El descubrimiento de la fauna de Rusia. (y 3) Nikolai Przewalski

Querida hija:

Uno de los momentos más importantes de la Historia de la Zoología fue el descubrimiento (o redescubrimiento) del caballo salvaje en el corazón de Asia Central.  Este caballo lleva hoy el nombre de "caballo de Przewalski" en honor del coronel Nikolai Przewalski, que fue su descubridor. Przewalski fue tal vez el más destacado de los exploradores y naturalistas rusos del siglo XIX e hizo importantísimas contribuciones al conocimiento tanto geográfico como faunístico de las tierras de Asia central, parte de las cuales formarían parte del Imperio Ruso. Cierro aquí la trilogía sobre el descubrimiento de la fauna de Rusia hablándote de este importante naturalista y la Rusia de su tiempo.

El caballo de Przewalski fue el principal hallazgo zoológico de Nikolai Przewalski. Foto: Martin Zwick

Introducción: el "Gran Juego" y los naturalistas rusos.

Como recordarás cuando te conté las dos crónicas anteriores de esta serie, el Imperio Ruso se dedicó a la tarea de explorar y estudiar todo lo que se refería a la vasta Siberia, y en esta época se destacaron especialmente naturalistas de la talla de Georg Steller y Peter Simon Pallas. Pallas murió, como recordarás, en 1811 justo antes de que los ejércitos de Napoleón se lanzaran contra las inmensidades de Rusia en 1812 y...volvieran trasquilados como suele suceder.

En 1815 el vendaval napoleónico había pasado y Rusia se contaba entre las potencias vencedoras de aquél prolongado conflicto. Ahora tocaba "volver a la normalidad" y las autoridades científicas, políticas y militares rusas reanudaron el interrumpido programa de investigaciones científicas. Esta vez se organizaron varios viajes marítimos por el Pacífico entre 1815 y 1830 protagonizados por marinos y naturalistas alemanes, siguiendo la vieja tradición de la Academia.

Afganistán fue una pieza clave del Gran Juego. Lett's Bird's Eye View of the approaches to India. Mapa de W.H. Payne, 1900

Pero pronto Rusia recobró el interés por el estudio de las tierras asiáticas, y aquí fue donde por primera vez los naturalistas rusos alcanzaron la "mayoría de edad", ya desvinculados de sus antiguos tutores alemanes. Y todo ello porque Rusia tenía un grave problema geopolítico.

Todos los puertos rusos se congelaban en invierno.

Tener la marina mercante y de guerra paradas durante el largo invierno era un grave problema para el Imperio ruso. Y las únicas aguas cálidas que poseía, el Mar Negro, veían cerradas su acceso al Mediterráneo por el Imperio turco. Rusia necesitaba acceso a aguas cálidas y libres. Entonces volvió su mirada al Asia central, poblada por tribus mongolas y turcomanas y dividida en multitud de kanatos y emiratos pequeños y débiles. Los estrategas rusos calculaban que sería fácil hacerse con aquellas tierras y ganar una salida al mar en el Océano Índico. Esta política de expansión hacia el Sur comenzó en 1828 en el Cáucaso.

Pero a los británicos no les hacía ni pizca de gracia esta política rusa. Los británicos tenían fuertes intereses en el Golfo Pérsico y en la India (el florón de su Imperio), y lo último que deseaban era que los rusos les cayeran por la espalda desde el Hindukush y los arrojaran al mar. Por tanto, los intereses rusos y británicos chocaron en Asia central. Tras la Guerra de Crimea (1853-1856), en la que los turcos (con ayuda de los británicos) bloquearon definitivamente el acceso ruso al Mediterráneo, el Imperio ruso ya fue con todo a por Asia central.

The lion eyes the bear. Viñeta de John Tenniel (1878)

Se desató entonces una especie de "guerra fría" entre rusos y británicos en aquella región que ha pasado a la Historia con el nombre de "Gran Juego". El Gran Juego fue un conjunto de escaramuzas militares, movimientos diplomáticos, esgrima ajedrecística entre espías, militares, exploradores y... naturalistas, porque a veces la delgada línea que separaba unos de otros era casi imperceptible.

