Doñana: acoso y derribo a un parque incómodo.

Querida hija:

Imagina que sólo quedara un único árbol en todo el planeta (al paso que vamos, no es mucho imaginar). Pues bien, estoy seguro que aún habría un individuo que vendría con una motosierra a talarlo y desarraigarlo con un bulldozer. Algo parecido está sucediendo con el Parque Nacional más señero y biodiverso de nuestra España: el Parque Nacional de Doñana. A pesar de tratarse de una de las zonas más ricas en fauna de toda Europa, este Parque Nacional se encuentra literal y materialmente cercado por el ser humano, que no se recata en esconder sus intenciones de arrasarlo, deforestarlo y extirparlo para...plantar fresas y construir urbanizaciones. En pleno siglo XXI.

Flamencos en la marisma de Doñana

Introducción: la jauría humana

Recientemente ha saltado a los medios de comunicación que la Junta de Andalucía ha "legalizado" ciertos regadíos ilegales que ciertas explotaciones freseras llevaban a cabo justo en el límite del Parque Nacional de Doñana, contribuyendo así a la esquilmación del acuífero sobre el que se asienta la verdadera riqueza de Doñana: el agua. Carlos Morenés, Marqués de Borghetto, descendiente de los últimos propietarios privados del Coto de Doñana, recordaba en una entrevista a la Prensa en 2016 cómo en su niñez bastaba con excavar con las manos debajo de un pino para obtener una rica agua dulce para beber, y cómo en el momento de la entrevista el nivel freático del acuífero había descendido ya 17 metros.

Como te contaré más detalladamente a lo largo de esta crónica, Doñana ha sido uno de los últimos rincones salvajes de Europa, y uno de los grandes triunfos del conservacionismo español, que se unió y se coordinó durante los años 50 y 60 del siglo XX para salvar Doñana (entonces en manos particulares) de la especulación, la desecación y las plantaciones madereras, hasta lograr su declaración como Parque Nacional en 1969.

Invernaderos de fresa que acosan a Doñana

Pero los intereses agrícolas y urbanísticos que fueron parados en seco en sus proyectos depredadores sobre Doñana no han perdonado ni olvidado, y desde entonces han ido tejiendo una auténtica maraña de intereses, infraestructuras y cultivos que literalmente están pegados a la raya del Parque Nacional importunándolo, carcomiéndolo, deteriorándolo, royéndolo... apoyados por los consabidos altavoces políticos y mediáticos de dichos intereses, que no pueden concebir que existan en Andalucía playas vírgenes protegidas del turismo depredador y terrenos cultivables dedicados al lince ibérico y al águila imperial.

¡Vivir para ver, hija mía!, para que veas cómo son las cosas. Lo que Franco no pudo conseguir en plena Dictadura franquista (¿quién lo diría ein?) lo van a conseguir en Democracia sibilinamente unos poderes económicos salvajes y desatados acostumbrados a lograr todo lo que se proponen.

Pero para entender cómo y por qué esta jauría de perros rabiosos devora a dentelladas el Parque de Doñana, primero tienes que conocer y entender qué es Doñana, cuál es su riqueza faunística y cómo se convirtió en Parque Nacional.

Doñana: dunas, marismas y aves acuáticas

El Espacio Natural de Doñana consta del Parque Nacional de Doñana, creado en 1969 y ampliado en sucesivas ocasiones, y el Parque Natural de Doñana, que es un "preparque" que sirve de área de amortiguación del PN, creado en 1989 y ampliado en 1997. 

El Parque Nacional tiene una superficie de 54.251 Ha (o sea, 542 km2) y el Parque Natural 68.236 Ha, lo que hace un total de superficie protegida de 122.487 Ha. Si atendemos al Parque Nacional, éste es el tercero en extensión de la Red de Parques Nacionales de España, tras Sierra Nevada y Picos de Europa. Es, además, Patrimonio de la Humanidad desde 1994.

