Félix, Cousteau, Sagan. ¿Qué salió mal?
Querida hija:
Hace algunos días, el tuitero @LJCadenas publicó este tuit que venía a decir: una generación que conoció a Félix Rodríguez de la Fuente, Jacques Cousteau y Carl Sagan, ¿qué pudo salir mal?. A 40 años de la prematura muerte de Félix, en efecto, el mensaje y la influencia de estos tres inmensos divulgadores parece haberse diluido: crisis planetaria, exterminio acelerado de especies animales, los océanos contaminados por plásticos, y toda una nueva generación que ha crecido de espaldas a la Naturaleza. ¿Qué ha pasado?. La pregunta que lanzó el tuitero no ha recibido la atención que merecía, y voy a responderla aquí.
Se cumplen 40 años de la muerte de Félix Rodríguez de la Fuente |
Introducción: los mayores influencers
Se cumplen los 40 años del trágico fallecimiento de Félix Rodríguez de la Fuente. Su magnética personalidad marcó a toda una generación de españoles e hispanoamericanos. Pero no fue un fenómeno aislado. Coincidió en el tiempo con otros dos enormes divulgadores que dejaron profunda huella en quienes los escucharon y los leyeron: Jacques Cousteau y Carl Sagan. Juntas, estas tres personalidades llevaron a todo el planeta el mensaje de que el ser humano no es, ni puede estar, aislado de la Naturaleza que le dio origen. Fueron los mayores influencers en una época (mediados-finales del siglo XX) en la que nadie podía imaginar siquiera ese término.
Antes de ellos, nadie había hecho divulgación científica como ellos lo hicieron. Después de ellos, nadie lo ha vuelto a hacer como ellos. Y se ha notado. Ellos supieron llegar al humano de a pie, común y corriente. Lograron descubrirnos un mundo al que no le habíamos prestado atención. Fauna, océanos, espacio...el Universo entero se resumía en sus programas de televisión, radio o sus libros. Términos que hasta el momento sólo se usaban en ambientes académicos pasaron a ser de uso común en las calles.
Jacques Cousteau |
Pero algo pasó tras el fallecimiento de estos inmensos divulgadores. Si bien su mensaje siempre siguió vivo en la generación que los conocimos, esa transmisión se interrumpió para las generaciones siguientes. La Humanidad parece continuar dando la espalda a nuestro Planeta, y la crisis planetaria que vivimos en la actualidad no es más que el cumplimiento de profecías que Félix, Cousteau y Sagan nos hicieron en su momento.
En esta Crónica voy a darte una pequeña semblanza biográfica de cada uno de ellos, ordenados por su fecha de nacimiento, y a continuación reflexionaré sobre las razones de su éxito...y las razones del por qué su mensaje ya no se transmite a las nuevas generaciones.
Jacques Cousteau y el Mundo Submarino (1910 - 1997)
Jacques Cousteau fue el gran divulgador de la Oceanografía, el Mundo Submarino que siempre tuvo una presencia secundaria en las preferencias de los amantes de la Naturaleza. Su figura alta, flaca, seca y adusta nos descubrió un "mundo del silencio" que hoy clama ante la infestación de plástico y las redes pesqueras que asfixian a tantas especies.
Cousteau nació en Saint André de Cubzac, Francia, y siguió la carrera militar en la Armada Francesa. Participó y se distinguió en la Segunda Guerra Mundial y se significó especialmente en los años 40 al desarrollar una mejora en el regulador necesario para el equipo de buceo que se usaba en la época, prolongando así el tiempo de inmersión y poniendo la base para la moderna tecnología de buceo. Al finalizar la guerra, y dentro de la Armada francesa, pone en marcha el Grupo de Investigaciones Submarinas en el que comienza a realizar investigación de restos de naufragios, entre otras actividades de carácter técnico.
Cousteau fue un pionero del submarinismo moderno |
En 1949 deja la Armada y se establece por su cuenta como investigador marino comprando el barco Calypso, que se convertiría en su legendario laboratorio oceanográfico y con el que surcaría todos los mares del mundo. En 1956 su documental El mundo del silencio gana la Palma de Oro del Festival de Cannes. Es la primera vez que un documental gana el primer premio en tan prestigioso festival, lo que no sería igualado hasta 2004.
