La tierra de los cocodrilos del desierto

Querida hija: 

Solemos pensar en los cocodrilos como esos grandes depredadores de los ríos tropicales, siempre al acecho de los grandes mamíferos que se acercan a sus orillas a saciar su sed. Entonces, emboscados, se disparan como resortes y atrapan a sus infortunadas presas con sus grandes y aplanadas mandíbulas, erizadas de dientes. 

Ejemplar de cocodrilo de África occidental

Pero existe una tierra donde los cocodrilos viven en el desierto. En el corazón del terrible Sahara africano quedan los últimos cocodrilos del desierto. ¿Qué hacen allí y cómo llegaron hasta esas inhóspitas tierras?. Hoy voy a hablarte de ello. 

Existen en África cuatro especies de cocodrilos: el cocodrilo del Nilo Crocodylus niloticus es el más conocido por ser el más grande (y uno de los reptiles más grandes del mundo), y el protagonista casi obsesivo de cientos de documentales de fauna africana. La segunda especie es el cocodrilo de hocico fino Mecistops cataphractus, que vive en las selvas de África Central y Occidental. La tercera especie es el cocodrilo enano Osteolaemus tetraspis, que comparte casi toda el área de distribución del anterior, y finalmente nuestro protagonista, el cocodrilo de África Occidental Crocodylus suchus. Este cocodrilo, el más desconocido de ellos, vive en la zona del Sahel, la banda ecológica de transición entre los bosques tropicales y el desierto del Sahara, y que se caracteriza por su cada vez mayor sequedad, desde Senegal hasta Sudán del Sur, Uganda y la República Centroafricana. 

Distribución de los cocodrilos africanos

Es un cocodrilo mucho más pequeño que el cocodrilo del Nilo, pues mide entre 1,5 y 2,5 metros de longitud. No se acaban aquí las diferencias entre estas dos especies. Mientras el gran depredador del Nilo vive en ríos estacionales de las sabanas, el cocodrilo de África occidental prefiere ríos, lagunas y humedales forestales, aunque también es capaz de vivir en espacios abiertos. En sus territorios se alimenta de animales pequeños: peces, anfibios e insectos. Es un superviviente. 

La especie fue descrita por primera vez en 1807 por el naturalista francés Geoffoy Saint-Hilaire. Sus trabajos, empero, fueron relegados al olvido y a partir de entonces fue considerado un sinónimo del cocodrilo del Nilo, del cual sería una subespecie, a lo sumo. En el año 2011 un equipo de especialistas analizaron varios cocodrilos momificados en el Antiguo Egipto, y de este análisis concluyeron que no se trataba de cocodrilos del Nilo, sino de nuestros amigos los cocodrilos del desierto. Desde entonces, Crocodylus suchus fue considerado, con todo derecho, una especie propia. Es curioso que el arrogante hombre tecnológico del siglo XXI tuviera que recurrir a la Tomografía Axial Computerizada para llegar a la misma conclusión que un naturalista francés que, hace doscientos años, utilizó sus ojos y su cerebro. Ay de mí. 

En el Antiguo Egipto, los cocodrilos eran considerados sagrados hasta el punto de que en el nutrido panteón de dioses egipcios había un dios-cocodrilo, Sobek, asociado a la fertilidad, la protección y el Poder del Faraón. Ahora sabemos que aquellos cocodrilos que contemplaban los faraones eran cocodrilos de África occidental. 

Ennedi se caracteriza por su formaciones geológicas

Pero te hablaba de los cocodrilos del desierto. Existen dos lugares en pleno desierto del Sahara donde hay poblaciones relictas de estos interesantes reptiles. Una es la Meseta de Ennedi, en Chad, y la otra es el complejo de humedales de Tagant, en Mauritania. Para que entiendas cómo llegaron hasta allí, y cómo han sobrevivido, tenemos que hacer un viaje al pasado de ésos que nos gusta hacer tan a menudo. Vamos a regresar a una época en la que el Sahara era verde. 

