Pájaros afortunados. Las 7 aves endémicas de las Islas Canarias

Querida hija: 

Muchas veces, en el transcurso de nuestras charlas faunísticas al pie de la chimenea, te he hablado del concepto de especiación alopátrica, esto es, el proceso de origen de ciertas especies a partir de su aislamiento geográfico. Este proceso suele iniciarse cuando un grupo de individuos de una especie queda aislado del resto de sus congéneres. Por esta razón, es especialmente frecuente (aunque no exclusivo) en las islas oceánicas. En efecto, es raro el archipiélago o isla oceánica que no presenta sus especies animales endémicas. 

Pinar de Tamadaba, Gran Canaria, uno de los refugios de los últimos pinzones azules gran canarios

En nuestro país tenemos un archipiélago de islas oceánicas: las Islas Canarias. Este archipiélago, donde año tras año se tuestan vuelta y vuelta los turistas europeos norteños ávidos de Sol, y donde nosotros mismos hemos ido varias veces, tiene un origen volcánico. Al igual que la isla de Surtsey, de la que te hablaba en el anterior post, surgieron desde el fondo del océano sin estar nunca unidas a África. Como consecuencia de la arribada de determinadas especies de aves a las islas, se produjo ese aislamiento geográfico necesario para originar muchas especies que sólo se encuentran en las Islas Afortunadas. Hace tiempo te hablé de los lagartos endémicos de cada una de las Islas Canarias, y hoy te voy a hablar de las siete especies de aves que sólo se encuentran en este archipiélago. 

Antes de entrar en materia, te daré un barniz sobre la Biogeografía de las Canarias. Las Islas Canarias forman parte de una provincia de la Región Paleártica llamada Macaronesia, que engloba varios archipiélagos atlánticos que comparten un origen, clima, fauna y flora parecidos. Aparte de las Canarias, forman parte de la Macaronesia las Islas Azores, los archipiélagos de Madeira y Salvajes, todos ellos pertenecientes a Portugal, y el archipiélago de Cabo Verde, que constituye un Estado independiente. 

Mapa que indica la situación de la Macaronesia

Geográficamente las Canarias suelen dividirse en Islas Occidentales (Gran Canaria, Tenerife, La Palma, Gomera y Hierro) y Orientales (Lanzarote, Fuerteventura y el Archipiélago Chinijo). Las Islas Occidentales son más jóvenes y montañosas. Y estas montañas son capaces de captar y retener la humedad oceánica que aportan los vientos alisios. Por esta razón, junto con su clima subtropical, en las Islas Occidentales ha subsistido un ecosistema único: la laurisilva o monteverde, un bosque subtropical húmedo, reliquia de la Era Terciaria, cuando toda Europa tenía un clima tropical. Como siempre sucede, el ser humano ha extirpado la mayoría de la laurisilva, antes mucho más extendida, y sobrevive en el Parque Nacional de Garajonay, en la Gomera, en la Península de Anaga, en Tenerife, y en otros pequeños puntos del resto de islas occidentales. 

Laurisilva en el Parque Nacional Garajonay, en la Gomera

Otro gran ecosistema de las Islas lo constituyen los bosques de pino canario Pinus canariensis, magnífica conífera que forma bosques en el interior montañoso de Gran Canaria, Tenerife y La Palma principalmente. En cuanto a las Islas Orientales, al tratarse de islas más viejas, la erosión ha actuado sobre ellas aplanándolas. Al ser llanas, y no poder captar la humedad atmosférica como sí hacen las montañosas islas occidentales, Lanzarote y Fuerteventura son islas desérticas. Las siete aves endémicas canarias que te voy a presentar viven fundamentalmente en estos tres grandes ecosistemas: laurisilva, pinares y desiertos. 

Es posible que te llame la atención el que no incluya a la avutarda hubara Chlamidotys undulata entre las aves autóctonas de Canarias. Te lo voy a explicar. Tradicionalmente se ha considerado la hubara canaria como una subespecie de la hubara norteafricana, pero recientes estudios genéticos han concluido que no hay evidencia de diferencias entre ambas poblaciones, por lo que la hubara no puede ser considerada endémica de las Islas Canarias. 

