sólo me queda hablarte de los depredadores del ñandú. El principal de ellos es el puma, que caza tanto adultos como juveniles, y en menor medida el jaguar allá donde coinciden sus áreas de distribución. Pero son sobre todo los huevos y los polluelos/juveniles los principales objetos de depredación por parte de zorros (Lycalopex), mofetas, caracaras, armadillos o grisones (Galictis). Pero, como suele suceder, es el ser humano el principal depredador del ñandú puesto que es un ave secularmente aprovechada por los humanos por su carne, su cuero, sus plumas y sus huevos. De eso te hablaré en el siguiente apartado.

Pumas devorando huevos de ñandú en el PN Torres del Paine (Chile). Foto: Jorge Cárdenas

El ñandú y el ser humano

La evidencia arqueológica y paleontológica nos dice que el ser humano ha cazado y consumido al ñandú desde la noche de los tiempos. En efecto, en la región patagónica hay evidencias de hace 13.000 años, prácticamente desde que el ser humano llegó a estas tierras. El ñandú tiene una particularidad que no tienen otros animales cazados por los primeros humanos en la región, como el guanaco, y es que su carne es rica en grasa como una adaptación para soportar los fríos inviernos australes. El aporte de grasa de la carne de ñandú debió ser importante para los humanos de la región lo que sucede es que los paleontólogos han encontrado menos restos de caza de ñandú de los que cabría esperar. Sin embargo, sí se han encontrado abundantes restos de huevos de ñandú depredados por los humanos.

Cazador mapuche mostrando el ñandú que ha cazado

La explicación estaría en la dificultad de perseguir y abatir a un ave que corre a 70 km/h, y los humanos tenían que acudir al ingenio y la estratagema para ello. No obstante, como la recolección de los huevos era más fácil que la caza de animales adultos, seguramente tienes ahí la razón de este patrón paleontológico.

Los pueblos aborígenes no sólo cazaban al ñandú por su carne y sus huevos. Sus plumas se usaban en vestidos ceremoniales y en adornos corporales y el cuero y los tendones eran ampliamente usados para fabricación de diversos elementos. Sin embargo, no sería hasta que los españoles llegaron a América e introdujeron el caballo cuando la caza del ñandú pudo darse a mayor escala, dado que ahora sí se podía perseguir con garantías a tan rápido animal.

Los españoles denominaron al ñandú "avestruz" en cuanto lo conocieron dado que les recordaba enormemente al avestruz africano. Esto no debe extrañarte porque cuando los españoles conocieron la gran variedad de nuevos animales americanos que no sabían nombrar, recurrieron a nombres de animales parecidos que ellos conocían. Así, denominaron al puma "león" y al jaguar "tigre", nombres todos ellos que han pasado al acervo cultural americano. Por eso, es muy normal que el nombre "avestruz" se siga aplicando al ñandú hoy día en América, pero convive con los nombres autóctonos: ñandú es palabra guaraní, que significa "araña", queriendo hacer notar que el ñandú tiene las patas alargadas y delgadas como las de la araña.

Gauchos boleando ñandúes

Por otro lado, suri es palabra de origen quechua, y choique de origen mapudungún, con lo que los tres nombres autóctonos para el ñandú comprenderían las tres grandes familias lingüísticas del Cono Sur de América.

Durante el periodo español, el ñandú fue ampliamente descrito por viajeros nacionales y extranjeros, por naturalistas y misioneros. Te pongo como ejemplo este testimonio de Fray Reginaldo de Lizárraga (1545 - 1615), dominico que fue obispo de Concepción y de Asunción:

"En toda esta tierra y llanura hay gran cantidad de avestruces; son pardos y grandes, a cuya causa no vuelan, pero a vuelapié, con una ala, corren ligerísimamente; con todo eso los cazan con galgos..."

El clérigo dominico nos está informando además de una de las modalidades de caza del ñandú que introdujeron los españoles en América: la caza con galgo. La caza del ñandú se hizo muy popular por tratarse de un animal de amplio aprovechamiento: carne, huevos, plumas (para fabricar plumeros), cuero, etc... En 1796 se exportaron a España 11.890 arrobas de plumas de ñandú.

¿Te acuerdas cuando te hablé del vacuno argentino y el surgimiento de los gauchos? pues se hizo legendaria la forma que tenían los gauchos de cazar al ñandú, usando boleadoras. Se trata de unas cuerdas unidas entre sí y atadas en sus extremos libres a dos o tres bolas pesadas. El gaucho las giraba sobre sí para tomar puntería y las lanzaba sobre el animal, enrollándosele en el cuello lo que paralizaba al animal, que acababa pisando las cuerdas y cayéndose al suelo. Claro, como siempre pasa la caza indiscriminada y sin restricciones empezó a pasar factura y el ñandú empezó a hacerse raro en el siglo XIX.

Ñandú petiso, en The zoology of the HMS Beagle

En la Provincia de Buenos Aires, donde el ñandú era abundante, se llegó a prohibir su caza en 1821 para protegerlo pero dicha prohibición cayó en desuso y se le seguía cazando sin mayor problema. En 1867, Guillermo Hudson escribía a la Institución Smithsonian, para la que recolectaba ejemplares:

"Lamento tener que informarle que resulta casi imposible conseguir un ñandú: desde la caída de Rosas, en 1852, los gauchos se han reído de los decretos que prohíben las 'corridas'  llegando casi a exterminarlos en consecuencia."

Sólo en 1882 se registró en el Puerto de Chubut la salida de 67 ñandúes y 14.128 kg de plumas de su especie. A comienzos del siglo XX la situación del ñandú era grave: Lynch Arribázaga decía que en 1920 en el Chaco, al avestruz "ya no se le bolea sino que se le dispara con armas de fuego". Durante la mayor parte del siglo XX, no obstante, se seguían explotando los productos de los ñandúes silvestres. Argentina exportó 94.928 ñandúes entre 1941 y 1950 y 104.238 en el siguiente decenio 1951 - 1960.

Criadero de ñandúes en Uruguay

Sin embargo, entre 1940 y 1980 se empiezan a ensayar criaderos para ñandúes de tal forma que el mercado fuera surtido por animales en cautividad y no por animales silvestres. En 1963 Argentina recolectó unos 40.000 kg de plumas de ñandú, el 40% de las cuales provenía ya de criaderos. Estos se generalizaron tras la Ley argentina de 1986 que prohibía todo comercio de productos de ñandú silvestre, y sería la década de 1990 la que consolidó el modelo de granjas para abastecer al mercado de sus productos.

Como curiosidad, te diré que unos ñandúes se escaparon de una granja situada en Meckenburgo, Alemania, a comienzos del siglo XXI y se ha establecido una población feral de unos 550 ejemplares en la zona. Las autoridades, a pesar de los daños que causan en cultivos agrícolas, no acaban de tomar una decisión sobre si autorizan su exterminio o los dejan estar.

Ahora bien, la situación del ñandú sigue siendo complicada en toda su área de distribución a pesar de que su caza está prohibida ya en todos los países donde habita. La causa está en la destrucción de su hábitat para su transformación en pastizales para el ganado o para la agricultura extensiva, y la caza furtiva de ejemplares y recolección ilegal de sus huevos, que siguen estando ampliamente presentes en toda su área de distribución. Pero también los proyectos de traslocacion y reintroducción en zonas donde es escaso o ausente están a la orden del día.

¿Logrará sobrevivir este magnifico símbolo de las anchas estepas australes?

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Comentarios

  1. Excelente artículo, gracias!
    Creo que quisiste decir "ñandú patagónico" en vez de "ñandú patogénico" ;)
    Saludos!

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