¿Un animal extraordinario? la lombriz, el arado natural.

Querida hija:

Para la mayoría de la población las lombrices no son más que cebo para pescar. Y la mayoría del resto de la gente pone cara de asco al verlas. "¿Lombriceeeeeesss? puuuuuaaaajjjjjjj". Y sin embargo hablamos de una verdadera "especie clave" para nuestros ecosistemas. Un extraordinario "ingeniero agrónomo" de cuyos inestimables servicios medioambientales nos beneficiamos todos, incluidos los pescadores y los que ponen cara de asco al verlas. Tienes que conocer quiénes son las lombrices, cómo viven y, sobre todo qué aportan al funcionamiento de nuestro planeta.

Las lombrices son especies clave no, lo siguiente.

Las lombrices: generalidades

Antes de entrar en materia deberías repasar mi crónica sobre los Anélidos ya que las lombrices son concretamente Anélidos oligoquetos, y dentro de éstos, en el Orden Crassiclitellata. Aquí se definen varias familias de lombrices de tierra, de las cuales la más conocida es Lumbricidae (por albergar el mayor número de especies y entre ellas las especies más comunes que podemos encontrar en Europa), pero también hay otras familias.

Su estructura es muy sencilla: forma cilíndrica con los extremos ahusados y con la característica segmentación de los anélidos. No tiene una cabeza definida pero sí cuenta con una boca en uno de los extremos y un ano en el otro extremo. Normalmente son de tamaño pequeño que puede tener un mínimo de 1 mm de ancho y 10 mm de longitud pasando por longitudes de algunos centímetros hasta gigantescas lombrices de varios metros de longitud, concretamente en la familia Megascolecidae como la lombriz gigante de Gippsland, en Australia, (Megascolides australis), que alcanza longitudes entre 1 y 3 metros, la lombriz gigante del Mekong (Amynthas mekongianus), con longitudes máximas de 2,9 metros o la lombriz gigante de Oregón (Driloeirus macelfreshi), la mayor lombriz de Norteamérica y endémica del Valle del Willamette, con longitudes registradas entre los 0,91 y 1,32 metros.

Una mujer sujeta un ejemplar de lombriz gigante de Gippsland. Foto: Rodney Start

Según el Libro Guinness de los Récords, la lombriz más grande de todas sería la lombriz gigante africana (Microchaetus rappi), que no es un megascólido sino un microchaétido, a la que se atribuye una longitud máxima de 6,7 metros aunque fuera del Libro Guinness no he encontrado ninguna referencia sobre esta fantástica longitud, con lo que te recomiendo que la cojas con pinzas.

Las lombrices terrestres tienen un lejano origen marino, por lo que mantienen algunas características originarias como la respiración cutánea (a través de la piel). Son habitantes del suelo y necesitan un cierto grado de humedad para que sus mucosas respiratorias puedan funcionar. Ahora bien, son capaces de resistir periodos de sequía enterrándose profundamente y recubriendo su habitáculo excavado con un mucus que minimiza la pérdida de humedad, y enroscándose formando una bola, en una especie de "estivación" hasta que la humedad vuelve a su nivel normal.

Al igual que sucede por ejemplo con los caracoles, las lombrices son hermafroditas, esto es, que cada individuo está dotado tanto de los órganos sexuales masculinos como femeninos de modo que cuando se unen dos lombrices la una fertiliza el sexo contrario de la otra. Si te fijas en las lombrices verás que su regular ritmo de segmentos queda interrumpido por una especie de cápsula que engloba varios segmentos, y que se llama "clitelo". Esta estructura forma parte del aparato reproductivo y tiene un papel en la unión de los dos individuos y en la formación de los fluidos que van a nutrir luego un capullo que se forma donde en su interior se desarrollarán las lombrices crías, en número de entre 2 y 20. Algunas especies se reproducen mediante partenogénesis.

Algunas especies de lombrices británicas. Dibujo: Hilderic Friend

Dependiendo de las especies, una lombriz puede vivir entre 2 y 8 años y produce una generación por año con un máximo de entre 8 y 12 capullos.

Prefieren suelos de arena medio-pesada a arcillosa. Los suelos de arcilla pesada y los suelos arenosos secos no son buenos para su crecimiento debido a la alta y falta de humedad respectivamente en suelos. Máxima excavación y reproducción tienen lugar en los meses de Marzo-Abril y Septiembre-Octubre en la zona templada. Durante los periodos de sequía, las lombrices se trasladan a capas más profundas y estivan. Por ejemplo, Lumbricus terrestris es capaz de migrar hasta 20 metros en profundidad para estivar.

Las lombrices se alimentan tanto de detritus orgánicos como de microorganismos como protozoos, rotíferos, nematodos, hongos, etc. Normalmente las lombrices pasan el día enterradas en los túneles que excavan bajo el suelo y por la noche salen a la superficie para alimentarse de la materia orgánica que encuentren (hojas caídas, excrementos, otra materia orgánica en descomposición...) bien en la misma superficie o bien transportándola al interior de sus madrigueras. En este sentido podemos hablar de tres grandes tipos de lombrices:

- Anécicas: grandes especies que viven en madrigueras que excavan en el interior del suelo, y que suben a la superficie para alimentarse de detritus.

- Epigeicas: son especies pequeñas y de rápido ritmo reproductivo que no excavan madrigueras sino que viven en medio de la hojarasca, alimentándose allí de los detritus.

- Endogeicas: cavan su propio camino dentro del suelo "comiendo" la tierra y extrayendo de ella los microorganismos que comen.

Los tres tipos ecológicos de lombrices.

