La fauna de los salares andinos y el litio: nueva tecnología, nuevo peligro.

Querida hija:

Si en el pasado hubo varias "fiebres del oro", en la actualidad vivimos en una "fiebre del litio". La demanda de este elemento estratégico se ha disparado en los últimos años por su aplicación en la tecnología de las baterías que necesitan los coches eléctricos, una supuesta "tecnología verde" que, como verás, no lo es tanto. El problema es que la oferta actual de litio es insuficiente para satisfacer la desmedida demanda, que seguirá aumentando. Por eso la industria ha puesto sus ojos en una remota región sudamericana donde se encuentran hoy las mayores reservas de este elemento, cuya explotación allí está sólo empezando. Pero allí ya viven y prosperan seres vivos, animales y humanos. Te estoy hablando de los salares andinos. ¿Cómo les afectará este nuevo atentado al planeta?

Flamencos de James, una de las joyas zoológicas de los salares andinos. Foto: Pedro Szekely

Introducción: los salares andinos

Los Andes centrales se caracterizan por la presencia de una enorme meseta que se eleva por encima de los 3.500 metros sobre el nivel del mar: el Altiplano o Puna. Esta meseta se encuentra aislada de las vertientes marítimas atlántica y pacífica por las elevaciones montañosas, y por eso junto a su altitud y su latitud hace que el Altiplano tenga las siguientes características:

- Una gran sequedad ambiental por la gran insolación y porque las masas de aire húmedo no llegan a la Puna, especialmente en sus sectores occidental y central. El oriental dispone de algo de humedad. Las pocas precipitaciones son escasas, irregulares y concentradas en el invierno austral.

- Como el aire es poco denso no puede retener la escasa humedad y las temperaturas pueden ser muy frías

Vicuñas en el Salar de Chalviri, Bolivia

El Altiplano encierra una serie de cuencas endorreicas (esto es, cuyas aguas no tienen salida al mar) cuyas aguas proceden del deshielo de neveros y glaciares, infiltración de acuíferos, manantiales termales y, en segundo término, de las precipitaciones estacionales invernales. Estas aguas se concentran en lagunas cuyas aguas son salinas: hay una gran concentración de "sales" formadas por elementos como el Potasio, el Magnesio, el Sodio y elementos como el Litio, procedentes de la lixiviación de las rocas volcánicas de los alrededores y con aportes del propio vulcanismo de la región.

Estas concentraciones de sales son elevadas: hasta 400.000 ppm (partes por millón), por lo que estas aguas reciben el nombre de "salmueras". Estas lagunas son los llamados "salares" andinos, que forman un gran número y variedad en la zona del Altiplano donde confluyen el suroeste de Bolivia, el nordeste de Chile y el noroeste de Argentina (sólo en Chile hay catalogados 59 salares andinos). Algunos de estos salares llevan agua todo el año, pero otros se secan durante el verano dejando una costra de sales cuyo interés económico es importante por la concentración de elementos que presentan.

Los salares más grandes y conocidos son el Salar de Uyuni, en Bolivia, y el Salar de Atacama, en Chile. Pero todos ellos, grandes y pequeños, son joyas ecológicas. Las condiciones geofísicas del Altiplano son más o menos las mismas desde el Mioceno, y al principio sus aguas se acumularon en una serie de grandes lagos cuyos restos son los actuales Lagos Titicaca y Poopo, pero estos lagos se fueron desecando y evaporando al hacerse las condiciones meteorológicas más secas y áridas en el Holoceno, dejando esa miríada de salares andinos que hoy adornan con sus aguas de espejo donde se reflejan las cumbres nevadas circundantes.

El Salar de Uyuni, Bolivia, es el más famoso de los salares andinos

Estos salares son los que ahora están bajo el punto de mira de Gobiernos y empresas mineras, puesto que estos ecosistemas albergan hoy las mayores reservas mundiales de litio: entre el 60 y el 80% del total mundial conocido. No en balde se habla del "Triángulo del Litio", cuyos tres vértices son: el Salar de Uyuni, en Bolivia, al norte; el Salar de Atacama, en Chile, al oeste y el Salar del Hombre Muerto al este, en Argentina. ¿Qué vida salvaje albergan estos prístinos lagos?