"El Mundo Submarino" fue el gran éxito de Cousteau |
Sus actividades e investigaciones, como sus protestas por la nuclearización de los mares en 1960 le van dando cada vez más notoriedad y tras una reunión con tres grandes cadenas de televisión estadounidenses (ABC, NBC y Metromedia) se lanza la serie con la que alcanzará la fama mundial: El Mundo submarino de Jacques Cousteau, que se emitiría entre 1966 y 1976 en todo el mundo. Su figura alta y flaca, tocada con su gorro rojo de marinero, se convirtió desde entonces en un icono mundial, en una presencia habitual y querida en todos los hogares del mundo.
A esta inolvidable serie documental seguirían otras más en las que el Comandante nos descubría las bellezas de la vida marina y sus amenazas: La Odisea de Cousteau, Amazonas, o El redescubrimiento del mundo, entre otras.
Después de haber sido colmado de honores y reconocimientos, falleció en 1997.
Félix Rodríguez de la Fuente. El Hombre y la Tierra (1928 - 1980)
Es difícil cuantificar la inmensa influencia que Félix Rodríguez de la Fuente ejerció en toda una generación. Muchísimas vocaciones hacia el estudio y defensa de la Naturaleza nacieron de sus programas de divulgación, hasta tal punto que puede hablarse sin temor a exagerar de un "antes" y un "después" de Félix. Fue un terremoto, un huracán que sacudió todo un país. ¿Cómo pudo ser esto?
Félix nació en 1928 en Poza de la Sal, Burgos. Su infancia fue el proceso clave: Félix tuvo una escolarización tardía, prácticamente hasta los 10 años de edad se educó en casa y se crió en el campo. Sus vivencias más tempranas y más íntimas están relacionadas con el campo, el monte, las aves, la caza...en una infancia que él mismo calificó de "niño paleolítico" libre. Esta infancia marcó sus genes, marcó su mente y preparó una personalidad portentosa nacida para divulgar y difundir a los cuatro vientos lo que era la armonía primigenia entre el Hombre y la Tierra, su "Ying" y su "Yang" de por vida.
Es difícil cuantificar la inmensa influencia que Félix Rodríguez de la Fuente ejerció en toda una generación. Muchísimas vocaciones hacia el estudio y defensa de la Naturaleza nacieron de sus programas de divulgación, hasta tal punto que puede hablarse sin temor a exagerar de un "antes" y un "después" de Félix. Fue un terremoto, un huracán que sacudió todo un país. ¿Cómo pudo ser esto?
Félix nació en 1928 en Poza de la Sal, Burgos. Su infancia fue el proceso clave: Félix tuvo una escolarización tardía, prácticamente hasta los 10 años de edad se educó en casa y se crió en el campo. Sus vivencias más tempranas y más íntimas están relacionadas con el campo, el monte, las aves, la caza...en una infancia que él mismo calificó de "niño paleolítico" libre. Esta infancia marcó sus genes, marcó su mente y preparó una personalidad portentosa nacida para divulgar y difundir a los cuatro vientos lo que era la armonía primigenia entre el Hombre y la Tierra, su "Ying" y su "Yang" de por vida.
La cetrería dio a conocer a Félix Rodríguez de la Fuente |
Mientras el Comandante Cousteau rodaba sus primeros documentales oceanográficos, Félix compaginaba los estudios de Medicina, impuestos por su padre, con el estudio de las aves de su entorno. Félix se impuso la tarea de "resucitar" el arte de la cetrería que había desaparecido de España hacía doscientos años. Sin casi ayuda de nadie redescubió antiguos textos y aprendió a entrenar aves rapaces por su cuenta para convertirlas en aves de cetrería.
En 1960 empieza a ejercer su especialidad de Estomatología en una clínica de Madrid sólo hasta darse cuenta que ninguna fuerza humana ni divina podía separarlo de su verdadera pasión: sus queridas aves y la Naturaleza. Se lanza a una carrera de cetrero que le abre puertas, por lo inusual y extraño de esa profesión medieval en la España desarrollista de Franco. Sus exhibiciones de cetrería suscitan el interés de la Prensa, primero, y de la televisión, después. En 1964 TVE le invita a participar en una breve intervención en el programa Fin de semana, para hablar de cetrería. Su presencia, su aplomo y su poderoso verbo florido causaron tal impresión que los televidentes inundaron TVE de cartas pidiendo más intervenciones de este hombre de otra época.
Se estableció así una colaboración con Televisión Española y con Radio Nacional de España que le lanzaría al estrellato y a la popularidad más allá de cualquier calenturienta imaginación. En una conversación personal, su biógrafo Benigno Varillas me indicó que su portentosa oratoria y su habilísima improvisación verbal tenían que ver con esa "infancia paleolítica" de Félix, en la que leía poco y escuchaba mucho esas historias de cazadores que se transmitían oralmente como en tiempos pasados, y esa "cultura oral" configura el cerebro y el habla de una manera muy distinta a como lo hace el cerebro de las personas que predominantemente leen o ven una pantalla de televisión.
