No sólo playas y volcanes: los reptiles de México

Querida hija:

México es uno de los países megadiversos de nuestro planeta, una verdadera joya de biodiversidad. Eso se traduce en cosas como que es el país del Hemisferio Norte con mayor biodiversidad de reptiles, y el segundo a nivel mundial sólo cediendo ante Australia, que es un continente con lo que México se compara con ventaja al tener una superficie más pequeña que el continente austral y sólo unas pocas especies menos de reptiles. La herpetofauna mexicana, sin embargo, es muy desconocida más allá del mundo académico a pesar de atesorar verdaderas joyas (en sentido literal y figurado). Hoy quiero que conozcas esa gran diversidad reptiliana y su por qué.

Reptiles y anfibios de México. Lámina: Mathieu Berroneau

Reptiles de México: generalidades.

Antes de entrar propiamente en materia, quiero darte un pequeño barniz histórico. Durante el Virreinato, algunas especies de reptiles mexicanos fueron dadas a conocer a la Ciencia por parte de los frailes naturalistas españoles y por sabios extranjeros que visitaron Nueva España para estudiar su Historia Natural, pero el estudio sistemático y profundo de los reptiles mexicanos no se produciría hasta la independencia de México, en pleno Siglo de la Ciencia y el Progreso. Aquí hay que destacar la enorme obra del naturalista alemán Friedrich August Wiegmann (1802-1841), que fue profesor de la Universidad Humboldt de Berlín y que en 1834 publica Herpetologia Mexicana, en latín. Entre otros, describió en 1829 al lagarto enchaquirado (Heloderma horridum), uno de los dos lagartos venenosos junto con su congénere el monstruo de Gila.

Lagarto enchaquirado

Tras Wiegmann, fueron fundamentalmente sabios franceses y británicos quienes ampliaron el conocimiento de los reptiles mexicanos, con dos obras importantes de recopilación: la Mission scientifique au Mexique et dans l'Amerique Centrale, que fue iniciada por orden del Emperador Napoleón III y que se publicó entre 1868 y 1902, con un volumen dedicado a los reptiles, y también la Biologia Centrali-Americana, cuya parte dedicada a los reptiles y anfibios se publicó entre 1885 y 1902 bajo la autoría del zoólogo británico Albert Günther (1830 - 1914), de origen alemán, y que fungía como Director del Departamento de Zoología del Museo de Historia Natural entre 1875 y 1895. Un libro, por cierto, con maravillosos grabados y láminas de los reptiles mexicanos.

Pero habría que esperar hasta el siglo XX para encontrar un catálogo completo y con claves de identificación de especies para la herpetología mexicana, obra que llevarían a cabo los naturalistas estadounidenses Hobart Smith (1912 - 2013) y Edward Taylor (1889 - 1978), el primero de ellos recolectó 20.000 especímenes entre 1936 y 1937, y escribió The Mexican and Central American lizards of the Genus Scleroporus, por parte de la Universidad de Michigan y luego para la Smithsonian Institution, y el segundo estudiando los reptiles mexicanos entre 1937 y 1948 para la Universidad de Kansas.

Mesopeltis dimidiatus y Henicognathus venustissimus. Biologia Centrali-Americana, Reptilia, lámina 51

Ya a partir de la segunda mitad del siglo XX, los herpetólogos mexicanos tomaron el relevo y prácticamente cada año nos sorprenden con un nuevo descubrimiento en este campo, algo que no extraña dada la fantástica riqueza de especies de reptiles que hay en México. Vamos con las cifras.

Actualmente hay catalogadas 1.003 especies de reptiles en México, lo que le otorga el segundo lugar a nivel mundial tras Australia, que cuenta con 1.132 especies. Se distribuyen de la siguiente manera: 60 especies de tortugas, 4 especies de cocodrilos, 490 especies de saurios, 446 especies de serpientes y 3 especies de anfisbenas. Ahí es nada. El 8% de los reptiles mundiales están representados en México.

De entre los lagartos, la familia más representada es Phrynosomatidae (los lagartos cornudos) con el 15,9% de las especies, mientras que para las serpientes es Colubridae con el 15,3%. Los géneros más diversos son Sceloporus (lagartijas espinosas) con el 10,5% de las especies, Aspidoscelis (lagartijas conocidas como "huicos"), con el 5,5%, Anolis (o abaniquillos), con el 4,7%, y Crotalus (o serpientes de cascabel) con el 3,7% de las especies. México es un verdadero imperio de las serpientes de cascabel, con nada menos que 45 especies.

