El zorro rojo: inatacable por los ácidos
Querida hija:
El zorro rojo, el Maese Raposo del que nos hablaba nuestro querido Félix, es uno de esos animales que "damos por sentados". Siempre están ahí, siempre han estado ahí. Forman parte de nuestra cultura, de nuestra infancia. Abundantes, no es posible exterminarlos. Y creemos conocerlos bien. Por eso no les prestamos apenas atención a pesar de ser el segundo cánido silvestre presente en la Península Ibérica y ser un animal bellísimo. Pero lo que sabemos, o creemos saber, de este tipo de animales suele ser un puñado de tópicos. Tal vez ciertos...o tal vez no. De modo que ponte cómoda que voy a contarte algunas cosas sobre el zorro que seguro que no sabes.
El zorro rojo es el carnívoro terrestre de más amplia distribución |
Generalidades. Taxonomía y distribución
Pocos animales tienen la carga cultural que tiene el zorro rojo o común (Vulpes vulpes). Pocos animales como él han sido tan "humanizados" con epítetos como "listo", "malicioso", "engañabobos", "astuto", y otros por el estilo. Junto con el lobo, el zorro es protagonista de multitud de cuentos, fábulas y consejas en los que se perpetúan estos estereotipos. Lo que hay de cierto, o no, en ellos te lo voy a contar más adelante. Pero ahora mismo, para empezar, es mejor que conozcas los datos básicos sobre este interesantísimo cánido.
En efecto, el zorro rojo es un cánido, y dentro de los cánidos, pertenece a la Tribu Vulpini, la de los "verdaderos" zorros, aquellos que forman parte del género Vulpes, y es el más grande de los zorros actuales.
Aspecto general del zorro rojo. Obsérvese la poblada cola |
Su aspecto físico es inconfundible. Se trata de un cánido de tamaño mediano con una longitud de entre 45 a 90 cm, con una cola muy llamativa de entre 30 y 55 cm muy poblada e hirsuta, y una altura a la cruz de entre 35 y 50 cm. El peso del animal oscila entre 3,6 y 7,6 kg pero se han registrado pesos máximos de hasta 14 kg. Los machos son en promedio un 15% mayores que las hembras.
El morro es fino y su cara ancha, coronada por dos orejas triangulares de tamaño grande, mucho más grande que las orejas del lobo. Su pelo es sedoso, más largo en invierno que en verano, y objeto de la codicia de la industria peletera que lo persigue y lo cría para explotar su piel, con un color rojizo en el dorso y cabeza, blanco en las partes inferiores de la cabeza y el vientre, y la punta de las orejas, el morro y las patas de color negro.
Ahora bien, dentro de su amplísima zona de distribución, el zorro presenta una gran variedad de pelajes o "morfos", que oscilan desde el albino/leucístico hasta el negro o melánico, que se llama "plateado" en el argot peletero debido a los bonitos reflejos argénteos que presenta. Si bien los pelajes más frecuentes son el rojizo o el grisáceo, con sus diferentes matices.
Coloraciones que se han detectado en las dos principales subespecies europeas del zorro rojo |
El zorro es el carnívoro terrestre de más amplia distribución sobre nuestro planeta: en Eurasia desde la Península Ibérica hasta Japón y desde la tundra hasta India y Arabia, en África en el Magreb, en áreas de Libia y en el Valle del Nilo, y en Norteamérica desde Alaska hasta Terranova, y desde la tundra hasta las costas pacífica y atlántica de los EEUU, faltando en el centro de las Grandes Praderas. O sea, una distribución holártica. En la Península Ibérica se encuentra prácticamente en todo el territorio y sólo falta en las Baleares y Canarias. Ha sido, además, introducido en Australia y en las Islas Aleutianas. Falta en Groenlandia y las Islas del Ártico.
En una distribución tan sumamente amplia el zorro se ha diversificado genéticamente en 46 subespecies más o menos reconocidas: 30 en Eurasia, 3 en África y 13 en Norteamérica si bien en este último continente existe consenso al menos sobre 9 de ellas. Estas subespecies se dividen en dos grandes grupos: las boreales, más rojizas y de mayor tamaño, y las de las regiones áridas sureñas (África, Arabia, India...), más grisáceas y de menor tamaño. En la Península Ibérica los zorros pertenecen a la subespecie V. v. silacea, endémica de nuestra Península, mientras que en Europa las subespecies más extendidas son la nominal, V. v. vulpes y la centroeuropea V. v. crucigera.
