La Noche de los Gigantes (V). La Megafauna neocelandesa y malgache

Querida hija: 

Nueva Zelanda y Madagascar son lugares aparentemente muy diferentes entre sí. Nueva Zelanda es un archipiélago oceánico, de clima templado, vegetación exuberante y espectaculares volcanes y montañas alpinas donde la nieve es la protagonista. Por su parte, Madagascar es una gran isla situada en el Océano Índico, junto al continente africano. Su clima es tropical y su geografía ha impuesto una mitad árida a otra mitad tropical y lujuriante. 

Madagascar en el Holoceno. Un mundo perdido.

Sin embargo, ambos territorios, verdaderos mini-continentes, comparten interesantes semejanzas. En primer lugar, son tierras que se desgajaron, en su momento, del supercontinente austral Gondwana, al igual que sucedió con Sudamérica y Australia. En segundo lugar, son tierras de poblamiento humano muy tardío: los primeros habitantes humanos de Madagascar llegaron sobre el siglo V A.C., mientras que a Nueva Zelanda llegaron en torno al año 1000 de nuestra era. En tercer lugar, ambas tierras tienen unas de las faunas más originales y específicas de la Tierra, merced a su aislamiento geográfico. Y, en cuarto lugar, tanto Madagascar como Nueva Zelanda también tuvieron su megafauna, a una escala insular. Y de esta megafauna quiero hablarte hoy, dentro de nuestra serie sobre esta interesantísima fase de la Historia de la Vida. 

Como siempre hacemos, para entender la fauna y la megafauna de un territorio, necesitamos saber primero de dónde viene ese territorio, y qué avatares han influido en la formación de su fauna. De modo que…¡empecemos el viaje! 

Nueva Zelanda: un continente perdido 
Hace 82 millones de años se desgajó de Gondwana una extensión de tierra mucho mayor que la actual Nueva Zelanda, un continente llamado “Zealandia”, que empezaría a derivar hacia el Nordeste, rompiendo su último puente con Gondwana hace 65 millones de años. Al mismo tiempo que derivaba, se iba hundiendo en el Océano gradualmente de tal forma que hace 35 millones de años menos de un tercio del territorio de la actual Nueva Zelanda permanecía emergido. Hace entre 25 y 5 millones de años se produjeron tremendos movimientos tectónicos de compresión y rotación entre dos placas de la superficie terrestre, provocando la emersión de las actuales Isla Norte (con sus procesos volcánicos, que siguen vigentes en la actualidad) y la Isla Sur, merced al levantamiento de la formidable cordillera de los Alpes del Sur, con alturas de más de 3.000 metros. Existen otros dos remanentes del continente hundido de Zealandia: los archipiélagos de Nueva Caledonia y Lord Howe. 

Deriva continental de Nueva Zelanda

Por tanto, la fauna que se originó en Nueva Zelanda estaría marcada por el extremo aislamiento de este archipiélago. Nunca estuvo unido a Australia, su gran vecino, y, de hecho, se separó de Gondwana antes que Australia. Por otro lado, y como has visto, es una tierra en gran medida emergida del océano cuando el continente hundido que le dio base estaba ya muy alejado de cualquier otra tierra emergida. 

En efecto: es una tierra sin mamíferos autóctonos terrestres. Los únicos mamíferos llegaron volando, concretamente cuatro especies de murciélagos, y nadando, pues hay también cuatro especies de pinnípedos. Nueva Zelanda es una tierra de reptiles, insectos y, sobre todo, aves. Las aves son el grupo dominante de la fauna neocelandesa. Llegaron volando y, una vez allí, ocuparon todos los nichos ecológicos disponibles, incluso los que en otros continentes ocupan los mamíferos: las aves son allí las depredadoras, las carroñeras, las herbívoras y las insectívoras, habiéndose diversificado en innumerables tipos, muchos de los cuales han perdido la capacidad de volar debido a la ausencia de depredadores terrestres de los que huir. 

