El uro, los nazis y la nostalgia de una Europa que fue.

Querida hija:

Pocos animales extinguidos han sido mitificados como el uro en Europa. Incluso cuando yo era niño dudaba de su existencia, parecía ser un mítico antecesor del ganado doméstico, una criatura mitológica escondida en las brumas donde lo irreal se junta con lo real. Pero resulta que el uro sí existía, y en nuestro continente se convirtió en un símbolo de aquella Megafauna que una vez dominó los bosques y praderas de Europa. Hasta tal punto, que existieron y existen proyectos para resucitarlo de entre los muertos. ¿Qué hay detrás de todos ellos? ¿quién fue el uro?

Uro (Velizar Simeonovski)

El último toro salvaje

El uro (Bos primigenius) fue un toro salvaje. De hecho, el último toro salvaje que vivió en la Región Paleártica y también en India, si bien en el subcontinente indio sobreviven otras especies de toros salvajes como el gaur.

Durante el Plioceno se extienden por el mundo las plantas herbáceas, que forman pastos. Surgen entonces los grandes mamíferos herbívoros, que experimentan una edad de oro. En India surge un toro salvaje, Bos acutifrons, que se cree fue el antecesor del uro, que aparece efectivamente hace entre 2 y 1,5 millones de años en India. Desde allí, a lo largo del Pleistoceno el uro se va a extender hacia el Oeste: Oriente Medio, Norte de África y Europa, adonde llega hace unos 270.000 años.

Distribución del uro. Morado: eurasiático, Amarillo: africano, Naranja: indio

Se reconocen tres subespecies del uro:

- Uro indio: Bos primigenius namadicus (India)
- Uro africano: B. p. africanus (N. de África)
- Uro euroasiático: B. p. primigenius (Eurasia)

Durante el comienzo del Holoceno el uro va a alcanzar el máximo de su distribución: desde Europa (excepto Irlanda y el N. de Escandinavia) hasta China a lo largo de todo el Paleártico con un límite norteño a lo largo aproximadamente del paralelo 60º N, más o menos en el límite del bosque boreal con el bosque mixto conífero/deciduo. Al Sur llega al Norte de África, así como en India. En este área, el uro va a convivir y a competir con otros grandes herbívoros: el mamut lanudo, el rinoceronte lanudo, el caballo o el bisonte de estepa.

A lo largo de las glaciaciones, el Uro europeo se va a refugiar en el área mediterránea durante los picos glaciales, para recolonizar el norte cuando los hielos se retiraban. El uro será uno de los pocos herbívoros que sobrevivirá a la Extinción del límite Pleistoceno/Holoceno y encontrará su sitio junto a los herbívoros modernos de tierras bajas: reno, alce, ciervo, corzo y gamo. Recientes estudios, incluso, revelan que el actual bisonte europeo, el único bovino salvaje que lo acompañaba, sería en realidad un híbrido entre el uro y el bisonte de estepa.

Cabezas de bisonte (izquierda) y uros (derecha) en la Cueva de Chauvet, Francia

Desde el primer momento, los humanos cazaron uros para aprovisionarse de su carne y para usar su piel y sus huesos. El uro es uno de los animales representados en las pinturas rupestres del Paleolítico, como por ejemplo en Lascaux o Chauvet.

Pero la importancia histórica y cultural del uro surge desde el momento en que los humanos lo domestican dando origen al ganado bovino doméstico, lo que marca el comienzo de su desaparición como especie salvaje. Más adelante te daré los detalles sobre esta domesticación pero ya te adelanto que hubo dos eventos independientes de domesticación hace entre 12.000 y 8.000 años: uno en India, donde la subespecie india dio origen al ganado cebuino, o sea, los cebúes, con joroba, y el otro en Oriente Medio donde la subespecie eurasiática dio origen al ganado taurino, esto es, sin joroba.

