Bellísimas y peligrosas: las mambas.

Querida hija:

Kobe Bryant era un maravilloso baloncestista dentro de la pista y un perfecto caballero fuera de ella. Desgraciadamente falleció en un accidente de helicóptero perfectamente evitable hace pocos años, lo que llenó de enorme conmoción y tristeza a todo el mundo deportivo. Era un jugador tan rápido, carismático y vigoroso en la pista que la Prensa deportiva lo bautizó con el sobrenombre de "La Mamba Negra". Y aquí entramos nosotros. ¿Sabes lo que es una mamba negra? o, mejor dicho, ¿sabes qué es una mamba?. Hoy voy a hablarte nada menos que de unas de las serpientes más interesantes, bellas y más letales de nuestro planeta.

Mamba verde oriental. Foto: Holger Krisp

Las mambas: generalidades

Las mambas (del zulú iMamba) son cuatro especies de serpientes africanas subsaharianas, todas del género Dendroaspis (que significa precisamente "serpiente de árbol"), que pertenecen a la familia Elapidae, que es la familia que agrupa a las serpientes más venenosas del mundo, aunque te recuerdo que las víboras van aparte, en la familia Viperidae. Las mambas son serpientes predominantemente arbóreas y por eso tienen una fisonomía delgada y fina para moverse con seguridad y comodidad entre las ramas de los árboles más delgadas.

Ahora bien, existe una gradación entre las cuatro especies de mambas desde la mamba negra, que es predominantemente terrestre pero que es capaz de trepar a los árboles cuando le interesa hacerlo, hasta la mamba de Jameson, la más arbórea de todas pero que es capaz de bajar a la tierra cuando le interesa hacerlo o necesita hacerlo. Por eso es válido decir que las mambas son predominantemente arbóreas pero de un forma flexible y no tajante.

Mamba negra en un árbol. Parque Nacional Kruger (Sudáfrica). Foto: Bernard Dupont

Su coloración se adapta a su forma de vida, siendo la mamba negra predominantemente gris negruzco o marronácea, como corresponde a una serpiente predominantemente terrestre, mientras que las otras tres mambas, predominantemente arbóreas, lucen diferentes tonalidades de verde para camuflarse entre el follaje. Son serpientes muy bellas por su sencillez de formas y por sus colores lisos, sin manchas ni patrones geométricos de diseño de ningún tipo. Las tonalidades de verde de las mambas arbóreas son hermosísimas, y el gris ceniza de la mamba negra le da, en combinación con su forma fina, una elegancia verdaderamente notable.

Las mambas son serpientes largas: su longitud promedio está en los 2,5 metros, y se han documentado ejemplares de mamba negra de 4,5 m lo que la convierte en la serpiente venenosa más larga de África y la segunda del mundo tras la cobra real (Ophiophagus hannah), que es asiática.

Otra particularidad de las mambas es su comportamiento tan parecido al de las cobras, que a la sazón son parientes muy cercanos (pues están en el mismo "clado" que ellas junto con Bungarus, los "kraits" del sureste asiático). En efecto, las mambas tienen una "capucha" como las cobras pero es más larga y más estrecha por lo que no es tan evidente a la vista. Pero sí se ve cómo las mambas se desplazan frecuentemente con la cabeza levantada como las cobras, y, al igual que éstas, también tienen la actitud de amenaza levantando la cabeza y desplegando su capucha.

Las mambas son serpientes muy ágiles y rápidas: pueden reptar a velocidades máximas de 20 km/h y en África surgió la leyenda de que perseguían activamente (y alcanzaban) a los humanos para morderlos. Evidentemente esto no es verdad ya que la reacción primordial del animal ante un humano es la huida hacia su refugio: una huida tan rápida y veloz que, si por mala suerte la serpiente se "topa" con algún humano en su camino de huida da la sensación a un testigo de que lo está persiguiendo. Como siempre sucede con las serpientes venenosas, las mordeduras a humanos suceden en un contexto de accidente o de encuentros imprevistos en los que la serpiente se sintió amenazada, y nunca por una voluntad expresa del animal para morder al humano "premeditadamente". Al final de esta crónica te hablaré más extensamente sobre el veneno de las mambas y los "incidentes" con humanos.

