Viento y arena. La fauna del Desierto del Sahara

Querida hija:

Pensar en el Sahara es imaginar interminables mares de arena sólo recorridos por los "hombres azules", los tuareg, montados en sus dromedarios. Una vez más, nuestras imágenes mentales son limitadas y el Sahara, el mayor desierto del mundo, es un microcosmos en el que cabe incluso la nieve. ¿Qué animales viven en él? ¿cuál es la fauna que puede sobrevivir en un ambiente tan hostil?. En la crónica de hoy vas a navegar conmigo en un océano en el que el remo nunca se sumerge y a conocer una fauna sorprendente.

Gorrión del desierto. Merzouga, Marruecos. Foto: Francesco Veronesi

Introducción: el desierto de los desiertos

Nuestra palabra "Sahara" proviene del árabe y significa sencillamente "desierto". Se trata del mayor desierto cálido de nuestro planeta con una extensión de 9.400.000 km2, una extensión comparable a todo el territorio de los EEUU o China. Ocupa prácticamente todo el tercio norte del continente africano. Sus límites norte y sur son climáticos: al norte la franja de clima mediterráneo del Magreb, al Norte del Atlas aunque en Libia y Egipto no hay ningún límite geográfico que refuerce este límite climático, y al Sur la franja del Sahel, de sabana tropical seca entre los 15 y los 18 º de latitud Norte, y que constituye una zona de transición hacia las sabanas húmedas del Sur.

Mapa de localización del desierto del Sahara

Al este y al oeste sus límites son geográficos: el Océano Atlántico al Oeste y el Mar Rojo al Este, que lo separa de su prolongación natural, los desiertos arábigos.

El Sahara es un desierto subtropical, esto es, forma parte del cinturón de desiertos que rodean las regiones subtropicales de nuestro planeta en ambos hemisferios. Se forma debido a la alta presión que provocan las masas de aire que "caen" de la troposfera a estas latitudes. Previamente, estas masas de aire ascendieron desde el Ecuador debido a la insolación, derivando hacia el Norte en una célula convectiva. Al enfriarse en las capas altas de la atmósfera, caen luego formando esta alta presión subtropical. Esto provoca una gran estabilidad impidiendo formación de nubes que traen la lluvia, y permitiendo una gran insolación. He aquí la razón del desierto del Sahara, donde las temperaturas oscilan entre máximos de 50ºC y mínimas por debajo de cero debido a que la sequedad del aire impide que las temperaturas se amortigüen entre el día y la noche.

Células conectivas atmosféricas que explican la formación de desiertos subtropicales

Ahora bien, hay que matizar un poco el tema de las lluvias. El Sahara se puede dividir en tres grandes ecorregiones (que, a su vez, se subdividen en otras): en el borde Norte, junto al Magreb y el Mediterráneo, tenemos un área esteparia seca en la que se hace sentir el régimen de precipitaciones mediterráneo con máximos en invierno y en primavera (si bien, atenuadas y con mayor irregularidad). En el centro, el "núcleo duro" híper-árido del Sahara donde las precipitaciones son muy esporádicas y débiles, y concentradas sobre todo (cuando se producen) en las grandes áreas montañosas interiores como los Macizos de Ahaggar, Tibesti y Air, con cumbres que superan los 3.000 metros. Y al sur, lindando con el Sahel, otra área esteparia seca sometida al régimen pluvial tropical: una estación lluviosa en verano y otra seca en invierno.

Oasis de Seba, Libia. Foto: Akram ben Shaban

En general, la aridez del Sahara aumenta de oeste a este, siendo dos las regiones más hiper-áridas: el Téneré entre Niger y Chad, y el área desértica situada entre Libia, Egipto y Sudán.

El interior del Sahara está lejos de ser un mar de arena. Por supuesto, existen esos mares de dunas que todos asociamos a los desiertos: estas formaciones se llaman ergs, como por ejemplo el Gran Erg Oriental, situado entre Argelia y Túnez, pero también existen interminables llanuras pedregosas llamadas hamadas, como por ejemplo la Hamada el-Hamra, en Libia. Ya te he hablado de los macizos montañosos del interior del Sahara, cuya geología es fundamental para la retención de agua proveniente de precipitaciones o de acuíferos, y también tenemos estepas de matorrales. El Sahara es un microcosmos de paisajes, dentro de un denominador común de aridez, en el que es posible la vida. ¿Cómo?

