El acuario del mundo: la fauna marina del Mar de Cortés

Querida hija:

En el año 1987 el inolvidable Comandante Jacques Cousteau realizó una expedición al Mar de Cortés para filmar uno de sus maravillosos documentales sobre vida marina. Lo que vio le dejó asombrado: un mar de aguas transparentes tan absolutamente rebosante de vida que no dudó en referirse a él como "El acuario del mundo". En un mundo que ignora normalmente todo lo que se refiere al mar (clave para la supervivencia de la especie humana y el equilibrio natural del planeta), es necesario que conozcas los tesoros que viven en ese mar prodigioso, y reflexionar sobre los peligros que le acechan, que son los peligros que acechan a la especie humana. Con un mensaje de esperanza si estamos dispuestos a trabajar por su conservación.

La riqueza piscícola del Mar de Cortés es asombrosa. Ilustración: Franko Maps


El Mar de Cortés: generalidades

El Mar de Cortés, conocido también como el Golfo de California, es una estrecha extensión marina que se extiende entre el lado oriental de la Península de Baja California y la costa noroccidental mexicana, bañando los Estados de Baja California Norte, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa. Tiene una longitud norte-sur de 1.148 km desde la desembocadura del río Colorado al norte, y una anchura irregular que oscila entre los 48 y 241 km.

Mapa de ubicación del Mar de Cortés


El Mar tiene 37 islas principales que, como ya te he explicado en otras crónicas, albergan una fauna endémica vertebrada única en el mundo pero en esta crónica quiero centrarme en la fauna marina de este Golfo. Sus aguas se ubican en una región subtropical con lo que las temperaturas del agua se encuentran en torno de los 24ºC, y existen arrecifes de coral en varios lugares. Se dan varias circunstancias geográficas que influyen en que el Mar de Cortés sea la extensión marina más rica en biodiversidad de México y la 6º a nivel mundial: no en balde, el Mar de Cortés es con diferencia la primera región pesquera de México.

En primer lugar, el Mar de Cortés está en el área de una serie de corrientes marinas frías (derivadas de la Corriente de Humboldt) y en una zona donde se produce la "surgencia" de aguas frías y profundas cargadas de nutrientes. Esta abundancia de nutrientes provoca a su vez la explosión de zooplancton y fitoplancton que forman la base de todas las redes tróficas de la zona. Por otro lado, el fondo del Mar de Cortés es abrupto y profundo: si bien la profundidad media se encuentra entre los 800 y 900 metros, existe gran número de valles, cordilleras y cañones submarinos que alcanzan los 3.400 m de profundidad, con lo que se genera un gran número de hábitats submarinos donde muchas especies encuentran refugio. 

Fauna submarina en el Mar de Cortés


Finalmente, la profundidad, su configuración larga y estrecha y su orientación Norte-Sur provocan en el Mar de Cortés enormes mareas, cuyo movimiento de aguas ayuda a la redistribución de nutrientes. El resultado de ello es la presencia de 170 especies de aves marinas, 32 especies de mamíferos marinos (el 40% del total mundial), 891 especies de peces (de ellas 90 endémicas del Mar de Cortés) y 4.500 especies de invertebrados marinos. Un  verdadero Edén marino.

Breve historia del Mar de Cortés

Pero debes darte cuenta de una cosa. A pesar de que en 1987 Jacques Cousteau quedó maravillado por lo que había visto en el Mar de Cortés, su biodiversidad no era más que una sombra de lo que había sido. Es curioso cómo nuestra percepción sobre lo que es normal o anormal está mediatizada por nuestra experiencia directa. Si hoy día nos parece que la biodiversidad del Mar de Cortés es extraordinaria, eso es porque no hemos visto cómo era en décadas y en siglos pasados. Sobrepasaba toda imaginación. Por eso merece la pena hacer un repaso de lo que nos legaron marineros y exploradores que anduvieron por allí en tiempos pasados.

El Mar de Cortés recibe su nombre a partir de la visita que el mismísimo Hernán Cortés hizo a sus aguas en 1533, descubriéndolo para los europeos. Sin embargo, su primera exploración seria la hizo Francisco de Ulloa en 1539, con los navíos Santa Águeda, Santo Tomás y Trinidad. En su diario, Ulloa llama la atención sobre los grandes bancos de ostras perlíferas que atraerían a subsiguientes marinos españoles, que durante el siglo XVII explotarían ese recurso natural, que acabaría colapsando por sobrepesca en 1939.

