El cóndor andino: mensajero del Sol.

Querida hija:

Si hay un animal que se ha ganado el título de símbolo de Sudamérica, ese es el cóndor de los Andes. Seguramente podrás objetarme que el jaguar es, con todo merecimiento, otro gran símbolo faunístico del continente pero, con el debido respeto al gran felino americano, no es él sino el cóndor quien aparece en los escudos de armas de varias Repúblicas sudamericanas como Ecuador, Colombia o Chile. Su enorme tamaño, la majestuosidad de su vuelo y las grandes alturas que alcanza le hicieron merecedor de la admiración humana desde los tiempos de los incas, que lo convirtieron en animal sagrado. Pero el americano descendiente de europeos de hoy no le trata con tanto miramiento. Quiero que conozcas hoy al Mensajero del Sol.

Cóndor de los Andes planeando

Quién es el cóndor andino

¿Recuerdas cuando te hablé de los buitres americanos?. Pues el cóndor de los Andes (Vultur gryphus) es el más grande de ellos. Forma parte de la familia Cathartidae, una familia que aún los ornitólogos no acaban de ubicar. Algunos especialistas la integran en el Orden Accipitriformes, otros se inclinan por Falconiformes, y un tercer grupo está con los Ciconiformes.

En cualquier caso, es una familia sólidamente establecida, donde existe otro cóndor, el cóndor de California (Gymnogyps californianus) y se cree que el pariente más cercano del cóndor andino es el zopilote rey (Sarcoramphus papa).

El cóndor forma parte de los catártidos o buitres del Nuevo Mundo

Se trata de una de las aves terrestres más grandes del mundo. Tradicionalmente se solía decir que el cóndor era el ave de mayor envergadura alar, pues podía llegar hasta los 330 cm, pero si consideramos la normal variación entre individuos, vemos que esta envergadura oscila entre los 270 y los 330 cm, con un promedio de 286, y ejemplares grandes de albatros viajero (Diomedea exulans) o de buitre negro (Aegypius monachus) superan también holgadamente los 3 metros de envergadura.

Pero no deja de ser un ave imponente con 142 cm de longitud, y un peso de los machos de entre 11 y 15 kg (8-11 las hembras). Existe, en efecto, dimorfismo sexual pues los machos exhiben una cresta o carúncula, que las hembras no poseen. Su plumaje negro con una amplia banda blanca en el dorso de las alas, su "gorguera" blanca y su cuello y cabeza desnudos como corresponde a un buitre, hacen del cóndor de los Andes un ave característica e imposible de confundir con otras aves.

Aspecto general de un cóndor andino

La distribución del cóndor es andina: se le encuentra a lo largo y ancho de la gran Cordillera andina pero con algunas puntualizaciones:

- En Ecuador, Colombia y Venezuela tiene menor presencia (aproximadamente el 20% de su población total). Aquí fue más perseguido y su ubicación es más débil y dispersa. En Venezuela, donde siempre fue vagante, fue reintroducido recientemente, y en Colombia el cóndor parece hallarse en un proceso natural de expansión hacia el Sur desde su bastión en la Sierra Nevada de Santa Marta.

- En Chile, Perú, Bolivia y Argentina se encuentra el 80% de su población, que aumenta en abundancia y salud ecológica cuanto más al sur nos desplazamos. Los cóndores pueden llegar a la costa del Pacífico en busca de alimento, y en su extremo más austral el cóndor se ha establecido también en las estepas patagónicas hasta la costa atlántica y con presencia también en las serranías centrales argentinas.

Su población total se estima en 6.700 individuos adultos, de los que Chile y Argentina, bastiones de la especie, albergan unos 2.000 cada uno.

