Truhanes: parásitos y parasitismo
Querida hija:
Hace muy poquito te hablé de los mosquitos y de su aterradora capacidad para inocular peligrosos agentes patógenos. Tanto el mosquito como los organismos que transmiten tienen algo en común: son parásitos. El parasitismo es uno de los conceptos más complejos y densos que hay en Biología, y por eso no me es posible aquí darte toda la riqueza y belleza de información disponible sobre ello. Pero sí quiero darte al menos unas pinceladas básicas para entiendas en toda su profundidad qué cosa es el parasitismo, y qué implicaciones tiene. Contigo, los truhanes de la Naturaleza.
Demodex folliculorum es un ácaro que parasita a los humanos |
QUÉ ES EL PARASITISMO
El parasitismo es una relación entre individuos de diferente especie en la que uno de ellos, el parásito, obtiene un beneficio a costa del otro, el hospedador. Se diferencia de la simbiosis, por tanto, ya que en ésta ambos miembros de la relación resultan beneficiados. Otro aspecto muy importante del parasitismo es que el parásito no mata al hospedador, ya que le interesa que éste siga vivo para continuar beneficiándose de él. Frecuentemente, la muerte del hospedador apareja la muerte del parásito, y esto no interesa. Eso sí, el hospedador sentirá perjuicios por la presencia del parásito, pero no le costarán la vida.
La filaria es un ejemplo de sistema parásito-hospedador |
Existe una excepción a esta regla (como todas las reglas). Hay un tipo de parásitos que sí llegan a matar a sus hospedadores una vez obtenido su propósito, y se llaman parasitoides. Más adelante veremos algunos notables ejemplos.
¿Qué puede necesitar el parásito del hospedador? fundamentalmente dos cosas. La primera, alimento. Hay parásitos que se alimentan directamente de fluidos o sustancias orgánicas del hospedador, o incluso se alimentan de su comida (digerida o por digerir). La segunda, muchos parásitos necesitan un hospedador (o varios) para completar dentro de ellos todo o parte de su ciclo de vida. Diríamos, pues, que necesitan un hospedador para completar su reproducción. Son okupas del organismo hospedador.
Tipos de parásitos
Existen varias formas de clasificar un parásito. Voy a resumírtelas aquí:
Según su relación con el cuerpo del hospedador:
-Ectoparásitos: viven y/o actúan en la superficie del hospedador. Por ejemplo, el conocido mosquito
-Endoparásitos: viven y/o actúan en el interior del cuerpo del hospedador. Por ejemplo, el microorganismo causante de la malaria, el Plasmodium, que se multiplica en las células hepáticas humanas y, en un segundo estadio de desarrollo, se alimenta de la parte proteica de la hemoglobina de la sangre.
-Mesoparásitos: mantienen una parte de su organismo dentro del hospedador, y otra parte en su exterior. Como ejemplo, el copépodo (Crustacea) quitonofílido Ischnochitonika lasalliana, cuya hembra está extraordinariamente modificada para parasitar moluscos: su cuerpo consta de un sistema de raíces y un tronco, que es la parte que insertan dentro de la cavidad del manto, quedando fuera las raíces.
La garrapata es un ejemplo de ectoparásito |
Según la necesidad del parásito por su hospedador:
- Parásitos obligados: necesita al huésped para completar su ciclo vital. Por ejemplo: el Nematodo Necator americanus, que vive en el intestino delgado de humanos, cerdos, perros y gatos.
- Parásitos facultativos: no necesitan la presencia del huésped imperativamente. Por ejemplo: la ameba Naegleria fowleri, que vive libremente en medio acuático pero que ocasionalmente puede parasitar humanos, causando un tipo de encefalitis.
Según el número de hospedadores que necesita para completar su ciclo:
- Parásitos directos: les basta sólo con un único hospedador. Por ejemplo: los Nematodos
- Parásitos indirectos: necesitan un mínimo de dos hospedadores, uno (o dos) intermedio y otro definitivo. Por ejemplo: Leishmania, cuyo hospedador intermedio es el mosquito, y los hospedadores definitivos varias especies de mamíferos.
