El jaguar: el emperador de las Américas

Querida hija:

Sabemos que es el mayor felino de América. Sabemos que es el tercer mayor felino del mundo. Sabemos que tiene una tremenda carga mitológica y también sabemos, cómo no, que está amenazado de exterminio por la incesante persecución del ser humano. No es poco lo que sabemos sobre el jaguar, un verdadero depredador portento de fuerza y poderío. Pero siempre se puede saber más: ¿cómo vive exactamente? ¿de dónde vino? ¿cuál es su importancia ecológica?. En la crónica de hoy vamos a profundizar en el jaguar.

El jaguar tiene una mordida excepcionalmente potente. Foto: Marcus Obal

Taxonomía y origen

El jaguar es, sin discusión, el mayor de los cinco super-depredadores de América. Su nombre proviene del guaraní y significa "verdadera fiera", si bien el nombre completo en guaraní sería yaguar-eté, denominación que se ha conservado en los países del área cultural guaraní (Paraguay y Argentina): yaguareté. Pero en otras regiones de América se le denomina también "tigre" por influjo de los conquistadores españoles, a quienes les recordaba al tigre sin duda por tratarse de un gran felino situado en la cúspide de la cadena trófica.

Y, en efecto, es un animal poderoso. Su longitud oscila entre los 162 y 183 cm y su peso entre los 56 y 96 kg, habiéndose reportado animales de más de 120 kg. Por su coloración anaranjada y sus "manchas" oscuras podría ser confundido con un leopardo (que, como sabes, no viven en América) pero si te fijas, el tamaño de un jaguar es mucho mayor que el del leopardo, su cabeza es más masiva y globosa y las manchas tienen un patrón de diseño diferente: son como recintos irregulares de buen tamaño que albergan en su interior dos o tres manchas negras.

Aspecto general del jaguar

En el jaguar existe el fenómeno del melanismo (igual que en los leopardos), es decir, ejemplares completamente negros a causa de dos mutaciones, una recesiva y otra dominante. Al igual que sucede con el leopardo, aproximadamente el 10% de los jaguares son melánicos y se ha demostrado que se dan especialmente en los entornos más boscosos estando ausentes de los bosques abiertos y los ambientes inundables, por lo que se presume que el melanismo podría tener algún tipo de valor adaptativo aún mal conocido.

Dentro de los Félidos, el jaguar forma parte de la subfamilia Pantherinae, los Panterinos, junto con los otros grandes gatos como el león, el tigre, el leopardo, el leopardo de las nieves (todos ellos dentro del género Panthera) y la pantera nebulosa, de género Neofelis. El nombre científico del jaguar es Panthera onca.

En el seno de la subfamilia de los Panterinos, no está hoy día claro qué relación hay entre el jaguar y los otros grandes gatos. Algunos estudios lo sitúan junto al leopardo y al león, pero otros lo sitúan junto al tigre por lo que esta cuestión aún sigue abierta. Lo que sí llama la atención es que el jaguar sea el único panterino que vive en América, siendo así que los demás grandes gatos viven en el Viejo Mundo. Esta cuestión me da pie a preguntarme sobre su origen.

Un árbol filogenético propuesto para la subfamilia de los Panterinos

Sabemos que los Felinos experimentan una radiación evolutiva hacia el Mioceno tardío hace 10,8 millones de años, y que se originan en Asia. Entre ellos, los Panterinos se diferencian poco después, y hacia el Plioceno Medio el ancestro del jaguar emigra desde Asia hacia Norteamérica pasando por el Puente de Beringia. Se considera que el jaguar evoluciona en Norteamérica hacia el Plioceno Final pero alcanzaría un tamaño un 20% superior a los jaguares actuales diferenciándose las subespecies fósiles P. o. augusta en Norteamérica y, tras el establecimiento del Puente del Istmo de Panamá, P. o. mesembrina en Sudamérica.

Los fósiles más antiguos que se conservan de jaguar datan de hace 510.000 años en California. En Norteamérica, el jaguar se distribuía entonces de California hasta Florida, y hacia el Norte hasta Colorado, Nebraska o Maryland. Se cree que el mayor tamaño de los jaguares pleistocenos eran la doble respuesta evolutiva hacia el clima más frío (Regla de Bergmann) y hacia las presas de la Megafauna, más grandes que las presas actuales del jaguar.