Mapa del Parque Nacional Doñana

El Parque Nacional se encuentra situado entre las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz y afecta sobre todo al término municipal de Almonte (Huelva) en el que se encuentra el grueso del Parque. El límite del mismo corre a lo largo de la margen derecha del Guadalquivir desde su confluencia con el Caño de la Torre hasta la desembocadura del río enfrente de Sanlúcar de Barrameda. Corre luego hacia el noroeste a lo largo de la Playa de Castilla hasta Matalascañas (fachada marítima del Parque), y ahí tuerce al nordeste hacia el interior en línea recta hasta la aldea de El Rocío (desde aquí el PN protege también el Arroyo de La Rocina hasta Los Cabezudos, como una extensión del Parque).

Desde El Rocío, el límite corre hacia el Este hasta el Coto del Rey y desde allí baja ya en territorio de las Marismas del Guadalquivir hasta cruzar el Caño de Guadiamar, junto al cual está una de las entradas al Parque: el Centro de Interpretación José Antonio Valverde, desde donde el límite va en línea recta hacia el este hasta llegar al Caño Travieso, donde el límite vuelve a torcer en dirección Sur hasta la Laguna del Cangrejo Grande, desde donde serpentea hasta encontrar el Caño de la Torre, cuyo curso sigue ya hasta el Guadalquivir, al punto donde empezamos nuestro recorrido, cerrando el perímetro.

Por su parte, el Parque Natural o zona de Amortiguamiento consta de cuatro zonas separadas entre sí:

- La zona situada entre el Caño de la Torre y el Guadalquivir

- La zona situada entre Sanlúcar, al sur, y el Guadalquivir, al norte

- La zona costera situada entre Matalascañas y Mazagón, con un territorio hacia el interior antes de llegar al Arroyo de la Rocina

- Una zona norteña entre El Rocío e Hinojos, al Norte.

El clima del Parque es mediterráneo subhúmedo con influencias atlánticas y con dos estaciones marcadas: desde octubre a marzo es la temporada de las lluvias durante la cual las marismas se inundan y de abril a septiembre la temporada seca, en la que las marismas pueden desecarse a comienzos del verano. Como buena zona de clima mediterráneo, no obstante, debes entender que las precipitaciones son irregulares de un año a otro, y ahora por ejemplo el Parque está atravesando una época de sequía.

Pinar en un corral de dunas en Doñana

La riqueza faunística de Doñana (20 peces de agua dulce, 10 anfibios, 13 reptiles, 37 de mamíferos y  360 aves, de las que 127 crían habitualmente en el Parque) viene de una variedad de hábitats y ecosistemas que se encuentran en un territorio relativamente pequeño. Estos son sus hábitats principales con su fauna más representativa, desde el mar hacia el interior:

La playa: originada por el acarreo constante de arena por el agua y el viento, que sopla perpendicularmente a la costa, en Doñana es el reino de las gaviotas sombría (Larus fuscus), patiamarilla (L. cachinnans) y picofina (L. genei), y sobre todo, aves limícolas como el ostrero (Haematopus ostralegus), correlimos (Calidris), charrán patinegro (Sterna sandvicensis), charrancito (S. albifrons) o chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus), entre otras.

Gaviotas en la playa de Doñana

Dunas y corrales: las arenas acarreadas por el viento acaban formando un cordón de dunas que es una de las características ecológicas más interesantes del parque. Cubren y ahogan a los pinos piñoneros, y los dejan atrás muertos, en lo que los lugareños llaman "campos de cruces". Pero continuamente crecen nuevos plantones y el ciclo se renueva. Cuando estos plantones germinan entre dos grupos de dunas, se habla de un "corral".

Venados en el pinar costero

El coto: el coto se encuentra más allá del cordón dunar y es una extensión de matorral mediterráneo, salpicado de lagunas y pinos todo ello en un sustrato de arena. Es aquí, en el coto, donde se encuentra el grueso de mamíferos, reptiles y anfibios de Doñana. Aquí se encuentra el mamífero señero del Parque, el lince ibérico (Lynx pardinus), que es el super-depredador de Doñana desde que en 1951 fue abatido el último lobo de la región por un guarda del entonces coto. Durante mucho tiempo, la población de lince de Doñana, con sus 97 ejemplares (28 de ellos cachorros) fue la última fortaleza de la especie junto con la otra población de la Sierra de Andújar. Aquí se alimenta de conejos y aves.

