La noche de los gigantes (y VI). La Megafauna africana y la extinción de la Megafauna

Querida hija: 

Durante cinco capítulos te he hablado de la Megafauna mundial, uno de los capítulos más interesantes de la Historia de la Vida. Es un capítulo con una importante carga sentimental para los humanos, ya que fuimos contemporáneos de dicha Megafauna. Los humanos la representaron ampliamente en las cuevas, en las emocionantes pinturas rupestres del Paleolítico. Convivimos con aquellos gigantes: los mamuts, los mastodontes, los rinocerontes lanudos, los leones de las cavernas, los perezosos gigantes, los armadillos gigantes…y se fueron con el viento, dejando tras de ellos, como único recuerdo, sus fósiles y las pinturas rupestres que dejaron nuestros antepasados. 

El último mamut. Adiós a una leyenda.

La extinción de la Megafauna pleistocena se produjo casi simultáneamente en todo el mundo en un periodo hace entre 12.000 y 8.000 años. Fue un proceso rápido, una vez retirados los hielos del Hemisferio Norte, y eso es lo que la hace tan intrigante. De modo que ha llegado el momento de responder a la pregunta que te habrás hecho desde el primer capítulo: ¿por qué se extinguió la Megafauna? 

Precisamente por haber sido un proceso tan reciente, y haber dejado tantas huellas, ha sido muy estudiado, desde todos los puntos de vista: paleontológico, biológico, ecológico, climático, antropológico, geológico…y, afortunadamente, tenemos a nuestra disposición muchos datos para reflexionar. Lo curioso es que, a pesar de tener tantos datos (y nuevos datos que surgen cada año), los especialistas aún no han alcanzado un consenso sobre las causas últimas de esta extinción extraordinaria. Lo que haré aquí es exponerte los datos disponibles que me parecen más significativos, y luego reflexionaremos sobre ellos, tratando de extraer una conclusión plausible. 

Leones representados por los humanos en la Cueva de Chauvet, Francia

El Evento de Extinción del Pleistoceno/Holoceno 
Esta extinción masiva de la Megafauna ha sido denominada por los paleontólogos anglosajones el evento LQE: Late Quaternary Extinction, la “extinción del Cuaternario Final”. Es considerado como la Quinta Extinción Masiva, desde el comienzo de la aventura de la vida en nuestro planeta. Estos mismos paleontólogos definen como “Megafauna” el conjunto de animales que pesan más de 100 libras (44 kilos). El evento LQE fue un evento exclusivamente terrestre, y afectó a la mitad de los 167 géneros que superaban ese peso. Y este proceso sucedió casi simultáneamente hace unos 10.000 años (aproximadamente). 

El evento LQE afectó invariablemente a los animales de mayor tamaño

Norteamérica, por ejemplo, perdió 34 géneros de megafauna y 3 géneros de micro y mesofauna. Eliminando 11 géneros comunes con otros continentes, Sudamérica perdió 74 géneros autóctonos pertenecientes a tres órdenes: Litopternos, Notoungulados y Proboscídeos. Se trató de una auténtica catástrofe biológica. Pero esta cronología hay que precisarla un poco. El evento LQE no afectó únicamente a la Megafauna. También afectó a la interesante fauna insular del Mediterráneo y el Caribe (meso y microfauna). 20.000 años antes del pico del LQE, Australia perdió todos menos 1 de sus 16 géneros de Megafauna. Y, 8.000 años después de ese momento, Madagascar perdió la mitad de sus 41 géneros de lémures (entre ellos, todas sus formas gigantes y grandes). 

Por tanto, debes quedarte con tres datos fundamentales de la Extinción del Pleistoceno/Holoceno: se produjo en un intervalo breve de tiempo, de unos 4.000 años, al retirarse los hielos, afectó a fauna exclusivamente terrestre y, por último, afectó a los animales de mayor tamaño, los mayores de 44 kilos de peso. 