Paloma turqué Columba bollii 

Es una de las dos palomas endémicas de las Canarias. Pertenece al orden Columbiformes, familia Columbiidae. Vive fundamentalmente en los bosques de laurisilva de las islas de Tenerife, Gomera, Hierro (donde nidifica desde 1993) y La Palma. Tiene de 35 a 39 cm de longitud y 65 – 68 cm de altura. Su plumaje es gris pizarra, con el pecho color vino y el cuello irisado. Su cola es larga con dos bandas horizontales oscuras. 

Foto: Nicolás Trujillo

Es un ave sedentaria, que ha ido recuperando su población poco a poco. En 1980 había entre 1.160 y 1.315 ejemplares, y actualmente en torno a 6.000 individuos, la mitad de las cuales vive en la laurisilva de La Palma. También puede frecuentar los bosques de pino o zonas de cultivo si hay baja productividad de alimentos en su hábitat preferido. Se alimenta de frutos de los árboles de la laurisilva, como el viñátigo, la faya o el acebiño. 

Se reproduce de octubre a junio. Nidifica sobre todo en brezos y la hembra pone un único huevo. Tras 18-20 días de incubación, nace el pollo que es alimentado con la famosa “leche de paloma”, secreción alimenticia segregada por la madre única entre las aves. 

Paloma rabiche Columba junoniae

La paloma rabiche es la otra paloma endémica canaria. Columbiforme de la familia Columbiidae, puede compartir la laurisilva con la paloma turqué, pero no depende tanto de este bosque como ésta, encontrándose más en ambientes termófilos: originalmente en bosques de sabinas, dragos o acebuches pero, tras la práctica desaparición de éstos, vive también en pinares mixtos y barrancos escarpados. 



Mide entre 37 y 38 cm de longitud y entre 64 y 67 cm de alto. Su color general es más rojizo que la paloma turqué: tonos vinosos en el cuerpo, con la cabeza/cuello grises con irisaciones y la cola gris y blanquecina en el extremo, diferencia fundamental para distinguirla de su prima turqué. Es sedentaria y vive en las islas de La Palma, Gomera, Tenerife y Hierro. Aproximadamente hay unos 2.000 individuos sobre todo en La Palma y Gomera. 

Es frugívora y se alimenta de frutos de viñátigo, faya, lentisco, peralillo o palmeras. También puede comer frutas de cultivo, semillas y flores. Se reproducen entre mayo y septiembre. Nidifican en el suelo o en cortados escarpados de barrancos. Pueden presentar varias puestas anuales, cada una compuesta de un solo huevo, que se incuba durante 18 a 20 días. 

Esta paloma es el ave insular de la Gomera. Antiguamente se consideraba a las palomas turqués y rabiches como una única especie bajo el nombre Columba laurivora

Reyezuelo canario Regulus teneriffae 

Es una de las aves más pequeñas de Europa, con sus 13 cm de longitud y 15 de envergadura. Pertenece al Orden Paseriformes, familia Fringiliidae. Su color es verdoso con una característica banda en la parte superior de la cabeza, naranja en el macho y amarilla en la hembra. Vive en las islas de Tenerife, Gomera, Hierro y La Palma. 



Es un pájaro estrictamente insectívoro. Vive tanto en laurisilva (brezos) como en bosques de pino canario. Actualmente hay unas 23.000/24.000 parejas, considerándose un ave abundante. Se reproduce de mayo a junio, presentando hasta dos puestas anuales. Tras 45 días de incubación nacen los polluelos, que pueden ya volar a partir de los 19 días. 

Antes se consideraba al reyezuelo canario como una subespecie del reyezuelo común, Regulus regulus teneriffae, pero ahora es considerado una especie propia. Se cree que debió vivir también en la isla de Gran Canaria, pero actualmente se ha extinguido de allí. 

Mosquitero canario Phylloscopus canariensis 

Es un ave Paseriforme, familia Sylviidae. Al igual que pasó con el reyezuelo canario, también fue considerado como una subespecie del mosquitero europeo, hasta ser reconocido como especie propia.



