Mírame y no me toques. Las ranas venenosas: 5 ejemplos letales

Querida hija:

Cuando se habla de animales venenosos automáticamente pensamos en las serpientes. Como mucho, sabemos que hay otros grupos zoológicos que albergan especies venenosas pero no solemos pensar en las inofensivas ranas como algunas de las especies más letales del mundo. ¿Qué especies son estas? ¿cómo es su veneno y qué efectos tiene? ¿cómo lo administran? Vas a descubrir un fascinante grupo de animales venenosos, incluso de gran belleza física...pero mejor míralas y NO las toques.

Las ranas dendrobátidas son bellísimas pero letales. Ilustración: WildlifeArtbyRoger


¿Quiénes son las ranas venenosas?

Lo primero que tienes que saber es que el grueso de las especies de ranas venenosas están integradas en la familia Dendrobatidae, una familia de ranas que está presente únicamente en América del Sur, donde viven en bosques tropicales húmedos desde Nicaragua hasta el norte de Argentina. Estas ranas se conocen popularmente como "ranas punta de flecha" porque el veneno de algunas especies (no más de cuatro entre las 308 especies conocidas en esta familia) es usado por ciertos pueblos aborígenes para embadurnar la punta de sus flechas y hacerlas así más letales en la caza. Se conocen dieciséis géneros de dendrobátidas.

Fuera de la familia Dendrobatidae, existen otras especies de anuros venenosos: en la familia Aromobatidae, también sudamericana, y que forma con Dendrobatidae la superfamilia Dendrobatoidea, si bien las ranas aromobátidas tienen una toxicidad menor que las dendrobátidas. También son venenosos los géneros Melanophryscus (Bufonidae, Cono Sur de América excepto Chile), la familia Mantellidae, exclusiva de Madagascar y Mayotte, el género Pseudophryne, de Australia y Tasmania así como dos especies de ranas de la familia Eleutherodactylidae que viven en Cuba. Sin embargo, y dado que las ranas puntas de flecha son las más conocidas, numerosas y letales de entre las ranas venenosas, en esta crónica te hablaré sólo de ellas.

Mantella baroni es un ejemplo de rana venenosa mantélida de Madagascar. Foto: Charles J. Sharp


En general, las ranas dendrobátidas son pequeñas: la mayoría no supera el centímetro y medio de tamaño, siendo la mayor longitud conocida de 6 cm. Dentro del Neotropical, las dendrobátidas se encuentran en todos los ambientes tropicales húmedos: bosques de tierras bajas, de tierras altas, matorrales, humedales, incluso cultivos y plantaciones siempre que tengan disponible la humedad que necesita todo anfibio. A pesar del significado de su nombre, que alude a hábitos arbóreos, en realidad estas ranas se encuentran más frecuentemente en o muy cerca del suelo y cuando viven en los árboles no suelen superar los 10 metros de altura.

Las dendrobátidas son conocidas por sus cuidados parentales, algo muy inusual dentro de los Anfibios. Cuando los renacuajos salen de los huevos, sus padres los cargan (se quedan adheridos en un mucus) y los trasladan a lugares seguros donde haya agua, incluso en las pequeñas cargas de agua que guardan las bromelias, y también se ha detectado que pueden dejar a cada uno de los renacuajos individualmente en lugares separados entre sí para minimizar la posible competencia entre ellos, e incluso alimentan a los renacuajos con los huevos que no han resultado fertilizados (en las ranas, la fertilización es externa como en los peces).