En fin, con estas clasificaciones básicas puedes hacerte ya una idea de la enorme complejidad que alberga la relación parásito-hospedador. Incluso se llega a dar una especialización de muchos parásitos en una sola especie de hospedador hasta el punto que puede hablarse de co-evolución con él. Un ejemplo de esta co-evolución se da en ciertos parásitos de los flamencos. Siempre hubo controversia sobre si los flamencos estaban más relacionados con las cigüeñas o con los patos. Pues bien, se encontró que ciertos parásitos de los flamencos estaban filogenéticamente relacionados con ciertos otros parásitos de los patos. Esta relación ayudó a dilucidar que los flamencos estaban más emparentados con los patos (todo esto antes de la generalización de los estudios de genética molecular, claro).
El fenómeno del parasitismo está extraordinariamente extendido. Los parásitos se hallan presentes en muchos tipos zoológicos y, por su lado, prácticamente todas las especies animales tienen algún parásito descrito, pero en esta Crónica sólo voy a hablarte de los parásitos y hospedadores animales, ya que los virus y las bacterias también son parásitos, y el parasitismo se da también ampliamente en el Reino Vegetal. Ya te dije que esto del parasitismo da para una Epopeya.
ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL PARASITISMO
Es complicado rastrear el origen de una interacción tan compleja y variada como es el parasitismo, pero hay teorías que lo retrotraen incluso a los primeros estadios de la Vida: el origen mismo de la célula eucariota (célula con núcleo) podría estar en el parasitismo de una eubacteria por una Arquea o una proteobacteria aeróbica, teoría conocida como "fagotrófica".
Si consideramos que el Parasitismo se origina en estos primeros estadios del amanecer de la Vida, debemos considerar que existían organismos capaces de convertirse en parásitos, llamados "protoparásiios", que entraron en contacto con sus posibles hospedadores mediante "ingestión" de aquellos por parte de éstos, o bien mediante una invasión activa de los protoparásitos hacia los hospedadores. A partir de éstas interacciones, la selección natural empezaría a funcionar para favorecer aquellos organismos que podían acomodarse mejor a su hospedador, y obtener el máximo beneficio posible a costa de aquél.
Todo esto es especulativo, toda vez que sólo se han podido encontrar fósiles que demuestran la existencia de parásitos mucho más tarde: huevos de nematodos en huevos de reptiles del Mesozoico, y la pulga Palaeopsyella klebsiana así como otros Insectos procedentes del Oligoceno, atrapados en ámbar.
Por otro lado, cada parásito es "de su padre y de su madre", y el camino evolutivo que ha seguido desde una originaria forma de vida libre hasta la forma parásita actual ha sido diferente en cada caso, y en distintos momentos de la Historia de la Vida. Por ejemplo, el parásito que causa la malaria, Plasmodium, se ha demostrado que originariamente era un parásito de las vías bucales de los invertebrados como el mosquito. Posteriormente, cuando el mosquito picaba en los mamíferos, el parásito acabó siendo inoculado dentro del nuevo hospedador, iniciándose un mecanismo de adaptación y diferenciación a partir del nuevo medio de vida. Es decir, el endoparasitismo parece ser una evolución o modificación de un ectoparasitismo originario o también pudo originarse en otros casos por la ingestión accidental de huevos o larvas que, al eclosionar, encontraron un huevo medio de vida.
También el parasitismo facultativo puede evolucionar, en ocasiones, en parasitismo obligado si éste presenta mayores ventajas para el parásito facultativo en un contexto concreto de competencia con otras especies o en un ambiente cambiante.
