El río suicida: la heroica fauna del Pilcomayo.

Querida hija:

Un amable seguidor y lector desde Perú, José Carlos Silva (Twitter: @jcsilvagonzales) me llamó la atención sobre el desastre ecológico que aqueja a la fauna del río Pilcomayo, situado entre Paraguay y Argentina. Como me gusta estar abierto siempre a las sugerencias de los lectores, investigué un poco sobre este asunto y lo encontré tan interesante que decidí contártelo en una crónica. En efecto, descubrirás que el Pilcomayo es un río singularísimo, tanto que ha sido definido como el río suicida. El por qué de este sobrenombre y qué fauna habita las tierras que baña, lo sabrás si continúas leyendo.

Jabirúes en el Bañado La Estrella

El Río Pilcomayo: el río que se ahoga a sí mismo

El Pilcomayo es un curso de agua que atraviesa la ecorregión denominada "Gran Chaco Americano", que es la segunda ecorregión más grande del Continente sudamericano, a la vez que una de las más desconocidas. El Chaco Boreal, o Chaco Seco, es el extremo Norte de dicha ecorregión, y que precisamente encuentra en el Río Pilcomayo su límite Sur. Se trata de una llanura de clima tropical con dos estaciones muy marcadas: la lluviosa (que dura unos cuatro meses), y la seca que dura el resto de año. 

Es la región más árida del continente, y donde se alcanzan en plena sequía temperaturas de más de 47ºC. El déficit hídrico es palmario, y ha sido una de las principales barreras para la colonización humana que, por lo demás, ha sido muy tardía. La otra gran barrera para el desenvolvimiento de la sociedad humana en el Chaco Seco es la dificultad de las comunicaciones. Siempre ha sido una región aislada, con un bosque seco tropical impenetrable, donde los ríos (como verás) están sujetos a fuertes variaciones de caudal y de curso, provocando grandes inundaciones y sequías. Todo ello hace que el Chaco Boreal sea aún una "frontera" remota pero que, aunque salvaje, no ha podido escapar del todo a la destrucción que el ser humano impone a todo el planeta.

Mapa de la cuenca del Pilcomayo

El Pilcomayo nace en Bolivia, en la Cordillera de los Frailes a más de 4.500 metros de altitud, por encima de Potosí. Durante su curso alto se trata de un río de montaña, de curso bien encajonado y definido. Al salir de Villa Montes (Bolivia), empieza su curso medio al ingresar en la llanura chaqueña, y aquí empiezan los problemas. Lo que sucede es que la pendiente de la llanura es tan pequeña que el río no consigue establecer un cauce definido, y el río se convierte en errático, produciendo meandros y cambiando su curso frecuentemente dependiendo de sus crecidas y de los sedimentos que arrastren. Aquí está la clave del comportamiento del Pilcomayo, por lo que es fundamental que lo entiendas bien.

El régimen del Pilcomayo es pluvial, esto quiere decir que depende de las lluvias. En la cabecera de la cuenca, en los Andes, las lluvias son invernales, entre diciembre y enero y la crecida del río empieza sobre febrero para alcanzar su máximo en pleno invierno austral, entre Junio y Septiembre, para empezar a continuación su fuerte estiaje en la estación seca. Existe un contraste brutal entre las mayores crecidas del Pilcomayo y sus estiajes: el caudal máximo del Pilcomayo (800 m3/s) es nada menos que 45 veces el caudal mínimo. Y en sus crecidas, el río arrastra muchísimo sedimento: 60 kilos de barro suspendido por cada metro cúbico de agua.

Vista aérea del Pilcomayo

El proceso es el siguiente: en las crecidas, el Pilcomayo deposita gran cantidad de árboles y ramas (llamados paleríos), que acaban formando represas al ser rellenados los huecos con barro. Se forman así cúmulos de sedimento que acaban por "estrangular" el cauce, elevando primero el curso de agua por encima del nivel de la llanura, y produciendo el desborde del agua a continuación, que buscará siempre el punto de mayor pendiente para fluir. Y como la pendiente en el Chaco es tan pequeña, lo que hace el agua es "vagar", abandonando el cauce primitivo, que va retrocediendo hacia el Noroeste según los sedimentos se van acumulando.