Viaje de Francisco de Ulloa al Mar de Cortés


No obstante, la explotación de ostras perlíferas en el Mar de Cortés entra en decadencia ya a finales del siglo XVII y las autoridades españolas dejan de prestar atención a aquella parte de Nueva España, que se convertirá en refugio de piratas y contrabandistas anglosajones cuya presencia sólo fue contestada por los misioneros españoles que estudian la región prácticamente hasta que la nueva República Mexicana independiente afirma su soberanía en la zona y coloniza más activamente sus tierras, poniendo en explotación su riqueza pesquera.

Todos los marineros que visitan el Mar de Cortés entre los siglos XVII y XIX coinciden en describir una abundancia de vida marina fuera de lo común. Los balleneros usaban expresiones como "números infinitos", "multitudes" o "imposible de contar" refiriéndose a la cantidad de ballenas que encontraron en el Mar. Además, su tamaño era tan grande que hasta los balleneros más experimentados tenían dificultades para diferenciarlas, como narraba en 1798 el ballenero James Colnett, al extrañarse del enorme tamaño de las ballenas jorobadas que allí vio, y que confundió con cachalotes.

Los primeros españoles que vieron los leones marinos de California (Zalophus californianus) se refirieron a que eran "increíblemente abundantes". Ulloa en 1539 los vio en la Bahía de San Luis Gonzaga y escribió que eran "cientos de miles". La misma impresión se llevaron los marineros que observaban la abundancia de tortugas marinas: Cooke narraba en 1712 que capturaron 100 hembras en una sola noche en previsión de cargar provisiones para las próximas semanas. Bucaneros franceses que reparaban allí su barco se referían a "enjambres" de tortugas marinas.

Y qué decir de la pesca. Hakluyt en 1600 escribía que aquel mar era "un lugar de pesca tan maravilloso como Terranova", y fue el primero en describir un enorme pez gris que hoy se conoce como "mero baya" o "mero del Golfo" (Mycteroperca jordani). Fuera cual fuese el grupo zoológico al que nos refiramos, tiburones, rayas, marsopas, etc...las descripciones siempre son hiperbólicas abundando expresiones como "infinito", "lleno", "imposible de contar". Y no solo hablamos de abundancia sino del gran tamaño de muchos ejemplares. Nos hemos acostumbrado a tal escasez de biodiversidad que cualquier ecosistema que supere un tanto esa miseria nos parece algo extraordinario, cuando en siglos pasados nuestro planeta literalmente explotaba de vida como no te puedes ni imaginar en tus más delirantes sueños. En fin.

Durante el siglo XIX los científicos toman el relevo de los marineros, exploradores, balleneros y foqueros y se empiezan a realizar estudios modernos, pero curiosamente habría que esperar hasta el año 1940 para que el Mar de Cortés y su fantástica biodiversidad se dieran a conocer en todo el mundo. Todo gracias a la expedición Ricketts - Steinbeck.

Ed Ricketts (1897-1948) fue un eminente biólogo marino estadounidense. Pero fue más que eso. Además de ser un científico al uso, fue uno de los pioneros del llamado "pensamiento ecológico", según el cual el ser humano es sólo una pieza más en el complejo engranaje de la naturaleza, y en modo alguno el centro del universo. Trabó amistad con el famoso escritor y Premio Nobel John Steinbeck (1902-1968), con quien le unían afinidades artísticas y filosóficas, introduciéndole de paso en el mundo de la Biología marina de una forma extraoficial.

Libro Sea of Cortez, de Steinbeck y Ricketts


En la primavera de 1940, Ricketts y Steinbeck (con su tripulación) fletan un barco sardinero, el Western Flyer, que parte de Monterrey (California) para un viaje de seis semanas por la Península de Baja California y el Mar de Cortés para estudiar la fauna intermareal (de cuyo estudio Ricketts fue uno de los pioneros) y litoral de esta región. Recolectaron nada menos que 550 especies de invertebrados marinos de todos los Filos zoológicos, y de resultas de este viaje publicaron el libro "The Sea of Cortez". En aquel momento, con el mundo ya inmerso en la Segunda Guerra Mundial, en la que los EEUU entrarían al año de la publicación del libro (1941) y con las convulsiones políticas del Gobierno de Lázaro Cárdenas en México, el libro no tuvo mucha repercusión, pero en 1951 Steinbeck publica la parte literaria y narrativa del viaje, y ahí el Mar de Cortés se descubre al mundo, un mundo ya más proclive a reflexionar sobre la naturaleza y en una época en la que la Ciencia de la Ecología estaba explosionando.

