Las tortugas gigantes de las Galápagos. ¿Qué sabemos de ellas?

Querida hija:

Las tortugas gigantes de las Islas Galápagos forman parte de ese selecto grupo de animales "icónicos" que se han convertido en símbolo del conservacionismo mundial. Eso es bueno, es muy bueno. Ahora bien, el público general no especialista únicamente sabe de ellas sólo eso: que son grandes, espectaculares, símbolos del conservacionismo y, más o menos vagamente, que ejercieron una poderosa influencia en Charles Darwin a la hora de confeccionar su teoría de la Evolución. Y ya. Sin embargo, su historia natural es más que notable y su historia taxonómica, tortuosa y difícil. Por eso quiero hoy dedicarles esta crónica para que tú sepas todo lo que hay que saber sobre estos increíbles animales.

Tortuga gigante de la Isla Española. Foto: Andrés Cruz


Introducción: las Islas Galápagos y su fauna

Y como siempre hacemos, tengo que empezar hablándote del escenario de esta historia: las Islas Galápagos, un archipiélago situado en el Pacífico oriental a 972 km de la costa de Ecuador, del cual forman parte políticamente. Se trata de un archipiélago volcánico formado por 13 islas mayores de 10 km2 y multitud de islotes. Las islas principales y más conocidas son, de oeste a este: Fernandina, Isabela (la mayor de todas ellas), Santiago, Santa Cruz y San Cristóbal. En un grupo meridional tenemos otras dos islas: Floreana y Española, y finalmente otro grupo de tres islas más norteñas: Pinta, Marchena y Genovesa. Una superficie total de 8.010 km2, de los que más de la mitad corresponden a Isabela.

Mapa del Archipiélago de Colón


Estas islas nunca estuvieron unidas al continente americano. Surgieron directamente de un "punto caliente" volcánico situado bajo la Placa de Nazca y, al igual que sucede con las Canarias o las Hawai, se iban formando según la Placa se desplazaba de oeste a este sobre el punto caliente, de tal forma que las islas más antiguas son las más orientales; San Cristóbal y Española (unos 5 millones de años), y las más recientes las occidentales (Fernandina e Isabela), hace sólo 500.000 años.

Las islas más jóvenes tienen un vulcanismo activo: sólo Isabela tiene 5 volcanes, siendo el Wolf con 1.710 m la máxima cumbre del archipiélago. Ecológicamente hablando, las Galápagos están en una zona tropical seca, siendo sus paisajes semiáridos pero las islas que presentan mayores altitudes logran captar los vientos alisios del Sur, que condensan humedad y lluvias en sus laderas meridionales, que desarrollan así vegetación. Durante los meses de octubre a febrero, además, estas alturas captan también la neblina o "garúa" que viene de la corriente fría de Humboldt, que baña estas islas después de haber recorrido la costa pacífica chilena y peruana.

Este archipiélago tiene una de las faunas más singulares del mundo ya que al ser de origen exclusivamente oceánico, toda su fauna se basa en una serie de especies que llegaron del vecino continente sudamericano volando, nadando o flotando en la corriente de Humboldt. Una vez en las islas, se fundaron poblaciones que luego evolucionaron en aislamiento, dando como resultado especies únicas en el mundo como los famosos "pinzones" de Darwin, las iguanas marinas y terrestres, aves endémicas terrestres y marinas, roedores endémicos (desgraciadamente la mayor parte exterminados) y nuestras famosas tortugas gigantes, las que han dado fama y nombre al Archipiélago (aunque su nombre oficial sea de Archipiélago de Colón).

Paisaje de las Islas Galápagos


Las islas fueron descubiertas el 10 de marzo de 1535 cuando el barco que llevaba a Fray Tomás de Berlanga, obispo de Panamá, de misión hacia el Perú se desvió de su ruta y, arrastrado por la corriente, dio con el Archipiélago en un momento en que necesitaban reponer las provisiones de agua. Tras ciertas dificultades lo consiguieron, pero a la vez descubrieron las maravillosas tortugas gigantes que Fray Tomás no pudo dejar de mencionar al Emperador Carlos V en la carta en la que le relataba estos hechos:

"...y salidos no hallaron más que lobos marinos y tortugas y galápagos tan grandes que llevaba cada uno un hombre encima y muchas higuanas que son como sierpes"

Sin embargo, este relato de un "mundo perdido" no impresionó a las autoridades españolas, que no reclamaron políticamente el Archipiélago, que se convirtió desde entonces en un refugio de piratas, balleneros y foqueros. Todos los barcos que recalaban en las Galápagos cargaban una buena provisión de tortugas encima ya que su carne era muy apreciada para complementar la monótona dieta marinera con proteínas frescas, y poco a poco fue así como la población de tortugas iba disminuyendo.