Así, el Imperio ruso avanzó en Asia central a través de tres grandes campañas militares:

-1824 - 1854: ocupación del actual Kazajistán

-1864 - 1868: ocupación de Chimkent, Kokand, Bujara, Tashkent y Samarkanda

-1873: ocupación del Kanato de Jiva

Por su parte, los británicos maniobraron de todas las maneras posibles para mantener a Persia y a Afganistán fuera de las garras del oso ruso...pero dentro de la influencia del león británico. Finalmente el Gran Juego terminó con dos grandes "acuerdos entre caballeros": la Comisión de Límites del Pamir en 1895, que delimitó la frontera entre el Imperio Ruso y Afganistán por un lado, y por otro la Entente Anglo-rusa de 1907, por la que se delimitaron las áreas de influencia de ambos imperios en Asia, reconociéndose mutuamente sus respectivos intereses.

Este fue el marco político e histórico en el que se enmarcaron los viajes de Przewalski y otros naturalistas rusos de la época. Tal como te dije, era delgada la línea que separaba al explorador/naturalista del espía, toda vez que los datos obtenidos eran estudiados por las altas esferas para tomar decisiones políticas. Y fueron varios los naturalistas rusos que trillaron esas conflictivas tierras durante el Gran Juego.

Sello de Uzbekistán de 1996 que muestra al argalí de Severtzov

Así, Nikolái Severtzov recorrió el Syr-Daria en 1857, las montañas del Tien Shan y el lago Issyk-Kul entre 1865 y 1868 y el Pamir entre 1877 y 1878. Describió la subespecie de argali que lleva su nombre: Ovis ammon severtzovi, que se distribuye en Uzbekistán, y también fue nombrado en su honor el bonito pinzón rosado manchado (Carpodacus rubicilla severtzovi), que se distribuye en Cachemira, Nepal, Tibet y China sudoccidental. Se trata de una subespecie de pinzón rosado, especie que fue descrita en 1775 por Güldenstadt, uno de los compañeros de fatigas de Pallas.

Por su parte, Piotr Semiónov estudió la cordillera del Tien Shan entre 1856 y 1857 a sugerencia del mismísimo Humboldt. Se destacó tanto en dicho viaje que el Emperador le concedió el tratamiento honorífico de "Tien-Shansky". Reunió una fantástica colección entomológica de 700.000 especímenes y desde su posición en la Sociedad Geográfica Rusa apoyó y animó tanto a Przewalski como a su sucesor Pyotr Kozlov.

Ahora entiendes mejor qué se cocía cuando Przewalski empezó sus correrías por Asia central. De modo que es el momento de conocer a nuestro hombre y sus hallazgos.

Caballos, camellos y gacelas en el polvo. Nikolai Przewalski.

Nikolai Mijailovich Przewalski nació el 12 de abril de 1839 en Kimbarovo, en el Gobierno de Smolensk, en Rusia occidental, en el seno de una familia de raíces polacas. Tras graduarse en 1863 en la Academia General de San Petersburgo llamó la atención de la Sociedad Geográfica Rusa con su tesis sobre la región del Amur, en el Extremo Oriente ruso. No obstante, en 1864 ejercía de profesor de Geografía e Historia en la Escuela Militar de Varsovia (entonces Polonia estaba ocupada por Rusia).

Retrato de Nikolai Przewalski

En 1866 el Ejército lo repesca para el servicio activo y lo envía a Siberia oriental. Allí, la Sociedad Geográfica Rusa le encarga estudiar a fondo la zona del Ussuri y el Amur, lo que Przewalski hace con brillantez hasta 1869, recogiendo una amplia colección de 310 especímenes de aves, 552 huevos de 42 especies además de una gran colección botánica.

En 1870, la Sociedad Geográfica vuelve a confiar en el coronel Przewalski y le encarga esta vez una expedición por Mongolia y China. Será su Primer Viaje por Asia central y el comienzo de su afamada carrera como explorador.

Mapa de los viajes de Przewalski

Primer Viaje: Mongolia y el país Tangut, 1870 - 1873.