Colabora en programas de televisión y en prensa escrita, y en 1970 inicia su serie documental Planeta azul, y en 1973 su programa de radio La aventura de la vida, que se emitirá hasta el momento mismo de su muerte. Pero su fama, ya internacional, se dispara con su obra maestra: El Hombre y la Tierra, que se emitió entre 1973 y 1980 distribuida en tres series, cronológicamente: "Serie venezolana", "Serie fauna ibérica" y "Serie canadiense".
Por no hablar de su famosísima Enciclopedia Salvat de la Fauna (1970 - 1973) entre muchas otras obras de todo tipo.
Félix habló por primera vez al gran público sobre la fauna silvestre presentándola como un patrimonio cuya conservación y existencia eran indispensables para un correcto equilibrio ecológico, un concepto muy conocido en la Academia pero que no había llegado nunca al público profano. Su influencia fue tan fuerte que logró, incluso, convertir al Gran Demonio, el lobo, el causante de todos los males en el campo, en una especie apreciada, una joya de La Corona de la fauna ibérica y logró tumbar las Juntas de Extinción de Alimañas con la nueva Ley de Caza de 1970, que supuso el principio de la recuperación del lobo.
Pero cuando Félix estaba en la cima de su carrera, un trágico accidente aéreo en Alaska, el 14 de marzo de 1980, cuando filmaba una famosa carrera de trineos, truncó su vida dejando todo un país y toda una generación sumida en hondo dolor.
Carl Sagan y el Cosmos (1934 - 1996)
Si Cousteau y Félix nos mostraron las maravillas naturales de océanos y tierras, Carl Sagan fue el profeta del espacio y el Universo. Él nos hizo mirar al mismo tiempo al cielo y al interior de nosotros mismos, y nos descubrió la maravilla del Cosmos y su armonía matemática. Y, ante todo, nos inculcó a fuego a toda una generación el concepto de la Ciencia como único modo posible de conocer las complejidades del mundo y de los seres vivos. Un concepto que hoy ya no se da por sentado. Pero me estoy adelantando.
Carl Sagan nació en Brooklyn, Nueva York, en 1934 en el seno de una familia humilde de trabajadores de origen judío ruso. Desde niño Sagan mostró una curiosidad insaciable y una inclinación hacia los planetas y las estrellas, encaminando sus estudios directamente a lograr su objetivo: poder estudiar las maravillas del Universo. Así, en 1956 obtiene su título de Física en la Universidad de Chicago y se doctora en 1960 con su tesis: Estudio físico de los planetas.
Sagan no sólo encaminó su interés investigador en el campo de la Astrofísica, sino que desde bien jovencito se sintió fascinado por la posibilidad de que existiera vida extraterrestre. Su mente analítica e imaginativa no concebía que las condiciones que hicieron posible la Vida en la Tierra no existieran en algún otro lugar del Universo. Esta fijación sería, a la vez, su gloria y su perdición.
Entre 1963 y 1968 ejerció de profesor asociado en Harvard al tiempo que cimentaba una colaboración con la NASA como consultor en misiones espaciales que había iniciado en 1962 con la misión Mariner-2 a Venus. Pero su fijación en el campo de la vida extraterrestre y su negativa a especializarse en algún estrecho campo científico, que coartaba su visión general e integradora del Universo le cerró su camino hacia su ansiada Cátedra en Harvard. Sagan fue fichado entonces en 1970 por la más "liberal" Universidad de Cornell donde obtuvo el puesto de Profesor y director del Laboratorio de Estudios Planetarios donde pudo dar rienda suelta a sus investigaciones, al tiempo que continuaba su colaboración de consultor con la NASA.
Su faceta como investigador de posible vida extraterrestre, algo ciertamente inusual y extravagante, hizo que empezara a destacar hacia los medios de comunicación de masas. Mientras Cousteau se encontraba en la cima de su Mundo submarino y Félix, en España, estaba a punto de lanzar su El Hombre y la Tierra, Sagan se daba a conocer como comentarista científico en televisión dando a conocer los avances de los programas Mariner de exploración a Marte. Más aún. Cuando en 1972 se lanzó al espacio profundo la sonda Pioneer 10, Sagan insistió en que se incluyera el primer mensaje dirigido al espacio exterior, en forma de una placa de oro, logro que repetiría en 1977 al incluir un disco de oro conteniendo mensajes de la Humanidad en varios idiomas, además de sonidos de nuestro planeta en la sonda Voyager.
