Las libélulas: las danzarinas del aire.

Querida hija: 

Hace algunas semanas tuve la oportunidad de hacer una excursión a la Laguna de Meco, acompañado por mi compañero de la Sociedad Geográfica Española Javier M. Fernández-Rico (lagacetadegea.blogspot.com). Allí, pudimos disfrutar de la presencia de abundantes libélulas, de varias especies. Eso me dio más tarde la idea de dedicarles un post en mi blog. 

Las libélulas siempre han inspirado sentimientos poéticos en los humanos.

Las libélulas son, tal vez junto con las mariposas, los insectos que gozan de mejor prensa entre los humanos. Su indudable gracilidad, elegancia y belleza unidas a su inocuidad para el ser humano y sus intereses siempre han despertado admiración. Por otro lado, las libélulas están consideradas como un buen indicador de calidad ambiental, pues su presencia implica por un lado, cursos de agua en buen estado para criar, y cierta abundancia de otros insectos para comer. Vamos, pues, a conocerlas mejor. 

Características generales de las libélulas 

Dentro del frondoso árbol de los Insectos, las libélulas constituyen, ellas solas, el Órden Odonatos. Están consideradas, junto con los Efemerópteros, un grupo de insectos primitivos llamados genéricamente Paleópteros, caracterizados por poseer alas de una estructura primitiva, extendidas hacia los costados en reposo y que durante el vuelo no pueden dirigirse hacia atrás. Por otro lado, las alas anteriores no pueden recubrir a las posteriores, como sí sucede en los insectos “modernos”. 

En efecto, los Odonatos son insectos muy antiguos: el origen del grupo se encuentra en el periodo Pérmico. Durante el Carbonífero superior vivió la mayor libélula de todos los tiempos que fue, a la vez, el mayor insecto conocido: Meganeura alcanzó una envergadura alar de 70 cm. Sin embargo, los grupos actuales de Odonatos datan de algo más adelante: los zigópteros del Triásico, y los anisópteros del Jurásico. 

Meganeura fue el mayor insecto conocido

Los Odonatos tienen un aparato bucal masticador, con ojos facetados muy desarrollados. El tórax es globoso y compacto, y sus patas son débiles y dirigidas hacia adelante pues las usan para capturar sus presas en pleno vuelo, ya que son insectos depredadores. Son capaces de volar a una velocidad máxima de 50 km/h. Tienen dos pares de alas membranosas, grandes y casi iguales. Estas alas presentan muy cerca de su extremidad, una mancha oscura que se llama pterostigma. Su abdomen es estrecho y muy largo, compuesto por diez segmentos. Los dos últimos están dotados de dos a cuatro apéndices. Son insectos de hábitos diurnos. En conjunto, el aspecto de la libélula es inconfundible y es casi imposible equivocarse al identificarlas. 

Anatomía de un Odonato

Las libélulas se encuentran distribuidas por todo el mundo, salvo en las regiones polares, si bien son más abundantes en especies en las regiones tropicales, y menos abundantes en las zonas templadas. Actualmente se conocen unas 5.600 especies de libélulas, de las cuales 176 están encuadradas en algún tipo de categoría amenazada según la IUCN. En la Península Ibérica están presentes 79 especies, 18 de las cuales se encuentran amenazadas. De las libélulas ibéricas, seis especies están incluidas en alguno de los anexos de la Directiva Hábitats: Coenagrium mercuriale, Maromia splendens, Oxygastra curtisii, Gomphus graslinii, Lindenia tetraphylla y Leucorrhinia pectoralis

Existen 5.600 especies de libélulas

Según los autores, se han definido entre 30 y 39 familias de Odonatos. Las familias se definen y distinguen analizando en los adultos la morfología y venas de las alas, la disposición de los ojos, y la coloración del cuerpo mientras que en las larvas y exuvios (resto que queda de la metamorfosis), se analizan: la posición y forma de las traqueobranquias, la morfología de la máscara larvaria (más adelante hablaremos de las larvas) y la morfología y tamaño de los artejos de las antenas (es decir, de sus segmentos). Taxonómicamente, los Odonatos se dividen en dos Subórdenes: 

Zygoptera: son los llamados “caballitos del diablo”, caracterizados por tener los ojos separados, tamaño pequeño y grácil, alas iguales en tamaño y cuando se pliegan en reposo, aparecen a lo largo del abdomen, justo por encima. 

