Musarañas gigantes y loros multicolores: la fauna de las islas del Caribe

Querida hija:

Desde la opulenta Europa vemos las tierras del Mar Caribe ante todo como un destino vacacional: blancas playas orladas de palmeras, cruceros de ensueño y maravillosos resorts "todo incluido" donde nos harán sentir como auténticos reyes. Y como siempre sucede con los lugares muy turísticos, la fauna silvestre es algo en lo que no pensamos, y más allá del hotel o de la playa existe todo un conjunto de ecosistemas poblados por una de las faunas más interesantes del continente americano. Voy a ver si consigo con esta crónica que cuando vayas al Caribe, te sepas algo más que el nombre de las playas.

La amazona de Puerto Rico es uno de los loros más amenazados del mundo


Introducción: geografía y ecología

El Mar Caribe es uno de los mares semicerrados más grandes del mundo: en sus lados sur y oeste está limitado por el Continente americano, desde México hasta Venezuela, y por el Norte está limitado por un grandioso arco insular de origen volcánico que surgió de la interacción de dos placas tectónicas: la Placa del Caribe y la Placa Norteamericana. Este archipiélago se extiende de Oeste a Este y luego dobla hacia el Sur. Al Oeste y en el Centro se encuentran las Antillas Mayores: Cuba, Jamaica, La Española y Puerto Rico, y al Este de Puerto Rico se encuentran las Antillas Menores: Islas Vírgenes, St. Kitts y Nevis, Anguilla, San Martín y San Bartolomé, Antigua y Barbuda, Montserrat, Guadalupe, Dominica, Martinica, Santa Lucía, Barbados, San Vicente y Granadinas y Grenada.

Desde el punto de vista geográfico, Trinidad y Tobago forman parte de las Islas del Caribe pero desde el punto de vista zoogeográfico no, puesto que la fauna de Trinidad es claramente sudamericana y no caribeña. Por otro lado, y por las mismas razones, incluiré en esta crónica al Archipiélago de las Bahamas, porque si bien se encuentra situado fuera del Mar Caribe, su fauna es claramente caribeña.

Mapa físico del Mar Caribe y sus islas


Todas estas islas tienen en común un clima tropical con dos estaciones climáticas: húmeda y seca, y por estar azotada por los huracanes entre Junio y Noviembre. Ecológicamente hablando, las islas del Caribe ofrecen un mosaico de ecosistemas: playas, manglares, bosques tropicales húmedos y secos, sabanas, regiones áridas y bosques de pinos. La extensión total de estas islas es de unos 275.000 km2.

Para entender la fauna del Caribe tienes que responder ante todo a una pregunta: ¿Las islas del Caribe pertenecen a Norteamérica o a Sudamérica?. Verás. Como te voy a explicar más adelante, la fauna de las islas del Caribe puede interpretarse como una fauna de transición entre el Neártico y el Neotropical, y no puede asignarse claramente a ninguna de las dos grandes regiones zoogeográficas americanas. De ahí su enorme interés zoológico pues su fauna participa en diversa medida de ambas faunas americanas. Las islas del Caribe son de origen volcánico y nunca estuvieron unidas al continente aunque todavía se discute la posible existencia de algún tipo de "puente" geográfico que hipotéticamente unió estas islas con Sudamérica.

Por eso la segunda pregunta que debes responderte es: si las islas del Caribe no estuvieron nunca unidas al continente americano (esto es, son islas oceánicas), ¿cómo entonces fueron colonizadas por su fauna actual? ¿de dónde salieron sus animales?. Voy a responder a esta pregunta a continuación.

El origen de la fauna de las Islas del Caribe.

Como conjunto de islas oceánicas, la fauna de las islas del Caribe se caracteriza por un elevado nivel de endemismos debido al aislamiento geográfico que la insularidad impone. Así, el 94% de las 520 especies de reptiles caribeños son endémicas, así como la totalidad de las 189 especies de anfibios o 163 de las 560 especies de aves (con 105 especies confinadas a islas individuales) así como 51 de las 69 especies de mamíferos.

A la izquierda, bosque de la Española hace 10.000 años y a la derecha, hoy.


Antes de entrar en mayores profundidades debes saber que del estudio zoogeográfico de la fauna antillana, los especialistas no parecen encontrar evidencias de ningún tipo de puente geográfico que haya unido las islas caribeñas con el continente, facilitando su paso desde éste hacia aquellas, por lo que la única posibilidad de colonización faunística pasa por colonización en balsas flotantes. No obstante, ciertas distancias entre el continente y algunas islas caribeñas son muy cortas, y durante los periodos glaciales los niveles del mar eran más bajos con lo que las distancias se estrechaban.