Sagan era ya un personaje conocido, mediático, y supo aprovechar su momento: escribió y dirigió una serie documental sobre el Universo y cómo la Humanidad logró conocerlo y entenderlo a través de la Ciencia. La serie, de 13 capítulos, y llamada Cosmos, se estrenó en 1980 en la Televisión pública de los EEUU y alcanzó una difusión de 500 millones de espectadores en 60 países. Carl Sagan se convirtió en un icono mundial y en el divulgador más importante del mundo en su campo.
El resto de su vida lo dedicó a escribir la versión literaria de su serie, y dar conferencias y clases en todo el mundo, transmitiendo al público llano la belleza de la Ciencia, sin olvidar su activismo pacifista: Sagan siempre se mostró contrario a la militarización del espacio y su preservación como espacio de paz. Falleció en 1996.
El secreto de su éxito.
¿Cuál fue el secreto del éxito de estos tres portentosos divulgadores?. Cierto es que se trataba de tres personalidades muy diferentes, pero todos ellos tenían algunas cosas en común.
En primer lugar, todos ellos "ejercieron" en un periodo de boom económico y bienestar en Occidente. Muchas personas salían de la pobreza y cada vez más personas podían permitirse comprar una televisión y disponer de un tiempo de ocio para dedicarlo a cultivar el intelecto. En aquella época, había prácticamente pleno empleo y éste era casi de por vida. Millones de personas, por resumírtelo, podían sentarse ante un televisor sin preocupaciones y aprender de un divulgador. Algo que no había sucedido nunca antes.
En segundo lugar, el apoyo de la televisión. En aquella época, la televisión era el Medio de Comunicación de Masas por excelencia. Fue la televisión la que cimentó su popularidad, introduciendo sus figuras en los hogares y haciéndolos inmediatamente populares. Pero también los libros: todos ellos, siguiendo a su popularidad televisiva, escribieron libros y publicaron enciclopedias en las que plasmaron sus conocimientos. Estos libros y enciclopedias son, hoy, un patrimonio valiosísimo en las bibliotecas.
En tercer lugar, y es bastante paradójico, ni Félix, ni Cousteau ni Sagan eran estrictos especialistas en las materias sobre las que divulgaban. Al menos, no en el sentido académico. Cousteau divulgaba en Oceanografía, pero era militar de formación. Félix divulgaba sobre fauna salvaje y antropología, pero era médico estomatólogo. Es verdad que Sagan sí era Doctor en Física, pero su obra es ecléctica: no sólo hablaba de los aspectos físicos del Universo, sino que también nos habló sobre el origen y evolución de la vida en él, sobre Historia y sobre la antropología cultural humana relacionada con el Cosmos. No, Sagan tampoco era un especialista académico sobre su campo de divulgación.
El no ser especialistas "oficiales" dio a estos tres hombres una forma de llegar al gran público que, tal vez, es más difícil para un especialista académico: un lenguaje llano, ejemplos y analogías y, sobre todo y por encima de todo, una pasión intensa que trascendía cada palabra y cada plano televisivo. No quiero decirte con esto, hija mía, que los especialistas académicos no tengan pasión sobre su objeto de estudio. El problema es que no saben transmitirla ni expresarla. Además, no te estoy diciendo ningún secreto si te aseguro que la Academia no sólo ha suscitado muchas vocaciones...desgraciadamente también ha destruido muchas vocaciones. Por eso Félix, Cousteau y Sagan pudieron evitar este inconveniente.
Y en cuarto lugar, una visión integradora de sus disciplinas. Cousteau, Félix y Sagan hablaron de los Océanos, de la Tierra y del Cosmos...y del Hombre. Supieron involucrar y relacionar el Universo y el Hombre, haciendo que el hombre de la calle, común y corriente, se identificara con estos conocimientos. Sus bellas metáforas y sus potentes imágenes literarias impactaron nuestros cerebros al tiempo que nos inculcaban conocimientos más profundos de lo que nos dábamos cuenta en ese momento.
¿Por qué su mensaje se ha dilapidado y desperdiciado hoy?
