Cuernos, astas y similares. ¡No son "trofeos"
Querida hija:
Los cuernos son unos apéndices que forman parte de la anatomía de varias especies animales. Sus fantásticas formas dan espectacularidad a estas especies y, desgraciadamente, son la causa de su persecución por parte de los cazadores, que quieren hacerse con ellos por considerarlos "trofeos". Pero los cuernos tienen una utilidad para los animales que los ostentan. Tienen un origen y una fenología. En esta Crónica voy a hablarte de ellos, de su variedad, de su anatomía y de los factores que influyen en su presencia y su ausencia.
Los espectaculares cuernos del kudú mayor (Tragelaphus strepsiceros) |
Cuernos y astas: anatomía básica
Los cuernos son proyecciones que sobresalen del cráneo de ciertas especies animales. Están compuestas, en todo o en parte, de material óseo y surgen normalmente del hueso frontal del cráneo y mucho más raramente, del hueso parietal. Estos cuernos, que podemos llamar "verdaderos", únicamente están presentes en el Reino Animal, en los mamíferos del Órden Artiodáctilos, es decir, en las jirafas, los cérvidos y los bóvidos. Normalmente estos cuernos aparecen en pares, y como verás más adelante, alcanzan una gran variedad de formas y disposiciones. Lo primero, y casi lo más importante, que debes aprender sobre los cuernos es que hay dos variedades:
- Cuernos: permanentes
Vamos a ver esto más detalladamente.
Astas
Las astas son cuernos que se mudan anualmente y sólo se encuentran presentes en los Cérvidos, donde sólo los machos los ostentan, a excepción del reno donde también las hembras tienen astas. Estas son ramificadas, a diferencia de los cuernos que son de forma sencilla. Su muda anual se denomina desmogue.
Las astas se componen exclusivamente de tejido óseo. Es decir, se trata de proyecciones craneales de hueso, compuesto por un 44% de sustancias orgánicas y un 56% de sustancias inorgánicas: fosfato cálcico, carbonato cálcico y magnesio. Su concentración de sales minerales es tan importante que, cuando el animal pierde la cuerna anualmente, pierde el 30% de sus sales minerales. El asta está unida al hueso frontal del cráneo mediante unas prolongaciones óseas llamadas pivotes o pedúnculos óseos, cuyo diámetro crece anualmente. Porque, aunque el cérvido pierde anualmente sus astas y luego las vuelve a regenerar, cada año ésta es más grande y ramificada indicando también la edad del animal.
La cornamenta del ciervo es el ejemplo clásico de asta |
Esta estructura comienza a producir cartílago que luego se convertirá en hueso esponjoso. Durante esta primera fase de crecimiento, la cuerna está muy bien irrigada de vasos sanguíneos y recubierta por una piel llamada terciopelo o borra y que es una prolongación de la epidermis del animal. Conforme la cuerna va creciendo, se produce el depósito de sales de calcio que va a "osificarla" y hacer que el terciopelo que la recubre vaya perdiendo irrigación sanguínea y adquiriendo una textura quebradiza: es el momento en que se desprenderá del asta (descorrea) ayudada por el frotamiento que el animal hace en árboles, quedando lista y completa para su uso.
Astas caídas de gamo, ciervo y corzo |
Aunque te lo voy a contar más adelante, los cérvidos tienen la cornamenta completamente desarrollada en otoño (desde agosto en el ciervo rojo de nuestra Península), y esta cuerna se cae tras la época de reproducción merced a la producción de células llamadas osteoclastos, que atacan la base de la cuerna hasta desprenderla. El desmogue, o comienzo del crecimiento de la nueva cuerna empezará en Primavera, hacia marzo/abril en el ciervo rojo, o abril/mayo en el gamo que son, junto con el corzo, las tres especies de cérvidos presentes en la Península Ibérica.
Cuernos
En cuanto a los cuernos, antes de entrar a explicarte qué son, y en qué se diferencian de las astas, debo hablarte muy brevemente de un subtipo de cuernos que se llaman osiconos y que sólo se encuentran en los jiráfidos. Un osicono es una prolongación ósea del cráneo (actualmente presentes sólo en las jirafas y los okapis, y se originan en cartílago osificado que permanece luego cubierto de piel, es decir, es como el "arranque" de las astas de los ciervos pero no crecen mucho más allá de unos pocos centímetros y no pierden nunca el recubrimiento de piel y pelo. En las jirafas, el osicono nos sirve para distinguir machos y hembras: en las hembras y jóvenes son delgados y coronados por un penacho de pelo mientras que en los machos terminan en una protuberancia, sin pelo.
