Los mosquitos: archienemigos íntimos
Querida hija:
Todos los listados están de acuerdo en una cosa: el mosquito es el animal más letal para el ser humano, responsable cada año de la muerte de entre 700.000 y un millón de personas. El mosquito, ese insecto de no más de 6 milímetros de longitud. Ese mismo que nos atormenta en las noches veraniegas con su molesto zumbido y sus dolorosas picaduras que nos comen la moral. El mosquito se ha ganado por derecho propio la consideración de archienemigo del género humano desde que la Humanidad dio sus primeros pasos. Pero, ¿qué sabemos de él?. Aquí te lo cuento todo.
El mosquito es el animal más letal para el ser humano |
Los mosquitos: conceptos básicos.
Los mosquitos forman un grupo de unas 3.600 especies de Insectos que pertenecen a la familia Culicidae del Órden Diptera, el mismo al que pertenecen las moscas. Su aspecto es inconfundible: un cuerpo delgado y alargado, con sus seis patas muy largas, finas y flexionadas, estando el primer par dirigido hacia adelante y los otros dos pares dirigidos hacia atrás. Las alas son también finas y su posición general recuerda a un jorobado, con la cabeza en una posición muy baja e interior.
Dentro de la familia Culicidae se distinguen dos subfamilias: Culicinae (la más numerosa) y Anophelinae. Se reconocen hoy 112 géneros de mosquitos.
La fisonomía del mosquito es inconfundible |
Si bien el fósil más antiguo de un insecto identificado como mosquito data de hace 79 millones de años, en el Cretácico de Canadá, los estudios moleculares han establecido que la separación genética entre los mosquitos y la Drosophila, una mosca usada como término de comparación, se produjo hace 260 millones de años, y la separación entre las dos subfamilias de mosquitos se produjo hace entre 150 y 120 millones de años. Es decir, estamos ante un grupo de insectos que ya era contemporáneo de los dinosaurios, y que por muchas razones que verás a continuación puede considerarse como un absoluto éxito evolutivo.
Los mosquitos son insectos holometábolos, esto es, que realizan un proceso de metamorfosis completo con sus cuatro fases de huevo, larva, pupa (estadio inmóvil) y adulto (o imago). Es importante que comprendas que la larva de mosquito es acuática, por lo que el mosquito necesita para su desarrollo la presencia de agua estancada. Vamos a ver un poco cómo es su ciclo de vida.
La hembra del mosquito, una vez fecundada por el macho, pondrá sus huevos directamente sobre el agua o en lugares en contacto con el agua. Cada fase del ciclo de vida tiene una duración de entre 5 y 14 días dependiendo de factores climáticos y ecológicos. Los huevos suelen ser de formas alargadas o fusiformes, y dependiendo de la especie pueden ser puestos de forma individual o formar unas balsas mediante una sustancia que los agrega unos con otros. Pueden, asimismo, flotar libremente o estar pegados a un sustrato.
Ciclo de vida del mosquito |
Una vez eclosionan los huevos, surgen las larvas. Como te dije antes, son estrictamente acuáticas y se alimentan de algas y bacterias. Tiene una cabeza y un tórax masivos y un abdomen alargado compuesto de ocho segmentos. Dependiendo de la especie, al final del abdomen puede aparecer un "sifón" a través del cual la larva toma el aire atmosférico para la respiración, si bien todas las larvas pueden respirar también a través de espiráculos situados en los segmentos abdominales. Por eso la larva de mosquito suele estar en frecuente contacto con la superficie del agua, para respirar.
Anatomía de la larva de un mosquito |
El estadio de "pupa" se verifica al fundirse la cabeza y el tórax en un "cefalotórax" del que cuelga el abdomen, curvado hacia adelante. Adopta así la pupa una característica forma de coma. Esta pupa es capaz de nadar moviendo el abdomen, y respirar a través de unas "trompetas" que surgen del cefalotorax. Tras el periodo correspondiente, el cefalotorax se rasga y surge la forma adulta de su interior. Ya tenemos un mosquito adulto en un periodo de unos 40 días desde que se puso el huevo.
El mosquito adulto. Biología y Ecología.
Aquí tenemos que hacer una distinción entre machos y hembras adultos, muy importante si quieres entender la biología de estos insectos. En primer lugar, los machos viven sólo entre 5 y 7 días y se alimentan de néctar y sustancias azucaradas. De hecho, sólo los mosquitos hembra pican y chupan la sangre de vertebrados. Prácticamente la función del macho es sólo la de copular con la hembra y morir. Los machos forman grandes enjambres muy activos sobre todo al atardecer, y las hembras atraviesan estos enjambres para emparejarse y copular. A partir de aquí, todo el protagonismo de la biología de la especie recae sobre la hembra, que vive algo más de tiempo que el macho pudiendo llegar a un mes de vida en cautividad.
