Réquiem por el urogallo cantábrico

Querida hija:

En el año 2000 se produjo el último exterminio de un gran vertebrado en España: los cazadores abatieron al último bucardo pirenaico, una subespecie de cabra montés ibérica (Capra pyrenaica pyrenaica), borrada de la faz de la Tierra por esos grandes amantes de la naturaleza que son los cazadores. Se rasgaron entonces muchas vestiduras y muchas lágrimas de cocodrilo se vertieron. Ríos de tinta corrieron proclamando infinidad de "nunca más" y muchísimos llamamientos a la "concienciación". Pues bien, veintidós años después otra joya de la fauna ibérica está a punto de ser exterminada bajo nuestras mismas narices, en vivo, en directo y en streaming, ante la indiferencia general de una población que se sabe al dedillo la vida y milagros de personajillos televisivos, pero que ignora la existencia del urogallo cantábrico. Toca rezar un réquiem por él.

Macho de urogallo cantábrico

Quién es el urogallo cantábrico y por qué es tan especial.

Para entender cómo hemos llegado a esta triste situación hay que empezar por el principio. Conocer la especie, al menos en sus líneas básicas. El urogallo (Tetrao urogallus) es un ave Galliforme (o sea, pariente de las gallinas, las perdices y las codornices)  de la familia de las Tetraónidas (o sea, pariente de los faisanes y la perdiz nival). Como todas las tetraónidas, el urogallo se caracteriza por un extremo dimorfismo sexual: los machos son grandes y espectaculares debido a que llevan la voz cantante de la atracción sexual a las hembras, más pequeñas y discretas en su coloración.

Los urogallos se extienden de forma continua por los bosques boreales desde Escandinavia hasta Siberia, y la barrera geográfica constituida por el río Lena y el Lago Baikal divide a los urogallos en dos especies:

- El urogallo común u occidental (T. urogallus), al oeste 

- El urogallo oriental u asiático (T. urogalloides), al este.

Mapa de distribución del urogallo común en Europa

La especie que vive en España es el urogallo común, y las poblaciones ibéricas forman parte de una serie de poblaciones separadas del cuerpo principal de poblaciones euroasiáticas, en macizos montañosos donde quedaron aislados como reliquias de la Edad Glacial al retirarse los hielos y calentarse el clima: Escocia, Cordillera Cantábrica, Pirineos, Jura, Vosgos, Alpes, Cárpatos, Alpes Dináricos y Ródopes.

Por tanto, hija, ya tenemos el primer elemento importante de los urogallos ibéricos: se trata de reliquias de la última Edad Glacial. 

El urogallo se divide en doce subespecies, dos de las cuales corresponden a las dos poblaciones de urogallos ibéricos, separadas entre sí:

- El urogallo cantábrico (T. u. cantabricus)

- El urogallo pirenaico (T. u. aquitanicus)

Aquí tenemos el segundo elemento que hace al urogallo cantábrico especial y único: la subespecie cantábrica es endémica de España y, además, su población es la más occidental de urogallo a nivel mundial. Vamos acumulando elementos que hacen excepcional a esta subespecie. Por su parte, la subespecie pirenaica no es endémica porque está compartida con Andorra y Francia pero podría constituir la más meridional a nivel mundial junto con la de los Ródopes, entre Bulgaria y Grecia.

Aspectos básicos del urogallo. Infografía: LIFE+ Urogallo

Si hurgamos en la estructura genética del urogallo vamos a encontrar más elementos notables. Se han identificado dos líneas genéticas dentro de los urogallos. Una meridional, que engloba a los urogallos cantábricos, pirenaicos y los de la subespecie T. u. rudolfi, extendidos por los Ródopes y los Cárpatos meridionales; y un linaje boreal que engloba a las restantes subespecies pero también parte de los urogallos pirenaicos y de los Cárpatos meridionales. ¿Qué historia nos cuenta esta estructura genética?