Ante todo tenemos que distinguir el origen de los mamíferos antillanos y el de las aves, pues tienen condicionantes distintos.

En cuanto a los mamíferos, sabemos hoy que los perezosos megalocninos, los roedores histricognatos, el grupo de murciélagos Brachyphylla-Phyllonycteris-Erophylla , los quirópteros Estenodermatinos y los primates llegaron a las Antillas a través de un único evento de colonización cada uno procedente de Sudamérica. Por su parte, los perezosos choloepodinos, los roedores múridos, los quirópteros mormoópsidos y natálidos y también los eulifotiplos (los antiguos Insectívoros) muestran indicios de repetidas colonizaciones desde Centro y Sudamérica e incluso "pasando" por alguna isla intermedia o, en el caso de los natálidos y eulifotiplos, desde Norteamérica. Todos los linajes de mamíferos no voladores alcanzaron las Antillas antes del Mioceno Medio y los perezosos al comienzo del Oligoceno. 

Hipótesis sobre el origen de la fauna caribeña: a) Vicariancia, b) Puente de tierra, c) dispersión desde el continente, d) especiación in situ. Ilustración: Julissa Roncal: Historical Biogeography of Caribbean Plants Revises Regional Palaeogeography


Probablemente fueron las Antilla menores la "puerta de entrada" desde Sudamérica produciéndose luego "saltos" de isla en isla favorecidos seguramente por las tormentas tropicales que se mueven de Este a Oeste, produciendo sin duda muchas de las "balsas" en las que flotaban mamíferos arrancados de sus hogares por violentos huracanes. Por cierto, he hablado de perezosos y de primates, grupos de mamíferos que hoy no existen en el Caribe. Luego hablamos de ellos. Los pocos mamíferos que vinieron desde Norteamérica probablemente entraron por Cuba, y el nudo Cuba-La Española parece ser un nodo de diversificación de especies que luego se re-dispersarían por otras islas. 

Si, como has visto, la fauna mamífera antillana es en su mayoría de origen neotropical, la mayoría de las aves caribeñas son de origen norteamericano. Durante el Cenozoico la parte sur de Norteamérica era tropical, y esta Norteamérica tropical fue el origen del grueso de las aves antillanas no marinas. La avifauna de Centroamérica también es de origen norteamericano-tropical pero la mayoría de estos grupos centroamericanos no están presentes en las Antillas, que presentan así un grupo de aves de origen norteamericano completamente original y autóctono.

Por ejemplo, son de este origen las familias Todidae (cortacubas) y Dulidae (la cigua palmera, única especie de esta familia), endémicas del Caribe, Troglodytidae (trogloditas), Mimidae (mímidos), Vireonidae (vireos), Cathartidae (buitres americanos), Aramidae (carraos) y, posiblemente, Trogonidae (trogones). De claro origen sudamericano son: Trochilidae (colibríes), Tyrannidae (tiranos) y Thraupidae (tanagras), siendo el resto de familias de origen cosmopolita.

La cigua palmera es endémica de La Española y ave nacional de República Dominicana. Foto: John Sullivan


Es muy importante el aporte de aves migratorias norteamericanas que pasan en invierno en las Antillas, reforzando la presencia de la avifauna norteamericana y conteniendo a la sudamericana, que ha tenido más éxito penetrando en Centroamérica, donde sí han equilibrado el elemento norteamericano.

En cuanto a los reptiles, la mezcla es sorprendente seguramente por un origen más antiguo al ser los reptiles vertebrados más antiguos que mamíferos y aves: se han encontrado géneros en Cuba de origen floridano, centroamericano, sudamericano, africano e incluso europeo. Y también es difícil de establecer el origen de los peces continentales antillanos, que los hay, y con un elevadísimo número de endemismos. Dada la ausencia de peces ostariofisios en las islas del Caribe, un grupo de peces óseos agresivos y adaptables, es posible que la ictiofauna del caribe provenga de alguna remota conexión con Centroamérica en un tiempo en el que este tipo de peces aún no se habían individualizado.

La fauna pleistocena caribeña

Pues sí, en las islas del Caribe hubo su pequeña Megafauna o, para ser más exactos, su "micro-mega-fauna". El 90% de aquellos mamíferos están hoy extinguidos: aproximadamente 75 especies en dos "oleadas", hace 10.000 años y hace 4.400 años (cuando se extinguieron los últimos perezosos terrestres caribeños, más tarde que en el Continente).