De todos modos, durante el Pleistoceno el jaguar no era el único panterino norteamericano. Estaba también el león americano Panthera atrox, que podría estar relacionado con su contemporáneo el león de las cavernas de Eurasia. ¿Eran depredadores competidores el jaguar y el león americano?. Al parecer, no. Si bien ambos grandes felinos fueron rigurosamente contemporáneos, sus fósiles se han encontrado en localidades distintas y los especialistas han sacado la conclusión de que el jaguar prefería los ambientes más boscosos mientras que el león americano se decantaba por los ambientes abiertos (esteparios y sabanoides). En cualquier caso, el león americano no prosperó mientras que el jaguar sí ha llegado hasta nosotros pero con un tamaño más reducido.

Jaguar pleistoceno norteamericano Panthera onca augusta. Ilustración: Roman Uchytel

El jaguar llegó a extenderse desde el Suroeste de los EEUU hasta Patagonia a la altura de Río Negro, Argentina, si bien desgraciadamente el jaguar ha sido extirpado de la mayoría de su distribución en áreas templadas, áridas y abiertas (EEUU y el Cono Sur de América), y permanece aún en las regiones selváticas y boscosas. Más adelante, cuando te hable sobre la relación entre el jaguar y el ser humano te daré más detalles de su distribución antigua y actual.

Al igual que sucedió en su día con el tigre, existe cierta polémica sobre la existencia o no de subespecies en el jaguar. De forma tradicional se distinguían las siguientes subespecies:

- P. o. arizonensis, la única subespecie exterminada, se extendía entre el Sur de Arizona y Sonora

- P. o. centralis. Panamá y norte de Colombia

- P. o. goldmani. Yucatán, Belice y Guatemala

- P. o. hernandesi. Centro y oeste de México

- P. o. onca. Amazonía y Orinoquia

- P. o. paraguensis. Sur de Brasil, Paraguay, Argentina

- P. o. peruviana. Bosque seco tropical de Tumbes, entre Perú y Ecuador

- P. o. veraecruscis. De Texas al Sureste de México

Modernamente los especialistas se dividen entre los que consideran que sólo hay tres subespecies: una en México, otra en Amazonia y otra en Paraguay/Argentina, y los que consideran que el jaguar no tiene estructura de subespecies.

Mapa de distribución del jaguar. En rosa: histórica, en rojo: actual. Fuente: IUCN Red List

Biología y ecología

El jaguar se nos presenta como un animal más bien propio de los bosques tropicales. Pero, como ya te apunté antes, en realidad lo que sucede es que el bosque tropical se ha convertido en un refugio del jaguar en contra de la persecución humana. Originariamente, el jaguar es un animal con requerimientos ecológicos flexibles, pues vive en bosques tropicales tanto húmedos como secos, en sabanas y también en ambientes áridos y esteparios, éstos últimos han sido de donde fue antes exterminado por su mayor accesibilidad para el ser humano y actualmente se calcula que ocupa el 46% de su área histórica de distribución.

De hecho, las posibilidades de supervivencia del jaguar son directamente proporcionales al índice forestal de su área de distribución. Las mejores poblaciones y con mayores probabilidades de supervivencia son aquellas de la Amazonia, la Orinoquia, y las regiones adyacentes del Pantanal y el Gran Chaco, seguidas de los bosques tropicales húmedos de tierras bajas de la Selva Maya de México, Belice y Guatemala. Después viene el área de bosque húmedo que va desde Honduras hasta el Chocó colombiano.

Jaguar fototrampeado en Belice

A partir de aquí, las probabilidades de supervivencia del jaguar disminuyen: con una probabilidad media estarían los Llanos de Colombia y Venezuela, gran parte del Cerrado brasileño y las áreas de Centroamérica y las Sierras Madre mexicanas (la Oriental y la Occidental), mientras que la menor probabilidad de supervivencia se encuentra en el Bosque Atlántico brasileño, el Chaco argentino (donde se está haciendo un gran esfuerzo para reintroducirlo y protegerlo en las tres áreas donde vive: Salta, Chaco y Misiones), la Gran Sabana del norte de Brasil y los bosques secos costeros de Venezuela.

En situación crítica se encuentran los últimos jaguares de Arizona, que suelen ser ejemplares divagantes que surgen de la población fuente de Sonora, México, pues no parece que exista una población reproductora en los EEUU.