Lince ibérico en Doñana. Foto: Josué Correa

También están aquí los grandes ungulados que testimonian el pasado cinegético de Doñana: el ciervo rojo (Cervus elaphus) y el gamo (Dama dama), este último introducido por los humanos para la caza en su momento. Nunca se ha planteado su erradicación del Parque. También el jabalí (Sus scrofa) y el otro símbolo de Doñana, el águila imperial ibérica (Aquila adalberti), que también tuvo una vez en Doñana su población-fortaleza ibérica. Hoy día hay censadas unas diez parejas de este águila en Doñana.

Otros mamíferos tienen aquí su representación: el tejón (Meles meles), el zorro rojo (Vulpes vulpes), el meloncillo (Herpestes ichneumon) o la liebre ibérica (Lepus granatensis), entre los mamíferos mediterráneos más comunes.

Las aves están representadas por ejemplo por rapaces como el águila culebrera europea (Circaetus gallicus), el milano negro (Milvus milvus), las currucas cabecinegra (Sylvia melanocephala) y rabilarga (S. undata), y los herpetos por el sapo de espuelas (Pelobates cultripes), y las culebras bastarda (Malpolon monspessulanum), viperina (Natrix maura), la de collar (N. natrix) o la tortuga griega (Testudo graeca).

La vera: técnicamente es lo que se conoce como un ecotono, o sea, la zona de contacto o de transición entre dos ecosistemas diferentes, en este caso es la transición entre el coto y las marismas, lo que se traduce en una transición del suelo arenoso y el arcilloso, de gran riqueza faunística. Encontraremos aquí preferentemente al conejo (Oryctolagus cuniculus), al abejaruco (Merops apiaster), al avefría (Vanellus vanellus) y, en el pastizal más húmedo la lavandera boyera (Motacilla flava), la codorniz (Coturnix coturnix), el topillo (Microtus duocedimcostatus) o el gallipato (Pleurodeles waltl).

Flamencos en Doñana. Al fondo, dos alcornoques usados como "pajareras"

En esta zona ecológica se levantan los alcornoques, árboles de extraordinaria importancia porque constituyen los refugios donde las aves de la marisma van a construir sus nidos y por eso reciben el nombre de "pajareras".

La marisma: la marisma no sólo es el ecosistema más extenso de Doñana (27.000 Ha) sino también la verdadera joya de la Corona y el ecosistema que le da personalidad al Parque. De enorme importancia ecológica por acoger cada temporada decenas de miles de aves migratorias procedentes del Norte de Europa que pasan aquí el invierno o hacen escala de camino a lugares de invernada africanos.

Las marismas tienen su origen en un golfo que existía aquí hace sólo 3.000 años: el Lacus Ligustrinus de los romanos, que primero fue convertido en albufera costera al cerrarse un cordón dunar que lo separó del mar, y luego fue colmatado por los sedimentos aportados por el Guadalquivir. La zona es una maraña de caños, ríos, lagos, estanques y lagunas que en inviernos lluviosos se convierte en un vasto lago interior, pero que se deseca durante el duro verano convirtiéndose en una estepa y mostrando el extraordinario dinamismo ecológico que muestra Doñana.

Avoceta común en la marisma de Doñana. Foto: Ramón Elósegui

La marisma tiene, además, cuatro sub-ecosistemas: marisma dulce, marisma salada, caños y vetas (estas son terrenos elevados que no llegan a inundarse nunca, quedando como islas que ofrecen refugio a fauna durante las inundaciones). No es posible ofrecer aquí toda la enorme riqueza de avifauna que busca refugio, descanso o cría en la marisma, pero te puedo dar algunos ejemplos: ánade azulón (Anas platyrhynchos), cuchara europeo (A. clypeata),  ánade rabudo (A. acuta), malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala), avoceta común (Recurvirostra avosetta), cigüeñuela común (Himantopus himantopus), canastera común (Glareola pratincola), pagaza piconegra (Geochelidon nilotica)...