El Neolítico subpluvial africano 

Los especialistas, siempre tan pragmáticos y tan poco románticos, no usan esa bella expresión del “Sahara verde”, sino que hablan de “Neolítico subpluvial”. Cuando Europa se encontraba tiritando de frío bajo el Máximo Glaciar hace 18.000 años, el Sahara ya era un desierto. Pero hace unos 10.000 años se juntaron dos hechos que afectaron al Norte de África. Por un lado, la retirada de la sábana de hielo europea indujo ciertos cambios en la circulación climática en la zona, y en segundo lugar se produjo un cambio en la inclinación del Eje de rotación terrestre, de tremenda importancia en el establecimiento de los climas. Estos cambios de inclinación del eje terrestre suceden cada 41.000 años aproximadamente, y no son extraordinarios. 

Comparación de los ecosistemas del Sahara a comienzos del Holoceno y en la actualidad

La combinación de ambos hechos provocó que el área de lluvias que actualmente oscila en la zona tropical de África fuera “succionada” hacia el Norte, regando regularmente al sediento desierto sahariano con lluvias y más lluvias. Este periodo duró, aproximadamente hace entre 7.500 y 3.000 años. No te puedes imaginar qué paraíso sobre la Tierra era el Sahara…cubierto por pastos, estepas y bosques tropicales, con una desarrollada red de ríos que vertían al Senegal, al Níger, al Nilo y al Súper-Lago Chad, que se encontraba donde está hoy el raquítico resto del actual Lago Chad, pero que era muchísimo más grande…la fauna afrotropical encontró en el Sahara un edén…jirafas, avestruces, antílopes de todas clases, rinocerontes, hipopótamos, leones…y también los cocodrilos, los protagonistas de nuestra historia, que prosperaron en ese paraíso de ríos y lagos. 

Este paraíso tocaba a su fin, y el desierto reclamaba lo que es suyo. Progresivamente las lluvias migraban otra vez en dirección Sur, y hace 5.500 años aparece el cinturón árido del Sahel, separando a la fauna africana tropical de la fauna que habitaba el Sahara, comenzando cierta diferenciación en especies y subespecies. 

Hace 3.000 años cesaron las lluvias en el Sahara y, con la desaparición de la influencia del Mediterráneo en las montañas saharianas, la desertización fue irreversible. Zoológicamente hablando, esto tuvo como consecuencia que la fauna afrotropical que había sobrevivido en el Sahara tenía cuatro opciones. La primera, emigrar a las montañas del Atlas, en Marruecos. La segunda, refugiarse en las sabanas sureñas de la región de Guinea. La tercera opción, exiliarse en el Valle del Nilo. Y la cuarta opción: apretar los dientes, aguzar el ingenio y adaptarse al desierto. Renovarse o morir. 

Distribución de los cocodrilos en el Sahara

Y esta fue la opción que, entre otros, siguieron los cocodrilos de África occidental, que lograron sobrevivir en los pocos lugares donde había agua disponible, en unos estanques llamados gueltas. ¿A que esto no te lo cuentan en los documentales televisivos de fauna africana? Para eso está tu papá. 

La meseta de Ennedi 

En el Noroeste de la actual República de Chad, muy cerca de la frontera con Sudán se encuentra un lugar verdaderamente singular y aislado del mundo: la Meseta de Ennedi. A primera vista, es un caos de columnas, arcos y castillos rocosos que hacen del lugar una singularidad geológica. Pero lo que a nosotros nos interesa son las gueltas. Son piscinas de agua semipermanentes alimentadas por las lluvias o por los acuíferos y manantiales que se cargaron durante la época del Sahara Verde. Son dos mesetas compuestas por rocas sedimentarias permeables, que dejan pasar el agua de lluvia cuando se produce, sobre un zócalo de granito impermeable. Esto hace que se conserve el agua. La altura máxima de la meseta se encuentra a 1.450 metros sobre el nivel del mar. Y desde 2016 es un Paisaje Natural y Cultural Patrimonio de la Humanidad. 

Situación geográfica de la Meseta de Ennedi

Y con el agua se conserva la población de cocodrilos africanos occidentales de la Guelta de Archei. Fíjate: sólo hay cocodrilos en esta piscina natural. Y son pocos…ocho como mucho. En el corazón del Sahara. Se comprende en seguida el extraordinario valor de esta población de testigos de otros tiempos. 

