Los castores del Rey. El roedor que construyó Canadá.

Querida hija:

El 24 de marzo de 1975 el Parlamento de Canadá aprueba la Ley del Símbolo Nacional de Canadá (National symbol of Canada Act), "una Ley que establece el reconocimiento del castor (Castor canadensis) como símbolo de la soberanía de Canadá". El brevísimo texto de la ley dice así, traducida al español:

"Por la presente se reconoce y se declara que el castor (Castor canadensis) es un símbolo de la soberanía de Canadá y se proclama que cualquier representación del castor (Castor canadensis) cuando sea utilizada por Su Majestad en derecho de Canadá será así considerado".

¿Cómo se llegó a esto? ¿Por qué a un roedor, ciertamente muy extendido por el país canadiense, le fue conferido tan elevado honor?. No se trató solamente de establecer al castor como un cierto "animal nacional" como sucede con tantas otras especies animales en otros países, sino nada menos que encarna "la soberanía nacional de Canadá". Para entender este trascendental hecho y que puedas entender su significado, en primer lugar vas a conocer quién es el castor americano.

Sello canadiense representando un castor


El castor americano, el "primo" canadiense.

El castor americano (Castor canadensis) es, junto con su primo el castor eurasiático (C. fiber) los únicos miembros actuales de la familia Castoridae. Sin duda es el mayor roedor de Norteamérica y se disputa con el castor eurasiático la "medalla de plata" del segundo roedor mayor tras el capibara sudamericano. Es verdad que, en promedio, el castor eurasiático es algo mayor que el americano pero el máximo tamaño registrado corresponde a un castor americano.

Es un roedor macizo y orondo, con un peso que oscila entre los 11 y los 32 kg, siendo 20 kg un peso típico con una longitud cabeza - cola de entre 74 y 90 cm, al que hay que añadir 20 - 25 cm de su típica cola aplastada y cubierta de escamas que le ayuda a nadar junto con sus manos y pies palmeados, lo que proclama sus hábitos acuáticos. En América del Norte podría confundirse con el coipú (Myocastor coipu), un roedor sudamericano acuático que fue introducido allí para la industria peletera y que luego se convirtió en especie no naturalizada. Pero el coipú es mucho más pequeño que el castor, con un peso de entre 4 y 10 kg, una cabeza típica de "cobaya" que no tiene el castor y el pelaje del hocico de color blanco lo distinguen perfectamente del castor.

Castor americano


El castor está ampliamente distribuido por América del norte, pues se encuentra prácticamente en todo el territorio situado al sur de la tundra ártica hasta algunas zonas limítrofes de México con EEUU. Sólo está ausente de algunas zonas de los EEUU y, en Canadá, actualmente está presente en todas las provincias y territorios canadienses. Su población actual, entre 6 y 10 millones de individuos, podría parecerte abundante pero en realidad sólo está empezando a recuperarse de la tremenda matanza a que lo sometió el ser humano, de una población original que se estima entre 60 y 400 millones de individuos antes de la llegada de los conquistadores europeos a Norteamérica.

Como es sabido, el castor es un mamífero semiacuático. Vive en todo tipo de hábitats acuáticos: ríos, lagos, lagunas, arroyos, pantanos y humedales con la única condición de ser poco profundos. Lo que hace el castor es construir diques amontonando ramas y troncos de árboles que va cortando con sus incisivos de crecimiento continuo y uniéndolos con barro y piedras. Si falta madera en el lugar donde vive, usará piedras para levantar su dique. El propósito de este "embalse" es ofrecer protección a la verdadera vivienda del animal, un "domo" hecho también de madera y barro cuya entrada es subacuática, de tal forma que el animal es inexpugnable e inatacable si está refugiado dentro de su "casa-isla".

Mapa de distribución del castor americano


Los diques no son permanentes sino que suelen durar una temporada, y no siempre se reparan. El castor es estimulado a la construcción y/o reparación del dique en función del ruido que haga el agua corriente. De la misma manera, cuando ese sonido cesa, es decir, cuando el estanque está controlado, el impulso de construcción/reparación se inhibe.

Además de construir los diques, el castor construye también frecuentemente una red de canales que salen desde el embalse y que ayudan al animal a desplazarse de una forma segura hasta las zonas de forrajeo, que suelen estar situadas a una distancia máxima de 100 m desde las orillas del embalse. Los castores devoran materia vegetal: la parte interna de las cortezas de los árboles, plantas leñosas, herbáceas y acuáticas. 