La hembra es la única que tiene el aparato bucal modificado como una probóscide adaptada para penetrar la piel de la víctima y chupar su sangre. Se trata de un aparato compuesto de mandíbulas, maxilas y labios. Con las mandíbulas se produce la famosa picadura. Se cree que la función de los labios es la de "tantear" la situación de los vasos sanguíneos que, una vez localizados, son pinchados y luego succionada la sangre.
Esquema del aparato bucal de un mosquito hembra |
Pero, ¡atención!. Contrariamente a la creencia de que los mosquitos "se alimentan" de sangre, en realidad la sangre que chupa la hembra no se usa para la alimentación, sino que la hembra usa el hierro y las proteínas para la producción de huevos (ovogénesis), y la incorporación de sustancias de las que se alimentará el embrión. Si bien la hembra adulta también puede obtener algunos nutrientes de la sangre de los vertebrados, en realidad su alimento verdadero es, como el macho, el néctar y las sustancias azucaradas. La hembra va a repetir este proceso: picadura - obtención de sangre - fabricación y puesta de huevos una y otra vez durante todo el tiempo que dure su vida. Aterrador.
La localización de sus presas para la obtención de la sangre se verifica mediante receptores químicos que rastrean sustancias como el dióxido de carbono y ciertos alcoholes que se exhalan en la espiración. Se ha dicho, también, que algunas personas atraen más que otras las picaduras de los mosquitos, y esto tiene que ver en efecto con la mayor capacidad de emisión de diversas sustancias atractivas para los mosquitos, como la mayor sudoración por ejemplo.
Mosquito hembra atiborrándose de sangre |
Cuando la hembra del mosquito pica, lo primero que hace es inyectar una saliva anticoagulante para favorecer la absorción de la sangre que necesita. En este proceso, el mosquito infectado puede inocular ciertos parásitos o virus que son el verdadero motivo por el que el mosquito es considerado un azote de la Humanidad. A su vez, al chupar la sangre de un individuo infectado por estas enfermedades, el mosquito absorbe también los causantes de dichas enfermedades, contribuyendo a cerrar el ciclo de vida de estos organismos. Más adelante te hablaré más extensamente de estas enfermedades y su importancia médica de máximo orden.
Los mosquitos están más activos al atardecer y anochecer, permaneciendo en los momentos más calurosos del día en lugares frescos y oscuros. Son insectos cosmopolitas que están extendidos por todo el Planeta a excepción de la Antártida y algunas islas subpolares como Islandia. Son más abundantes y diversificados en las regiones tropicales del Globo porque las altas temperaturas y grado de humedad favorecen su desarrollo, pero atención, los mosquitos crían sin ningún problema en latitudes norteñas y subpolares por su capacidad de detener su desarrollo en un proceso llamado diapausa cuando las condiciones climáticas son demasiado duras para ellos. Pero, allá donde hay aunque sea un pequeño charco de agua de 1 cm de profundidad, hay capacidad para que un mosquito se reproduzca.
Enjambre de mosquitos en una región subártica |
Por eso, en la tundra ártica y en la taiga (el bosque boreal), los mosquitos son una verdadera pesadilla durante el corto verano boreal. Cuando se funde la nieve y el hielo y el terreno se encharca, se pone en marcha un desarrollo acelerado de los mosquitos, que forman verdaderos enjambres ávidos de la sangre de cualquier vertebrado que se cruce en su camino. Para el ser humano, a veces, la única manera de desplazarse por según qué zonas es vistiendo un traje especial protector contra los mosquitos. De otra forma, sería completamente imposible.
¿Son, o no son, los mosquitos un éxito evolutivo?
Hija, voy a hablarte a continuación de la importancia médica de los mosquitos, de las principales enfermedades que transmiten y te pondré dos ejemplos de los mosquitos más importantes en cuanto a la transmisión de estas enfermedades, y vas a comprender la complejidad del problema al que el ser humano se enfrenta con estos pequeños insectos.
Los mosquitos y las enfermedades infecciosas. El azote de la Humanidad.
Tal como te dije antes, los mosquitos son vectores (esto es, transmisores de patógenos) de gravísimas enfermedades que cuestan la vida de cientos de miles de personas cada año. Básicamente los mosquitos transmiten enfermedades de dos tipos:
-Enfermedades víricas, esto es, causadas por un virus (¿te acuerdas de lo que era un virus?), como la fiebre amarilla, el dengue, el Zika, el Chikungunya, el virus del Nilo Occidental, o los virus de la encefalitis equina, entre otras.
-Enfermedades causadas por parásitos, como la malaria, la filariasis o la tularemia, entre otras.
