Especial Navidad: Santa Claus y la fauna del Ártico.

Querida hija:

Según la leyenda, Papá Noel (o Santa Claus) tiene su residencia en el Polo Norte. Un lugar inhóspito para alimentar a sus renos y trabajar con su personal de elfos para recibir las cartas de los niños del mundo y preparar la complicada logística de preparar y repartir los pedidos en Nochebuena. Pero Santa Claus no está sólo ahí con sus elfos y duendes, sino que está rodeado de una de las faunas más interesantes y heroicas de nuestro planeta. Hoy, en este Especial de la Navidad más extraña, quiero que conozcas los fundamentos y los por qués de la fauna del Ártico. Ho, ho, ho!!!!

Santa Claus tiene una estrecha relación con el Ártico

Santa Claus y el Ártico.

Pero, vamos a ver. ¿Qué tiene que ver este entrañable barbudo con el Ártico?. Originalmente, Santa Claus proviene de un obispo de la ciudad anatolia de Mira, que vivió entre los siglos III y IV, y se llamaba Nicolás. Debido a ciertos episodios de su vida y milagros (y nunca mejor dicho), a San Nicolás se le consideró tradicionalmente como el patrón de los niños y en la fecha de su festividad, que era el 6 de diciembre, era costumbre hacer regalos a los niños por ser la fiesta de su santo patrón.

Pero en el siglo XVI se impone la Reforma protestante en la Europa Central y nórdica, y el culto a los santos se prohíbe. Entonces, ¿quién repartiría regalos a los niños?. Por esta razón se cambió la fecha de los regalos desde el 6 de diciembre hacia Navidad, el 25 de diciembre pero la costumbre era muy fuerte y los neerlandeses mantuvieron la tradición de San Nicolás, que en su idioma se decía Sankt Niklaas, y de ahí la corrupción del lenguaje dio Santa Klaus o Claus, y además llevaron esta costumbre a sus colonias norteamericanas de Manhattan.

San Nicolás inauguró la costumbre de regalar a los niños por Navidad

En las Trece Colonias, lo que luego serían los EEUU, la Navidad se celebraba de una manera muy diferente a como se hace hoy. Era ocasión de francachelas, borracheras y jolgorios que escandalizaban a la gente de bien. En Nueva Inglaterra incluso se llegó a prohibir la celebración de la Navidad pues era una fiesta conflictiva y escandalosa. Por esta razón, a comienzos del siglo XIX una serie de pastores de varias sectas protestantes se propusieron "salvar la Navidad" y recuperaron la figura de Santa Claus como la conocemos hoy: un anciano barbudo y bonachón que traía regalos a los niños, y se movía en un trineo tirado por renos. 

Se pretendía así hacer de la Navidad una fiesta familiar y entrañable, lejos de los excesos alcohólicos, y en este sentido fue muy influyente (entre otros) el poema A visit from St. Nicholas, de 1822, escrito por el reverendo Clement Clarke Moore. Fue sólo cuestión de tiempo que se supusiera que Santa Claus venía de lugares muy fríos y nevados, puesto que su festividad (inicialmente el 6 de diciembre pero luego en Navidad) se asociaba con la llegada del frío, la nieve y el invierno. Por eso, en los EEUU se asumió muy pronto que venía del Polo Norte, donde tenía su morada.

Pueblo de Santa Claus en Laponia, Finlandia

Pero Santa Claus acabaría llegando a Europa por influjo norteamericano, y aquí adoptó los nombres de Papá Noel (Francia, España...), o Diado Mraz ("Abuelo del Hielo") en los países de influjo eslavo. Y el nacionalismo empezó a interferir en cuanto a su lugar de procedencia. Así, para los finlandeses Santa Claus vive en Laponia, pero para los noruegos vive en Droeback, cerca de Oslo, para los daneses viene de Nuuk, en Groenlandia, para los suecos, de Gesunde cerca de Estocolmo, para los canadienses de su propio sector del Ártico y para los rusos viene de Siberia.

En fin. Pero como verás, todos ellos están de acuerdo en una cosa: Santa Claus viene de algún lugar del Ártico. De modo que voy a hablarte ahora de qué es exactamente el Ártico, y qué condicionantes ofrece para definir su singular e interesante fauna.

El Ártico y la vida salvaje.