Mapa de distribución del zorro rojo |
Origen. Polémica del zorro norteamericano
El zorro rojo es de origen eurasiático. Se cree que su origen pudo estar en algún lugar de Oriente Medio hacia el Plioceno final, concretamente el Villafranquiense (hace entre 3,5 y 1 millón de años) puesto que filogenéticamente está más relacionado con el zorro de Rüppell (V. rueppelli), propio de las regiones desérticas de Asia sudoccidental y norte de África, y con el zorro Corsac (V. corsac), propio de Asia central.
Una vez afianzada su posición en Eurasia, el zorro rojo coloniza Norteamérica a través del Puente de Beringia en dos eventos diferentes: primero durante la Glaciación Illinois (hace entre 190.000 y 130.000 años) y posteriormente durante la Glaciación Wisconsin (hace entre 75.000 y 11.000 años). Esta doble colonización de Norteamérica, separada por el escudo glacial que dejó Alaska aislada del resto de Norteamérica ha complicado la taxonomía del zorro norteamericano, pero también los estudios moleculares que se han llevado a cabo han logrado resolver un misterio que tenía intrigados a los especialistas.
Distribución de las subespecies norteamericanas de zorro rojo |
Se consideraba que el zorro era autóctono de Norteamérica sólo en las regiones boreales del continente, con las subespecies: V. v. alascensis, V. v. abietorum, V. v. regalis y V. v. rubricosa y en la región montañosa occidental de Norteamérica, de Columbia Británica, a las Cascadas y California, con las subespecies V. v. cascadensis, V. v. macroura, V. v. necator y V. v. patwin, pero históricamente el zorro estuvo ausente de la parte Este del continente según testimonios de la época colonial. Los colonos introducen zorros de procedencia inglesa en las Trece Colonias entre 1700 y 1750 para cazarlos al estilo de como se hacia en Gran Bretaña, y por esto siempre se consideró que el zorro de la parte oriental de Norteamérica era exótico e introducido, pero se definió una subespecie para él: V. v. fulva.
Los análisis moleculares han desmentido esta visión pues no se ha encontrado en el zorro oriental norteamericano ningún rastro de haplotipos europeos, con lo que la subespecie V. v. fulva se expandió de una forma natural por toda la región y se hizo ya común en ella hacia 1850. Más adelante te contaré por qué se produjo esta gran expansión que ha hecho del zorro oriental la subespecie más extendida del subcontinente. Sí se han encontrado rastros de zorros europeos en ciertas poblaciones de zorros de la costa del Pacífico, en la zona de Washington y del Sur de California. En este caso se trata de escapes de zorros europeos de granjas peleteras, aunque también se ha detectado rastro de fulvas en la zona Oeste.
La subespecie fulva es la más extendida en Norteamérica. Foto: Joanne Redwood |
Los estudios moleculares, además, nos han mostrado otro dato curioso sobre la estructura genética de los zorros norteamericanos. Se ha encontrado que existen dos "clados", ya sabes, grupos de poblaciones que descienden de un antepasado común. Los zorros de Alaska pertenecen a un Clado Holártico, es decir, los zorros de Alaska están más emparentados con zorros siberianos que con zorros norteamericanos, o sea que provienen de los zorros que llegaron durante la Glaciación Wisconsin y que no pudieron pasar de Alaska al estar bloqueado el camino por el casquete de hielo.
Por su parte, los zorros del Canadá y las Montañas Rocosas/Cadenas de las Cascadas forman parte de un Clado Neártico y seguramente descienden de los que llegaron antes, en la Glaciación Illinois, y en este clado se encuentran tres sub-clados: Oriental (Canadá), Montañés (Montañas Rocosas) y uno Cosmopolita que se encuentra un poco en todas partes y cuyo origen es desconocido. Los clados Holártico y Neártico se mezclan en la zona de Canadá occidental/Yukón.
Principales clados de zorro rojo en Norteamérica |
El zorro en Australia
El zorro rojo fue introducido en Australia por los colonos británicos entre 1830 y 1840, si bien se considera que fue a partir de 1855 cuando esta introducción se generaliza. Al parecer, los británicos no tenían otra cosa que hacer en Australia que matar animales y como echaban de menos su entonces sacrosanta "caza del zorro" tal como la practicaban en Gran Bretaña, se les ocurrió la genial idea de importarlos a Australia.