Otros autores consideran que el origen del parasitismo estaría en una "evolución" del comensalismo, o incluso de la simbiosis. El comensalismo es otra relación entre organismos vivos (comensales) en la cual uno de los dos obtiene un beneficio del otro, que a su vez no experimenta ni perjuicio, ni beneficio. En el comensalismo, uno de los comensales aprovecha un recurso que le sobra al otro. Suele decirse que el gorrión común es comensal del ser humano porque aprovecha la comida de éste. O los peces piloto que "limpian" la piel de grandes organismos marinos como los tiburones, a cambio de aprovechar sus restos de comida.
Según algunos autores, el comensalismo sería un paso obligado en el camino hacia el parasitismo, que debería darse si el comensal al que le sobran los recursos se debilita lo suficiente como para que el otro comensal tenga que "asociarse" más estrechamente a su "hospedador". Existen ciertas relaciones entre especies en las que la línea que separa el comensalismo del parasitismo es muy fina. En el intestino humano, por ejemplo, se han descrito seis especies de Protistas del género Entamoeba: el 90% de los casos son inofensivas para los humanos, pero el 10% porta una especie que sí puede provocar una severa amebiasis.
Es decir, el comensalismo sería una forma intermedia de asociación, como lo podría ser también el parasitoidismo, que te explicaré más adelante, que estaría entre el Parasitismo (primera fase) y la Depredación (segunda fase).
En fin hija mía, sólo unas pinceladas para que te des cuenta de la gran riqueza y variedad de respuestas que muchos organismos dan ante los desafíos de la existencia.
ALGUNOS EJEMPLOS NOTABLES DE PARÁSITOS Y PARASITOIDES
Llegados a este punto, voy a darte algunos mínimos ejemplos sobre esta fascinante (aunque molesta) forma de vida.
Platelmintos
El Filo Platelmintos destaca por su gran porcentaje de formas parásitas. Especialmente dos de sus Clases: los Trematodos, que son todos parásitos, y los Cestodos. Algunos Trematodos tienen unos ciclos de vida que son un verdadero ejercicio de virtuosismo para el parasitismo. Por ejemplo, Opisthorchis felineus, que parásita el hígado y las vías biliares de algunos mamíferos, entre ellos el ser humano.
Dentro de su hospedador produce huevos que son expulsados con las heces, que pueden finalmente ir a parar a aguas dulces donde vive una pequeña babosa: Bithynia leachi, que ingiere los huevos del gusano, que eclosionan en su interior y experimentan allí varios de sus estadios de desarrollo. Finalmente, su forma larvaria final, la "cercaria", se abre camino fuera de la babosa esperando ser ingerida por un pez. Este pez, a su vez, más tarde o más temprano será ingerido por su huésped final, el mamífero, donde se reiniciar el ciclo.
Algunos parásitos son capaces de modificar el comportamiento de alguno de sus huéspedes intermedios para favorecer el siguiente paso en su ciclo parasitario. Es el caso de otro tematodo, Dicrocoelium dendriticum, o duela pequeña del hígado, que parasita los conductos biliares de herbívoros, sobre todo ovejas. Los huevos de este parásito se expulsan a la tierra con las heces de la oveja, y son ingeridos por una babosa terrestre, donde las larvas se multiplican atravesando etapas de su desarrollo, abandonando en un momento dado a su huésped. Si todo sale como lo tienen "planeado", serán ingeridas por hormigas de varias especies, como Formica fusca, en el interior de cuyo organismo se enquistan.
Lo más notable es que uno de estos "quistes", llamados metacercarias, se ubica en el cerebro de la hormiga, tomando control de ella y haciendo que, en lugar de regresar a su hormiguero, busque un lugar visible encima de alguna hierba esperando que llegue el herbívoro de turno y se la coma junto con la hierba, reanudándose el ciclo. Retorcido, ¿verdad?