Entonces, ¿qué ha pasado?. Los niños y los jóvenes que se criaron a los pechos de estos tres enormes divulgadores son hoy los dirigentes políticos, económicos y sociales. ¿Por qué, entonces, el Planeta ha empeorado en lugar de mejorar?. La crisis planetaria, que estaba ya en sus comienzos cuando estaban en activo, y sobre la que nos advirtieron, se ha desatado. ¿Qué ha pasado, pues, con el mensaje de Félix, Cousteau o Sagan?. En mi opinión, varias cosas:
En primer lugar, un cambio social. Se ha pasado de una sociedad de pleno empleo y estabilidad laboral a una sociedad de elevado paro y precariedad laboral. Ahora, una persona media no tiene entre sus prioridades la divulgación científica, porque bastante tiene con no poder acceder a un trabajo digno ni una vivienda digna.
En segundo lugar, un descrédito social de la Ciencia y la Tecnología. Esta sociedad precarizada y con mayores desigualdades desconfía de la Ciencia en gran parte. De ahí que las pseudociencias vivan un periodo de esplendor, y por otro lado persiste el fenómeno (que no es nuevo en sí) de la politización de la ciencia por parte de determinados sectores políticos y sociales. Si en el siglo XVII la Iglesia obligó a Galileo a abjurar de sus investigaciones, hoy día se sigue linchando y acosando a científicos si sus afirmaciones chocan con la visión de estos grupos. Hoy día se nos hace tragar con todo tipo de afirmaciones "científicas" sin pruebas. Sagan decía: afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias.
En tercer lugar, una población cada vez más alejada de la Naturaleza y espoleada por unas multinacionales ávidas de vender y vender (por cierto, a una población cada vez más empobrecida....), ha desatado un consumismo atroz que está devorando nuestro planeta.
En cuarto lugar, las televisiones han retirado el apoyo a este tipo de divulgación. Desde el advenimiento de las televisiones privadas en España, se ha producido el fenómeno de la "telebasura", y las cadenas compiten a la baja, en lugar de competir en calidad, a lo que TVE se ha visto arrastrada. Por supuesto que se sigue haciendo divulgación en las televisiones, pero de perfil muy bajo.
Y en quinto lugar, falta de relevo en la labor de estos divulgadores. Cierto es que eran personalidades irrepetibles, pero eso no es excusa. Lo más parecido hoy es Sir David Attenborough, del cual soy verdadero fan, pero a su pulcritud y corrección británica tal vez le falta ese punch de pasión que le igualaría a los Más Grandes. Jane Goodall por su parte no ha cultivado la divulgación en esa dimensión, su perfil es más de investigadora y activista. Y, por último, Stephen Hawking fue un fenómeno relativamente tardío y breve y su faceta de divulgador de masas.
En fin, hija mía, aunque no es lo mismo, tienes sus obras en internet. Aprende de ellos. Reflexiona. Y, sobre todo, mantén la fe en la Ciencia como forma de explicar el mundo. Aunque te suponga la exclusión social.
En 1960 empieza a ejercer su especialidad de Estomatología en una clínica de Madrid sólo hasta darse cuenta que ninguna fuerza humana ni divina podía separarlo de su verdadera pasión: sus queridas aves y la Naturaleza. Se lanza a una carrera de cetrero que le abre puertas, por lo inusual y extraño de esa profesión medieval en la España desarrollista de Franco. Sus exhibiciones de cetrería suscitan el interés de la Prensa, primero, y de la televisión, después. En 1964 TVE le invita a participar en una breve intervención en el programa Fin de semana, para hablar de cetrería. Su presencia, su aplomo y su poderoso verbo florido causaron tal impresión que los televidentes inundaron TVE de cartas pidiendo más intervenciones de este hombre de otra época.
Se estableció así una colaboración con Televisión Española y con Radio Nacional de España que le lanzaría al estrellato y a la popularidad más allá de cualquier calenturienta imaginación. En una conversación personal, su biógrafo Benigno Varillas me indicó que su portentosa oratoria y su habilísima improvisación verbal tenían que ver con esa "infancia paleolítica" de Félix, en la que leía poco y escuchaba mucho esas historias de cazadores que se transmitían oralmente como en tiempos pasados, y esa "cultura oral" configura el cerebro y el habla de una manera muy distinta a como lo hace el cerebro de las personas que predominantemente leen o ven una pantalla de televisión.
"El Hombre y la Tierra" fue la principal serie documental de Félix Rodríguez de la Fuente |
Colabora en programas de televisión y en prensa escrita, y en 1970 inicia su serie documental Planeta azul, y en 1973 su programa de radio La aventura de la vida, que se emitirá hasta el momento mismo de su muerte. Pero su fama, ya internacional, se dispara con su obra maestra: El Hombre y la Tierra, que se emitió entre 1973 y 1980 distribuida en tres series, cronológicamente: "Serie venezolana", "Serie fauna ibérica" y "Serie canadiense".
