Club de Fauna: Los animales en la numismática española

Querida hija: 

Los animales han influido, e influyen continuamente, en las culturas de las diferentes sociedades humanas. Esta temporada en el Club de Fauna vamos a incidir especialmente en esa influencia cultural de la fauna silvestre en una multitud de aspectos de la sociedad humana. Vas a comprobar que esa influencia ha consistido a menudo en la representación de diversos animales como personificación de ciertas virtudes o defectos de los humanos. También se ha atribuido a los animales una serie de complejas simbologías políticas, religiosas o militares. 

En la sesión del Club de Fauna celebrada en la Sociedad Geográfica Española el pasado lunes día 30 de Octubre, nuestro compañero Javier M. Fernández-Rico nos trajo una aproximación a la presencia de la fauna en la numismática española. A continuación voy a reflejar aquí la presentación que nos ofreció, basándose en jugosos ejemplos. 

MONEDA IBERO-PÚNICA 

Dracma de Gadir (Cádiz, 237 – 206 a.C.) 
Anverso: cabeza de Hércules – Melkart, con despojo de león anudado al cuello 
Reverso: Atún (Thunnus thynnus). 
Inscripción superior: MHLM, inferior: AGDR


La dracma era una moneda de plata. En este dracma acuñado en Gadir, en su época como colonia púnica, se representa en el reverso un atún, aludiendo a la gran riqueza pesquera que estaba fundada sobre este extraordinario pez, explotado como vemos desde tiempos inmemoriales, con el sistema de almadraba, que apenas ha cambiado desde entonces. Actualmente sigue explotándose el atún de la misma manera, una forma sostenible, en la misma zona. Esta moneda nos recuerda cómo hay actividades que nos ligan directamente a un pasado remoto. 

El atún: verdadero símbolo acuático de las aguas del Estrecho

Cuadrante de Gadir (Cádiz, 206 – 45 a.C.) 
Anverso: cabeza de Hércules – Melkart 
Reverso: delfín (Delphinidae), ensartado en un tridente. 
Inscripción superior: BALT, inferior: HGDR. 


El cuadrante era la cuarta parte de una dracma. En este caso, también en Gadir, encontramos representado un delfín, un mamífero abundante, entonces como ahora, en la zona del Estrecho de Gibraltar donde sin duda los pescadores estaban tan familiarizados con él como en nuestra época. Sin embargo, aparece ensartado en un tridente, un simbolismo que se nos escapa. Como veremos en más ejemplos, los animales casi nunca aparecen solos, sino relacionados con algún objeto que es el que le confiere al animal ese simbolismo.

El delfín mular. Viejo conocido de la Humanidad desde tiempos inmemoriales

Shekel de ceca desconocida (209 – 180 a.C.) 
Anverso: cabeza de Tanit (equivalente a la fenicia Astarté) 
Reverso: caballo (Equus), detrás una palmera. 


El shekel era una moneda cartaginesa de amplia circulación en todo el Mediterráneo. En este caso, el animal representado en el reverso es un caballo, un compañero del ser humano desde la noche de los tiempos. En el norte de África bajo soberanía cartaginesa, existían los famosos caballos de Numidia, que constituían terribles regimientos de caballería, que luego serían incorporados al Ejército romano. Sin embargo, al igual que vimos con el delfín atravesado por un tridente, el caballo no se encuentra solo: detrás, se alza una palmera. El conjunto caballo + palmera seguramente confiere al animal un simbolismo que desconocemos. 

El caballo y los humanos tenemos una compleja relación desde la noche de los tiempos

Doble shekel de Cartago nova (Cartagena, 206 – 45 a.C.) 
Anverso: cabeza de Heracles con clava al cuello 
Reverso: Elefante africano (Loxodonta africana) con guía indígena montado. 


Como es bien sabido, el origen de Cartagena es púnico, de ahí el nombre. Fue la principal colonia cartaginesa en la Península Ibérica, y por eso fue un centro acuñador de moneda. En este magnífico ejemplar, aparece en el reverso una excelente y muy realista representación de un elefante africano montado por su mahut (en terminología actual). Siempre se ha considerado que el elefante africano no era domesticable, a diferencia del elefante asiático Elephas indicus, que sí se ha domesticado y se sigue usando hoy en día para diversos trabajos. Pero, como podemos ver en esta moneda, y según nos enseña la Historia, los elefantes africanos eran el orgullo del Ejército cartaginés, una formidable arma de guerra que lograron incorporar, y con los cuales logró Aníbal la inmortal hazaña, nunca después vista, de cruzar los Alpes con los elefantes, para caer sobre Roma en la mismísima Italia. Como curiosidad, el instrumento que el guía lleva para dirigir al elefante es prácticamente el mismo que se usa en la actualidad con el elefante asiático. 