El castor está más activo durante la noche y su estructura social es familiar: una pareja fundadora con los hijos del año y del año anterior, puesto que los jóvenes castores suelen permanecer dos años con los padres para aprender las "técnicas" de construcción de diques y canales antes de independizarse y dispersarse en busca de sus propios territorios. Los castores poseen unas glándulas genitales que segregan una sustancia de fuerte olor para la comunicación química y la delimitación de territorios.

Dique de castor americano en el Parque Nacional Histórico Nez Percé, EEUU


El castor tiene una sola camada al año: el momento del celo sucede entre diciembre y mayo, con un pico en enero cuando la pareja está refugiada del invierno en su casa-isla, a menudo viviendo de reservas almacenadas de comida que han ido acumulando durante el otoño. Tras una gestación de 128 días, nace una camada de entre 3 y 6 crías, normalmente 4-5.

Los castores son depredados fundamentalmente por el lobo, el puma, los linces canadiense y rojo y el oso negro. En menor medida por el oso pardo, el águila real, el águila calva y los zorros, que suelen decantarse por las crías más que por los adultos. No obstante, la predación natural no es la mayor causa de mortandad del castor, que viene sobre todo por inundaciones descontroladas y sorpresivas. 

Al castor se le ha colgado el sambenito de "animal conflictivo" porque los lagos artificiales que crea con sus diques puede crear problemas en ciertas infraestructuras humanas como carreteras, caminos o alcantarillado. Pero sus beneficios ecológicos exceden con mucho a los problemas que causan: no en vano se ha declarado como "especie clave" ya que sus estanques favorecen el aumento de la biodiversidad en peces, anfibios (que, además, usan sus canales como corredores ecológicos), aves acuáticas, pero además regulan y controlan las inundaciones y crecidas de ríos y lagos, y en estos tiempos que corren de incendios forestales iniciados por el ser humano pero agravados por el calentamiento global, estos humedales del castor ayudan a limitar la propagación de estos incendios. Los diques también funcionan como puentes por donde cruzan los ríos y humedales toda clase de animales.

Algunos hechos básicos sobre el castor americano. Infografía: Victoria Malabrigo


El mayor dique de castor que se ha detectado es uno que se localizó desde el aire en el lado sur del Parque Nacional Wood Buffalo en Alberta, Canadá, con una longitud de nada menos que 850 m. Este dique fue encontrado a través de fotos vía satélite en 2007 y confirmado por helicóptero en 2010. Se cree que generaciones enteras de castores han estado trabajando en él desde mediados de la década de los 70. Imagínate la tremenda influencia ecológica que ha ejercido en la zona el gigantesco estanque formado por semejante dique.

Vista aérea del gigantesco embalse de castor en el Parque Nacional Wood Buffalo, Alberta, Canadá


De cómo el castor construyó Canadá. Los comienzos.

Para que entiendas bien todo lo que te voy a contar a continuación te diré que, en resumen, si a Castilla la construyó el comercio de lana merina tutelado por La Mesta, a Canadá la construyó el comercio de pieles, tutelado por la Compañía de la Bahía de Hudson. Sí, lo has adivinado, el castor fue la "estrella" de este comercio internacional de pieles.

El comercio de pieles ya existía en lo que hoy es Canadá mucho antes de la llegada de los europeos. En la margen norte del San Lorenzo, Montagnais y Algonquinos no tenían agricultura por la dureza del clima y el suelo, y lo que hacían era cazar animales peleteros y cambiar las pieles con los Hurones, que vivían en la margen norte de los Grandes Lagos, tenían agricultura y a cambio de estas pieles daban a sus infortunados vecinos sus excedentes alimentarios, pero no comerciaban con los iroqueses, en el lado sur de los Grandes Lagos, pues eran sus archienemigos.

Los castores del Rey. Obra de Ken Monkman


Mientras tanto, ingleses y franceses estaban celosos de los éxitos geográficos y comerciales de españoles y portugueses, y querían meter también la cuchara en el potaje. Envían expediciones a la costa atlántica de Norteamérica, que les pillaba en línea recta, con la esperanza de hallar un Paso del Noroeste que les permitiera, a su vez, llegar a las Islas de las Especias que se disputaban los ibéricos. Giovanni Caboto, al servicio de Inglaterra, llega a Terranova en 1497 pero se contenta con pescar bacalao y secar el pescado para llevarlo de vuelta.

