El Rey Escorpión. Las 7 especies más letales.

Querida hija: 

Hoy voy a hablarte de los escorpiones. Siempre te he dicho que no debes despreciar a los animales invertebrados porque, aunque la mayoría sean pequeños y feos, constituyen formas de vida fascinantes, que ofrecen soluciones anatómicas y fisiológicas en algunos casos verdaderamente sorprendentes dentro del amplio capítulo de la evolución. Concretamente, los escorpiones son conocidos por ser animales venenosos muy peligrosos, y en todo el mundo provocan la muerte de entre 1.000 y 5.000 personas. Por tanto, merece la pena que conozcas algo más sobre estos letales animales. 

El escorpión: un éxito evolutivo y un fósil viviente.

Como siempre, en primer lugar vamos a caracterizar al escorpión dentro del Árbol de la Vida. Los escorpiones son Artrópodos. Y dentro de este filo, pertenecen a la Clase Arácnidos que, para que te sitúes, es una Clase prima de los Insectos. Los escorpiones son parientes de las arañas, y no de los insectos. Dentro de la clase Arácnidos, caracterizada por tener cuatro pares de patas locomotoras (los insectos tienen tres pares), los escorpiones ocupan un Orden propio: el Orden Escorpiones. 

Externamente son animales inconfundibles, con sus grandes pinzas delanteras y su larga y notable “cola” al final de la cual se encuentra una vesícula, o “telson”, que alberga las glándulas del veneno, dotada con un aguijón con el que pica e inocula dicho veneno. Pero deberás prestar atención, ya que la anatomía del escorpión es engañosa, y ahora verás por qué. Como dije antes, los escorpiones tienen cuatro pares de patas locomotoras, pero en un primer golpe de vista parecería que tuvieran cinco pares. Esto es porque las pinzas no son verdaderas patas, sino pedipalpos, apéndices bucales que ayudan al animal a manipular el alimento mientras lo están comiendo. En los escorpiones y en algunos otros Órdenes de arácnidos, estos pedipalpos están hipertrofiados, y externamente dan la impresión de ser patas delanteras. 

Anatomía de un escorpión. Las pinzas no son pinzas. La cola no es una cola.

El cuerpo del escorpión está dividido en dos zonas: el cefalotórax, donde se encuentran los ojos, la boca, y se insertan las patas locomotoras, y el abdomen, dividido a su vez en dos partes: el preabdomen, o mesosoma y el postabdomen, o metasoma. Este último es lo que comúnmente se conoce como “cola” que, en realidad es una parte del abdomen. De hecho, y como era de esperar, el ano se encuentra justo al final, junto a la vesícula venenosa. 

Los escorpiones son depredadores carnívoros y se alimentan de Insectos y otros Artrópodos. Con sus pinzas sujetan y someten a sus presas, pero el veneno sólo lo usan en caso necesario, ya que es una sustancia costosa de producir, y no se debe usar a la ligera. Una particularidad de los escorpiones es su forma de alimentación, con una “digestión externa”. El escorpión segrega los jugos gástricos directamente sobre su alimento, ayudando a disolverlo. A continuación, el escorpión come esta papilla pre-digerida. Son vivíparos, esto es, sus huevos eclosionan en el interior de la hembra, y los pequeños escorpioncitos nacen completamente formados. Tienen la querencia de agruparse todos juntos en el dorso de la madre, quien los lleva durante una semana sobre ella. 

Distribución mundial de los escorpiones

Estamos hablando de un Orden numeroso: aproximadamente 1.800 especies, que viven en todo el mundo y adaptados a todo tipo de ambientes, si bien florecen más en las regiones cálidas y desérticas, destacando especialmente México como ejemplo de abundancia de escorpiones. Son, además, animales muy antiguos: aparecen en el registro fósil en el periodo Silúrico, hace 400 millones de años, y prácticamente no han cambiado desde entonces en anatomía y fisiología, por lo que podemos considerarlos un éxito evolutivo, pues han resistido todas las grandes olas de extinciones naturales que ha experimentado nuestro planeta. 

Voy a explicarte ahora qué es el veneno de los escorpiones y qué efectos produce. Si bien todas las especies de escorpiones son venenosas, aproximadamente 25 especies pueden considerarse verdaderamente peligrosas para el ser humano, todas ellas pertenecientes a la familia Buthidae, la más numerosa del Orden. Hace unos diez años se realizó el descubrimiento de que los escorpiones, en realidad, tienen dos glándulas venenosas y no sólo una como se pensaba. Además, pueden descargarlas a voluntad mediante un mecanismo desconocido, a través de dos respectivos orificios en el aguijón. El primer veneno sería un “preveneno”, una sustancia transparente que bastaría para paralizar a la mayoría de las presas, y el segundo, o “veneno”, una sustancia lechosa, es más letal, y se usa para las presas recalcitrantes o para defensa. 