Zorro rojo depredando un equidna en Australia. |
Hacia 1870 ya había poblaciones asilvestradas bien establecidas por toda Australia puesto que los animales silvestres tienen la enojosa costumbre de no quedarse a vivir donde los humanos les dicen que tienen que vivir, y hoy día hay zorros en todo el Continente y Tasmania, a excepción del Norte tropical. La presencia del zorro en Australia ha constituido un gravísimo desastre ecológico pues ha exterminado a más de 15 especies de marsupiales por el procedimiento de cazarlos sin que nadie le deprede a él. Todas las campañas de erradicación por parte de los humanos han fracasado, y sólo el dingo (también perseguido y sujeto a "control poblacional") parece capaz de limitar su población, tal como en Europa hace el lobo.
De todos modos los australianos han hecho de la necesidad virtud y dada la abundancia e indestructibilidad del zorro rojo allá abajo, han fundado una floreciente industria peletera de pieles de zorro. Menudo desaguisado.
Biología y ecología
Indudablemente, el zorro es un éxito evolutivo. Su enorme distribución y su gran abundancia son consecuencia directa de su gran plasticidad ecológica: es capaz de vivir prácticamente en cualquier ambiente natural, desde la tundra ártica (donde empieza a competir con éxito con el zorro ártico) hasta los desiertos, pasando también por muchas ciudades o áreas suburbanas como por ejemplo en Londres, donde se calcula que hay unos 10.000 zorros rojos.
Pero hay ciertas características que favorecen la presencia del zorro más que otras. El hábitat óptimo para el zorro lo constituyen los hábitats fragmentados, heterogéneos y con ecotonos (zonas de transición) de márgenes de bosque y matorral porque este tipo de hábitats favorecen el poder esconderse y establecer sus madrigueras en lugares discretos y protegidos. Por el contrario, en áreas deforestadas o asoladas por la agricultura intensiva e industrial el zorro se refugiará preferentemente en la vegetación de margen de los ríos o arroyos.
La segunda parte de su éxito ecológico la constituye su generalismo alimentario. En efecto, el zorro es un omnívoro oportunista clásico que se alimenta prácticamente de todo tipo de materia animal viva o muerta (puede carroñear de ser necesario) que tenga disponible, preferentemente invertebrados y vertebrados de tamaño pequeño y mediano, y una amplia variedad de materia vegetal, sobre todo frutos. En determinados lugares y en otoño, los frutos del bosque pueden constituir el 100% de su dieta.
Zorro rojo en la tundra ártica. Foto: Ken Archer |
En la Península Ibérica, por ejemplo, las tres cuartas partes de la biomasa que consume el zorro la constituyen micromamíferos, lagomorfos y basura. Sí, la basura, porque el zorro también ha visto facilitada su vida y su expansión gracias a la actividad humana. Me explico. Los animales omnívoros oportunistas han encontrado en los basureros y desperdicios humanos una importante fuente de alimentos. Y creo que no es casualidad que, aparte del zorro rojo, otros dos cánidos omnívoros estén en estos momentos en expansión: el coyote en América y el chacal dorado en Europa: la constante humanización del ambiente, con su consecuencia de más basureros y desperdicios suena como música celestial para ellos.
Creo que esta elevada plasticidad ecológica y trófica del zorro es un mecanismo adaptativo para sobrevivir en un mundo en el que tiene que competir con el lobo, el oso, el lince o el puma. Aguzar el ingenio y aprovechar aquello que los otros grandes carnívoros desdeñan puede ser la clave.
Por eso el zorro oriental norteamericano se expandió hasta hacerse la subespecie dominante en los EEUU: siguió la colonización de los EEUU por los humanos blancos anglosajones, que trajeron su ganado doméstico y sus basuras. Y por eso hoy día muchos zorros se han hecho urbanos, para tener a su disposición más alimentos de origen humano. Se ha constatado que los zorros urbanos cazan menos que los zorros que viven en la Naturaleza.
El zorro es un gran controlador natural de Roedores. Foto: Dave Stiles |
El zorro es capaz de cazar presas de mayor tamaño: grullas por ejemplo pero también cervatillos o corcinos. Y, por supuesto, animales domésticos: sobre todo aves de corral y también pueden depredar sobre corderos recién nacidos o con pocos días. Esto, junto con la "fastidiosa" costumbre de comerse animales "reservados" para ser asesinados exclusivamente por el ser humano como perdices, liebres o conejos, ha hecho que el zorro haya sido clasificado oficialmente como alimaña y enemigo del género humano. Profundizaré sobre este tema en el apartado final de esta crónica.