El uro es el antecesor del ganado vacuno doméstico

A partir del Neolítico, pues, la suerte del uro está echada: la triple amenaza de la domesticación, de la caza y de la desaparición de su hábitat natural funciona como una trituradora de uros: la primera subespecie en desaparecer fue la india, cuyos restos más recientes datan de 1.800 años antes de Cristo. En algún momento de la Edad Media se supone que desapareció la subespecie africana, y para el siglo XIII en Europa ya quedaba relegado a Europa oriental: Polonia, Lituania, Moldavia, Prusia Oriental, Bulgaria y Transilvania, donde su caza se convirtió en monopolio de la realeza.

Finalmente, los últimos uros europeos quedaron reducidos a un puñado de ejemplares en los bosques polacos de Jaktorów y Witkiski, propiedad de la Monarquía polaca desde 1476 y donde sólo los Reyes polacos tenían derecho a cazarlos. Paradójicamente, estos últimos uros eran animales salvajes sólo sobre el papel, dado que eran cuidados activamente por los guardabosques del Rey, que los alimentaban en invierno con heno cuando la nieve les quitaba la posibilidad de alimentarse de forma natural. En 1564 se censaron 38 ejemplares, que caen a 24 en 1566 y los últimos 5 animales en 1602, que ni siquiera fueron dejados en paz: en los años siguientes se cazaron 4 machos y la única hembra superviviente, última de su especie, murió por causas naturales en 1627.

Grabado que representa la matanza de un uro. Conrad Gessner, Historia animalium, 1560

Una especie desaparece, y nace la leyenda.

¿Cómo era el uro?

Bien, ¿cómo era este toro salvaje paleártico?. Para saberlo disponemos de información de varias fuentes:

En primer lugar, el registro fósil. Se han encontrado esqueletos y restos fósiles de uro por toda su área de distribución, y especialmente el esqueleto conocido como el "uro de Vig", que data de hace 10.000 años,encontrado en Dinamarca en 1905, y expuesto en el Museo Nacional de Dinamarca. Por cierto, otro esqueleto de uro danés bien preservado fue encontrado en el Pantano de Prejlerup en 1983, con inequívocos restos de haber sido acribillado a flechazos.

Esqueleto del uro de Vig. Museo Nacional de Dinamarca, Copenhague

En segundo lugar, los testimonios de la Antigüedad clásica como Plinio, que señalaba su presencia en Germania junto con el bisonte, y ya advertía de que la gente "ignorante" los confundía, o Julio César que, en su Guerra de las Galias, acuña por primera vez el nombre "uro" que era el que le daban las tribus helvecias, németes y ráuracos: "...existe un tercer género que llaman uro, poco más pequeño que el elefante, del color y la forma del toro..."

En tercer lugar, la descripción del naturalista suizo del siglo XVII Anton Schneeberger que en 1602 escribe una carta al famoso naturalista Conrad Gessner en la que da información sobre su color, que Gessner recogerá en su famosa Historia animalium.

En cuarto lugar, la ilustración que Sigismund von Herberstein publicó en su libro de 1556, con la curiosa inscripción en latín: "Urus sum, Polonis tur, Germanis aurox, ignari Bisontis namen dederant", que significa: "soy el uro, en Polonia toro, en Alemania auroch, los tontos me llaman bisonte", advirtiendo una vez más sobre la confusión que el vulgo tenía con ambas especies.

Uro de Herberstein

Y finalmente también la ilustración de Charles Hamilton Smith (1776 - 1859) publicada en 1826 en su libro Animal Kingdom que, si bien no fue contemporáneo del uro como lo fue Herberstein, afirmó que hizo su ilustración a partir de un grabado comprado a un anticuario de Augsburgo, que sí era contemporáneo del uro, pues databa del primer cuarto del siglo XVI y sí fue tomada de un uro al natural. Este llamado "uro de Augsburgo" es la más detallada y anatómica descripción gráfica que se conserva de un uro. Según el Blog Breedingback.blogspot.com, este uro "modelo" pudo ser uno de los 5 que se exhibieron en Núremberg en 1501.