Placa conmemorativa del nacimiento de Tomás de Berlanga, en Berlanga de Duero, Soria


La cosa empezó a cambiar cuando el 12 de febrero de 1832 la joven República de Ecuador se anexiona las islas aunque eso no supuso una colonización masiva de ellas. Pero para la Ciencia se produce un hito cuando el 15 de septiembre de 1835 recala allí el Beagle donde viajaba Charles Darwin. Durante el mes que pasó en el archipiélago, Darwin tuvo ocasión de estudiar la historia natural de las islas, fijándose naturalmente en las tortugas:

"mientras he estado en esta parte alta casi no he comido otra cosa que carne de tortuga. El pecho, asado al estilo de los gauchos, es decir, sin quitarle la piel, es excelente; con las tortugas jóvenes se hace muy buena sopa"

Pero no todo era comer, claro está. Fue el gobernador de las Galápagos en ese momento, Nicholas Lawson, ciudadano estadounidense que llevaba años trabajando en América del Sur, quien llamó la atención de Darwin al hacerle notar que los caparazones de las tortugas eran diferentes según la isla que se visitase. Este fue uno de los varios hechos que, reflexionando luego sobre ellos, llevó a Darwin a perfilar su teoría de la Evolución.

Dibujo de Testudo abingdonii (hoy Chelonoidis niger abingdonii) por Darwin, 1890


Tras la expedición de Darwin en el Beagle, habría luego otras dos importantes visitas científicas que centrarían su atención en la fauna de las Galápagos: la visita del USS Albatross en 1888, quien recolectó especímenes en su viaje de circunnavegación de Sudamérica, y sobre todo la Expedición de la Academia de Ciencias de California en 1906 - 1907, que realizó importantes contribuciones a la taxonomía de las tortugas gigantes.

Finalmente, todo el Archipiélago fue declarado Parque Nacional en 1959, con sólo personal científico y visitas turísticas bien controladas y guiadas y también Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

¿Quiénes son las tortugas de las Galápagos?

Hace poco hablé a mis patrones de Patreon sobre las tortugas gigantes de Aldabra, en el Índico. Les decía que las tortugas gigantes eran comunes en todos los continentes en tiempos prehistóricos y el hecho de que estos animales no nadadores hayan colonizado muchos archipiélagos tampoco es tan difícil de entender: las tortugas flotan muy bien en el agua, y son capaces de pasar varios meses sin comer ni beber y pueden recorrer miles de kilómetros en el mar, arrastradas por la corriente, con tal de que puedan alargar el cuello para respirar.

Así, cinco de esas radiaciones insulares de tortugas gigantes (luego se hicieron gigantes en las islas, merced al fenómeno evolutivo del gigantismo insular, del que ya te hablé en otra crónica) han llegado a tiempos históricos:

- La radiación de Chelonoidis en las Islas Galápagos (Océano Pacífico)
- La radiación de Aldabrachelys en las Seychelles (Océano Índico)
- La radiación de Cylindraspis en las Mascareñas (Océano Índico)
- La radiación de Centrochelys en las Canarias (Océano Atlántico)
- La radiación de Chelonoidis en el Caribe (Océano Atlántico)

Cylindraspis inepta fue una tortuga gigante de las Mascareñas.


De todas ellas, fueron exterminadas por el ser humano las tortugas de las Canarias, las Mascareñas y el Caribe, y sólo han llegado a nuestros días las tortugas de las Galápagos y las Seychelles. Eso para empezar. Pero costó mucho definir la identidad zoológica de las tortugas gigantes de las Galápagos.

Los naturalistas del siglo XVIII creían que las tortugas gigantes de las Galápagos y de las Seychelles eran la misma especie. Piensa que eran tortugas gigantes, de aspecto muy parecido y habitantes ambas de archipiélagos oceánicos. Debieron pensar que blanco y en botella, y les asignaron el nombre Testudo indica. No sería hasta 1824 cuando Quoy y Gaimard, los naturalistas de la expedición de la Uranie de Freycinet (1817 - 1820) decretaron que las tortugas de las Galápagos eran una especie independiente, que bautizaron como Testudo nigra. El problema es que Quoy y Gaimard estudiaron un espécimen procedente de California, que supuestamente había sido capturado en las Galápagos con lo que no se sabe de qué isla procedía, cosa que verás luego que tenía su importancia.