El viaje comenzó en la localidad de Kiajta, fronteriza con el Imperio chino en territorio de la actual Mongolia (que entonces formaba parte del Imperio chino). Como recordarás, Pallas también llegó a Kiajta en su gran expedición siberiana en 1775, pero esta vez Przewalski se adentró profundamente en el Imperio Celestial. A través de Mongolia pasó por Urga (actual Ulán Bator, la capital) y llegó a Pekín. Desde allí, la expedición se dirigió hacia el Oeste a lo largo del Gobi explorando las mesetas desérticas de Ordos y Alashan, después visitó el Lago Kokonor, hoy llamado Lago Qinghai.

El Lago Qinghai es un punto caliente de la ornitología de Asia Central

La expedición estaba ya geográficamente en la Meseta del Tibet, si bien hoy día en la Región Autónoma de Qinghai. El Lago Qinghai es uno de los puntos más importantes de Asia central para las aves, que lo usan como destino y/o escala para la migración invernal de aves que crían en Siberia y en el Ártico. Finalmente la expedición alcanzó el curso superior del Río Yangtsé, cerca de su nacimiento, antes de iniciar el regreso por el mismo camino de la ida.

Los resultados zoológicos fueron magníficos: Przewalski y sus colaboradores recolectaron 1.000 especímenes de aves, 3.000 de insectos, 70 de reptiles y 130 de diversas especies de mamíferos.

Prácticamente nada más empezar su viaje por Mongolia, Przewalski hizo uno de sus más importantes descubrimientos zoológicos: la gacela de Przewalski (Procapra przewalskii), una de las tres gacelas asiáticas de su género, y la más amenazada de todas pues actualmente se contabilizan unas 400 en la zona del Lago Qinghai. La especie fue descrita oficialmente por Bücher en 1891 a partir del ejemplar que Przewalski cazó y envió a San Petersburgo en 1875. Su aspecto recuerda al del antílope saiga (Saiga tatarica), pues tiene un pelo lanudo y largo para soportar los duros inviernos de su área, y una nariz larga para poder calentar el aire congelado del invierno al respirar.

Gacela de Przewalski

Este viaje fue rico en nuevas especies de aves, sobre todo en el tramo central donde el desierto limita con las elevaciones montañosas que lo separan de la Meseta tibetana y la provincia china de Shaanxi. Przewalski definió un género nuevo para el pinzón de Przewalski (Urocynchramus pylzowi), un fringílido que vive entre los 3.000 y 5.000 metros de altitud en las montañas de China centro-occidental.

Algunas otras especies de aves que fueron descritas por Przewalski como resultado de este viaje fueron, por ejemplo, la perdiz magna (Alectoris magna), endémica de China, el grévol chino (Tetrastes sewerzowi), un bonito fasiánido endémico de China, emparentado con el grévol eurasiático, y que Przewalski nombró en honor a su tocayo el naturalista Nikolai Severtzov. También el bonito zorzal de Kessler (Turdus kessleri), de amplia distribución por Asia centro-oriental, el carbonero cejiblanco (Poecile superciliosa), endémico de las montañas del suroeste de China, donde alcanza los 4.000 metros de altitud en bosques de coníferas, el colirrojo de Przewalski (Phoenicurus alaschanicus), también endémico de China, el precioso camachuelo estriado (Carpodacus rubicilloides) o el gorrión de Taczanowski (Onychostruthus taczanowskii), endemico de la Meseta del Tibet.

Zorzal de Kessler

Tal vez la parte más interesante del viaje desde el punto de vista zoológico fue la zona del Lago Qinghai. Allí observaron numerosas especies de aves durante la estancia invernal y la migración primaveral, y observaron también a los grandes animales de la Meseta tibetana como el yak salvaje (Bos grunniens), el argali (Ovis ammon), o el asno salvaje tibetano (Equus kiang). Y, sobre todo, Przewalski empezó a oír hablar a los nativos de esta región sobre la existencia de camellos y caballos salvajes no lejos de aquella región. Serían objetivos a buscar en los siguientes viajes.

Grupo de kiangs. Foto: E.J. van Gruisen

Przewalski narró este viaje en su entretenidísimo libro: Mongolia, the Tangut country and the solitudes of Northern Tibet, de 1876.