Los elefantes eran un arma formidable del Ejército cartaginés

MONEDA IBÉRICA 

Semis de Cástulo (Torreblascopedro, Jaén, 100 a.C - época de Augusto) 
Anverso: cabeza masculina con ínfulas y tenia 
Reverso: Toro (Bos taurus), encima lúnula. Leyenda KASTILO en alfabeto ibérico del sur. 

La moneda base de Roma era el “as”. La mitad de un as era el “semi”, moneda que está aquí representada. En el reverso tenemos un toro: un animal absolutamente totémico en todo el Mediterráneo y, por supuesto, en la parte “ibérica” de nuestra Península, más mediterránea y orientalizante. Hoy en día el toro sigue siendo un símbolo y tótem de nuestra cultura, y no se entienden las fiestas populares sin algún tipo de festejo taurino, aunque esto último está empezando a cambiar. Pero lo más intrigante es la luna creciente que se encuentra sobre el toro. Otro caso de simbolismo que, tal vez, se arraigue en lo más profundo de la noche de los tiempos. ¿Tal vez se trata de un símbolo femenino en contraposición al masculino toro?. Que los especialistas hablen. 

El toro es el animal totémico por excelencia de las culturas mediterráneas

As de Ilerda (Lérida, época de Augusto 27 a.C. – 14 a. C.) 
Anverso: cabeza de Augusto. Leyenda DIVI. F. IMP. AVGVST 
Reverso: loba (Canis lupus), leyenda: MVN ILERDA 


El lobo era un animal legendario de Roma, debido a la leyenda fundacional de la Urbe, cuando una loba amamantó a los hermanos Rómulo y Remo. En esta moneda tal vez la loba podría hacer referencia a esta leyenda romana, pero lo curioso es que no aparece amamantando a los hermanos, como sería lo normal. Por tanto, también podría tratarse de otro tipo de simbolismo, tal vez ligado a la zona donde se acuñó la moneda, Ilerda. 

El lobo se encuentra en la leyenda fundacional de la Ciudad de Roma

MONEDA IBÉRICA E IBERORROMANA 

As de Halos (Osuna, 100 – 27 a.C.) 
Anverso: cabeza de Hermes-Mercurio, con caduceo a espalda, leyenda VAL. TER. 
Reverso: jabalí (Sus scrofa) con lúnula encima. Leyenda: ILVIP HALOS. 


Es interesante hacer notar el sincretismo ibero-romano. Mientras que en el anverso se representa un dios romano, el mensajero de los dioses, en el reverso tenemos un simbólico motivo ibérico. Al igual que sucedió con el toro que veíamos antes, en este caso se representa un jabalí, un animal sin duda tan abundante entonces como ahora, pero con la luna creciente encima de él, en un simbolismo que sin duda era tan común y extendido en aquélla lejana sociedad como para representarlo en una moneda. 

El jabalí es un animal profundamente enraizado en el terruño

As de Bilbilis (Huérmeda, Zaragoza 63 a.C. – 14 d.C.) 
Anverso: cabeza de Augusto, leyenda: AVGVSTVS DIV. F. 
Reverso: jinete con casco, empuñando el pilum, leyenda BILBILIS 


Tal como veíamos antes con el caballo númida, tenemos aquí un caso de simbología militar basada en el caballo. La caballería ligera ibérica era también una prestigiosa fuerza militar que fue incorporada el Ejército romano. Esta representación se conoce como “el jinete ibérico”. 

Los jinetes íberos fueron una fuerza militar admirada por Roma

MONEDA ROMANA (HISPANIA) 

Denario de Adriano, serie de los Viajes (76 – 138 d.C.) 
Anverso: cabeza laureada de Adriano. 
Leyenda: HADRIANVS AVG COS III PP. 
Reverso: Hispania, con rama de olivo y conejo (Oryctolagus cuniculus), arrodillada frente a Adriano, leyenda: RESTITVTORI HISPANIAE. 


Adriano fue un emperador de origen hispano, nacido en Itálica (Sevilla). Sus campañas militares le llevaron por todo el Imperio, y de ahí esta serie de monedas, conocida como “los Viajes”. En este notable ejemplar, observamos una alegoría del territorio de Hispania, como una mujer que lleva una rama de olivo. A sus pies, un conejo. No es casual la presencia de este animal, puesto que, debido a su abundancia en la Península Ibérica, los fenicios acuñaron el topónimo “Spann”, “abundante en conejos” para referirse a esta tierra. De ahí deriva el nombre “Hispania”. En la Iberia mediterránea, el conejo constituye una importantísima base alimentaria para muchos depredadores de medio y pequeño porte, como el lince, el águila imperial o el búho real. 