Teorías barajadas. Discusión. 
Antes de presentarte las principales teorías que se aceptan actualmente para explicar este evento LQE, me gustaría hablarte sobre el concepto de extinción natural. Es un concepto mal comprendido por los especialistas, por la sencilla razón de que no hemos presenciado este proceso en nuestra actual fase de conocimiento científico. Desde el mismo comienzo de la Vida en nuestro planeta, las especies animales han aparecido, han vivido y han desaparecido de forma natural. 

Aunque, como te he dicho, la extinción natural es un proceso que aún nos queda mucho para entender, sí podemos darnos cuenta de una serie de hechos muy sencillos. La existencia de una especie animal depende de una serie de relaciones. Existe una relación con su medio ambiente (clima, geografía, vegetación…), al cual se adapta, o no, para existir. Existe una relación depredador/presa que tiende a estar en equilibrio: un depredador no esquilma su presa para no perecer de hambre y, por su parte, una presa desarrolla estrategias de comportamiento, defensa y reproducción, para que los depredadores no puedan exterminarla. En tercer lugar, existe una relación con sus especies competidoras, que pueden ser individuos de su propia especie o de especies diferentes. Una especie existe si estas tres relaciones están en equilibrio. Una especie deja de existir si una, dos o las tres relaciones entran en desequilibrio. El reto para los especialistas es determinar, ante la extinción de una o más especies, qué factores han cambiado para provocar esos desequilibrios y cómo han afectado a la especie o especies que se han extinguido. 

Las extinciones naturales forman parte del Ciclo de la Vida

Pero me gustaría que te quedaras con la siguiente idea-fuerza: una especie no se extingue porque sí, o por arte de magia o meteoritos caídos del cielo. Se extingue porque algo ha cambiado en sus relaciones con el ambiente, los depredadores/presas o sus competidores. Si no somos capaces de descubrir qué cambios han sido estos, reconozcamos que somos unos ineptos y sigamos estudiando y reflexionando sobre los datos disponibles. Ahora, vamos con esas teorías. 

Teoría del Cambio Climático 
Nada más natural que suponer que, en una época glacial, la fauna adaptada al frío y al hielo se extinguiría al terminar la época y calentarse de nuevo el clima del planeta. Básicamente en eso consiste la teoría del cambio climático, pero hay que precisarla y ampliarla. Estos son los principales cambios ambientales que se produjeron en el preciso momento del LQE

El Último Máximo Glaciar en el Hemisferio Norte se produjo hace entre 20.000 y 18.000 años. Cierto es que en los continentes del Hemisferio Sur no hubo glaciaciones propiamente dichas, pero sería un error considerar que la Glaciación no les afectó en ningún modo. Más adelante vamos a ver cómo les afectó este Máximo Glaciar. Posteriormente, la temperatura del Planeta experimentó un progresivo aumento que se tradujo en la retirada de los hielos glaciares. Pero, abruptamente, se produjo un súbito episodio de enfriamiento agudo, muy pronunciado, significativo y muy breve, hace entre 12.900 y 11.500 años, que se conoce como el Dryas reciente. Finalmente, se produce un rebote de temperatura, esta vez más cálida, un calentamiento importante que define el final oficial del Pleistoceno y el comienzo del Holoceno, que es el periodo geológico en el que estamos viviendo actualmente, y que se caracteriza por un aumento general de las temperaturas. 

La desaparición o retracción de ecosistemas como la estepa patagónica, causaron la extinción de la Megafauna

Aún no sabemos si el Holoceno es un periodo interglaciar que conducirá hacia otra glaciación futura, o si se ha terminado el ciclo de Glaciaciones que empezó a finales del Plioceno y comienzos del Pleistoceno. Vuelvo a recordarte que, durante todo el Pleistoceno, el clima osciló entre los tremendos enfriamientos de las Edades del Hielo, y los calentamientos muy importantes en los periodos interglaciares. Y, dentro de los propios periodos glaciares e interglaciares, aparecían continuos rebotes fríos y cálidos, conocidos como “interestadiales”. 