Uro de Hamilton

El uro, según toda esta información, era uno de los mayores herbívoros de Europa, alcanzando los machos una altura a la cruz de entre 150 y 180 cm, y las hembras entre 135 y 155 cm, estimándose un peso para los machos de entre 700 y 1.000 kg. Su capa oscilaba entre el avellana y el negro grisáceo aunque las vacas conservaban un tono rojizo. Todos los testimonios coinciden en que existía una banda de color amarillento que recorría el dorso del animal, y una mata de pelo en la frente, entre los cuernos.

Reconstrucción del aspecto del uro a partir de un esqueleto macho de Lund (Suecia) y uno hembra de Cambridge (Reino Unido)

Los cuernos eran muy característicos e inconfundibles con otros bovinos salvajes. Con una longitud de 107 cm máximo en los machos y unos 80 cm en las hembras, los cuernos arrancaban hacia afuera para torcer luego hacia adelante y posteriormente, siguiendo una curvatura en forma de "lira", formando un ángulo de 60% con la frente, desarrollándose hacia dentro y hacia arriba. El rostro era alargado y con forma triangular, y con los ojos pequeños y salientes, muy diferente del ganado doméstico, que ha conservado rasgos "neoténicos" (juveniles) con rostro corto y masivo, y ojos grandes.

Restauración cabeza de uro desde un cráneo de Berlín. Revista Life

Su figura también era muy diferente de sus descendientes domésticos: sus patas eran más alargadas y esbeltas que los bovinos domésticos, bien adaptadas a marchar por el campo, la espalda un poco jorobada por el gran desarrollo de las espinas cervicales, y en general un "tren delantero" más desarrollado y potente que el tren trasero del animal.

Su temperamento, coinciden los testimonios, era el de un animal fiero pero una fiereza "natural": como cualquier otro bovino salvaje, no atacaba sin sentirse amenazado o presionado, y evitaba la confrontación con los humanos siempre que era posible.

Existe una cierta controversia sobre qué hábitat y alimentación seguía el uro. Más adelante veremos por qué. Pero lo cierto es que los estudios de palinología (pólenes) y de insectos fósiles asociados a los restos de uros nos indican que, al menos en Europa Central y Occidental, el uro era un habitante de los bosques pero con querencia hacia las áreas semi-abiertas que creaban los pantanos y las orillas de los ríos, más o menos inundables, donde se movían en manadas de sexos separados: machos por un lado y hembras con los terneros por el otro. Ambos sexos se juntaban en la época de celo (verano o comienzos del otoño), naciendo los terneros en primavera.

Bosques como éste debieron ser el hábitat original del uro

El uro no era un animal estrictamente pastador, puesto que en otoño podía aprovechar las bellotas y los hayucos, y en invierno era capaz de ramonear en matorrales y árboles.

En fin hija mía, ya sabes todo lo que tienes que saber sobre el uro. Lo que sucedió después fue que el uro se fue convirtiendo en un animal mítico y añorado. ¿Por qué?. A los toros salvajes les sucede, caso único entre los herbívoros, algo muy parecido a los grandes carnívoros como el lobo, el león o el tigre: son animales que crean una mística a su alrededor porque se convirtieron en símbolos de fuerza, nobleza, fiereza y Poder de la Naturaleza. Además, a partir de 1627 Europa se convirtió en el único continente (salvo Sudamérica y Australia) en carecer de un gran bovino salvaje, toda vez que el propio bisonte europeo se convirtió también en un proscrito cada vez más escaso que, finalmente, fue exterminado en 1919 en estado salvaje. El uro nunca dejó de ser un fantasma que recorría una Europa cada vez más devorada por el "progreso" y la desnaturalización.

Pero el bisonte europeo conservaba ejemplares cautivos en zoológicos, a partir de los cuales se fue recuperando la especie y reintroduciéndose en libertad. El uro estaba exterminado y no se podía hacer nada al respecto.