Hará unos 200.000 años, al comienzo del último periodo glacial, los urogallos encontraron refugios hacia el Sur de su área de distribución: el linaje meridional se origina en los urogallos que se refugiaron en la Península Ibérica y la Balcánica mientras que el linaje boreal desciende de los que se refugiaron en Asia Menor y el Sur de Asia. Cuando los hielos se retiraron, los urogallos "meridionales" encontraron refugio climático en la Cordillera Cantábrica, los Pirineos, los Ródopes y los Cárpatos Meridionales mientras que los "boreales" recolonizaron toda la restante área de distribución, y tuvieron puntos de contacto con los meridionales en los Pirineos y en los Cárpatos.

Por eso los urogallos cantábricos y los de los Ródopes son los únicos urogallos que tienen el perfil genético meridional puro. Aquí tienes otro factor que hace únicos a los urogallos cantábricos. Y hay más aún. Para conocerlo, ya toca conocer la ecología del urogallo.

Biología y ecología

Si la ecología de cualquier especie animal es importantísima para entenderla, en el caso del urogallo es absolutamente vital para entender tanto su supervivencia como los factores que facilitan su exterminio. Presta atención.

El urogallo es un ave especializada en un hábitat muy específico: los bosques boreales de coníferas, esto es, pinos, abetos, alerces, etc. Básicamente es un habitante de la taiga. En los Pirineos, el urogallo sigue también este patrón, llamémosle "europeo", pues vive en bosques de pino negro, pino silvestre, abeto, etc. Pero el urogallo cantábrico se sale de este patrón y es el único urogallo que vive en bosques caducifolios de frondosas: roble, haya y abedul fundamentalmente. Otro elemento que singulariza a nuestro urogallo cantábrico.

El Pinar de Lillo es el último pinar cantábrico autóctono. Foto: asturnatura.com

En realidad, la Cordillera Cantábrica estaba cubierta por pinares de Pinus sylvatica al finalizar la última glaciación, y el urogallo se encontraba a sus anchas allí, pero por razones climáticas los pinares cantábricos comenzaron a retroceder y a ser sustituidos por el actual bosque caducifolio. Ahora bien, los pinares cantábricos no desaparecieron sino que se hicieron dispersos. Fue la mano humana la que erradicó los pinares cantábricos (sólo queda algún pinar relicto), y "obligó" de algún modo al urogallo cantábrico a adaptarse a un hábitat en principio subóptimo para él. Sin embargo, lo consiguió a base de ampliar su base alimentaria y el urogallo cantábrico llegó a un equilibrio con su nuevo hábitat en un principio.

Lo que me lleva ahora a hablarte de la dieta del urogallo. Se trata de un animal herbívoro cuya dieta es muy estacional. El invierno, el urogallo sobrevive a base de acículas de las coníferas en la mayoría de su área de distribución, y el resto del año se alimenta de brotes y hojas de diversas plantas del sotobosque, destacando la tremenda importancia del arándano en su dieta. ¿Se alimenta el urogallo cantábrico de la misma manera?

El arándano es fundamental en la dieta del urogallo

Los pollos de urogallo son insectívoros estrictos en todas las poblaciones. Durante el primer mes de vida, se alimentan a base de hormigas, saltamontes y orugas, lo que les aporta proteínas fundamentales para su crecimiento, para pasar luego a la alimentación vegetariana. En invierno, el urogallo cantábrico se alimenta de brotes de haya y de abedul, así como de hojas de acebo. A falta de acebos, los urogallos cantábricos son capaces de ascender hasta el límite superior del bosque para buscar ramitas de enebro, brotes de brezo, helechos o tallos rastreros de arándano.

En primavera, son las hojas de árboles y los tallos de arándanos y helechos sus alimentos principales, pasando a ser los frutos del bosque en verano, fundamentalmente el arándano, la fresa y la frambuesa. En otoño su dieta se compone de los últimos arándanos y también de bellotas, hayucos, así como los frutos del serbal, escaramujo, majuelo y endrino, constituyendo reservas para el invierno. Como puedes ver, en los bosques cantábricos el urogallo ha sido capaz de ampliar su base alimentaria con respecto de sus primos europeos, y probablemente esto ha supuesto la razón de su supervivencia en un hábitat distinto, demostrando ser una especie más plástica de lo que se pensaba pero siempre dentro de los estrechos límites de lo que es un ave forestal.