Osiconos de jirafa |
Los verdaderos cuernos, por su parte, están formados por una base ósea (hueso dérmico) recubierta por una "funda" queratinizada, que es hueca y recubre ese corazón óseo. Los cuernos son permanentes, de crecimiento continuo y se da en los Bóvidos (toros, antílopes, ovinos y caprinos). Otra diferencia con las astas de los ciervos es que están presentes tanto en machos como en hembras, si bien en éstas suelen tener un tamaño menor.
En la Península Ibérica los cuernos están presentes en la cabra montés (Capra pyrenaica), el rebeco (Rupicapra rupicapra), y en dos bóvidos introducidos: el arrui (Ammotragus lervia) y el muflón europeo (Ovis orientalis musimon). Estos bóvidos se denominan cavicornios debido a esa característica de "cuernos huecos".
Cuernos de cabra montés |
A diferencia de las astas de los ciervos, que como viste, tienen origen óseo, los cuernos tienen origen dérmico: una estructura dérmica que posteriormente se fusiona con el hueso frontal, dando la sensación de ser una apófisis (un saliente) del hueso, sin serlo verdaderamente. A partir de ahí, el crecimiento del cuerno se produce por un proceso de adición de sucesivas capas de tejido queratinizado (la queratina es una proteína que forma nuestras uñas y nuestro pelo). El crecimiento del cuerno es continuo a lo largo de la vida del animal, y se produce a nivel de su base, si bien este crecimiento se ralentiza conforme avanza la vida del animal.
La excepción a la regla general de los cuernos la tiene el antílope americano (Antilocapra americana) que, si bien mantiene permanentemente el núcleo óseo del cuerno, muda cada año su funda queratinosa.
Existen también algunas diferencias entre cuernos y astas a nivel de los elementos que componen su mineralización. Por ejemplo, el cloro está presente en los cuernos pero no en las astas, mientras que el vanadio, el cromo, el zinc, el argón, el cadmio, el estroncio y el antimonio sólo presentes en las astas
La excepción a la regla general de los cuernos la tiene el antílope americano (Antilocapra americana) que, si bien mantiene permanentemente el núcleo óseo del cuerno, muda cada año su funda queratinosa.
Existen también algunas diferencias entre cuernos y astas a nivel de los elementos que componen su mineralización. Por ejemplo, el cloro está presente en los cuernos pero no en las astas, mientras que el vanadio, el cromo, el zinc, el argón, el cadmio, el estroncio y el antimonio sólo presentes en las astas
Vamos a ver algunas formas de los cuernos.
Hay muchas más formas, orientaciones, disposiciones y tamaños, pero creo haberte puesto una buena representación de la enorme variedad de cuernos de bóvidos que hay.
Factores que inciden en el desarrollo de los cuernos
Es el momento de decirte que los cuernos son usados por los animales que los poseen para dos propósitos principales: como defensas contra sus depredadores (muchas veces incluso como disuasión) y, sobre todo, para las luchas entre los machos por la posesión de las hembras en época de reproducción. Esto es especialmente cierto en los cérvidos, cuyas astas siguen un ciclo marcado por la época de celo y están sujetas además a selección sexual: los machos más fuertes con cuernas más desarrolladas tendrán más probabilidad de vencer a otros machos y poder, así, cubrir más hembras transmitiendo sus genes a la generación siguiente. Voy a contarte más en detalle cómo se produce este ciclo.
El ciclo estacional de la actividad de los testículos de los machos está regulado por una glándula muy importante que se llama hipófisis. Esta glándula segrega dos hormonas: la LH (hormona luteinizante) y la foliculoestimulante (FSH). Pero no sólo éstas: también la glándula pineal, situada en el cerebro, con su secreción de melatonina, la hormona que modula los patrones de sueño pero también los ritmos circadianos y anuales. Durante otoño e invierno, con días cortos, la secreción de melatonina es de mayor duración y estimula de una forma indirecta la secreción de LH.