Por no hablar de su famosísima Enciclopedia Salvat de la Fauna (1970 - 1973) entre muchas otras obras de todo tipo.
Félix logró cambiar la percepción social sobre el lobo |
Félix habló por primera vez al gran público sobre la fauna silvestre presentándola como un patrimonio cuya conservación y existencia eran indispensables para un correcto equilibrio ecológico, un concepto muy conocido en la Academia pero que no había llegado nunca al público profano. Su influencia fue tan fuerte que logró, incluso, convertir al Gran Demonio, el lobo, el causante de todos los males en el campo, en una especie apreciada, una joya de La Corona de la fauna ibérica y logró tumbar las Juntas de Extinción de Alimañas con la nueva Ley de Caza de 1970, que supuso el principio de la recuperación del lobo.
Pero cuando Félix estaba en la cima de su carrera, un trágico accidente aéreo en Alaska, el 14 de marzo de 1980, cuando filmaba una famosa carrera de trineos, truncó su vida dejando todo un país y toda una generación sumida en hondo dolor.
Carl Sagan y el Cosmos (1934 - 1996)
Si Cousteau y Félix nos mostraron las maravillas naturales de océanos y tierras, Carl Sagan fue el profeta del espacio y el Universo. Él nos hizo mirar al mismo tiempo al cielo y al interior de nosotros mismos, y nos descubrió la maravilla del Cosmos y su armonía matemática. Y, ante todo, nos inculcó a fuego a toda una generación el concepto de la Ciencia como único modo posible de conocer las complejidades del mundo y de los seres vivos. Un concepto que hoy ya no se da por sentado. Pero me estoy adelantando.
Carl Sagan fue el gran divulgador de la Astrofísica |
Carl Sagan nació en Brooklyn, Nueva York, en 1934 en el seno de una familia humilde de trabajadores de origen judío ruso. Desde niño Sagan mostró una curiosidad insaciable y una inclinación hacia los planetas y las estrellas, encaminando sus estudios directamente a lograr su objetivo: poder estudiar las maravillas del Universo. Así, en 1956 obtiene su título de Física en la Universidad de Chicago y se doctora en 1960 con su tesis: Estudio físico de los planetas.
Sagan no sólo encaminó su interés investigador en el campo de la Astrofísica, sino que desde bien jovencito se sintió fascinado por la posibilidad de que existiera vida extraterrestre. Su mente analítica e imaginativa no concebía que las condiciones que hicieron posible la Vida en la Tierra no existieran en algún otro lugar del Universo. Esta fijación sería, a la vez, su gloria y su perdición.
Entre 1963 y 1968 ejerció de profesor asociado en Harvard al tiempo que cimentaba una colaboración con la NASA como consultor en misiones espaciales que había iniciado en 1962 con la misión Mariner-2 a Venus. Pero su fijación en el campo de la vida extraterrestre y su negativa a especializarse en algún estrecho campo científico, que coartaba su visión general e integradora del Universo le cerró su camino hacia su ansiada Cátedra en Harvard. Sagan fue fichado entonces en 1970 por la más "liberal" Universidad de Cornell donde obtuvo el puesto de Profesor y director del Laboratorio de Estudios Planetarios donde pudo dar rienda suelta a sus investigaciones, al tiempo que continuaba su colaboración de consultor con la NASA.
"Cosmos", en versión documental y libro, fue la gran aportación divulgativa de Carl Sagan |
Su faceta como investigador de posible vida extraterrestre, algo ciertamente inusual y extravagante, hizo que empezara a destacar hacia los medios de comunicación de masas. Mientras Cousteau se encontraba en la cima de su Mundo submarino y Félix, en España, estaba a punto de lanzar su El Hombre y la Tierra, Sagan se daba a conocer como comentarista científico en televisión dando a conocer los avances de los programas Mariner de exploración a Marte. Más aún. Cuando en 1972 se lanzó al espacio profundo la sonda Pioneer 10, Sagan insistió en que se incluyera el primer mensaje dirigido al espacio exterior, en forma de una placa de oro, logro que repetiría en 1977 al incluir un disco de oro conteniendo mensajes de la Humanidad en varios idiomas, además de sonidos de nuestro planeta en la sonda Voyager.