El zorro se reproduce entre diciembre y abril, si bien hay variaciones en función de la latitud: más hacia el invierno en las latitudes meridionales y más hacia primavera en las latitudes boreales y árticas. Las hembras son receptivas durante 3 días y tras la cópula viene un periodo de gestación de 52 días y da a luz una camada de 4 a 6 cachorros. La lactancia dura de 8 a 10 semanas y, por ejemplo, las hembras nacidas en marzo ya son adultas en septiembre y alcanzan su primer estro el enero siguiente.
No se puede decir que el zorro sea un animal social. Lo normal es que viva solitario o en pareja, y las parejas no tienen por qué ser las mismas cada año. Además, aunque un zorro macho se empareje con una hembra, puede cubrir a otras hembras cuyos territorios se solapen con el suyo. En algunas ocasiones, un zorro macho puede formar un "harén" de varias hembras. En esta situación, sólo una de las hembras, la dominante, criará mientras que las otras hembras ayudarán en el cuidado y defensa de la prole. Parece ser que la hembra dominante desencadena un verdadero mecanismo hormonal que inhibe la reproducción en las hembras subordinadas.
Zorrera en la provincia de Ciudad Real |
El zorro construye madrigueras subterráneas o aprovecha madrigueras existentes hechas por otros animales. Dentro de su territorio puede haber una madriguera principal y otra o varias otras secundarias donde el zorro esconde la comida sobrante. En efecto, el zorro tiene un comportamiento previsor y caza más de lo que necesita para esconder el sobrante y poder comérselo cuando está seguro de que nadie se lo va a disputar.
Además, como mesocarnívoro que es, el zorro es "controlado" por los grandes depredadores de su entorno: el águila real, el lobo, y en menor medida el lince boreal y el puma consumen zorros. En la Península Ibérica, además, el lince ibérico también controlan la presencia del zorro. Se ha constatado que, en Norteamérica, el zorro evita al coyote, que también puede limitar su presencia. En contrapartida, y como el mayor de los zorros, el zorro rojo normalmente domina a los otros zorros presentes en su área de distribución.
El águila real es uno de los principales depredadores del zorro. Foto: Stephan Huwiler |
El zorro y el ser humano. Una complicada relación
Para entender la intensa relación entre el zorro y el humano debes entender que los humanos han visto al zorro ante todo como una alimaña enemiga de sus intereses. Como a veces depreda sobre aves de corral o algún cordero, y también tiene la mala costumbre de comerse las perdices y los conejos "de" los cazadores, pues resulta que toda la Humanidad al completo no ha hecho otra cosa que considerarlo como una criatura demoníaca, "zorrificación" de las fuerzas oscuras de la Naturaleza.
Y esto se pone de manifiesto incluso desde el mismísimo nombre del animal. A ver. Si nuestra lengua deriva del latín, y el zorro se dice vulpes en latín, ¿cómo es que usamos una palabra que no deriva de "vulpes"?. Y no sólo pasa en castellano: en portugués se dice raposa, nombre que también es un sinónimo ampliamente usado en castellano, en catalán se dice guineu, y en francés renard. ¿Por qué sucede esto?
En Gran Bretaña se cazaba al zorro con perros y a caballo. Hoy felizmente está prohibida esta caza |
En la antigua cultura rural se creía que nombrar una criatura demoníaca hacía que ésta apareciese. Por eso se usaban eufemismos para referirse a ella. Sucede con el lobo, al que en diversos lugares de España se nombraba como "socio", por ejemplo. Pues con el zorro sucede lo mismo: "zorro" viene del portugués y significa "holgazán", mientras que "raposo" alude a su gran y poblada cola, o rabo (vendría de "raboso"), curiosamente en inglés fox viene de una raíz indoeuropea que significa "cola". Es cierto que en ciertos dialectos de algunas lenguas latinas como el gallego, el occitano, el friulano, etc...sí se usa vulpes como palabra origen para nombrar al zorro pero en las lenguas mayoritarias eso no sucede. Es tabú y hay que buscar un eufemismo.
Curiosamente, en nuestra lengua se aplica el adjetivo de "zorro" en lenguaje figurado para resaltar ciertas cualidades humanas. Pero mientras que "zorro" aplicado al varón tiene cierta connotación admirativa, aplicado a la mujer tiene una connotación absolutamente peyorativa y negativa, ejemplificando una vez más la herencia de siglos de (in)cultura patriarcal que desprecia a las mujeres. Yo te aconsejo, hija mía, que no uses nunca estas expresiones aplicadas a humanos.