El principal inconveniente de esta teoría es que, por ejemplo, la Megafauna de Nueva Zelanda y Madagascar superaron ampliamente estos cambios climáticos, llegando hasta edades históricas. Por otro lado, en cuanto a la Megafauna australiana, las extinciones empezaron mucho antes de este catastrófico final, si bien también estuvieron expuestas a los cambios climáticos pleistocénicos. 

La teoría de la responsabilidad humana 
Hacia el Pleistoceno final, se produce otro hecho clave para la historia de nuestro planeta: los humanos modernos Homo sapiens abandonan su cuna africana hace unos 100.000 años, extendiéndose por el mundo: hace 80.000 años por el Asia Meridional, hace 60.000 años por Australia, hace 40.000 años, por Europa. Posteriormente, hace 30.000 – 20.000 años, por Asia septentrional y hace entre 20.000 y 11.000 años, cruzan el Estrecho de Bering y pueblan América. Finalmente, hace entre 2.000 y 1.000 años, los humanos pueblan Madagascar, Nueva Zelanda y las Islas del Pacífico. 

Los humanos eran capaces de depredar sobre los grandes mamíferos.

La teoría de la responsabilidad humana en la extinción de la Megafauna es la teoría que más en boga se encuentra en estos momentos. Supone que fue la caza por parte del ser humano la que exterminó a la Megafauna mundial. Se basa, sobre todo, en la curiosa coincidencia de las extinciones con la llegada de los humanos a cada continente. 

A mí esta teoría no me convence en absoluto. Está demostrado que el ser humano ha depredado sobre la Megafauna, porque en multitud de sitios paleontológicos se han encontrado evidencias de ello. Pero de ahí a suponer que esta presión cinegética causó la extinción de la megafauna media un abismo. Si te fijas en el comportamiento de los actuales pueblos cazadores-recolectores, no contaminados aún por la forma de vida occidental, verás que estos pueblos sólo cazan lo que necesitan, y cuando lo necesitan. Han alcanzado una forma de vida sostenible, en armonía con la naturaleza. Hay excepciones: los pueblos mandan de Norteamérica mataban todos los bisontes de una manada, no sólo los que necesitaban. Según sus creencias, si dejaban “supervivientes”, irían a avisar a los demás bisontes. Existen otros ejemplos de sobreexplotación, pero son completamente excepcionales. 

El gigantismo de la Megafauna fue un inconveniente para su readaptación a nuevos climas y ambientes

Yo estoy convencido que los cazadores del Pleistoceno tenían este mismo comportamiento sostenible. ¿Sabes qué tiene que pasar para que el ser humano extermine a una especie animal? Desgraciadamente lo estamos viendo en nuestros días. Hay que cazar a esa especie (o destruir absolutamente su hábitat) durante cada año sin parar, y simultáneamente en toda su área de distribución. ¿Tú crees que nuestros antepasados paleolíticos cazaban así a los mastodontes, los caballos o los perezosos gigantes?. Yo pienso que ni tenían la densidad de población, ni la tecnología ni la voluntad para hacerlo. 

Entonces, ¿cuál es la verdad?. Si recuerdas las cosas que te he explicado sobre la megafauna de cada continente, verás que la historia zoológica de cada parte de nuestro planeta es completamente diferente entre sí, con muchos factores que han influido en que, por ejemplo, hubiera en Australia canguros gigantes y en Europa leones de las cavernas, y no al revés. Lo que yo pienso es que no se puede achacar la extinción de la Megafauna mundial a la misma causa para todas las megafaunas. Es decir, ni el cambio climático exterminó a toda la megafauna ni fueron los humanos los que lo hicieron. 

Tenemos que estudiar por separado cada región del mundo para deducir cuál fue la causa de la extinción de su megafauna local. Y vamos a empezar por el caso más intrigante de todos. La única megafauna que no se ha extinguido: África. 