Pero también otros vertebrados acuáticos como el galápago leproso (Mauremys leprosa), galápago europeo (Emys orbicularis), y peces como la colmilleja (Cobitis paludica), el cacho (Squalius pyrenaicus) o el barbo andaluz (Luciobarbus sclateri). Desgraciadamente, la Presa de Alcalá del Río cortó la ruta migratoria de especies como el esturión o el sábalo, que fueron exterminados en el Guadalquivir, y existe el problema de los peces exóticos introducidos para los pescadores, que han conseguido exterminar localmente especies autóctonas y convertir en raras algunas otras.

Marisma inundada

De coto medieval a Espacio Natural

Sólo te he dado una pequeñísima muestra de la enorme riqueza de la fauna de Doñana y creo que te habrás hecho una idea de que el Parque Nacional de Doñana es algo muy serio, la verdadera joya de una red de Parques Nacionales que, en su mayoría, son fake: nada que ver con Guadarrama, un parque de esparcimiento para domingueros madrileños, con Monfragüe, un coto de caza de lujo encubierto, con Cabañeros, un criadero de ciervos para la exportación, con Picos de Europa, gestionado por y para los ganaderos, con Tablas de Daimiel, una estepa reseca cuyo acuífero hace tiempo ya que fue devorado y absorbido por regadíos salvajes...justo el destino que le espera a Doñana si nadie pega un puñetazo en la mesa. ¿Cuál es la historia de este sobresaliente humedal?

La Historia de Doñana comienza en 1262, con la conquista castellana del Reino de Niebla, dando así salida a la Corona de Castilla al mar justo por esta zona, que fue rápidamente convertida por Alfonso X en cazadero real, dada su riqueza faunística como has visto ya. Pero su hijo Sancho IV concede parte de estas tierras (la zona costera y el coto) a Alonso Pérez de Guzmán, al que había concedido al Señorío de Medina Sidonia. La Casa Ducal de Medina Sidonia mantendrá la propiedad de Doñana (entonces no se llamaba así) durante seiscientos años, propiedad que se aumentaría con donaciones de otros monarcas.

Libro de la Montería, de Alfonso XI. Grabado del siglo XVI por Juan de Arfe y Villafañe y Mateo Pérez de Alesio

La gran riqueza cinegética del Coto se puso de manifiesto en el Libro de la Montería, de Alfonso XI (entre 1342 y 1348): 

"En tierra de Niebla ha una tierra que llaman Las Rocinas, e es llana, e ha siempre puercos (...) non se puede correr esta tierra sinon en invierno muy seco, que non sea llovioso, e en verano non es de correr, porque es seca e muy dolentrosa"

Básicamente la Casa de Medinasidonia poseía lo que hoy es la costa y el coto, dejando las marismas (consideradas improductivas e insalubres) a los Ayuntamientos de la zona, hasta el Caño de la Torre, límite oriental del actual Parque, quedando Isla Mayor más allá para Sevilla. En 1624 el Duque organizó una cacería histórica: vino el Rey Felipe IV con un séquito de 12.000 personas entre los que se encontraban el Conde - Duque de Olivares y Quevedo, quienes durante varios días cazaron y se entregaron a bailes, banquetes y fuegos artificiales que dejaron las finanzas del Duque tiritando.

Palacio de Doñana

Por entonces el nombre de "Coto de Doñana" ya empezaba a extenderse. Este nombre venía de Doña Ana de Mendoza y Silva (1560 - 1610), hija de la turbia Princesa de Éboli, y que se casó con el VII Duque de Medinasidonia, quien edifica para ella el Palacio de Doñana, uno de los varios palacios que los aristócratas construirán en todo el espacio. Doña Ana se revelará como una eficaz administradora de la propiedad, y que residió frecuentemente en el propio coto, al que acabó dando nombre.

Los duques no sólo se dedicaban a cazar en Doñana. También extraían rendimientos económicos de la explotación de la madera de sus bosques y de la explotación de ganado, fundamentalmente vacuno y caballar. Precisamente esta ganadería equina daría origen, a partir de caballos más antiguos de origen norteafricano, a dos razas equinas autóctonas de las Marismas: el caballo marismeño y el caballo de las Retuertas, que se crían en régimen de libertad al estilo de los ponis cantábricos y que constituyen razas en peligro de extinción y con una fuerte carga cultural.