Lo que voy a hacer aquí es darte una visión general de dos de estas enfermedades: una provocada por parásitos, la malaria, y otra vírica, la fiebre amarilla, y finalmente te hablaré de dos de los principales tipos de mosquitos transmisores de ambas enfermedades.
La malaria.
La malaria, también llamada "paludismo", por su asociación con las aguas estancadas (palus) es una enfermedad provocada por unos parásitos Protistas del género Plasmodium, del cual hay unas diez especies. Este parásito necesita para cumplir su ciclo vital el concurso de un vector Artrópodo (el mosquito) y un huésped vertebrado (el ser humano). Esta enfermedad provoca fuerte fiebre, cansancio, dolores de cabeza y vómitos, que puede concluir con el coma y la muerte del enfermo si no se trata a tiempo.
Es una enfermedad actualmente endémica de las regiones tropicales de todo el mundo, pero su origen seguramente se encuentra en Asia Tropical. Los movimientos de los seres humanos han sido clave para su extensión por todo el mundo, ya que la Humanidad está afectada de malaria desde la Prehistoria. Poca gente lo imagina hoy día, pero la malaria era una enfermedad endémica también de la Europa mediterránea, incluida España, adonde se cree que llegó la malaria procedente de India hace unos 2.500 años. Por su parte, fueron los conquistadores y colonos españoles los que llevaron la malaria a América, puesto que los estudios moleculares han demostrado que la cepa de Plasmodium presente originalmente en América era la misma que había en España.
La malaria fue la principal enfermedad infecciosa que afectó a la Humanidad durante los siglos XVIII y XIX, y no se conocía su causa más allá de asociarse a las zonas pantanosas donde había aguas estancadas. En la América Virreinal, los indios peruanos conocían las propiedades febrífugas de la corteza de una planta llamada "quina". Este conocimiento fue recogido por los jesuitas locales, quienes la introducen en Europa para tratar la malaria. No será hasta 1820 cuando se aisló químicamente la sustancia activa, llamada quinina.
En 1880 se logra descubrir finalmente el agente parásito que ocasionaba la enfermedad. Fue el médico militar francés Charles Louis Alphonse Laveran, que investigó la enfermedad en Argelia, descubrimiento que le valió años después el Premio Nobel. Faltaba por descubrir el vector que inoculaba el parásito en el organismo humano. Fue Patrick Manson quien, en 1894, teorizó que los parásitos podían ser transmitidos por los mosquitos, lo que fue demostrado por su discípulo Ronald Ross en 1896, lo que le valió el Nobel de Medicina en 1902. Pero la especie concreta de mosquito no fue identificada hasta 1898 por Giovanni Battista Grassi: eran los mosquitos del género Anopheles.
En España, la malaria fue históricamente endémica sobre todo en Extremadura (especialmente Cáceres), El Valle del Guadalquivir y la zona de los arrozales levantinos, y gracias a la extensión de la red de ferrocarriles en el siglo XIX la enfermedad se extiende a otros territorios. A partir de 1901 se empieza a estudiar seriamente en nuestro país la enfermedad y su profilaxis. El parásito más frecuente aquí era P. falciparum y el mosquito vector más importante era Anopheles atroparvus.
En esta época tanto en España como en el resto de la Europa mediterránea se luchaba contra la malaria sobre todo desecando las "zonas palúdicas", esto es, eliminando los focos de agua estancada. Desgraciadamente, muchos humedales y lagunas de gran importancia ecológica fueron desecadas con el pretexto de "saneamiento", cuando en realidad se escondían detrás intereses agrícolas, como sucedió por ejemplo con varias lagunas situadas en la Cuenca Central del Guadalquivir. En otros países, como Italia, el régimen fascista de Mussolini hizo de la desecación y colonización de las Marismas Pontinas, en el Lazio, un asunto de propaganda estatal.
A partir de 1927 se empiezan a usar los insecticidas como el DDT para la eliminación física del mosquito, y también métodos biológicos como la introducción en Europa de la gambusia, un pez norteamericano que supuestamente se iba a comer las larvas de los mosquitos. Ya te hablé de este pez invasor en esta crónica sobre los amenazados peces ibéricos. En España se crea en 1920 la Organización de Lucha Antipalúdica y en 1924 la Comisión Central del Paludismo, siendo el primer ejemplo de lucha organizada contra una enfermedad en nuestro país. La incidencia de la malaria en España empezó a descender notablemente, pero la Guerra Civil dio al traste con todos los esfuerzos y en 1939 se produce un fuerte rebrote de la enfermedad.