En tortugas, sus 60 especies convierten a México en el segundo país más biodiverso en este grupo tras los EEUU, y están representadas en México nada menos que el 15% de las especies mundiales. El nivel de endemismo entre los reptiles mexicanos es muy alto: el 57% de las especies conocidas sólo se encuentran en México, aunque a nivel de familias, sólo cuenta con una familia endémica: Bipedidae, una familia de anfisbenas cavadoras con tres especies bajo el género Bipes. Por su parte, el único representante americano de la familia Dibamidae (los extraños y sin patas "lagartos lombriz") es endémico de México, concretamente el lagarto ciego mexicano (Anelytropsis papillosus), en Tamaulipas, San Luis Potosí, Querétaro, Hidalgo, parte de Veracruz y de Oaxaca.

Lagartija espinosa azul (Scleroporus serrifer)

Las familias que presentan un mayor nivel de endemismos mexicanos (por encima del 80%) son Anguidae (lagartos de cristal, dragoncitos, lagartos caimán), Xenosauridae (lagartijas de escamas granulares), Phyllodactylidae (gecos) y Xanthusiidae (o lagartos nocturnos).

¿Cuáles son las razones de que México atesore tal diversidad de reptiles?. Fundamentalmente dos:

En primer lugar, México se halla a caballo de dos regiones biogeográficas: la Neártica, desde la frontera de los EEUU hasta el Eje Neovolcánico, y la Neotropical, desde el Eje Neovolcánico hasta Centroamérica, sin olvidar que las dos llanuras costeras (del Pacífico y del Golfo) son dos avanzadillas neotropicales que se adentran en el neártico. La aridez del norte de México y la inmensa riqueza florística del centro-sur del país (sobre todo el lado tropical) son dos factores importantísimos que favorecen la presencia de reptiles.

En segundo lugar, México es un país con una enorme presencia de montañas, especialmente en el nudo centro-meridional, lo que favorece procesos de especiación vía aislamiento geográfico.

No en balde, los Estados con mayor número de especies de reptiles, a saber, Oaxaca, Chiapas y Veracruz pertenecen a ese núcleo montañoso subtropical/tropical (los dos primeros) y a una de las dos llanuras costeras "calientes" (Veracruz). Pero es más interesante realizar el análisis por regiones naturales. Si atendemos a ese criterio, la distribución de especies de reptiles en México es notablemente homogénea, pero aun así destacan en número de especies y por este orden la Costa del Pacífico, la Planicie Costera del Golfo, Sonora-Baja California, Eje Neovolcánico y el Desierto Chihuahuense. 

La aridez de los desiertos norteamericanos favorece la presencia de reptiles como la boa rosa del desierto

Como ves, las dos llanuras costeras son el emporio de los reptiles mexicanos en razón de su relativo aislamiento geográfico, encajonadas entre el mar y las respectivas Sierras Madre, la zona de Sonora y Baja California en razón de los muchos endemismos que se hallan en las islas del Mar de Cortés, el nudo montañoso del Eje Neovolcánico y la aridez del mayor desierto de Norteamérica, que es el de Chihuahua.

Ahora que ya conoces los fundamentos y razones de la biodiversidad herpetológica mexicana, voy a darte un pequeño recorrido por las especies más notables de esta fauna reptiliana.

Ejemplos de los reptiles de México

Crocodilianos

Cuatro especies de cocodrilianos en México: el cocodrilo americano (Crocodylus acutus), en toda la costa del Pacífico, Chiapas, Tabasco y la Península de Yucatán, el cocodrilo de pantano (C. moreletti), en Yucatán, Tabasco y la Costa del Golfo, y los aligatóridos caimán de anteojos (Caiman crocodilus), representado en México por la subespecie C. c. chiapasus que se distribuye en poblaciones dispersas en el Estado de Chiapas, y el aligator del Mississippi (Alligator mississippiensis), que se encuentra en México en el delta del Río Bravo, normalmente ejemplares procedentes de la vecina población tejana.

Cocodrilo de pantano. Foto: Robin  Gwen Agarwal

Quelonios

Representados por 7 familias y 20 géneros, incluidas 6 especies de tortugas marinas de las cuales la tortuga lora (Lepidochelys kempii) desova únicamente en México, concretamente en la costa de Tamaulipas pero desgraciadamente es una especie en peligro grave de exterminio. En México están presentes dos robustas chelídridas, voraces depredadoras fluviales: la tortuga mordedora mexicana (Chelydra rossignonii) y la tortuga lagarto (C. serpentina), con una longitud de más de medio metro y una cola escamosa que le da un aspecto antediluviano.

Tortuga lagarto

La tortuga blanca o de Tabasco (Dermatemys mawii) es la única especie de la familia Dermatemydidae y es una de las tortugas más agredidas por el tráfico de mascotas, que la buscan por su caparazón casi perfectamente redondo y liso. Es la mayor tortuga de Mesoamérica con una longitud de caparazón de 65 cm y hasta 22 kg de peso. Un ejemplo de tortuga acuática endémica de México es Terrapene mexicana, distribuida únicamente por Tamaulipas, Veracruz y San Luis Potosí. Entre las tortugas terrestres, puedo darte como ejemplo la tortuga dragón (Rhinoclemmys pulcherrima), que en México queda representada por tres subespecies: R. p. incisa, en Oaxaca y Chiapas, la nominal en Michoacán, Guerrero y Oaxaca y R. p. rogerbarbouri, en Sonora, Sinaloa y Jalisco.

