Elefantes enanos y conejos gigantes. La desaparecida fauna de las islas mediterráneas
Querida hija:
Hace tiempo te conté en una crónica cómo fue la desaparecida fauna de las Islas Baleares. Toda una singularísima fauna que desapareció fundamentalmente a partir de la llegada de los humanos al archipiélago. El caso de las Baleares no es aislado ni mucho menos. Aunque en mis redes sociales hice alguna mención sobre interesantes especies fósiles en otras islas del Mediterráneo, se trata de un tema de más enjundia de la que parece, y creo que mereces conocer toda la historia, generalizando el caso de las Baleares a otras islas que también mantuvieron una fauna extraordinaria y singular, hoy extinguida. Pero con interesantes diferencias entre dichas islas. Vamos a viajar en el tiempo.
Elefante enano y cisne gigante de Malta. Ilustración: Zdenek Burian |
Introducción
Aunque hoy día las islas del Mediterráneo puedan parecernos muy similares entre sí (sobre todo por ser todas ellas emporios turísticos), biogeográficamente tienen historias diferentes. La mayoría de ellas adquirieron su forma actual en el Pleistoceno, hace entre 2 millones de años y 12.000 años. Las islas occidentales: Baleares, Córcega y Cerdeña parecen ser las que más antigüedad tienen y que más tiempo han permanecido aisladas del continente. Incluso hay evidencias fósiles de haber albergado faunas al menos desde el Eoceno (hace entre 58 y 36 millones de años.
Tal como en su momento te conté, la Crisis Salina del Messiniense (hace entre 6 y 5,3 millones de años), cuando casi se desecó el Mediterráneo, fue decisiva para que las Baleares y Cerdeña fueran colonizadas por una cierta fauna que luego evolucionaría en aislamiento al volver a ser islas tras la recuperación del Mediterráneo. De aquí proviene aquella fauna balear del goral de Baleares Myotragus, el lirón gigante Hypnomys, el conejo gigante Nuralagus o la musaraña autóctona Nesiotites. Luego verás que en Cerdeña hubo una fauna endémica muy similar a la de las Baleares y con idéntico origen en la Crisis Salina.
Fauna de Sicilia y Malta durante el Pleistoceno y el Holoceno y comparativa del tamaño con el ser humano. Ilustración: Narwhal |
Por su parte, Sicilia y Malta formaron ambas parte del continente africano durante el Mioceno (hace entre 23 y 5,3 millones de años) para sumergirse luego durante el Plioceno para emerger luego como un archipiélago que acabó cuajando en ambas islas, y que estuvo unida a Italia continental al final del Pleistoceno con las glaciaciones. Finalmente, Creta estuvo unida al continente durante todo el Mioceno, sumergida al final de este periodo y reaparece como isla durante el Pleistoceno. Chipre puede ser considerada, a su vez, como una isla "cuasi-oceánica" que prácticamente no ha tenido nunca comunicación con el continente.
Por lo tanto, tenemos un grupo de islas occidentales (Baleares y Córcega/Cerdeña) mucho más antiguas y con faunas que se remontan a la Crisis Salina y un grupo centro-oriental (Sicilia, Malta, Creta y Chipre) mucho más recientes y con faunas casi todas pleistocenas. Todo esto se traduce, por supuesto, en faunas muy diferentes en ambos grupos pero que tienen en común varias cosas:
Escena de la fauna pleistocena de Cerdeña |
- Faunas desequilibradas, relativamente pobres, con predominio de animales herbívoros y con una falta prácticamente total de depredadores a excepción de las aves rapaces entre las que destacan las interesantes lechuzas gigantes que se dieron en algunas de estas islas, como la lechuza balear Tyto balearica o el búho gigante de Creta (Athene cretensis), con 60 cm de altura y que se desplazaba caminando más que volando. Únicamente la fauna de Cerdeña presentaba depredadores carnívoros.
- Presencia de gigantismo insular: precisamente para enfrentarse con mayores garantías a esas lechuzas gigantes y, en general, a las aves rapaces, muchas especies de mamíferos que en el continente son pequeños, en las islas aumentaron de tamaño. Así, por ejemplo, el antedicho conejo gigante de Menorca, el pika de Cerdeña (Prolagus sardus), el lirón gigante de Mallorca o los lirones gigantes del género Leithia que vivieron en Sicilia y Malta y que alcanzaron el tamaño de gatos.
