800 balas. La fauna de los desiertos ibéricos.

Querida hija: 

España es uno de los países más áridos del continente europeo. Si examinas un mapa cualquiera podrás observar la latitud tan sureña de la Península Ibérica, que casi besa el Norte de África. Siempre que regresamos de ver a tu abuela por vía aérea sorprende sobremanera el ver, cuando sobrevolamos el territorio español, el color ocre que cubre todo el suelo que podemos divisar desde el aire. Un ocre que traduce la presencia de un terreno reseco, desprovisto de árboles. 

Lagarto ocelado calentándose al sol del Desierto de Tabernas, Almería

Es cierto que, en gran medida, la aridez que padece la Península Ibérica es obra del ser humano. La deforestación y el inadecuado manejo de ciertas ganaderías, como las cabras, han convertido los dos tercios meridionales de la Península en un erial. En ese sentido puede que no te sorprenda el saber que existen verdaderos desiertos en España. Pero desde otro punto de vista sí puede sorprenderte, ya que estos desiertos son de origen natural. Y bullen de vida. En esta crónica voy a hablarte de los animales que pueblan los desiertos ibéricos. Pero antes de ello, me gustaría explicarte qué es un desierto y cómo y por qué se forman. A continuación, una vez hayas entendido este preámbulo, voy a hablarte de dos desiertos ibéricos: el Desierto de Tabernas y las Bardenas Reales. Vamos allá. 

Los desiertos. Qué son y cómo funcionan 

Un desierto es una porción de superficie terrestre donde se dispone de poca o ninguna humedad. Encontrarás muchas definiciones científicas que se basan en cantidades mínimas de lluvia, o temperaturas medias anuales, etc. Todas ellas son válidas, pero a mí me interesa que te quedes con el concepto. Si entiendes cómo se forman los desiertos, el concepto mismo te va a quedar más claro. Existen varios modos a través de los cuales se forma un desierto. Y cada uno de estos modos define, a su vez, un tipo de desierto. Vamos a verlos. 



Desiertos subtropicales 

Se forman mediante el siguiente proceso: la zona de nuestro planeta donde los rayos del Sol caen con más fuerza y energía es el Ecuador. Esto provoca que el aire ecuatorial, al calentarse, asciende en altura al ser más ligero, y este proceso físico desencadena fuertes lluvias en los Trópicos. A continuación, este aire que ya ha perdido su humedad una vez enfriado, cae de nuevo a la superficie terrestre en las latitudes subtropicales, en torno a los 20 – 25 º de latitud Norte y Sur. 

Precisamente es en este cinturón de latitudes subtropicales donde se forman los mayores desiertos del mundo, ya que el aire que cae sobre ellas está seco. No aporta ninguna humedad. Ejemplos de estos desiertos son: el Sahara, Arabia, Lut, Thar, California, Arizona, México en el Hemisferio Norte, y el Kalahari o los desiertos australianos en el Hemisferio Sur. 

Desiertos costeros 

Se forman sólo en las costas occidentales de los continentes, en sus latitudes subtropicales, debido a un fenómeno relacionado con las circulaciones de corrientes oceánicas, a su vez influidas por la rotación terrestre. En estas zonas del planeta se produce la subida de aguas oceánicas profundas y muy frías, para reemplazar las aguas superficiales que son desplazadas hacia el Oeste por los vientos alisios, que soplan en estas latitudes. La temperatura costera en estos puntos cae mucho y se forman altas presiones locales, porque el aire atmosférico que se enfría en contacto con estas masas de agua pesa mucho, creando condiciones estables meteorológicamente hablando, donde no se producen precipitaciones. 

Se forman así los desiertos del Sahara Occidental, junto a las Islas Canarias, y el desierto del Namib, en África del Sur, así como los desiertos de Atacama y de Perú, en la costa Occidental de Sudamérica. 

Desiertos continentales 

Los desiertos continentales se forman, como indica su nombre, en el interior de los continentes o en zonas donde la influencia de los océanos no llega, por lejanía de éstos. Son especialmente abundantes en todo el interior de Asia: Gobi, Taklamakan, Kara Kum, Kizil Kum… 

Desiertos de sombra de lluvia 

Los desiertos de este tipo se forman localmente, debido a la existencia de barreras geográficas que “detienen” la circulación de aire húmedo al formar una barrera, normalmente montañosa. El aire húmedo asciende por la barrera montañosa, enfriándose y descargando toda su humedad en la ladera que “mira” en la dirección de donde viene la masa de aire. Cuando supera la barrera montañosa, desciende cálido y seco. Este proceso se conoce como “efecto Foehn”. Ejemplos de este tipo de desiertos son: la meseta tibetana, al socaire de la barrera del Himalaya, el Altiplano andino, detrás de los Andes o, más al Sur de esta misma cordillera, en la Patagonia. 