Macho y hembra

El urogallo es un animal solitario que vive en lo profundo de bosques maduros y lo menos antropizados posible, por lo que es difícil de detectar y observar y, por tanto, de estudiar. En invierno puede haber ciertas concentraciones de individuos pero por regla general los urogallos no se reúnen hasta la época de celo, que se da entre marzo y mayo. Se produce entonces una elaborada exhibición por parte de los machos, que intentan con ella atraer a las hembras: estas exhibiciones se desarrollan en lugares concretos del bosque llamados "cantaderos", que suelen ser los mismos cada año.

Una vez que una gallina ha sido atraída por el espectáculo del macho, se produce un cortejo y el apareamiento. Un mismo macho puede cubrir a varias hembras por lo que se trata de un sistema poligínico. Entre abril y mayo se verifica la puesta, que consta de entre seis y diez huevos, cuidados exclusivamente por la hembra. Los huevos eclosionarán tras 27 días de incubación, ya en verano, siendo los polluelos del tipo nidífugo, esto es, al poco tiempo pueden desenvolverse solos sin demasiados cuidados parentales. Ahora es cuando los polluelos se alimentan de insectos. La tutela de la madre durará hasta octubre. Este periodo es crítico porque se estima que sólo el 10% de los polluelos lograrán superar el primer año de vida, pero una vez alcanzada la edad adulta, puede vivir hasta 15 años...si le dejan, claro.

Macho cortejando varias hembras. Bergslagen, Suecia

Y aquí enlazamos en el punto en el que empecé esta crónica. Según un censo publicado esta semana, se ha estimado una población de 191 urogallos cantábricos, arrinconados además en una pequeña zona del suroeste de la Cordillera Cantábrica a caballo entre Asturias y León. ¿Cómo se ha llegado a esta triste pero anunciada situación?

Crónica de un exterminio anunciado

Históricamente hablando, aparte de en la Cordillera Cantábrica y los Pirineos, se han encontrado evidencias de la presencia del urogallo también en la Sierra de la Culebra (Zamora), La Cabrera y Montes Aquilanos (León) y del Invernadero (Orense) así como también en las Sierras Cebollera y La Demanda (Logroño/Soria). La tala de los pinares cantábricos ya desde tiempos de los romanos y la caza a la que el urogallo era sometido por la población local, normalmente para usarlo como alimento lo exterminó en tiempos históricos de sus localizaciones más sureñas y dejándolo solo en la Cordillera Cantábrica y los Pirineos.

Distribución histórica del urogallo en España

Si bien la situación del urogallo pirenaico tampoco está para echar cohetes, su población es mucho mejor que la del cantábrico por lo que me referiré exclusivamente a lo que pasa con el urogallo cantábrico si bien recurriré a comparativas con el pirenaico cuando sea necesario.

De algún modo el urogallo cantábrico alcanzó un modus vivendi con el ser humano porque a finales del siglo XIX la gallinácea estaba ampliamente distribuida por toda la cordillera, desde los Ancares de Lugo hasta el umbral de los Montes Vascos. Es en ese momento cuando el ornitólogo inglés Leonard Howard Irby (1836 - 1905) viaja a la zona cantábrica en 1876 acompañando a otro ornitólogo, Lord Lilford. En ese viaje Irby descubre para la Ciencia la existencia del urogallo cantábrico, lo que publica en su artículo Notes on the Birds of Santander, Northern Spain, en 1883.

Tras la Guerra Civil española se concatenaron una serie de circunstancias que iniciaron el proceso de exterminio de la subespecie que está a punto de culminar en nuestra época. ¿Qué fue lo que sucedió?

En primer lugar, la caza. Cómo no. Hasta la Guerra Civil se podría decir que los lugareños habían practicado una caza "sostenible" del urogallo, basada sobre todo en la subsistencia. O sea, para que lo entiendas, de vez en cuando se cazaba y comía un urogallo o sus huevos y ya está. Pero como te expliqué en mi crónica sobre la caza, "Mil años de la Gran Estafa", con el establecimiento del régimen de Franco el Estado español por primera vez en su historia se convierte en un enorme promotor del sector cinegético, que alcanza una desproporcionada influencia política debido a que el mismo Franco y los altos cargos del régimen así como los empresarios más influyentes eran cazadores.