La zoogeografía del Sahara: origen y naturaleza de su fauna.

Actualmente el Sahara está atravesando una fase híper-árida pero no siempre fue así. El Sahara está establecido desde hace unos tres millones de años, y se sabe que durante el Pleistoceno y lo que llevamos de Holoceno ha atravesado fases húmedas (pluviales) y fases áridas (interpluviales). Esto es así debido a factores astronómicos como los ciclos de Milankovitch de variaciones de la órbita terrestre y ciclos de 41.000 años en la inclinación del eje terrestre, que inducen cambios en el clima, modulados a su vez por factores como la deriva continental.

Izquierda: situación de la Convergencia Intertropical en el último periodo del Sahara húmedo. Derecha: en la actualidad

Sea como fuere, la última vez que el Sahara gozó de un periodo húmedo comienza hace unos 18.000 años, cuando en Europa estaba el Último Máximo Glacial y el Sáhara era tan árido como lo era hoy. El progresivo calentamiento del clima y la retirada de los glaciares en Europa indujeron una reorganización del Frente Polar, que se retiró hacia el Norte y fue seguido por la Zona de Convergencia Intertropical, responsable de las lluvias estacionales en los Trópicos, hasta la zona ocupada por el Sahara hoy. Así, el hoy desierto se convirtió en una sabana tropical muy parecida a lo que hoy podemos ver en África oriental.

Este periodo húmedo empezó aproximadamente hace unos 8.000 años y está atestiguado por las maravillosas pinturas rupestres que los humanos de la región dejaron entonces: jirafas, elefantes y ganado de todo tipo se representaron en las rocas, proporcionándonos una cápsula del tiempo sobre lo que sucedió entonces. Surgieron enormes lagos de los que hoy el Lago Chad no es más que una menguante sombra de lo que fue. Otro recuerdo de aquél tiempo es la supervivencia de los cocodrilos del desierto, en Chad y Mauritania, de los que ya te hablé hace tiempo. De hecho, muchos de los oasis saharianos se alimentan de acuíferos que se recargaron durante aquél periodo húmedo, que tocó a su fin hace entre 4.200 y 3.500 años cuando se establece el actual régimen de precipitaciones.

Jirafa representada en Tadrart Acacus, Libia.

Esta fluctuación entre periodos húmedos y áridos ha sido uno de los factores más importantes que han influido en el origen de la fauna sahariana. Desde el punto de vista zoogeográfico, el Sahara es una zona que es, a la vez, límite y transición entre el Paleártico, al Norte (el Magreb es Paleártico) y el Afrotropical, al Sur (el Sahel ya es afrotropical). Por tanto, su fauna es una mezcla de ambos orígenes.

Los grandes mamíferos son, en su mayoría, de origen afrotropical, y es una fauna que lleva aquí desde el Pleistoceno. Si bien las especies pueden haber cambiado, los géneros son los mismos. Por ejemplo, la primera mitad del Pleistoceno (Pleistoceno inferior) ha dejado en Ain Brimba, Túnez, fósiles que atestiguan especies pertenecientes a géneros que aún siguen en el Sahara en su mayoría: Gazella (dorcas), Ctenodactylus (gundi), Lepus (kabilicus), Oryctolagus (cuniculus), Canis (aureus), Elephantulus (rozeti), Hystrix (cristata), Struthio (camelus), Acinonyx (jubatus), Ammotragus (lervia).

El gundi lleva en el Sahara desde el Pleistoceno. Foto: Elias Neideck

Esta fauna afrotropical se extendería por el Sahara en los periodos secos, y prospera sobre todo en los bordes esteparios, que siempre sirvieron de refugio desde donde recolonizaban el resto del Sahara durante los periodos húmedos. Durante éstos, había también hipopótamos, elefantes, jirafas, leones, etc...

Los pequeños mamíferos, sin embargo, si bien muestran ambos orígenes, son en su mayor parte de origen Paleártico. Estos penetrarían desde la Península Ibérica o desde Oriente Medio durante los periodos húmedos, y son de origen asiático por ejemplo los roedores saltadores tan adaptados al desierto con su forma de avanzar a saltos con sus patas traseras muy desarrolladas, de los géneros: Dipodillus, Gerbillus,  Jaculus, Allactaga, Meriones, etc.