Memorias de África. Los avatares de la megafauna más extraordinaria. 
¿Sorprendida? África alberga la fauna más extraordinaria del planeta. Y es tan extraordinaria porque es la única Megafauna que no se ha extinguido. Allí podemos encontrar los mayores animales terrestres que existen: los elefantes, los rinocerontes, los hipopótamos, las jirafas, los búfalos cafres, gorilas de montaña y de llanura…acompañados por megacarnívoros como los leones, y una plétora de mesofauna: antílopes de una variedad extraordinaria, leopardos, hienas, cánidos salvajes, monos, varanos… 

La Megafauna africana es la única que no se ha extinguido

Como bien sabes, yo soy muy crítico con los documentales de fauna africana que se emiten en televisión. Siendo como es la más fantástica fauna mundial, se contentan con mostrarnos aspectos absolutamente banales de esta fauna increíble. Cuando uno ve esos documentales, sale igual que entró: haciéndose la pregunta ¿Por qué la fauna africana es como es? ¿por qué esa megafauna no se ha extinguido? 

La teoría de la responsabilidad humana tiene una “explicación” para ello: al ser África la cuna de la Humanidad, la fauna africana habría co-evolucionado con los humanos, aprendiendo los comportamientos necesarios para eludir la caza o dificultarla. En los demás continentes, por el contrario, la fauna, que nunca convivió con los humanos, sería “ingenua”, y presa fácil para los malvados humanos. Hay un hecho que refuerza esta visión: la fauna del Sur de Asia comparte el mismo destino que la africana. Sobrevive la megafauna de Asia Tropical, con elefantes, rinocerontes, bóvidos gigantes como el gaur Bos gaurus, etc. Los Homínidos se desplazaron a Asia Meridional muy temprano en el Pleistoceno, y allí se habría dado también esa co-evolución. 

Pero, del mismo modo que no creo que el ser humano exterminó la Megafauna mundial, tampoco creo que preservara la Megafauna afro-asiática. Para conocer la verdad, te voy a contar lo que no te cuentan (ni te contarán) los documentales de la tele. La Historia de la Fauna Africana. 

África no fue nunca un continente completamente aislado. A la fauna autóctona africana se añadieron frecuentes intercambios con la cercana Laurasia, con la que compartía una gran cercanía y un amplio puente terrestre a través de la actual Arabia. Durante el Terciario, África estaba cubierta por un enorme bosque tropical. Con el progresivo enfriamiento de la temperatura del planeta, en el Mioceno/Plioceno empiezan a aparecer las extensiones herbáceas que, a su vez, originarían a la enorme variedad de herbívoros que habrían de explotar este nuevo ecosistema. 

En efecto, hija mía: la fauna africana es una fauna miocena

Contemplar la fauna de las sabanas kenianas, tanzanas, sudafricanas, namibias, etc…es realizar un viaje en el tiempo y contemplar la fauna tal como era en el Mioceno/Plioceno a nivel planetario. Pero, a comienzos del Pleistoceno hace 1,8 millones de años, esos ecosistemas abiertos con pastizales y sabanas se expanden de forma importante. Aumenta la aridez en todo el continente, las temperaturas caen y las oscilaciones térmicas se hacen más violentas. Pero, y aquí está la clave, a pesar de los cambios climáticos y la alternancia de periodos áridos y secos con otros húmedos y lluviosos, ni el bosque tropical desapareció ni las sabanas desaparecieron. Conforme la aridez aumentaba, las especies de bosque se refugiaban en los bosques relícticos, y animales esteparios invadieron África desde Asia. Cuando los bosques se expandían, algunas especies esteparias se habituaban a vivir en el bosque. La fauna africana de los bosques tropicales tiene ese doble origen. 