Comparativa del tamaño del elefante enano de Sicilia y Malta, macho, hembra y cría, con un ser humano |
- Presencia de enanismo insular: por su parte, la ausencia de carnívoros terrestres indujo en los mamíferos de gran tamaño a adoptar la estrategia contraria: reducir su tamaño porque no había depredadores a quienes impresionar con su tamaño y además siendo más pequeños podían desplazarse más fácilmente por la difícil orografía de las islas mediterráneas y explorar nuevos alimentos. Así, hubo elefantes enanos en Sicilia, Malta, Creta, Chipre, Delos, Naxos, Tilos y Rodas, ciervos enanos en Sicilia, Creta, Malta, Kasos, Karpathos, Tilos y Rodas, e hipopótamos enanos en Sicilia, Creta y Chipre, además de los ovicaprinos enanos de Baleares (Myotragus) y Cerdeña (Nesogoral).
Origen de los mamíferos isleños del Mediterráneo
Existe una gran diferencia entre las faunas originales de Baleares y Cerdeña, por un lado, y el resto de las islas mediterráneas por otro. Si bien todos los mamíferos de estas islas tienen su origen en el cercano continente europeo, la forma de alcanzar las islas es diferente.
Los caprinos, por ejemplo, son muy malos nadadores por lo que se presume que llegaron a Baleares y a Cerdeña caminando por el lecho seco del Mediterráneo en la Crisis Salina del Messiniense. Así, Myotragus en Baleares y Nesogoral y Asoletragus , así como los lagomorfos y los lirones. Es significativo que en las otras islas, adonde forzosamente había que llegar nadando, no hubo nunca animales de estos grupos que llegasen nadando (los lirones llegaron a Sicilia a través de su previa unión con el continente).
Comparativa de los hipopótamos pigmeos mediterráneos con el ser humano |
Por su parte, los elefantes, los hipopótamos y los ciervos son buenos nadadores y por ejemplo se ha visto a elefantes cruzar a nado a islas cercanas a Ceilán, e hipopótamos nadando entre Tanzania y Zanzíbar con lo que claramente descienden de especies continentales. Había en Europa dos especies de hipopótamos a partir del Pleistoceno medio: el hipopótamo africano Hippoppotamus amphibius y H. antiquus. Se cree que el primero dio origen al hipopótamo enano de Sicilia y éste, a su vez, al de Malta, mientras que el segundo pudo ser el ancestro de los hipopótamos enanos de Creta y Chipre. Para que te hagas una idea de su tamaño, debes saber que el hipopótamo chipriota alcanzaba 76 cm de altura y 1,2 metros de longitud. Verdaderamente pequeño. Estos hipopótamos se adaptarán al nuevo medio haciéndose menos acuáticos y más "caminadores", y sustituyen los hábitos pastadores originales por hábitos ramoneadores.
En cuanto a los elefantes enanos, el ampliamente extendido Palaeoloxodon antiquus fue el ancestro del elefante enano de Sicilia, Chipre y Malta mientras que el mamut de estepa Mammutthus trogontherii fue posiblemente el ancestro del elefante enano de Cerdeña. Estos elefantes tenían longitudes de entre 1 y 2,3 metros, pesos de hasta 200 kg y alturas en torno de un metro.
Comparativa del continental Megaceros verticornis y sus descendientes enanos de Creta y Cerdeña |
En cuanto a los ciervos en general (en su mayoría también enanos), provienen de Megaceros verticornis en el caso de los ciervos de Cerdeña y Creta mientras que otros como el de Chipre pueden asignarse a Cervus, muy bien extendido y representado en el Continente. Los ciervos que experimentaron enanismo insular podían tener el tamaño de perros mediano a grande.
El resto de animales (salvo las nutrias de Cerdeña, que claramente llegaron nadando), debieron llegar por puro azar arrastrados por corrientes hasta dar con una isla donde poder fundar estirpes. Ahora voy a hacer un repaso muy genérico de las principales faunas de cada una de estas islas, excepto las Baleares, de las que ya te hablé en su momento.