Existen dos formas de definir la región ártica:

-Astronómicamente, el Ártico es la porción del planeta situada al Norte del Círculo Polar Ártico, que es un círculo trazado a los 66º de latitud Norte y que constituye el límite Sur del fenómeno del "sol de medianoche".

-Ecológicamente, el Ártico es la región del planeta que se encuentra al Norte de la isoterma de 10ºC en Julio. Esto significa que en las tierras árticas no se superan los 10º C como temperatura máxima en el mes más cálido, que es Julio.

Límites de la región ártica

Territorialmente hablando, ambos límites coinciden aproximadamente, si bien el límite de la isoterma de Julio se extiende algo más al Sur que el Círculo Polar en el Mar de Bering y en la Bahía de Hudson pero básicamente encierran la misma región, caracterizada por la ausencia de árboles, por un largo invierno en el que las temperaturas mínimas oscilan entre los -40º C y los -60º C (con un récord absoluto en los -68º C), y pocas precipitaciones, lo que paradójicamente confiere al Ártico un clima de tipo árido.

Se trata de un mundo anfibio, en el que la presencia del agua es omnipresente. El Océano Glacial Ártico se hiela en parte durante el invierno (cada vez menos por el calentamiento global), y las tierras continentales árticas de Norteamérica y Eurasia se desmenuzan en una miríada de archipiélagos que hacen que la zona de transición mar-tierra sea enorme y compleja.

Sin embargo, a pesar de estas durísimas condiciones de vida, el Ártico bulle de vida. Entiéndeme...no vas a encontrar en la región ártica una biodiversidad comparable a la selva amazónica ni de lejos, pero para las difíciles condiciones ecológicas que existen allí, la biodiversidad presente es mucho más que notable: se calcula que en el Ártico están presentes unas 5.500 especies de vertebrados, entre terrestres y marinos. Y esto tiene un por qué. En el Ártico existen dos "puntos calientes" de biodiversidad que son clave para entender el por qué de la fauna ártica.

-El Océano Glacial Ártico. Las aguas árticas están entre las más ricas y productivas del mundo desde el punto de vista nutricional. Es curioso que la riqueza de biodiversidad siga en los océanos una pauta contraria a la de la biodiversidad terrestre, en la cual ésta es directamente proporcional a la temperatura. Por eso las regiones tropicales son más biodiversas que las regiones templadas.

Red trófica del Océano Ártico canadiense. Fuente: Dominique Robert et. al: Current state and trends in Canadian Arctic marine ecosystems: II Heterotrophic food web, pelagic-benthic coupling, and biodiversity

Pero en los océanos las aguas cálidas son menos nutritivas (y, por tanto, menos biodiversas) que las aguas polares. ¿Por qué?. En primer lugar debes entender que, en los océanos, los nutrientes caen por gravedad hacia el fondo de los mares. Es decir, las aguas profundas y más frías son, por definición, más ricas que las aguas superficiales y cálidas. Para que estos nutrientes se distribuyan por todo el océano tiene que haber ciertos fenómenos que permitan la surgencia de esas aguas profundas ricas en nutrientes hacia niveles más altos. 

En las latitudes tropicales se produce una fuerte termoclina (límite térmico) entre las aguas superficiales calentadas por el sol, y las aguas profundas y más densas donde están los nutrientes. Este límite térmico hace difícil que haya una surgencia de aguas profundas, y este fenómeno sólo se produce en las fachadas occidentales subtropicales de los continentes, donde las aguas superficiales empujadas hacia el Oeste por los vientos alisios "obligan" a las aguas profundas a surgir hacia la superficie para reemplazar a las desplazadas por el viento.

Pero en las aguas polares no existe esa termoclina entre aguas superficiales y profundas, y cuando el hielo marino se está formando, el agua circundante concentra más sus sales disueltas haciéndola más densa y pesada. Por tanto, este agua cercana a los hielos se hunde, obligando al agua profunda y rica en nutrientes a "surgir" hacia la superficie, redistribuyendo esos nutrientes tan valiosos. Por esta razón la biodiversidad marina de las aguas árticas es sobresaliente, y alimenta un enorme número de animales marinos pero también aves marinas y animales terrestres como verás luego. Este es el primer punto que explica la vida animal en el Ártico.

