El Río Congo. La fauna del corazón de las tinieblas.
Querida hija:
El 30 de octubre de 1974 se celebró en Kinshasa (capital del entonces Zaire) un combate de boxeo que estaría llamado a convertirse en el Combate del Siglo: Muhammad Ali se enfrentaba a George Foreman para disputarse la corona de los pesos pesados. Lo de menos es quién ganó (Alí). Lo importante es que aquel combate puso al Zaire en el mapa mundial para millones de personas, en una operación propagandística cuidadosamente orquestada por el entonces dictador Mobutu Sese Seko.
Atardecer en el Río Congo |
Si se tuvo que recurrir a un evento deportivo de primer orden para publicitar el país…¿qué habría que hacer para que se conociera la fauna del río más caudaloso de África, segundo del mundo y el más profundo de la Tierra?. El Río Congo es un río maldito en un país martirizado. Tal vez por eso su fauna ha pasado relativamente desapercibida y también, en muchos aspectos, bastante desconocida para el gran público y para los propios especialistas. Hoy voy a hablarte de esta fauna.
Geografía del río que se traga a los demás ríos.
Al igual que hice cuando te hablé de la fauna del Río Volga, en el caso del Congo conviene que tengas primero unas nociones de su geografía y su Historia. El Congo es un coloso: su cuenca hidrográfica ocupa una superficie de cuatro millones de kilómetros cuadrados, la mayor de África, dividida entre dos Estados: la República Democrática del Congo y la República del Congo, y alberga la segunda mayor selva ecuatorial del mundo, todo ello tras el Amazonas. Se trata del río más caudaloso de África y segundo del mundo, con un caudal medio de 40.000 m3/s. Con una longitud de 4.700 kilómetros, es el noveno río más largo del mundo.
Cuenca del Congo |
Siempre es complicado determinar el punto exacto del nacimiento de un gran río, y más si nace en lo que hace un siglo se llamaba el interior tenebroso del continente africano. Actualmente se considera que el Río Congo nace en el gran pantano Bangüeolo, situado en Zambia y llamado en este punto Río Luapula. El Congo es un río que cambia de nombre a lo largo de su curso, lo que despista un poco. En este curso superior, el río observa una rigurosa dirección Sur-Norte, y pronto cambia su nombre a Lualaba.
En Kisangani el Lualaba es ya un río majestuoso con un caudal de diez mil metros cúbicos por segundo, y en este punto (con las cataratas Boyoma) se da por finalizado su curso superior que es, además, su tramo más salvaje. Algo más abajo recibe a uno de sus principales afluentes, el Lomami.
A partir de este punto empieza el curso medio, caracterizado por el trazado de una amplia curva que lleva al Congo (que ya recibe oficialmente este nombre) primero hacia el Noroeste y luego hacia el Suroeste, hasta la unión con el Ubangui y el Lago Tumba, donde empieza el Curso bajo. El curso medio del Congo nos muestra un río humanizado, navegable, con una prodigiosa anchura de entre siete y doce kilómetros, y salpicado de islas arenosas, y se convierte en la mejor vía de penetración hacia el interior de la República, ante la ausencia de carreteras dignas de tal nombre.
El curso bajo del Congo es complicado. Al atravesar las Mesetas Bateke, el río se encajona y experimenta varios tramos de cataratas, como las de Yelala, en un tramo de 300 metros. Aquí el Congo alcanza sus mayores profundidades: 400 metros, aunque los tramos más profundos no suelen pasar de los 230 metros, suficiente para hacerle ganar el título de río más profundo del mundo. Este tramo encajonado e interrumpido ha bloqueado el acceso navegable al interior de África partiendo del Océano Atlántico. No pudo ser hasta 1898 cuando belgas y franceses construyeron sendos ferrocarriles a golpe de dinamita: entre Matadi y el Lago Malebo, y entre Pointe Noire y Brazzaville, para poder introducir y sacar mercancías en/del Congo. El coloso desemboca en el Atlántico con tal fuerza que ha excavado un canal en la Plataforma Continental, y la baja salinidad del agua se hace sentir a doscientos kilómetros océano adentro.