Sombra pluviométrica y efecto Foehn

Sea cual sea el tipo de desierto, todos comparten unas mismas características. Al no haber formación de nubes, la insolación se hace extrema y la diferencia de temperaturas entre el día y la noche es muy amplia, al no haber humedad atmosférica que retenga el calor. La vegetación se hace escasa o nula, y las condiciones de vida se endurecen muchísimo. Sin embargo, sea cual sea el desierto que tú consideres, si observas atentamente verás que la vida no ha desaparecido de ellos. Es más, tanto plantas como animales han alcanzado asombrosas adaptaciones en dos direcciones: la primera, no perder humedad corporal. La segunda, saber almacenar el agua cuando ésta aparece. 

¿Cómo consigue la vida abrirse camino en tan difícil entorno? Aunque a simple vista no se puede ver, el suelo del desierto está cubierto de una fina capa vegetal llamada “corteza criptogámica”, compuesta de líquenes, algas verdes, musgos y cianobacterias que son capaces de retener micropartículas de humedad y estabilizan el suelo, incluso pueden fijar nitrógeno en el suelo lo que ayuda a otras plantas a crecer. Su papel es importantísimo ya que, cuando se presenta el agua de lluvia (sí, no he dicho que en los desiertos no llueva nunca), esta corteza consigue que el agua no “corra” sobre el suelo sino que le da tiempo a que el suelo la absorba, al menos en parte. 

El Desierto de Tabernas es un ejemplo de desierto de sombra pluviométrica

Por tanto, ya tenemos condiciones para que puedan crecer las plantas en el desierto. Y lo hacen. Por otro lado, al haber escasez de humedad, en el desierto la circulación de los nutrientes es lenta, al igual que la descomposición bacteriana de la materia viva. La hojarasca que cae de las plantas puede tardar años en descomponerse, y este proceso sucede debajo de las plantas, donde existe un microclima debido a la sombra que proyecta, junto con los nutrientes del suelo y la poca humedad que la planta ha conseguido retener. Se puede decir que, en el desierto, las plantas crean islas de fertilidad debajo de ellas. 

Donde hay un suelo con nutrientes y microfauna/microflora, entonces hay alimento para insectos, anfibios y Reptiles, que son los vertebrados mejor adaptados al desierto. En cuanto a los Mamíferos, tanto herbívoros como carnívoros son siempre oportunistas y generalistas, al ser capaces de alimentarse de prácticamente todo lo que haya disponible. Los herbívoros grandes suelen ser ramoneadores: hojas, brotes, corteza e incluso hojas muertas llegado el caso. Los herbívoros pequeños son granívoros: estos herbívoros consumen más semillas que hojas los ramoneadores. 

He aquí una conclusión que podemos extraer de la fauna de los desiertos: los desiertos funcionan como filtros. Dejan pasar a los animales generalistas, capaces de sobrevivir en ellos, y detienen a los animales especialistas. Por eso, a nivel zoogeográfico, no es de extrañar que los grandes desiertos funcionan como límites entre Regiones zoogeográficas, como el Sahara entre el Paleártico y el Afrotropical, o el Thar entre el Paleártico y el Indomalayo. 

El Desierto de Tabernas: el más cinematográfico. 

El Desierto de Tabernas, en la Provincia de Almería, está considerado como el único verdadero desierto de Europa. Se encuentra sólo a 30 kilómetros al norte del puerto mediterráneo de Almería, a 404 metros de altitud sobre el nivel del mar. Es un desierto de sombra de lluvia debido a su situación geográfica, encajonado entre la Sierra de los Filabres (Sistema Penibético), al Norte, y la Sierra Alhamilla, al Sur. Las precipitaciones llegan normalmente desde el Valle del Guadalquivir, al Oeste, pero son detenidas por la Sierra de los Filabres. Por su parte, el Mediterráneo prácticamente no aporta humedad. Las precipitaciones anuales no superan los 250 mm. 