Mapa de distribución del cóndor andino

Es bastante curioso el hecho de que el hábitat del cóndor sea montañoso excepto en su extremo austral, donde coloniza las estepas. Este hecho puede explicarse por la teoría más aceptada sobre su origen. Los antepasados del cóndor proceden seguramente de América del Norte (donde aún subsiste otro cóndor, el californiano) y pasaron a América del Sur durante el Gran Intercambio Americano. Seguramente se adaptaron a vivir en el frío Sur, donde se han encontrado restos de un cóndor gigante pleistoceno: Pampagyps imperator, un verdadero "buitre de la megafauna" con una envergadura alar de 3 metros y medio.

Al producirse el levantamiento andino probablemente los antepasados del cóndor encontraron una vía de penetración hacia el norte usando como pasillo las alturas andinas, cuyo ecosistema es tan parecido del que encontraron en las tierras bajas patagónicas. En resumen, el cóndor debió originarse en el sur patagónico y colonizó el norte a lo largo de la cordillera andina.

Biología y ecología

Lo primero que tienes que entender es que el cóndor es un buitre, y se comporta y vive como cualquier buitre que se precie. Pero no es un buitre cualquiera debido a su enorme tamaño. Por eso, necesita las corrientes térmicas sí o sí para remontar el vuelo y esa es la razón de su abundancia en los Andes, donde tiene espacio y altitud suficiente para poder levantar el vuelo y llegar incluso a los 6.500 metros de altitud en vuelo pero lo normal es observarlo entre los 1.800 y los 5.200 m. Por eso el cóndor evita los bosques en general, puesto que los roquedos le ofrecen mayor facilidad para lanzarse al vuelo y aterrizar.

Como cualquier buitre, el cóndor planea una vez ha alcanzado la altura suficiente y es capaz de recorrer fácilmente 200 km sin mover ni una sola pluma de las alas para encontrar su alimento. El cóndor es carroñero y se ocupa de consumir carroñas en principio de animales grandes como llamas, guanacos, tapires, etc. Pero también durante las últimas décadas está dependiendo cada vez más del ganado doméstico humano que muere en el campo.

Dormidero comunal de cóndores

Una vez localizado un cadáver, el cóndor lo abre atacando las partes más blandas y accesibles: ojos, lengua, ano, ubres, abdomen y zona inguinal. Una vez abierto el cadáver con su fuerte pico, el cóndor da acceso también al cadáver a otros carroñeros de menor tamaño que por sí mismos no podrían hacerlo sin la colaboración de su "hermano mayor". Se ha visto también a los cóndores incluso al nivel del mar en la costa del Pacífico carroñeando cetáceos muertos varados en las playas.

La aparición de las carroñas es un suceso azaroso: el cóndor nunca sabe dónde y cuándo aparecerá alguna. Por eso el cóndor "patrulla" los cielos durante kilómetros y kilómetros hasta encontrar alguna. En Patagonia se han registrado áreas de campeo de 600 x 100 km y por eso el cóndor no tiene nada parecido a una "residencia permanente" sino que usa unos dormideros comunitarios dispersos por su área de campeo que se llaman "condoreras", y que son repisas situadas en alturas y roquedos de muy difícil acceso, y donde se pueden congregar para descansar un cierto número de cóndores, cuyo máximo observado ha sido de 124 cóndores usando uno de estos dormideros, pero lo habitual es que sea un número mucho menor.

La ocupación de estos dormideros suele ser mayor durante el verano que durante el invierno: la mayor duración de la luz solar estimula una mayor movilidad de los cóndores en busca de alimento, y por tanto crece su necesidad de usar los dormideros que tengan disponibles en cualquier momento dentro de su área de campeo.

Cóndor hembra devorando carroña. Foto: Tuy de Roy/Minden

Es fundamental para la conservación de esta especie el conocer su proceso de reproducción, ya que se trata de una tasa de reproducción muy baja. El cóndor es un clásico "estratega de la K": animales longevos  (el cóndor puede llegar a los 70 años de edad) que tienen muy pocas crías que son cuidadas por un largo periodo de tiempo, y alcanzan la madurez sexual relativamente tarde. En el caso del cóndor, primero se produce el emparejamiento, que es monógamo y de por vida y se instalan en un nido aislado en una repisa o cueva inaccesible donde alistan un sencillo hueco en el suelo. El proceso de "noviazgo" y cortejo puede prolongarse por 8 o 9 meses.

