De los Apeninos a los Alpes. La epopeya del lobo itálico.

Querida hija:

Hasta 1970 los lobos ibéricos e itálicos llevaron historias completamente paralelas. En aquél entonces ambas subespecies estaban al borde del exterminio, arrinconados en lugares remotos de sus respectivas penínsulas. Pero a partir de ese momento, y aunque ambas subespecies recibieron distintas medidas de protección, el lobo itálico ha protagonizado una recuperación tan fulgurante que le ha llevado incluso a desbordar los límites de la Península Itálica y recolonizar países vecinos, incluso asomándose a la mismísima España. En cambio, nuestro lobo ibérico sigue estancado tras una tímida recuperación que acabó cortándose en seco. ¿Qué ha provocado esta diferente evolución de ambas subespecies?. Es lo que quiero contarte aquí y ahora.

Aspecto general del lobo itálico


¿Quién es el lobo itálico?

Antes de entrar en materia sobre el lobo itálico (que no italiano, como se le suele denominar comúnmente) quisiera antes darte un barniz sobre la geografía básica de Italia, que vas a necesitar para entender su distribución y su posterior recuperación.

La Península Italiana se adentra profundamente en el Mediterráneo central merced a su forma alargada y estrecha con inconfundible silueta de una bota, en dirección noroeste - sureste. Al oeste, la situación de las islas de Sicilia y Cerdeña cierran el Mar Tirreno, y al este el también estrecho y alargado Mar Adriático separa las penínsulas itálica y balcánica. Italia es un país montañoso: toda la longitud de la Península está recorrida por la espina dorsal de la Cordillera de los Apeninos, que se extiende desde la mismísima puntera de la bota, con los macizos montañosos de La Sila y Aspromonte, alcanzando sus máximas altitudes en los Abruzzos (Gran Sasso d'Italia, 2.912 metros en el Apenino Central) y girando a la altura de Bolonia hacia el oeste, donde enlaza con los Alpes marítimos franceses en la frontera entre ambas naciones.

Mapa físico de Italia


La península se ancla en el continente europeo en el arco de los Alpes, que se extienden desde la frontera francesa hasta la eslovena, formando la frontera italiana con Francia, Suiza, Austria y Eslovenia. Italia alcanzó esta frontera natural, largamente buscada históricamente, al final de la Primera Guerra Mundial y logró mantenerla a pesar de haber sido país derrotado en la Segunda Guerra Mundial.

La Llanura Padana es la máxima extensión de tierra libre de montañas en Italia, se extiende entre los Alpes y los Apeninos septentrionales formando un triángulo cuyo vértice está entre el Piamonte y la Liguria, al oeste, y cuya base se abre al Adriático al Este. Esta llanura está drenada por la cuenca del Po, el mayor río italiano, y sus afluentes tanto alpinos como apeninos. En el resto de la Península sólo hay estrechas llanuras costeras que aprovechan el escaso espacio existente entre las costas y el Apenino.

El lobo ha estado históricamente presente en toda la Península Itálica. Fue en 1921 cuando el naturalista italiano Giusseppe Altobello (1869 - 1931), estudiando los mamíferos de los Abruzzos se dio cuenta de que los lobos locales tenían ciertas diferencias de coloración y morfología del cráneo con respecto de otros lobos europeos, y a partir de estas observaciones definió la subespecie del lobo itálico bajo el nombre científico Canis lupus italicus. Por cierto, Altobello también definió la subespecie local del oso pardo: el oso pardo marsicano (Ursus arctos marsicanus), en el mismo año.

Esta subespecie no es universalmente aceptada por todos los especialistas, igual que sucede con el lobo ibérico (C. l. signatus, definida por Cabrera en 1907), pero recientemente (2010) se han realizado estudios del ADN mitocondrial en los lobos itálicos que han arrojado resultados sorprendentes. Al parecer, se han definido dos haplogrupos (o linajes genéticos mitocondriales) para las poblaciones de lobos de Europa occidental. El haplogrupo 2 fue el dominante en los lobos occidentales durante los últimos 40.000 años antes del Último Máximo Glacial, y sólo hace unos pocos miles de años ha sido sustituido por el haplogrupo 1, hoy el dominante, no sólo en Europa sino también en Norteamérica.