Situación geográfica del Desierto de Tabernas

Este desierto ocupa un lugar muy especial en la Historia de la Cinematografía, pues desde el año 1956 no han dejado de rodarse películas ambientadas en el Oeste norteamericano o en los desiertos africanos, debido a su asombrosa similitud paisajística con estos otros desiertos. Más concretamente, el Desierto de Tabernas floreció en los años 60 y 70 con el subgénero llamado Spaghetti western por tratarse de coproducciones cinematográficas europeas lideradas por Italia. El gran actor Clint Eastwood cimentó su leyenda en la polvorienta “Almería West” en la famosa trilogía de Sergio Leone “El Bueno, el Feo y el Malo”, “La Muerte tenía un Precio” y “Hasta que llegó su Hora”, rodadas en Tabernas. 

De hecho, hoy en día los pueblos abandonados “del oeste” que se construyeron para aquellos rodajes son atracciones turísticas que traen visitantes a tan desolado pero bello paisaje. De ahí el título de ésta crónica: 800 Balas es una película de Álex de la Iglesia que rinde homenaje a ese entrañable cine del oeste. 

Los antiguos decorados del rodaje de westerns se mantienen como atracción turística

Pero nosotros vamos a lo nuestro. En Tabernas se da un clima subtropical desértico, con entre 25 y 55 días de lluvia al año, la mayoría de ellos de menos de 20 mm. La temperatura media anual es de 17,9ºC, existiendo una gran amplitud térmica. En Enero, temperaturas entre 3 y 10 ºC y en verano, más de 40ºC. El paisaje es erosivo, con cárcavas, chimeneas y mesas. La vegetación es predominantemente arbustiva y dispersa. 

Para la fauna, el ecosistema más interesante son las “ramblas”, versión local de los uadis norteafricanos. Cursos de agua secos que, en momentos de lluvia, pueden convertirse en ríos temporales. Aun secos, son capaces de retener humedad en charcas y manantiales. En los taludes de las ramblas encuentran refugio muchas aves, y por eso constituyen los micro-hábitats más valiosos en este desierto: 

Entre las rapaces que anidan en los taludes de las ramblas, destacan el cernícalo Falco tinnunculus, el mochuelo Athene noctua o el búho real Bubo bubo. Las aves insectívoras están representadas, entre otras muchas, por el roquero solitario Monticola solitarius, los multicolores abejarucos Merops apiaster, el vencejo real Apus melba o la collalba negra Oenanthe leucura. Entre las aves omnívoras y generalistas destacan, como en todas partes, los córvidos. En este caso representados por la grajilla Corvus monedula

El búho chico es una de las especies de rapaces presentes en Tabernas

Las aves esteparias están representadas por el elegante y espigado alcaraván Burhinus oedicnemus, de largas patas adaptadas a la marcha y la carrera, y con grandes ojos amarillos muy adecuados para otear los despejados horizontes del desierto. Pero, de entre las muchas especies de aves que viven en este desierto, voy a destacarte dos, muy adaptadas a la vida en zonas áridas y desérticas: 

La alondra de Dupont Chersophilus duponti se distribuye por las zonas áridas y esteparias del Este y el Sureste de la Península Ibérica. Este paseriforme de la familia Alaudidae es terrestre, tiene un plumaje que le permite el camuflaje en el marronáceo paisaje del desierto, donde come insectos y semillas. Se distingue de la alondra común en que su pico es notablemente más largo y más fino. Tiene una longitud de entre 17 y 18 centímetros, el cuello y las patas largas. Es habitante sedentario y anida en el suelo, donde pone entre 3 y 4 huevos. Además de España, donde se han contabilizado 1.300 parejas, también vive en el Magreb. Podría, pues, considerarse un endemismo Ibero-magrebí. 