Jaguar fototrampeado entre Arizona y Sonora

Como los demás felinos, el jaguar lleva una existencia solitaria, a excepción de las hembras que van acompañadas de cachorros. El territorio de un macho engloba a una o dos hembras y suele ser un territorio de gran extensión, que puede llegar a los 80 km2. Para marcar el territorio y comunicarse con sus vecinos usan las heces, la orina, las rascaduras y también el rugido pues como buen panterino, el jaguar puede rugir. El jaguar patrulla su territorio en busca de presas (o de reproducción, en su momento) y se mueve mucho pero es de costumbres sobre todo crepusculares aunque siempre tuvo fama de animal más bien nocturno. El jaguar suele descansar durante las horas diurnas.

El jaguar es un super-depredador y carnívoro estricto y obligado. Ahora bien, dentro de su carnivoría es un animal notablemente flexible en su elección de presas ya que, en función de la disponibilidad de presas en su territorio, puede depredar en animales de gran y mediano tamaño, sin desdeñar a los de pequeño tamaño cuando no le queda otra. Esa flexibilidad de presas junto con la flexibilidad de hábitats son las razones del gran éxito del jaguar como super-depredador de América.

Así, dentro del menú del jaguar se encuentran los ciervos, capibaras, tapires, pecaríes pero también puede entrar en el agua (al igual que el tigre) y cazar caimanes y tortugas. En la Reserva de Cockscomb, Belice, se determinó que eran los armadillos y las pacas (Cuniculus paca, un gran roedor) sus alimentos principales. También puede depredar sobre aves y monos. Por que te hagas una idea, en un estudio sobre la dieta del jaguar que se hizo en el Cerrado brasileño se encontró que en sus excrementos había restos de hasta 35 especies, constituyendo el hormiguero gigante (Myrmecophaga tridactyla) el 75% de la biomasa consumida, constituyendo tapires y pecaríes con el 6% cada uno.

Jaguar cazando un caimán: un clásico sudamericano

¿Qué sucede allá donde el jaguar coincide con el otro gran felino americano, el puma (Puma concolor)?. Lo que sucede es que el jaguar suele ocuparse de las presas mayores mientras que el puma, más pequeño, se dedica a las presas más pequeñas. De hecho se ha constatado que allá donde pumas y jaguares son simpátricos (que viven en la misma zona), los pumas tienden a ser más pequeños que allá donde los pumas actúan sin competencia.

La técnica de caza del jaguar es oportunista y de emboscada. Pero, a diferencia de la mayoría de los grandes felinos, que matan a sus presas asfixiándolas mediante un potente mordisco en la garganta, el jaguar prefiere usar su tremenda fortaleza mandibular y craneal para clavar sus formidables caninos directamente en el cráneo de su presa, alcanzando el cerebro. Se cree que esta técnica se originó en una época pasada (en el Pleistoceno) cuando el jaguar consumía más tortugas presumiblemente que ahora. De todos modos, el jaguar no desdeña en absoluto la técnica de la asfixia.

Las hembras alcanzan la madurez sexual entre los 12 y 14 meses de edad mientras que los machos son más tardíos: entre 24 y 36 meses. Los jaguares no tienen una estación definida de apareamiento y normalmente hay partos durante todo el año. La hembra presenta un ciclo éstrico de 37 días, y en él experimenta el celo durante una ventana de entre 6 y 17 días de fertilidad. Tras el apareamiento, y como es normal en la mayoría de grandes gatos, el macho y la hembra se separan y será ésta quien críe a los cachorros tras una gestación de entre 93 y 104 días y da a luz una camada de entre 1 y 4 cachorros aunque lo más normal es que sean dos.

Infografía con datos básicos del jaguar. Autor: Bartolo Bruno - UPC

Estos permanecerán en el cubil de su nacimiento hasta los 6 meses de edad cuando empiezan sus correrías junto a su madre, junto a la que permanecerán hasta una edad de entre 1 y 2 años, cuando se dispersan para establecer sus propios territorios, lo que para los machos significa a menudo luchar con otros machos más viejos para hacerse un hueco en la vida. En estado salvaje se calcula que su longevidad está entre 11 y 12 años.

La importancia ecológica del jaguar deriva de su rol de super-depredador al controlar las poblaciones de las presas así como mantenerlas en buen estado de salud. Ya has visto cómo el jaguar también mantiene al puma en un tamaño más pequeño y ocupado de presas más pequeñas allá donde conviven. Por otro lado, el jaguar está considerado una "especie paraguas", puesto que al proteger sus extensos territorios para protegerlo a él, al mismo tiempo se protege a una mayor cantidad de especies.