El veneno de las ranas dendrobátidas

Pero vamos a lo que más te interesa. Su veneno. Como bien sabes, las ranas no muerden, no pican ni poseen arpones ni espolones. ¿Cómo, pues, inoculan su veneno?. El veneno de las ranas se encuentra en su piel: concretamente en unas glándulas llamadas "granulares" que se encuentran dispersas por todo el cuerpo y que el animal puede controlar a voluntad, expulsando el veneno cuando la rana se siente amenazada. Lo que sucede es que si un depredador intenta comerse a la rana notará efectos que oscilan entre el mal sabor, la irritación local y la muerte casi instantánea. Si el animal sobrevive, incorporará en su memoria los colores brillantes del que hacen gala estas ranas como advertencia de su toxicidad, y no volverá a atacar ninguna otra rana semejante. El veneno también puede transmitirse por vía tópica: si se coge o manipula inadecuadamente estas ranas, el veneno penetrará en tu organismo a través de tu propia piel. Cuidadín.

Estructura química de la batracotoxina


Como todos los venenos del Reino Animal, el veneno de las ranas es una sustancia químicamente compleja: se compone de aminas, péptidos, proteínas, esteroides (todos ellos, al parecer, producidos internamente por las ranas) y alcaloides tanto hidrosolubles como lípido-solubles, sustancias éstas últimas que el animal no puede sintetizar por sí mismo e incorpora a través de su dieta, fundamentalmente de artrópodos (hormigas, ácaros o miriápodos fundamentalmente). En terminología técnica, la rana "secuestra" estos alcaloides procedentes de los artrópodos que come y los almacena en las glándulas granulares de las que antes te he hablado. Pero los especialistas creen que cuando un renacuajo se alimenta de huevos sin fertilizar, también incorpora estos alcaloides, que la hembra comunica a los huevos que pone.

Es verdad que todos los dendrobátidos poseen este tipo de toxinas pero sólo un puñado de ellos puede considerarse letal, cuya dosis de toxina puede causar la muerte de un ser humano. Incluso los brillantes colores que universalmente "avisan" de propiedades tóxicas no se encuentran en todos los dendrobátidos, puesto que hay especies que poseen coloraciones discretas. Se cree que la coloración brillante de muchas de estas especies puede estar también influida por la agresiva territorialidad que muestran estas ranas, al más puro estilo de los peces tropicales de arrecifes. Puede ser un doble mensaje: al depredador se le dice "no me toques, que soy tóxica", y al congénere se le dice: "estoy aquí, date la vuelta que es mi territorio". Un 2x1 muy ventajoso.

La selva colombiana del Chocó es un hábitat típico para las ranas dendrobátidas


El primer científico que estudió en profundidad el veneno de estas ranas fue John W. Daly, quien en 1967 logró aislar el primero de los alcaloides: la batracotoxina, que además es el más letal de todos ellos y que es compartido sólo por las cinco especies del género Phyllobates y las cinco del género Dendrobates. Otros alcaloides conocidos de estos venenos son la tetrodotoxina (el segundo más letal), la bufotoxina, la pumilotoxina, la candicina, la epibatidina y así hasta los 850 alcaloides tóxicos conocidos hoy día en el veneno de estas ranas.

Dependiendo de la especie y la toxina implicada, los efectos pueden ser cardiotóxicos, neurotóxicos, nefrotóxicos, neuromusculares, alucinógenos, convulsiones, analgésicos, hipertensivos o colinérgicos. La dosis mínima letal de batracotoxina es de entre 0,01 y 0,02 microgramos por kilo de la víctima. La batracotoxina y la homobatracotoxina por ejemplo están entre los más potentes venenos naturales no proteicos y son fuertemente cardiotóxicas provocando despolarización iónica de nervios y músculos, arritmias, fibrilación y finalmente fallo cardiaco. En dosis que superen los 0,1 microgramos la muerte en ratones de laboratorio sucede en menos de un minuto.

Obtención de veneno de rana para medicina tradicional chamánica


Si una persona ha tocado una rana venenosa, el veneno penetra a través de la piel y se experimenta en primer lugar una parálisis progresiva en la zona afectada. Si se ha ingerido, primero se irrita la mucosa oral y luego se va experimentando depresión respiratoria, disnea, ataxia, arritmia, intensa cefalea, entumecimiento, pérdida de control de los esfínteres, dolor abdominal, convulsión, edema pulmonar, cianosis y muerte en cuestión de segundos. No existe antídoto para las neurotoxinas de este tipo de venenos y la actuación clínica (que debe ser inmediata) se basa en la administración de fármacos que combaten los síntomas. 

