Cabañeros y Burujón: joyas naturales de Castilla-La Mancha

Querida hija:

He tenido el gran placer y la gran suerte de ser invitado a participar en las II Jornadas de Meteorología y Promoción del Medio Natural, que se han celebrado entre el 1 y el 3 de octubre, y organizadas por la Consejería de Turismo de Castilla -La Mancha y con el apoyo de Castilla - La Mancha Media (CMM Tv). Durante estas jornadas, un grupo de periodistas y divulgadores conocimos en profundidad dos Espacios Naturales Protegidos de esta tierra: el Parque Nacional de Cabañeros y el Monumento Natural de las Barrancas de Burujón. Esta es la crónica de este viaje. Te va a sorprender.

La berrea del ciervo, protagonista del Parque Nacional de Cabañeros

Parque Nacional de Cabañeros: la berrea en el Serengeti español

Llegamos a Toledo a media tarde del día 1 y, una vez instalados en el hotel, la Organización nos había preparado una visita guiada por la Ciudad Imperial. La visita estuvo amenísima y tuvimos ocasión de ver algunos lugares que no se visitan habitualmente, como un miqveh, o baño ritual judío, o la tumba de Garcilaso de la Vega, que se encuentra en la Iglesia del Convento de la Madre De Dios, que hoy forma parte de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Castilla - La Mancha. Fue una verdadera inmersión en un Toledo secreto y literario que me encantó. Toledo siempre ofrece algo nuevo, aunque ya lo conozcamos, y merece la pena pernoctar allí y descubrir sus mil y un rincones. Quiero agradecer a Yolanda, nuestra guía, el maravilloso recorrido y sus explicaciones. Terminamos la jornada con un cóctel-cena.

Pero al día siguiente, miércoles, hubo que madrugar a las 5 de la mañana para poder estar en Cabañeros al rayar el alba porque el objetivo principal del día era contemplar la famosísima "berrea" del ciervo rojo (Cervus elaphus) que es, sin discusión, uno de los espectáculos naturales más sobrecogedores que podemos contemplar en nuestra Península.

Mapa del Parque Nacional de Cabañeros

La berrea se desata con las primeras lluvias del otoño. En la zona de Cabañeros, se suele decir que empieza cuando los ciervos "se mojan el lomo" Es un ejemplo de fenología, esto es, la influencia de factores atmosféricos y estacionales en la biología de los seres vivos. Este verano ha sido muy seco y había cierto temor de que la berrea se retrasase o se desatara en una intensidad baja, pero llegó la famosa DANA (Depresión en Altos Niveles de la Atmósfera), o "gota fría", y dejó en Cabañeros las lluvias suficientes como para desencadenar la berrea. Esta es, ni más ni menos, que el proceso por el cual los ciervos machos de más de cuatro años luchan entre sí por atraer su particular harén de hembras para cubrirlas. Para llamar la atención de las hembras, los machos emiten un característico berrido ronco y gutural, que da nombre a la berrea.

Amanecer en Cabañeros (Foto: Cronicasdefauna)

Una vez formado el harén, el macho tendrá que realizar hasta sesenta cópulas diarias, y por eso cuando termina el proceso los machos pierden su cuerna para ahorrar energía de cara al invierno. De todos modos, en ésta época del año las encinas están cargadas de bellotas, que son muy energéticas para ellos.

Nos encontrábamos, pues, en el frío amanecer en Cabañeros cuando nos distribuimos en varios vehículos 4x4 de la empresa concesionaria de las visitas al Parque Nacional, para hacer un recorrido por la Raña, en busca de los ciervos. Aquí te hago una pequeña digresión para darte unos datos sobre el Parque Nacional de Cabañeros. Se trata de un parque fundado en 1995 como representante del Monte Mediterráneo, que iba a ser convertido en campo de tiro del Ejército cuando en 1988 los pueblos de la zona protestan contra esta decisión, y apoyados por la Junta de Comunidades de Castilla - La Mancha, lograron doblarle el pulso al Ministerio de Defensa y se consiguió la declaración de Parque Nacional.

Ciervos en Cabañeros (Foto: Cronicasdefauna)

El parque consta de dos unidades geográficas: la "raña", que es la Llanura Central, encajada entre dos alineaciones montañosas pertenecientes a los Montes de Toledo. Esta llanura ha recibido el sobrenombre de "Serengeti español" debido a su gran semejanza con una sabana africana: se trata de una dehesa muy aclarada, con vegetación dispersa de encinas, donde se distribuyen 4.000 ciervos por toda su extensión. La segunda unidad geográfica es la "Sierra", las unidades montañosas que bordean el Parque, y donde se conserva el Monte Mediterráneo tal como debió ser en su origen, una verdadera selva enmarañada de encinas, quejigos, robles, y también vegetación relicta del Terciario y de la Edad de Hielo como te comentaré más adelante.