El insustituible papel ecológico de las lombrices

Es difícil de imaginar para el profano cuán importante es para el planeta la existencia y actividad de las lombrices. Para entenderlo lo primero que debes saber es que las lombrices forman la mayor parte de la biomasa de macroinvertebrados en el suelo: se ha calculado que en un ambiente favorable la densidad de lombrices en el suelo puede oscilar entre las 300 y las 1.350 lombrices por metro cuadrado.

Servicios ecosistémicos prestados por las lombrices

Las lombrices no se quedan quietas. Como ya te he explicado, las lombrices abren galerías subterráneas, "comen" suelo, expulsan excrementos, capturan materia orgánica en la superficie del suelo y la entierran en sus galerías...hacen un papel de verdaderas "ingenieras ecológicas" removiendo el suelo sin parar, funcionando como verdaderos "arados naturales". Toda esta actividad tiene consecuencias ecológicas. Allí donde hay una población sana y abundante de lombrices se ha calculado que éstas son capaces de mover 250 toneladas de tierra por hectárea al año. Y eso son palabras mayores ya que las lombrices endogeicas pueden consumir dos veces su propio peso en suelo en un día lo que quiere decir que en pocos años toda la capa superficial de un suelo con buena población de estas lombrices es procesado por completo por ellas.

En pocas palabras, las lombrices son capaces de modificar la estructura y composición del suelo mediante la traslación de materia orgánica desde la superficie a su interior, la oxigenación del interior del suelo a través de sus galerías y la distribución de sus excrementos, ricos en nutrientes orgánicos así como el mucus que segregan para cubrir el interior de sus túneles, también rico orgánicamente. Por eso, algunos investigadores denominan a la capa del suelo influida por las lombrices como "drilosfera".

Las lombrices incrementan la fertilidad del suelo

Precisamente los túneles y madrigueras de las lombrices se consideran "puntos calientes" para los procesos bioquímicos ya que las lombrices incorporan carbono y nitrógeno, y también son canales que facilitan la penetración del agua superficial al interior del suelo.

Las lombrices aceleran el proceso de descomposición de la materia orgánica disparando la mineralización del carbono y facilitando la respiración del suelo, pero también hacen que el nitrógeno fijado en el suelo sea más fácilmente aprovechable por las plantas, y también "disparan" la actividad microbiana en su área de influencia. Son verdaderas "directoras" de las plantas subterráneas de reciclaje de materia orgánica.

Y por si fuera poco, las propias lombrices forman también parte importante de muchas otras especies de animales. En la reciente crónica sobre los mustélidos ibéricos, por ejemplo, ya te indiqué que las lombrices forman parte clave de la dieta del tejón.

Las lombrices y el ser humano

Como puedes deducir fácilmente, las lombrices estructuran el suelo, lo oxigenan, lo drenan y en suma incrementan su fertilidad. No se te escapa que son animales, por tanto, beneficiosos para la Humanidad ya que también incrementan la fertilidad de los cultivos humanos. Ahora bien, esto hay que matizarlo un poco.

Es cierto que la existencia de los seres vivos no puede girar en torno de la posible utilidad o no para los humanos sino que son valiosos por sí mismos. Las lombrices proporcionan el óptimo de sus servicios ecosistémicos en condiciones naturales pero los cultivos humanos no son naturales sino que constituyen una intervención humana en un paisaje que una vez fue natural. Y eso provoca distorsiones en la labor de las lombrices tanto más cuanto más "artificial" es un cultivo.

Es fundamental para la agricultura una buena población de lombrices

Por ejemplo, se ha estudiado en Uzbekistán que la diversidad de lombrices en el suelo es menor en los monocultivos industriales de algodón, dado el uso de pesticidas que reduce al mínimo la vida en los suelos. Por otro lado, la actividad de las lombrices lo que hace es introducir los pesticidas y agroquímicos en el suelo, perpetuando el círculo vicioso de exterminio de la vida en el suelo, y agotando a largo plazo éste. Sin embargo, en este mismo estudio de Uzbekistán se ve que en cultivos de manzanos y de alfalfa la densidad de lombrices es máxima.

Para que las lombrices contribuyan plenamente a la regeneración del suelo y su fertilidad el agricultor debe ayudarlas un poco, por ejemplo introduciendo la rotación de cultivos. En un contexto de suelo árido como es el uzbeco, la alfalfa ayuda al desarrollo de una buena población de lombrices por su capacidad para fijar nitrógeno en el suelo por lo que en este tipo de suelos la inclusión de la alfalfa en la rotación de cultivos ayuda a que esa población de lombrices aumente y realice su función. Pero también es importante no labrar la tierra o hacerlo sólo ligeramente porque las lombrices son muy sensibles al movimiento mecánico del suelo, se asustan y se hunden más.

En otras palabras, los cultivos adaptados a cada clima y suelo siempre son los más óptimos para la fauna local, que en respuesta nos van a proporcionar los servicios ecosistémicos que necesitamos para mejorar nuestra producción. Es urgente repensar ya esos monstruosos monocultivos industriales pensados para la exportación que lo único que hacen es agotar el suelo y exterminar todo signo de vida a su alrededor.

Esquema de funcionamiento del vermicompostaje para hogares

Por eso en nuestra sociedad se está poniendo de moda el "vermicompostaje": son cajas donde hay una colonia de lombrices en un sustrato de tierra, que ayudan a descomponer los residuos orgánicos que se producen en un hogar promedio. En un periodo de tres meses, las lombrices habrán producido "compost" suficiente como para empezar a fertilizar un huerto o un jardín, que son sus principales aplicaciones. Una vez más, las soluciones basadas en la naturaleza son las más indicadas en estos tiempos de crisis planetaria global.

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