Imagen satélite de la desembocadura del Congo |
El caudal del Congo es muy estable a lo largo de todo el año, debido a que tiene una parte en el Hemisferio Sur y otra en el Hemisferio Norte (cruza dos veces el Ecuador), y a lo largo del año siempre tiene tributarios en crecida: el Congo superior tiene un régimen tropical austral, con crecidas de marzo a junio y estiajes en octubre-noviembre. Por su parte, el Congo Medio está sometido al régimen de lluvias ecuatorial, y no existen estaciones hidrológicas tan marcadas. El gran río Ubangui, tributario por el Norte, le aporta al Congo el régimen tropical norte, con crecidas en septiembre-octubre. La máxima crecida del Congo se ha situado en 83.000 m3/s y el máximo estiaje, en 20.000 m3/s.
El corazón de las tinieblas: breve Historia del Congo.
Como te dije en la introducción a esta crónica, el Congo es un río maldito y riega un país desdichado. Sencillamente porque, a lo largo de la Historia, las tierras del Congo han sido saqueadas sin piedad, en primer lugar por el hombre árabe, que explotaba el cruel comercio de esclavos, indigno comercio al que también se sumó más tarde el hombre europeo. Los occidentales, también, se lanzaron a devorar las riquezas naturales de lo que se ha considerado como un escándalo geológico: diversas zonas del Congo ofrecen yacimientos fabulosos de todo tipo de minerales estratégicos.
Por esta razón las multinacionales mineras y, detrás, determinados Gobiernos, han impedido siempre el establecimiento de un Estado fuerte y centralizado en la Cuenca del Congo. Un Estado que estaría llamado a ser una potencia no sólo africana, sino mundial. A este saqueo, recientemente se ha sumado el hombre chino, en busca también de minerales estratégicos y maderas preciosas.
El Río Congo fue descubierto para los europeos en 1482, cuando el navegante portugués Diogo Cao divisó su desembocadura. Dada su gran anchura, Cao pensó que podría tratarse del paso geográfico que buscaba para dejar atrás África y encaminarse a India.
Los occidentales no regresarían seriamente al Congo hasta el épico viaje de Henry Stanley que atravesó África por su corazón, de Zanzíbar al Atlántico entre 1874 y 1877. Existía una controversia geográfica: ¿eran los ríos Lualaba y Congo el mismo río? Stanley demostró que así era, llegando desde Zanzíbar hasta las zonas de “caza” de los traficantes árabes de esclavos y embarcándose luego en el Lady Alice para navegar el río hasta su desembocadura en medio de múltiples peligros y aventuras.
Henry Morton Stanley fue el primero en navegar el Congo |
Este viaje marcó el destino del Congo. Un político y hombre de negocios avispado, el Rey de los belgas Leopoldo II, vio posibilidades de negocios y, fichando a Stanley, puso en marcha la Asociación Internacional del Congo en 1879, un consorcio de empresarios para la colonización y explotación de las riquezas de la región. Leopoldo II se las arregló para que, durante el “Reparto de África”, se reconociera el llamado “Estado Libre del Congo” en 1885.
Irónico. Un “estado libre” sometido a la más cruel de las esclavitudes y bajo la soberanía de piratas sin escrúpulos. Comenzó entonces el martirio de los congoleños, que fueron sometidos a esclavitud, a matanzas, a torturas y a maltratos de una crueldad tan repugnante como no puedo imaginar. Todo eso está documentado: a cada familia de una concesión se le asignaba un cupo de recolección de caucho (que era la riqueza que se explotaba principalmente). Si no se alcanzaba ese cupo…más les valdría no haber nacido. La mayoría de los especialistas calculan entre cinco y diez millones de muertos. Cuando seas más mayor te recomiendo que consultes el Informe Casement.
Las amputaciones y disparos eran moneda corriente si no cumplías con tu cupo de caucho |
Este estado de cosas suscitó pronto la atención internacional. En 1899 en escritor polaco afincado en Londres Joseph Conrad publicó la novela El corazón de las tinieblas, que desató tal escándalo internacional, con manifiesto incluido de las personalidades más famosas de la época, que finalmente el Parlamento Belga tomó cartas en el asunto y, en 1908, asume directamente el control del Congo, ya como colonia belga. Si bien las cosas no mejoraron tanto como cabría esperar. Y, cuando llegó la Independencia en 1960, los congoleños se vengaron desatando tal matanza entre los colonos belgas que el mundo quedó horrorizado. El Congo escupía sangre al Océano Atlántico.
Desde entonces, el Congo no ha conocido la paz. Dictadores cleptómanos, ejércitos privados, guerrillas teledirigidas por empresas mineras, guerras, revoluciones, asesinatos…Humanamente hablando, el Congo ha sido un verdadero desastre. Pero otras criaturas observaban en silencio desde la profundidad de la selva y del río cómo esos monos desnudos se despellejaban entre sí, aliviados de que no la tomaran con ellos: la fauna del Río Congo.