El nuevo régimen de Franco se toma en serio la lucha contra el paludismo y se crean Dispensarios Antipalúdicos en las zonas afectadas, y se usa masivamente el DDT, así como la política de desecación de humedales que ya se venía practicando antes de la guerra. El Gobierno firma un convenio con la Organización Mundial de la Salud, que en los años 50 había lanzado una campaña de erradicación de la enfermedad. Los resultados no se hicieron esperar, y en 1964 la malaria fue declarada oficialmente erradicada de España, al igual que sucedió en el resto de Europa y Norteamérica a lo largo de la época.
Desde entonces, los casos de malaria registrada en España (y el resto de Europa) son "casos importados", traídos por personas que han viajado (o vivían) en zonas endémicas de paludismo, uno de los precios que debemos pagar por la llamada "globalización". Es cierto también que ha habido unos poquísimos casos de malaria autóctona, pero los especialistas los consideran "rarezas entomológicas" que no suponen ni por asomo que la malaria haya vuelto a ser endémica.
La fiebre amarilla
Por su parte, la otra gran enfermedad transmitida por los mosquitos es una enfermedad vírica a diferencia de lo que sucedía con el paludismo. Otra diferencia es que esta enfermedad es endémica de las zonas tropicales de Sudamérica y África, no está presente en Asia y nunca fue endémica de Europa como sí lo fue la malaria.
Tras un periodo de incubación de 3 a 7 días, la enfermedad dura unas dos semanas con un cuadro de fiebre alta, escalofríos, cefalea, con presencia de náuseas y vómitos. En formas más graves aparece la ictericia, la insuficiencia hepática y abundantes hemorragias. Sin tratamiento, es una enfermedad que puede ser fatal en los casos graves.
Se cree que el origen de esta enfermedad está en África, donde el virus pudo mutar desde Primates hasta los humanos. Fue el tráfico de esclavos el responsable de que la enfermedad se llevara a América, donde se registra el primer caso en 1647 en la Isla de Barbados, que era un emporio esclavista, y al año siguiente se registra en Yucatán. El virus se extenderá con rapidez por el continente americano, con brotes periódicos incluso en las colonias inglesas de América del Norte, como la famosa epidemia de Filadelfia en 1793, aunque la enfermedad se hará endémica de las regiones tropicales.
El origen de esta enfermedad se empezó a esclarecer en 1881 cuando el médico cubano Carlos Finlay propugnó la teoría de que el agente vector de la enfermedad era el mosquito Aedes aegypti, si bien su teoría fue acogida al principio con escepticismo. Como siempre sucede en nuestro país, las autoridades coloniales españolas de Cuba no tuvieron en cuenta las recomendaciones de Finlay para luchar contra la enfermedad: controlar la población de mosquitos para controlar la enfermedad.
Cuando, tras la Guerra Hispano-norteamericana de 1898 Cuba pasó a ser ocupada por los EEUU, los estadounidenses sí prestaron atención al Dr. Finlay, y la Comisión que puso en marcha el médico militar Walter Reed adopta sus recomendaciones, nombrando a Finlay Oficial Médico Jefe entre 1902 y 1909. Así, la enfermedad fue rápidamente erradicada de Cuba y se hizo rara en el Caribe. Por otro lado, la lucha contra el mosquito tigre fue fundamental para poder finalizar la construcción del Canal de Panamá en 1914, ya que la fiebre amarilla fue el factor que llevó al fracaso el primer intento de construcción del Canal por parte de los franceses de Ferdinand de Lesseps.
Los protagonistas: Anopheles y Aedes.
Una vez que ya conoces algo más sobre estas grandes enfermedades, voy a hablarte un poco sobre los dos mosquitos más importantes en su transmisión.
Anopheles es un género que comprende 460 especies. De todas ellas, aproximadamente entre 30 y 40 son las que transmiten el parásito de la malaria, siendo el más importante de ellos A. gambiae, que es un complejo de al menos siete especies que transmiten el parásito palúdico más peligroso: P. falciparum, en África subsahariana. Anopheles integra la subfamilia Anophelinae de los mosquitos junto con otros dos géneros: Bironella (australiano) y Chagasia (neotropical).
El género está extendido por todo el mundo, tanto en regiones tropicales y subtropicales como en regiones templadas. En Europa (y también en la Península Ibérica) la especie más común es A. atroparvus, si bien en España se hallan presentes ocho especies, todas ellas fueron en su día transmisoras de malaria en diversos grados.
La larva de Anopheles se distingue fácilmente de las larvas de otros mosquitos porque carece de sifón respiratorio al final de su abdomen, y su respiración se verifica únicamente a través de espiráculos. Por eso, es normal verla situada en posición paralela a la superficie del agua, pegada a ella para poder respirar el aire atmosférico. También es característica su postura formando ángulo amplio con la superficie de reposo, con un par de patas "al aire" (no apoyadas).