La caza del urogallo dio el pistoletazo de salida de su exterminio

En otras palabras, a partir de 1940 los aristócratas, los empresarios y los jerarcas del régimen "descubren" el urogallo como pieza cinegética para obtener un "trofeo", manda narices, y empiezan a matar machos a mansalva (las hembras no les interesaban como "trofeos") para disecarlos y no para comerlos. La caza será devastadora para los urogallos cantábricos, que nunca fue una subespecie demasiado abundante: si entre 1944 y 1949 se cazaron unos 30 machos, entre 1956 y 1960 se matan unos 170 y entre 1960 y 1965 se alcanza el máximo de la matanza con unos 220 machos cazados.

El declive de la especie empieza a anunciarse porque en el periodo siguiente, 1966 - 1970, la caza de machos de urogallo se desploma a 70. Pero no fue sólo la caza. Habían sucedido más cosas desde 1940.

Durante los años 50 del siglo XX se produce la más aterradora deforestación de la Cordillera Cantábrica. El urogallo es una especie eminentemente forestal pero no sólo eso: es profundamente intolerante a la presencia y actividades humanas, con lo que la destrucción de su hábitat y la consiguiente utilización del suelo deforestado para las actividades económicas humanas fue como una guadaña que segó poblaciones enteras de urogallo.

La introducción del ciervo en Asturias ha supuesto un factor de peligro para el urogallo

Por si fuera poco, la caza introdujo otro factor peligrosísimo para los urogallos aparte de la propia matanza a tiro limpio: la introducción del ciervo rojo (Cervus elaphus) en el Cantábrico, donde siempre fue una especie escasa. Los cazadores necesitaban carne fresca para saciar su enfermiza sed de sangre y ese gran Estado proxeneta de la caza que fue el Estado franquista siempre estaba presto para satisfacer a sus "clientes": en 1949 se introduce el ciervo en Cantabria, y en Asturias se realiza una primera suelta de 40 ciervos entre 1953 y 1955 en La Muriosa y Llaimo, extendiéndose rápidamente por Piloña, Nava, Sobrescobio, y los montes de Muniacos y Semeldón. Las sueltas de ciervos continuaron en Asturias hasta los años 70.

El problema es que los ciervos se comen los arándanos que son tan esenciales para la supervivencia de los urogallos. Si a los ciervos les unimos los jabalíes, que fueron haciéndose cada vez más numerosos conforme las autoridades dejaban su "gestión" a los cazadores, y a la presión de la ganadería extensiva, extendiéndose por los montes deforestados e incendiados cada año para "generar pastos", tienes que el urogallo, antaño señor del bosque, se encontró con una situación apocalíptica, una pesadilla de incendios, talas, y todo tipo de ungulados que se comían sus arándanos y los huevos de sus gallinas (caso de los jabalíes). ¿Entiendes ahora de dónde viene el exterminio del urogallo?

De hecho, cuando se hizo un estudio molecular a partir de ejemplares que habían sido cazados durante el siglo XX, los investigadores encontraron tres cuellos de botella genéticos, es decir, momentos en los que la diversidad genética de la especie disminuyó grandemente. Coinciden respectivamente con la gran deforestación de los años 50, con la época de los "años de plomo" de la caza de los años 60 y...con el periodo 1998 - 2010, del cual te hablaré más adelante.

Localización del refugio de los últimos urogallos cantábricos. Fuente: José Jiménez et. al. The Cantabrian Capercaillie: a population on the edge

Precisamente es en esta época (1967) cuando el naturalista Javier Castroviejo descubre y define que el urogallo cantábrico es una subespecie separada, y el primero en dar la voz de alarma en 1974 tras haber recontado 382 machos en el primer censo de urogallos de 1972. Desde entonces se han ido realizando sucesivos censos, cuya metodología ha sido difícil de establecer, pero que todos ellos han arrojado cada vez menos individuos, hasta el punto de que a comienzos del siglo XXI se constata que el 80% de los cantaderos históricos del urogallo estaban vacíos y no se habían vuelto a re-ocupar. Un silencioso exterminio avanzaba lenta pero inexorablemente.