Por las mismas razones que en el caso del lobo, el zorro aparece en multitud de cuentos, fábulas e historias donde se nos muestra como un ser astuto y taimado, siempre pronto para engañar a algún incauto si bien en estas historias el zorro muchas veces sale trasquilado. Es muy interesante cómo en muchas de estas fábulas el ser humano contrapone a dos criaturas muy inteligentes: el zorro y el cuervo.
Fábula del zorro y el cuervo |
Ahora bien, hija...tienes que entender que las categorías de "astuto", "listo", "engañabobos", etc. no son más que categorías humanas que el hombre aplica a los animales de una forma gratuita. El zorro no es un animal listo ni tonto. No tiene sentido categorizar así a ningún animal. El zorro es el producto de una evolución y de una convivencia/competencia con otros carnívoros: algunos poderosos como el lobo o el lince, otros menos poderosos como la jineta o el tejón. Y el zorro ha encontrado un camino para sobrevivir entre todos ellos y sacar el mayor provecho posible de su hábitat y de las fuentes de alimentación disponibles para él.
Pero todo tópico tiene indudablemente un poso de realidad, y tal vez la fama de astucia que tiene el zorro venga de la imposibilidad de exterminarlo por parte de los humanos. En efecto, desde la noche de los tiempos el humano ha perseguido al zorro de todas las maneras posibles: caza directa, trampas, envenenamientos, etc. Pero en vez de haber menos zorros, hay más. Fíjate que en España, donde la caza del zorro es libre y los propietarios de terrenos cinegéticos están legalmente autorizados a eliminarlo, cada año se caza la aterradora cifra de 200.000 zorros. Pero el zorro es absolutamente resistente a tan brutales campañas, y no parece que le afecten. ¿Por qué fracasan los esfuerzos humanos para limitar siquiera su población?. Te voy a dar algunas razones:
A pesar de la caza del zorro, el ser humano no consigue exterminarlo |
- Primero: el zorro ha desarrollado una dinámica poblacional que le permite reponer las bajas con relativa rapidez. Ya te dije que una hembra que nazca en primavera, puede ya criar en el invierno siguiente mientras que el lobo, más "fácil" de exterminar, tiene que esperar hasta los 2-3 años para alcanzar la madurez sexual.
- Segundo: una estructura social laxa y casi inexistente. En la mayoría de los casos, un zorro adulto criará cada año mientras que no todos los lobos pueden criar (sólo lo hace la pareja dominante). Si los humanos exterminan un grupo familiar de lobos es bastante probable que tarde años o décadas en poder ser reemplazado por otro mientras que cualquier territorio puede estar habitado por zorros de una manera muy rápida.
- Tercero: los métodos que se usan habitualmente para "controlar" al zorro, esto es, el trampeo y el envenenamiento, no son selectivos. No capturan ni matan exclusivamente zorros e incluso, al capturar o matar otros pequeños carnívoros que compiten con el zorro favorecen a éste al eliminarle competencia. Además, el propio exterminio de los depredadores del zorro como el lobo, el lince, el águila real o el búho real también va a favor del zorro. ¿De qué sirve matar a un zorro si matas también a quien se come al zorro?
En definitiva, mientras el ser humano continúe aplicando al zorro "remedios" como ésos, jamás de los jamases logrará ni tan siquiera controlar la población del zorro. ¿Qué hacer, entonces? Pues propongo hacer cosas diferentes:
La mejor forma de controlar al zorro es dejar que sus depredadores hagan su trabajo |
- Primero: cambiar la percepción social del zorro. El zorro es un animal beneficioso para el agricultor porque controla los roedores y los lagomorfos de los que se alimenta. Ya lo hemos visto en varios lugares de España donde el zorro y el búho real han sido diezmados de forma local: los conejos se han convertido en una plaga.
- Segundo: el ganadero y el criador de aves de corral deben proteger a su propiedad con medios adecuados. No cabe ya dejar la puerta abierta del gallinero y luego acusar al zorro de comerse a las gallinas. ¿Que cuesta dinero proteger tu negocio?. Pues busca una forma de vida que no te cueste dinero. Porque SIEMPRE va a haber zorros. Por mucho que los envenenes o les pongas cepos. Ya he razonado antes el por qué.
- Tercero: si quieres controlar de verdad la población de zorros en un lugar dado, hay que dejar de perseguir al lobo y al lince, los dos depredadores capaces de controlar al zorro. Si lobos y linces están presentes ya en un lugar, protegerles y favorecerles. Si están ausentes, reintroducirles, protegerles y favorecerles.
Y no hay más.
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