Parece increíble: el humilde conejo dio nombre a Hispania. Y con ella, a España.

SIGLOS XIV – XVIII 

Blanca del Agnus Dei de Juan I de Castilla (1379 – 1390) 
Anverso: leyenda PECATA MVNDI MISE alrededor de una orla circular que contiene una Y coronada. 
Reverso: AGNVS DEI QVI TOLIS alrededor de una orla circular que contiene el cordero de San Juan Bautista. 


Esta moneda es el origen del popular dicho “estar sin blanca”, ya que se trataba de una pieza de baja calidad que, con el uso, adquiría un color blanquecino. En este caso el animal representado es un cordero. En la Edad Media desaparecen ya las representaciones naturalistas y totémicas típicas de la Antigüedad, y la religión cristiana impone su simbolismo. En esta religión, Cristo es identificado como el cordero de Dios, debido a su sacrificio para dar de comer espiritualmente a los fieles. Esta alegoría era muy útil en una cultura pastoril como era la Palestina romana, pero en la Castilla medieval, dominada por la poderosa Mesta, era igualmente válida. Se producía así una identificación entre el cordero de Dios y el principal recurso económico que daba poder y riqueza a la Monarquía: el ganado lanar. 

El cordero tiene una simbología precisa en el Cristianismo

Blanca de maravedí de Enrique IV (1425 - 1474) 
Anverso: ENRICVS DEI GRACIA REX alrededor de un círculo que contiene un castillo. 
Reverso: ENRICVS CARTVS REX CA alrededor de un círculo que contiene un león (Panthera leo) coronado con una granada debajo. 



El simbolismo del león como metáfora del Poder viene de muy lejos. La fuerza, la potencia y la ferocidad del león muy pronto sugirió al ser humano un modelo para la realeza. En el caso de los reinos medievales, el león pronto se convirtió en el emblema del Reino de León (unido posteriormente a Castilla), aunque la ciudad de León, que dio nombre al Reino, viene no del león salvaje, sino de la legión romana que estuvo acantonada en lo que hoy es la ciudad: Legio VII Gemina. 

El león es uno de los animales más representados en Heráldica

SIGLO XIX 

10 céntimos de peseta del Gobierno Provisional “perra gorda” (1870) 
Anverso: Alegoría de la República 
Reverso: León con escudo


5 céntimos de peseta del Gobierno Provisional “perra chica” (1870) 
Anverso: Alegoría de la República 
Reverso: León con escudo


Con la llegada de la Primera República, el león no abandona su representación de España en las monedas. En este caso, debido a la falta de cultura del pueblo llano, no se identificaban estos leones, pasando a denominarse “perras”, pues más que un león, parecían perros a ojos del público. “perra gorda” y “perra chica” pasaron a ser populares denominaciones de estas monedas. 

SIGLO XX 

10 céntimos de peseta de Franco (1945) 
Anverso: jinete ibérico (réplica monedas ibéricas) 
Reverso: escudo franquista con yugo y flechas (Reyes Católicos) 


En este caso observamos dos animales representados. En el anverso se reproduce el famoso “jinete ibérico” que veíamos antes y en el reverso, en el escudo de los Reyes Católicos adoptado por Franco, se ve el águila de San Juan, representación de uno de los cuatro evangelistas, el más querido por los Reyes Católicos, que le tenían especial devoción. En el cristianismo, tres de los cuatro evangelistas están representados por animales: el águila de San Juan, el león de San Marcos, y el toro de San Lucas, en un complejo simbolismo que viene del Libro del Apocalipsis o de la Revelación. 

200 pesetas de Juan Carlos I (1992) 
Anverso: Oso (Ursus arctos) y madroño (Arbutus unedo). Leyenda: MADRID 1992 CAPITAL EUROPEA DE LA CULTURA 200 PTAS. 
Reverso: Rey y Príncipe de Asturias. Leyenda: JUAN CARLOS I REY DE ESPAÑA 1992. 


Aquí tenemos un ejemplo de representación animal en un motivo heráldico, a su vez incluido en una moneda. En este caso se trata del escudo de la ciudad de Madrid, en el que se representa un oso apoyado en un madroño. El oso es un oso pardo, única especie de oso que vive en la Península Ibérica. Extendido antiguamente por toda la Península, era especialmente abundante en los Montes del Pardo, en los alrededores de Madrid, donde reyes y aristócratas lo cazaban por “prestigio”. De hecho, tal abundancia de caza hizo que el rey Enrique IV levantase un pabellón de caza en la zona, hecho que sería relevante para la posterior capitalidad de Madrid. Por otro lado, esta abundancia de osos hizo que el propio escudo de Madrid albergara un ejemplar.

El oso pardo aparece en el escudo heráldico de la ciudad de Madrid

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