Los pequeños carnívoros muestran un mayoritario origen cosmopolita: Herpestes, Canis, Felis, Vulpes, Genetta , o paleártico como Fennecus, mientras que serían de origen afrotropical Ictonyx o Poecilictis.

Las Aves son en su abrumadora mayoría de origen Paleártico (el 80%), y tanto Reptiles como Anfibios muestran orígenes mixtos, mientras que los Artrópodos son de origen mayoritariamente paleártico mediterráneo.

El jerbo campestre (Dipodillus campestris) es una de las varias especies de jerbos saharianos

En fin, ¿de qué vive toda esta fauna?. Ya te he explicado en ocasiones anteriores que en un desierto no tiene por qué no haber vida si hay agua. Y en el Sahara hay agua, aunque sea de una forma esporádica, escasa e insuficiente. Pero la hay. La topografía y la geología de según qué zonas permite el almacenamiento del agua de las escasas precipitaciones que van cayendo. Y donde hay agua almacenada, hay plantas que pueden alcanzar ese agua. Y donde hay plantas, hay consumidores secundarios que se alimentan de ellas. Y depredadores que se comen a los consumidores secundarios. Y descomponedores. Voy a hablarte ahora de esa fauna.

Los grandes mamíferos: pálidos reflejos de un antiguo esplendor

En efecto, en el último periodo húmedo (hace entre 8.000 y 3.500 años) la fauna del Sahara bullía de megafauna africana como la que hoy puedes ver en Kenia o en Sudáfrica. ¿Adónde se fueron? ¿quiénes continúan allí?

Ya te puedo adelantar que la mayoría de esta megafauna sahariana ha sido exterminada por mano humana. La caza descontrolada, qué novedad, ha sido la responsable. Y se cree que a mediados del siglo XIX ya habían sido exterminados la mayoría de estas emblemáticas especies. 

Como ejemplos, tenemos el elefante africano (Loxodonta africana), desde antiguo bien distribuido en todo el reborde estepario del Sahara, y exterminado probablemente ya en tiempos antiguos por la captura de ejemplares para los ejércitos y circos de Roma y Cartago. Actualmente los últimos elefantes del desierto se encuentran en Gourma, muy cerca de Tombuctú, en Mali, donde forman una población de unos 350 ejemplares, los más norteños de su especie. O el león (Panthera leo), que estuvo ampliamente distribuido por todo el Sahara, pero la inmisericorde caza por parte de los humanos lo exterminó: los últimos sobrevivieron en dos lugares, el Macizo del Air, en Niger, donde a comienzos del siglo XX fue exterminado por los tuareg, y en las regiones chadianas de Erdi Dij y Mourdi, donde los últimos leones saharianos fueron abatidos en 1940.

Los últimos elefantes del desierto se encuentran en Gourma, Mali. Foto: Jake Wall/NY Times

Actualmente los mayores ungulados silvestres saharianos son los antílopes saharianos, tres gacelas, un órix y el addax:

- Gacela dama (Nanger dama): clasificada como En Peligro Crítico, hay menos de 500 entre Mali, Niger y Chad, y ha sido reintroducida en Senegal y Túnez. En España se cría en cautividad para dichas reintroducciones.

- Gacela dorcas (Gazella dorcas): ampliamente distribuida por todo el desierto, desde el Sahara Occidental hasta Egipto. Es la gacela sahariana más abundante.

- Gacela blanca (G. leptoceros):  clasificada como En Peligro, al haber menos de 2.500 en total, dispersas por Argelia, Chad, Egipto, Libia y Sudán.

- Órix blanco (Oryx dammah): magnífico animal de color blanco y cuernos curvados en forma de cimitarra, fue exterminado en 2000 en estado salvaje, pero afortunadamente existían poblaciones en cautividad en Túnez, Marruecos y EEUU, a partir de las cuales se llevó a cabo un programa de reintroducción en 2016 y 2017 en la Reserva Uadi Rimé, en Chad.