Mamba negra con la boca abierta. Foto: Johan Marais

En efecto, el veneno de las mambas está entre los más letales de la Tierra y no es cuestión de tomárselo a broma, si bien existe una gradación: la mamba negra es, con diferencia, la más letal de todas las mambas (y una de las más letales del mundo) y aunque las mambas arbóreas son algo menos tóxicas, su letalidad es asimismo formidable siendo de ellas la menos letal la mamba verde oriental. Como es lógico, este veneno les sirve para capturar sus presas: fundamentalmente pequeños roedores, reptiles y aves y siendo las mambas verdes (las arbóreas) más proclives a consumir pájaros, ardillas y reptiles arbóreos y la mamba negra más proclive a consumir pequeños roedores y musarañas.

A pesar de su letalidad, las mambas son controladas por otros depredadores que las consumen. Fundamentalmente son aves rapaces como el águila culebrera sombría (Circaetus cinereus), el águila rapaz (Aquila rapax), el águila marcial (Polemaetus bellicosus) o el águila culebrera congoleña (Dryotriorchis spectabilis), pero también mamíferos que presentan una cierta "inmunidad" al veneno de las mambas como las mangostas en general, legendarias cazadoras de serpientes, o el tejón mielero (Mellivora capensis).

Mamba de Jameson comiendo un pájaro

Las mambas son serpientes ovíparas.

Ahora es el momento de conocer a las cuatro bellezas de especies de mambas:

La mamba negra (Dendroaspis polylepis)

Como te conté antes, la mamba negra es la más excepcional de las cuatro especies de mambas al tratarse de la única que vive predominantemente en el suelo y, por tanto, tiene una coloración críptica marrón/gris oscuro, más apta para confundirse con una rama de árbol caída en el suelo. Es la más venenosa de las cuatro especies con diferencia, pero también existe una diferencia ecológica importante: se encuentra en sabanas semiáridas, en áreas de bosque abierto y en zonas de roquedal.

Mamba negra. Foto: National Geographic

Se distribuye en dos grandes poblaciones: la primera desde el Este de Nigeria hasta el Cuerno de África, y hacia el Sur incluyendo Kenia y Tanzania, y la segunda en África austral desde Namibia hasta Mozambique, y hacia el Sur hasta Transvaal y Natal, en Sudáfrica. Se discute mucho el por qué la mamba negra aparentemente no ha colonizado un área de hábitat favorable para ella como el Sahel occidental, donde en 1956 se dieron dos citas para Senegal que no han sido confirmadas, ni repetidas desde entonces. No es muy común encontrarla por encima de los 1.000 m. de altitud.

Mapa de distribución de la mamba negra. En gris: zona no segura

Fue descrita en 1864 por el zoólogo germano-británico Albert Günther pero en 1896 por alguna inexplicable razón el zoólogo belga George Albert Boulenger "fusionó" la mamba negra con la mamba verde oriental en la misma especie, situación que se aceptó hasta 1946, cuando la lógica se impuso y la mamba negra recuperó su carácter de especie independiente. Sus colmillos alcanzan la terrorífica longitud de 6,5 cm.

La mamba de Jameson (D. jamesoni)

Cronológicamente hablando, la mamba de Jameson fue la primera mamba en ser descrita para la ciencia occidental, por el naturalista escocés Thomas Traill en 1843. De entre las mambas arbóreas, la de Jameson es la más arbórea y la más extendida geográficamente puesto que se la encuentra en todo tipo de bosques tropicales (y también plantaciones) desde Ghana hasta el oeste de Kenia y por el Sur por toda la cuenca del Congo hasta el norte de Angola.

Mamba de Jameson

Se reconocen dos subespecies, la nominal que ocupa el grueso de su área de distribución y D. j. kaimosae, descrita en 1936 en el bosque de Kaimosi, en Kenia occidental lindando con Uganda. La mamba de Jameson ostenta una coloración base de un verde grisáceo alternado con escamas verde oscuras, dándole un aspecto general de verde oscuro tornasolado. Puede encontrarse hasta los 2.200 m de altitud.

Mamba de Jameson: mapa de distribución

La mamba verde oriental (D. angusticeps)

Para mi gusto, la más bella de las mambas con un increíble color verde claro vivo y brillante. Descrita por Andrew Smith en 1849, es la mamba más tímida, elusiva y rara, puesto que sólo se distribuye en bosques tropicales costeros y de tierras bajas en Natal (Sudáfrica), Centro de Mozambique, la Costa Suajili de Kenia y Tanzania y dos áreas del interior de estos dos países. Se la encuentra hasta una altitud de 1.500 m.