En cuanto a los Cestodos, clase que comprende las conocidas tenias o solitarias, gusanos que pueden alcanzar gran tamaño (hasta 12 metros), y bien provistos de ganchos bucales y ventosas para adherirse al intestino de sus hospedadores, puedo destacarte la tenia de la vaca (Taeniarhynchus saginatus), que presenta un ciclo de vida menos retorcido que el de los Trematodos. Los huevos eclosionan en el interior del animal, moviéndose las larvas usando la circulación sanguínea y alojándose en los músculos desde donde, si el animal es sacrificado y consumido por un humano, pasará a fijarse en el intestino delgado del infortunado.
Insectos
Dentro de los Insectos, la forma parásita más común es el conjunto de chupadores de sangre, tal como viste en el caso de los mosquitos. Pero hay muchas más especies hematólogas que, al igual que los mosquitos, transmiten además otros parásitos que los usan como huésped intermedio. Estos parásitos dentro de otros parásitos se denominan hiperparásitos. Vamos a ver algunos ejemplos.
Existen dos tipos de piojos (Phthiraptera) que parasitan a los humanos: el piojo de los cabellos (Pediculus humanus capiti), muy molesto pero inofensivo, y el piojo de la ropa (P. h. corporis), que es muy peligroso porque transmite el tifus exantemático al inocular la bacteria Ricketssia prowazecki, que sería el hiperparásito.
En Sudamérica existe un grupo de Hemípteros que constituyen la familia Reduviidae, que comprende chinches llamados "chinches asesinos", "vinchucas" y "boticarios". Las especies más conocidas son: Triatoma infestans, Rhodnius prolixus y Pastrongilus megistus. Estos chinches aprovechan la noche, en zonas normalmente pobres y poco higiénicas, para picar a los humanos mientras duermen, y chuparles la sangre. Mientras se dan estos auténticos festines de sangre, que pueden durar perfectamente media hora, expulsan heces que caen directamente en la piel del humano. Cuando el infortunado huésped se rasca la picazón de la mordedura, inconscientemente se introduce un peligroso hiperparásito de estos chinches: Trypanosoma cruzi (Protista, Kinetoplastea), que provoca una terrible enfermedad: la Enfermedad de Chagas, azote de las zonas pobres de Sudamérica.
También existen moscas cuyos aparatos bucales están modificados para morder y absorber sangre: las famosas moscas tsé-tsé (género Glossina), que transmiten otros peligrosos tripanosomas: T. gambiense y T. rhodesiense, que provocan la famosa "enfermedad del sueño". O la mosca de la oveja Oestrus ovis, que deposita sus larvas en la nariz de las ovejas (o en la vecindad del hocico y los ojos), donde las larvas se instalarán cómodamente aprovechando las propias secreciones nasales. Una vez completada su maduración, son expulsadas al exterior mediante los estornudos del animal. Una vez en el suelo, se produce el estadio de pupa, de donde surge la mosca adulta, que buscará nuevos huéspedes para poner huevos.
En cuanto a los parasitoides, las familias Ichneumonidae y Braconidae del orden Himenoptera son un excelente ejemplo de esta forma de vida, en la que estas avispas normalmente depositan sus huevos en adultos o en larvas de otros insectos, para que sus cuerpos sirvan de alimento a las larvas en un estadio final, provocando la muerte del hospedador. Por ejemplo, Apanteles glomeratus, que pone sus huevos en las orugas de las mariposas de la col, que finalmente son devoradas por las larvas en cuanto llega el momento, iniciando inmediatamente su estadio de ninfa.
Rhyssa persuasoria es, tal vez, el icneumónido más famoso, pues con su larguísimo ovopositor es capaz de palpar y detectar bajo la corteza de los árboles (incluso a profundidades de varios centímetros) las larvas del sírex gigante o avispa gigante de la madera (Urocerus gigas). Una vez localizada la larva, el icneumón introduce su ovopositor en la madera y, con la precisión de un cirujano, pincha a la larva y le inocula sus huevos.