En cuanto al género Aedes, con sus nueve especies y representante de la otra subfamilia (Culicinae), voy a destacarte especialmente dos: el mosquito de la fiebre amarilla Aedes aegypti y el mosquito tigre A. albopictus, responsables ambos dos de la transmisión de la fiebre amarilla, del dengue, del Chikungunya o el Zika, entre otras terribles enfermedades.
El mosquito de la fiebre amarilla es originario de África Central, donde aún se encuentra su forma originaria. Tal como te dije antes, fue introducido en América debido al tráfico de esclavos y al llamado "comercio triangular" que se practicaba navegando entre América, África y Europa. De hecho, fue la Península Ibérica la puerta de entrada de la fiebre amarilla en Europa, pero nunca llegó a hacerse endémica, a diferencia de Sudamérica y África, donde el mosquito estaba firmemente establecido.
El ser humano y sus movimientos internacionales provocaron que A. aegypti se extendiera por todo el mundo, pero curiosamente en Asia el mosquito introdujo el dengue, pero no la fiebre amarilla lo que constituye uno de los misterios médicos más importantes. Más aún, los estudios moleculares han indicado que el mosquito de la fiebre amarilla fue introducido en Asia durante la segunda mitad del siglo XIX pero procedente de América, y no de África como podría parecer lo más lógico dada la proximidad geográfica y las relaciones comerciales entre ambos continentes.
Por su parte, el mosquito tigre A. albopictus es una amenaza más relativamente reciente. Su nombre viene de su aspecto atigrado, de color negro con bandas blancas en las patas. Originario del Sureste asiático, hoy día está extendido por todo el mundo "gracias" a la globalización internacional. Empieza su expansión hacia los años 1960 usando como método el transporte por barco, sobre todo de neumáticos usados donde se conservan pequeñas cantidades de agua estancada que contienen sus huevos. Está declarado como una de las 100 especies invasoras más peligrosas.
Por ejemplo, en Europa se detecta por primera vez en Albania, en 1979, a través de un cargamento de bienes procedentes de China, y en Italia a partir de 1990 desde un cargamento de neumáticos procedentes de los EEUU, adonde previamente había llegado también desde 1983. Desde entonces se ha extendido por toda la cuenca mediterránea, llegando a España en 2004, donde actualmente se encuentra establecido a lo largo de toda la Costa mediterránea. Aquí hay que hacer una puntualización. Algunos avispados afirman que la "invasión" del mosquito tigre es consecuencia del "calentamiento de la atmósfera", que favorecería la extensión de este insecto tropical. Como has visto, el mosquito tigre no ha venido espontáneamente sino que ha sido traído por el ser humano, pero claro está, este mosquito va a prosperar adonde ya hay un clima cálido como es el Mediterráneo.
Epílogo: ¿qué hacemos con los mosquitos?
Por todo lo anterior, es fácil entender por qué hay una guerra abierta entre humanos y mosquitos. Actualmente para controlar y reducir las poblaciones de mosquitos se intenta depender menos del uso de insecticidas, que finalmente son contraproducentes tanto para la Naturaleza como para el ser humano (el DDT finalmente se prohibió), y mucho menos de la desecación de humedales, puesto que hoy día se reconoce el gran valor de estos ecosistemas que, más bien, se están recuperando allá donde ha sido posible.
Hoy día se intenta el arma biológica: se ensaya la modificación genética de los mosquitos más peligrosos para, por ejemplo, "soltar" en la Naturaleza machos estériles. También se favorece la conservación de los murciélagos o las libélulas, grandes consumidores de mosquitos. Otra línea de actuación es el esparcimiento de hongos u otros organismos que parasitan en los mosquitos.
Ahora bien, aparte de ser imposible, no es en absoluto conveniente erradicar los mosquitos de nuestro Planeta. Por una razón fundamental: sus larvas forman una buena parte de la biomasa de zooplancton en las zonas acuáticas donde existen, constituyendo una importantísima base trófica de la que dependen numerosas especies, amén de lo que ya te he mencionado sobre los murciélagos o las libélulas, que se quedarían sin una de sus más abundantes fuentes de alimento.
MÚSICA RECOMENDADA: James Newton Howard - Outbreak
Tal como te dije antes, los mosquitos son vectores (esto es, transmisores de patógenos) de gravísimas enfermedades que cuestan la vida de cientos de miles de personas cada año. Básicamente los mosquitos transmiten enfermedades de dos tipos:
-Enfermedades víricas, esto es, causadas por un virus (¿te acuerdas de lo que era un virus?), como la fiebre amarilla, el dengue, el Zika, el Chikungunya, el virus del Nilo Occidental, o los virus de la encefalitis equina, entre otras.
-Enfermedades causadas por parásitos, como la malaria, la filariasis o la tularemia, entre otras.