Entre octubre y diciembre (época de celo) se alcanza el máximo de actividad testicular y concentración de testosterona. A comienzos de la primavera, la disminución evidente de la concentración de testosterona estimula la activación de los osteoclastos que, como recordarás, son las células que provocan la caída de la cuerna, que volverá a brotar a lo largo de la primavera mientras se mantenga baja la concentración de testosterona en el plasma. Es importante que entiendas que es necesario que esa concentración de testosterona ha de ser baja, pero fisiológicamente activa, porque sensibiliza a las células de la cuerna a una sustancia llamada IGF-1, o "factor 1 de crecimiento insulínico", una proteína que ejerce una estimulación del crecimiento y la proliferación celular.
El ciclo estacional de la actividad de los testículos de los machos está regulado por una glándula muy importante que se llama hipófisis. Esta glándula segrega dos hormonas: la LH (hormona luteinizante) y la foliculoestimulante (FSH). Pero no sólo éstas: también la glándula pineal, situada en el cerebro, con su secreción de melatonina, la hormona que modula los patrones de sueño pero también los ritmos circadianos y anuales. Durante otoño e invierno, con días cortos, la secreción de melatonina es de mayor duración y estimula de una forma indirecta la secreción de LH.
Fases del crecimiento de las astas de un ciervo de Virginia |
Entre octubre y diciembre (época de celo) se alcanza el máximo de actividad testicular y concentración de testosterona. A comienzos de la primavera, la disminución evidente de la concentración de testosterona estimula la activación de los osteoclastos que, como recordarás, son las células que provocan la caída de la cuerna, que volverá a brotar a lo largo de la primavera mientras se mantenga baja la concentración de testosterona en el plasma. Es importante que entiendas que es necesario que esa concentración de testosterona ha de ser baja, pero fisiológicamente activa, porque sensibiliza a las células de la cuerna a una sustancia llamada IGF-1, o "factor 1 de crecimiento insulínico", una proteína que ejerce una estimulación del crecimiento y la proliferación celular.
Previamente a la nueva estación reproductiva, el incremento de la concentración de la testosterona va a estimular la osificación de la cuerna y la "muerte" del "terciopelo" que la recubre, y así se completa el ciclo, al coincidir los altos niveles de testosterona de la época de celo con la cuerna completamente desarrollada, lista para las luchas entre machos.
En cuanto a los rumiantes cavicornios, es decir, los que tienen cuernos y no astas, a pesar de no mudarlas anualmente también están afectados por el ciclo testicular: se aprecia un mayor crecimiento de los cuernos desde marzo hasta octubre, coincidiendo con las bajas concentraciones de testosterona en el plasma, seguido de una paralización del crecimiento durante el otoño y el invierno, coincidiendo una vez más con el máximo de actividad testicular asociada al celo, asegurando así que los machos dispongan del máximo de tamaño de cornamenta de ese año, justo en ese momento. Esa es la razón por la cual, en los bóvidos, en general los cuernos de los machos son mayores que los de las hembras.
La variación del fotoperiodo, es decir, la variación de la duración de la luz diurna según la latitud a la que nos encontremos, es el factor (fenológico) que va a desencadenar todo este engranaje hormonal. De hecho, se ha comprobado que ciervos de Virginia (Odocoileus virginianus) trasladados a latitudes tropicales, experimentan un doble descuadre: una desincronización del ciclo testicular, y una desincronización del ciclo de caída/crecimiento de la cuerna.
Por supuesto, la nutrición del animal es otro factor principal que incide en el crecimiento de la cuerna. Una mala nutrición se va a traducir en una lentitud del desarrollo de la misma, que además será subóptimo, presentando defectos.
"Cuernos" que no son cuernos.
Pero aparte de los ciervos y los bóvidos, hay más animales con cuernos, ¿no?. Sí, indudablemente los hay pero siempre debes tener en cuenta que los llamamos "cuernos" por convención lingüística, dado que no se parecen anatómicamente a los "verdaderos" cuernos que te he descrito antes.
Por ejemplo, no podemos considerar que los rinocerontes tengan verdaderos cuernos, dado que lo que ellos tienen sobre la nariz no tienen núcleo óseo, sino que se trata de pura materia queratinosa. Es como tener una uña monstruosamente desarrollada, pero de ningún modo es un cuerno.
Sucede algo parecido con un buen grupo de Reptiles y Anfibios que presentan en diferentes partes de la cabeza prolongaciones que llamamos normalmente "cuernos", como las diversas "ranas cornudas" como por ejemplo la rana cornuda malaya Megophrys nasuta, o la serpiente rinoceronte vietnamita, Gonyosoma boulangeri, especies en las cuales los "cuernos" son, en realidad, extensiones queratinosas de ciertas escamas de la cabeza.