Entonces, te preguntarás, ¿adónde va el agua del Pilcomayo?. Históricamente, hasta comienzos del siglo XX, el Pilcomayo desembocaba en un delta interior en el Estero Patiño, en territorio paraguayo a unos 250 km de distancia del Río Paraguay, a cuya cuenca pertenece el Pilcomayo. A partir del Estero Patiño, se emitía el Río Confuso que desembocaba en el Paraguay, desaguando la cuenca completa. Pero los problemas de la sedimentación del Pilcomayo, que comienzan a partir del punto "trifinio" donde confluyen las fronteras de Bolivia, Argentina y Paraguay, se empiezan a manifestar cuando en 1933 el Pilcomayo "bascula" hacia el Sur, ingresando en territorio argentino y dejando en Paraguay el llamado "cauce seco".

Bañado La Estrella

A partir de ese momento comienza un proceso de desecación del Estero Patiño, que culminará en 1980, y paralelamente en el lado argentino (Provincia de Formosa), empieza a surgir a partir de 1964 un grandioso humedal que va absorbiendo las crecidas del Pilcomayo: es el Bañado La Estrella, que se ha convertido en el tercer humedal más grande de Sudamérica, tras el Pantanal y los Esteros del Iberá. Más adelante te hablaré de la exuberante fauna de este verdadero Edén húmedo. Se calcula que, para 1975, el cauce del Pilcomayo había retrocedido 170 km hacia el Norte, ahogado por los sedimentos que arrastraba. A partir del Bañado y otros esteros de la región, la cuenca desagua a través de varios cursos de agua del "abanico fluvial" hasta verter finalmente en el río Paraguay.

Argentina y Paraguay empiezan a ver el problema: las comunidades humanas se van a quedar sin agua. Y los humanos empiezan a intervenir en un proceso que, hasta ese momento, había sido completamente natural.

Así, en 1980 desde el lado argentino se construye un canal que capta agua del Pilcomayo en la zona donde aún no ha sido colmatado, para distribuir su agua en la Provincia de Formosa. El asunto llega hasta el completo desvío del cauce del río al lado argentino. Tras un conflicto diplomático con Paraguay, el canal se cierra en 1982. En 1989, paraguayos y argentinos comprenden que están condenados a entenderse, y diseñan conjuntamente el Proyecto Pantalón: se construirá un canal para regar territorio paraguayo y otro, desde el mismo punto, para regar el territorio argentino.

Canales de desvío del Pilcomayo (fuente: ABC Color)

En 1991 se construye el canal argentino, que llevará agua hasta 1994, cuando se produce su taponamiento. En 1996 se habilita el Canal Farías, que mal que bien, lleva agua del Pilcomayo a territorio argentino. Por parte paraguaya, tras el fracaso de su canal original, en 1993 construyen otro. Ante la falta de agua que aqueja a la parte paraguaya, los paraguayos arguyen que los argentinos construyen canales de mayores dimensiones que las acordadas, y por eso desvían el río a su territorio. Por su parte, los argentinos señalan que los paraguayos no hacen mantenimiento de sus canales, y por eso se colmatan y se secan. Probablemente ambas partes tengan razón, pero la consecuencia es la misma: al captar artificialmente el agua del Pilcomayo, se agrava el efecto de la falta de agua durante las grandes sequías en la región, afectando por igual a humanos que a la fauna silvestre.

Y ahora ya sabes qué es lo que pasa con el Pilcomayo. Voy a hablarte ahora de su fauna, y cómo le afecta esta situación de extrema inestabilidad de su cauce.