Tiene entre 10 y 11 cm de longitud y 15 – 21 de envergadura. Su dorso es de color verde oliva oscuro, con las partes inferiores de color amarillo pálido y patas oscuras. Vive en Gran Canaria, Tenerife, Gomera, Hierro y La Palma. Especie sedentaria muy abundante, pues se estima entre 100.000 y 150.000 parejas. Vive en todo tipo de ambientes con vegetación, más abundante en pinares, laurisilva, así como en parques y jardines urbanos. 

Es ave insectívora, que consume ocasionalmente frutos y polen. Se reproduce de enero a julio. Construye un nido de hierbas y musgo que es un recinto cerrado al que se accede desde un lateral. Pone entre 3 y 9 huevos, que se incuban entre 13 y 15 días. 

Pinzón azul Fringilla teydea 

Si el mosquitero canario es una de las aves más abundantes de las Canarias, al pinzón azul le pasa todo lo contrario. Este paseriforme de la familia Fringillidae, vive exclusivamente en bosques de pino canario, reconociéndose dos subespecies. F.t.teydea, en la isla de Tenerife, donde hay más de 1.000 parejas, y F.t.polatzeki, de Gran Canaria, donde hay menos de 300 parejas y se encuentra en serio peligro de extinción. 



Es un ave de 16,5 cm de longitud, y entre 26,5 y 31,5 de envergadura. Los machos son grises con un ligero tono azulado, sobre todo en la cabeza y el dorso. Las hembras son pardo-grisáceas. Como todos los pinzones, dispone de un pico fuerte. Es un pájaro gregario. En invierno se junta con otros pinzones pero en primavera se vuelven territoriales. Son aves sedentarias y muy apegadas al territorio. 

En Tenerife se le encuentra entre los 1.000 y 2.000 metros de altitud. Se alimenta de los piñones de los pinos y en primavera completa su dieta con insectos, que también da a sus polluelos. Se emparejan a finales del invierno y se reproducen entre mayo y junio. Construyen un nido con acículas de pino, musgo, líquenes y ramitas, tapizado con plumas y pelos. Una puesta anual, con un máximo de 2 huevos que incuban durante 13 – 14 días. El pinzón azul es el ave insular de Tenerife. 

En Gran Canaria, donde es escaso, el pinzón azul puede encontrarse en los pinares de Inagua, Ojeda y Pajonales, al Suroeste de la Isla, y en el pinar de Tamadaba, al noroeste. La subespecie de Gran Canaria fue descubierta en 1905 y, desde entonces, el comercio ilegal y los coleccionistas han diezmado la subespecie hasta hacerla casi desaparecer. Los incendios forestales son especialmente letales para este pájaro. En el año 2007 el incendio del pinar de Inagua, que arrasó 18.775 hectáreas, se cree que fue un duro golpe para el pinzón de Gran Canaria. 

En el mes de marzo de 2016, el Journal of Avian Biology publicó un trabajo asegurando que las dos subespecies de pinzón azul son, en realidad, dos especies distintas. Pero dado que, hasta donde yo he podido averiguar, esto aún no se ha aceptado oficialmente en España, los considero aquí sendas subespecies. Desde 1991 el Gobierno de Canarias lleva a cabo un Plan de Recuperación de la especie. 

Tarabilla canaria Saxicola dacotiae 

Ave paseriforme de la familia Muscicapidae, con dimensiones de 13 cm de longitud y 19-21 de envergadura. El macho tiene la cabeza negra con ceja y garganta blancas, una mancha alar blanca. La hembra es más pálida y grisácea. 



Vive en la isla de Fuerteventura donde vive la subespecie nominal. Hasta comienzos de siglo XX la subespecie S.d. murielae vivía también en Lanzarote y los islotes de Alegranza y Montaña Clara, pero fue exterminada por el ser humano. Qué novedad. En Fuerteventura no supera las 1.000 parejas, con tendencia regresiva. No obstante, el último censo data de 1985. 