Sagan era ya un personaje conocido, mediático, y supo aprovechar su momento: escribió y dirigió una serie documental sobre el Universo y cómo la Humanidad logró conocerlo y entenderlo a través de la Ciencia. La serie, de 13 capítulos, y llamada Cosmos, se estrenó en 1980 en la Televisión pública de los EEUU y alcanzó una difusión de 500 millones de espectadores en 60 países. Carl Sagan se convirtió en un icono mundial y en el divulgador más importante del mundo en su campo.
El resto de su vida lo dedicó a escribir la versión literaria de su serie, y dar conferencias y clases en todo el mundo, transmitiendo al público llano la belleza de la Ciencia, sin olvidar su activismo pacifista: Sagan siempre se mostró contrario a la militarización del espacio y su preservación como espacio de paz. Falleció en 1996.
El secreto de su éxito.
¿Cuál fue el secreto del éxito de estos tres portentosos divulgadores?. Cierto es que se trataba de tres personalidades muy diferentes, pero todos ellos tenían algunas cosas en común.
En primer lugar, todos ellos "ejercieron" en un periodo de boom económico y bienestar en Occidente. Muchas personas salían de la pobreza y cada vez más personas podían permitirse comprar una televisión y disponer de un tiempo de ocio para dedicarlo a cultivar el intelecto. En aquella época, había prácticamente pleno empleo y éste era casi de por vida. Millones de personas, por resumírtelo, podían sentarse ante un televisor sin preocupaciones y aprender de un divulgador. Algo que no había sucedido nunca antes.
La presencia televisiva fue clave en la labor de los grandes divulgadores |
En segundo lugar, el apoyo de la televisión. En aquella época, la televisión era el Medio de Comunicación de Masas por excelencia. Fue la televisión la que cimentó su popularidad, introduciendo sus figuras en los hogares y haciéndolos inmediatamente populares. Pero también los libros: todos ellos, siguiendo a su popularidad televisiva, escribieron libros y publicaron enciclopedias en las que plasmaron sus conocimientos. Estos libros y enciclopedias son, hoy, un patrimonio valiosísimo en las bibliotecas.
En tercer lugar, y es bastante paradójico, ni Félix, ni Cousteau ni Sagan eran estrictos especialistas en las materias sobre las que divulgaban. Al menos, no en el sentido académico. Cousteau divulgaba en Oceanografía, pero era militar de formación. Félix divulgaba sobre fauna salvaje y antropología, pero era médico estomatólogo. Es verdad que Sagan sí era Doctor en Física, pero su obra es ecléctica: no sólo hablaba de los aspectos físicos del Universo, sino que también nos habló sobre el origen y evolución de la vida en él, sobre Historia y sobre la antropología cultural humana relacionada con el Cosmos. No, Sagan tampoco era un especialista académico sobre su campo de divulgación.
El no ser especialistas "oficiales" dio a estos tres hombres una forma de llegar al gran público que, tal vez, es más difícil para un especialista académico: un lenguaje llano, ejemplos y analogías y, sobre todo y por encima de todo, una pasión intensa que trascendía cada palabra y cada plano televisivo. No quiero decirte con esto, hija mía, que los especialistas académicos no tengan pasión sobre su objeto de estudio. El problema es que no saben transmitirla ni expresarla. Además, no te estoy diciendo ningún secreto si te aseguro que la Academia no sólo ha suscitado muchas vocaciones...desgraciadamente también ha destruido muchas vocaciones. Por eso Félix, Cousteau y Sagan pudieron evitar este inconveniente.
Y en cuarto lugar, una visión integradora de sus disciplinas. Cousteau, Félix y Sagan hablaron de los Océanos, de la Tierra y del Cosmos...y del Hombre. Supieron involucrar y relacionar el Universo y el Hombre, haciendo que el hombre de la calle, común y corriente, se identificara con estos conocimientos. Sus bellas metáforas y sus potentes imágenes literarias impactaron nuestros cerebros al tiempo que nos inculcaban conocimientos más profundos de lo que nos dábamos cuenta en ese momento.
¿Por qué su mensaje se ha dilapidado y desperdiciado hoy?
Entonces, ¿qué ha pasado?. Los niños y los jóvenes que se criaron a los pechos de estos tres enormes divulgadores son hoy los dirigentes políticos, económicos y sociales. ¿Por qué, entonces, el Planeta ha empeorado en lugar de mejorar?. La crisis planetaria, que estaba ya en sus comienzos cuando estaban en activo, y sobre la que nos advirtieron, se ha desatado. ¿Qué ha pasado, pues, con el mensaje de Félix, Cousteau o Sagan?. En mi opinión, varias cosas:
En primer lugar, un cambio social. Se ha pasado de una sociedad de pleno empleo y estabilidad laboral a una sociedad de elevado paro y precariedad laboral. Ahora, una persona media no tiene entre sus prioridades la divulgación científica, porque bastante tiene con no poder acceder a un trabajo digno ni una vivienda digna.