Comparativa hecha por Altobello entre el lobo europeo (a) y el itálico (b)


Pues bien, se encontró que los lobos itálicos aún mantenían el antiguo haplogrupo 2, que compartían con los lobos japoneses (C. l. hodophylax). Tras el exterminio del lobo japonés, el lobo itálico es la única subespecie de lobo que mantiene el haplogrupo 2, lo que quiere decir que son los últimos representantes de lobos pleistocenos que se refugiaron en las penínsulas mediterráneas durante lo más crudo de la última glaciación, y pudieron mantenerse genéticamente "puros" en virtud del aislamiento geográfico de la Península Itálica, cerrada a Europa por el arco de los Alpes, lo que dificultaba el intercambio genético con los lobos continentales. Por tanto, sí procedería el carácter de subespecie del lobo itálico o al menos el reconocimiento de una especificidad genética única y valiosa.

Los avatares de los lobos itálicos

Como te indiqué antes, el lobo ha vivido históricamente en toda la península itálica y también en la isla de Sicilia, que estuvo unida al continente durante la última glaciación favoreciendo así la colonización de esta isla por los lobos, aunque jamás llegaron a Cerdeña. Los lobos sicilianos fueron los únicos lobos insulares del Mediterráneo.

Es bien conocido el papel mítico del lobo en la fundación de la Antigua Roma: el mito de la loba capitolina que amamanta a los hermanos Rómulo y Remo, fundadores míticos de Roma. A partir de este mito los romanos creían que la ferocidad y el vigor del lobo se había insuflado en el propio pueblo latino, y a diferencia de los etruscos, los romanos consideraban tabú matar lobos. Tal vez fue ése el primer paso para una mejor conservación del lobo en la península itálica, aunque la posterior cultura cristiana medieval y agraria importaría la persecución al lobo que se estaba realizando en toda Europa.

Estatua de la loba capitolina alimentando a Rómulo y Remo.


No obstante, el lobo protagonizó leyendas medievales como el "Lobo de Gubbio", un lobo que supuestamente asolaba la ciudad umbria de Gubbio devorando tanto ganado como personas. Llegó entonces San Francisco de Asís, encontró al lobo y lo conminó en nombre de Cristo a no volver a hacer el mal. El lobo súbitamente se amansó y vivió en paz con los ciudadanos, muriendo allí de viejo. De aquí fue donde San Francisco acuñó la famosa frase "hermano lobo", al referirse al gran cánido salvaje.

Todo esto ayudó a que en la cultura agro-pastoril italiana hubiera una cierta mayor tolerancia social hacia el lobo con respecto a lo que había en Europa y eso ayudó a que hacia 1850 el lobo todavía estuviera extendido por toda Italia. Pero luego llegarían enormes cambios sociales: la Revolución Industrial, la Unificación de Italia en 1861, profundas reformas económicas que expulsarían a millones de italianos fuera de su país para buscar una vida mejor en otros países, y todo ello desembocó en una persecución al lobo esta vez organizada y sistemática con armas, cepos y veneno. El lobo era una reminiscencia de la Italia pobre, primitiva y medieval que había que exterminar si el nuevo y flamante Reino de Italia quería homologarse a Europa. El lobo itálico empezó a ser exterminado por el norte, y la frontera del lobo retrocedería en dirección sur.

Estatua de San Francisco con el lobo de Gubbio en Monterosso al Mare, Liguria


Así, primero el lobo fue exterminado de la zona de los Alpes en la década de 1920, pero curiosamente el siguiente lugar donde fue exterminado fue en la isla de Sicilia. No hay consenso sobre la fecha definitiva en la que se exterminaron los lobos sicilianos. Oficialmente el último lobo siciliano fue abatido en 1924 cerca de Bellolampo, pero sigue habiendo reportes de muertes de lobo entre 1935 y 1938, y algunos especialistas creen que pudo ser exterminado definitivamente hacia 1960. Lo curioso es que sólo se conservan siete lobos sicilianos disecados y diseminados en diferentes museos, y un estudio genético realizado en ellos en 2018 arrojó la definición de una nueva subespecie, el lobo siciliano C. l. cristaldii, estrechamente emparentado con el itálico, que fue sin duda su fuente de origen y luego diferenciándose genéticamente en el aislamiento de Sicilia tras abrirse el Estrecho de Messina al derretirse los glaciares.