En 1979 la Administración prohíbe por fin la caza del urogallo pero durante algunos años más hubo un nutrido furtiveo de la especie, que nunca ha llegado a desaparecer del todo. A pesar de la prohibición de la caza, el urogallo cantábrico continuó su caída libre por la sencilla razón de que todas las demás razones de su exterminio continuaron "funcionando" a pleno rendimiento. De hecho, los científicos han establecido más allá de toda duda razonable que la causa última del declive poblacional del urogallo cantábrico no está en la depredación, esto es, en la muerte de ejemplares a manos de zorros, martas o garduñas, sino en la falta de éxito reproductivo. Actualmente la tasa de éxito reproductivo del urogallo es insuficiente para asegurar el relevo generacional.

Por eso, absurdas campañas de "control de predadores" lanzadas por las autoridades no sirven de nada más que para que la mafia de los cazadores siga teniendo excusas para pegar tiros en el monte. Más valdría reintroducir de una vez al lince boreal, que sí mantendría a raya las poblaciones de mesocarnívoros.

Estaciones de esquí en la Cordillera Cantábrica

Y ahora llegamos a la última parte del exterminio, la que se produce entre 1998 y 2010. Se produce una proliferación de infraestructuras humanas: tendidos eléctricos, estaciones de esquí, cercados cinegéticos, y un auténtico boom de senderistas, ciclistas, carreras de quads, recolectores de setas (se ha demostrado en Cataluña cómo allá donde no hay recolectores de setas, el urogallo no decae) y cacerías por doquier, además de una invasión de parques eólicos, todo lo cual ha hecho del hábitat del urogallo un infierno inhabitable. ¿Cómo va a tener éxito reproductivo ante semejante estrés provocado por la brutal presión humana?

Se dice por ahí que el abandono rural ha hecho que el bosque se adense demasiado, asfixiando los arándanos (que necesitan un bosque aclarado hasta cierto punto), y que en realidad las actividades tradicionales en el bosque y la ganadería extensiva serían los "amigos" del urogallo por abrir esos claros que necesita el arándano. Muy bonito. Un buen intento de blanquear la llamada "gestión forestal" que ha llevado al desastre al urogallo.

Hembra de urogallo hallada muerta a los pies de un parque eólico. Foto: Junta de Castilla y León

La evidencia apunta más bien a lo contrario: en las últimas regiones donde sobrevive el urogallo cantábrico, el Parque Natural Fuentes del Narcea (con su bosque-fortaleza de Muniellos) y las contiguas comarcas leonesas del Alto Sil y Omaña precisamente es la práctica ausencia de la ganadería extensiva y la aguda despoblación rural más bien las que han permitido que esos últimos 191 urogallos cantábricos hayan sobrevivido allí hasta ahora.

Pero, ¿por cuánto tiempo? los especialistas sospechan que el urogallo cantábrico hace tiempo ha caído por debajo del nivel mínimo de población que asegura la viabilidad de la especie. En otras palabras: se haga lo que se haga, el urogallo está abocado al exterminio. Y lo poco que se ha hecho ha sido un despropósito tras otro.

No sólo el inútil "control" de depredadores. En 2007 el Principado de Asturias pone en marcha un Centro de Cría en Cautividad del urogallo en Sobrescobio a pesar de que el Grupo de Expertos en Tetraónidas de la IUCN desaconsejó la cría en cautividad por su extrema complejidad y dificultad. Si, encima, como denunció el Director de este centro, se trata de un lugar pequeño, sin presupuesto, donde las instalaciones fallan más que una escopeta de feria y hay que estar más pendientes de arreglar los desperfectos que de criar urogallos, no es de extrañar que este centro haya fracasado estrepitosamente. No ha podido introducir en el bosque ni un sólo pollo.