Guelta de Archei, donde sobrevive la única población de cocodrilos del desierto en Ennedi

Al igual que sucede con la población de Mauritania, cuando el agua desaparece estacionalmente o baja mucho de nivel, estos cocodrilos buscan refugio en grietas del terreno y entran en un torpor o sueño llamado estivación. Cuando hablamos de los Reptiles, te dije que su adaptación a climas áridos es perfecta. Con ese bagaje esperan a que vuelva a subir el nivel de las aguas para despertar de su letargo y volver a la vida. Así es como sobreviven en medio del desierto. 

Cocodrilo en la Guelta de Archei

Ennedi no sólo es interesante por su población de cocodrilos del desierto. Nada menos que 199 especies de aves lo usan como escala y lugar de paso en las migraciones invernales. Otras muchas especies encuentran refugio en Ennedi y en su área de influencia. Como el óryx blanco Oryx dammah, espectacular antílope blanco con dos cuernos en forma de cimitarra. En otros tiempos sus manadas se extendían por las estepas y semidesiertos saharianos, donde aprovechaban las raquíticas plantas que a otros no les bastarían ni para empezar. En 1936 se descubrió en Chad una manada de 10.000 ejemplares. 

Oryx blanco, recientemente re introducido en Chad

Pero ese verdadero azote del Planeta que es el ser humano lo cazó sin parar hasta exterminarlo en el año 2000. Afortunadamente, había suficientes poblaciones en cautividad en zoos y reservas por todo el mundo, y se pudo pensar en volver a reintroducirlo. En 2016 se reintrodujeron 25 ejemplares en la Reserva de Uadi-Rimé, Chad. El óryx blanco vuelve a su tierra. 

Otro magnífico antílope sahariano es el adax Addax nasomaculatus. Precioso, blanco, con cuernos en forma de tirabuzón, y con un antifaz negro y rojo en el rostro, es muy raro, se encuentra en poblaciones fragmentadas y dispersas por Mauritania, Níger y Chad. Se ha reintroducido en Túnez y Marruecos. Y en Chad, se encuentra en la Depresión de Bodélé, al Oeste de Ennedi. Por cierto, un “pasillo” interesante desde donde el polvo sahariano sale disparado hacia el oeste, alcanza la estratosfera, y baja para fertilizar la selva amazónica… 

Antílope adax, otra de las joyas de Chad

Tres especies de elegantes gacelas se encuentran también en esta desconocida área del Sahara Central. La gacela dorcas Gazella dorcas, la gacela blanca Gazella leptoceros y la gacela de frente roja Eudorcas rufifrons que, menos adaptada a la aridez del desierto, realiza migraciones por el Sahel siguiendo las lluvias. 

La siempre elegante gacela dorcas

Y donde hay herbívoros, tiene que haber depredadores. Pero ya es tarde para el león sahariano. Considerado hasta 2017 como una subespecie, el león de África Occidental Panthera leo senegalensis, los nuevos criterios genéticos consideran que el león no tiene subespecies. Podemos, pues, hablar de poblaciones de león en África Occidental, donde quedan entre 500 y 800 ejemplares en poblaciones muy dispersas y fragmentadas desde Senegal a la República Centroafricana. El león sahariano fue exterminado por el ser humano de la zona de Ennedi en los años 1940. 

Por el contrario, sí está reconocida una subespecie de guepardo, el guepardo del Sudán Acinonyx jubatus soemmeringi, del cual quedan unos 950 ejemplares entre Níger, Sudán del Sur, Chad y Etiopía. 

El macizo de Ennedi nos reserva aún una última sorpresa. En relación con la cultura humana, Ennedi atesora una increíble colección de pinturas rupestres que dejaron los habitantes de la zona durante el Sahara Verde. Las pinturas rupestres saharianas se encuentran en más sitios, claro está, pero en Ennedi también retratan la fauna de aquélla preciosa época, como jirafas y avestruces, y también la gran riqueza ganadera que los humanos podían disfrutar. Es un arte humano de valor incalculable y de gran fuerza evocadora de un tiempo que no volverá. 