Tras la Segunda Guerra Mundial se prosiguió el exterminio de los lobos itálicos desde el Apenino septentrional hacia el Sur. Se calcula que entre 1960 y 1970 se mataron 400 lobos. Hacia 1970 sólo quedaban lobos en dos o tres subpoblaciones dispersas y aisladas en pequeños parches del Apenino central y meridional. Entonces se produjo el milagro.

La prodigiosa recuperación del lobo itálico

El 23 de Junio de 1971 el Estado italiano prohíbe la caza del lobo en todo el territorio nacional. No es casualidad que sólo un año antes, en la España franquista se considerase al lobo especie cinegética con la Ley de Caza de 1970, terminando su consideración de "alimaña" a exterminar. En toda Europa se produjo un cambio social motivado por la creciente industrialización y urbanización, y un proceso de abandono rural que sigue hoy en día. Las nuevas generaciones sociales empezaron a mirar la Naturaleza con otros ojos, y los Gobiernos entendieron que había que conservar de algún modo lo que aún quedaba en pie. Pero reservaré al final de la crónica la comparación entre lo que sucedió en Italia con lo que pasó en España. Volvamos ahora a Italia.

Evolución del área de distribución del lobo en Italia


En 1973 se realiza en Italia el primer censo del lobo para evaluar el estado de sus poblaciones y poder así diseñar políticas conservacionistas. El resultado fue desolador: en las dispersas poblaciones del Apenino centro-meridional sólo quedaban entre 70 y 100 lobos. Verdaderamente su exterminio había estado muy cerca. En 1976 se dio un paso de gigante cuando el Estado italiano otorga al lobo una protección estricta y total. El lobo no se podía ni cazar ni "controlar" de ningún modo y bajo ningún tipo de excepción.

A partir de ese momento, libre por fin de la presión humana, el lobo empezó a recuperarse. Para entender esta recuperación debes entender que la dinámica poblacional del lobo le permite extenderse por un territorio en forma de "mancha de aceite". Un grupo familiar (normalmente en Europa mediterránea compuesto por entre 2 a 4 individuos, 5 como mucho) campea por un territorio exclusivo. Cuando el joven se convierte en subadulto se transforma en un individuo errante que se mueve incesamente entre los territorios ya establecidos hasta encontrar un territorio vacante. Entonces se junta con una pareja y funda un nuevo grupo familiar que se asienta sobre el nuevo territorio, normalmente contiguo de otros ya ocupados. Es un sistema metódico y sistemático, infalible si se deja en paz al lobo.

Esta dinámica poblacional, y la enorme movilidad de los lobos jóvenes que buscan establecer su propio territorio fue el motor que hizo que el lobo utilizara la verdadera "autopista" que supone la cordillera de los Apeninos para irla recolonizando pacientemente de sur a norte, recuperando los territorios de los que había sido previamente expulsado. Hacia 1983 había un máximo de 200 lobos en dos poblaciones aún separadas entre sí, en el Apenino central y en el meridional. A finales de la década de 1990 un máximo de 500 lobos habían recolonizado ya toda la longitud de los Apeninos.

Parque Nacional Foreste Casentinesi, un hábitat perfecto para el lobo itálico


Es cierto que la geografía ayudó mucho a la recolonización lobuna de Italia subiendo por el Apenino y aprovechándose de su baja densidad de población humana. También ayudó que el Estado italiano declaró varios parques nacionales en dicha cordillera, que es más salvaje de lo que nos parece: tras el histórico Parque Nacional del Abruzzo (1923), el primero de Italia, siguieron en esa misma cordillera el Aspromonte en 1989 en Calabria, Foreste Casentinesi en 1989 entre Emilia y Lazio, Pollino en 1988 en Basilicata, Gran Sasso en 1991 en el Abruzzo, Majella en 1991 en el Abruzzo, Montes Sibilinos en 1988 en Umbria/Marcas, Apenino Lucano en 2007 en Basilicata, Apenino Tosco-Emiliano en 1997, y Sila en 1997 en Calabria: nada menos que diez parques nacionales a lo largo del Apenino, que están conectados entre sí por un gran número de parques provinciales. Se puede decir que el Estado italiano le puso al lobo una verdadera "alfombra verde" por la que se puede mover con comodidad.