Los perezosos terrestres estaban bien diversificados en especies y en islas, alcanzando formas enanas (con respecto del gigantismo que había en el continente), todos ellos pertenecientes a la familia Megalocnidae, y el mayor de ellos no superaba los 90 kg. Géneros como Megalocnus, Acratocnus o Neocnus, entre otros.

Esqueleto de Megalocnus rodens


También había monos, que llegaron desde Sudamérica saltando de isla en isla y que hoy se han extinguido, como por ejemplo el mono de Jamaica (Xenothrix mcgregoryi) o el mono de la Española (Antillothrix bernensis), que pudo haber sido exterminado en el siglo XVI, o los dos monos cubanos (género Paralouatta). Se ha descrito para ellos la tribu Xenotrichini dentro de la familia Pitheciidae.

Al igual que sucede en el Continente, los roedores histricognatos alcanzaron enormes tamaños durante el Pleistoceno, como las jutías gigantes, un grupo de jutías que alcanzaron pesos de entre 50 y 200 kg, siendo la mayor de ellas Amblyrhiza inundata, cuyos mayores especímenes alcanzaron el tamaño del oso negro americano constituyendo el mayor vertebrado terrestre caribeño de todos los tiempos, y que vivía en las islas de Anguilla y San Martín. 

Reconstrucción del aspecto de la jutía gigante


Un tercio de todas las jutías se han extinguido, junto con otro grupo de Eulifotiplos, las musarañas nesopóntidas, que eran endémicas de varias islas del Caribe, o los roedores múridos de la tribu Oryzomyini.

Otro interesante grupo de fauna pleistocena extinta lo constituye una serie de aves rapaces que alcanzaron también tamaños bastante grandes seguramente porque depredaban sobre las enormes presas de su tiempo, como por ejemplo el cóndor cubano (Gymnogyps varonai), emparentado con el actual cóndor de California, el halcón gigante Buteogallus borrasi, endémico de Cuba, o el también cubano búho gigante (género Ornimegalonyx), de largas piernas que le hacían alcanzar un metro de alto y de posibles hábitos corredores y no voladores. Es el mayor búho que jamás haya existido.

Reconstrucción de Ornimegalonyx


No debes extrañarte por estas extinciones. Si bien en las islas del Caribe no hubo hielo glaciar, el paso de la Era Glacial a la Posglacial supuso un fuerte cambio ecológico, pues estas islas pasaron de ser predominantemente áridas y secas, a húmedas y lluviosas con lo que los primitivos bosques de pinos fueron sustituidos por los árboles siempreverdes de hoja ancha, y los hábitats áridos quedaron confinados a pequeñas áreas del lado Sur de las islas, a sotavento de los vientos alisios que traen la humedad del Atlántico. Muchas especies no consiguieron adaptarse a este cambio. Sin embargo, los perezosos caribeños sí superaron con éxito la transición al posglacial pero se extinguieron mil años antes de que llegaran los primeros humanos a estas islas.

Los herpetos caribeños

Entre los anfibios, la totalidad de los cuales son endémicos en el Caribe, te destacaré los coquíes puertorriqueños, pequeñas ranitas que se han convertido en todo un símbolo nacional. Cuando yo estuve trabajando una temporada en aquella isla me di cuenta de que allí se sentía auténtica devoción por ellos. Todos ellos están asignados a la familia Eleutherodactylidae, y en Puerto Rico existen nada menos que 16 especies, todos del género Eleutherodactylus como el coquí común (E. coqui).

Coquí común


En La Española puedo nombrarte la rana gigante arbórea de La Española (Osteopilus vastus) y varios representantes del género Eleutherodactylus como la rana sollozante de La Española (E. minutus).

Entre los reptiles, los gecos y los anolis están extraordinariamente bien representados. Por ejemplo, del género Anolis existen nada menos que 44 especies sólo en La Española, con bellos ejemplos como la lagartija verde de banda (Anolis fowleri) o el anolis de Bahoruco (A. bahorucoensis), ambos endémicos de aquella isla.

Anolis de Bahoruco


Las iguanas son un verdadero símbolo caribeño, con especies endémicas como por ejemplo las nueve especies del género Cyclura, entre las cuales puedo citarte como ejemplo la iguana azul de Gran Caimán (C. lewisi), la iguana rinoceronte (C. cornuta), propia de La Española, islotes adyacentes e Isla de Mona, Puerto Rico, llamada así por los dos "cuernos" que ostenta en el extremo del hocico, o la iguana de San Salvador (C. rileyi), propia de las Bahamas.