Las excepciones serían el camaleón de Jackson (Trioceros jacksonii) o los lagartos cornudos del género Phrynosoma, que sí presentan verdaderos cuernos óseos que surgen directamente de diferentes huesos del cráneo.
El ser humano y las cornamentas
Durante el Paleolítico y parte del Neolítico, el ser humano ha usado los cuernos de diversos animales, fundamentalmente el reno y el ciervo en Eurasia para fabricar todo tipo de herramientas, como por ejemplo agujas y punzones. Poco a poco el ser humano asumió que la fuerza de estos animales residía en sus cuernos, que poco a poco pasaron a ser considerados elementos mágicos y simbólicos.
Así, la palabra hebrea keren significa tanto "Poder" como "Cuerno", y los Reyes adornaban sus tocados con cuernos como ese símbolo de Poder y Supremacía. En la Antigüedad clásica, los cuernos eran considerados símbolos de potencia, y así eran curiosamente representados a veces en la esculturas de ciertos personajes. Asimismo en la cultura judía se usa el shofar, un instrumento musical ritual hecho, según la tradición, de un animal "puro" (kosher) como el carnero, la cabra, el antílope o la gacela, pero no de toro ni de vaca.
Pero al igual que los cuernos eran considerados símbolos de Poder, pronto fueron también considerados símbolos de virilidad masculina: los cuernos más grandes eran ostentados por los machos más vigorosos, que transmitían sus genes a la siguiente generación. Por eso la creencia de que el cuerno reducido a polvo era un estimulante sexual se extendió en muchas culturas
Desgraciadamente una de las culturas donde esa falsa creencia sigue viva es la china. Como ya te expliqué en la crónica que dediqué al antílope saiga, la principal amenaza para la existencia de esta especie es la caza furtiva a la que se le somete para abastecer ese nauseabundo mercado de afrodisiacos, pues el polvo de cuerno de saiga tiene "aplicaciones" en la llamada "medicina tradicional china". Y qué decirte de la verdadera guerra de exterminio que la "medicina china" ha provocado contra los rinocerontes, y de la que ya te hablé en una de mis primeras crónicas.
Evidentemente, la ciencia moderna no apoya en modo alguno dicho uso fraudulento del cuerno del saiga. Su composición física y química es similar a la de cualquier otro cuerno de Artiodáctilo. Y esto movió a los especialistas rusos Iván Miksík y Oleg Romanov a proponer abastecer al mercado chino con cuernos de cabras o vacas, aliviando así la presión china sobre las poblaciones de saiga. En mi opinión, esta propuesta es inaceptable, por dos razones.
La primera, y más importante, es que no se trata de suministrar a los chinos un tipo u otro de cuerno, se trata de educarles para que abandonen unas creencias supersticiosas y anticientíficas, y no mantenerles en el error. La segunda razón es que las mafias que suministran este tipo de productos seguirían matando saigas porque sólo así obtendrían elevados beneficios económicos debido a la escasez de los saigas. Si se "inunda" el mercado con cuernos de los abundantísimos cornúpetas domésticos, entonces los beneficios caen al caer los precios.
Finalmente, tengo que hablarte una vez más de la lacra de la "caza deportiva", puesto que muchas especies de ungulados son cazadas sólo para obtener sus cuernos que "adornarán " luego las casas de los cazadores. Es absurdo, ¿verdad?, que en pleno siglo XXI continúe esa idea de que el poder de un animal reside en sus cuernos, y si me apropio de esos cuernos, de alguna manera su poder pasa a mí. Los cazadores denominan "trofeos" a las cornamentas de los animales que matan, y hasta les ponen puntuaciones y todo, los muy inmaduros, como si esto fuera un juego.
Los cazadores, además, matando a los machos que ostentan las mejores cornamentas (que son las que les interesan) realizan una "anti-selección natural" dado que eliminan a los ejemplares más sanos y vigorosos, impidiendo que sus genes se transmitan a la siguiente generación. Se tiran piedras a su propio tejado "degenerando" las cornamentas al permitir que sólo los peores machos se reproduzcan. Los muy ignorantes. Por el contrario, los depredadores naturales van a cazar siempre a los individuos viejos, débiles o enfermos, permitiendo que sean los jóvenes y vigorosos los que se reproduzcan. Allí donde hay poblaciones sanas de depredadores, están los mejores "trofeos" para los cazadores. No tienen ni idea.