Mamba verde oriental

Hay que tener cuidado de no confundir la auténtica mamba verde oriental con otras serpientes que son denominadas "mambas verdes" como el boomslang sudafricano (Dispholidus typus) o las serpientes verdes de matorral del género Philothamnus. Es la menos tóxica de las cuatro especies de mambas.

Mapa distribución mamba verde oriental

La mamba verde occidental (D. viridis)

Descrita en 1844 por Edward Halliwell, se distingue de las otras mambas verdes por su tono verdeamarillo. Tiene asimismo una distribución bastante restringida en los bosques tropicales desde Gambia y Sur de Senegal hasta Ghana y Togo, siempre más abundante en las zonas costeras y no superando por el norte el cinturón de bosque seco abierto que transiciona con el Sahel.

Mamba verde occidental

Mambas y humanos: el veneno.

Como ya te he explicado alguna vez, el veneno de las serpientes es una mezcla de sustancias químicamente muy complejas. El veneno de la mamba negra, si no se trata con la mayor rapidez posible tiene una mortalidad del 100% en humanos. A diferencia de otros tipos de veneno de serpiente, que provocan necrosis en los tejidos afectados, el veneno de las mambas es puramente neurotóxico. Esto quiere decir que actúa a través de neurotoxinas, concretamente de un tipo llamado dendrotoxinas, que tiene el efecto de bloquear ciertos canales de potasio en neuronas, con el resultado de que se interrumpen las comunicaciones nerviosas con los músculos, que se paralizan.

Extrayendo veneno de una mamba negra

Por tanto, la víctima mordida por una mamba que no recibe tratamiento fallecerá por asfixia al paralizarse el mecanismo muscular de la respiración, y/o por paro cardiaco, al paralizarse los músculos cardiacos. Al igual que sucede con otros venenos ofídicos, el cuadro empieza con elevada sudoración y salivación, así como taquicardias. Pero, como siempre, el desenlace fatal puede evitarse si se atiende con rapidez al mordido, y su evolución también depende de la cantidad de veneno que el animal haya conseguido inocular (la glándula venenosa de la mamba negra contiene entre 8 y 16 ml), y si el mordisco ha sido más o menos "limpio".

Curiosamente, fuera de África cada vez son más frecuentes las mordeduras de mamba negra debido a la proliferación en Europa de criadores y coleccionistas de serpientes y otros animales exóticos. Un caso muy interesante se dio en la República Checa en 2011, cuando un criador de serpientes supuestamente "experimentado" fue mordido en la punta de un dedo de una mano a través de la bolsa en la que transportaba al animal. 

Mamba negra en su postura de amenaza/advertencia

Plenamente consciente de lo que le había pasado, se trasladó inmediatamente al hospital más cercano donde empezó a presentar una taquicardia de 150 - 160 latidos por minuto. El fallo respiratorio fue casi fulminante, y la clave para la supervivencia del paciente fue la rápida intubación para facilitarle respiración mecánica. A partir de ese momento se vivió una angustiosa carrera contrarreloj para salvarle la vida y el paciente tuvo que ser trasladado en un avión medicalizado al Instituto Toxicológico más cercano, donde el paciente tuvo que recibir nada menos que cuatro dosis del antídoto sudafricano que domina el mercado (parte del cual tuvo que ser pedido ex profeso) en las siguientes 58 horas antes de que el paciente empezara a mostrar síntomas de recuperación.

En un estudio realizado en la República Sudafricana, se encontró que entre 1957 y 1979 se registraron 2.553 mordeduras por serpiente, de las que 75 correspondieron a mamba negra (y por cierto, 7 a mamba verde oriental), de los que 63 desarrollaron pleno síndrome de envenenamiento y 21 murieron. Entre 1991 y 1992, en Zimbabwe, de 274 casos de mordedura de serpiente, sólo 15 correspondieron a mamba negra, pero ésta fue la responsable de 2 de los 5 muertos totales, o sea el 40% de las víctimas mortales.

MÚSICA RECOMENDADA: Allan Gray - La Reina de África

SI TE GUSTA MI LABOR DIVULGATIVA, ¡APÓYAME! Patreon.com/cronicasdefauna


Comentarios

Entradas populares de este blog

Tarántulas. Dame veneno...

Errores comunes: los pingüinos no existen

La gallina doméstica: características, origen y domesticación