Iguana azul de Gran Caimán. Foto: David J. Ringer


En las islas caribeñas están representados también los cocodrilos: concretamente el cocodrilo americano (Crocodylus acutus), presente, además de en el continente, en las islas de Cuba, La Española y Jamaica, además del cocodrilo cubano (C. rhombifer), muy amenazado y hoy presente sólo en dos sitios de Cuba: la Ciénaga de Zapata y la Isla de la Juventud. Antiguamente estaba más extendido y se han encontrado fósiles en Bahamas, La Española e Islas Caimán. La caza por parte de los humanos lo ha reducido a este estado.

Las aves caribeñas

Aquí te hablaré fundamentalmente de las dos familias endémicas de aves del Caribe que te indiqué antes. La familia Todidae, del Orden Paseriformes, que son pequeñas aves de entre 5 y 7 g de peso y con plumajes de color vivo y se conocen localmente con los nombres de barrancolíes, cortacubas o sanpedritos, y  se alimentan de insectos y lagartijas que consumen fundamentalmente en el sotobosque. Constituyen cinco especies todas ellas bajo el género Todus, cada una de ellas endémica de una isla concreta:

- Barrancolí cubano (T. multicolor), endémico de Cuba
- Barrancolí picogrueso (T. subulatus), de La Española
- Barrancolí picofino (T. angustirostris), de La Española
- Barrancolí jamaicano (T. todus), de Jamaica
- Barrancolí puertorriqueño (T. mexicanus), de Puerto Rico.

Barrancolí cubano


Por su parte, la familia Dulidae (Paseriformes) está compuesta de una única especie: la cigua palmera (Dulus dominicus), con 20 cm de longitud y un aspecto que recuerda al de un tordo con pico fuerte y grueso. Es endémica de La Española donde se encuentra tanto en Haití como en República Dominicana, donde fue nombrado como Ave Nacional. Construye grandes nidos comunales y se alimenta de frutos.

Aunque hay muchas más especies de aves endémicas de la región caribeña, te he destacado las dos familias anteriores porque se trata de familias endémicas (no sólo especies). De entre los Ordenes no endémicos exclusivamente del Caribe, me gustaría destacarte los loros, puesto que existe un gran nivel de endemismo y, por desgracia, algunas de estas especies han sido exterminadas por la deforestación y destrucción del hábitat boscoso que siguió a la colonización europea.

Así, algunos ejemplos de loros endémicos del Caribe son: la amazona de Puerto Rico (Amazona vittata), que ejemplifica las dificultades de supervivencia que hacen frente estos loros caribeños. Es el último loro endémico de Puerto Rico que se conserva, y está clasificado como En Peligro Crítico. Al ser un loro típico de bosques maduros, e ir éstos desapareciendo bajo las hachas europeas, su población no dejó de declinar desde el siglo XIX hasta que en 1975 sólo quedaban 13 ejemplares en el Parque Nacional El Yunque. Tras ímprobos esfuerzos de conservación, en 2004 había ya 35 ejemplares pero sigue estando en peligro extremo de ser exterminado. 

Amazona imperial de Dominica


En La Española tienes el periquito de La Española (Psittacara chloropterus) endémico de esta isla, pero merced al comercio internacional de mascotas, existen poblaciones asilvestradas en otras islas así como en los EEUU. En Cuba es endémico un congénere del anterior: el periquito cubano (P. euops), un loro cuyo hábitat son las sabanas y las áreas secas y cultivadas aunque fue exterminado en la Isla de la Juventud. La isla de Dominica, en las Antillas Menores, es patria nada menos que de tres loros endémicos: la amazona imperial (Amazona imperialis), la amazona de cuello negro (A. arausiaca) y el guacamayo Dominiques verdiamarillo (Ara atwoodi), desgraciadamente exterminado y conocido únicamente por un ejemplar descrito en 1791.

Sucede que la mayoría de loros exterminados en el Caribe corresponde a especies que fueron malamente descritas a partir de ejemplares en los siglos XVII y XVIII y que luego no se volvieron a ver por lo que no hubo tiempo de que naturalistas especializados pudieran estudiarlos. Por eso varias de estas especies desaparecidas están taxonómicamente en cuarentena, y puede que algunas de ellas en realidad no llegaran a existir.

Los mamíferos del Caribe

Después de 500 años de colonización europea, las islas del Caribe han padecido la introducción de innumerables mamíferos por parte de los humanos: mapaches, gatos, perros, ratas, ratones, mangostas y un largo etcétera, y éstos han tenido no poca responsabilidad en el exterminio o declive de especies autóctonas. Ya te hablé de las musarañas nesopóntidas, endémicas todas ellas de islas del Caribe, y que presumiblemente fueron exterminadas por esta fauna introducida.