- Adax (Addax nasomaculatus): precioso antílope de cuernos en espiral, que también fue cazado brutalmente hasta llevarlo al borde de exterminio: actualmente sólo existe una población, en la Reserva Termit, en Niger, aunque parece ser que se han avistado ejemplares en el Macizo del Air y en Equey (Chad). También se encuentran en semi-cautividad en Yotvata (Israel).

Los antílopes sahelo-saharianos. Infografía: Alex Mascarell / Zoo de Barcelona

Hoy día, sin leones, los únicos depredadores de estos antílopes son el guepardo sahariano (Acinonyx jubatus hecki), subespecie otrora ampliamente extendida por el Sahara, y que hoy sólo se encuentra en el área sahariana en el Ahaggar argelino, extremadamente escaso y amenazado, y en algunos puntos de Níger, y ya fuera del Sahara, en una pequeña área entre Burkina Faso, Togo y Benin, que ya es Sahel. El otro gran felino que también mora en el Sahara es el caracal (Caracal caracal), pero se encuentra en los rebordes del desierto sin llegar a penetrar en el interior.

Guepardos saharianos. Pendjari, Benin. Foto: C. Pavey

Los mesocarnívoros y pequeños mamíferos

Los pequeños carnívoros son más afortunados y abundantes en el Sahara. Entre los Cánidos se encuentra el que posiblemente es el cánido más pequeño del mundo: el fenec (Fennecus zerda), con sus clásicas enormes orejas que le ayudan a disipar el exceso de calor corporal, el zorro de Rüppell (Vulpes rueppelli), de amplia distribución sahariana y en Oriente Medio, y el zorro pálido (V. pallida), uno de los cánidos menos estudiados del mundo, que vive más hacia el Sahel. También de amplia distribución sahariana es el lobo dorado africano (Canis lupaster). Como recordarás cuando te hablé de él en una crónica a comienzos del Blog, sigue siendo una incógnita la existencia de un auténtico lobo africano (¿Canis lupus lupaster?)

Zorro de Rüppell. Desierto Blanco, Egipto. Foto: Helmut Boehm

Entre los pequeños felinos, el Sahara es sin duda el feudo del gato de las arenas (Felis margarita), uno de los felinos más pequeños confirmando la Regla de Bergmann que dice que los climas cálidos favorecen el tamaño más pequeño de un tipo de especie con respecto de sus semejantes de latitudes frías. En el Sahara, donde se encuentra la subespecie nominal, ocupa un zigzag entre el Sahara Occidental, Argelia, Niger y Chad.

Gato de las arenas

Un mustélido cierra este elenco de pequeños carnívoros: la zorrilla líbica (Ictonyx libyca), que ocupa todo el reborde sahariano y también tiene algunas poblaciones dispersas en el interior del desierto.

Zorrilla líbica. Foto: Wolfgang Dreier

Los Roedores son relativamente abundantes aquí. Ya te he hablado de los distintos géneros de jerbos (roedores saltadores) que viven en el Sahara. Puedo destacarte además la ardilla terrestre de bandas (Xerus erythropus), representante de un género bien representado en toda África, o el ratón de Verheyen (Mastomys kollmannspergeri), representante también de un género endémico de África.

Ardilla terrestre de bandas. Bango, Senegal. Foto: Philippe Boissel

Las Aves saharianas

En el Sahara predominan las aves que llamaríamos aquí "esteparias", esto es, que aunque vuelan sin mayor problema, desenvuelven su vida normalmente sobre el suelo. En ese sentido, la "reina" de las aves sahariana es sin duda la avutarda hubara (Chlamydotis undulata), que tiene una subespecie endémica de Lanzarote y Fuerteventura, y que en el Sahara vive en todo el arco estepario norteño desde el Sahara occidental y Mauritania hasta Egipto. Otra ave sahariana que durante los últimos tiempos se está viendo también por España es el corredor sahariano (Cursorius cursor), que además de la franja saheliana y la costa mediterránea, en el Sahara propiamente se ve en el Sahara occidental y en Argelia.