Otro himenóptero de este estilo, Evania appendigaster, penetra en las casas en busca de otros desagradables huéspedes: las cucarachas, sobre todo Blatta orientalis y Periplaneta americana. Y se ponen a buscar sus "ootecas", esos estuches en los que las cucarachas albergan sus huevos, introduciendo a continuación su ovopositor dentro, añadiendo sus huevos a los de su huésped. La larva parásita devorará todos los huevos de la cucaracha, contribuyendo así al control de esta otra plaga. Quien roba a un ladrón, ha cien años de perdón. Pues eso.
Vertebrados
Dentro de los Vertebrados, los comportamientos parásitos no abundan, si bien determinados comportamientos de comensalismo, inquilinismo y simbiosis rayan peligrosamente los límites del parasitismo. No obstante, puedo citarte el conocido cuco europeo (Cuculus canorus), con un comportamiento parásito muy parecido a la de las avispas icneumónidas, pues pone su huevo en el nido de otras aves, que alimentarán al polluelo de cuco como si fuera propio.
El comportamiento de algunas aves como las skúas, aves caradriformes de la familia Stercorariidae, que roban habitualmente el alimento que han capturado otras aves puede clasificarse dentro de los comportamientos parásitos, en una modalidad llamada cleptoparasitismo, o sea, parasitismo ladrón.
Finalmente, podemos considerar a los murciélagos vampiros (Desmodus) como verdaderos parásitos, pues se alimentan de sangre de mamíferos, igual que hacen tantos Insectos o Arácnidos.
Pero no puedo terminar esta Crónica sin reflexionar acerca del mayor parásito de nuestro Planeta: el ser humano. Un animal que saquea los recursos de nuestro planeta mucho más allá de sus necesidades normales, inoculando una mortal enfermedad al Planeta: la Crisis Ambiental.
MÚSICA RECOMENDADA: David Holmes - Ocean's Eleven
- Parásitos indirectos: necesitan un mínimo de dos hospedadores, uno (o dos) intermedio y otro definitivo. Por ejemplo: Leishmania, cuyo hospedador intermedio es el mosquito, y los hospedadores definitivos varias especies de mamíferos.
En fin, con estas clasificaciones básicas puedes hacerte ya una idea de la enorme complejidad que alberga la relación parásito-hospedador. Incluso se llega a dar una especialización de muchos parásitos en una sola especie de hospedador hasta el punto que puede hablarse de co-evolución con él. Un ejemplo de esta co-evolución se da en ciertos parásitos de los flamencos. Siempre hubo controversia sobre si los flamencos estaban más relacionados con las cigüeñas o con los patos. Pues bien, se encontró que ciertos parásitos de los flamencos estaban filogenéticamente relacionados con ciertos otros parásitos de los patos. Esta relación ayudó a dilucidar que los flamencos estaban más emparentados con los patos (todo esto antes de la generalización de los estudios de genética molecular, claro).
El fenómeno del parasitismo está extraordinariamente extendido. Los parásitos se hallan presentes en muchos tipos zoológicos y, por su lado, prácticamente todas las especies animales tienen algún parásito descrito, pero en esta Crónica sólo voy a hablarte de los parásitos y hospedadores animales, ya que los virus y las bacterias también son parásitos, y el parasitismo se da también ampliamente en el Reino Vegetal. Ya te dije que esto del parasitismo da para una Epopeya.
ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL PARASITISMO
Es complicado rastrear el origen de una interacción tan compleja y variada como es el parasitismo, pero hay teorías que lo retrotraen incluso a los primeros estadios de la Vida: el origen mismo de la célula eucariota (célula con núcleo) podría estar en el parasitismo de una eubacteria por una Arquea o una proteobacteria aeróbica, teoría conocida como "fagotrófica".
Si consideramos que el Parasitismo se origina en estos primeros estadios del amanecer de la Vida, debemos considerar que existían organismos capaces de convertirse en parásitos, llamados "protoparásiios", que entraron en contacto con sus posibles hospedadores mediante "ingestión" de aquellos por parte de éstos, o bien mediante una invasión activa de los protoparásitos hacia los hospedadores. A partir de éstas interacciones, la selección natural empezaría a funcionar para favorecer aquellos organismos que podían acomodarse mejor a su hospedador, y obtener el máximo beneficio posible a costa de aquél.