Ubicación de los principales salares de Chile

La fauna de los salares andinos

En principio puede parecer que los salares andinos son lugares demasiado inhóspitos para albergar vida. Sin embargo, la vida también aquí se abre camino. Toda esa concentración de sales es una verdadera sopa de iones de distintos elementos y eso es un tentador menú para toda clase de organismos extremófilos: bacterias, algas y microorganismos capaces de vivir en esa concentrada salmuera y alimentarse de ella.

Por ejemplo, se han detectado diatomeas de los géneros Navicula y Nitschia, y Surirella (una diatomea gigante) nematodos, protozoos, y crustáceos que se alimentan de todo lo anterior como el braquiópodo Artemia salina, distribuido por todo el mundo, copépodos, anfípodos y larvas de quironómidos por ejemplo. En otras palabras, la salmuera de los salares andinos es una verdadera "sopa primordial" de iones con tropezones de crustáceos y algas. Precisamente las algas desarrollan unos pigmentos carotenoides para protegerse de la intensa radiación solar que reciben a esta altitud y con una atmósfera tan poco densa, lo que colorea frecuentemente las aguas de los salares de diversos colores, como en la conocida Laguna Colorada, en Bolivia, teñida de un precioso color rojo.

Tapetes bacterianos de color rojo en el Salar de Atacama, Chile

Y como en la Naturaleza nada se desperdicia, hay otros animales que se alimentan de estas algas y crustáceos. Especialmente los animales que son símbolo de estos salares: los flamencos andinos.

Se trata de tres especies de flamencos que son endémicos precisamente de esta parte del Altiplano andino: el flamenco andino o parina grande (Phoenicoparrus andinus), el flamenco de James o parina chica (Ph. jamesi) y el flamenco chileno (Phoenicopterus chilensis). Se cree que estos flamencos se originaron aquí y co-evolucionaron con los Andes, al mismo tiempo que se elevaban, y por eso dependen de los salares andinos para alimentarse y criar en ellos durante el verano austral, mientras que pasan el invierno en humedales cercanos de tierras bajas en el centro de Chile y de Argentina, por ejemplo en el Mar Chiquita, ya en el límite entre el Chaco y la Pampa. Las dos primeras especies se desenvuelven en mayores salinidades mientras que el chileno prefiere menores concentraciones salinas. Sus picos filtradores están perfectamente adaptados para cribar la salmuera y separar las diatomeas, las algas y los microinvertebrados que ingieren. El exceso de sales lo excretan por las narinas.

Flamenco andino en la Laguna Chaxa, Reserva Nacional Los Flamencos, Atacama, Chile. Foto: Mauricio Sandoval Reyes

Pero aunque los flamencos andinos son la joya de esta fauna, hay más aves palustres que se alimentan y crían en estas lagunas y que también las usan como escala y descanso de las migraciones entre Norte y Sudamérica. Me refiero a aves como el cauquén andino (Chloephaga melanoptera), el playero de Baird (Calidris calidris), el playero pectoral (C. melanotos), el falaropo tricolor (Phalaropus tricolor), el archibebe chico (Tringa flavipes), el archibebe grande (T. melanoleuca), el pato juarjual (Lophonetta specularioides), el pato jergón grande (Anas georgica), el pato jergón chico (A. flavirostris), el pato puna (Spatula puna) o la gaviota andina (Larus serranus), entre otras muchas especies.

Cauquén andino. Foto: Cory Gregory

Incluso en estas lagunas salinas a elevadísima altitud y cursos de agua que desembocan en ellas nos encontramos con un género de peces ciprinodontiformes endémicos de estos ecosistemas: Orestias, con 45 especies, algunas endémicas de sólo un salar como por ejemplo O. ascotanensis, del Salar chileno de Ascotán.

También hay una fauna terrestre que vive en los alrededores de los salares, como el zorro andino (Lycalopex culpaeus), la vicuña (Vicugna vicugna), el tucotuco de la Puna (Ctenomys opimus), la vizcacha (Lagidium viscacia), el puma (Puma concolor), la lagartija De Molina (Liolaemus molinai) y otros muchos, pero la minería del litio amenaza sobre todo a la fauna acuática de los salares y a la existencia misma de los salares. En el siguiente apartado te contaré por qué.

Vizcacha en el Salar de Uyuni

La minería del litio y los salares andinos. ¿Cuál es el peligro?

En 1991 Sony desarrolla la batería de iones de litio, que ayudará a crear la revolución de los dispositivos electrónicos que hoy disfrutamos, concretamente por su elevado potencial electroquímico que lo hace ideal para formar los ánodos de estas baterías, que por las características físico-químicas de este elemento alcalino presentan una mayor densidad de energía, mayor eficiencia y ciclos de vida más largos.