Nueva Zelanda se asienta y se apoya en un continente sumergido: Zelandia

En cuanto a las glaciaciones, debido a que Nueva Zelanda se encuentra en una latitud templada-fría, expuesta a las influencias del Antártico, fue afectada por una fría temperatura media de 4,5 grados, y en la Isla Sur los glaciares de la cordillera de los Alpes del Sur avanzaron hasta cubrir casi toda la extensión de las montañas. Finalmente, en torno al año 1.000 llegaron los primeros humanos, se debate aún si se trataba de una población melanesia o polinesia, iniciando el camino que conduciría a la extinción de la megafauna de la Tierra de la Larga Nube Blanca. 

Madagascar, un portaaviones anclado frente a la costa africana 
La tierra que daría origen a la isla de Madagascar estaba unida a Gondwana hace 165 millones de años y durante los siguientes 15 millones de años empezaría el proceso de su desgajamiento. Hace 135 millones de años ya estaba separada de África, pero unida a la India en un bloque solidario que derivaba hacia el norte. Hace 88 millones de años, justo cuando Nueva Zelanda iba a comenzar su desgajamiento, Madagascar se separa de India, que seguiría su camino hacia el norte, hacia su colisión con Asia. Madagascar, al igual que sucedió con su vecina África, no cambiaría prácticamente en nada su posición geográfica, permaneciendo bajo la influencia de un clima estable, y no padeció los efectos de la Edad de Hielo. 

Gondwana en plena ruptura: véase Madagascar entre África e India

La fauna malgache tiene dos orígenes: 

1. Vicariancia: sería la fauna presente en la futura Madagascar cuando se separa de Gondwana, primero, y de la India, después. Esta fauna iniciaría un camino de evolución independiente de ambas tierras. 

2. Difusión: fauna que llegó a la isla después de su aislamiento. Llegó de la vecina África, flotando en vegetación que atravesó el Canal de Mozambique, y evolucionando en el aislamiento de Madagascar. 

En efecto, al igual que sucede con Nueva Zelanda, el aislamiento ha impuesto su carácter a la fauna malgache. A pesar de su relativa cercanía con África, en Madagascar no hay leones, ni elefantes, ni jirafas, ni rinocerontes. Hay (y hubo) un conjunto de criaturas que evolucionaron ocupando nichos ecológicos que en África ocupaban otras criaturas. 

El águila coronada malgache depredaba sobre los lémures. Se extinguió cuando los humanos exterminaron sus presas. (Velizar Simeonovski)

Como ejemplo de vicariancia, estaría el pájaro elefante, el representante más notable de la megafauna malgache, del cual te hablaré más adelante. Como ejemplo de difusión estarían los lémures, verdadero símbolo de la isla. Son primates cuyos ancestros llegaron desde África y se diversificaron en decenas de especies con formas y tamaños variadísimos (hoy en día se siguen descubriendo nuevas especies de lémures en Madagascar)pl. Pero también sucedió con los tenrecs (parientes de los erizos y las musarañas) y los camaleones. A partir de una, o unas pocas, especies llegadas del Continente, en Madagascar dieron origen a especies únicas que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo. 

En Madagascar los humanos se establecieron por primera vez en el siglo V A.C. Curiosamente, y a pesar de la relativa cercanía de África, los humanos no llegaron desde el Continente Negro (como sí sucedió con buena parte de su fauna) sino de la lejana Insulindia: poblaciones de origen austronesio (mismo origen que los polinesios de Nueva Zelanda, en otro curioso vínculo entre ambas tierras) llegaron con sus canoas atravesando el océano Índico y, al igual que en Nueva Zelanda, pronto acabarían con la Megafauna malgache. 

A continuación, y como siempre hago, voy a presentarte un botón de muestra de dicha megafauna, las que a mí me parecen especies más notables, pero no las únicas. 