Todo esto es especulativo, toda vez que sólo se han podido encontrar fósiles que demuestran la existencia de parásitos mucho más tarde: huevos de nematodos en huevos de reptiles del Mesozoico, y la pulga Palaeopsyella klebsiana así como otros Insectos procedentes del Oligoceno, atrapados en ámbar.
El parasitismo podría estar en el origen de la célula eucariota |
Por otro lado, cada parásito es "de su padre y de su madre", y el camino evolutivo que ha seguido desde una originaria forma de vida libre hasta la forma parásita actual ha sido diferente en cada caso, y en distintos momentos de la Historia de la Vida. Por ejemplo, el parásito que causa la malaria, Plasmodium, se ha demostrado que originariamente era un parásito de las vías bucales de los invertebrados como el mosquito. Posteriormente, cuando el mosquito picaba en los mamíferos, el parásito acabó siendo inoculado dentro del nuevo hospedador, iniciándose un mecanismo de adaptación y diferenciación a partir del nuevo medio de vida. Es decir, el endoparasitismo parece ser una evolución o modificación de un ectoparasitismo originario o también pudo originarse en otros casos por la ingestión accidental de huevos o larvas que, al eclosionar, encontraron un huevo medio de vida.
También el parasitismo facultativo puede evolucionar, en ocasiones, en parasitismo obligado si éste presenta mayores ventajas para el parásito facultativo en un contexto concreto de competencia con otras especies o en un ambiente cambiante.
Otros autores consideran que el origen del parasitismo estaría en una "evolución" del comensalismo, o incluso de la simbiosis. El comensalismo es otra relación entre organismos vivos (comensales) en la cual uno de los dos obtiene un beneficio del otro, que a su vez no experimenta ni perjuicio, ni beneficio. En el comensalismo, uno de los comensales aprovecha un recurso que le sobra al otro. Suele decirse que el gorrión común es comensal del ser humano porque aprovecha la comida de éste. O los peces piloto que "limpian" la piel de grandes organismos marinos como los tiburones, a cambio de aprovechar sus restos de comida.
Las rémoras y los tiburones son ejemplo de relación de comensalismo |
Según algunos autores, el comensalismo sería un paso obligado en el camino hacia el parasitismo, que debería darse si el comensal al que le sobran los recursos se debilita lo suficiente como para que el otro comensal tenga que "asociarse" más estrechamente a su "hospedador". Existen ciertas relaciones entre especies en las que la línea que separa el comensalismo del parasitismo es muy fina. En el intestino humano, por ejemplo, se han descrito seis especies de Protistas del género Entamoeba: el 90% de los casos son inofensivas para los humanos, pero el 10% porta una especie que sí puede provocar una severa amebiasis.
Es decir, el comensalismo sería una forma intermedia de asociación, como lo podría ser también el parasitoidismo, que te explicaré más adelante, que estaría entre el Parasitismo (primera fase) y la Depredación (segunda fase).
En fin hija mía, sólo unas pinceladas para que te des cuenta de la gran riqueza y variedad de respuestas que muchos organismos dan ante los desafíos de la existencia.
ALGUNOS EJEMPLOS NOTABLES DE PARÁSITOS Y PARASITOIDES
Llegados a este punto, voy a darte algunos mínimos ejemplos sobre esta fascinante (aunque molesta) forma de vida.
Platelmintos
El Filo Platelmintos destaca por su gran porcentaje de formas parásitas. Especialmente dos de sus Clases: los Trematodos, que son todos parásitos, y los Cestodos. Algunos Trematodos tienen unos ciclos de vida que son un verdadero ejercicio de virtuosismo para el parasitismo. Por ejemplo, Opisthorchis felineus, que parásita el hígado y las vías biliares de algunos mamíferos, entre ellos el ser humano.