Detalle del aguijón de un escorpión, y los dos agujeros por donde expulsa el veneno

Químicamente, el veneno de un escorpión es un cóctel de sustancias, entre las que destacan sus dos principios activos: neurotoxinas y citotoxinas. Las neurotoxinas lo que hacen es bloquear los canales de comunicación entre los nervios y los músculos. Por tanto, provocan parálisis y en última instancia la muerte por insuficiencia respiratoria. En cuanto a las citotoxinas, provocan necrosis de los tejidos y grandes cicatrices en la zona de la picadura. 

En cuanto a los síntomas de la picadura, en primer lugar el veneno induce la liberación descontrolada de neurotransmisores tales como la adrenalina, provocando fuertes dolores e hinchazón en la zona picada. Luego se experimenta agitación, ansiedad, se dispara la salivación y la sudoración, el corazón empieza a funcionar de forma irregular y fluctúa la temperatura corporal. Finalmente los músculos empiezan a experimentar espasmos y sobreviene la muerte por insuficiencia cardiorrespiratoria. 

Ahora vamos a puntualizar un poco. Si bien los humanos han aprendido a evitar los escorpiones, por la cuenta que nos trae, la mayoría de las muertes se producen por accidente, al colarse los escorpiones en la ropa, o los muebles, etc. Por otro lado, la tasa de mortalidad depende mucho del grado de salud de la persona picada, siendo especialmente vulnerables los niños y las personas con enfermedades cardiacas. En la mayoría de los países se han desarrollado sueros antídotos que salvan las vidas de los afectados si se tratan a tiempo. Se están investigando también posibles aplicaciones en Medicina de algunas de las sustancias activas de estos venenos. 

Por cierto, existe un mito que dice que, en situaciones de estrés, el escorpión se pica a sí mismo y muere. Es completamente falso. Los escorpiones son inmunes a su propio veneno. 

Y, a continuación, te voy a presentar a las siete especies de escorpiones más letales del mundo. 

Escorpión oscuro del Transvaal Parabuthus transvaalicus 

Vive en Sudáfrica, Botswana, Zimbabwe y Mozambique. Con sus 15 centímetros de longitud es uno de los escorpiones más grandes. La dosis letal de su veneno es de 4,25 mg/kg, lo que le da la misma potencia que el cianuro. Además, puede lanzar su veneno a un metro de distancia, causando daños oculares y ceguera temporal. 

Escorpión de cola gorda Androctonus australis 

La palabra Androctonus significa “asesino de hombres”, con lo que te lo estoy diciendo todo. Vive en el Norte de África y el Suroeste de Asia, en ambientes rocosos y desérticos, ocultándose en grietas y bajo las piedras. Es una especie popular en comercio de animales. Se caracteriza por resistir las más fuertes y abrasivas tormentas de arena gracias al especial diseño de la superficie de su exoesqueleto. 

Escorpión de corteza de Baja California Centruroides exilicauda 

También llamado “alacrán de Sonora”, está considerado el escorpión más peligroso de Norteamérica. Vive en Baja California, Arizona y Nuevo México, en ambientes áridos. Recibe su nombre por su querencia por las cortezas sueltas de árboles y también en grietas de árboles muertos y derribados. Tiene 7,5 cm. De longitud. Sus víctimas describen su picadura como “sacudidas eléctricas”, y son responsables de más de 800 muertes en México desde 1980. Si no se trata, la tasa de mortalidad que causa este escorpión llega al 25%. 

Escorpión arábigo de cola gorda Androctonus crassicauda 

Tiene hasta 10 centímetros de longitud. Vive en Arabia Saudí, Kuwait, Qatar, Irán, Irak y Turquía, así como en el Norte de África. Le gusta mucho habitar en ruinas y estructuras abandonadas, y fue el azote de los soldados de las Guerras del Golfo. Su veneno tiene la neurotoxina más potente de todos los escorpiones. Y además, un temperamento agresivo. 

Escorpión amarillo de Brasil Tityus serrulatus 

Vive en el Suroeste y el Oeste de Brasil, donde se encuentra en expansión. Es especialmente peligroso para los niños. En Brasil es responsable de numerosos accidentes domésticos, por su tolerancia hacia el ser humano. Es el más peligroso escorpión de Sudamérica. Su veneno provoca un estado de hipersensibilidad ante cualquier contacto físico notado en el cuerpo. 

Escorpión amarillo Leiurus quinquestriatus 

Vive en el Norte de África y Oriente Medio. Su dosis letal está entre 0,16 a 0,50 mg/kg. Su picadura es extremadamente dolorosa. Tiene 5,8 centímetros de longitud. Su picadura no es necesariamente mortal pero las personas vulnerables y los niños han de tener especial cuidado. 

Escorpión indio rojo Hottentotta tamulus 

Vive en India, Pakistán, Nepal y Sri Lanka. Entre 50 y 90 mm de longitud. En el superpoblado subcontinente indio, su tolerancia a los humanos especialmente en zonas rurales es causante de muchas muertes al año. Su tasa de mortalidad oscila entre el 8 y 40%. Su hábitat son las tierras bajas con vegetación tropical y subtropical. Es una de las especies que toleran ambientes húmedos. Ocasionalmente pueden depredar sobre ratones o lagartos. Su dosis mortal es de 1,1 mg/kg, la misma que la estricnina.