El oso de anteojos: el Rey del páramo.

Querida hija:

La semana pasada publiqué un hilo de Twitter explicando generalidades sobre los osos. El hilo tuvo un éxito bárbaro mostrando el enorme interés que despiertan estos enormes Carnívoros. También pude comprobar cómo entre mis queridos lectores sudamericanos se ponía de manifiesto el aprecio y orgullo que le tienen al único oso sudamericano, el oso de anteojos. Ciertamente es una especie que se ha convertido en símbolo de la Naturaleza andina pero también tiene que hacer frente a una difícil situación desde el punto de vista conservacionista. Y como, además, en Europa no es tan conocido me parece idóneo dedicarle la crónica de hoy y hablarte de él.

Oso de anteojos mostrando sus ídem

¿Qué hace un oso como tú en un sitio como éste? Generalidades y origen

Para las personas no iniciadas en los arcanos de la fauna silvestre puede sorprender la existencia de un oso sudamericano, pues los osos son animales que suelen asociarse a zonas templadas y frías del Hemisferio Norte, de modo que la pregunta surge sola: ¿de dónde salió este oso?

Para entenderlo debes saber que, dentro de los Úrsidos (que, a su vez, son una familia del Orden Carnivora) existen tres subfamilias en las que se engloban las ocho especies de osos actuales: Ailuropodinae (el oso panda), Ursinae (el grueso de los osos) y Tremarctinae (el oso de anteojos, Tremarctos ornatus). Nuestro oso sudamericano es la única especie actual de la subfamilia Tremarctinae y, además, el único superviviente de una subfamilia que en el pasado tuvo más especies.

Los tremarctinos son conocidos también como "osos de rostro corto", y podemos remontar su origen a Plionarctos edensis, representante de un género que vivió hace entre 10,3 y 3,3 millones de años, entre el Mioceno y el Pleistoceno de lo que hoy es Indiana y Tennessee en América del Norte. En Norteamérica los osos de rostro corto llegarían a alcanzar enormes tamaños como en el género Arctodus, con dos especies ya plenamente integradas en la Megafauna pleistocena. Una rama de los tremarctinos sería la que penetrase en Sudamérica con el Gran Intercambio Americano de finales del Plioceno, y evolucionarían allí surgiendo también las cinco especies de Arctotherium, que fue el gran oso sudamericano de la Megafauna.

Arctotherium angustidens teniendo sus más y sus menos con unos Smilodon

Si bien sabemos que el oso de anteojos desciende de aquellos tremarctinos que vinieron de Norteamérica, todavía existe misterio en cuanto a su origen dado que el género Tremarctos no ha dejado restos fósiles en Sudamérica pero sí en Norteamérica con la especie T. floridanus, ampliamente distribuido por el Sur y Sureste de los EEUU durante el Plio-Pleistoceno. Se cree que los actuales osos de anteojos pudieron llegar desde Norteamérica durante el Estadial Illinoense hace entre 300.000 y 130.000 años, es decir, el oso de anteojos representaría un linaje tremarctino que llegó a Sudamérica independientemente de otros linajes que llegaron anteriormente. Otro misterio es por qué sólo los tremarctinos "se animaron" a dar el salto a Sudamérica mientras que Ursus no lo hizo.

Nos encontramos con un oso de tamaño mediano, con una longitud de entre 1,30 y 1,90 m. y un peso de entre 80 y 125 kg, siendo el macho mayor que la hembra. Su color es negro/oscuro con algunos ejemplares que pueden tener un color rojizo. Su característica distintiva es una serie de manchas y diseños de color crema/amarillento que enmarca los ojos y que también colorean el morro y el pecho, y estos diseños son completamente individualizantes ya que no hay dos osos con marcas iguales.

Anatomía de un oso de anteojos

Los osos de anteojos tienen también una característica anatómica recientemente descubierta y que se interpreta como una convergencia evolutiva con el oso panda y el panda rojo: un "falso pulgar" que corresponde a un hueso de la mano denominado sesamoideo radial y que alcanza un tamaño suficiente como para permitir al oso sujetar ciertos vegetales para comerlos y también ayudarle al trepar a los árboles ya que el oso de anteojos es el más arbóreo de todas las especies de osos. Este "falso pulgar" también está presente en otros tremarctinos fósiles como en Arctodus simus o Tremarctos floridanus, con lo que podría decirnos que aquellos osos fósiles tenían un género de vida similar al oso de anteojos.

El oso de anteojos está distribuido por la región andina de Sudamérica, entre Venezuela y Bolivia, si bien se han detectado indicios de su presencia en Argentina pero no se han podido avistar allí.

Biología y ecología

El hábitat del oso de anteojos (no en balde llamado también "oso andino") lo constituyen los bosques húmedos andinos con precipitaciones superiores a los 1.000 mm pero también el páramo andino y, ocasionalmente, zonas áridas de tierras más bajas. Se le encuentra habitualmente entre los 800 y los 3.800 metros de altitud, con récords de altura a los 4.750 m. Aunque puede vérsele también en tierras bajas, no es habitual por regla general encontrarlo a menos de 1.900 m de altitud.