-La Tundra ártica. Te dije antes que en el Ártico no hay árboles pero no te dije que no hubiera plantas. Las hay, ya lo creo. La tundra ártica es el ecosistema terrestre dominante en el Ártico: se encuentra en las costas continentales y también en las islas allá donde no hay hielos perpetuos. Se trata de una comunidad de plantas rastreras y arbustivas, que disfrutan de un periodo vegetativo durante el breve verano ártico que no suele durar más de dos meses como mucho. Durante este verano, la tundra ártica experimenta una explosión de vida como en pocas partes del planeta sucede.

Redes tróficas de la tundra ártica (Fuente: thetundrabiome01.weebly.com)

Se produce la floración de las plantas y eclosionan las larvas de miríadas de insectos cuyos huevos han permanecido en letargo durante el largo invierno. Y, como ya te he explicado en alguna ocasión refiriéndome a los desiertos tropicales, donde hay plantas y hay insectos hay vida. Porque entonces aparecen los animales que se comen a esos insectos y esas plantas, y los animales que se comen a los animales que se comen a los insectos y a las plantas. La tundra ártica es particularmente rica en aves migratorias que crían allí durante el verano y luego emigran a latitudes más cálidas al llegar el otoño.

Por tanto, ya tienes las claves que permiten la presencia de una nutrida y variada fauna ártica: unas riquísimas aguas oceánicas y una tundra que proporciona sustento a muchísimos animales al menos durante el verano. Ahora te haré un breve recorrido por la fauna de ambos mundos.

La vida en el Océano Ártico

La enorme riqueza alimentaria del Océano Ártico se traduce en dos cosas: abundancia de krill/plancton y abundancia de peces. Y hay muchísimos animales que se alimentan en estas aguas árticas.

Los Pinnípedos son muy abundantes aquí. De hecho, están en su elemento y son animales exclusivamente piscívoros salvo alguna excepción como las monumentales morsas (Odobenus rosmarus), que se alimentan más de moluscos. Algunas focas que habitan en estas aguas son: la foca barbuda (Erignathus barbatus), la foca de Groenlandia (Pagophilus groenlandicus), la foca de casco (Cistophora cristata), la extraña y bellísima foca listada (Histriophoca fasciata), la foca anillada (Pusa hispida) o la foca manchada (Phoca largha).

Foca barbuda (Steven J. Kazlowski)

Los Cetáceos están también muy bien representados, en dos líneas alimenticias diferentes. Por un lado, están las enormes ballenas y rorcuales, que se alimentan de plancton filtrándolo con sus enormes barbas. La ballena más asociada al Ártico es la ballena de Groenlandia (Balaena mysticetus), exclusiva de la región ártica y que no emigra a aguas tropicales para dar a luz como sí hacen otras ballenas como la ballena gris (Eschrichtius robustus), que sólo en verano se asoma a aguas árticas en el Mar de Beaufort y en el Mar de Chukchi.

Ballena de Groenlandia (Kate Stafford)

Luego están los cetáceos carnívoros, que depredan sobre peces, focas y también moluscos, como la famosísima orca (Orcinus orca), que es una ballena cosmopolita que también incursiona en las aguas árticas, la Beluga (Delphinapterus leucas), que es exclusiva de las aguas árticas y es un piscívoro oportunista que devora una gran cantidad de especies de peces. El narval (Monodon monoceros), famoso por su increíble colmillo retorcido que le perfora la frente para crecer como una espada, forma con la Beluga la familia Monodontidae. Es una especie aún más ártica que la beluga y aunque es también piscívoro, tiene en su dieta una mayor proporción de moluscos.

Beluga

Existen dos especies muy notables que forman parte indudable de las redes tróficas marinas árticas, pero cuya biología les sitúa entre dos mundos. Por un lado tienes la trucha ártica (Salvelinus alpinus). Se trata del pez de agua dulce más norteño del mundo: se encuentra en una distribución circumpolar por encima de los 65º de latitud Norte, casi coincidiendo con el Círculo Polar Ártico, y se la encuentra en ríos, arroyos y lagos de toda la región (tanto en los continentes como en islas, como por ejemplo en el Lago Hazen, a 82º de latitud norte en la Isla de Ellesmere). Pero también tiene presencia en aguas salobres de estuarios, puesto que las poblaciones que no están aisladas en lagos pueden migrar entre el océano y el río para desovar. Es un animal importante para las poblaciones inuit, que las pescan y las consumen, y también son presa para otros depredadores de la región.