Cerdeña
A pesar de no contar con elefantes, hipopótamos ni ciervos enanos, los especialistas consideran a la fauna sarda como tal vez la más interesante y completa de entre las islas del Mediterráneo. Se distinguen, además, dos faunas distintas que se sucedieron en el tiempo:
Fauna messiniense: sería la fauna "originaria y endémica" de Cerdeña y, como la fauna de Baleares, tendría su origen en la Crisis Salina. Sus principales componentes fueron los caprinos Nesogoral y Asoletragus, el jabalí mediterráneo más pequeño (podría ser enano), Sus sondaari, un primate: Macaca majori, la "hiena corredora" Chasmaporthetes melei y el antecesor directo del pika sardo, Prolagus figaro.
Fauna pleistocena: durante el periodo Villafranquiense, que delinea el final del Plioceno y el comienzo del Pleistoceno, esta fauna messiniense desaparece y es sustituida por una fauna que llegará nadando o flotando desde el continente, y cuyos principales exponentes serían varias nutrias: Enhydrictis, Megalenhydris y Sardolutra, el "cuón" sardo Cynotherium y el ciervo Praemegaceros.
Como puedes ver, la fauna de Cerdeña era bastante completa, con depredadores terrestres que influyeron seguramente en que Praemegaceros mantuviera su tamaño original y no experimentara el enanismo insular que sucedió en otras islas. Pero también hay indicios de que durante esa época, hubo población humana en Cerdeña, caso único entre las islas del Mediterráneo, donde el ser humano no llegaría hasta el Neolítico. No se sabe qué especie de Homo alcanzó Cerdeña ni cuánto tiempo estuvo allí pero se cree que la caza de los pikas Prolagus (que evolucionaron en P. sardus) y tal vez de los ciervos fueron clave en el sostenimiento de aquella enigmática población humana.
Sicilia/Malta
En Sicilia aparecen los lirones gigantes Leithia cartei y L. melitensis, los elefantes pigmeos Palaeoloxodon falconeri, que en Malta sería P. mnaidrensis, el hipopótamo pigmeo H. pentlandi, común con Malta. En Malta, además, aparece el cisne gigante (Cygnus falconeri), que alcanzaba los dos metros de longitud de cabeza a cola y un peso estimado de 16 kg y se cree que era un ave no voladora.
En Sicilia nunca llegó a haber ciervos enanos seguramente porque al unirse a Calabria durante la última glaciación, penetraron allí los grandes herbívoros europeos como el ciervo rojo, el uro y el bisonte de estepa, aunque sí hubo una especie endémica de gamo, Dama carburagelensis, que sí era un 20% más pequeño que el gamo continental europeo.
Creta/Islas griegas
Creta tuvo su propia versión del elefante enano, Mammuthus creticus, del hipopótamo enano H. creutzburgi, y del ciervo enano, Candiacervus, cuya especie más pequeña C. ropalophorus apenas alzaba 40 cm del suelo. Estos ciervos también estaban presentes en la cercana isla de Karpathos aunque se discute si asignarlos a Candiacervus o Cervus. Curiosamente este género, en Creta, también generó una especie gigante, C. major, con un peso estimado de 245 kg. Candiacervus, al parecer, experimentó una radiación adaptativa desarrollando al menos 8 especies adecuadas para explotar distintos ambientes ecológicos en la isla.
Tres especies de Candiacervus de Creta |
Chipre
En cuanto a Chipre, el elefante enano fue Palaeoloxodon cypriotes, y su hipopótamo enano fue Hippopotamus minor.
Extinción de la "micro-fauna" mediterránea
No está claro que la extinción de todas estas especies se debiera al ser humano. Cierto es que durante el Neolítico el humano moderno se establece en todas las islas del Mediterráneo trayendo consigo a sus ovejas y sus cabras, que entraron en directa competencia con los ungulados locales. Ese sí pareció ser el caso de nuestras Islas Baleares pero en el resto de las islas hubo de todo.
Ciervo enano, lechuza gigante y nutria de Creta |
Puede haber una cierta relación entre la llegada de los humanos (y sus ganados) y la extinción de los grandes y medianos mamíferos pero con los pequeños mamíferos esa relación no está lo suficientemente clara porque ni siquiera hay una sincronía entre las respectivas extinciones de todas estas islas.
Por su parte, en cuanto a los pequeños mamíferos endémicos, se observan dos pautas: una de ellas es una larga coexistencia en Córcega, Cerdeña y Creta, y la otra de ellas es la extinción súbita en parte de las Baleares y en Chipre (las islas más aisladas y donde, por tanto, los pequeños mamíferos estarían peor adaptados a la sobrecaza y la competencia con otros introducidos).
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