Bosques gondwánicos (y III). En la tierra de la Larga Nube Blanca.

Querida hija: 

Terminamos aquí la pequeña serie que hemos dedicado a uno de los ecosistemas más interesantes de nuestro planeta: las selvas templadas del Hemisferio Sur, verdaderas reliquias prehistóricas, y recuerdos del antiguo supercontinente Gondwana. El primer capítulo lo dediqué a la Selva Valdiviana, en Chile. El segundo capítulo fue dedicado a los bosques gondwánicos australianos. Y termino hoy con los bosques gondwánicos de Nueva Zelanda o, como dicen más poéticamente los maoríes, sus habitantes originarios: Aotearoa, “la tierra de la larga nube blanca”. 

Bosque templado lluvioso en el Parque Nacional Fiordland, Nueva Zelanda

Los avatares de los bosques prehistóricos neocelandeses. 

En el Archipiélago de Nueva Zelanda, los bosques lluviosos templados se dan sobre todo en la Isla Norte, de clima más subtropical, y en algunas áreas restringidas de la Isla Sur, que es más fría, allá donde los vientos de Oeste descargan toda su humedad contra los formidables Alpes Australes, en determinados fiordos donde existe el microclima adecuado. 

Los bosques lluviosos templados ocupan el 23% de la superficie del archipiélago. Pero, como siempre, debemos hacer la distinción entre las selvas templadas propiamente dichas y los bosques subantárticos (dominados por la haya austral Nothofagus). En Nueva Zelanda, los bosques gondwánicos se diferencian de los homólogos de Chile y Australia debido a una mayor mezcla o proporción con coníferas, partiendo de una base de plantas de hoja ancha. Por eso, de las cinco clases de bosques templados neocelandeses, sólo podemos llamar propiamente gondwánicos a los bosques mixtos hoja ancha – coníferas (el 39% del total) y a los de hoja ancha (10% del total). 

Mapa de los bosques templados lluviosos en Nueva Zelanda

Nueva Zelanda experimentó un doble aislamiento. En primer lugar, respecto del propio supercontinente Gondwana, y en segundo lugar, del resto de tierras producto de la desintegración de dicho supercontinente, al tratarse de una separación directa en forma de archipiélago. Por si fuera poco, Nueva Zelanda experimentó una fuerte invasión marina en la transición entre el Oligoceno y el Mioceno, que dejó la superficie emergida en sólo 20.000 km2, extinguiéndose muchos géneros de plantas que hoy día viven en otras tierras, pero no en Nueva Zelanda. 

Por último, Nueva Zelanda experimentó una mayor presión de las Glaciaciones, merced a su situación más austral y oceánica que Australia. Por eso, el protagonismo de las coníferas en la estructura de sus bosques lluviosos templados es mayor que en otras tierras. En la Isla Norte estos bosques alcanzan la mayor variedad de especies, estructurándose en torno a coníferas como el kauri (Agathis australis), podocarpáceas y plantas de hoja ancha como Beilschmiedia o Dysoxylum. El sotobosque de helechos, y la presencia de los helechos arborescentes son también un rasgo distintivo de los bosques gondwánicos neocelandeses. 

La elevada humedad ambiental favorece el desarrollo de los bosques templados

Te presento aquí una brevísima selección de los principales géneros botánicos representados en estos bosques: 

Helechos: Cyathea, Dicksonia, Lygodium 
Araucarias: Agathis (kauri) 
Podocarpus: Dacrycarpus, Dacrydium (rimu), Halocarpus, Lepidothamnus, Podocarpus (totara), Prumnopitys (miro). 
Angiospermas: Fuscospora, Lophozonia, Laurelia, Weinmania, Quintinia 

Un ejemplo de estudio de este tipo de bosques en Nueva Zelanda se encuentra en el extremo Norte de la Isla Norte, en los Montes Maungataniwha, cerca de Kaitaia, a una latitud de 35º 10`S, con una precipitación media anual de 1.372 mm y una temperatura media de los tres meses más cálidos de 18,9ºC. Estos bosques son ecológicamente comparables a los bosques tropicales de las tierras bajas en cuanto a su estratificación, y florísticamente aúnan dos elementos: bosque tropical de tierras bajas + bosque tropical montano. 

Desgraciadamente, en Nueva Zelanda, los bosques gondwánicos han sido muy modificados por la mano humana así como por la introducción de fauna exótica. Voy a hablarte ahora de algunos ejemplos de fauna típica de estos bosques. 

Los bosques del kiwi 

Nueva Zelanda, debido a su aislamiento, ha sido una tierra sin mamíferos a excepción de dos especies de murciélagos de las que luego te hablaré. Por tanto, Aves, Reptiles e Insectos han ido ocupando los nichos ecológicos que los mamíferos explotaban en otras tierras. Por eso, la fauna autóctona neocelandesa es una de las más notables del mundo…al menos hasta la llegada del hombre blanco que, con su insufrible arrogancia, introdujo numerosos mamíferos para los que la fauna autóctona no estaba preparada. Las extinciones no se hicieron esperar, y muchas de las especies autóctonas que aún sobreviven en Nueva Zelanda, están tan amenazadas que se han habilitado islitas costeras libres de fauna invasora para poder refugiarlas en espera de tiempos mejores. Estas islitas se llaman “santuarios de fauna”. 