Caballos de las Retuertas

En el año 1829 se importan dromedarios de Canarias para servir de bestias de carga en Doñana, algunos de los cuales llegaron a formar una población asilvestrada que, a lo largo del siglo XIX iría siendo diezmada por cazadores furtivos que vendían su carne en Sanlúcar haciéndola pasar por carne de venado, y acabaron exterminándolos. Entre 1834 y 1855 el nuevo Estado liberal desamortiza las propiedades de los Ayuntamientos, y eso significa entregar las marismas a ricos propietarios burgueses que las destinan al cultivo de arroz o a arrendarlas a sociedades de cazadores. El cerco de los poderes económicos a Doñana empezaba a perfilar sus garras.

Mientras tanto, en la década de 1840 aparece en Doñana el primer cazador inglés documentado: un tal Dundas Murray, que será el primero de varios más que empezarán a darse cuenta del tesoro faunístico que Doñana atesora y lo darán a conocer por Europa al publicar sus viajes por España, aunque fue un naturalista patrio, Antonio Machado y Núñez, Catedrático de Ciencias Naturales en Sevilla y abuelo de los famosos escritores, quien en 1854 realiza el primer estudio escrito de la fauna de Doñana: Catálogo de las aves observadas en algunas provincias de Andalucía.

Dromedarios en Doñana. Grabado de Caldwell

Los siguientes naturalistas en visitar Doñana fueron los ornitólogos ingleses Howard Saunders en 1856 (aunque yo sólo he podido comprobar una visita en 1867-68) y Lord Lilford en 1864, que a su vuelta realizaron las respectivas publicaciones de sus observaciones en revistas ornitológicas especializadas. Paralelamente, en 1863 se verifica en Doñana la última gran cacería aristocrática (aunque más tarde Alfonso XIII también cazaría en Doñana) con la celebrada en honor de Eugenia de Montijo, la Emperatriz de Francia.

Pero sería la visita en 1883 de los ingleses Abel Chapman y Walter Buck quienes acabarían por cimentar en Europa la fama ornitológica de Doñana. Parecía claro que se estaba ante un verdadero paraíso natural completamente extraño en una Europa que se industrializaba a marchas forzadas. Champan y Buck eran tanto cazadores como naturalistas (sí, hija mía, en aquellos tiempos se podía ser ambas cosas) y además eran empresarios vinateros con intereses económicos en Andalucía (donde Buck, además, era cónsul de Gran Bretaña en Jerez). El problema es que a partir de los relatos de estos pioneros del estudio de las aves de Doñana, hasta 1920 más o menos afluyeron en masa a Doñana ornitólogos de toda Europa que hicieron un verdadero estropicio matando y disecando aves y recolectando huevos para museos y colecciones en toda Europa.

Seiscientos años tocaron a su fin. En 1900 el Conde de Niebla, último representante de la vieja Casa de Medinasidonia propietaria de Doñana vende el Coto, que se encontraba en una lamentable situación de descuido y abandono (y saqueo ornitológico, por lo que has visto) a Guillermo Garvey, un rico empresario vinícola jerezano, en cuya familia seguirá la propiedad durante los siguientes cuarenta años, e inmediatamente lo arrienda a una sociedad cinegética para explotar el Coto por ese lado. Es entonces cuando se intensifica la campaña de exterminio del lobo, que finalmente tendrá éxito en 1951. El gran depredador pudo sobrevivir seiscientos años a los Medinasidonia, pero no pudo aguantar cincuenta años a los insaciables cazadores burgueses del siglo XX.

El lince ibérico también se cazaba en Doñana

La parte norte del Coto será vendida en 1940 a otros propietarios, quedando el Coto "histórico" más hacia el Sur, hacia Sanlúcar, en manos de los Garvey. Precisamente fue esta parte vendida en 1940 la que será expropiada por Franco en 1952 para realizar una repoblación con eucaliptos con vistas a su explotación maderera y de celulosa. Los propietarios luchan en los tribunales y consiguen que el Régimen anule la expropiación (algo inédito en una dictadura: el dictador fue derrotado en sus propios tribunales) pero con la condición de que hagan la repoblación por su cuenta.