Sería el francés Jacques Cartier quien remonta el San Lorenzo en 1534 y toma posesión de aquella tierra para Francia, bautizándola como Nueva Francia. En sus tres viajes, entre 1534 y 1542 no sacó en claro más que conflictos con los aborígenes pero vio lo suficiente como para darse cuenta de que la riqueza de aquella tierra no estaba en el oro ni en las especias, inexistentes por lo demás, sino en las pieles. Y entre ellas (marta, marta pescadora, nutria, oso, lobo...) destacaba sobremanera la piel del castor, abundantísimo por todas partes y animal que ya conocían y explotaban en Europa.

Debes saber que la Europa de entonces estaba ávida de pieles de castor porque a partir de ellas se fabricaba el fieltro del que se hacía todo tipo de sombreros, y eso sin contar el castóreo, la secreción de sus glándulas anales que se usaba en perfumería y en aditivos alimentarios hacía que las pieles del castor tuvieran un mercado inmediato. Y lucrativo. La piel del castor fue siempre el producto estrella del comercio de pieles, y el más buscado.

Tipos de sombrero que se hacían con piel de castor


Así, en 1604 empieza en serio el comercio organizado de pieles al concederse el monopolio de este producto a Pierre du Gua, Señor de Mons, uno de cuyos lugartenientes, Samuel de Champlain, fundó ese mismo año el que sería el primer asentamiento permanente que los franceses lograron en Nueva Francia, en la Isla de Sainte Croix, en la Bahía de Fundy, y en 1608 la ciudad de Quebec. Todo ello buscando castores. Champlain fue mucho más inteligente que Cartier y supo llevarse bien con los aborígenes, a quienes respetó y con quienes forjó alianzas comerciales a largo plazo para asegurarse el suministro de pieles en general, y de castor en particular.

La Compañía de la Bahía de Hudson.

Conforme los tramperos iban esquilmando los castores de la región del San Lorenzo, se vieron obligados a explorar nuevas rutas en busca de más pieles. Así, estos exploradores que se denominaban coureurs du bois, usaron las vías acuáticas (herencia del antiguo relieve glaciar: miríadas de lagos, ríos y canales de agua que además favorecen la existencia del castor) para explorar toda la cuenca de los Grandes Lagos y llegar al Lago Winnipeg. Se inaugura así una tendencia que durará doscientos años: la búsqueda de pieles de castor fue el motor que estimuló la exploración geográfica de Canadá.

Dos de estos coureurs du bois eran Pierre-Esprit Radisson y Médard des Groseilliers. Habían oído de los nativos Cree que hacia el norte había un "mar helado" en torno al cual se encontraban las mejores regiones peleteras. Este "mar helado" era la Bahía de Hudson, que había sido explorada por Henry Hudson en 1611. Radisson y Groseilliers solicitaron permiso para explorar esa región, pues veían una ruta directa para exportar pieles a Francia sin tener que esquivar a los iroqueses que, en la zona del San Lorenzo, tocaban las narices a los comerciantes. No obstante, el Gobernador denegó el permiso pues temía que la ruta del San Lorenzo quedase tocada o disminuida.

Frederick Remington: Radisson y Groseillers (1905). Buffalo Bill Center of the West. Cody, EEUU


En 1659 desobedecieron la prohibición y fueron a la Bahía de Hudson, regresando al año siguiente con pieles de primerísima calidad, castores incluidos por supuesto. A pesar de ello, fueron arrestados y multados por haber ido a comerciar sin permiso. Despechados y cabreados, Radisson y Groseilliers se ponen en contacto con los británicos para ofrecerles la nueva ruta. Negocian en Londres en 1665 con el Príncipe Ruperto del Rin, hermano del Rey Carlos II y, tras el exitoso primer viaje en 1668, cuyo cargamento se vendió al peletero más prestigioso de Londres (que aseguró futuras compras), se funda la Compañía de la Bahía de Hudson (HBC) oficialmente en 1670.