Bellotas en una encina de Cabañeros (Foto: Cronicasdefauna)

Íbamos avanzando en los 4x4, y en el que yo iba escuchaba las explicaciones del conductor, Darío, excelente conocedor del terreno y las costumbres de los ciervos. Los ciervos se ven perfectamente, dispersos por la sabana como si fueran manadas de antílopes.

Y según empezaba a aclararse el día, empezó la magia.

Primero oímos un solitario berrido de un macho, pero poco después fue todo un coro de berridos que empezó a hacer vibrar el frío y prístino aire de la mañana. Hija mía, pocas veces me he sentido tan sobrecogido al contemplar la Madre Naturaleza. ¿Cómo podría describirte esta maravilla natural?. El frío de la mañana, el aroma de los tomillos... y el absoluto silencio de la Raña, sola y exclusivamente roto por el fantástico coro de berridos de los ciervos que nos llegaba desde todas las direcciones. Tengo muy claro que volveré contigo y con mamá, pero también pienso que todo español debería disfrutar de esta maravilla al menos una vez en su vida.

Una observación detallada con los prismáticos me reveló detalles interesantes...pude ver un combate entre dos machos, vi cómo otro olisqueaba una hembra para comprobar su receptividad sexual, otro macho reponía fuerzas alzándose en sus patas traseras para ramonear la parte baja de una encina...a otros machos les pillé directamente lanzando su potente berrido al aire...y también había grupos de hembras dispersas con las crías del año anterior, que aún no se decidían a participar en ningún harén. Estos grupos de hembras suelen ir de tres en tres, con la "matriarca" dominante marchando al frente, y las más jóvenes detrás.

Macho solitario berreando (Foto: Cronicasdefauna)

Mientras mis compañeros periodistas aprovechaban el momento más favorable para grabar sus crónicas y emitir sus directos, yo me acerqué a curiosear bajo una gran encina, a ver qué podía averiguar. Inmediatamente localicé los excrementos de ciervo, y contemplé los restos del ramoneo que los mismos realizan en la encina: muchas ramitas rotas formando círculo alrededor de la encina, y vi cómo las ramas más bajas estaban completamente desnudas por esto. Más adelante volveré a reflexionar sobre esto, y te sacaré algunas conclusiones. También pude localizar excrementos de jabalí.

Volvimos a subirnos a los vehículos para trasladarnos hacia un muladar cercano donde el personal del Parque Nacional deja normalmente cadáveres de ciervos para que los puedan aprovechar los otros grandes protagonistas de Cabañeros: el buitre negro (Aegypius monachus) y el buitre leonado (Gyps fulvus). Precisamente al poco de reanudar la marcha, pudimos observar justo ante nosotros un bonito ejemplar de buitre leonado que se hallaba posado en una encina, y luego nos obsequió con un vuelo como si quisiera mostrarnos sus dos metros y medio de envergadura alar. Por mucho que haya visto buitres, no deja de impresionarme su gran tamaño cuando los contemplo de cerca.

Al llegar al muladar había una nutrida concentración de buitres de ambas especies. Pudimos observar sus diferencias: más claro el leonado con su cuello desnudo, oscuro el negro con su cuello emplumado. En vuelo, también hay diferencias, con el vuelo del buitre negro más pesado (no en balde es más grande), más reposado, sus alas más rectangulares y macizas. Tú sabes que soy un gran fanático de nuestros buitres que, te recuerdo, son cuatro: además de los negro y leonado, el quebrantahuesos y el alimoche.

Grupo de buitres en el muladar de Cabañeros. (Foto: Cronicasdefauna)

Aunque la excursión no estaba pensada para la observación de aves, también pude observar al paso algunas especies...unas hermosas abubillas (Upupa epops) y un cuervo grande (Corvus corax).

La maravillosa mañana de Cabañeros terminó junto al Centro de Interpretación de Casa Palillos, donde tienen una muy didáctica exposición sobre la geología, la geografía, la fauna y la flora de Cabañeros muy recomendable como primer punto de contacto para quien lo visita por primera vez. Las instalaciones son magníficas y allí nos juntamos con las autoridades: la Directora General de Turismo de la Junta de Castilla - La Mancha, los Presidentes de las Diputaciones de Ciudad Real y Toledo, que son las provincias que comparten el Parque Nacional, y los alcaldes de la zona.