Alondra de Dupont

Por su parte, el camachuelo trompetero Bucanetes githagineus es un paseriforme de la familia Fringilidae. Tiene 12 centímetros de longitud y aspecto general de un pinzón rechoncho. Su color es gris arenoso, adaptado a los colores del desierto, aunque en la época de reproducción el color del macho puede virar a un tono anaranjado. El pico es corto y fuerte, de forma cónica, como corresponde a un pájaro devorador de semillas. Pone de 4 a 6 huevos en primavera. La particularidad de este camachuelo estriba en su área de distribución, desde las Islas Canarias hasta Oriente Medio a través de todo el cinturón desértico arábigo-sahariano. En la Península Ibérica es un inmigrante reciente, pues fue detectado por primera vez en 1969 en el Sureste español, inicialmente invernante pero desde 1972 ha criado y ha ido expandiéndose por la costa mediterránea hacia el norte, siguiendo los terrenos cada vez más desertificados por la mano del hombre. Digamos que es un pájaro que se está beneficiando de la degradación ambiental y paisajística a la que la industria playera ha sometido al Mediterráneo. 

Camachuelo trompetero y su área de distribución en la Península

Las aves rapaces tienen de qué alimentarse: en Tabernas se hallan representados lagomorfos como el conejo o la liebre, y micromamíferos como las musarañas o el ratón de campo. También depredan sobre reptiles presentes como la culebra de escalera Elaphe scalaris o el gran lagarto ocelado Timon lepida

Otras aves presentes en el Desierto de Tabernas son, la terrera común Calandrella brachydactila, el alzacola Cercotrichas galactotes, la cogujada Galerida cristata, la curruca tomillera Sylvia conspicillata, la ganga ortega Pterocles orientalis, el águila real Aquila chrysaetos o el águila perdicera Hieraaetus fasciatus

Terrera marismeña

Los mamíferos no están ausentes de nuestro desierto más cinematográfico. Y, como te decía al comienzo de ésta crónica, son las especies más generalistas y adaptables las que viven aquí: la gineta Genetta genetta, el gato montés Felis silvestris, la garduña Martes foina, la comadreja Mustela nivalis, el tejón Meles meles y la musaraña Crocidura russula. También el erizo Erinaceus europaeus, el zorro Vulpes vulpes, el jabalí Sus scrofa y, aunque no vive estrictamente en el Desierto de Tabernas, está presente en la vecina Sierra de los Filabres la cabra montés Capra pyrenaica

En las escasas zonas donde se conserva una humedad suficiente durante todo el año, fundamentalmente fondos de ramblas, se pueden encontrar Anfibios como la rana común Rana perezi, el sapo corredor Epidalea calamita y también podemos encontrar ditiscos (escarabajos acuáticos depredadores y carnívoros) como Agabus ramblae, también endemismo Ibero-magrebí, y Meladerma coriacea, que está más extendido por la Europa mediterránea, Norte de África y el Oriente Medio. Completan el elenco de invertebrados el escorpión Buthus occitanus o la tarántula Lycosa tarantula. No está mal para un desierto a primera vista desprovisto de vida, ¿no? 

Las Bardenas Reales: el desierto humanizado. 

Las Bardenas Reales de Navarra se encuentran enel Suroeste de la Comunidad Foral de Navarra, en el Valle del Ebro lindando con la comarca aragonesa de Las Cinco Villas. A diferencia del Desierto de Tabernas, las Bardenas Reales no son un verdadero desierto, sino un semidesierto de vegetación xerófila (adaptada a la sequedad). Su origen se encuentra, al igual que en Tabernas, en la existencia de una “sombra pluviométrica” para las precipitaciones que llegan del Norte y Oeste, debilitadas por los Montes Vascos y los altos páramos burgaleses. El viento del Norte, frío y seco, llamado cierzo, y que sopla durante un significativo número de días al año, contribuye también a la escasez de precipitaciones, que oscilan entre los 400 y 500 mm, predominantemente equinocciales e invernales, irregulares y muy torrenciales. 

Situación geográfica de Las Bardenas Reales

Tiene 418,45 km2 de superficie y sus altitudes oscilan entre los 250 y los 659 metros sobre el nivel del mar. Según su clima, Las Bardenas Reales se clasifican como una zona semiárida mediterránea continental. A diferencia del Desierto de Tabernas, muy similar a los desiertos norteafricanos, las Bardenas se asemejan más a los desiertos continentales eurasiáticos, con una temperatura mínima media invernal de entre 1 y 12 ºC (mínima absoluta de -13ºC), y los 40ºC de máxima en verano. La nieve puede caer en invierno. 

El viento, las irregulares precipitaciones y el efecto de las heladas han creado un paisaje muy erosionado, tipo badlands, compuesto de cabezos, mesetas y cerros testigos, atravesados por profundos barrancos por donde fluyen las aguas de las precipitaciones. 