El Rey otorga a la HBC el privilegio del comercio de pieles en toda la cuenca hidrográfica que vierte a la Bahía de Hudson, y en los años sucesivos los empleados de la compañía abren rutas para comerciar con los aborígenes y se establecen tramperos para capturar los animales. Durante el invierno era la época del trampeo puesto que era entonces cuando las pieles (también en el caso del castor) era más gruesa. 

Toda una red de aborígenes y de tramperos de origen británico hacían el acopio de pieles, que luego en primavera se intercambiaban en las factorías de la HBC por productos manufacturados de Europa (armas, munición, tabaco, hachas, herramientas, y unas mantas que se harían famosas), enviándose a Inglaterra dos barcos anuales cargados hasta los topes de pieles. Las famosas canoas canadienses recorrían incansables ríos, caños, lagos y lagunas.

A los franceses de Nueva Francia les había salido un grano en el culo, puesto que gracias a la HBC los británicos habían puesto el pie en el flanco norte de lo que sería Canadá, y empezó una "pinza" con las Trece Colonias inglesas que había en el sur (los futuros EEUU). Se inaugura una competencia feroz entre la HBC y los peleteros franceses, que a su vez competían también en la región de los Grandes Lagos, competencia que acabó transformándose en una acerba rivalidad anglo-francesa por ver quién establecía su influencia en Norteamérica.

George F. Arbuckle: Ambassadress of Peace (1953). Un representante de la HBC negocia la paz entre Crees y Chippewyans. Colección corporativa HBC


Esta rivalidad estalla finalmente en la Guerra de los Siete Años (1756 - 1763), que acabó como el Rosario de la aurora para los franceses, que fueron derrotados por las armas británicas. Nueva Francia es anexionada por Su Graciosa Majestad y es dividida en dos provincias: Alto Canadá (el actual Ontario) y Bajo Canadá (el actual Quebec y las Provincias Marítimas). 

Sin embargo, la HBC no pudo cantar victoria pues la competencia peletera que tenía con comerciantes de Nueva Francia fue sustituida por un grupo de agresivos comerciantes británicos que, con base en Montreal, empezaron a explorar los cursos de agua del Noroeste del territorio, abriendo nuevas rutas peleteras que evitaban la zona de acción de la HBC, donde tenía el monopolio. Estas actividades comenzaron en serio hacia 1779 y formaron la Compañía del Noroeste aunque dicha compañía no se fundaría oficialmente hasta 1804. 

Así, los northwesterns, como eran conocidos, abrieron una ruta que desde Montreal llevaba a Grand Portage, en el Lago Superior, y desde allí se adentraba en el corazón de tierras desconocidas por el Lago Winnipeg hasta el Lago Athabasca, en cuyo país hallaron las mejores regiones para el castor de toda Norteamérica. Allí, la Compañía del Noroeste funda Fort Chipewyian en 1788 a orillas del Lago Athabasca, que se convertirá en el bastión de los northwesterns. Se trata del asentamiento más antiguo de la que hoy es la Provincia de Alberta.

Los problemas, incidentes, altercados y conflictos con la HBC no se hicieron esperar y empieza una guerra solapada entre ambas compañías peleteras por el control del interior de Canadá. A pesar de que la HBC tenía una delimitada zona de monopolio, establecieron una ruta comercial que iba desde sus factorías de Churchill y York en la Bahía de Hudson hasta el nuevo puesto de Fort Edmonton, en el río North Saskatchewan, en el interior, en 1795, ruta que se cruzaba con la anterior ruta de los northwesterns. Fíjate cómo la búsqueda del castor iba construyendo lentamente el futuro Canadá.

Frances Anne Hopkins: Quetico Superior route, passing a waterfall. Donde se representan a los voyageurs


Este comercio peletero creó un nuevo tipo humano propio de Canadá: el métis, o "mestizo", producto normalmente de la unión de un voyageur franco canadiense y una mujer indígena, normalmente de etnia Cree, aunque también hubo en menor medida padres británicos. Esto era debido a que las compañías peleteras no alentaban el establecimiento de mujeres blancas en sus factorías, y por eso los empleados "tomaban" esposas aborígenes, que tuvieron una gran importancia en el mantenimiento de las relaciones comerciales con los aborígenes. 