La fauna del Río Congo
Antes de entrar en materia, me gustaría darte algunas consideraciones. Voy a hablarte aquí de la fauna que está relacionada directa o indirectamente con el río. En los documentales de televisión, cuando se habla de la fauna de un río determinado suele hablarse de la fauna de la cuenca de ese río, y a veces de lo que menos se habla es del río propiamente dicho.
Por otro lado, debido a la complejidad del curso del Congo, con diferentes tramos afectados por condiciones ecológicas distintas y dando como resultado muchos micro-hábitats, el Río Congo se encuentra dividido desde el punto de vista ecológico en cinco Ecorregiones de Agua Dulce, en lugar de una sola como era el caso del Volga. Voy a estructurar mi explicación en esas cinco ecorregiones, seleccionando en cada una de ellas una pequeña parte de su fauna más significativa. Ojo…el que una especie sea citada en una ecorregión en concreto no quiere decir que no esté presente en otras ecorregiones, simplemente que es más abundante o característica de dicha ecorregión.
Congo Superior
En esta ecorregión, el río Lualaba experimenta la transición de sur a norte, desde la sabana al bosque ecuatorial. Aquí se dan 150 especies de peces, siete de las cuales son endémicas de este tramo, y mayoritariamente pertenecientes a las familias Alestiidae, Cyprinidae y Cichlidae. Las especies de peces autóctonos son: tres especies de barbos, Barbus marmoratus, B. nigrifilis y B. papilio, así como los siluros (o peces gato) Amarginops platus, Chiloglanis marlieri y el knerido Parakneria thysi, así como el cíclido Tylochromis elongatus.
Chiloglanis es uno de los siluros más abundantes en el Congo |
Entre las Aves, en esta región rica en pantanos destaca la garza más grande del mundo: la garza Goliat Ardea goliath, que puede alcanzar una altura entre 1,1 y 1,4 metros. Vive en toda el África subsahariana y dispersa por el Sur de Asia. Es de hábitos nocturnos. Otro pelecaniforme notable de esta zona es el pelícano de espalda rosa Pelecanus rufescens.
La garza Goliat es la mayor del mundo |
Si la ictiofauna del Congo es relativamente mal conocida, su herpetofauna lo es aún menos. En esta ecorregión se encuentran 36 especies de ranas, de las cuales tres son endémicas: Hyperolins diaphanus, H. frontalis y Afrana amieti. Aquí se encuentran también dos especies de cocodrilos: el cocodrilo del Nilo Crocodylus niloticus y el curioso cocodrilo de nariz estrecha Mecislops cataphractus. Hasta hace muy poco, este cocodrilo estaba asignado a la especie Crocodylus cataphractus, que vive en la Cuenca del Congo y la zona de África Occidental. Pero en 2018 se reconoció en este cocodrilo eran, en realidad, dos especies diferentes: una para África Occidental y el otro para África Central. A éste último se le cambió el género.
Cocodrilo de hocico estrecho |
Tal vez el mamífero más interesante de este tramo del río, y que se encuentra sólo en un área muy restringida de su extremo Norte, es la gineta acuática Genetta piscívora. Este Vivérrido se ha especializado en el consumo de pescado, a juzgar por los restos hallados en sus heces. Además, los escasos avistamientos de ejemplares los sitúan siempre a lo largo de cursos de agua.
La rara y desconocida gineta acuática |
Rápidos del Alto Congo
Como recordarás, el Congo Superior termina en una zona de rápidos y cataratas debajo de Kisangani, con los rápidos de Warrie – Rukula y las Cataratas Boyoma. El río cae sesenta metros de altura en un tramo de cien kilómetros. Se ha definido aquí una ecorregión propia debido a que las aguas bravas imponen adaptaciones especiales a su ictiofauna. Se trata de corrientes rápidas, con altos niveles de oxígeno y baja visibilidad, con abundancia de rocas.
Algunas especies tienen aletas pectorales fuertes para sujetarse a las rocas, como los géneros Amphilius, Phractura y Doumea, y también bocas a modo de ventosa para apoyarse en las rocas y comer las algas que crecen adheridas a ellas, como Chiloglanis, Atopochilus, Euchilichthys o Labeo. Este tipo de peces adaptados a corrientes rápidas se llaman reófilos, esto es: “amantes de las corrientes”.