Ahora podrás entender el por qué en 1992 los primeros lobos itálicos salen de Italia y aparecen en los Alpes franceses. El lobo había vuelto a Francia exactamente cincuenta años después de haber sido exterminado allá. El Gobierno francés sigue los pasos del italiano y protege estrictamente al lobo, subvencionando a los ganaderos medios de protección de sus ganados. El lobo ha colonizado ya todos los Alpes franceses y también ha llegado a los Vosgos, y ejemplares errantes se han visto en Cataluña a partir de 2000. Volveré sobre esto más adelante.

La geografía es inexorable, y el lobo no sólo ha colonizado también los Alpes occidentales en Italia, sino que inevitablemente ha vuelto también a Suiza, detectado por primera vez en 1995/96 en el Cantón de Valais, procedentes de Francia. En Suiza, a diferencia de Italia y Francia, el lobo no está estrictamente protegido pero se puede decir que se le permite comer hasta 24 ovejas. Si come 25 o más, entonces puede ser abatido. Pero, claro, ¿quién lleva la cuenta de cuántas ovejas se come cada lobo suizo?.

Expansión del lobo fuera de Italia


Como puedes ver, hija mía, una combinación de estricta protección legal, una geografía favorable y unas condiciones sociales de las que luego te hablaré han sido las causas de la fulgurante expansión del lobo itálico, que ha desbordado ampliamente las fronteras de Italia, y ayudado a la recuperación general del lobo en Europa occidental. Es hora ya de volver la mirada a España y tratar de entender por qué el lobo ibérico no está teniendo tanta suerte.

¿Y el lobo ibérico p'a cuándo?

Como ya te expliqué, hasta 1970 los lobos ibéricos e itálicos estaban a la par. En aquel momento sobrevivían un puñado de lobos ibéricos arrinconados en Galicia, zonas de la Cordillera Cantábrica y montes cercanos de León y Zamora. A diferencia del lobo itálico, el ibérico no fue totalmente protegido sino que se consideró especie cinegética, sujeta a veda. A pesar de ello, entre los años 70 y 90 el lobo ibérico inició también una expansión recolonizando territorios de donde había sido expulsado décadas antes ayudado por el abandono rural y la recuperación de muchas de sus presas naturales, exactamente igual que en Italia, donde se produjo el mismo proceso de abandono rural pero en menor medida que en España.

Evolución de la distribución del lobo en España


En un principio el lobo ibérico estaba protegido al Sur del Duero exclusivamente pensando en las poblaciones loberas que aún quedaban en Sierra Morena y algunas zonas de Extremadura, poblaciones que acabarían siendo exterminadas ilegalmente en los años 80. Las Administraciones públicas jamás creyeron que el lobo del norte podría cruzar el Duero alguna vez, pero eso fue lo que hicieron. Hacia los años 2000 el lobo había recuperado casi todo el territorio de la submeseta norte, llegando al Sistema Central, silenciosamente y cogiendo a ganaderos y administraciones con el pie cambiado.

Pero entonces se reaccionó. Los ganaderos lanzaron batidas ilegales de lobos, muchas veces con el visto bueno de los Ayuntamientos, y las Administraciones se lanzaron a "gestionar" la especie matando ejemplares cada vez que los ganaderos se quejaban. Por su parte, muchos cazadores que tenían autorización para matar, por ejemplo, jabalíes en una cacería, mataban a todo lobo que se les cruzaba en el camino si lo podían matar. Así se detuvo en seco la expansión del lobo ibérico y por eso lleva veinte años sin pasar de la línea País Vasco-Rioja-Soria-Sistema Central.

Finalmente, en 2022 el Gobierno español decreta la estricta protección del lobo ibérico pero esto, en la práctica, no significa nada porque las administraciones locales y los particulares seguirán organizando batidas ilegales mientras que la Administración las organizará legales. Ahora es cuando toca preguntarnos: ¿por qué esto no ha pasado en Italia?.