En efecto, en Canadá no existieron las "guerras indias" que sí hubo en los EEUU dado que en eran una parte interesada y valiosa en el entramado del comercio de pieles, mientras que en los EEUU los aborígenes se enfrentaron abiertamente con unos colonos que venían a arrebatarles sus tierras. Este problema no existió en Canadá toda vez que la agricultura era más dificultosa en la mayoría del territorio, y a las compañías peleteras no les interesaba que hubiera colonos que fundaran explotaciones agrícolas puesto que chocarían con la esencia del comercio peletero, que era el nomadismo.

Pero los métis se encargaban también de una labor fundamental: cazaban bisontes con cuya carne se elaboraba el pemmican, carne seca con la que los empleados de las compañías (y también los aborígenes) sobrevivían durante el invierno. Comienza así en la parte canadiense el exterminio de los bisontes (que, por otro lado, no eran explotados por la mayoría de aborígenes canadienses), que en los EEUU era llevado a cabo por ganaderos y empleados del ferrocarril.

Principales rutas del comercio peletero en Canadá


La búsqueda del castor siguió estimulando la exploración del territorio canadiense por parte de los northwesterns: en 1789 William Mackenzie llega al Mar de Beaufort, en el Ártico, bajando desde el Lago Athabasca por el río que hoy lleva su nombre, y en 1793 llega al Océano Pacífico atravesando las Rocosas. Por su parte, Fraser en 1808 abre una nueva ruta hacia el Pacífico por otro camino desde las Rocosas por el río que lleva su nombre. En esta zona la Compañía del Noroeste entraría en competencia con las compañías peleteras rusas y estadounidenses que acabarían con la delimitación de la frontera entre los EEUU y el futuro Canadá en el paralelo 49.

Aunque no lo sabían aún, la época dorada del comercio peletero estaba llegando a su fin.

El fin de la época peletera.

Durante las guerras napoleónicas y por primera vez, el principal renglón de exportación de los territorios canadienses no fueron las pieles sino la madera. Fue un primer aviso. Lo cierto es que tras doscientos años de trampeo sin freno los castores declinaban en todo el territorio. Nunca estuvieron en peligro cierto de exterminio pero su número sí disminuyó lo suficiente como para que la rentabilidad de las compañías peleteras quedara en entredicho. Por su parte, los bisontes también disminuían con rapidez y ya te he explicado la importancia lateral que el bisonte tenía para el sostenimiento invernal de los trabajadores de las compañías.

En 1816, un destacamento de northwesterns asaltó la factoría de la HBC de Red River matando a 20 empleados en lo que pasó a la historia como la "Masacre de Seven Oaks". Fue la gota que colmó el vaso y el Parlamento británico obligó a la Compañía del Noroeste a "fusionarse" con la HBC y, además, obligó a la nueva HBC a aceptar misioneros primero católicos, luego anglicanos y finalmente metodistas, todos ellos acérrimos enemigos del comercio peletero pues aspiraban a fomentar la colonización de familias que cultivasen la tierra.

Charles W. Jefferys: La batalla de Seven Oaks


Se dio la paradoja de que en este momento de decadencia, la HBC había heredado el mayor imperio continental americano, pues el 80% del actual territorio canadiense estaba bajo su jurisdicción, aunque no de su soberanía pues teóricamente seguía siendo "tierra de nadie", una tierra que se bautizó con el nombre de Tierra de Rupert.

El golpe de gracia al comercio peletero que había puesto en marcha a Canadá fue un cambio de moda en Europa: a mediados del siglo XIX dejan de usarse los sombreros de castor y pasan a usarse sombreros de seda. La demanda de pieles de castor cae drásticamente y, como se dice vulgarmente, ya estaba todo el pescado vendido teniendo en cuenta que la Provincia de Canadá estaba ansiosa de echarle mano a la Tierra de Rupert y abrirla a la inmigración y la colonización y echar a esos pelmazos peleteros que al final iban a conseguir que los agresivos EEUU pusieran la vista en ella antes que los canadienses. Ese destino era inexorable.

Curiosamente fue en este momento cuando al castor se le hace el primer homenaje: en 1851 el Gobierno británico traspasa a Canadá el servicio de Correos, y el 23 de abril de 1851 los nuevos Correos canadienses editan su primer sello de correos, el castor de tres peniques, que representaba a un castor. De algún modo en el imaginario canadiense el castor se había aposentado como un símbolo por primera vez.