Lo que voy a hacer aquí es darte una visión general de dos de estas enfermedades: una provocada por parásitos, la malaria, y otra vírica, la fiebre amarilla, y finalmente te hablaré de dos de los principales tipos de mosquitos transmisores de ambas enfermedades.
Mecanismo de transmisión de virus por parte de un mosquito |
La malaria.
La malaria, también llamada "paludismo", por su asociación con las aguas estancadas (palus) es una enfermedad provocada por unos parásitos Protistas del género Plasmodium, del cual hay unas diez especies. Este parásito necesita para cumplir su ciclo vital el concurso de un vector Artrópodo (el mosquito) y un huésped vertebrado (el ser humano). Esta enfermedad provoca fuerte fiebre, cansancio, dolores de cabeza y vómitos, que puede concluir con el coma y la muerte del enfermo si no se trata a tiempo.
Mapa que muestra las zonas donde la malaria es endémica |
Es una enfermedad actualmente endémica de las regiones tropicales de todo el mundo, pero su origen seguramente se encuentra en Asia Tropical. Los movimientos de los seres humanos han sido clave para su extensión por todo el mundo, ya que la Humanidad está afectada de malaria desde la Prehistoria. Poca gente lo imagina hoy día, pero la malaria era una enfermedad endémica también de la Europa mediterránea, incluida España, adonde se cree que llegó la malaria procedente de India hace unos 2.500 años. Por su parte, fueron los conquistadores y colonos españoles los que llevaron la malaria a América, puesto que los estudios moleculares han demostrado que la cepa de Plasmodium presente originalmente en América era la misma que había en España.
La malaria fue la principal enfermedad infecciosa que afectó a la Humanidad durante los siglos XVIII y XIX, y no se conocía su causa más allá de asociarse a las zonas pantanosas donde había aguas estancadas. En la América Virreinal, los indios peruanos conocían las propiedades febrífugas de la corteza de una planta llamada "quina". Este conocimiento fue recogido por los jesuitas locales, quienes la introducen en Europa para tratar la malaria. No será hasta 1820 cuando se aisló químicamente la sustancia activa, llamada quinina.
Cartel lucha antipalúdica, 1920 |
En 1880 se logra descubrir finalmente el agente parásito que ocasionaba la enfermedad. Fue el médico militar francés Charles Louis Alphonse Laveran, que investigó la enfermedad en Argelia, descubrimiento que le valió años después el Premio Nobel. Faltaba por descubrir el vector que inoculaba el parásito en el organismo humano. Fue Patrick Manson quien, en 1894, teorizó que los parásitos podían ser transmitidos por los mosquitos, lo que fue demostrado por su discípulo Ronald Ross en 1896, lo que le valió el Nobel de Medicina en 1902. Pero la especie concreta de mosquito no fue identificada hasta 1898 por Giovanni Battista Grassi: eran los mosquitos del género Anopheles.
En España, la malaria fue históricamente endémica sobre todo en Extremadura (especialmente Cáceres), El Valle del Guadalquivir y la zona de los arrozales levantinos, y gracias a la extensión de la red de ferrocarriles en el siglo XIX la enfermedad se extiende a otros territorios. A partir de 1901 se empieza a estudiar seriamente en nuestro país la enfermedad y su profilaxis. El parásito más frecuente aquí era P. falciparum y el mosquito vector más importante era Anopheles atroparvus.
Anopheles gambiae es el principal vector de la malaria en África |
En esta época tanto en España como en el resto de la Europa mediterránea se luchaba contra la malaria sobre todo desecando las "zonas palúdicas", esto es, eliminando los focos de agua estancada. Desgraciadamente, muchos humedales y lagunas de gran importancia ecológica fueron desecadas con el pretexto de "saneamiento", cuando en realidad se escondían detrás intereses agrícolas, como sucedió por ejemplo con varias lagunas situadas en la Cuenca Central del Guadalquivir. En otros países, como Italia, el régimen fascista de Mussolini hizo de la desecación y colonización de las Marismas Pontinas, en el Lazio, un asunto de propaganda estatal.
A partir de 1927 se empiezan a usar los insecticidas como el DDT para la eliminación física del mosquito, y también métodos biológicos como la introducción en Europa de la gambusia, un pez norteamericano que supuestamente se iba a comer las larvas de los mosquitos. Ya te hablé de este pez invasor en esta crónica sobre los amenazados peces ibéricos. En España se crea en 1920 la Organización de Lucha Antipalúdica y en 1924 la Comisión Central del Paludismo, siendo el primer ejemplo de lucha organizada contra una enfermedad en nuestro país. La incidencia de la malaria en España empezó a descender notablemente, pero la Guerra Civil dio al traste con todos los esfuerzos y en 1939 se produce un fuerte rebrote de la enfermedad.