La ictiofauna del Pilcomayo

Tratándose de un río, hay que empezar hablando de sus peces, y con más razón en el caso del Pilcomayo porque la pesca es allí una actividad importante, que ha sido ejercida secularmente por los pueblos aborígenes de la región, como por ejemplo los weenhayek de Bolivia.

Y hablar de la pesca en el Pilcomayo es hablar del sábalo (Prochilodus lineatus). Es éste un pez Characiforme (como las pirañas), endémico de la Cuenca del Paraná y que puede alcanzar los 60 cm de longitud y los 6 kg de peso. Se alimenta de sedimentos orgánicos, se puede decir que filtra fangos y se trata, por consiguiente, de un consumidor secundario en su ecosistema. Es un pez migratorio: cuando llega la crecida del Pilcomayo realiza una migración aguas arriba desde los esteros del Chaco hasta el curso superior, en Bolivia, donde desova a comienzos de la estación lluviosa. Es entonces cuando constituye un importantísimo recurso pesquero en la región.

Sábalo

Posteriormente, cuando se desarrolla el alevín, vuelve al curso bajo para su desarrollo y engorde, alimentándose en los humedales chaqueños. Pero este recurso pesquero está desapareciendo: desde hace 15 años no para de disminuir: de unas 1.000 toneladas anuales que se pescaban, a las 26 toneladas que se pescaron en 2014. Es indudable que la prolongada sequía y la sedimentación Del Río tienen que ver, junto con el agua que los canales le "roban" al río. Así, hay ya una desconexión entre las poblaciones de sábalos del Pilcomayo y del Paraná, y por otro lado, al romperse la continuidad del curso entre Bolivia y los esteros, disminuye la migración anual del sábalo. Se ha detectado, también, que la contaminación que baja desde las explotaciones mineras de Bolivia se ha depositado en las vísceras del sábalo, lo que añade un peligro más para el consumo humano.

Otros peces importantes para la actividad pesquera en el Pilcomayo son el dorado (Salminus brasiliensis), otro Characiforme de la cuenca del Paraná, muy interesante para la pesca deportiva, merced a su metro de longitud y sus 30 kg de peso. El dorado es un pez depredador, que consume otros peces, en especial el sábalo.  También de interés deportivo, pero asimismo para la pesca tradicional, es el surubí pintado (Pseudoplatystoma corruscans), un "pez gato" (Siluriforme), presente en las cuencas del Paraná y del San Francisco. Como buen siluro, puede alcanzar gran tamaño: 1,75 metros de longitud y 80 - 90 kg de peso. Se distingue muy bien por sus manchas oscuras en el dorso. Es otro pez depredador que también depende del sábalo entre otras especies.

Surubí pintado

Aparte de estas especies, que serían las principales del Pilcomayo, podría nombrarte la boga (Leporinus lacustris, L. obtusidens), el bagre (Pimelodus argenteus), o la piraña de vientre rojo (Pygocentrus nattereri).

No quiero terminar este capítulo de los peces presentes del Pilcomayo sin mencionar la existencia en este río de "peces anuales" o killifish, como Austrolebias vandenbergi, Papiliolebias bitteri o Trigonectes aplocheiloides. Estos peces, presentes tanto en Sudamérica como en África, están adaptados a vivir exclusivamente en cursos o láminas de agua temporales, esto es, que surgen en la época de lluvias, y se secan durante el estiaje. Estos peces nacen y mueren en estos cursos de agua, pero antes de morir dejan sus huevos enterrados en el fango, que eclosionarán cuando la charca vuelve a resurgir con las lluvias, aunque tarde años en volver a surgir. ¡Asombrosa la Naturaleza!

Los Reptiles. El martirio de los yacarés.