Bien es cierto que el contacto con el veneno de las ranas no tiene por qué ser siempre mortal para un humano. Esto dependerá de la intensidad y duración del contacto y, por supuesto, de la rapidez de la atención médica recibida.

Por desgracia, en muchos países sudamericanos existen "rituales de sanación" de naturaleza pseudo-chamánica basados en "medicina" indígena amazónica que se ofrecen a las amplias capas de población pobre de las grandes ciudades, y en los que se administra el veneno de la rana Kambó (Phyllomedusa bicolor), que se salda con muchas muertes cada año y con muchos casos de hospitalización del infortunado cuando el ritual se le va de las manos al estafador.

Pues bien, ha llegado el momento de darte cinco ejemplos de estas ranas letales.

Las 5 ranas más letales

En este tipo de clasificaciones no es fácil encontrar dos listas iguales porque es difícil definir un criterio aceptado por todo el mundo. Yo te propongo aquí un listado que me ha parecido plausible. Pero sí hay unanimidad en considerar la que es no sólo la rana más letal de todas sino incluso el animal más venenoso que existe:

La rana dardo dorada (Phyllobates terribilis). 

El nombre de la especie ya te lo dice todo. La especie fue descrita en 1978 a partir de ejemplares colectados en una expedición a las regiones colombianas de Quebrada Guangui y La Brea. Esta especie se encuentra en los bosques húmedos del Chocó colombiano, concretamente en el Valle del Cauca. Curiosamente es la mayor rana dendrobátida con sus 6 cm de longitud. Si bien es conocida por su llamativo color amarillo chillón, esta rana se encuentra también en morfos verde menta y dos tonos de naranja. Se ha calculado que la cantidad de batracotoxina que tiene esta rana es suficiente para matar entre 10 y 20 humanos o 20.000 ratones. Pues eso.

Rana dardo dorada


La rana flecha tintada (Dendrobates tinctorius).

Este dendrobátido de entre 37 y 53 mm de longitud vive en selvas húmedas por debajo de los 600 metros en el Escudo guayanés: este de Venezuela, Surinam, las Guayanas y la parte limítrofe de Brasil. Su coloración es muy variable, presentando diversos diseños con mezclas de amarillo, blanco, negro y azul. En este caso la toxina dominante de su veneno es la pumiliotoxina.

Rana dardo tintada. Foto: Wirley Almeida


La rana dardo de Zimmermann (Ranitomeya variabilis).

Anteriormente asignada a Dendrobates variabilis, el zoólogo Elke Zimmermann descubrió en 1988 que lo que se pensaba era un morfo de esta especie era en realidad una especie nueva y separada. El color del cuerpo es amarillo verdoso y las extremidades azules, con diseños en negro por todo el cuerpo. Esta especie se distingue por un punto negro en la punta del hocico y un diseño en el dorso en forma de "Y". Se distribuye en los bosques tropicales de tierras bajas correspondientes a la Amazonía - Orinoquia occidentales.

Rana dardo de Zimmermann


Rana dardo fresa (Oophaga granulifera).

Es una ranita minúscula con una longitud de 2 cm. Se distribuye en bosques de tierras bajas en el sudoeste de Costa Rica y Panamá. Su cabeza y cuerpo son de color rojo-anaranjado y las extremidades de azul grisáceo, y con la piel de aspecto granuloso. Se conoce un morfo de color corporal verde oliva.

Rana dardo fresa

 
Rana dardo fantasma (Epipedobates tricolor).

Es endémica de los bosques andinos de la provincia de Bolívar, en Ecuador. Tiene 22 mm de longitud y su cuerpo tiene una coloración base que oscila entre el rojizo, el verde y el amarillo pero con bandas blancas longitudinales. Sólo se la conoce en una extensión de 5.000 km2.

Rana dardo fantasma


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