En realidad, con muy pocas excepciones, se estudiaron en el siglo XIX pocos ejemplares procedentes directamente de las Galápagos, y en la mayoría de los casos se ignoraba su procedencia y localidad, y no se estudió seriamente la taxonomía de las tortugas de las Galápagos hasta la expedición de la Academia de Ciencias de California de 1906-07. Por eso, hasta mediados del siglo XX a la especie de tortugas gigantes de las Galápagos cada estudioso le daba un nombre de especie diferente, siempre dentro del género Testudo.

Caparazón de Testudo nigra (hoy Chelonoidis nigra nigra), extinguida


Por el momento vamos a dejar aparcado el problema de la definición taxonómica de la especie, ya que para complicar aún más las cosas los especialistas definieron 14 subespecies de esta tortuga entre 1875 y 1930 (con la más reciente en 2015): 12 supervivientes y 2 exterminadas. Normalmente cada subespecie le corresponde a una isla excepto en Isabela, donde hay 5 subespecies cada una viviendo en uno de los 5 volcanes que estructuran su territorio. Los especialistas nunca se han puesto de acuerdo sobre si las tortugas de las Galápagos constituyen una especie con sus 14 subespecies o si se trata de 14 especies diferentes, en uno de los conflictos taxonómicos más acerbos y prolongados en el tiempo. Antes de examinar esta cuestión, vamos a conocer estas subespecies:

Subespecies de tortugas de las Galápagos


- abingdoni: en la isla Pinta, exterminada en 2012 con el fallecimiento de su último representante vivo, el famoso "George el Solitario", que tenía 102 años cuando murió. El arrasamiento de la vegetación de Pinta por culpa de las cabras asilvestradas fue el factor que exterminó la subespecie.

En la Isla Isabela:

- becki, en el Volcán Beck (1.139 individuos)
- guentheri, en el Volcán Sierra Negra (694 individuos)
- microphyes, en el Volcán Darwin (818 individuos)
- vandenburghi, en el Volcán Alcedo (con 6.230 individuos, la mayor población de la isla)
- vicina, en el Volcán Cerro Azul (2.574 individuos)

- chathamensis: en la Isla San Cristóbal (6.700 individuos)
- darwini: en la Isla Santiago (1.165 individuos)
- donfaustoi: en la parte oriental de la Isla Santa Cruz (400 individuos)
- duncanensis: en la Isla Pinzón (532 individuos)
- hoodensis: en la Isla Española (1.000 individuos)
- niger: en la Isla Floreana. Supuestamente el holotipo de la especie según la denominaron Quoy y Gaimard, fue la primera en ser exterminada probablemente debido al incendio que en 1820 provocó un tripulante del ballenero Essex (que luego sería hundido por un cachalote blanco, historia que inspiró el Moby Dick de Hermann Melville), y para 1846 ya no se encontraron tortugas en la isla.
- phantasticus: en la Isla Fernandina, se daba por exterminada ya que sólo se conocía por un ejemplar recolectado en 1906 por la Academia de Ciencias de California y luego no se volvieron a encontrar. Pero entre 1964 y 2013 se empezaron a detectar indicios de presencia de tortugas en la isla, hasta redescubrir la subespecie en 2019. Pero sólo se conoce un ejemplar, que ha sido trasladado a un centro de cría para preservar su genética.
- porteri: en la parte occidental de la Isla Santa Cruz, que es la única isla junto con Isabela que alberga más de una subespecie (3.391 ejemplares)

Durante todo el siglo XX los especialistas han estado divididos sobre la idea de considerar subespecies o especies separadas. Más adelante te comentaré el estado de la cuestión. Porque a partir de 1955 los taxónomos se dividen en tres grupos: los que mantienen el género Testudo para las tortugas de las Galápagos, los que las incluyen en el género Geochelone y los que las incluyen en el género Chelonoidis. El género Geochelone se empleaba para las tortugas terrestres africanas y sudamericanas, que se supone tenían el mismo origen. Pero el avance de los estudios genéticos impuso la evidencia de que eso no podía ser, y en 2006 se reserva Geochelone para dos especies de tortugas terrestres africanas y se separan las tortugas terrestres sudamericanas con el género Chelonoidis, que es el que hoy día se utiliza. O sea, que la tortuga gigante de las Galápagos es hoy oficialmente Chelonoidis niger.

La tortuga chaqueña es el pariente vivo más cercano de las tortugas de las Galápagos


Se ha comprobado que el pariente vivo más cercano de las tortugas de las Galápagos es la tortuga chaqueña (Chelonoidis chilensis). En cuanto al tema de subespecies o especies, entre 2006 y 2010 fueron consideradas subespecies, entre 2010 y 2021 especies separadas y, tras un estudio exhaustivo del género Chelonoidis, desde 2021 vuelven a considerarse subespecies, que es la situación oficialmente hoy día. Ya veremos lo que dura.