¿Nada?

En 1920 dos hermanos alemanes pensaron que sí se podía hacer algo. Y empezó así una de las historias más turbias del "conservacionismo" en Europa. Objetivo: resucitar al uro de entre los muertos.

El uro y la ensoñación nazi.

Si escarbas un poco por ahí, verás ciertas informaciones que no son del todo exactas. Se habla del uro como la "vaca gigante de los nazis", y suele decirse que el proyecto de "desextinción" del uro fue iniciativa del régimen nazi. En realidad no es exacto, o no está bien narrado, y voy a contarte aquí la verdadera historia.

Los hermanos Lutz y Heinz Heck, junto a su padre Ludwig

En 1921 los hermanos Lutz y Heinz Heck concibieron la idea de "resucitar" el uro. Ambos hermanos eran zoólogos y directores, respectivamente, de los zoológicos de Berlín y Munich, respectivamente. Era una especie de dinastía de zoólogos, puesto que el padre de ambos, a su vez, también dirigió el zoo de Berlín. La teoría era sencilla: si el ganado vacuno doméstico era el descendiente del uro, entonces los genes del uro están "vivos" dentro de los vacunos domésticos y "sólo" es cuestión de ir seleccionando en las razas existentes aquellos caracteres que se parecían a los presentes en los uros extintos, hasta lograr un vacuno con la misma apariencia externa que el uro.

En 1921, el Partido Nazi estaba en mantillas y nada tuvieron que ver con este proyecto. Pero el mismo hecho de que los Heck lo concibieran era, a su vez, un producto de la ideología nacionalista que todavía imperaba en amplios sectores de Alemania. Una Alemania miserable y humillada por el Tratado de Versalles y carcomida por las guerras callejeras de la República de Weimar entre nacionalistas y comunistas soñaba con su pasada grandeza.

Guerrero lobo germánico (Siglo IV). Dibujo: Johnny Shumate

En la mente de los Heck se evocaban aquellos impenetrables bosques a los que el pueblo alemán está tan ligado espiritualmente. Recordaban las crónicas romanas que hablaban de los viriles cazadores germánicos que acometían a los uros únicamente armados con lanzas. Y no sólo eso. No era sólo el uro. También el tarpán, mítico también caballo salvaje, los alces, los majestuosos ciervos, los altivos bisontes...para estos nacionalistas, si Alemania debía ser regenerada, también había que "regenerar" su Naturaleza, regresando a aquellos bosques primigenios habitados por bestias salvajes que insuflasen "vigor" en esa fauna "degenerada" y domesticada que pululaba por los bosques alemanes de la época.

Era la "fauna germánica".

Ganado de Heck. Descendientes de los "uros" concebidos por los Heck

Por ello, Lutz y Heinz trabajaron separadamente viajando por toda Europa y tratando de seleccionar las razas, según ellos, más "puras" y "primitivas" para seleccionar de entre ellas los caracteres que el "abuelo" uro había diseminado entre su descendencia doméstica. Finalmente los Heck trabajaron con las siguientes razas:

- Gris húngara
- Highland escocesa
- Corsa
- Murnau-Werdenfels
- Angeln
- Pezuña negra alemana
- White Park británica
- Marrón suiza

Finalmente, en 1932 nació "Glachi", un ternero 75% corso, y un 25% suma de Gris, Angeln y Highland. Pero aunque externamente se vendió como un éxito, en realidad los Heck sabían que tenían que seguir trabajando, porque estos "uros de Heck" no se parecían demasiado al uro idealizado que tenían en mente. En primer lugar, el tamaño y vigor eran menores de los que se suponía tenía el uro. Debes tener en cuenta que todos los animales domésticos siempre pierden tamaño en relación con sus agriotipos salvajes. Desde la domesticación del uro, las sucesivas razas vacunas fueron disminuyendo de tamaño hasta la Edad Media. Luego se recuperó algo el tamaño pero nunca se alcanzó el tamaño de los uros salvajes.