Corredor sahariano. Foto: Ricardo Rodríguez

Otras aves saharianas que te destaco aquí son: el gorrión del desierto (Passer simplex), perfectamente adaptado a la vida sobre las arenas, con dos subespecies descritas y de las cuales la subespecie nominal es la más "sahariana", siendo la otra más norteña y magrebí, la collalba negra de Brehm (Oenanthe leucopyga), preciosa ave de negro riguroso excepto por el pigostilo y la parte superior de la cabeza, blancas. Es ave insectívora, que anida en las grietas de rocas y muros. En un desierto como el Sahara no podía faltar un aláudido, la familia por excelencia de los paseriformes esteparios, y en este caso es la terrera colinegra (Ammomanes cinctura), cuya subespecie A. c. arenicolor es la que se encuentra en el Sahara.

Collalba negra de Brehm. Foto: Mark Zekhuis

Los reptiles saharianos

De entre todos los vertebrados, sin duda son los reptiles los mejor adaptados para la vida en el desierto. El Sahara no es ninguna excepción, y te traeré aquí algunos ejemplos. Se encuentran aquí varias especies de lagartijas del género Acanthodactylus, y también el bonito género Agama (las "iguanas" del Viejo Mundo) están representados por ejemplo el agama de Bibron (Agama impalearis), distribuido en el cuadrante noroccidental del desierto, donde ocupa áreas rocosas y se alimenta tanto de artrópodos como de materia vegetal, mostrando una vez más la flexibilidad de las especies del desierto, que no pueden especializarse demasiado.

Agama de Bibron. Foto: Arie van der Meijden

Especialmente interesantes son los gecos del género Stenodactylus, habitantes de las regiones áridas e hiper-áridas del Norte de África y los desiertos arábigos. En el Sahara se encuentran cuatro especies que se distribuyen por el reborde norte: desde el Sahara occidental /Mauritania hasta Egipto, pero dos de ellas, además, cuentan con poblaciones aisladas por completo en el interior del Sahara, en el Macizo de Ahaggar, lo que nos muestra la importancia de estos macizos montañosos del interior en la conservación de especies relictas merced a las más favorables condiciones de temperatura y humedad que se consiguen aquí debido a la altitud. Se ha encontrado que los Stenodactylus viven frecuentemente en simpatría, esto es, dos o más especies viven en la misma localidad pero muestran una segregación espacial para minimizar la competencia entre ellas usando diferentes tipos de suelo.

Víbora cornuda

Entre las serpientes, voy a destacarte dos: la legendaria cobra egipcia o áspid de Cleopatra (Naja haje), que vive en varias poblaciones a lo largo del reborde sahariano, y que era usada como símbolo del Faraón en el antiguo Egipto, y la víbora cornuda (Cerastes cerastes), inconfundible por los dos pequeños "cuernos", en realidad protuberancias, que tiene sobre cada ojo y que en el Sahara se encuentra en Libia, Egipto y Sudán.

Amenazas para la fauna sahariana

Ya has visto que hasta en un desierto tan duro, los humanos se adentran para cazar animales. La gran mayoría de la megafauna sahariana ha sido exterminada así, o está a punto de serlo. ¿Qué está pasando?. Desde el año 2011, los conflictos bélicos y sociales en el Sahara han aumentado en más de un 500%: el establecimiento de grupos terroristas como Al Qaeda del Magreb, Boko Haram en el Sahel y el movimiento de liberación de los tuareg en Mali, junto con la apertura de varias rutas para el tráfico de seres humanos hacia el Mediterráneo han supuesto un aumento de la presencia humana en lugares del Sahara donde antes casi no se osaba ni entrar.

Mapa de los conflictos actualmente existentes en el Sahel. Mapa: Abel Gil Lobo para El Orden Mundial

Todos estos grupos necesitan comer. Los guerrilleros matan antílopes y lo que se ponga por delante para comer, sencillamente. Pero también el lucrativo comercio internacional de especies proporciona oportunidades para financiarse, y todo ello confluye en el grave peligro que sufren los últimos antílopes saharianos. Y, al desaparecer éstos, terminará por desaparecer el guepardo, su principal depredador, hoy ya extremadamente escaso.

A todo ello, la presión ganadera desde el Sur, desde el Sahel, donde la superpoblación y el calentamiento global agravan las cíclicas sequías que padece esa infortunada región, también constituyen un peligro para los ungulados silvestres en cuanto a la competencia por los raquíticos pastos que salen tras las irregulares lluvias, con el peligro de contagio de enfermedades desde y hacia el ganado doméstico.

MÚSICA RECOMENDADA: Maurice Jarre - El león del desierto.


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