Los ecosistemas africanos han cambiado según la temperatura y la humedad

Piensa en África como un continente cruzado por dos diagonales ecológicas: una diagonal húmeda que va desde el Noroeste hasta el Sureste, y una diagonal seca que va desde el Suroeste hasta el Nordeste. Cuando el clima era más húmedo, la diagonal húmeda se expandía, y la fauna del bosque podía moverse por todo el continente siguiendo esa banda de bosques. Cuando la aridez aumentaba, se contraía la diagonal húmeda y se expandía la diagonal seca, cortándola. Entonces eran las especies esteparias las que se movían libremente. Siempre hubo suficientes refugios faunísticos en África para que las especies perjudicadas por un cambio climático no se extinguieran. 

Los máximos glaciares en Europa se correlacionaban con el aumento de la aridez africana. El clima subtropical africano oscilaba, pues, entre ambas condiciones de humedad y aridez. Finalmente, cuando llegó la época de la LQE, resulta que África estaba pasando por uno de los periodos más fértiles de su Historia, el Período Húmedo Africano (hace entre 16.000 y 6.000 años), cuando el desierto del Sahara floreció en medio de un verdor desconocido, lleno de lagos y ríos con jirafas, cocodrilos y leones. 

Eurasia y Norteamérica. Fin de los hielos, fin de la Megafauna 
Como recordarás, Eurasia y Norteamérica fueron las únicas tierras que experimentaron auténticos periodos glaciares, con extensas sábanas de hielo cubriendo amplias extensiones geográficas, y retrocediendo luego según se calentaba el planeta de nuevo. Entre el último interglaciar, el Eemiense (hace 110.000 años) y el Dryas Reciente (hace 11.500 años) hubo nada menos que 24 pulsos interestadiales. Algunos de ellos, más cálidos que nuestra época actual. Con cada flujo y reflujo glaciar, las bandas ecológicas que había debajo (tundra, estepa, bosques, sabanas…) iban y venían de norte a sur y viceversa. 

La desaparición de la estepa del mamut fue un evento clave para explicar la desaparición de la Megafauna en Eurasia

Y estamos hablando de cambios drásticos y rápidos, nada graduales. Actualmente estamos viviendo en una fase cálida de nuestro Holoceno, que empezó al final de la Pequeña Edad del Hielo en torno a 1850 y se hizo aguda desde 1972. En estos cuarenta años de calentamiento (que algunos denominan Cambio Climático), ya se ha producido la extinción de una especie de ratón que vivía en una islita del Estrecho de Torres, entre Australia y Nueva Guinea, debido a que el aumento de tifones y tempestades inducido por este calentamiento, ha arrasado la islita que habitaban. Y, en los últimos inviernos, se han detectado, en el Ártico, osos polares desnutridos y dificultades de alimentación en los bueyes almizcleros. Imagínate lo que pudo hacer en el Hemisferio norte un súbito enfriamiento de 800 años, seguido por un rebote caluroso subsiguiente. 

Sí, en el Hemisferio Norte la Megafauna se extinguió debido a los cambios climáticos. En Eurasia, según recordarás, existía la “estepa del mamut”, un tipo de estepa muy nutritiva que sostenía a mamuts lanudos, bisontes, renos, rinocerontes lanudos, etc…con sus depredadores correspondientes: leones, leopardos, osos de las cavernas, lobos y hienas de las cavernas. Con la extinción del Último Periodo Glaciar, esta estepa desapareció. Fue sustituida por las estepas actuales, que no tienen ni de broma el poder nutritivo de la estepa del mamut. Y, con ella, se fueron los gigantes que la habitaban. Pero, contrariamente a lo que pudiera suponerse, no fueron los "picos" glaciares los momentos más desfavorables para la megafauna, sino los calentamientos bruscos de los interestadiales, momentos en los que se producían las extinciones. Mira este gráfico.