Kiwi (Apteryx) 

Este ave no voladora es el símbolo de Nueva Zelanda. Es un ave Apterygiforme de la familia Apterygidae, cuyo pariente más cercano es el extinto pájaro elefante (Aepyornis), de Madagascar. Inicialmente los kiwis eran considerados como una especie única, pero la mejora de los conocimientos nos han hecho ver que actualmente son cinco especies: 

Kiwi de la Isla Sur (Isla Stewart)

A.haasti: la mayor de todas ellas, con una altura de 45 cm y un peso de 3,3 kg 
A.owenii: extinguida en las islas principales debido a la fauna invasora, pero refugiada en la Isla Kapiti donde hay 1.350 ejemplares. Altura de 25 cm y 1,3 kg de peso. 
A. rowi: el kiwi de Okarito, el más amenazado del mundo, identificado como especie en 1994 
A. australis: el kiwi de la Isla Sur, con algunas subespecies definidas. 
A. mantelli: el kiwi de la Isla Norte, con una población estimada de 35.000 individuos. 

Distribución de las especies de kiwi

Es un ave que no tiene quilla en el esternón para la inserción de músculos de vuelo, que no tiene. El kiwi es un ave nocturna pero la presión de la fauna invasora (ratas, perros, gatos, armiños, etc.) está haciendo que cada vez sea más frecuente ver kiwis a la luz del día, y a adaptarse a lo que haya. Come invertebrados, semillas, fruta, pequeños cangrejos, anguilas y anfibios. 

Kokako (Callaeas cinerea) 

Es un notable paseriforme de la familia Callaeidae. Es una bonita ave gris con máscara negra y carúnculas azules. Tiene descritas dos subespecies: de la Isla Norte (C.c.wilsoni) y la nominal, de la Isla Sur. No es buen volador debido a sus alas cortas y redondeadas, y no puede planear más allá de cien metros de distancia. Más bien salta de rama en rama y planea. Se ha dicho que ocupa el nicho ecológico de la ardilla voladora. 

Kokako

Otras aves muy representativas de los bosques templados neocelandeses son: el abanico maorí (Rhipidura fuliginosa), el tui (Prosthemadera novaeseelandiae), un Melifágido que se alimenta del néctar de flores, fruta e insectos, siendo además el principal polinizador de plantas autóctonas como el lino de Nueva Zelanda, el kakabeak o el kowhai. Uno de los paseriformes más bonitos que estos bosques pueden ofrecernos es el mohoua cabeciblanco (Mohoua albicilla), con un precioso color entre gris pálido y blanco, que desempeña el papel de insectívoro arbóreo. 

Abanico maorí


Mohoua

Paloma maorí (Hemiphaga novaeseelandiae) 

Llamada kereru por los maoríes, es una paloma grande (650 – 800 g), extendida por todo el archipiélago y que ocupa una gran variedad de hábitats, si bien es un típico habitante de los bosques templados. Tiene 51 cm de longitud y es un ave frugívora y excelente dispersora de semillas. 

Paloma maorí

Precisamente los dos murciélagos, únicos mamíferos autóctonos del archipiélago, son típicos habitantes del bosque: el murciélago de cola larga (Chalinolobus tuberculatus) tiene dos poblaciones, en Isla Norte e Isla Sur, estando ésta última en peligro crítico. Por su parte, el murciélago de cola corta (Mystacina tuberculata) es uno de los murciélagos más terrestres, y se alimenta en el suelo del bosque más que cualquier otro murciélago. Vive en ambas islas, omnívoro y oportunista. 

Murciélago de cola corta

Estos bosques neocelandeses albergan a dos ranas muy primitivas, del Órden Arqueobatracios: la rana de Hochstetter (Leiopelma hochstetteri), en la Isla Norte, y la rana de Archey (L. archeyi), también endémica de la isla Norte, pero de distribución mucho más restringida y en grave peligro de extinción. 

Y para terminar con esta pequeña selección de fauna…los bosques prehistóricos suelen albergar criaturas extraordinarias, como los gigantescos y carnívoros caracoles Kauri. Estos moluscos de la familia Rhytididae son caracoles terrestres en dos especies: Paryphanta busbyi y P. wattii. Son muy escasos y restringidos, especialmente P.wattii, de la Isla Norte. Son caracoles grandes: diámetro entre 60 y 79 mm, y altura de concha entre 33 y 44 mm. Tienen color oscuro, y la concha opaca y brillante. Viven en la hojarasca donde depredan sobre lombrices, insectos, larvas de insectos y otros caracoles, incluído el canibalismo.

Caracol kauri

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