Pero es más triste aún que especies y subespecies enteras han sido exterminadas sólo por cazarlas sin parar por sus cuernos. Como sucedió en España con el bucardo, subespecie pirenaica de la cabra montés, o el antílope azul de El Cabo (Hippotragus leucophaeus), exterminado hacia 1799-1800, el alcélafo sahariano (Alcelaphus buselaphus buselaphus), cruelmente masacrado por los franceses desde que pusieron el pie en Argelia y cuyo último ejemplar fue abatido en 1925, y otras especies al borde del exterminio como el órix cimitarra (Oryx dammah) o el adax (Addax nasomaculatus).
No, hija mía, grábatelo a fuego en tu cerebro: los cuernos animales NO SON TROFEOS.
Los cuernos alcanzan su máximo anual durante el celo, justo para las luchas de los machos |
En cuanto a los rumiantes cavicornios, es decir, los que tienen cuernos y no astas, a pesar de no mudarlas anualmente también están afectados por el ciclo testicular: se aprecia un mayor crecimiento de los cuernos desde marzo hasta octubre, coincidiendo con las bajas concentraciones de testosterona en el plasma, seguido de una paralización del crecimiento durante el otoño y el invierno, coincidiendo una vez más con el máximo de actividad testicular asociada al celo, asegurando así que los machos dispongan del máximo de tamaño de cornamenta de ese año, justo en ese momento. Esa es la razón por la cual, en los bóvidos, en general los cuernos de los machos son mayores que los de las hembras.
La variación del fotoperiodo, es decir, la variación de la duración de la luz diurna según la latitud a la que nos encontremos, es el factor (fenológico) que va a desencadenar todo este engranaje hormonal. De hecho, se ha comprobado que ciervos de Virginia (Odocoileus virginianus) trasladados a latitudes tropicales, experimentan un doble descuadre: una desincronización del ciclo testicular, y una desincronización del ciclo de caída/crecimiento de la cuerna.
Por supuesto, la nutrición del animal es otro factor principal que incide en el crecimiento de la cuerna. Una mala nutrición se va a traducir en una lentitud del desarrollo de la misma, que además será subóptimo, presentando defectos.
"Cuernos" que no son cuernos.
Pero aparte de los ciervos y los bóvidos, hay más animales con cuernos, ¿no?. Sí, indudablemente los hay pero siempre debes tener en cuenta que los llamamos "cuernos" por convención lingüística, dado que no se parecen anatómicamente a los "verdaderos" cuernos que te he descrito antes.
Por ejemplo, no podemos considerar que los rinocerontes tengan verdaderos cuernos, dado que lo que ellos tienen sobre la nariz no tienen núcleo óseo, sino que se trata de pura materia queratinosa. Es como tener una uña monstruosamente desarrollada, pero de ningún modo es un cuerno.
Rana cornuda malaya |
Sucede algo parecido con un buen grupo de Reptiles y Anfibios que presentan en diferentes partes de la cabeza prolongaciones que llamamos normalmente "cuernos", como las diversas "ranas cornudas" como por ejemplo la rana cornuda malaya Megophrys nasuta, o la serpiente rinoceronte vietnamita, Gonyosoma boulangeri, especies en las cuales los "cuernos" son, en realidad, extensiones queratinosas de ciertas escamas de la cabeza.
Las excepciones serían el camaleón de Jackson (Trioceros jacksonii) o los lagartos cornudos del género Phrynosoma, que sí presentan verdaderos cuernos óseos que surgen directamente de diferentes huesos del cráneo.
El ser humano y las cornamentas
Durante el Paleolítico y parte del Neolítico, el ser humano ha usado los cuernos de diversos animales, fundamentalmente el reno y el ciervo en Eurasia para fabricar todo tipo de herramientas, como por ejemplo agujas y punzones. Poco a poco el ser humano asumió que la fuerza de estos animales residía en sus cuernos, que poco a poco pasaron a ser considerados elementos mágicos y simbólicos.
Así, la palabra hebrea keren significa tanto "Poder" como "Cuerno", y los Reyes adornaban sus tocados con cuernos como ese símbolo de Poder y Supremacía. En la Antigüedad clásica, los cuernos eran considerados símbolos de potencia, y así eran curiosamente representados a veces en la esculturas de ciertos personajes. Asimismo en la cultura judía se usa el shofar, un instrumento musical ritual hecho, según la tradición, de un animal "puro" (kosher) como el carnero, la cabra, el antílope o la gacela, pero no de toro ni de vaca.