En 1964 se erradicó el paludismo de España |
El nuevo régimen de Franco se toma en serio la lucha contra el paludismo y se crean Dispensarios Antipalúdicos en las zonas afectadas, y se usa masivamente el DDT, así como la política de desecación de humedales que ya se venía practicando antes de la guerra. El Gobierno firma un convenio con la Organización Mundial de la Salud, que en los años 50 había lanzado una campaña de erradicación de la enfermedad. Los resultados no se hicieron esperar, y en 1964 la malaria fue declarada oficialmente erradicada de España, al igual que sucedió en el resto de Europa y Norteamérica a lo largo de la época.
Desde entonces, los casos de malaria registrada en España (y el resto de Europa) son "casos importados", traídos por personas que han viajado (o vivían) en zonas endémicas de paludismo, uno de los precios que debemos pagar por la llamada "globalización". Es cierto también que ha habido unos poquísimos casos de malaria autóctona, pero los especialistas los consideran "rarezas entomológicas" que no suponen ni por asomo que la malaria haya vuelto a ser endémica.
La fiebre amarilla
Por su parte, la otra gran enfermedad transmitida por los mosquitos es una enfermedad vírica a diferencia de lo que sucedía con el paludismo. Otra diferencia es que esta enfermedad es endémica de las zonas tropicales de Sudamérica y África, no está presente en Asia y nunca fue endémica de Europa como sí lo fue la malaria.
Zonas endémicas de fiebre amarilla |
Tras un periodo de incubación de 3 a 7 días, la enfermedad dura unas dos semanas con un cuadro de fiebre alta, escalofríos, cefalea, con presencia de náuseas y vómitos. En formas más graves aparece la ictericia, la insuficiencia hepática y abundantes hemorragias. Sin tratamiento, es una enfermedad que puede ser fatal en los casos graves.
Se cree que el origen de esta enfermedad está en África, donde el virus pudo mutar desde Primates hasta los humanos. Fue el tráfico de esclavos el responsable de que la enfermedad se llevara a América, donde se registra el primer caso en 1647 en la Isla de Barbados, que era un emporio esclavista, y al año siguiente se registra en Yucatán. El virus se extenderá con rapidez por el continente americano, con brotes periódicos incluso en las colonias inglesas de América del Norte, como la famosa epidemia de Filadelfia en 1793, aunque la enfermedad se hará endémica de las regiones tropicales.
Carlos Finlay determinó que Aedes aegypti es el vector de la fiebre amarilla |
El origen de esta enfermedad se empezó a esclarecer en 1881 cuando el médico cubano Carlos Finlay propugnó la teoría de que el agente vector de la enfermedad era el mosquito Aedes aegypti, si bien su teoría fue acogida al principio con escepticismo. Como siempre sucede en nuestro país, las autoridades coloniales españolas de Cuba no tuvieron en cuenta las recomendaciones de Finlay para luchar contra la enfermedad: controlar la población de mosquitos para controlar la enfermedad.
Cuando, tras la Guerra Hispano-norteamericana de 1898 Cuba pasó a ser ocupada por los EEUU, los estadounidenses sí prestaron atención al Dr. Finlay, y la Comisión que puso en marcha el médico militar Walter Reed adopta sus recomendaciones, nombrando a Finlay Oficial Médico Jefe entre 1902 y 1909. Así, la enfermedad fue rápidamente erradicada de Cuba y se hizo rara en el Caribe. Por otro lado, la lucha contra el mosquito tigre fue fundamental para poder finalizar la construcción del Canal de Panamá en 1914, ya que la fiebre amarilla fue el factor que llevó al fracaso el primer intento de construcción del Canal por parte de los franceses de Ferdinand de Lesseps.
La Comisión Militar Walter Reed aplicó las recomendaciones de Finlay en Cuba (Esteban Valderrama) |
Los protagonistas: Anopheles y Aedes.
Una vez que ya conoces algo más sobre estas grandes enfermedades, voy a hablarte un poco sobre los dos mosquitos más importantes en su transmisión.
Anopheles es un género que comprende 460 especies. De todas ellas, aproximadamente entre 30 y 40 son las que transmiten el parásito de la malaria, siendo el más importante de ellos A. gambiae, que es un complejo de al menos siete especies que transmiten el parásito palúdico más peligroso: P. falciparum, en África subsahariana. Anopheles integra la subfamilia Anophelinae de los mosquitos junto con otros dos géneros: Bironella (australiano) y Chagasia (neotropical).
Mapa de distribución de las principales especies del género Anopheles |
El género está extendido por todo el mundo, tanto en regiones tropicales y subtropicales como en regiones templadas. En Europa (y también en la Península Ibérica) la especie más común es A. atroparvus, si bien en España se hallan presentes ocho especies, todas ellas fueron en su día transmisoras de malaria en diversos grados.