El jaguar y los humanos

Desgraciadamente estamos hablando de un animal perseguido por el ser humano. De entre los grandes gatos, el jaguar es el más proclive a atacar y consumir animales domésticos (tanto ganado como perros y gatos) y esto es así porque, en América, la ganadería de corte europeo ha "invadido" su territorio en mayor medida que lo que ha podido suceder en África con el león o en Asia con el tigre. Y por eso ha sido secularmente perseguido. Pero también hay otra razón. El ser humano teme al jaguar y tiene un miedo atávico a que la gran fiera pueda atacarle y comerle.

Ha habido históricamente ataques de jaguares a humanos del mismo modo que los ha habido de leones, de tigres y de leopardos. Pero también es cierto que había más incidentes entre jaguares y humanos en tiempos más antiguos que hoy día, cuando los ataques son muy escasos. Por ejemplo, en los primeros tiempos de la Colonia, existen reportes de que los jaguares entraban directamente en núcleos habitados como Buenos Aires, Montevideo o Santa Fé (Argentina). En ese sentido, el cronista Díaz de Guzmán, hablando del Buenos Aires de 1573, relataba la abundancia y peligrosidad de los jaguares que asediaban la ciudad, hasta tal punto que no se podía salir al campo a "hacer las necesidades" sin ir acompañado porque el jaguar podría atacar y despedazar al infortunado.

Guerrero jaguar azteca

Lo cierto es que, si los europeos diezmaron las presas del jaguar y encima su territorio fue deforestado e invadido por vacas y cerdos, lo más normal es que el jaguar buscara qué comer: bien la vaca o bien a su pastor. Pero el ser humano rara vez reflexiona sobre esta situación a la que condena a los grandes depredadores, y su única respuesta es el exterminio.

Así, por ejemplo, puedo decirte que todas las crónicas e informes hablan de que el jaguar era un felino abundante en Uruguay durante el siglo XVIII, y se relata cómo en 1813 seis jaguares penetraron en Montevideo, supongo que provocando más de un soponcio. Sin embargo, acabó lanzándose la campaña de exterminio coincidiendo con el boom ganadero en aquel país. Ya Darwin en 1832 constataba que el jaguar había desaparecido de gran parte del Uruguay, si bien en su época aún había jaguares en las islas del Delta del Paraná.

Pero el exterminio siguió a gran escala (y ya, de paso, se comercializaba su bonita piel) y se cita en 1894 como especie rara en Uruguay confinado únicamente a los bordes norte y este, lindando con Brasil. Se considera que el último jaguar uruguayo fue abatido en 1901 en Cerro Largo, en la frontera con Brasil.

Te he puesto el ejemplo de Uruguay de cómo el jaguar fue exterminado de las zonas templadas de su área de distribución. En Argentina el exterminio siguió a la llamada "Conquista del Desierto" que fue la versión argentina de la Conquista del Oeste en los EEUU, y se cree que hacia finales del siglo XIX ya no quedaba ningún jaguar en las pampas argentinas, y hoy únicamente hay un puñado de ellos en la frontera Norte, junto a Paraguay y Brasil.

Jaguar abatido en London, Texas, en 1909

En los EEUU se siguió un patrón parecido a partir de la conquista estadounidense de los antiguos territorios mexicanos de California (donde en 1814 se le reportaba tan al norte como Monterrey), Arizona, Nuevo México y Texas, lugares donde el jaguar era frecuente. Hacia 1940 quedaban jaguares sólo en los extremos meridionales de Arizona y Texas y aun estas exiguas poblaciones fueron exterminadas entre 1960 y 1963. En 1969 Arizona prohíbe la caza del jaguar pero ya es tarde. No será hasta los años 1990 cuando, como ya te dije anteriormente, jaguares de la vecina población mexicana de Sonora empiecen a vagar por Arizona de nuevo. Ya veremos si consiguen establecer alguna población permanente y "vengar" a sus congéneres exterminados en el pasado.

Hoy día el jaguar está protegido en toda su área de distribución pero se le sigue cazando ilegalmente bien por "control poblacional" a las bravas por parte de los ganaderos o bien para alimentar el comercio ilegal de su piel y sus caninos, usados como amuleto. Se calcula que en todo México puede haber unos 5.000 jaguares mientras que en su fortaleza sudamericana puede haber entre 58.000 y 65.000 ejemplares en total.