En 1933, el Partido Nazi llega al Poder y Lutz, simpatizante y miembro patrocinador de las SS, comprende que es su oportunidad para continuar trabajando. Y decide embarcar a los jerarcas nazis en su proyecto. Cultiva la amistad de Hermann Goering, que era un reconocido cazador que sería nombrado "Montero Mayor" del Reich. Consigue, sin dificultad, que tanto Goering como Himmler financien su programa de "uro reconstituido" y logra fascinar a los nazis con su visión de reservas naturales alemanas pobladas de los antiguos megaherbívoros que puedan ser cazados por los nuevos "guerreros arios", los nazis.

Lutz Heck (izq.) y Hermann Goering (dcha.) observando una maqueta del Bosque de Bialowieza

En 1937 se celebra en Berlín una Exhibición Internacional de Caza. En ella, se expone una maqueta del Bosque de Bialowieza, en Polonia, uno de los últimos bosques primarios de Europa donde aún vagaban lobos, linces, osos y ciervos, y donde hasta hacía poco habían vagado los últimos bisontes europeos en libertad. Lutz soñaba con convertir Bialowieza en un coto de caza para Goering, poblado de su mítica "fauna germánica".

Finalmente en 1938 los "uros de Heck" estuvieron listos para ser soltados en el coto de caza privado de Goering, Carinhall, una amplia finca de caza situada en el bosque de Schorfheide, al Noroeste de Berlín. Allí empezó a trabajar también en el "tarpán reconstituido". Pero el sueño de la razón produce monstruos, y los uros de Heck desataron en Carinhall un reinado de terror.

Porque estos uros eran tremendamente agresivos, y atacaban a las personas sin mediar provocación, lo que no deja de ser un comportamiento antinatural. Por otro lado, le hacían la competencia a los ciervos, quitándoles la comida. Goering empezó a estar incómodo con semejantes engendros en su finca. Pero en 1939 llegó la oportunidad que tanto ansiaba Heck: el Imperio Nazi invade Polonia, dando comienzo a la Segunda Guerra Mundial. Al comienzo, Bialowieza cayó del lado que los soviéticos habían, a su vez, anexionado de Polonia. Pero en el verano de 1941 Alemania ataca también a la Unión Soviética, y el Bosque de Bialowieza es ocupado por los nazis.

Refugiados huyendo del Bosque de Bialowieza. 1941

Una vez en la retaguardia, Heck organizó la limpieza étnica del Bosque. La Policía de Seguridad del Reich quema 34 aldeas entre julio y agosto de 1941, deportando y/o asesinando a 7.000 campesinos. El mítico Bosque de Bialowieza tenía que reservarse para la "fauna germánica" privilegio de los nuevos dioses nibelungos. Dicho y hecho: los molestos uros de Heck fueron trasladados a Bialowieza y soltados allí.

El problema es que los nazis nunca llegaron a controlar por completo el Bosque, y los partisanos polacos, judíos, bielorrusos y soviéticos pululaban por la selva impenetrable, haciendo la vida de los nazis una pesadilla. Cuando los hados de la guerra, a su vez, cambiaron, y los nazis perdieron Bialowieza y toda Polonia, aquéllos uros desaparecieron en la noche y niebla de lo desconocido, devorados por soldados y civiles hambrientos, o sencillamente "ejecutados" por ser un símbolo de aquella odiada "fauna germánica".

Tras la guerra, se consideró que los Heck no habían cometido crímenes algunos, considerándoles meros simpatizantes del régimen nazi. Terminaron sus días en 1982 (Heinz) y 1983 (Lutz). Tal vez vieron cómo su proyecto de "resucitar" al uro volvía a la luz, esta vez desde Holanda.

Rewilding y Proyecto Tauros: ¿vuelta a las andadas?