Al hablar de los reptiles de la región del río Pilcomayo, hay que referirse obligatoriamente a los caimanes, denominados allí yacarés. Existen en la región dos especies: el yacaré negro (Caiman yacare) y el yacaré overo (C. latirostris). Si bien ambas especies alcanzan tamaños máximos similares en torno a los dos metros y medio, es imposible confundir ambos yacarés: el primero, más abundante, presenta una coloración oscura, negruzca, con manchas en los costados y en la mandíbula inferior, mientras que el segundo presenta una coloración mucho más clara, grisácea, y su hocico es claramente más corto y robusto.

Yacaré negro

Ambos yacarés se alimentan de peces, moluscos y crustáceos. También pueden alimentarse de otros reptiles, y muy raramente atacan a mamíferos. Los yacarés están sufriendo especialmente los efectos combinados de las sequías de la región, el taponamiento del curso del Pilcomayo y el desvío de las aguas restantes por los canales del Proyecto Pantalón. Son desgraciadamente frecuentes las tristes imágenes de yacarés agonizando en minúsculas y embarradas charcas de agua, y muriendo de hambre ante la muerte de los peces que constituyen su sustento. Esta situación les pone en situación de vulnerabilidad ya que muchos desaprensivos aprovechan esta situación de debilidad para capturarlos ilegalmente (ya que están protegidos) y alimentar así el comercio ilegal de pieles y carne, muy apreciada en la región pero que normalmente es surtida a partir de yacarés de granja.

Yacaré overo
Otras personas bienintencionadas tratan de salvar estos yacarés atrapados en el barro llevándolos a lugares donde hay agua, pero provocando así una superpoblación local que tiene efectos contraproducentes. Actualmente ambas especies no corren peligro de extinción en la región, pero si  la situación continúa sin arreglarse, sin asegurar un mínimo caudal natural en el Pilcomayo, la situación podría ser otra.

El Yacaré es una de las especies más afectadas por la falta de agua en la región

Aparte de los yacarés, esta es sin duda la patria de la magnífica anaconda amarilla (Eunectes notaeus), de la cual ya te hablé en mi crónica dedicada a las anacondas. Otras serpientes asociadas a cursos de agua en la región son la serpiente verdinegra (Erythrolampus poecilogyrus) y la piraguara (Helicops leopardinus). Entre los lagartos, me gustaría destacarte a los Teidos: el magnífico tejú o lagarto overo (Salvator merianae), con sus 140 cm de longitud, la lagartija verde (Teius teyou), o el lagarto trepador chaqueño (Tropidurus etheridgei).

Las aves. El Bañado La Estrella

Para hablar de las aves del río Pilcomayo, nada mejor que tomar como referencia a su principal humedal: el Bañado de la Estrella, que como te expliqué antes, desde 1964 constituye la "esponja" donde el Pilcomayo desemboca o, más bien, se diluye. En temporada de crecidas y desbordes, a vista de pájaro, el Bañado es una fantástica extensión donde se mezcla la tierra y el agua, islas, caños, meandros, pantanos...rebosante de aves palustres y acuáticas. Voy a enumerarte aquí las más significativas de entre las 280 especies contabilizadas en este humedal, diez de ellas amenazadas globalmente.

Jabirú

Tal vez la especie más emblemática del Bañado sea el magnífico jabirú (Jabiru mycteria) que, con sus tres metros de envergadura alar y su altura de 120 - 140 cm es la mayor cigüeña de América, sólo superada en envergadura por el mítico cóndor de los Andes. Esta Ciconiforme vive en los humedales desde Yucatán hasta la Pampa. Es inconfundible no sólo por su tamaño sino también por su coloración blanca, con la garganta roja y la cabeza negra. Consume peces dentro del agua. Estrechamente relacionada con el jabirú está el tuyuyú cántalo americano (Mycteria americana), que se distingue del anterior por su cabeza pelada y grisácea.