Saurios

Es difícil hacerte un sucinto resumen de la variedad de lagartos mexicanos. Aparte de los dos lagartos venenosos que antes te mencioné, los Heloderma, creo que mis favoritos son los dragoncitos, ánguidos del género Abronia que se distribuyen en áreas forestales de la parte meridional del país, fundamentalmente la parte sur de las Sierras Madre, así como Oaxaca y Chiapas. Son lagartos robustos, de 30 cm de longitud cola incluida, cabeza triangular y aspecto articulado. Sus colores son maravillosos destacando el dragoncito de Sierra Madre Oriental sur (Abronia graminea), con un precioso color verde, que dependiendo de la alimentación del animal puede virar a un azul turquesa intenso con todas las variaciones intermedias. Desgraciadamente los dragoncitos son muy codiciados por el mascotismo

Dragoncito de Sierra Madre Oriental sur. Foto: Derek Ramsey

Los lagartos cornudos (Phrynosomatidae) mexicanos tienen un aspecto casi clavado al de los lagartos cornudos de Australia, aunque no están emparentados. Se distinguen por las espinas que defienden su cráneo, dispuestas hacia atrás y también en los costados y en la cola. Viven mayormente en las áreas áridas y secas del centro y norte del país y la especie más conocida es el sapo cornudo (Phrynosoma orbiculare) famoso por su técnica de defensa "llorando sangre" por los ojos cuando está amenazado.

Lagartos cornudos mexicanos. Poster: Red de Divulgación de Anfibios y Reptiles de México

Dentro de los ánguidos también destacan las lagartijas caimán (Gerrhonotus), que se caracterizan por su aspecto aplanado y largo, con un cráneo que parece, en efecto, un caimán en miniatura. Las iguanas están representadas en México por los géneros Ctenosauria, Iguana y Sauromalus. Este último género engloba lagartos denominados "chacahuala" (chuckwalla en los vecinos EEUU) y son como pequeños varanos de aspecto prehistórico propios de los desiertos del Norte. Un ejemplo es el chacahuala de la Isla San Esteban (Sauromalus varius), uno de los reptiles endémicos de las islas del Golfo de California: con 61 cm de longitud corporal y 76 de longitud total, es el más grande de los chacahualas, sin duda afectado por gigantismo insular.

Chacahuala de la Isla San Esteban

Hay en México tres géneros de basiliscos (Corytophanidae: Basiliscus, Corytophanes y Laemanctus), conocidos en México como toloques, turipaches y lemactos respectivamente.

Ofidios

México es riquísimo en serpientes. De hecho, si te fijas en el listado de especies de reptiles por grupos, verás que el número de serpientes es comparable al de lagartos, hecho muy notable porque lo normal es que haya muchos más lagartos que serpientes. Ya te hablé de las 45 especies de crótalos que hay en México, entre las que puedo destacarte endemismos como la serpiente de cascabel transvolcánica (Crotalus triseriatus), endémica del Eje Neovolcánico, o la cascabel verde mexicana (C. basiliscus), endémica de la costa pacífica entre Jalisco y Sinaloa.

Cascabel transvolcánica

Siguiendo en las serpientes venenosas, otros vipéridos que no son cascabeles podrían ser el  cantil yucateco (Agkistrodon russeolus) o la serpiente terciopelo (Bothrops asper), de amplia distribución en Norte, Centro y Sudamérica. Entre los Elápidos, existen en México dos géneros de serpientes marinas, Hidrophis y Laticauda, y otros dos géneros de serpientes de coral: Micrurus y Micruroides.

Ya entre las culebras, o serpientes al menos que no son de importancia médica para el ser humano, hay culebras como la culebra lineada del bosque (Thamnophis cyrtopsis) o la culebra nariz de pala del noroeste (Chionactis occipitalis). También las boas están representadas en México por cuatro especies: la boa constrictor (Boa constrictor), la boa enana oaxaqueña (Exiliboa placata), la boa rosada del desierto (Lichanura trivirgata) y la boa enana chiapaneca (Ungaliophis continentalis).

Boa enana chiapaneca

En fin, hija, sé que es un resumen muy muy sucinto de lo que es una fantástica variedad de reptiles, imposible de resumir aquí adecuadamente por lo que te animo a que investigues más a fondo sobre esta maravillosa y desconocida fauna. Vas a descubrir especies increíbles.

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