Dentro de su hospedador produce huevos que son expulsados con las heces, que pueden finalmente ir a parar a aguas dulces donde vive una pequeña babosa: Bithynia leachi, que ingiere los huevos del gusano, que eclosionan en su interior y experimentan allí varios de sus estadios de desarrollo. Finalmente, su forma larvaria final, la "cercaria", se abre camino fuera de la babosa esperando ser ingerida por un pez. Este pez, a su vez, más tarde o más temprano será ingerido por su huésped final, el mamífero, donde se reiniciar el ciclo.
Algunos parásitos son capaces de modificar el comportamiento de alguno de sus huéspedes intermedios para favorecer el siguiente paso en su ciclo parasitario. Es el caso de otro tematodo, Dicrocoelium dendriticum, o duela pequeña del hígado, que parasita los conductos biliares de herbívoros, sobre todo ovejas. Los huevos de este parásito se expulsan a la tierra con las heces de la oveja, y son ingeridos por una babosa terrestre, donde las larvas se multiplican atravesando etapas de su desarrollo, abandonando en un momento dado a su huésped. Si todo sale como lo tienen "planeado", serán ingeridas por hormigas de varias especies, como Formica fusca, en el interior de cuyo organismo se enquistan.
Ciclo de vida de Dicrocoelium |
Lo más notable es que uno de estos "quistes", llamados metacercarias, se ubica en el cerebro de la hormiga, tomando control de ella y haciendo que, en lugar de regresar a su hormiguero, busque un lugar visible encima de alguna hierba esperando que llegue el herbívoro de turno y se la coma junto con la hierba, reanudándose el ciclo. Retorcido, ¿verdad?
En cuanto a los Cestodos, clase que comprende las conocidas tenias o solitarias, gusanos que pueden alcanzar gran tamaño (hasta 12 metros), y bien provistos de ganchos bucales y ventosas para adherirse al intestino de sus hospedadores, puedo destacarte la tenia de la vaca (Taeniarhynchus saginatus), que presenta un ciclo de vida menos retorcido que el de los Trematodos. Los huevos eclosionan en el interior del animal, moviéndose las larvas usando la circulación sanguínea y alojándose en los músculos desde donde, si el animal es sacrificado y consumido por un humano, pasará a fijarse en el intestino delgado del infortunado.
Insectos
Dentro de los Insectos, la forma parásita más común es el conjunto de chupadores de sangre, tal como viste en el caso de los mosquitos. Pero hay muchas más especies hematólogas que, al igual que los mosquitos, transmiten además otros parásitos que los usan como huésped intermedio. Estos parásitos dentro de otros parásitos se denominan hiperparásitos. Vamos a ver algunos ejemplos.
Existen dos tipos de piojos (Phthiraptera) que parasitan a los humanos: el piojo de los cabellos (Pediculus humanus capiti), muy molesto pero inofensivo, y el piojo de la ropa (P. h. corporis), que es muy peligroso porque transmite el tifus exantemático al inocular la bacteria Ricketssia prowazecki, que sería el hiperparásito.
Ciclo de la enfermedad de Chagas |
En Sudamérica existe un grupo de Hemípteros que constituyen la familia Reduviidae, que comprende chinches llamados "chinches asesinos", "vinchucas" y "boticarios". Las especies más conocidas son: Triatoma infestans, Rhodnius prolixus y Pastrongilus megistus. Estos chinches aprovechan la noche, en zonas normalmente pobres y poco higiénicas, para picar a los humanos mientras duermen, y chuparles la sangre. Mientras se dan estos auténticos festines de sangre, que pueden durar perfectamente media hora, expulsan heces que caen directamente en la piel del humano. Cuando el infortunado huésped se rasca la picazón de la mordedura, inconscientemente se introduce un peligroso hiperparásito de estos chinches: Trypanosoma cruzi (Protista, Kinetoplastea), que provoca una terrible enfermedad: la Enfermedad de Chagas, azote de las zonas pobres de Sudamérica.