Otra preciosa zancuda que se encuentra en el Bañado es la magnífica espátula rosada (Platalea ajaja), con su inconfundible pico en forma de espátula y su bello color rosado en el cuerpo, sobre todo en las alas. Otras aves palustres notables son la jacana (Jacana jacana), con sus largos dedos de los pies para no hundirse en la vegetación palustre, el cormorán (Phalacrocorax brasilianus) o garzas como la garza blanca (Ardea alba). Las Anátidas están bien representadas por, entre otras especies, los patos silbones (Dendrocygna viduata y D. autumnalis), o el patito arroz (Callonetta leucophrys).

Espátula rosada

Fuera del ámbito acuático, se encuentran también en la zona el ñandú guasu (Rhea americana), también conocido como "avestruz americano", el pájaro carpintero ypeku aka pita (Campephilus leucogon), o Psitácidas como el loro hablador (Amazona aestiva).

Los mamíferos. El Imperio del Jaguar

La planicie chaqueña es rica en fauna de grandes mamíferos. No en balde el propio nombre de "Chaco" proviene de una palabra que puede traducirse como "lugar de caza". Y, al tratarse de una región de difícil acceso y colonización para los humanos, esta fauna se ha conservado relativamente bien hasta el momento.

Estamos en la tierra del jaguar (Panthera onca), llamado en la región yaguareté. El mayor felino de América es el super-depredador indiscutible de la región, donde como verás más adelante, dispone de un amplio elenco de grandes presas para poder elegir, además de los yacarés, de cuya captura es un consumado especialista, toda vez que el jaguar se desenvuelve muy bien en el agua. Es un felino que necesita amplios territorios para moverse: puede desplazarse hasta diez kilómetros diarios, con extensiones de 3.800 hectáreas para las hembras y 9.000 para los machos.

Jaguar

Desgraciadamente, la persecución humana ha contraído la extensión habitada por el jaguar hasta un 10 - 15% de su extensión original. En el Río Pilcomayo existe presencia del jaguar en el Bañado La Estrella y también se ha detectado en territorio paraguayo, justo al Norte del río pero hacen falta más estudios en la zona puesto que la presencia del jaguar aquí parece ser esporádica y débil. En la cuenca del Pilcomayo, la población segura más grande de jaguares parece encontrarse en territorio boliviano, en la Sierra Subandina de Aguaragüe.

El otro gran depredador presente en el Pilcomayo es el puma (Puma concolor). Como representante de los cánidos depredadores secundarios puedo destacarte en la región al zorro de las Pampas (Lycalopex gymnocercus), denominado en la región aguará chaí.

Zorro de las pampas

Existe una buena representación de grandes herbívoros, empezando por el mayor mamífero de Sudamérica: el tapir o mboreví (Tapirus terrestris), con sus dos metros y medio de longitud y 300 kg de peso y que es desgraciadamente objeto de caza ilegal para aprovisionarse de su carne. En los bosques xerofíticos de la región existen nada menos que tres especies de pecaríes: el Kure'i (Pecari tajacu), el tañy kati (Tayassu pecari) y el tagua (Catagonus wagneri), que es además endémico del Chaco.

Pecarí del Chaco o "tagua"

Dos especies de ciervos: la corzuela colorada guasú pita (Mazama americana), y la corzuela parda guasa virá (Mazama gouazoubira). Por su parte, los ambientes acuáticos también tienen sus mamíferos propios, como el mayor roedor del mundo, el capibara (Hydrochoeris hydrochoeris), la nutria (Lontra longicaudis) o el mapache aguará popé (Procyon cancrivorus)

EPÍLOGO

En resumen, hija mía, la región del Pilcomayo es una joya faunística que se halla en peligro por un fenómeno decidido de falta de agua, a mi juicio agravado por los canales humanos que desvían el caudal aún disponible de este río conflictivo y errático. La contaminación en forma de metales pesados que baja desde las explotaciones mineras de Bolivia es otra de las amenazas para este ecosistema singular, al que hay que añadir la deforestación y la caza ilegal de sus especies protegidas.

La falta de agua es la principal amenaza para la fauna del Pilcomayo

¿Cuánto durará esta "última frontera"?

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