Posteriormente nos desplazamos para comer en la Bodega Dehesa del Carrizal, donde nos enseñaron (y pudimos catar) la otra gran riqueza de esta Mancha, en el fondo tan desconocida por el gran público: sus vinos. No soy un conocedor de vinos ni mucho menos, pero pude darme cuenta de cómo hay en marcha proyectos empresariales muy modernos en el campo de la Enología, y los vinos que se producen aquí nada tienen que envidiar a los de otras partes de España y del mundo. Pudimos también degustar una excelente comida en la misma Bodega. Desde aquí, agradezco a Pierre sus explicaciones y la atención que nos prestó en todo momento.

Y para bajar la comida, nada mejor que una ruta. En esta ocasión teníamos previsto explorar la otra unidad geográfica del Parque Nacional de Cabañeros: la Sierra. Para ello, hicimos la ruta llamada del "Boquerón del Estena", un cañón encajonado entre formidables masas graníticas y cuarcíticas, recorridas por el Río Estena, que pertenece a la Cuenca del Guadiana.

Encina cubierta de líquenes. Ruta del Estena, Cabañeros. (Foto: Cronicasdefauna)

Se trata de un paisaje completamente alejado de la imagen que se tiene normalmente de La Mancha. La humedad del Río Estena, potenciada por el estrecho cañón (llamado "boquerón" aquí) ha creado un microclima que permite una vegetación lujuriante, mediterránea con elementos boreales relictos como el arce de Montpellier (Acer monspessulanum), o el tejo (Taxus baccata), además de robles melojos (Quercus pyrenaica). Pudimos observar aquí muchos ejemplos de agallas, que son abultamientos o "tumores" provocados en plantas por parte de insectos que ponen huevos en ellas, como respuesta de las plantas.

Vegetación de ribera. Ruta del Estena, Cabañeros. (Foto: Cronicasdefauna)

Pero el principal interés del Río Estena se encuentra en su ictiofauna. La fauna de peces ibéricos ha sido históricamente maltratada por la introducción de especies foráneas para el beneficio de los pescadores, tal como te expliqué en esta crónica sobre los peces ibéricos, pero el Estena posee una de las mejores comunidades de peces autóctonos ibéricos, ya que las especies introducidas están muy controladas aquí. Destacan el jarabugo (Anaecypris hispanica), la colmilleja (Cobytis paludica), la pardilla (Iberochondrostoma lemmingii), el calandino (Squalius alburnoides), el cacho (Squalius pyrenaicus), el barbo comizo (Luciobarbus comizo), la boga meridional (Pseudochondrostoma willkommii) o la tenca (Tinca tinca). También existen poblaciones de galápago leproso (Mauremys leprosa) y europeo (Emys orbicularis).

Peces en el río Estena, Cabañeros. (Foto: Cronicasdefauna)

Particularmente, durante esta ruta pude observar un ejemplar de tórtola europea (Streptopelia turtur), dos hermosos ejemplares de avispón europeo (Vespa crabro), pululando justo al borde de un remanso del río, y por el camino observé excrementos de zorro (Vulpes vulpes), siempre situados característicamente sobre piedras del camino, como mojón para marcar territorio, muy clásico de los cánidos.

Se trata, además, de un sobresaliente sitio paleontológico, puesto que pudimos ver fósiles de huellas de trilobites, llamados "crucianas", y también el espectacular rastro de la galería segregada por un gusano gigante del Ordovícico inferior , hace 475 millones de años, y bautizado como Palaeophycus tubularis.

Fósil del gusano gigante. Ruta del Estena, Cabañeros. (Foto: Cronicasdefauna)

¿Recuerdas lo que te dije de las ramas peladas de las encinas por el ramoneo de los ciervos?. Como habrás podido darte cuenta, los ciervos aquí no tienen depredador, puesto que el lobo fue exterminado en los Montes de Toledo hace décadas. Para evitar esta superpoblación, en la parte pública del Parque capturan de vez en vez la cantidad "sobrante" de ciervos cuya carne se exporta a Alemania, donde es muy apreciada.

Por parte de las fincas privadas que hay en el interior del Parque, en teoría a partir del año que viene ya no se les permitirá cazar, por lo que me comentaron que empieza a tomar forma el proyecto, aún a largo plazo, de reintroducir el lobo ibérico en Cabañeros para que haga el control poblacional que ha hecho desde hace milenios.

Ojalá este proyecto se haga realidad y se pueda llegar a un acuerdo entre las autoridades locales, los cazadores y los ganaderos para que el gran depredador ibérico vuelva a esta tierra, incrementando su ya considerable atractivo.

Cansados, pero satisfechos de haber visto tan singular paisaje, el autobús nos llevó de vuelta a Toledo. Había que asearse, cenar y descansar convenientemente para la sorpresa que nos esperaba al día siguiente.