En España al lobo se le sigue matando legal e ilegalmente


En primer lugar: La geografía en Italia es un enorme aliado del lobo, como ya te he explicado. En España no lo es, toda vez que el lobo no puede penetrar en la llana y desnuda submeseta sur, que es precisamente uno de los principales emporios del sector cinegético español, interesado en que no haya lobos para que no se coman "sus" ciervos, "sus" corzos ni "sus" jabalíes. El Sistema Ibérico puede ser pasablemente similar a los Apeninos como corredor para el lobo, pero mientras no se le permita pasar de Soria ni de la Sierra Norte de Guadalajara, es utópico pensarlo.

En segundo lugar: El sector cinegético italiano tiene mucho menos poder que el español. Para empezar, Italia tiene casi las mismas licencias de caza que España (unas 750.000) pero Italia tiene 58 millones de habitantes. El peso estadístico de los cazadores es menor en Italia que en España. Además, hay más cazadores en el Norte de Italia que en el Sur (justo al revés que en España), donde siempre habrá un fuerte stock de lobos itálicos por su orografía. Por si fuera poco, la sociedad italiana va muy por delante de la española en cuanto a regulación de la caza: en 1990 los conservacionistas italianos lograron forzar un referéndum para que se limitara fuertemente la caza. Si bien el "sí" ganó en un 92%, al no alcanzarse el quórum necesario previsto en la legislación italiana, no se tuvo en consideración. Pero indica una tendencia social, ya que en España es impensable hoy día organizar un referéndum así.

Sin embargo, el Estado Italiano tomó nota y aprobó una nueva Ley de Caza en 1992, moderna, restrictiva y que incorpora todas las directivas europeas de protección a la fauna. Uno de los puntos clave de la Ley de Caza Italiana es la creación de áreas geográficas cinegéticas donde están representados cazadores, agricultores y conservacionistas (éstos en porcentaje del 40%), de tal forma que la planificación y gestión de la caza en cada área recae en la gente local, cazadores y no cazadores, lo que elimina muchos abusos. Todo esto en España es impensable, con normas autonómicas exclusivamente técnicas que apenas han evolucionado sobre la Ley de Caza de 1970, que sigue en vigor en Madrid y Cataluña.

En España el lobo es, por desgracia, un asunto más político que científico


En tercer lugar, En España, la protección del lobo está politizada. La derecha está en contra y aunque la izquierda está teóricamente a favor, sólo el año pasado implementaron esa protección que seguramente será derogada o descafeinada en un futuro cambio de gobierno. Esto es así porque la existencia de un estado autonómico da al voto rural una importancia desproporcionada en la Administración española, aunque sea minoritario a nivel nacional, a niveles autonómicos puede tener importancia. Por el contrario, Italia es un estado centralizado, y sólo las islas de Sicilia y Cerdeña, en razón de su insularidad, y las regiones de Valle de Aosta, Trentino Alto Adigio y Friul Venezia Giulia, en razón a sus minorías lingüísticas, tienen estatutos de autonomía.

Por tanto, en Italia el peso rural en el voto general está mucho más diluido, y las directrices emanadas de Roma se aplican sin más dilaciones. Por supuesto que en Italia también se matan lobos ilegalmente. Pero todo lo anterior desemboca en una mayor tolerancia social hacia este cánido.

A comienzos del siglo XXI empezaron a verse lobos itálicos en Cataluña y Aragón. Todavía no han sido capaces de lograr una población que pueda establecerse de forma permanente, seguramente porque en el Sur de Francia tampoco la hay. Pero me temo que, si tienes en cuenta todo lo anterior, no podemos ser optimistas. A los lobos itálicos que asomen por aquí se los recibirá con tiros, cepos y veneno.

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Comentarios

  1. Muy interesante el artículo. Una matización es que no concuerdan los mapas ibericos con lo que hay publicado sobre el lobo. Los últimos lobos mediterráneos capturados vivos fue en 1926 en Moratalla y segun los mapas en esa época ya no habían en Murcia. Dichos lobos fueron a parara la casa de las fieras del retiro en madrid si no recuerdo mal

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