En segundo lugar, un descrédito social de la Ciencia y la Tecnología. Esta sociedad precarizada y con mayores desigualdades desconfía de la Ciencia en gran parte. De ahí que las pseudociencias vivan un periodo de esplendor, y por otro lado persiste el fenómeno (que no es nuevo en sí) de la politización de la ciencia por parte de determinados sectores políticos y sociales. Si en el siglo XVII la Iglesia obligó a Galileo a abjurar de sus investigaciones, hoy día se sigue linchando y acosando a científicos si sus afirmaciones chocan con la visión de estos grupos. Hoy día se nos hace tragar con todo tipo de afirmaciones "científicas" sin pruebas. Sagan decía: afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias.
En tercer lugar, una población cada vez más alejada de la Naturaleza y espoleada por unas multinacionales ávidas de vender y vender (por cierto, a una población cada vez más empobrecida....), ha desatado un consumismo atroz que está devorando nuestro planeta.
En cuarto lugar, las televisiones han retirado el apoyo a este tipo de divulgación. Desde el advenimiento de las televisiones privadas en España, se ha producido el fenómeno de la "telebasura", y las cadenas compiten a la baja, en lugar de competir en calidad, a lo que TVE se ha visto arrastrada. Por supuesto que se sigue haciendo divulgación en las televisiones, pero de perfil muy bajo.
Y en quinto lugar, falta de relevo en la labor de estos divulgadores. Cierto es que eran personalidades irrepetibles, pero eso no es excusa. Lo más parecido hoy es Sir David Attenborough, del cual soy verdadero fan, pero a su pulcritud y corrección británica tal vez le falta ese punch de pasión que le igualaría a los Más Grandes. Jane Goodall por su parte no ha cultivado la divulgación en esa dimensión, su perfil es más de investigadora y activista. Y, por último, Stephen Hawking fue un fenómeno relativamente tardío y breve y su faceta de divulgador de masas.
En fin, hija mía, aunque no es lo mismo, tienes sus obras en internet. Aprende de ellos. Reflexiona. Y, sobre todo, mantén la fe en la Ciencia como forma de explicar el mundo. Aunque te suponga la exclusión social.
Increíble y genial entrada. Si bien es cierto que actualmente no se promociona la ciencia en televisión, también es cierto que hoy en día el modo de llegar sobre todo a los más jóvenes es mediante otro tipo de redes de comunicación, sobre todo Youtube. Y es precisamente en esta plataforma en la que grandes divulgadores, como QuantumFracture y CdeCiencia, llegan de una manera muy cercana a mucho público. Obviamente, no llegan a tal impacto social porque la sociedad no está interesada en la ciencia, y también creo que faltan divulgadores de las ramas de biología. Coincido contigo completamente en que algo está fallando en la comunicación ciencia-sociedad, y es tarea de la ciencia no desligarse y aislarse de su contexto.
ResponderEliminarKate Beckinsale es muy guapa.
ResponderEliminarLa verdad es que eran tres "craks" cargados de carisma a rebosar.Aquellos tiempos,los 70 y los 80,eran bastante diferentes a ahora y es muy complicado comparar ambas épocas.Lo de Félix fue un palo descomunal,mi madre me lo dijo desayunando para marchar yo a séptimo de EGB.El comandante Cousteau rebosaba pasión, experiencia y dedicación.La serie "Cosmos",de Carl Sagan se emitió en el verano de 1982,a la hora de cenar.Gusto mucho desde el principio y la gente aprendió a distinguir una galaxia de un sistema solar.Es cierto que no parece haber equivalentes en el tiempo actual pero también el mundo es muy distinto.Yo percibo una inquietante neofilia (amor desmedido por el "progreso",sin cuestionar ni sopesar nada más).Parece incluso como si estuviéramos todos "fritos" en dejar de ser,en dejar de existir tal cuál somos.Hay filósofos que sostienen que,en apenas siglo y medio,no habrá humanos,sino algo "post".O sea,que estamos chalados queriendo "dejar de ser". Todo por un "progreso contra el que no se puede estar". Alberigo CARACCIOLA.Los Boliches MÁLAGA).
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