Las extinciones de la Megafauna parecen concentrarse en los interestadiales cálidos

Naturalmente, hubo excepciones. Ya sería raro que absolutamente ninguna especie de megafauna pudiera re-adaptarse a las nuevas condiciones. En Eurasia y Norteamérica, sobrevivieron el reno Rangifer tarandus y el buey almizclero Ovibos moschatus. También los últimos mamuts lanudos sobrevivieron en la remota isla siberiana de Wrangel, donde se desarrolló una forma enana que, a la postre, acabó esquilmando los escasos recursos de la isla, pereciendo de inanición los últimos de ellos hace sólo 3.000 años. 

Al igual que sucedió en África, Sudamérica no se vio inmune a los cambios climáticos que se producían en el planeta, aunque no hubiera glaciares propiamente dichos, a excepción del extremo sur patagónico. Para entender lo que sucedió en Sudamérica durante el Pleistoceno, me ha sido de extraordinaria utilidad el artículo: La extinción de la Megafauna pleistocénica en los Andes Centrales argentino-chilenos, de Alejandro García, en la Revista Española de Antropología Americana, 1999, nº 29, 9 – 30. 

Llama mucho la atención, en Sudamérica, la extraña coincidencia entre dos procesos al final del Pleistoceno: la extinción de la Megafauna y la llegada del ser humano. Pero no debemos sacar conclusiones precipitadas, se trata de dos procesos con recorridos distintos, el primero llegando a su fin, desde un lejano comienzo. El segundo, recién empezando. 

Durante el Último Máximo Glaciar, hace entre 20.000 y 18.000 años, la faz de Sudamérica era muy distinta de la que es hoy. La selva amazónica casi no existía, fragmentada en multitud de bosques-isla refugio en un mar de pastizales sabanoides. La temperatura cayó una media de 4 a 6 ºC, y las actuales Patagonia, Pampas y Chaco estaban cubiertas por una estepa fría y húmeda. Este era el ambiente ideal para los perezosos gigantes (Megatherium, Mylodon) que, contrariamente a lo que se supone, no ramoneaban en los árboles sino que pastaban en el suelo. También era el imperio de los armadillos gigantes, la llama gigante o el Macrauchenia y el Toxodon. Era, como en África, un ecosistema rico en grandes mamíferos. 

Ecosistemas en Sudamérica en el Último Máximo Glaciar

Pero los hielos empiezan a retirarse y aumentan las temperaturas. En los Andes Centrales se documenta, hace entre 14.500 y 8.500 años, el paso de un clima frío y húmedo con predominio de una estepa andino-patagónica, hacia un clima más seco y árido, con aumento de especies botánicas de monte desértico. Tal cambio climático, rápido y relativamente drástico, pasó factura a los grandes herbívoros, que desaparecen del registro fósil, arrastrando a sus depredadores. Al mismo tiempo, se produce la expansión de especies animales más flexibles y mejor adaptadas al nuevo entorno árido, como el guanaco Lama guanicoe, hoy abundante en el Cono Sur. 

Abundando en lo que antes te comentaba de la relación entre humanos y la Megafauna, en los sitios paleontológicos de la zona andeana central, se demuestra que el ser humano depredaba en ella, sí, pero no hay ninguna evidencia de caza masiva o continua de megaherbívoros. Y, un dato curioso, las especies cazadas por los humanos (siempre según los registros disponibles), eran muy inferiores en número a las que se extinguieron. Mayoritariamente mastodontes y caballos. En Chile, por ejemplo, en otro ambiente más sureño, y coincidiendo con la desaparición del perezoso gigante Mylodon, se documenta la desaparición de la estepa andina que sustentaba a este megaherbívoro, y su sustitución por los bosques de hayas antárticas Nothofagus. A diferencia de África, en Sudamérica no se dieron los suficientes refugios ecológicos donde la megafauna pudiera aguantar el momento climático desfavorable. 

Por tanto, la conclusión a que llego es clara también aquí: en Sudamérica, fueron los cambios climáticos los que exterminaron a la inolvidable Megafauna. 