Por cierto, en 2004 un equipo de biólogos repitió el viaje del Western Flyer, deteniéndose en los mismos lugares y prospectando la misma fauna que en 1940. Encontraron una significativa caída en la biodiversidad que encontraron Ricketts y Steinbeck 64 años antes.

Calamar de Humboldt


Habría que esperar hasta fines del siglo XX y comienzos del siglo XXI cuando el Estado Mexicano decreta diversas áreas protegidas en el Mar de Cortés. Destacan:

- Áreas Protegidas de Flora y Fauna: Cabo San Lucas, Islas del Golfo de California, 
- Parques Nacionales: Bahía de Loreto, Cabo Pulmo, Archipiélago de San Lorenzo, Archipiélago Espíritu Santo
- Reservas de la Biosfera: Alto Golfo de California/Delta del Colorado, El Vizcaíno, Isla Guadalupe, Bahía de Los Ángeles, Canal de Ballenas y Salsipuedes

Ejemplos de la fauna marina del Mar de Cortés

Ya te he mencionado antes al león marino de California, cuya población se calculó en 2019 en 4.617 ejemplares en el Mar de Cortés. Se trata de una especie considerada indicador de la buena salud del ecosistema. Pero la abundancia de ballenas en este mar relativamente pequeño es extraordinaria. Se ha registrado la presencia (permanente o migratoria) de la ballena azul (Balaenoptera musculus), de la ballena jorobada (B. physalus), la ballena gris (Eschrichtius robustus), la yubarta (Megaptera novaeangliae), el cachalote (Physeter catodon) y también la orca (Orcinus orca), así como el delfín mular (Tursiops truncatus).

Ballena gris en el Mar de Cortés


Entre las especies de pesca comercial y deportiva más apreciadas que ofrece el Mar de Cortés destaco el marlín azul (Makaira nigricans), el dorado (Coryphaena hippurus), el pez espada (Xiphias gladius), el atún de aleta amarilla (Thunnus albacares) o el peto o "wahoo" (Acanthocybium solandri) aparte del mero del que antes te hablé, entre muchas otras especies. Debo añadir aquí el calamar de Humboldt (Dosidicus gigas), un formidable cefalópodo que puede alcanzar los 2 metros de longitud, y que se ha convertido en el 98% de las capturas comerciales de cefalópodos del Mar de Cortés, una pesquería relativamente reciente en este Mar.

Dorado


Entre los peces que puedes encontrar en los arrecifes de coral del Mar de Cortés puedo darte como ejemplos el pez mariposa limón (Johnrandallia nigrirostris), la morena castaña (Gymnothorax castaneus), la jaqueta gigante (Microspathodon dorsalis), el chivo (Mulloidichthys dentatus), el pez ángel del Mar de Cortés (Pomacanthus zonipectus), el pez damisela del Mar de Cortés (Stegastes rectifraenum) o el pez ballesta de costados naranja (Sufflamen verres).

Pez ángel del Mar de Cortés


La vaquita y el lado oscuro del Mar de Cortés. Pero un final esperanzador.

Ya te he apuntado antes que la sobrepesca y la sobreexplotación de tan rico mar al final han pasado factura a este magnífico acuario del mundo. Y nada puede ejemplificar esto como el trágico destino del único cetáceo marino endémico del Mar de Cortés, la vaquita (Phocoena sinus). Si bien los marineros que en siglos pasados recorrieron este mar dejaron descripciones de lo que parecía ser una marsopa local, la especie no fue formalmente descrita hasta 1958, a partir de tres cráneos que se encontraron varados en playas de la región, y el animal no fue avistado sino con cuentagotas y muy esporádicamente, casi siempre enredado en redes de pesca. Ahí está la clave: trágicamente la especie fue conocida cuando ya estaba al borde del exterminio.