Si bien originariamente se estimaba un número total de 250.000 tortugas en las Galápagos, hoy en día hay unas 19.000, pero el número se ha recuperado espectacularmente frente a las sólo 3.000 que quedaban hacia 1974/75. gracias a los esfuerzos conservacionistas desplegados en el archipiélago.

Origen y biología

Ahora que ya sabes por fin quiénes son estas tortugas es el momento de conocer de dónde vienen y su biología. Las tortugas terrestres sudamericanas tienen un lejano origen africano. Se supone que sus ancestros eran tortugas cercanas al actual género africano Kinixys, que sería su pariente africano más cercano, y debieron alcanzar América del Sur flotando en el Atlántico (especialidad de estas tortugas) tras ser arrastradas por crecidas de los ríos de África occidental y central.

Lucha entre dos tortugas gigantes


En Sudamérica sucedió otro tanto, y entre 2 y 3 millones de años de la aparición de las Galápagos más antiguas (San Cristóbal y Española) aparecen allí las primeras tortugas procedentes del continente, y empezarían su evolución en el aislamiento de estas dos islas. Luego se produjo un proceso de migración interior: conforme iban apareciendo las nuevas islas del Archipiélago, las corrientes interiores entre las islas, de dirección general este-oeste propagaron las tortugas hacia las islas más occidentales. Por lo visto, estas tortugas tienen cierta facilidad para caerse al mar y luego ser arrastradas por las corrientes.

Genéticamente se comprueba que en Isabela todas las subespecies pertenecen al mismo linaje excepto la subespecie del Volcán Wolf, que está relacionada con la subespecie de Santiago, si bien se sospecha fuertemente de movimientos de tortugas realizados por marineros en el siglo XVIII. Se cree que desde San Cristóbal las tortugas colonizaron Santa Cruz, desde Española Santa Cruz y Pinta, y desde Santa Cruz y Santiago, Isabela pero posiblemente hubo más de un evento de colonización en una compleja red de movimientos.

Ejemplos de los tres tipos de caparazón de las tortugas de las Galápagos


Las tortugas de las Galápagos son realmente grandes y presentan longitudes máximas de 1,87 m y el máximo peso registrado, de 400 kg. Si te fijas en su caparazón verás que hay tres tipos: un tipo redondo o con forma de cúpula, típico de las subespecies que viven en áreas con vegetación y mayor precipitación ya que esta forma les permite desplazarse entre los matorrales, un tipo denominado "silla de montar", típico de las subespecies que viven en áreas áridas y que tiene un reborde delantero que permite al animal alargar el cuello hacia arriba para atrapar las hojas y frutos de plantas más altas (también presentan extremidades más largas para ello), y un tercer tipo intermedio para las subespecies que viven en áreas ecológicamente intermedias.

Algunas tortugas presentan un comportamiento migratorio desplazándose desde las tierras bajas en estación seca hacia las tierras altas más ricas en vegetación. Esto se ha observado concretamente en la subespecie de la Isla de Santa Cruz.

Las tortugas de las Galápagos son estrictamente herbívoras


Su dieta es herbívora: se han convertido en los herbívoros dominantes del archipiélago y se alimentan de todo tipo de materia vegetal: hojas, cactus, pastos, líquenes, frutos, etc y las subespecies que viven en islas áridas obtienen toda su agua de la alimentación, especialmente de los cactus Opuntia, que almacenan mucha agua en su interior. El apareamiento de estas tortugas se realiza durante todo el año pero se observa un pico entre febrero y junio en las tierras altas en temporada de lluvias. Las hembras buscan entonces áreas secas y arenosas donde formar el nido y realizar la puesta, que consta de un máximo de 16 huevos esféricos del tamaño de una bola de billar. Las tortuguitas emergerán tras un periodo de entre 4 y 8 meses. 

Históricamente, el principal depredador de estas tortugas recién nacidas era el halcón de Galápagos (Buteo galapagoensis), pero posteriormente le tomaron el relevo los propios marineros que recalaban en las islas así como los animales introducidos: cerdos, perros, gatos y ratas fundamentalmente. La madurez sexual se alcanza a los 20-25 años en cautividad y en torno a los 40 en estado salvaje pues se trata de una especie muy longeva cuyo récord fue de 170 años estimados para un ejemplar que murió en 2006 en un zoo de Australia.

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