Los avatares de la megafauna australiana, como recordarás, fueron muy distintas de lo que sucedió en el resto del mundo. Allí, dentro de la tendencia general a la desertización, durante el Último Máximo Glaciar se agudizó esta tendencia en amplias zonas del interior del Continente, debido al alejamiento de la línea de costa. 

Pero aquí la explicación del cambio climático no es suficiente. Existían en Australia suficientes zonas húmedas en la periferia que pudieron servir de refugio a Diprotodon, Procoptodon y otras tantas especies. Además, los mamíferos de gran tamaño tienen la facultad de emigrar buscando tierras más favorables. 

¿Fue el ser humano quien exterminó a la megafauna australiana?

Hace 60.000 años penetra el ser humano en Australia y tras 20.000 años de convivencia, la Megafauna se extingue, 30.000 años antes que en el resto del mundo. Allí se ha sugerido que sería el ser humano el responsable de la extinción. Pero, ni la densidad de población de los aborígenes, ni su tecnología ni, sobre todo, la ausencia de pruebas paleontológicas pueden a día de hoy demostrar ni desmentir la intervención humana. Además, en Australia la cuestión se ha politizado. Existe una corriente ideológica indigenista que dice que los aborígenes siempre han vivido en armonía con la Naturaleza y que ha sido el ser humano anglosajón el que ha provocado las extinciones y destrozos en la Naturaleza australiana. Pero la megafauna australiana se extinguió 30.000 años antes de la llegada de los europeos, por tanto, esta corriente indigenista declara sin dudas que fueron los cambios climáticos los que lo hicieron. Muy mala cosa cuando la ciencia se contamina con cualquier ideología política. Mientras no haya datos más concluyentes, debo declarar abierta la cuestión de la Megafauna australiana. 

La Megafauna insular de las islas continentales de Madagascar y Nueva Zelanda presenta una particularidad curiosa: sobrevivió a los tremendos cambios climáticos de la transición Pleistoceno/Holoceno, sólo para desaparecer en tiempos históricos, entre los siglos XIII y XVII. En este caso me parece que fue el ser humano el responsable de la extinción. En ambos casos, la megafauna (junto con otros tipos de fauna) desaparecen en cuestión de pocos siglos después de la llegada de los humanos a ambas islas: en torno al año 1000. ¿Y qué pasó con lo que decía de la armonía con la naturaleza que observaban los cazadores primitivos? 

En Nueva Zelanda, fue el ser humano quien exterminó a la Megafauna

Como ya te he indicado en repetidas ocasiones, los ecosistemas insulares son extremadamente delicados, a diferencia de lo que sucede con las faunas continentales. Tengo la sensación de que los humanos que llegaron a tierras desconocidas (y que, seguramente, ni sospecharon que eran islas hasta pasado bastante tiempo desde su llegada), no calibraron la abundancia o escasez de las especies que iban consumiendo. Por otro lado, una isla da lo que da, y ante el aumento de la población humana en ellas, con las roturaciones correspondientes para la agricultura, debieron reducir las poblaciones de los animales más grandes (y por tanto, objetivos más fáciles de los cazadores) hasta el límite desde el cual no hay recuperación posible. 

En resumen, ahora podemos responder con razonable seguridad a la pregunta que nos hacíamos al comienzo: ¿Por qué se extinguió la Megafauna?. Había que analizar cada continente por separado para poder determinar qué cambios se habían producido en cada contexto, y cuáles habían provocado que esas relaciones entre fauna y ecosistema se rompieran, llevando a la extinción. 

En Eurasia, Norteamérica y Sudamérica, fueron los cambios climáticos, rápidos, repetidos y profundos, que sometieron a los megahervíboros a un tremendo estrés. Estos, a su vez, arrastraron a sus depredadores. En Nueva Zelanda y Madagascar, por el contrario, los humanos recién llegados no supieron calibrar la abundancia de recursos que tenían a su disposición, y los esquilmaron en un contexto de limitación de espacio y recursos. Australia es un caso aún abierto, pues las evidencias a favor del cambio climático y a favor de la acción humana no son concluyentes aún en estos momentos. 