Centro de cría en cautividad de Sobrescobio

Y no, no vale introducir urogallos suecos, noruegos, rusos o polacos. Ya te he explicado que la línea genética del urogallo cantábrico es única, y ponte ahora a rezar para que los urogallos boreales especializados en coníferas aprendan a sobrevivir en bosques de robles y hayas. Los únicos urogallos que genéticamente podrían ser compatibles con los cantábricos son los del Ródope, de línea genética meridional pura, pero la situación allá tampoco permite extraer ejemplares para introducirlos aquí.

Se está construyendo otro Centro en la vertiente leonesa. Supuestamente es mejor que el asturiano y mejor dotado presupuestariamente, pero hasta que no se ponga en funcionamiento y se vea qué resultados obtiene, nada se puede decir al respecto. Castilla y León tiene, al menos, un Plan de Recuperación de la Especie pero el Principado de Asturias ¡no lo tiene!. Lo que te da una idea de lo poderosos que son los intereses económicos que saben bien lo que supondría que de verdad se quisiera salvar al urogallo cantábrico.

Porque si de verdad, DE VERDAD, se quieren salvar a estos últimos 191, hay que tomar medidas drásticas:

- Prohibir todo tipo de actividad humana en la región donde viven los últimos urogallos que no corresponda a la actividad normal de las personas que viven en los pueblos de la zona. Esto implica prohibir senderismo, excursionismo, cacerías, turismo rural, recolección de setas, tala de árboles, etc. por parte de personas foráneas a dicha región.

"Mansín", un urogallo de comportamiento anómalo que bajaba a los pueblos de Caso, Asturias. Hoy está muerto

- Controlar y restringir severamente la actividad ganadera en la zona (pero sin prohibirla)

- Revisar las instalaciones humanas: desmontar vallados cinegéticos y remodelar trazados de líneas de alta tensión. Desmantelamiento de parques eólicos presentes en la zona, si los hubiere.

- Erradicacion del ciervo rojo y severo control del jabalí. Aquí se nota la persecución del lobo que, aunque presente en la zona desde siempre, ha sido severamente cazado tanto legal como ilegalmente. El lobo debe ser el gran aliado del urogallo al depredar a ciervos, corzos y jabalíes. No puede permitirse a ningún humano tocar ni un solo pelo de ningún lobo en la zona, bajo ninguna circunstancia.

Y rezar para que no hayamos llegado demasiado tarde.

MÚSICA RECOMENDADA: Giuseppe Verdi - Messa da Requiem 

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Comentarios

  1. Y criar en cautividad utilizando métodos de moderna avicultura, lo cual no es caro. Utiluzando para ello todos los individuos en cautividad, posibles gallos locos que aparezcan y ejemplares heridos recuperados.
    Se habla mucho del escaso éxito de la repoblación con ejemplares criados en cautividad por rápida mortaludad en comparación con la traslocación, pero la reintroducción es un problema diferenciado.
    Lo primero es criar 100 o 200 urogallos, con la mayor diversidad genética posible. Da igual que estén troquelados, que coman de la mano. Con los huevos de estos individuos se pueden ensayar diferentes técnicas. Por ejemplo, traslocar gallos lira con localizadores y darle el cambiazo de huevos a la gallina cuando incube. Esto funcionó en Escocia, y aunque puntualmente hibriden ( es frecuente) el híbrido no es fértil y el gallo lira se puede retirar del medio posteriormente.
    Otras opciones podrían ser emplear hembras de faisán o incluso gallinas feralizadas ( hay razas, como la piñeira, con capa similar).
    Sí, la reintroducción es un reto en sí mismo, pero lo primero es salvar la genética particular de la subespecie cantábrica. Y esto es lo que urge.

    Dos comentarios más:
    1. echarle la culpa a Franco 55 años tras su muerte resta rigor a este buen artículo.

    2. La genética del urogallo cantábrico podría salvar la especie a nivel global, en caso de que un posible aumento futuro de temperaturas en el norte de Eurasia favorezca a las caducifolias.

    Un saludo y un fuerte abrazo.

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    Respuestas
    1. ¿Por qué no se le puede echar la culpa a Franco si en el artículo explica los motivos de dicha culpa? Da igual el tiempo que pase, es responsable y hay que contar las cosas como son.

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