Moa gigante Dinornis robustus 
Si la fauna de Nueva Zelanda está (y estuvo) dominada por las Aves, que ocuparon los nichos ecológicos que los mamíferos ocupaban en otras tierras, los Moas ocupaban el papel de los herbívoros y ramoneadores de otras tierras. Eran aves pertenecientes al Orden Dinornithiformes, no voladoras (de hecho, las únicas aves que perdieron completamente sus alas). Se conocen once especies de moas, desde Pachyornis, del tamaño de un pavo, hasta las dos especies de moas gigantes, Dinornis robustus y D. novaezelandiae

El moa gigante fue la mayor criatura que vivió en Nueva Zelanda

Eran aves que alcanzaban los tres metros de altura y los 250 kilos de peso. D. novaezelandiae vivía exclusivamente en la Isla Norte y D. robustus en la Isla Sur. Eran herbívoras, seguramente ramoneadoras (por su gran tamaño). Las once especies de moas tenían todas las variaciones de tamaño, y cada una se especializaba en un nicho alimenticio en concreto, había especies que se alimentaban de bayas y frutos del bosque, otras comían fibras duras, etc. Aun hoy, muchas plantas neocelandesas presentan una red de diminutas ramas que evolucionaron para proteger las hojas de la depredación de los moas. 

El orden Dinornithiformes estaba diversificado en varias especies, todas herbívoras

El origen de los moas hay que buscarlo en aves voladoras que llegaron a Nueva Zelanda y, una vez allí, su especialización alimenticia y la ausencia de depredadores terrestres favorecieron su pérdida de capacidad de volar. Cuando los maoríes llegaron a Nueva Zelanda en torno al año 1300, no encontraron ningún moa. Ya habían sido exterminados por la anterior población polinesia, llamada por los antropólogos “cazadores de moas”, por la abundancia de restos de moas que había en sus campamentos. De estas aves, aparte de comérselas, claro, aprovechaban la piel, los huesos, las plumas y los grandes huevos como cantimploras 

Águila gigante o de Haast Harpagornis moorei 
Se cree que pudo ser el único depredador de los moas gigantes. Fue el mayor águila de todos los tiempos y protagonizaría las leyendas maoríes (más bien sus pesadillas), como una criatura que se llevaba a las personas para devorarlas en su nido. Con un peso de 14 kilos de las hembras (mayores que los machos, 11 kilos) y unos 2,6 metros de envergadura, todos los fósiles de este notable águila se han encontrado en la Isla Sur. Los análisis genéticos indican que pudo originarse hace entre 1,8 millones de años y 700.000 años, a partir de un águila australiana que llegó a Nueva Zelanda. 

El águila gigante era el depredador de los moas

Su envergadura alar, no obstante, es más pequeña de lo esperado en un cuerpo de su tamaño. Esto es debido, seguramente para poder maniobrar más ágilmente en los bosques neocelandeses. Aun así, se considera que es el máximo tamaño posible para el vuelo batido, que se cree que usaba este águila. Como cualquier águila, estaba dotada de fuertes garras para sujetar a su presa y un pico ganchudo para desgarrar su carne. 

Al tratarse de un superdepredador sin competencia, podía matar presas mayores que ella, ya que no tenía necesidad de llevarse la presa a lugar seguro para consumirla ante la ausencia de depredadores terrestres que le disputasen la presa. Las actuales águilas depredan sobre presas más pequeñas que ellas precisamente por esta razón, y deben transportarlas con rapidez al nido para devorarlas. 

En 1937 un granjero que estaba excavando su terreno para enterrar un caballo muerto encontró un “cementerio” de moas. También había, entre ellas, los restos de un águila gigante. El terreno correspondía a una antigua turbera donde las moas habían quedado atrapadas. El águila seguramente había descendido a devorar alguna de ellas y, a su vez, quedó también atrapada. De ahí se deduce que pudo ser el depredador de estas aves gigantes. La existencia de este águila podría explicar los hábitos nocturnos de aves actualmente vivientes no voladoras como el kiwi o el kakapó, para protegerse mejor de sus ataques. 

Monumento al águila de Haast, en Nueva Zelanda

El águila gigante debió extinguirse hacia el año 1400, ante la desaparición de sus presas principales, que eran los moas, y la modificación de los hábitats que los maoríes estaban empezando a imponer. 

Pájaro elefante Aepyornis maximus 
Descrito por primera vez por Geoffoy Saint-Hilaire en 1851, el pájaro elefante es la mayor ave que ha existido, con sus 3 metros de altura y su media tonelada de peso. Vivió en Madagascar, donde había cuatro especies. 