Tal vez te sorprenda saber que este proyecto de "resucitar" en cierto modo al uro vuelva a la vida. Si lo hicieron una vez los nazis, entonces debe ser malo, ¿no?. Bueno, hay que puntualizar. También los nazis popularizaron el Volkswagen y las autopistas, y no por eso hemos abominado de ellos hoy día. Pero antes de hablarte del Proyecto Tauros y sus diferencias con el proyecto de los Heck, primero debes entender qué es lo que salió mal en el proyecto Heck y por qué. Y también debes entender cuáles son las relaciones exactas entre los uros y el ganado bovino doméstico actual.

El proyecto del uro de Heck salió mal porque tuvo en cuenta únicamente los aspectos externos de la morfología del uro, el fenotipo, en lugar de tener en cuenta el genoma interno, el genotipo. Externamente los "uros de Heck" tenían un cierto parecido con el uro en la forma de los cuernos y en el color de la capa, pero ni la figura, ni el tamaño, ni el carácter eran los del uro. Genéticamente el "uro de Heck" no estaba más cerca del uro auténtico que cualquier vaca doméstica. Los "uros" de Heck siguen existiendo hoy día, pero ahora se conocen oficialmente como "ganado de Heck" o "vacuno de Heck" para evitar confusiones con el auténtico uro.

Árbol filogenético que representa los principales haplogrupos del ganado doméstico y del uro

Para entender la relación entre uros y ganado bovino, tienes que viajar de nuevo al pasado pero examinaremos ese pasado usando las modernas herramientas de análisis molecular, especialmente usando el ADN mitocondrial, que se hereda por vía materna y nos permite trazar la historia de una población determinada.

Como te expliqué antes, el uro fue domesticado separadamente en Oriente Medio, donde se dio origen al ganado taurino, y en India, donde se dio origen al ganado cebuino. Centremos nuestra atención, pues, en Oriente Medio. Cuando se produce la domesticación en esa zona hacia el 8.800 a 8.300 A.C, el ganado bovino se extenderá durante los siguientes milenios hacia Europa siguiendo dos rutas: la ruta balcánico-danubiana y la ruta del Mediterráneo. Sabemos que este evento de domesticación se produce en Asia Sudoccidental porque allí se ha detectado la mayor diversidad genética del ganado taurino al detectarse cuatro haplogrupos denominados T, T1, T2 y T3.

Red filogenética de 256 secuencias de ADN bovinas

Para entender qué es un haplogrupo, debes entender que un gen puede tener una cierta variación de un individuo a otro, por tener sus secuencias de ADN ligeramente diferentes. Cada una de estas formas alternativas de una secuencia de ADN se llama alelo. Y puede haber un determinado grupo de individuos (una "población") que tiene los mismos alelos: es decir, forman un haplotipo. Un haplogrupo, pues, es un grupo de individuos de un mismo haplotipo. Cuanto más antigua es una población, más diversa genéticamente es y esto se expresa en un mayor número de haplogrupos. Por eso sabemos que fue en Asia sudoccidental donde se produjo la domesticación del ganado taurino.

Pues bien, el haplogrupo más corriente (de largo) en el ganado bovino europeo es el T3, presente en la primera domesticación taurina, y que también está presente en restos de ganado bovino neolítico. Sin embargo, los uros europeos pertenecen a un haplogrupo completamente diferente, que los especialistas llaman P (la secuenciación del ADN del uro se realizó por primera vez en 2010 en Irlanda) Por eso podemos deducir que el Uro europeo no es el antecesor del ganado doméstico europeo. Es verdad que el uro de Oriente Medio pertenece a la misma subespecie que el uro que vivió en Europa, pero son poblaciones genéticamente diferenciadas.