Vaquita de mar


El exterminio de la vaquita viene ligado a la pesca de un pez notable: la totoaba (Totoaba macdonaldi), un perciforme de la familia Sciaenidae también endémico del Mar de Cortés. Este pez también es un gigante que puede alcanzar los 2 metros de longitud y pesar hasta 100 kg. Al parecer, este pez fue "descubierto" comercialmente por pescadores deportivos californianos durante la década de 1920. Y como en ese mundillo el "boca a oreja" funciona admirablemente, debió propagarse su pesca con notable rapidez. El caso es que su carne es buena para el consumo humano y como subproducto estaba la vejiga natatoria. Al parecer y de algún modo este pez llegó a conocimiento de la comunidad china de San Francisco que empezó a consumir su vejiga natatoria como hacían en su China ancestral con otras especies que empezaban a exterminar con su sobrepesca.

Por tanto, la demanda de totoaba por parte de la comunidad china de California se disparó y empezó una pesca masiva de esta especie que alcanza un pico en 1942 con 2.261 toneladas de totoaba. Como siempre sucede cuando se explota un recurso de manera insostenible, el recurso se desplomó: se pescaron 280 toneladas en 1958 (cuando se describe formalmente la vaquita como especie), y sólo 59 toneladas en 1975. Entonces el Gobierno mexicano toma cartas en el asunto y prohíbe ese mismo año la pesca de la totoaba.

Totoaba y vaquita marina: dos caras de la misma moneda. Foto: NOAA


Pero tratándose de chinos, eso no les importó y continuaron importando totoaba estimulando así su pesca ilegal. Esa pesca ilegal ha sido la que está exterminando a la vaquita, puesto que indefectiblemente queda atrapada en las redes de los pescadores ilegales. La vaquita vivía sobre todo en la mitad norte del Mar de Cortés, y su exterminio está siendo veloz y galopante: si en 1997 se habían contabilizado 557 ejemplares, en 2000 había entre 150 y 300, y solo 100 en 2014 y en 2019 se calcula que quedan de 22 a 19.

Mientras los chinos, insensibles a todo, sigan comprando ilegalmente totoaba, mucho me temo que en muy pocos años verás el exterminio de todo un mamífero marino.

Pero al menos alguien empieza a aprender de toda esta desgracia. Quiero que te fijes en la comunidad de pescadores de Cabo Pulmo, al final sur de la Península de Baja California. A comienzos de la década de 1990 los arrecifes coralinos de Cabo Pulmo estaban prácticamente exhaustos por la sobrepesca y la entera pesquería de la zona estaba en crisis. Pero varias familias de pescadores de la zona tomaron cartas en el asunto y demostraron poseer una visión de futuro y un progresismo extraordinarios cuando convencieron a toda la comunidad pescadora de que había que parar de pescar en el arrecife. Acto seguido, convencieron a las autoridades para que se protegiera oficialmente, y en 1995 se establece el Parque Nacional de Cabo Pulmo, con una prohibición total de la pesca en toda la superficie del Parque.

Y sucedió lo que tenía que suceder. La población de peces y otros organismos marinos se recuperó, dado que los arrecifes de coral funcionan como refugio y "guardería" para muchas otras especies de peces que no viven necesariamente en el arrecife. El arrecife protegido fungió como verdadera "batería de recarga" de los peces de toda la región, y los peces se iban extendiendo fuera del Parque Nacional. En 2009, tras 14 años de protección, habían regresado al arrecife todos los grupos zoológicos de peces y mamíferos que había antes, desde el plancton hasta las ballenas. El incremento en biomasa en Cabo Pulmo fue de un asombroso ¡463%!

Las aguas de Cabo Pulmo se han convertido en una atracción turística


La consecuencia fue que la pesquería se recuperó, que los pescadores de Cabo Pulmo no sólo pescan ahora más peces que antes (ya que el arrecife protegido funciona como "suministrador" de peces en las áreas vecinas) sino que se ha establecido, además, una industria turística basada en la observación submarina del arrecife que en 2006 llevó ingresos de 538.000 dólares a la comunidad, amén de la creación de puestos de trabajo.

Una vez más se demuestra que la protección de la biodiversidad y su incremento no sólo va en beneficio del Planeta en sí mismo sino que también beneficia a las comunidades humanas vecinas (que siempre, siempre, tienen que estar implicadas en todo proyecto de conservación) e incluso incrementa su riqueza.

¿Por qué esto tan sencillo (y tan difícil a la vez) no se lleva a cabo en todas partes?

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