Y ahí sigue, orgullosa, la Megafauna Africana y su satélite asiático. Inasequible al estrés hídrico, invencible por los cambios climáticos, inatacable por los ácidos, contemplándonos desde la mismísima Cuna de la Humanidad. Pero los humanos, esta vez sí, presionan a esta fauna increíble y algunos de sus mayores representantes, como los rinocerontes o los elefantes, están cerca de la extinción. ¿Y entonces qué sucederá? 

Habrá caído sobre la Tierra la Noche de los Gigantes.

La Noche de los Gigantes

Comentarios

  1. Increíble, no había encontrado tal texto tan interesante que se enfocara en este tema y de una manera tan rígida.

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  2. Qué estupendo texto, no suele pasar que encuentre un material tan bueno en la red, gracias

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  3. Buen texto en general, aunque no estoy de acuerdo en algunas de tus consideraciones. Te recomiendo este hilo de twitter y si te parece nos cuentas lo que no te cuadra o por qué no estás de acuerdo con él: https://twitter.com/DRMegafauna/status/1082727092205293569
    Otra cosa, ¿puedes pasar la fuente de la imagen de paleoambientes africanos? gracias.

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    Respuestas
    1. Hola Iñaki. Las razones por las que no estoy de acuerdo con la corriente de opinión que se refleja en el hilo que has indicado ya la explico en mi crónica, y fundamentalmente porque niego al ser humano del Paleolítico la capacidad de provocar extinciones masivas en esa época, basándome en el paralelismo con las culturas equivalentes que sobreviven hoy en nuestro Planeta, capaces de preservar recursos naturales para el futuro. Al menos, en ambientes continentales. Los ambientes insulares van por otro lado. El enlace al mapa que me has pedido es: https://phys.org/news/2016-10-climate-linked-mammal-africa-today.html

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  4. Muy buena información, pero me ha sorprendido que no hayas mencionado a ningún calicotérido, creodonto, mastodonte o brontotérido como tal.

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    1. Bueno, eso es debido a que esos grupos de mamíferos (exceptuando a los mastodontes) ya se habían extinto para el Pleistoceno, siendo sustituidos por grupos animales mejor adaptados y competentes. Por ejemplo los creodontos siendo desplazados por los carnívoros

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  5. Buenas noches,

    Excelente serie de artículos me ha encantado! Estoy de acuerdo con las conclusiones finales en que fue la desaparición del hábitat de la estepa el que provocó la extinción de la megafauna en su mayor parte. Lo que resulta ciertamente un misterio es por qué desapareció entonces y no en los interglaciares anteriores en que se llegaron a temperaturas incluso superiores a las actuales... algo pasó ciertamente que se nos escapa... podría ser el evento del enfriamiento súbito de Dryas? Y qué lo provocó? Quién sabe...

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  6. Simplemente lo mas explícito que leído sobre megafauna.

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  7. Buenisimo este material y excelentemente bien desarrollado. Mis felicitaciones para el dueño de la página, esto es oro puro entre tanta basura que hay en internet.

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  8. Me temo que no estoy de acuerdo en considerar que la presión humana no fué decisiva en la extinción de la megafauna europea. Hay documentada presencia de leones hasta hace unos 2000 años en la zona de Tesalia y sur de Bulgaria, asi como leopardos en Asia menor; el león del Atlás o el oso del Atláa estaban presentes hasta el pasado siglo XIX. el uro se podia encontrar hasta la edad media en ciertas zonas del este de Europa. La extinción de leones, leopardos y osos del norte de Africa y de amplias zonas de Europa del Este está ligada a la sobrecaza realizada por los romanos para los espectáculos de circo...

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