El pájaro elefante, la mayor ave que ha existido

Se trata de un pariente cercano de las actuales Ratites: avestruces, emúes y ñandúes (los moas neocelandeses son parientes lejanos), donde se les ha situado en la familia extinta Aepyornithidae. Era un ave herbívora (mismo caso que el moa) y vivía en bosques y sabanas arboladas. Había perdido la capacidad de volar y sus alas estaban reducids a muñones. Sus huevos eran inmensos: 34 centímetros de longitud y hasta 1 metro de circunferencia. Es frecuente que aparezcan huevos fósiles o subfósiles en Madagascar, y están dispersos por Museos y colecciones privadas. 

Al igual que el moa, se cree que sus antepasados eran voladores y al llegar a Madagascar, se hicieron gigantes y no voladoras. Pero, a diferencia de Nueva Zelanda, en Madagascar sí había depredadores terrestres, como los fosa (Vivérridos parientes de las ginetas o los meloncillos), especialmente el fosa gigante (un depredador sorprendentemente parecido a un felino, también extinto), por lo que en este caso la pérdida de la capacidad de volar del pájaro elefante debe estar influida por otros factores aún no estudiados. 

Relación genética y geográfica entre las aves gigantes no voladoras

Se cree que se extinguió en torno al año 1000, debido a la caza excesiva por parte de los seres humanos, recolección de huevos o, en una segunda teoría, debido a las enfermedades transmitidas por las gallinas y gallinas de Guinea introducidas por los recién llegados colonos. 

Lémures gigantes 
Los lémures son actualmente endémicos de Madagascar pero los restos fósiles indican que en otro tiempo estuvieron extendidos por todo el mundo. Por tanto, el aislamiento de Madagascar protegió de algún modo a los lémures malgaches de la competencia que, en el resto del mundo, les hicieron los primates modernos, más evolucionados, y que provocaron su extinción. En efecto, en Madagascar no existen los llamados “Primates superiores”. Antes de la llegada de los humanos, existía un amplio rango de tamaños de lémures, desde las dimensiones de un ratón hasta las de un gorila. De éstos últimos nos vamos a ocupar aquí. 

Lémur gorila Archaeoindris fontoynontii 
El lémur gorila es el mayor lémur y primate que ha evolucionado jamás en Madagascar. Pertenecía a una familia hoy extinta, Palaeopropithecidae (que significa algo así como “los antiguos antecesores de los monos”), conocidos como “lémures-perezosos”, por sus semejanzas con los xenartros sudamericanos. El lémur gorila fue descrito por primera vez en 1909. Todos los fragmentos que se han encontrado de él son de carácter subfósil, es decir, relativamente recientes. 

El lémur gorila tenía un aspecto de este estilo. (Dao Van Hoang)

Se estima su peso en 160 – 240 kilos y las características de su esqueleto indican que trepaba a los árboles y bajaba a tierra para realizar desplazamientos. Su alimentación consistía en hojas de los árboles, como el koala y los perezosos sudamericanos. Su hábitat ideal era una mezcla de sabana, matorral y bosque. Los últimos restos de lémures gorila han sido datados entre los años 700 y 200 AC, coincidiendo con la llegada de los humanos a las altas mesetas malgaches donde vivía, en torno al 350 AC. 

Lémur koala Megaladapis edwardsii 
El género Megaladapis tenía tres especies. Como indica su apodo, la estructura general de su cuerpo era similar a la del koala, con sus manos y pies completamente adaptados para agarrarse a las ramas de los árboles. 

El lémur koala es un ejemplo de convergencia evolutiva, con el koala

Tenía unos 50 kilos de peso. Debes tener en cuenta, para comparar, que el mayor lémur viviente en la actualidad, el indrí, tiene un peso de entre 7 y 9 kilos. Su alimentación era folívora (hojas de los árboles) y su hábitat preferido eran los árboles densos y era de hábitos diurnos y movimientos lentos. Seguramente su extinción se debió al proceso de deforestación que los humanos empezaron a aplicar nada más llegar a la isla. Sus restos más modernos datan de hace entre 500 y 600 años.

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