Los propietarios de aquella antigua parte del Coto hicieron todo lo posible para burlar esta obligación, y sólo "repoblaron" esporádicamente en partes donde no podían hacer mucho daño. Los propietarios del Coto, los Marqueses de Borghetto (que habían entroncado matrimonialmente con los Garvey) se olieron el tema y deciden invitar al Coto a los mejores ornitólogos de la época para documentar su fauna y empezar a "proteger" de algún modo su propiedad de las garras "colonizadoras" del Régimen.

Es entonces (1952) cuando llegan a Doñana Francisco Bernís (1916 - 2003) y su discípulo José Antonio Valverde (1926 - 2003), de quien te hablé en la crónica de la "Operación Bohor", y realizan en Doñana por primera vez en la historia de España anillamiento científico de aves, además de los ornitólogos franceses Hüe, Bourlière, Ferry y Etchecópar, además del americano Peterson y el británico Mounfort. Toda una ofensiva científica diseñada y orquestada por los propietarios del Coto que, contrariamente a lo que se supone, nunca albergaron proyecto alguno para arrasar Doñana.

Bernis y Valverde en Doñana, 1952

En 1956 Bernís y Valverde publican su estudio sobre las aves migratorias basándose en gran parte en su expedición a Doñana, y el británico Mounfort junto con el Vizconde Lord Alanbrooke realizarán sendas expediciones ese año y el siguiente, 1957, y realizan una película documental que tiene gran repercusión en Europa. Paralelamente, el Instituto Nacional de Colonización compra una finca colindante con Doñana para realizar sus extravagantes plantaciones. 

Pero la Ciencia gana, y Valverde expone en 1957 las bondades zoológicas de Doñana en una carta al mismísimo Caudillo, que acaba claudicando, y en 1958 en un Congreso de la IUCN en Atenas y en otro Ornitológico en Helsinki empieza a hacer los contactos necesarios para la compra de Doñana y su protección: con una serie de científicos europeos y el Príncipe Bernardo de Holanda se lanza el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) con el fin de recaudar el dinero necesario en 1961. 

Y era el momento oportuno, puesto que intereses urbanísticos hicieron un intento fallido de hacerse con la marisma de Hinojos, pero sí tuvieron éxito al hacerse con un sector de la playa de Doñana que urbanizaron para el turismo: había nacido Matalascañas, ese turístico absceso purulento que parasita Doñana clavando sus hoteles playeros junto a las dunas del Parque Nacional y construyéndose la infame "carretera de Matalascañas" hasta El Rocío, un verdadero cementerio de linces ibéricos, que han sido allí atropellados a mansalva.

Lince ibérico atropellado a la salida de Matalascañas en 2021. Foto: Huelva Información

Finalmente, este Fondo consigue comprar el 49% de Doñana en 1963 por 21 millones de pesetas del fondo  más 12 millones aportados por el Estado Español. En 1964 el CSIC crea la Estación Biológica de Doñana, que al año siguiente ocupará el antiguo palacio de Doñana, con José Antonio Valverde como Director. Valverde se fija como objetivo la adquisición de las Marismas, aún en manos privadas, pues intuye que la desecación de las marismas sería la muerte de Doñana. En mayo de 1969 se consuma la compra de las marismas que hoy integran el Parque. En agosto de 1969, mediante una intervención especial, al parecer, de Franco, se declara el Parque Nacional de Doñana.

¿Final de la historia? No, comienzo de la pesadilla

Las amenazas a Doñana

Desde entonces Doñana no ha vivido un solo instante de paz. Desde los años 1960 se introduce en Huelva el cultivo de la fresa, que se fue ampliando y ampliando hasta que en la segunda mitad de los años 70 se produce el boom que no ha hecho más que acrecentarse. Un cultivo que necesita regadío en medio de un severo clima mediterráneo, y que "chupa" el agua del acuífero de Doñana como una esponja. Los cultivos de fresa han ido cercando el Espacio Natural de Doñana por su corona Norte y especialmente junto a El Rocío.