Primer sello canadiense, 1851


Así, en 1862 una firma financiera compra la HBC con la idea de empezar a hacer negocios con la tierra y no con las pieles. En 1867 se forma la Confederación Canadiense al unirse las provincias del Alto y Bajo Canadá con Nueva Brunswick y la Isla del Príncipe Eduardo, e inmediatamente presionan para anexionarse la Tierra de Rupert. Tras negociaciones a tres bandas entre la HBC, la Corona Británica y Canadá, finalmente la HBC cesa su actividad en la Tierra de Rupert, traspasándola a Canadá en 1870. Doscientos años tocaron a su fin e inmediatamente se funda la Provincia de Manitoba, abriéndose a la inmigración y la colonización.

Los territorios del Noroeste que Canadá había heredado de la HBC como Tierra de Rupert


Sin embargo, una vez terminado el comercio peletero, los desagradecidos canadienses olvidaron al castor, el animal que había puesto a Canadá en el mapa y la había elevado al concierto de las naciones.

Epílogo: la reivindicación del castor.

Aunque Canadá era de hecho un país independiente, jurídicamente aún no lo era pues gran parte de su legislación y su política dependía del Parlamento británico. Por eso es importante que entiendas que la Historia de Canadá durante el siglo XX fue la historia de su independencia real, y en este proceso se recupera y reivindica al castor como símbolo nacional.

En 1921 se otorga escudo de armas a Canadá, y el castor queda marginado de él. Un parlamentario llegó a decir que "ningún miembro de la familia de las ratas iba a aparecer en el escudo canadiense". Hasta ese punto se había llegado. Pero a partir de la Primera Guerra Mundial se intensifica el sentimiento nacional canadiense pues muchas personas no entendían por qué tenían que ir a una guerra sólo porque Gran Bretaña iba a esa guerra.

Escudo de armas de Canadá


En 1926 el Gobierno británico realiza la declaración de que todos los Dominios de la Corona eran libres e iguales a Gran Bretaña, pero faltaba la disposición jurídica que así lo estableciera, que llegó con el Estatuto de Westminster en 1931, en virtud del cual se declaraba la igualdad legislativa entre los Dominios de la Corona, aunque eso no produjo cambios en la legislación interna canadiense, que seguía necesitando de intervención del Parlamento británico en muchas disposiciones constitucionales.

En 1949 Canadá incorpora su última provincia, el antiguo Dominio de Terranova, y a partir de ahí la política canadiense fue decididamente por la senda de la independencia total del Reino Unido. En 1965 se sustituye la vieja bandera colonial por la nueva bandera de la Hoja de Arce y en 1975, como ya te expliqué, se recupera al castor como símbolo nacional. Ahora ya se entiende mejor el contexto en el que se produjo, ¿verdad? En 1976 se celebran en Montreal los Juegos Olímpicos y se escoge como mascota a un castor llamado Amik. 

Amik fue la mascota de los JJ.OO. de Montreal en 1976


Con la Constitución de 1982 se abolen las últimas prerrogativas del Parlamento británico en Canadá y se separan sus respectivas Coronas (aunque la siga ocupando el Monarca británico), adquiriendo Canadá su independencia real y efectiva.

Paralelamente a este proceso de afirmación nacional canadiense, durante todo el siglo XX se define una política de recuperación de las poblaciones de castor, que han sido objeto desde entonces de numerosos proyectos de reintroducción y traslocación allá donde habían sido exterminados, proceso que también se llevó a cabo en los EEUU. Así, el castor fue exterminado por completo de la Isla del Príncipe Eduardo antes de 1700, y fue reintroducido en 1940 a partir de ejemplares procedentes de Nueva Brunswick.

Pero también el castor en México fue beneficiado. Si había sido exterminado de las escasas zonas de Sonora, Chihuahua y Coahuila donde vivía, en 1906, el castor ha regresado a comienzos del siglo XXI a partir de reintroducciones realizadas en Arizona, en el caso de Sonora, y por expansión natural desde el Río Grande, en Coahuila.

Hoy en día HBC es una empresa canadiense de distribución


Por cierto, la HBC se reconvirtió en una empresa de distribución y abrió supermercados y grandes almacenes por todo Canadá. Mantuvo sus oficinas centrales en Londres (Beaver House, o sea, la Casa del Castor) hasta 1970 cuando se convierte en una empresa exclusivamente canadiense.

En 1987 dejó de vender pieles.

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