Euchilichthys royauxi |
Aquí se encuentran seis especies endémicas de Moluscos, todos ellos Prosobranquios: cinco especies del género Potadoma y, además, Pseudogibbula cara.
También se da la nutria de cuello punteado Hydrictis macullicollis, extendida de Senegal a Etiopía y hacia el sur hasta Sudáfrica. En toda la región del Congo se encuentran, además, otras dos especies de nutrias: la nutria sin garras Aonyx capensis, que está ampliamente distribuida en África pero que, en el Congo, sólo se puede encontrar en el Lualaba superior y el pantano Bangweulu, siendo sustituida en el Congo central por la nutria sin garras del Congo Aonyx congicus, y que es muy poco conocida.
Nutria del Congo |
Cubeta Central
Esta ecorregión se corresponde con el curso medio del Congo. Aquí su fauna se muestra en todo su esplendor al tratarse del canal principal, ancho y anastomosado (dividido su cauce por muchas islas arenosas). Es una región compleja, que incluye llanuras de inundación tropicales, más complejos de ríos y humedales.
Aquí se dan entre 300 y 400 especies de peces, doce de ellos endémicos. Entre los peces pelágicos se encuentran los géneros Microthrissa y Barbus, que emigran estacionalmente en ambas direcciones del cauce, siluros de las familias Bagridae y Mochokoidae, y otras familias como Characidae, Cithaninidae o Cyprinidae. Destacaré aquí la familia Mormyridae, conocidos como los “peces elefante”. Es una familia del Órden Osteoglossiformes, endémica de África. Se caracterizan por tener un morro alargado a modo de trompa (de ahí su nombre), y que es una adaptación para localizar y consumir invertebrados y crustáceos en fondos arenosos y de barro. Producen y perciben débiles campos eléctricos para comunicarse y orientarse. Hay unas doscientas especies en dos subfamilias: Petrocephalinae y Mormyrinae.
Los Mormíridos son los peces más notables de la Cuenca del Congo |
El principal pez depredador del Congo es el pez tigre Goliat Hydrocinus vittatus, un formidable carnívoro que puede alcanzar 1,8 metros de longitud, aunque lo normal es que sean más pequeños. En ambas mandíbulas disponen de afilados y erizados dientes cilíndricos, completamente adaptados para clavarse en los blandos cuerpos de los peces.
El aventurero televisivo Jeremy Wade con un pez tigre goliat |
También existen especies bénticas (que viven y se alimentan en el fondo), insectívoras, detritívoras, omnívoras y piscívoras: Chrysichthys, Synodontis, Tylochromis o Mormyrops. Son muy notables los llamados “peces pulmonados”, como los Protoptéridos, primitivos peces adaptados a vivir en aguas poco oxigenadas y pantanosas. Ayudado por sus cuatro pequeñas aletas locomotoras, puede desplazarse de un charco a otro y respirar aire atmosférico. En temporada seca, se entierra en el barro y se protege en un capullo de saliva, hasta que vuelve la humedad. Por su parte, los bichires (Poliptéridos), son también un grupo de peces primitivos que toman también oxígeno atmosférico. En este tipo de aguas marginales, pantanos y bosques inundados viven también peces como los Clariidae (que tienen un curioso órgano laberíntico asociado a las branquias que les permite también respirar aire atmosférico) o Anabantidae (géneros Ctenopoma, Microctenopoma).
Pez pulmonado africano |
Entre los mamíferos asociados a este tramo del río, puedo nombrarte a los omnipresentes hipopótamos, la extraña musaraña nutria Potamogale velox, un Afrosorícido, único representante de la familia Tenrecidae que vive fuera de Madagascar, y que presenta una asombrosa convergencia evolutiva con las nutrias, como la nutria del Congo de la que te hablé antes.
Tal vez el mamífero más misterioso de este tramo es el mono de pantano de Allen Allenopithecus nigroviridis, que fue descubierto en 1923 y que vive sólo en las selvas de este tramo del Congo, asociado a cursos de agua ya que es un buen nadador y buceador, y que, además de la dieta habitual de los monos, folívora y frugívora, también prospecta los pantanos en busca de cangrejos e invertebrados. No se sabe mucho más sobre él. Para finalizar el capítulo de mamíferos, aquí se halla representado el sitatunga Tragelaphus spekei, asociado a cursos de agua.