Infografía de datos básicos sobre el oso de anteojos. Diseño: El Colombiano

Como la mayoría de los osos, el oso de anteojos es omnívoro pero prefiere claramente la dieta vegetariana en un 95%. De hecho, es el segundo oso más vegetariano tras el oso panda. Se alimenta de todo tipo de materia vegetal: frutos, raíces, cortezas, bayas, hojas, hongos, etc. Pero su comida preferida son los corazones de bromeliáceas, unas plantas epífitas que abundan en bosques húmedos y también de palmeras. De hecho, el oso de anteojos "pela" primero las hojas exteriores de estas últimas plantas para llegar al cogollo que le gusta. El "falso pulgar" que tiene le ayuda también en esta tarea.

Ahora bien, cuando se presenta la ocasión o la necesidad aprieta, puede alimentarse también de materia animal, como pequeños vertebrados, invertebrados o huevos. También es capaz de abatir presas grandes como camélidos o ganado doméstico. Como verás más adelante, aunque este último caso es rarísimo, no se ha librado de la persecución humana.

Oso de anteojos comiendo

Los osos de anteojos comparten con sus parientes de latitudes boreales un género de vida solitario y no territorial. Recorren el terreno en busca de comida y van dejando sus rastros olorosos (mediante frotamientos y rascaduras) para comunicarse con sus congéneres. Como tiene gran facilidad y hábito para subir a los árboles, frecuentemente se confecciona en las ramas un "nido" para el cual a veces tiene que romper ramas, que caen al suelo. Se cree que esto ayuda a la regeneración del bosque al permitir la entrada de luz solar a través de los "huecos" que abre en la frondosidad de los árboles. Junto con un papel de dispersor de semillas, se considera que el oso andino es una especie clave para la conservación y renovación de los bosques húmedos andinos.

La actividad reproductiva del oso de anteojos alcanza un máximo entre Abril y Junio al comienzo de la estación húmeda y tras una gestación de entre 5,5 y 8,5 meses se produce la mayoría de los partos en la estación seca entre Diciembre y Febrero. Pueden nacer entre uno y tres oseznos pero lo más normal es que sean dos, que permanecerán con su madre un año. La madurez sexual se alcanza entre los 4 y los 7 años.

El oso de anteojos y el ser humano

A pesar de su natural pacífico, su dieta en un 95% vegetariana y lo extraordinariamente raro de ataques al ganado doméstico, el oso de anteojos ha sido y es perseguido por los humanos de forma que está clasificado como "Vulnerable" por la IUCN. Se estima su población entre 13.000 y 18.000 ejemplares, distribuidos aproximadamente así:

- Venezuela: 1.100 - 1.600

- Colombia: 3.000 - 6.000

- Ecuador: 1.200 - 2.000

- Perú: aprox 5.000

- Bolivia: aprox 3.000

Si bien se halla protegido en toda su área, el oso andino es víctima de caza furtiva. En parte es por el consumo de su carne por parte de culturas tradicionales pero sobre todo por la colección de "amuletos" y partes del cuerpo del oso que se usan en rituales "mágicos" o en "medicina" tradicional.

Otra de las causas de su declive está en la destrucción de los bosques húmedos que constituyen su hábitat óptimo por el avance de la agricultura y la ganadería, que roturan y destruyen sus bosques. Lamentablemente cultivos ilegales como la coca o la marihuana contribuyen también en no poca medida a este problema.

Oso cazado ilegalmente en Perú. La caza furtiva es su principal amenaza

Pero los ganaderos siguen teniendo la idea de que el oso es un depredador habitual de ganado doméstico y es tal vez la principal causa de la caza ilegal del oso de anteojos, a pesar de la rareza de estos ataques basta con la "sospecha" para que se intente exterminar a este hermoso animal. Es habitual, también, que se atribuya al oso andino la autoría de ataques al ganado que en realidad corresponden al puma. Un examen de los restos depredados por parte de técnicos autorizados podrán atribuir correctamente la autoría de cualquier ataque de ganado, pero lo más rápido siempre es agarrar la escopeta y lanzarse a matar osos.

Como siempre, la conservación de animales como el oso de anteojos pasa por un intenso programa de formación y educación hacia los agricultores y ganaderos pero también por la puesta en valor monetario de los servicios ecosistémicos que proporciona: visitas turísticas para avistamiento de osos, monetización de la regeneración del bosque andino que lleva a cabo el oso, y tratar con cabeza los casos aislados de osos problemáticos que pueda haber en un lugar concreto. Fundamental, como siempre, involucrar a las comunidades locales en la conservación de los grandes depredadores.

O eso, o el único oso sudamericano y del Hemisferio austral será historia.

MÚSICA RECOMENDADA: Alan Silvestri - El clan del oso cavernario

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