Segundo Viaje: el descubrimiento del Lob Nor, 1876 - 1877

El objetivo de este segundo viaje era nada menos que llegar a Lhasa, la Capital Prohibida de Tibet, desde el Sinkiang (denominado entonces Turquestán Oriental). Desde Kulja (hoy Gulja/Yining, en la Región Autónoma de Xinjiang), la expedición atraviesa el Tien Shan, bordea el Desierto de Taklamakan y descubre el Lago Lob Nor. Se trata de una de las mayores cuencas endorreicas del mundo, pero desgraciadamente ha seguido el mismo destino que el Mar de Áralas: si en 1928 el lago tenía una extensión de 3.100 km2, hoy día está seco debido a los excesivos regadíos que han sangrado el lago hasta matarlo. Esta región fue también desde 1964 el polígono de pruebas de las bombas atómicas chinas.

Vista de satélite del Lop Nor, hoy completamente seco. Foto: NASA

Przewalski no pudo entrar en Tíbet al caer enfermo, y cuando se recuperó, el Gobierno ruso le ordenó regresar a casa porque la situación política en la región estaba al rojo vivo, al quedar atrapado entre el Gobierno chino y el rebelde uigur Yaqub Beg, que iba a ser derrotado en 1877 por un ejército chino enviado a Sinkiang para acabar con su revuelta. Habría que buscar otra ocasión mejor.

Sin embargo, el viaje no fue un fracaso: Przewalski confirmó en 1877 los informes que había recibido sobre camellos salvajes y pudo localizarlos, y pudo describir la especie Camelus ferus en 1878. Hoy día sobreviven a caballo entre Mongolia y China, en el Desierto de Gobi, y se contabilizan unos 450 ejemplares del lado mongol, y unos 650 del lado chino.

Camello bacteriano salvaje

También recolectó otros animales como el lagarto conocido como corredor del Gobi (Eremias przewalskii), o el agama cabeza de sapo de Przewalski (Phrynocephalus przewalskii), representante de un género de agámidos muy extendidos por los desiertos de Asia central.

Tercer Viaje: en busca de los caballos salvajes, 1879 - 1880

Este viaje también es conocido como "Primera Expedición al Tibet", porque tenía como objetivo volver a intentar llegar a Lhasa. La expedición comenzó en Zaysan, hoy situado en Kazajistán, muy cerca de la frontera china, y se adentró en la Dzungaria china, atraviesan el Tien Shan y llegan a Hami, uno de los legendarios oasis de la Ruta de la Seda. Desde allí, se dirigen a la Meseta del Tibet cerca del ya conocido Lago Qinghai y enfilan decididamente el camino hacia Lhasa.

Pero en las inmediaciones de la localidad de Nagchu, a 260 km de su objetivo, oficiales tibetanos les detienen y les mandan de vuelta, pues el país estaba prohibido a los extranjeros. Nueva decepción. Pero aún había mucho que explorar por la zona y, tras regresar al Lago Qinghai, la expedición se dirige hacia el Nordeste, por el viejo camino de la primera expedición a Mongolia, y por el Nanshan y el Alashan, atraviesan Mongolia hasta regresar a Rusia por Kiajta.

Caballos salvajes en Xinjiang, China. Foto: Zhang Hefan

El principal resultado zoológico de este viaje fue la confirmación de la existencia del caballo salvaje. Cuando acababa de comenzar la expedición en 1879 y se encontraban en Dzungaria (junto a lo que hoy es la frontera occidental de Mongolia), llegó a sus manos un cráneo y una piel de lo que parecía un caballo, que había sido cazado por un kirguiz. El ojo experto de Przewalski le hizo reconocer un caballo muy diferente de los caballos domésticos que estaban acostumbrados a manejar en el Ejército y en las expediciones, y poco después finalmente pudo observar una manada de caballos en libertad, pero demasiado lejos del alcance de su rifle para cazar uno como espécimen.

Curiosamente, Przewalski pensaba que este caballo era, en realidad, una forma intermedia entre el asno salvaje y el caballo. Fue finalmente otro cazador kirguiz quien pudo obtenerle su espécimen, cuyos huesos y piel envió a San Petersburgo para su estudio. Allí fue estudiado por el conservador del Museo de Zoología de la Academia de Ciencias, Iván Semyonovich Poliakov, quien en 1881 describió oficialmente al caballo de Przewalski como Equus przewalskii

El caballo de Przewalski fue cazado hasta su exterminio en estado silvestre

Hoy se sabe, por los estudios moleculares, que el caballo de Przewalski es, en realidad, descendiente de caballos domésticos asilvestrados, probablemente de la Cultura Boltai, hace unos 3.000 años. Por eso su nombre científico actual es Equus ferus przewalskii.