Mitología del jaguar

Antes de la llegada del hombre europeo con sus vacas, sus ovejas y sus hachas para deforestar, la relación del jaguar con los aborígenes americanos era muy distinta. Es difícil imaginar la enorme carga mitológica y religiosa que el jaguar arroja sobre las culturas americanas. Voy a darte aquí sólo unos pocos botones de muestra.

El jaguar siempre ha suscitado la idea de poder, fuerza y majestad. Pero, como animal crepuscular, las culturas mesoamericanas le asignaron un lugar en el Inframundo, concretamente a las puertas de entrada. Por eso, en el área maya, específicamente en Palenque, se encuentran representaciones del Sol Jaguar del Inframundo, que transita durante la noche por la bóveda celeste y que en su representación tiene rasgos de jaguar.

Los guerreros mesoamericanos querían también incorporar la fuerza y fiereza del jaguar y por eso se adornaban con piel, garras y colmillos de jaguar. Este tipo de tocados y adornos han llegado hasta hoy en la celebración de carnavales aborígenes. Como símbolo de Poder, los atributos del jaguar aparecen en los tronos de los soberanos, a menudo con forma de jaguar. En maya, el jaguar es Balam, nombre que se incorporó al de muchos soberanos.

Bajorrelieve maya que representa a Balam

Otro tema espiritual asociado al jaguar, y que es común al área mesoamericana y también a la amazónica es la idea del jaguar como progenitor y origen de un linaje humano. Digamos que es "prestigioso" hacer remontar tu origen a un jaguar porque así "heredas" sus cualidades. En muchos mitos de los mayas modernos, por ejemplo, aparece siempre la figura del jaguar protector en el origen del ser humano. Por ejemplo, en el Popol-Vuh se narra que los cuatro primeros hombres creados fueron hombres-jaguar que, a su vez, dieron origen a los linajes quichés: Balam Quitzé, Balam Akab, Iqui Balam y Mahucutah.

En el área mexicana, fue el pueblo olmeca quien primero incorporó al jaguar al mundo mágico y mitológico, vinculándolo ante todo con la tierra, la lluvia y la agricultura y por eso se les conoce como el pueblo-jaguar. Esta visión ha llegado hasta hoy en manifestaciones culturales aborígenes de todo tipo, como la "pelea de tigres" asociada a la petición de lluvias en el actual Estado mexicano de Guerrero y ésta sólo es un ejemplo de las muchas manifestaciones culturales que hoy están relacionadas con el jaguar.

La Danza de Tigres en Zitlala, Guerrero, México. Foto: AFP

Podríamos estar hablando de la carga mitológica del jaguar durante siglos, pero cerraré esta crónica con ejemplos de otra área cultural americana como es Colombia. Allí, el jaguar se incorpora habitualmente al nombre de personas que ejercen poder como sacerdotes y jefes pero también personificaciones míticas en las culturas embera y kogi y aparece en representaciones artísticas en las cerámicas de las culturas Calima y Tumaco-Tolita, así como en totems de piedra de San Agustín. En muchos pueblos como los sikuani, el uso de collares de colmillos y garras de jaguar implica la "transferencia" de los poderes del animal al humano que los lleva.

También aquí aparece el jaguar como origen de linajes, como ya los cronistas españoles pusieron de manifiesto al hablar de los chibchas, que aseguraban descender de caciques y chamanes de origen  jaguar, mientras que los saliva y achagua se referían a los caribes como descendientes de jaguares, de ahí su ferocidad. Otros grupos como los kogi, los tukano y otras etnias amazónicas remontan sus respectivos orígenes hasta "gentes-jaguar" que descendían de felinos creados al inicio de los tiempos, idea que también comparten, por ejemplo, con los huaorani de Ecuador.

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Comentarios

  1. Excelente publicación, muy completa. Emocionante y Emotiva. Gracias por crear contenidos como este.

    Saludos

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    1. Excelente info. Ya me leí varios de los artículos, pero comento en este. Descubrí el Blog por casualidad y en verdad te digo que tu trabajo es muy bueno. Yo soy Biólogo, por lo que la información que publicas me parece excelente. Te comento que a partir de hoy seguiré el Blog. Muchas Felicidades.

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  2. Magnifico , como todo lo que escriben, da gusto hacerse un tiempito aún si son las 3 am para leer semejante artículo

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