Después de la extinción (natural) de perezosos terrestres y monos, y tras el exterminio de las nesopóntidas, sólo quedaron dos grupos de mamíferos terrestres autóctonos y además endémicos (como siempre, a los murciélagos hay que darles de comer aparte): las musarañas gigantes y las jutías.

Las musarañas gigantes, también conocidas como solenodones, son verdaderas reliquias terciarias, que integran la familia Solenodontidae del Orden Eulipotyphla. Como las musarañas que son parientes lejanos tienen la saliva venenosa y se alimentan de invertebrados. Existen actualmente dos especies y otras dos fósiles:

- Solenodón cubano (S. cubanus), endémico de Cuba donde se encuentra en dos pequeñas zonas del oriente de la Isla, y está en peligro de exterminio. Es grande, con una longitud de entre 41 y 56 cm y tiene un morro que parece una "trompa". Curiosamente fue descubierto en 1861 para la ciencia, y hacia 1970 se daba por exterminado pero reapareció estelarmente entre 1974 y 1975. 

Solenodon cubano


- Solenodon de La Española (S. paradoxus), algo más grande que el cubano pues alcanza una longitud de entre 49 y 72 cm y fue descrito en 1833. Vive tanto en la República Dominicana como en un rincón sureño de Haití. Al igual que sucedió con el Solenodon cubano, se dio por extinguido hasta su redescubrimiento en 1907 y actualmente no se considera especialmente amenazado si bien hay que estar vigilantes sobre el impacto de los mamíferos introducidos que pueden depredar sobre él o competir ecológicamente con él.

Las jutías, por su parte, son Roedores que actualmente se considera que forman la subfamilia Capromyinae dentro de la familia Echimyidae, que constituyen las llamadas "Ratas espinosas", extendidas por todo el Neotropical si bien las jutías son exclusivamente caribeñas. En su aspecto externo recuerdan a los coipúes y tienen el "rostro" típico de los histricognatos. Hacen nidos en los árboles o en cavidades rocosas y se alimentan de materia vegetal pero pueden complementar dieta con insectos o pequeños vertebrados.

Distribución de las jutías caribeñas. Fuente: Pierre - Henri Fabre et. al. Rodents of the Caribbean: Origin and diversificación of hutas unravelled by next generation museomics. Biology Letters. Marzo 2014


Se reconocen once especies actuales distribuidas en cuinco géneros: Capromys, Geocapromys, Mesocapromys, Mysateles y Plagiodontia. Algunas especies distribuidas en diferentes islas caribeñas son:

Jutía conga (Capromys pilorides), endémica de Cuba, que es la isla que alberga el mayor número de especies con un total de ocho.

- Jutía jamaicana (Geocapromys brownii), endémica de Jamaica.

Jutía de Bahamas (G. ingrahami), endémica de las Bahamas

- Jutía de La Española (Plagiodontia aedium), endémica de La Española y última jutía superviviente de su género, que incluía otras dos especies una de La Española y otra de Samaná.

Jutía conga


Se conocen otros tres géneros de jutías extinguidas, y también especies extinguidas pertenecientes a géneros existentes sobre todo en La Española, que es la isla caribeña que más jutías extinguidas tiene. Otras islas que tuvieron jutías en el pasado y que hoy ya no tienen son: Puerto Rico y las Islas Santanilla pertenecientes a Honduras.

MÚSICA RECOMENDADA: Klaus Badelt - Piratas del Caribe: la maldición de la Perla Negra.

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Comentarios

  1. Que espectacular trabajo sobre divulgación de la Fauna, sin egoísmos, para todos los continentes hay, para las diferentes épocas e incluso para los diferentes ordenes y familias, vaya desde Venezuela mi admiración y respeto, un gran abrazo... Si haz escrito sobre la cetrería me gustaría conocer vuestro enfoque, si ha escrito sobre la hibridación también, y si tal vez ha abierto la ventana hacia la Criminología Verde o ecocriminalidad me gustaría tener la oportunidad de disfrutar esas lecturas... En hora buena

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    1. Hola Jaime, no he escrito sobre estos temas que mencionas pero me los apunto como posibles sugerencias. Un abrazo

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  2. Fantástico documento, como siempre das una visión 360º de la fauna y más como en este caso de zonas de interacción o transición entre regiones zoogeográficas distintas, un tema que me apasiona. Gracias
    Por cierto, soy ilustrador y diseñador gráfico, me encantaría contactar contigo, puedes ver parte de mi trabajo en Instagram: lucianoroschguedon.

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