El redescubrimiento del caballo salvaje causó sensación en Europa y pronto zoológicos y coleccionistas se interesaron por obtener ejemplares. Fue el famoso comerciante de animales salvajes Carl Hagenbeck quien organizó una expedición entre 1897 y 1902 para capturar cuantos más caballos salvajes mejor, y finalmente se hizo con 53 ejemplares, que fueron dispersados por diferentes zoológicos y colecciones privadas por Europa. Hagenbeck no podía saberlo, pero a pesar de sus brutales métodos (contados por él mismo en su libro De animales y hombres de 1909), había salvado a la especie.

Una de las expediciones de Hagenbeck para capturar caballos de Przewalski (De: Von Tieren und Menschen, 1909)

Porque ya en la época de Przewalski el caballo salvaje debía ocupar sus últimos territorios pues era objeto de caza como ya has visto. Es más, los primeros europeos que siguieron a Przewalski por la zona, los hermanos Grum-Grzhimailo en 1889-1890, se dedicaron allí a cazar caballos salvajes. Total, que en 1967 se avistó la última manada en libertad, de unos 12-14 ejemplares, y en 1969 el último ejemplar salvaje. El caballo de Przewalski había sido exterminado en libertad.

Pero a partir de los ejemplares que había en zoológicos (especialmente en el Zoo de Praga) se fue armando un programa de reintroducción que comenzó en la década de 1980, introduciéndose en ambientes silvestres de algunos países europeos. No sería hasta la década de 1990 cuando se reintroduce en su patria originaria, Mongolia, y poco después, en China, donde se siguen aportando nuevos ejemplares procedentes de Europa.

Cuarto Viaje: la segunda expedición al Tibet, 1883 - 1885

En este viaje, Przewalski siguió su ya conocida ruta desde Kiajta atravesando Mongolia y hasta el Lago Qinghai. Esta vez ocupó más tiempo en las montañas en torno a las fuentes del Río Amarillo, realizando varios descubrimientos geográficos. Acto seguido enfiló hacia el Oeste bordeando el aterrador desierto de Takla Makán, atravesándolo de sur a norte y terminando la expedición en la localidad de Karakol, hoy en Kirguizistán, cerca del lago Issyk-Kul.

Los descubrimientos zoológicos no estuvieron ausentes de este viaje, como por ejemplo el trepador de Przewalski (Sitta przewalski), descubierto en 1884 y que vive en bosques montañosos de coníferas entre 2.300 y 4.500 metros de altitud en Tibet, Sichuan y Gansú, en China. O el curioso picoloro de Przewalski (Sinosuthora przewalskii), con una distribución muy reducida entre Gansú y Sichuan.

Trepador de Przewalski

En octubre de 1888, Przewalski estaba de nuevo en Karakol para empezar un nuevo viaje hacia el Tibet. Pero no iría más allá. Bebiendo agua de un arroyo contrajo el tifus, y murió allí mismo sin dar un sólo paso de su nuevo viaje. Sólo tenía 49 años, pero su obra zoológica fue inmensa: aparte de sus descubrimientos de nuevas especies, recolectó un total de 702 mamíferos y 5.010 pájaros, entre otros seres vivos.

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Comentarios

  1. Mis felicitaciones por esta trilogía de crónicas, para mí una de las más brillantes que has redactado (me quedo con esta última)

    Me fascina todo lo relativo a la vasta Asia Central, tan salvaje, inmensa e inexplorada. No tengo duda de que aún nos quedan muchos animales por ver en las entrañas de este gigante.

    Soy el chico que te ha pedido por twitter la crónica de agámidos. Viendo que aquí has citado una especie, te la vuelvo a sugerir por partida doble ;)

    Un abrazo!

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    1. Muchas gracias por tu comentario y por tu sugerencia de los Agámidos. Me pasa como a ti, creo que Asia central es una tierra fascinante, misteriosa, bella y muy desconocida.

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