Rutas de difusión del ganado vacuno en Europa, con distribución de los haplogrupos 

Ahora bien, se supone que los primeros ganaderos europeos reforzaron sus rebaños con aportes de uro, porque en el genoma de parte de las razas bovinas europeas se encuentra parte de ese haplogrupo P, lo que indica una "introgresión" de genes de uro en el ganado doméstico europeo que, como ya sabes, proviene de Oriente Medio. Por cierto, el haplogrupo T1 se extendió especialmente por África y se convirtió en un "indicador" de origen africano bovino (aunque en última instancia proviene también de Oriente Medio). En parte del ganado bovino ibérico se encuentra un porcentaje de haplogrupo T1, que complementa el mayoritario T3, e indica las relaciones históricas y geográficas que han existido entre nuestra Península y el cercanísimo Magreb.

De hecho, se hizo la secuencia de ADN del toro de lidia, encontrándose nada menos que un 17% de haplogrupo T1, lo que indica una fuerte influencia africana en su origen. El T3 es predominante en un 81% y existe en los toros de lidia presencia del haplogrupo P (uro europeo), más concretamente muy relacionado con uros italianos. En el toro de lidia, pues, se resume la historia del ganado taurino europeo: mediterráneo y africano.

¿Qué se está haciendo entonces hoy día para "resucitar" al uro?

Principales razas bovinas usadas en el Proyecto Tauros

En primer lugar, no se está resucitando. Lo que se hace hoy día es "lograr" un bovino salvaje que desempeñe un papel ecológico equivalente al que realizaba el uro, pero se intenta que este bovino sea lo más parecido genéticamente posible al uro original. El enfoque ha cambiado mucho desde la visión de los Heck, muy ideologizada. Después de los años 1990, en los que se "mejoró" el ganado de Heck cruzándolo con razas europeas más primitivas, finalmente se lanza el Proyecto Tauros desde la Dutch Tauros Foundation, desde 2011 en colaboración con Rewilding Europe y ARK Natuur. Lo que se hizo fue seleccionar las razas vacunas actuales candidatas para su cruzamiento usando el conocimiento genético que te he explicado más arriba, buscando aquellas razas más "primitivas", esto es, más cercanas al uro (o menos lejanas). Y se hizo un ranking de las razas estudiadas.

Curiosamente, la mayoría de las razas más cercanas al uro son razas autóctonas ibéricas. Se seleccionaron al final nueve razas, de las que 4 son españolas: Pajuna, Tudanca, Sayaguesa y Limia, y además la Highland escocesa, la Maronesa portuguesa, la Boskarin croata y la Podolica italiana.

La raza Pajuna, andaluza, es la más cercana al uro según los estudios mitocondriales

Pero el objetivo de este programa de cruzamiento y cría ya no es "resucitar" al uro sino lograr un vacuno viable para vivir de forma salvaje y autónoma, y que sea capaz de defenderse de sus depredadores, que fundamentalmente serán lobos. Existen varias granjas de cría y experimentación en Europa, asociadas a este Programa, donde se observa y estudia su desempeño.

Seguramente te preguntarás, ¿y si ya no se puede resucitar al uro, para qué necesitamos otro bovino salvaje, aunque sea procedente de selección artificial?.

Epílogo: un bovino salvaje para Europa

Eso, ¿para qué?.

Si los Heck soñaban con una "fauna germánica" para ser cazadas por los nuevos "arios", hoy día la ideología subyacente es muy diferente. Ahora se trata de lograr una "biodiversidad" total en los paisajes europeos naturales recuperados del abandono y la degradación. Y para lograr esa biodiversidad, tiene que haber grandes herbívoros que exploten y modelen ese paisaje.

Pero hay que hacer las cosas bien. No se trata de soltar toros y caballos sin ton ni son. Me explico. Como antes te dije, el paisaje europeo eurosiberiano original era un bosque entreverado de pantanos y pequeñas áreas abiertas en torno a los ríos. En éste ambiente prosperaba el uro. Pero este paisaje ya no existe, salvo pocos bosques primarios como el de Bialowieza. Los estudios realizados sobre el papel de los grandes herbívoros en el bosque nos muestran que el herbívoro no puede controlar el crecimiento del bosque, tan sólo puede explotarlo.