Las Barrancas de Burujón: el "Far West" toledano

Este Monumento Natural, situado cerca de la Puebla de Montalbán, a media hora escasa por carretera al Norte de Toledo, es un ejemplo perfecto de lo desconocido que es nuestro patrimonio natural. Inesperadamente, en medio del mosaico de cultivos de cereal, vid y olivo, aparece un Desierto del Lejano Oeste transplantado en pleno Toledo. Uno de los participantes del grupo, creo que fue Lluis Obiols, lo bautizó acertadamente como el "Far West" de Toledo.

El sorprendente paisaje de las Barrancas de Burujón (Foto: Cronicasdefauna)


Un paisaje de cárcavas, excavado por milenios de erosión hídrica y eólica, verdaderos acantilados de arenisca de 120 metros de caída libre sobre el Embalse de Castrejón en el Tajo, que le añade más dramatismo escénico, si cabe. Un mini-desierto ibérico que nada tiene que envidiar a las Bardenas Reales o a Los Monegros, un paraje árido, desnudo, lleno de violentas grietas, de un color anaranjado claro, nos transportan a otras latitudes más exóticas, pero a menos de cien kilómetros de Madrid.

Nuestra base de operaciones fue el bar "El Refugio de Las Barrancas", estratégicamente situado al comienzo de la ruta señalizada para su visita, y cuyo responsable, José Luis, nos realizó la guía de la misma. Se trata de un camino que accede a las Barrancas desde atrás, y recorre todo el borde superior del abismo, con preciosas vistas sobre el Embalse de Castrejón, para desembocar en el mirador acondicionado para peatones y vehículos, desde donde se remata una visión espectacular, una "tele-transportación" al Gran Cañón del Colorado o a la Meseta de Utah, comparación de nuestra compañera Rosemary Alker.

Acantilados de 120 metros. (Foto: Cronicasdefauna)

Pero lo mío es la fauna, ya lo sabes, y ya durante el camino en el minibús pude observar grajillas (Corvus monedula), un aguilucho pálido (Circus cyaneus), un ave norteña que lleva tiempo colonizando las estepas cerealistas del Centro de España y, sobre todo, muchos conejos (Oryctolagus cuniculus), muy abundantes en la zona.

Una vez en las Barrancas, lo que más observé fue una nutrida colonia de avión zapador (Riparia riparia), el más pequeño de nuestros aviones y golondrinas, que vive en taludes cercanos a ríos donde puede excavar sus nidos, y cuyos ejemplares deben estar ya a punto de emigrar a África a pasar el invierno. Pude observar también un águila perdicera (Aquila fasciata), y también un bando de hermosísimas cornejas negras (Corvus corone), de un precioso color negro zaíno, brillando al ya fuerte sol de media mañana.

Por su parte, en el cercano Embalse, a pesar de ser aún un poco pronto para la llegada de aves invernantes procedentes del Norte de Europa, tampoco nos fuimos de vacío, pues había una numerosa colonia de cormorán grande (Phalacrocorax carbo), y una cigüeñuela (Himantopus himantopus). Fíjate que aquí se juntan tres ecosistemas: el palustre del Embalse, el roquero de los acantilados, y la estepa cerealista de la parte trasera.

Embalse de Castrejón (Foto: Cronicasdefauna)

Finalizamos el recorrido con una estupenda comida en el Refugio de Las Barrancas, magistralmente preparada por José Luis y Miguel, para los cuales va mi agradecimiento por la gran atención y servicio que nos hicieron. Lo recomiendo sin ninguna duda.

Conclusiones: el turismo de Naturaleza en Castilla - La Mancha

Terminaron así tres días inolvidables, en los que la organización fue absolutamente perfecta gracias a Jonathan Cantero y a Carlos Macías, sus cabezas visibles, y en los que pudimos ver el tremendo potencial de los espacios naturales que ofrece Castilla - La Mancha.

Casualmente hace muy poquito escribí sobre el tema del turismo de observación de fauna en Castilla - la Mancha para mis lectores de eldiario.es.


Esta Comunidad autónoma ha tenido fama de ser un lugar de paso, árido y monótono en la parte central, pero confío en haberte podido mostrar la variedad de paisajes, de flora y de fauna que podemos encontrar aquí, donde a poca distancia de Madrid, Zaragoza o Valencia podemos encontrar sabanas africanas, desiertos sirios o bosques subtropicales en estos microcosmos que son los Espacios Naturales Protegidos. Merece la pena informarse de las mil posibilidades existentes, con sus alojamientos y gastronomía asociada, ya que no hace falta ser ningún naturalista avezado ni experto para poder disfrutar de esta fauna, flora y paisajes.

Sin duda, volveré. Y esta vez vendrás conmigo.

Foto de familia de los participantes en las Jornadas

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