Mapa de ubicación del Triángulo del Litio (Infografía: El Orden Mundial)

El actual boom del litio surge cuando las baterías de litio se aplican a la industria del coche eléctrico, que se encuentra en pleno desarrollo y expansión. Es cuando la demanda de litio se dispara mientras que la oferta permanece estacionaria en un nivel bajo, de acuerdo a los anteriores usos del litio. Por tanto, su precio se dispara: sube un 205% en 2022 con respecto de 2021 alcanzando los 81.000 euros por tonelada de carbonato de litio, cuando en 2019 no llegaba a los 10.000 euros. Una burbuja en toda regla.

En 2022 la producción de litio estaba encabezada por Australia, que superaba con mucho al segundo productor, Chile. El tercero es China y el cuarto Argentina. La producción australiana tiene la particularidad de que el litio se encuentra en forma de minerales que se extraen de las rocas en minas tradicionales. Pero en los salares andinos el litio se encuentra en el agua, disuelto en forma de sales. Por eso en los salares de Uyuni, Atacama, Hombre Muerto y otros pocos en Argentina para obtener el litio hay que absorber el agua de los salares, extenderla en piscinas de evaporación y esperar a que el sol elimine el agua y deje la costra de precipitados a partir de la cual se refinará el litio.

Evolución del precio medio mensual del carbonato de litio en China. Gráfico: Statista

Esa es la razón por la que la producción andina de litio aún no está sino empezando, en parte por el difícil acceso y en parte porque todo el proceso de puesta en marcha de la infraestructura necesaria es lento, al menos 10 años por proyecto. La industria está segura que en los salares andinos están las mayores reservas mundiales de litio, pero por ahora sólo en el Salar de Atacama, Chile, y en menor medida en los salares argentinos se da una producción comercialmente aceptable. No se tiene claro si es Chile o Bolivia el país que individualmente presenta las mayores reservas. En Chile se están empezando los trámites para poner un segundo salar en producción: Maricunga o Pedernales, mientras que en Bolivia aún no hay explotación planificada más allá de una producción modesta en Uyuni.

Este mercado está dominado por Asia oriental, adonde va el 87% de la producción de litio: China, Japón y Corea, donde se fabrican las baterías. Empresas mineras chinas dominan la producción australiana y están ya posicionándose en Chile y Argentina.

El problema ya lo ves: la minería del litio directamente "chupa" el agua del salar, bajando su nivel, destruyendo la colonia de microorganismos y, por tanto, ahuyentando a las colonias de aves que se alimentan de ellos. Y ya ha habido precedentes. La minería del cobre también ha usado mucha cantidad de agua extraída de los salares, y ya ha habido salares desecados como el chileno de Punta Negra. Por cierto, en China la extracción de litio se cargó el lago salino de Lop Nor, en el desierto de Taklamakan. Algunas explotaciones pusieron en marcha un "retorno" de agua dulce para reponer la que extraen del salar. Pero esto es una barbaridad porque sustituir agua salina por dulce destruye las valiosas comunidades microbianas sobre las que descansan las cadenas tróficas de los salares.

Planta de extracción de litio en el Salar de Olaroz, Jujuy, Argentina. Foto: Sales de Jujuy

¿Y todo ello a cambio de qué?

De nada. En los países andinos la minería del litio es la clásica explotación colonial: se extrae la materia prima y se exporta a Asia, donde se realiza la fabricación y se obtiene el valor añadido, mientras que para los salares andinos sólo queda el desastre ecológico y sueldos de miseria para los trabajadores locales.

Hay que parar esto antes de que las mineras pongan sus garras en todos los salares andinos comercialmente rentables y los destruyan. Porque cuando se agote este litio, ¿de dónde se extraerá? No hay litio suficiente para que el parque automovilístico de gasolina sea completamente sustituido por coches eléctricos.

¿La solución? decrecer. No usar vehículos privados ni de gasolina ni eléctricos. Si no se demandan, no se fabricarán. Hazme caso hija mía: diseña tu vida de forma que no tengas que depender de un vehículo privado. Me lo vas a agradecer. Y cuando veas volar a los flamencos andinos reflejándose sobre el agua espejeante del salar, sabrás que hiciste lo correcto.

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