Muchos de estos "plásticos" abren pozos ilegalmente, esos que ahora la Junta de Andalucía pretende legalizar. Pero no sólo ha sido la agricultura de la fresa. Ya en 1971 hubo un Plan de Regadío Almonte-Marismas que era un verdadero despropósito, y en la segunda mitad de los setenta, las marismas padecieron graves envenenamientos de aves por los pesticidas que arrastraban las aguas procedentes del Guadalquivir arriba, de cultivos de arroz o de algodón.

Mar de plásticos que acosan Doñana

La presión de los peregrinos que acuden dos veces al año a El Rocío son otro motivo de estrés innecesario para el Parque. Es absolutamente absurdo que el Parque Nacional empiece justamente junto a la última calle de El Rocío por su lado meridional. Una presión insoportable, junto con la de los turistas que acuden a la playa de Matalascañas de forma, digamos, "legal" y a los que invaden "ilegalmente" las playas del Parque Nacional, demasiado salvajes y golosas para que algunos se limiten a los hoteles de Matalascañas. ¿Y qué decir de la infame carretera que une El Rocío con Matalascañas, la gran asesina de linces ibéricos, construida junto a la misma linde del Parque? ¿Y a los continuos proyectos de autovía Huelva - Cádiz que cada cierto tiempo amenazan con partir el Parque en dos?

Da la sensación de que aquellos intereses urbanísticos ligados a la playa y los intereses agrícolas ligados al interior no han aceptado nunca la existencia del Parque Nacional y, basándose en tantas veces que las Administraciones se han "bajado los pantalones" ante los empresarios en tantísimos otros espacios protegidos, preguntan constantemente "¿qué hay de lo mío?" esperando como perros rabiosos a lanzarse al interior del parque a arrasarlo todo en aras del invernadero y el hotel de hormigón.

Peregrinos del Rocío atravesando Doñana

¿Se llegará a eso? Los científicos y los naturalistas no pueden hacerlo todo. Ya no está Félix Rodríguez De la Fuente, ni Valverde, ni Bernís. Lo que hay hoy en día (con las honrosas excepciones de rigor) es un cuerpo de ONGs que viven en parte de subvenciones públicas y pocas ganas tienen de dar el puñetazo sobre la mesa que de verdad arrastre a las masas y que acorralen metafóricamente hablando a la Administración para que "blinde" en serio Doñana, y los demás Parques nacionales.

No, tenemos que ser los particulares los que tomemos conciencia de que nuestro consumismo es el motor de la destrucción de la Naturaleza. QUITAD VUESTRAS SUCIAS MANOS DE DOÑANA. Si para eso hay que comprar fresas de otras partes en lugar de las de Huelva, ir a otras playas en lugar de la Matalascañas y peregrinar a otros santuarios religiosos en lugar de El Rocío (que Dios nos escucha en todas partes, coñe!!), entonces hágase.

Felipe González recibe al canciller alemán Helmuth Kohl en Doñana

Y, por favor, que los presidentes del Gobierno dejen de ir a Doñana a pasar parte de sus vacaciones. Esta nefasta costumbre inaugurada por Felipe González y seguida por todos los siguientes presidentes del Gobierno tiene que acabar. DEJAD DOÑANA EN PAZ.

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Comentarios

  1. Deleznable la hipocresía de la clase política, pero peor la nuestra, que compramos fresas baratas o vamos de vacaciones a la playa sin ni siquiera plantearnos las consecuencias

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  2. Increíble articulo, debemos conservar nuestro patrimonio natural. Esta semana incluso ha llegado una foca gris a esas playas.

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  3. A veces se nos olvida la relevancia de nuestros ecosistemas.
    Una pregunta sin relación: ¿Qué clase de impacto tiene la pesca de especies exóticas para acuarios? ¿Es beneficiosa porque fomenta la conservación, o es perjudicial para la ictiofauna de ríos y arrecifes?

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  4. que cierto es su articulo, no entiendo como no se le da el valor que merece! Doñana es única, mágica, llena de vida; pero bajo la lupa de mercenarios que solo quieren engrandecer su bolsillo, sin pensar en la perdida irreversible de biodiversidad, como siempre los políticos sirviendo a pocos y con intereses de por medio

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