Trucha ártica (Les Harris)

Y finalmente el oso polar (Ursus maritimus). Seguramente te sorprenderá que incluya al oso polar entre los integrantes de las redes tróficas oceánicas, pero es que es así. El oso polar es, ante todo, un depredador especialista en consumir focas. Y por eso pasa la mayor parte de su ciclo de vida subido a témpanos de hielo que le sirven de base para buscar las focas, acecharlas y matarlas mientras salen a respirar a través de agujeros en el hielo o en sus descansaderos. El oso polar es un excelente nadador y, si el ser humano no la fastidia una vez más, seguramente dentro de algunos millones de años evolucionará hacia algún tipo de mamífero exclusivamente marino.

Oso polar (worldwildlife.org)

Durante el verano, cuando el hielo marino se derrite y el oso no puede cazar focas lo que hace es vivir de la grasa acumulada durante la "temporada de focas", pero también es capaz de cazar animales en tierra firme, donde los osos se refugian en verano. Pero, cada vez más, se les ve merodeando y saqueando los basureros de los cada vez más numerosos asentamientos humanos en el Ártico, lo que crea situaciones peligrosas tanto para el oso como para el ser humano, pues se trata de un animal fuerte, decidido y peligroso cuando tiene hambre. Entre el 60 y el 80% de la población mundial se encuentra en el Ártico norteamericano.

Por supuesto, las aguas árticas alimentan también a gran cantidad de aves marinas como el famoso charrán ártico (Sterna paradisaea), que se alimenta sobre todo de peces pero también algo de cefalópodos, y es famosísimo por ser el ave con la migración más larga: del Ártico al Antártico, o sea, de verano boreal a verano austral. Esta especie no conoce el invierno.

La fauna de la tundra ártica

En cuanto a la tundra, durante el verano es difícil darte una estimación del número de especies de aves que llegan aquí para criar y atiborrarse de roedores y de mosquitos (que otra cosa no habrá, pero mosquitos en la tundra...uffffff). Te daré sólo algunos ejemplos: el págalo parásito (Stercorarius parasiticus), el ganso de Canadá (Branta canadensis), el ánsar nival (Chen caerulescens), el correlimos oscuro (Calidris maritima), el vuelvepiedras común (Arenaria interpres), el falaropo rojo (Falaropus fulicarius) o la aguja colipinta (Limosa lapponica) entre muchísimas otras especies.

Vuelvepiedras común

Pero no todas las aves del Ártico emigran al Sur cuando llega el terrible invierno. Un puñado de especies han encontrado la forma de prosperar durante todo el año en esta dura tierra, entre los cuales tenemos a uno de los principales depredadores alados del Ártico: el legendario halcón gerifalte (Falco rusticolus), pero también el bellísimo búho nival (Bubo scandiacus) o la perdiz nival (Lagopus muta). Recuerda que te hablé más extensamente de las aves que viven todo el año en el Ártico en mi Crónica: "En tierra peligrosa: las aves terrestres del Ártico".

Halcón gerifalte (Ólafur Larsen)

Los mamíferos herbívoros que consumen la materia vegetal de la tundra son, por ejemplo, la liebre ártica (Lepus arcticus), la ardilla ártica (Urocitellus parryii), que es uno de los pocos mamíferos árticos que hibernan, dada la dificultad de excavar madrigueras en el suelo permanentemente congelado, los lemmings de collar, ocho especies del género Dicrostonyx, exclusivamente norteamericanos, o sus contrapartes eurasiáticos las cinco especies del género Lemmus, o el topillo rojo (Myodes rufocanus), que si bien prefiere la taiga eurasiática, en Escandinavia sí alcanza la tundra ártica.

Lemming de collar norteño (Dicrostonyx groenlandicus)

Por supuesto, los dos mayores herbívoros de la tundra son: el reno (Rangifer tarandus), que emigra a la taiga en el invierno, y el buey almizclero (Ovibos moschatus), que vive todo el año en el ártico.

Todos estos roedores sirven de base trófica para los depredadores (aparte de las aves rapaces): el zorro ártico (Vulpes lagopus), el legendario lobo ártico (Canis lupus), del que te hablé en una reciente crónica más extensamente, el armiño (Mustela erminea) que si bien es una especie ampliamente representada en el Holártico, está bien representada también en las tierras árticas. El zorro rojo (Vulpes vulpes) también está representado en el Ártico.