Los bovinos salvajes están llamados a desempeñar un papel ecológico en paisajes naturales recuperados

Actualmente el paisaje europeo es un mosaico de bosques más o menos degradados, cultivos y pastos, y el papel de los grandes herbívoros en este paisaje actual es, más bien, el de desbrozar, limpiar y evitar que la maleza se convierta en combustible para los incendios. Una comunidad bien estructurada de grandes herbívoros sí puede evitar que este mosaico se convierta en un bosque incontrolado, pero en un bosque maduro el herbívoro no puede efectuar ese control.

No me malinterpretes: soy un gran defensor del rewilding pero también hay que rebajar las expectativas y debemos procurar que los paisajes europeos que se van "renaturalizando" estén poblados por los herbívoros más adecuados para su dinámica ecológica, que ya no puede ser la misma que había a comienzos del Holoceno.

Y, por supuesto, no podemos olvidar ni por un momento que, tras los grandes herbívoros, deben recuperarse los grandes carnívoros que se alimentaban de esos herbívoros para que el paisaje esté en "biodiversidad total" y equilibrio: tras los caballos y los bovinos salvajes deben seguir los lobos, los osos, los linces y...allá donde sea necesario, los leopardos.

MÚSICA RECOMENDADA: Ernest Gold - Judgment at Nuremberg

Comentarios

  1. Buenos días, llevo leyendo tus entradas dos días, y estoy encantado... Llevo más de 40 años leyendo de zoología (mi gran pasión) y me fascina como explicas didácticamente todos los aspectos (origen, genética, migraciones, etc...) del origen y la actualidad de la fauna.
    Dicho esto, te comento que estoy sorprendido por el plan de reintroducción del "uro", no lo sabía, tenía entendido que si había estudios para el bisonte europeo en Europa occidental (seguro que sabes más que yo), como bien dices para el desbroce, por sus características alimentarias y no migratorias para zonas con problemas de despoblamiento (como son El Bierzo o Sanabria en Zamora), la verdad es que me gustaría creer que estos proyectos se lleven a cabo, pero creo que van a ser un poco viables, a poca gente que pasee por el monte le gustaría encontrarse de bruces con un bicho salvaje de más de 500 kilos.
    Un saludo

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  2. Simplemente, decir que el trabajo que haces es impresionante..

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  3. Muy buen e interesante trabajo, gracias por compartir de una forma amena tus investigaciones

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  4. Magnífico artículo. Da gusto leerlo, no sólo por lo interesante del tema, sino por lo bien escrito que está. Enhorabuena.

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  5. Hola, soy mexicana, y anoche una pequeña platica con mis hijos pequeños, desperto en mi el recuerdo de mi propia curiosidad infantil y gusto por estos temas, en ese afán comence a buscar información, y hallar tu artículo ha resultado toda una aventura didáctica, excelente y muchas gracias!

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  6. Estaba disfrutando la lectura hasta que empezaste con la propaganda anti Nacional-Socialista.
    Tratas de desacreditar el hecho de los Nacional-Socialistas hayan querido intentar recuperar especies endémicas de la región diciendo que Hermann Göring apoyó el proyecto solo para luego tener el placer de cazarlos, después sales con lo que no puede faltar en alguien que promueve y hace apología al engaño: "Las matanzas y/o deportaciones de los malvados nazis".
    Para finalizar, para la próxima sería bueno que dejaras referencias de donde has sacado la información.

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  7. Buenísima la información. Muy completa. Interesantes las sugerencias para clonar el uro y para investigar la genética actualizada de nuestro ganado vacuno. Estoy trabajando un ensayo sobre el ganado vacuno en España y especialmente, sobre el significado que ha tenido en nuestra historia y en nuestra cultura. Muchas gracias por el aporte de información que me ha facilitado su crónica sobre el uro. Agradecidísima...Dios se lo pague.

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