La larva de Anopheles se distingue fácilmente de las larvas de otros mosquitos porque carece de sifón respiratorio al final de su abdomen, y su respiración se verifica únicamente a través de espiráculos. Por eso, es normal verla situada en posición paralela a la superficie del agua, pegada a ella para poder respirar el aire atmosférico. También es característica su postura formando ángulo amplio con la superficie de reposo, con un par de patas "al aire" (no apoyadas).
En cuanto al género Aedes, con sus nueve especies y representante de la otra subfamilia (Culicinae), voy a destacarte especialmente dos: el mosquito de la fiebre amarilla Aedes aegypti y el mosquito tigre A. albopictus, responsables ambos dos de la transmisión de la fiebre amarilla, del dengue, del Chikungunya o el Zika, entre otras terribles enfermedades.
Distribución potencial de A. aegypti y A. albopictus teniendo en cuenta los efectos del calentamiento global |
El mosquito de la fiebre amarilla es originario de África Central, donde aún se encuentra su forma originaria. Tal como te dije antes, fue introducido en América debido al tráfico de esclavos y al llamado "comercio triangular" que se practicaba navegando entre América, África y Europa. De hecho, fue la Península Ibérica la puerta de entrada de la fiebre amarilla en Europa, pero nunca llegó a hacerse endémica, a diferencia de Sudamérica y África, donde el mosquito estaba firmemente establecido.
El ser humano y sus movimientos internacionales provocaron que A. aegypti se extendiera por todo el mundo, pero curiosamente en Asia el mosquito introdujo el dengue, pero no la fiebre amarilla lo que constituye uno de los misterios médicos más importantes. Más aún, los estudios moleculares han indicado que el mosquito de la fiebre amarilla fue introducido en Asia durante la segunda mitad del siglo XIX pero procedente de América, y no de África como podría parecer lo más lógico dada la proximidad geográfica y las relaciones comerciales entre ambos continentes.
Mosquito tigre |
Por su parte, el mosquito tigre A. albopictus es una amenaza más relativamente reciente. Su nombre viene de su aspecto atigrado, de color negro con bandas blancas en las patas. Originario del Sureste asiático, hoy día está extendido por todo el mundo "gracias" a la globalización internacional. Empieza su expansión hacia los años 1960 usando como método el transporte por barco, sobre todo de neumáticos usados donde se conservan pequeñas cantidades de agua estancada que contienen sus huevos. Está declarado como una de las 100 especies invasoras más peligrosas.
Por ejemplo, en Europa se detecta por primera vez en Albania, en 1979, a través de un cargamento de bienes procedentes de China, y en Italia a partir de 1990 desde un cargamento de neumáticos procedentes de los EEUU, adonde previamente había llegado también desde 1983. Desde entonces se ha extendido por toda la cuenca mediterránea, llegando a España en 2004, donde actualmente se encuentra establecido a lo largo de toda la Costa mediterránea. Aquí hay que hacer una puntualización. Algunos avispados afirman que la "invasión" del mosquito tigre es consecuencia del "calentamiento de la atmósfera", que favorecería la extensión de este insecto tropical. Como has visto, el mosquito tigre no ha venido espontáneamente sino que ha sido traído por el ser humano, pero claro está, este mosquito va a prosperar adonde ya hay un clima cálido como es el Mediterráneo.
Epílogo: ¿qué hacemos con los mosquitos?
Por todo lo anterior, es fácil entender por qué hay una guerra abierta entre humanos y mosquitos. Actualmente para controlar y reducir las poblaciones de mosquitos se intenta depender menos del uso de insecticidas, que finalmente son contraproducentes tanto para la Naturaleza como para el ser humano (el DDT finalmente se prohibió), y mucho menos de la desecación de humedales, puesto que hoy día se reconoce el gran valor de estos ecosistemas que, más bien, se están recuperando allá donde ha sido posible.
Los murciélagos son grandes consumidores de mosquitos (Golly Bard) |
Hoy día se intenta el arma biológica: se ensaya la modificación genética de los mosquitos más peligrosos para, por ejemplo, "soltar" en la Naturaleza machos estériles. También se favorece la conservación de los murciélagos o las libélulas, grandes consumidores de mosquitos. Otra línea de actuación es el esparcimiento de hongos u otros organismos que parasitan en los mosquitos.
Ahora bien, aparte de ser imposible, no es en absoluto conveniente erradicar los mosquitos de nuestro Planeta. Por una razón fundamental: sus larvas forman una buena parte de la biomasa de zooplancton en las zonas acuáticas donde existen, constituyendo una importantísima base trófica de la que dependen numerosas especies, amén de lo que ya te he mencionado sobre los murciélagos o las libélulas, que se quedarían sin una de sus más abundantes fuentes de alimento.
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