Armiño (Kaniksulandtrust.org)

¿A que ahora ya no te sorprende tanto la variada y dinámica vida animal en el Ártico?. Pero aunque todos ellos tengan alimento suficiente para vivir allí, tienen que lidiar con dos condiciones ecológicas muy específicas del Ártico: las bajas temperaturas invernales por un lado y, por otro, los prolongados periodos de escasez de alimento que todo animal ártico (sobre todo terrestre) debe pasar durante su ciclo de vida. Voy a intentar explicarte cómo lo hacen.

Sobrevivir donde no se puede: adaptaciones de los animales del ártico.

Bien, hija, para sobrevivir en el Ártico se necesita mucho más que tener algo que comer. Para conseguir enfrentarse a las condiciones climatológicas de esta región (temperaturas invernales de hasta -60 ºC, seis meses de oscuridad, tormentas de nieve, etc.), los animales (sobre todo me voy a referir a los animales terrestres) presentan adaptaciones de orden etológico, físico y fisiológico.

Por ejemplo, minimizar la pérdida de calor "haciéndose una bolita" como hacen los osos polares o los zorros árticos, ya que una figura más o menos esférica disminuye al mínimo posible la relación entre superficie y volumen, disminuyendo así la pérdida de calor del animal. También esto se consigue mediante  pelajes/plumajes espesos y bien aislantes, y/o en adición con una buena capa de grasa subcutánea (que es el recurso principal que presentan los mamíferos marinos).

Pero los animales más pequeños como los roedores no pueden disfrutar de esos pelajes tan espesos puesto que dificultarían sus movimientos. Por eso, los animales pequeños prefieren la construcción de refugios: fíjate que en una madriguera excavada en la nieve, la temperatura puede estar bastante estable en torno a 0º C, lo que es más que soportable en entornos del inverno ártico.

Adaptaciones del zorro ártico (Sheri Amsel)

Existen adaptaciones fisiológicas más asombrosas. Por ejemplo, los renos tienen un problema: pierden calor por las patas, que presentan una superficie relativamente amplia a la intemperie que no se encuentra protegida por mucho pelo, por tanto lo que hacen es reducir la circulación sanguínea en las extremidades. 

Los lobos y los zorros árticos pueden regular la temperatura de los pies mediante un plexo vascular cutáneo situado entre las almohadillas de las patas y los dedos, que les permite mantenerlos en torno a 0º C aunque estén pisando sustratos hasta a -50 ºC.

Por su parte, los renos nos dan otro maravilloso ejemplo de adaptación al frío extremo: mediante ciertas estructuras en su nariz, los renos realizan una verdadera "recuperación de calor" en el aire cálido y húmedo que se espira al exterior. De tal forma que los renos espiran un aire en realidad frío y seco.

Para los momentos de escasez de alimento y necesidad de ahorro de energía, muchos animales presentan reducción de tasas metabólicas y de actividad física. Los bueyes almizcleros, por ejemplo, presentan una reducción de su tasa metabólica de hasta el 30%. También este porcentaje se ha calculado para el zorro ártico y la perdiz nival. Por supuesto, durante las épocas de buena disponibilidad de alimento, los animales aumentan su almacenamiento de grasa para afrontar los malos tiempos.

MÚSICA RECOMENDADA: Alan Silvestri - The Polar Express

Y, como todos los años, el Blog Crónicas de Fauna se toma unos días de descanso para disfrutar de estas fiestas navideñas y regresar el próximo año con fuerzas renovadas.

¡¡¡¡EL BLOG CRÓNICAS DE FAUNA OS DESEA UNA FELIZ NAVIDAD Y UN "NORMAL" AÑO NUEVO!!!!!



Comentarios

  1. Me ha encantado... Feliz Navidad para ti también, espero tus nuevas entradas. GRACIAS

    ResponderEliminar
  2. Muy interesante artículo. Abre un mundo de conocimientos de esta especial zona.

    ResponderEliminar
  3. Felices fiestas y que el próximo año sigamos aprendiendo con tu blog! Gracias

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Errores comunes: los pingüinos no existen

Tarántulas. Dame veneno...

La gallina doméstica: características, origen y domesticación