Se mueve en hábitats áridos y desérticos, como barrancos y llanuras pedregosas con arbustos dispersos, donde come invertebrados: larvas, hormigas, arañas y escarabajos. Cría de enero a mayo. Nidifica en el suelo, en un hoyo tapizado con pelo de cabra. Hasta dos puestas anuales con entre 2 y 5 huevos, y un periodo de incubación de 13 y 15 días. El Gobierno canario ha implementado un Plan de Conservación desde 1999. 

Alimoche canario “guirre” Neophron percnopterus majorensis 

El alimoche es el buitre más pequeño de Europa, y no es endémico de las Islas Canarias pues vive en el Sur de Europa, Norte de África, Asia Central, India y Nepal, pero en Canarias presenta la subespecie N.p.majorensis, que sí es endémica de las Islas de las Islas de Lanzarote y Fuerteventura, (donde se encuentra el 93% de su población) aunque en tiempos pasados fue abundante también en otras islas del archipiélago. 



El nombre de “guirre”, que se le da en Canarias, viene de la lengua tamazigh que hablaban los antiguos aborígenes canarios, y viene de “gihir”, que significa “tirar objetos sólidos”, aludiendo a su habilidad de romper huevos de avestruz usando piedras que arroja con su pico. Es el único buitre presente en las Islas Canarias, donde es sedentario, a diferencia de las poblaciones ibéricas, que emigran para pasar el invierno a África. 

Actualmente hay unas 300 parejas, que han ido aumentando lentamente desde 1998, cuando se contabilizaron 150 parejas, merced a las políticas de protección. Tiene entre 50 y 70 cm de longitud, y una envergadura de entre 145 y 165 cm. Su plumaje es de color blanco con ribetes negros en las alas, con cabeza, rostro y patas desnudas de plumas, y color amarillo. Como todos los buitres, es carroñero, siendo beneficiosa su labor de limpieza de cadáveres en el campo. Pero, a diferencia de otros buitres, es capaz de cazar activamente también insectos y reptiles. Asimismo visitan asiduamente vertederos y basureros, donde encuentran alimento. 

Se reproducen entre marzo y abril, poniendo 2 huevos en nidos que construyen en repisas rocosas y acantilados marinos. Es una especie que, a pesar de los beneficios que reporta al ser humano, está en peligro de extinción y con un futuro incierto, merced a la alta tasa de mortalidad de los adultos y el bajo éxito reproductivo que presenta la especie. 

Al igual que le sucede a todos los buitres ibéricos, el guirre es víctima de colisiones en tendidos eléctricos, envenenamiento por munición de plomo que se encuentra en los cadáveres de los que se alimentan, y sobre todo, por envenenamiento al consumir cebos que se ponen en el campo, cobardemente, para eliminar cuervos y ratoneros Buteo buteo, a los que se “acusa” de consumir cabritos, gazapos y pollos de perdiz moruna. Y sin querer ver que un cebo en el campo lo puede consumir cualquiera, pero sobre todo los buitres, que son los que acuden a carroñas y cadáveres. 

En general, todas las aves endémicas canarias padecen las mismas amenazas: la destrucción de laurisilvas y pinares, la predación por parte de especies exóticas como gatos o ratas, y, especialmente en Lanzarote y Fuerteventura, la masificación de infraestructuras turísticas, que arrasan con los hábitats desérticos que usan muchas especies. Se da una circunstancia curiosa: aunque es bien sabido que las Islas Canarias viven fundamentalmente del turismo durante todo el año, resulta que Canarias es una de las Comunidades Autónomas con el índice de paro más alto… 

¿Merece la pena entonces fastidiar a la fauna?

Comentarios

  1. 68 cm. de altura? La primera. Gracias por el post, me encanta.

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  2. En https://www.pajaroscanarios.com/ encontrareis mucha información de este estupendo pajarillo.

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  3. Qué lindas fotos!
    Si quieres ver más fotos de aves, te invito a mi blog.

    https://avesdecordobayargentina.blogspot.com

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  4. Echo de menos al canario. He entrado ahora para ver cómo puede afectar el volcán a las palomas y al pinzón azul. Precioso blog

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