Pintura rupestre de Ennedi mostrando una escena pastoral

En esta pintura se representan jirafas, como recuerdo de la época del Sahara Verde

Mauritania: ahora me ves, ahora no me ves. 

En Mauritania también la existencia de los cocodrilos del desierto pendió de un hilo, de tal forma que se les dio por extinguidos en 1996. Mas en 2002 fueron redescubiertos en la Meseta de Tagant. Al igual que sucede en Ennedi, las condiciones climáticas y geológicas del terreno favorecen la aparición de gueltas pero con la particularidad de que, en Tagant, se trata de un complejo de lagunas, estanques, gueltas y uadis que desaguan al Lago Gabou, estamos hablando de una zona de humedales completamente rodeada de desierto. 

Cocodrilo de África occidental en Mauritania

Entre 2006 y 2007, una expedición de la Universidad Complutense de Madrid, en el marco de un acuerdo de cooperación con el Gobierno de Mauritania para poner en valor el cuidado de sus espacios naturales, descubrió más poblaciones de cocodrilos en Tagant: concretamente en veinte puntos del humedal. Allí hay entre 150 y 180 cocodrilos del desierto, que constituyen la población más norteña de la especie. En esta zona los habitantes locales siempre han tenido a los cocodrilos en gran consideración, ya que piensan que si los cocodrilos necesitan el agua, ésta necesita también de los cocodrilos, y si los cocodrilos desaparecen, también desaparecerá el agua. Por eso han sobrevivido en esta zona.

Localización de los cocodrilos del desierto en Mauritania, con su situación genética respecto de otros cocodrilos africanos

Al igual que sucede en Ennedi, en la zona de Tagant, en el área centro-meridional de Mauritania, se encuentran también interesantes especies afrotropicales que aquí han encontrado la manera de sobrevivir en el desierto. Se encuentran aquí las gacelas dorcas y de frente roja, la pitón de Seba, pero también el precioso lagarto monitor del Nilo Varanus niloticus, con su bonito diseño a anillos amarillos en fondo gris. Vive en los cursos de agua del Centro y Sur de África, donde lleva una vida acuática. 

El lagarto monitor del Nilo vive también en los humedales de Tagant

Y si la existencia del cocodrilo del desierto es interesante, en los humedales de Tagant se encuentra una población relicta y aislada del siluro anguila Clarias anguillaris, que vive también en el sistema lacustre del Lago Chad y el Río Shari, en Chad. 

El siluro anguila es una especie reelecta en el Sahara. Puede abandonar el agua durante cortos periodos de tiempo

En fin, hija mía. En el desierto las apariencias engañan y lo que suele suponerse como una monótona e inmensa extensión de arena desprovista de vida, en realidad es un mosaico de montañas, mesetas, estepas y sabanas que albergan una vida riquísima. En el caso del Sahara, además, esta vida nos habla de un tiempo que ya se fue…un tiempo donde los humanos llevaban su ganado a abrevar a lagos gigantes llenos de hipopótamos, y donde las jirafas y los leones se paseaban parsimoniosamente donde hoy sólo hay rocas calentadas al sol.

Comentarios

  1. Hola, enhorabuena por tu blog. Estoy enganchado, disfrutando con cada nuevo artículo.
    No conocía la existencia de esta población relicta del Sahara, es impresionante lo cambiante que es el mundo y la distribución de sus habitantes. Todavía recuerdo hace años lo sorprendido que me quede al conocer de todo el elenco de fauna afrotropical que había sobrevivido hasta tiempos relativamente recientes en el Magreb. Me gusta imaginarme grupos de elefantes deambulando entre bosques de argán y toda esa fauna perdida jeje.
    Enhorabuena de nuevo, gracias por compartir todo esto. Un saludo

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  2. Muchas gracias Ernesto!!!, me alegro de que te haya gustado el Blog y el artículo, y sin duda para mí es un estímulo para seguir aportando a mis lectores cosas interesantes sobre el Reino Animal. Un abrazo

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