Tras un largo periodo de incubación, de 50 a 60 días nace un único pollo que permanecerá en el nido un periodo prolongado que se cifra en 6-8 meses antes de dejar el nido. Pero el juvenil aún permanecerá un año en cierta dependencia de sus padres antes de independizarse realmente. Es decir, que una pareja de cóndores no se reproduce más que cada 2-3 años. Por su parte, el joven independizado no alcanza su madurez sexual hasta que no tiene 6 años. Es fácil intuir que, en un dormidero comunitario donde haya un nutrido grupo de cóndores, si éstos mueren por algún tipo de desgracia, será un revés demográfico para la especie puesto que el reclutamiento y reposición de la población perdida será muy lenta y ardua.

El cóndor y el ser humano: de sagrado a envenenado

El gran tamaño y la majestuosidad y altitud alcanzada en su vuelo fascinaron desde tiempos inmemoriales a los pueblos andinos, que rápidamente lo consideraron como un ave sagrada. Los andinos creían que el cóndor llevaba los mensajes a los dioses y el alma de los muertos al cielo. Por otro lado, su gran tamaño y su fuerza convenció a los pueblos originarios de que el cóndor era el encargado de "traer" de vuelta al Sol tras su paso por la noche tenebrosa. La palabra "cóndor" procede del quechua kúntur.

Estatua de cóndor, inca, puma y serpiente en Aguas Calientes, Perú

Los incas, además, creían que el cóndor era inmortal y que, en realidad, cuando sentía que había llegado su hora, el cóndor se refugiaba en los puntos más altos e inaccesibles de las montañas, se hacía una bolita y simplemente se dejaba despeñar para renacer luego en un ciclo de reencarnación. Los pueblos andinos veían en el cóndor también un símbolo de fuerza e inteligencia.

Sin embargo, todo esto cambió con la colonización europea y la llegada del ganado europeo a Sudamérica. Los ganaderos de origen europeo creían (y siguen creyendo) que el cóndor no es un animal exclusivamente carroñero sino que también ataca, captura y devora a su ganado especialmente corderos o terneros recién nacidos, exactamente igual que los ganaderos españoles del siglo XXI creen que el buitre leonado también tiene ese comportamiento depredador.

Por eso los ganaderos han promovido el exterminio del cóndor a base de caza y veneno, y convirtiéndolo en un animal clasificado como "vulnerable". ¿Qué hay de cierto en ello?

Cóndor cazado ilegalmente en Ecuador. Obsérvese la envergadura del animal.

A lo largo y ancho del área de distribución del cóndor hay ganaderos que afirman haber visto con sus propios ojos cómo los cóndores atacan a su ganado. Sin embargo, los científicos que llevan décadas estudiándolo (el cóndor ha empezado a estudiarse científicamente desde 1970 aproximadamente) no han logrado documentar ningún caso de predación del ganado por parte de cóndores. ¿Quién tiene razón?. 

En España la cosa está muy clara: los ganaderos buscan formas de culpar a cualquier animal silvestre de las pérdidas causadas por su propia negligencia al dejar al ganado desprotegido, buscando cobrar subvenciones e indemnizaciones. Pero en América del Sur los testimonios de los ganaderos son tan insistentes que habría que intentar documentar ese posible comportamiento. Ahora bien, hija mía, tú conoces mi forma de pensar: la palabra de un ganadero que no tiene testigos o que sólo tiene testigos que son otros ganaderos no tiene valor mientras no quede documentado ese comportamiento. A día de hoy sólo la Ciencia documenta sus observaciones y el único comportamiento alimenticio del cóndor que está documentado y demostrado es el carroñeo. Cuando se presenten pruebas independientes y una documentación de este supuesto comportamiento de la misma manera que está observado y documentado el comportamiento carroñero, entonces cambiaré de opinión.

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