El paisaje de las Bardenas está marcado por una fuerte erosión

Otra diferencia importante con el Desierto de Tabernas lo constituye su fuerte influencia humana. La palabra “bardena” evoca el concepto de un terreno cerrado y cercado, haciendo referencia a su pertenencia histórica a los Reyes de Navarra, que arrendaban sus pastos para que los ganados trashumantes provenientes de los valles pirenaicos como el Roncal, pasaran el invierno. Este uso ganadero está documentado, al menos, desde el siglo IX, y ha sido continuo hasta comienzos del siglo XX, cuando se empezó a cultivar también el trigo de secano. Si bien, según el clima y la naturaleza del suelo, la vegetación potencial de las Bardenas sería una estepa, esta vegetación ha sido parcialmente degradada por el uso ganadero. Es cierto, empero, que el matorral estepario sigue estando bien representado pero en las zonas más bajas y más áridas, conocidas como La Bardena Blanca, la vegetación ha desaparecido casi por completo. 

Paisaje de badlands en Las BardenasReales. Obsérvese la proximidad de los cultivos de secano.

Por su parte, en la zona conocida como La Bardena Negra, la vegetación es más propiamente mediterránea: pino carrasco, sabinar, coscojar, encinar, romerales y espartales. Y, al igual que sucede en Tabernas, este desierto engañoso bulle de vida. Vamos a conocer qué especies habitan aquí. 

En las balsas de agua permanentes que hay en esta zona existen tres especies de peces autóctonos: la anguila Anguilla anguilla, el barbo de Graells Barbus graellsi, y la madrilla Chondrostoma toxostoma. También hay presencia de Anfibios: si bien se cree que desde 1981 están extinguidos en la zona los tritones jaspeado y palmeado, son abundantes el sapo común Bufo bufo, el sapo corredor Epidalea calamita, el sapo de espuelas Pelobates cultripes ,el sapillo moteado Pelodytes punctatus o el sapillo pintojo común Discoglossus galganoi, raro en Navarra. 

Sapillo pintojo ibérico

Al igual que sucedía en el Desierto de Tabernas, los reptiles están representados por las culebras de escalera, lisa, bastarda, viperina y la víbora hocicuda. También presentes el lagarto ocelado, el eslizón y las diversas lagartijas ibéricas. Los mamíferos oportunistas más comunes también están aquí: jabalí, zorro, gineta, gato montés, tejón, conejo, liebre, turón, comadreja, erizo, ratones de campo y común, topillo común y musarañas. 

Lagartija ibérica Podarcis hispanica

Gran parte de todos ellos sirven de alimento a las verdaderas reinas de la fauna de las Bardenas Reales, las aves. Es extraordinaria la riqueza ornitológica de este semidesierto navarro, hasta tal punto que en 1999 se declaró Parque Natural. Las aves esteparias están ampliamente representadas: ganga, ortega, alcaraván, alondras común y de Dupont, terrera marismeña Alaudala rufescens, de idénticos requerimientos ecológicos y extensión geográfica que el camachuelo trompetero que veíamos en Tabernas, las collalbas rubia, gris y negra, las cogujadas montesina y común, la curruca tomillera, perdiz, sisón y la avutarda. Esta última llegó a desaparecer de la zona, para regresar posteriormente de una forma tímida. 

El alcaraván, una de las aves esteparias más notables

El segundo gran grupo de aves presentes en Las Bardenas Reales son las aves rapaces que, como hemos visto, disponen aquí de abundantes presas para darles de comer: 

Rapaces forestales: águilas culebrera y calzada, alcotán, gavilán, milanos real y negro, ratonero, búho chico y autillo. 

Rapaces rupícolas: águila real, buitre leonado (que nidifica en la zona desde 1989), cernícalo, halcón peregrino, búho real, lechuza y mochuelo. Mención aparte merece el alimoche, que tiene en las Bardenas Reales una de las mejores colonias de toda Europa. 

Rapaces esteparias: aguilucho lagunero, cernícalo primilla, esmerejón, aguilucho pálido y águila perdicera. En resumen, hija mía…siempre que atravieses estos o cualesquiera otros desiertos, no te dejes engañar por las apariencias. Son ecosistemas duros donde la vida no es fácil pero en este caso, el espejismo consiste en creer que están vacíos. Ahora sabes quién vive ahí, y por qué.

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