Mono de pantano de Allen |
Bajo Congo
Aquí, el río alcanza anchuras de diez kilómetros y se pueden encontrar 200 especies de peces, 12 de ellas endémicas., de las familias que ya te he nombrado para otras ecorregiones del río. El río desemboca en un amplio estuario con manglares donde puede encontrarse el manatí africano, si bien estrictamente hablando, este sirénido no sería un animal asociado a la fauna del Congo, sino a la Costa.
La ictiofauna más interesante, con todo, está asociada a las Cuevas de Thysville, junto a la ciudad de Mbanza-Ngungu, donde puede encontrarse al barbo ciego del Congo, Caecobarbus geertsi, único en el mundo. Se cree que pudo derivar de Barbus holotaenia, algunos de cuyos ejemplares pudieron quedar atrapados en los cursos de agua de este complejo troglodítico, y evolucionar en condiciones de falta de luz.
Barbo ciego del Congo |
En esta región se han documentado cinco especies de moluscos endémicos: Lanistes congicus, L. intornus, Hydrobia luvilana, Funduella incisa y Potadomus schoutendeni.
Aquí, en los humedales del Bajo Congo, se dan muy bien las Anátidas, con tres especies de gansos: el ganso egipcio Alopochen aegyptiacus, el de alas de espuela Plectropterus gambensis y el ganso pigmeo Nettapus auritus.
En cuanto a los mamíferos, me gustaría destacarte aquí la mangosta de las marismas Atilax paludinosus. Este Herpéstido ocupa aquí el mismo nicho ecológico que ocupaba la gineta pescadora aguas arriba. Prefiere la vegetación pantanosa que bordea ríos y lagos, y está especialmente adaptada a pantanos de papiros. Captura, entre otros, peces de respiración aérea como los que antes te indiqué, larvas de insectos y caracoles, pero curiosamente también se la ha encontrado en terrenos con ausencia de agua, a altitudes de 2.500 metros lo cual desconcierta mucho a los especialistas.
Mangosta de las marismas |
Rápidos del Bajo Congo
Termino aquí el recorrido apresurado por las ecorregiones de agua dulce que afectan al Río Congo. Aquí, al igual que sucedía en los rápidos del Alto Congo, reaparecen ciertas adaptaciones a aguas rápidas entre los peces, como la reducción del tamaño de los ojos, un color azul o azulado y una forma deprimida dorsoventralmente. Se hallan representados aquí géneros como: Garra, Labeo, Atopochilus, Euchilichthys, Chiloglanis, Gymnallabes, Steatocranus, Teleogramma, Lamprologus, o Leptotilapia. Y también endemismos como la anguila Mastacembelus brachyrhinus que, junto con Lamprologus lethops, tienen los ojos total o parcialmente cubiertos por una piel. En esta región se dan 129 especies de peces, con 34 endemismos.
También aparecen aquí cuatro géneros de caracoles endémicos altamente reofílicos: Congodoma, Liminitesta, Septaricillina y Valvatorbis.
Otras especies
Aparte de éstas especies que te he nombrado, por toda la Cuenca del Congo se hallan presentes animales muy extendidos en África, como el majestuoso pigargo vocinglero, o águila pescadora africana Haliaaetus vocifer o el águila pescadora Pandion haliaetus que emigra a nuestras latitudes.
Pigargos vocingleros |
En los abundantes pantanos de la región se encuentra la hermosa jacana africana Actophilornis africanus que, con sus patas largas de dedos amplios, puede caminar sobre la vegetación palustre sin hundirse. También en toda la zona del Congo se encuentran presentes nada menos que ¡once! Especies de Martín pescador y, en un área mucho más restringida, uno de los principales depredadores de los pantanos: el picozapato Balaeniceps rex, un gigante de 1,40 metros de altura que, con su fuerte pico con forma de zapato captura y consume todo aquello que se mueva en sus cercanías. Se extiende desde los pantanos de Bahr el-Ghazal hasta el Alto Congo y a lo largo de los Grandes Lagos.
MÚSICA RECOMENDADA: Congo (Jerry Goldsmith)
Muy acertado el sacar a la luz una de las regiones más desconocidas del mundo, verdaderamente hay animales increíbles en este desafortunado país. Solamente añadir el Tetraodon mbu, el más grande pez globo de agua dulce, que aunque no es endémico del Congo, es característico de la ictiofauna fe la región.
ResponderEliminarGran artículo y muy bien escrito, felicidades