El Shofar, o cuerno ritual judío |
Pero al igual que los cuernos eran considerados símbolos de Poder, pronto fueron también considerados símbolos de virilidad masculina: los cuernos más grandes eran ostentados por los machos más vigorosos, que transmitían sus genes a la siguiente generación. Por eso la creencia de que el cuerno reducido a polvo era un estimulante sexual se extendió en muchas culturas
Desgraciadamente una de las culturas donde esa falsa creencia sigue viva es la china. Como ya te expliqué en la crónica que dediqué al antílope saiga, la principal amenaza para la existencia de esta especie es la caza furtiva a la que se le somete para abastecer ese nauseabundo mercado de afrodisiacos, pues el polvo de cuerno de saiga tiene "aplicaciones" en la llamada "medicina tradicional china". Y qué decirte de la verdadera guerra de exterminio que la "medicina china" ha provocado contra los rinocerontes, y de la que ya te hablé en una de mis primeras crónicas.
Evidentemente, la ciencia moderna no apoya en modo alguno dicho uso fraudulento del cuerno del saiga. Su composición física y química es similar a la de cualquier otro cuerno de Artiodáctilo. Y esto movió a los especialistas rusos Iván Miksík y Oleg Romanov a proponer abastecer al mercado chino con cuernos de cabras o vacas, aliviando así la presión china sobre las poblaciones de saiga. En mi opinión, esta propuesta es inaceptable, por dos razones.
La primera, y más importante, es que no se trata de suministrar a los chinos un tipo u otro de cuerno, se trata de educarles para que abandonen unas creencias supersticiosas y anticientíficas, y no mantenerles en el error. La segunda razón es que las mafias que suministran este tipo de productos seguirían matando saigas porque sólo así obtendrían elevados beneficios económicos debido a la escasez de los saigas. Si se "inunda" el mercado con cuernos de los abundantísimos cornúpetas domésticos, entonces los beneficios caen al caer los precios.
La "caza deportiva" en buena parte codicia los cuernos de los animales |
Finalmente, tengo que hablarte una vez más de la lacra de la "caza deportiva", puesto que muchas especies de ungulados son cazadas sólo para obtener sus cuernos que "adornarán " luego las casas de los cazadores. Es absurdo, ¿verdad?, que en pleno siglo XXI continúe esa idea de que el poder de un animal reside en sus cuernos, y si me apropio de esos cuernos, de alguna manera su poder pasa a mí. Los cazadores denominan "trofeos" a las cornamentas de los animales que matan, y hasta les ponen puntuaciones y todo, los muy inmaduros, como si esto fuera un juego.
Los cazadores, además, matando a los machos que ostentan las mejores cornamentas (que son las que les interesan) realizan una "anti-selección natural" dado que eliminan a los ejemplares más sanos y vigorosos, impidiendo que sus genes se transmitan a la siguiente generación. Se tiran piedras a su propio tejado "degenerando" las cornamentas al permitir que sólo los peores machos se reproduzcan. Los muy ignorantes. Por el contrario, los depredadores naturales van a cazar siempre a los individuos viejos, débiles o enfermos, permitiendo que sean los jóvenes y vigorosos los que se reproduzcan. Allí donde hay poblaciones sanas de depredadores, están los mejores "trofeos" para los cazadores. No tienen ni idea.
El órix cimitarra es una de las especies amenazadas de exterminio debido a la caza por sus cuernos |
Pero es más triste aún que especies y subespecies enteras han sido exterminadas sólo por cazarlas sin parar por sus cuernos. Como sucedió en España con el bucardo, subespecie pirenaica de la cabra montés, o el antílope azul de El Cabo (Hippotragus leucophaeus), exterminado hacia 1799-1800, el alcélafo sahariano (Alcelaphus buselaphus buselaphus), cruelmente masacrado por los franceses desde que pusieron el pie en Argelia y cuyo último ejemplar fue abatido en 1925, y otras especies al borde del exterminio como el órix cimitarra (Oryx dammah) o el adax (Addax nasomaculatus).
No, hija mía, grábatelo a fuego en tu cerebro: los cuernos animales NO SON TROFEOS.
Muy interesante y didáctico material.
ResponderEliminarHe llegado hasta este artículo buscando información sobre cuernos para escribir un cuento con un unicornio (podéis reiros): me ha parecido muy interesante y muy muy trabajado, enhorabuena. Además de información científica, defensa animal: fantástico. ¡Gracias!
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