También existen moscas cuyos aparatos bucales están modificados para morder y absorber sangre: las famosas moscas tsé-tsé (género Glossina), que transmiten otros peligrosos tripanosomas: T. gambiense y T. rhodesiense, que provocan la famosa "enfermedad del sueño". O la mosca de la oveja Oestrus ovis, que deposita sus larvas en la nariz de las ovejas (o en la vecindad del hocico y los ojos), donde las larvas se instalarán cómodamente aprovechando las propias secreciones nasales. Una vez completada su maduración, son expulsadas al exterior mediante los estornudos del animal. Una vez en el suelo, se produce el estadio de pupa, de donde surge la mosca adulta, que buscará nuevos huéspedes para poner huevos.
En cuanto a los parasitoides, las familias Ichneumonidae y Braconidae del orden Himenoptera son un excelente ejemplo de esta forma de vida, en la que estas avispas normalmente depositan sus huevos en adultos o en larvas de otros insectos, para que sus cuerpos sirvan de alimento a las larvas en un estadio final, provocando la muerte del hospedador. Por ejemplo, Apanteles glomeratus, que pone sus huevos en las orugas de las mariposas de la col, que finalmente son devoradas por las larvas en cuanto llega el momento, iniciando inmediatamente su estadio de ninfa.
Ejemplos de avispas parasitoides |
Rhyssa persuasoria es, tal vez, el icneumónido más famoso, pues con su larguísimo ovopositor es capaz de palpar y detectar bajo la corteza de los árboles (incluso a profundidades de varios centímetros) las larvas del sírex gigante o avispa gigante de la madera (Urocerus gigas). Una vez localizada la larva, el icneumón introduce su ovopositor en la madera y, con la precisión de un cirujano, pincha a la larva y le inocula sus huevos.
Otro himenóptero de este estilo, Evania appendigaster, penetra en las casas en busca de otros desagradables huéspedes: las cucarachas, sobre todo Blatta orientalis y Periplaneta americana. Y se ponen a buscar sus "ootecas", esos estuches en los que las cucarachas albergan sus huevos, introduciendo a continuación su ovopositor dentro, añadiendo sus huevos a los de su huésped. La larva parásita devorará todos los huevos de la cucaracha, contribuyendo así al control de esta otra plaga. Quien roba a un ladrón, ha cien años de perdón. Pues eso.
Vertebrados
Dentro de los Vertebrados, los comportamientos parásitos no abundan, si bien determinados comportamientos de comensalismo, inquilinismo y simbiosis rayan peligrosamente los límites del parasitismo. No obstante, puedo citarte el conocido cuco europeo (Cuculus canorus), con un comportamiento parásito muy parecido a la de las avispas icneumónidas, pues pone su huevo en el nido de otras aves, que alimentarán al polluelo de cuco como si fuera propio.
Tiñosas comunes tratando de robarle la comida a un pelícano, ejemplo de parasitismo |
El comportamiento de algunas aves como las skúas, aves caradriformes de la familia Stercorariidae, que roban habitualmente el alimento que han capturado otras aves puede clasificarse dentro de los comportamientos parásitos, en una modalidad llamada cleptoparasitismo, o sea, parasitismo ladrón.
Finalmente, podemos considerar a los murciélagos vampiros (Desmodus) como verdaderos parásitos, pues se alimentan de sangre de mamíferos, igual que hacen tantos Insectos o Arácnidos.
Pero no puedo terminar esta Crónica sin reflexionar acerca del mayor parásito de nuestro Planeta: el ser humano. Un animal que saquea los recursos de nuestro planeta mucho más allá de sus necesidades normales, inoculando una mortal enfermedad al Planeta: la Crisis Ambiental.
MÚSICA RECOMENDADA: David Holmes - Ocean's Eleven
Usaria todos los adjetivos tanto buenos como malos de lo que me inspiran estos bichos,pero sobre todo por lo bien tratado el tema es de sobresaliente.Gracias por compartirlo.
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias María!
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