Los zigópteros son los llamados "caballitos del diablo"

Anisoptera: son las libélulas propiamente dichas: ojos globosos que envuelven la cabeza, tocándose, tamaño grande y robusto, alas anteriores y posteriores de tamaño ligeramente diferente entre sí, y cuando están en reposo se presentan extendidas, no plegadas. 

Hasta hace poco se definió un tercer suborden, llamado Anisozygoptera, pero modernamente se ha fusionado con los anisópteros, englobando entrambos el Suborden Epiprocta

Cladograma del Órden Odonatos

Biología de los Odonatos 

Los Odonatos son insectos de desarrollo hemimetábolo, esto es, con metamorfosis incompleta pues pasan directamente del estadio de ninfa al de adulto, sin pasar por un estadio de pupa. Las larvas son siempre acuáticas y respiran mediante branquias, por eso las libélulas siempre viven en la proximidad de cursos de agua, sobre todo dulce pero también salobre y, en algunas especies, en la zona intermareal (no en las libélulas íbero-macaronésicas). Las larvas de las libélulas son francamente interesantes: dotadas de seis patas, son agresivas depredadoras. Disponen de un aparato bucal complejo llamado “máscara”: un resorte dotado de fuertes pinchos que, en reposo, se presenta plegado bajo la cabeza. 

Las larvas de las libélulas pueden capturar pequeños vertebrados

Las larvas suelen ocultarse bajo el limo o entre la vegetación acuática, y actúan preparando una emboscada: cuando hay una presa a tiro, despliegan su máscara a una velocidad rapidísima, capturando al infortunado. Las larvas de las especies más grandes, sobre todo ésnidos y cordulegástidos, son capaces de alimentarse de pequeños vertebrados como alevines de peces, o renacuajos de anfibios, incluso ranas pequeñas, aunque lo normal es que se alimenten de invertebrados acuáticos. Los adultos, por su parte, se alimentan de insectos de cuerpo blando como moscas, mosquitos, mariposas y otras libélulas. El desarrollo de las larvas, al no haber una metamorfosis completa, presentan un desarrollo gradual, y las alas salen progresivamente a partir de unas extensiones dorsolaterales. 

Aparato bucal de la larva de libélula

Las libélulas son eficientes cazadoras: localizan a sus presas con la vista y, una vez fijado el objetivo, se lanzan volando a toda velocidad contra ellas, capturándolas al vuelo con sus patas. 

Son famosas por su cortejo nupcial. Como ejemplo, te puedo contar que el macho de Rhinocypha fenestrella se exhibe ante la hembra con una danza en la que le muestra sus tibias de color blanco, que es prerrogativa exclusivamente masculina. Una vez establecido el contacto, el macho sujeta a la hembra con sus apéndices anales. Entonces la hembra debe curvar su abdomen para unirse a los órganos sexuales masculinos, situados en la base de su tórax. Cuando se consuma el acoplamiento, entre ambos forman una figura con forma de corazón que hace de este cortejo muy notorio. 

El apareamiento de las libélulas es bello y complejo

Posteriormente se verifica la puesta. Por ejemplo, en Lestes verde, a últimos de otoño la hembra pone los huevos sobre ramas de sauce, que es un árbol que crece en la vecindad del agua. La picadura del ovopositor induce la creación de agallas o pequeños tumores en la rama, que albergan los huevos. Tras el letargo invernal, en primavera nacen las larvas y continúan el desarrollo. Estas larvas tienen dos milímetros de longitud al eclosionar y, si la rama del sauce está sobre el agua, la larva cae directamente sobre ella. Si cayera en tierra, la larva se encuentra protegida por una vaina neonatal, que le permite la movilidad necesaria para buscar el agua y poder sumergirse. 

Estas vainas neonatales constituyen, al ser rotas por la larva, la primera muda, como en el caso del género Anax. Las libélulas son de crecimiento lento y, dependiendo de las especies y de diversos factores, pueden tardar de uno a cinco años en alcanzar el estado adulto. Durante todo este tiempo pueden pasar por hasta quince mudas. 

Una vez alcanzado el estado de imago, o adulto, la libélula se alejará del agua pero no demasiado. Curiosamente una libélula adulta no podría sobrevivir en el medio acuático porque se encuentra completamente adaptada a una vida aérea. Algunas especies, incluso, tienen comportamiento migratorio.

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