El Distrito Vacío. La fauna de los desiertos de Arabia.

Querida hija:

La Península Arábiga tiene merecida fama de ser uno de los lugares más hostiles del mundo para la vida salvaje. Una sucesión de desiertos de todo tipo hacen que sobrevivir allí sea cuestión de adaptaciones muy especializadas. Allí se encuentra uno de los desiertos más aterradores del mundo: el Rub al-Jali, que traducido significa El Distrito Vacío. Parece que nada vivo puede prosperar en ese mar de arena interminable. Pero, contra todo pronóstico, la vida se abre camino también en ese verdadero horno. Hoy voy a hablarte de quiénes son las criaturas que pueden vivir allí, y cómo lo consiguen.

El Orix es el símbolo de la fauna de Arabia

Geografía y Biogeografía de los Desiertos de Arabia.

Fue el naturalista francés Pierre Pfeffer (1927 - 2016) quien definió la Península Arábiga como "un trozo desgajado de África". Me parece la mejor definición para entender geográfica y biogeográficamente lo que es este lado del mundo. Y antes de entrar en harina (o en arena...), voy a precisarte un poco la nomenclatura. En esta crónica te hablaré indistintamente de Península Arábiga o de Arabia. Cuando me refiera a algún Estado concreto dentro de la Península, lo designaré por su nombre oficial: Reino de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Sultanato de Omán o República de Yemen. Mientras no diga lo contrario, "Arabia" será sinónimo de "Península Arábiga".

Pero el objeto de esta crónica es un poco más restringido aún. Me referiré aquí a la fauna de los desiertos del interior de Arabia, no de toda la Península. Y esto por una razón: biogeográficamente hablando, el reborde montañoso situado al Oeste y Sur de Arabia forma parte de la Región Afrotropical, y su fauna (si bien relacionada con el resto de Arabia) tiene unas características ciertamente distintas de la fauna del interior de la Península, que ya forma parte del Paleártico.

Mapa que muestra los principales desiertos de Arabia

Asimismo, al Norte de Arabia llegamos al Desierto Sirio, de características más de estepa árida donde, en los inviernos más fríos, no es infrecuente que caiga nieve. Me referiré aquí, por tanto, a la fauna de la región de Arabia situada al Sur del Desierto Sirio y al Norte de las regiones montañosas meridionales y occidentales. 

Estamos hablando de tres grandes desiertos arenosos: al Norte, el Nefud (103.600 km2), prolongado en una larga franja de 1.000 km hacia el Sur por el Dahna, y conectando con el mayor desierto de arena del mundo, el terrible Rub al-Jali, con 650.000 km2 de un mar de arena con dunas de hasta 300 m de altura. Si los dos primeros desiertos están íntegramente situados dentro del Reino de Arabia Saudí, el último está compartido con la República de Yemen, el Sultanato de Omán y los Emiratos Árabes Unidos, si bien con el grueso de su territorio dentro de Arabia Saudí.

Desierto de Rub al-Jali, el Distrito Vacío

Al Oeste de estos desiertos, el terreno se eleva hacia la meseta pedregosa del Najd mediante los espectaculares escarpes de Tuwayq.

Se trata de una enorme región desértica de clima árido e hiper-árido, donde las precipitaciones anuales pueden incluso ser de menos de 100 mm. Las temperaturas máximas en el verano superan los 50 ºC, mientras que en invierno las temperaturas medias están en torno de 12ºC, si bien no son extrañas las temperaturas bajo cero por las noches y durante los inviernos más fríos, y es la prolongación natural del Desierto del Sahara, del cual Arabia está separado por el Mar Rojo, una barrera formada por el Rift Valley y que separó hace 30 millones de años el bloque arábigo del africano, lo que ha dejado una profunda huella en el carácter de la fauna de Arabia, como verás a continuación.

Biogeografía de Arabia

Bien. Ahora toca hacerse la pregunta que siempre te hago cuando estudiamos la fauna de un lugar determinado. ¿Cuál es el carácter de la fauna de Arabia?. Un simple listado de especies está al alcance de cualquier documental de medio pelo, pero yo siempre te insisto en que debes ir más allá y tratar de entender el por qué una fauna es como es.

Originariamente, la fauna de Arabia es una fauna africana. Esto no es sorprendente dado que el bloque arábigo siempre ha formado parte de África hasta la apertura del Mar Rojo. Pero además, África y Arabia no han dejado de estar comunicadas a través del Sinaí y Palestina con lo que los intercambios faunísticos entre ambas regiones han sido continuos. 

Si echamos la mirada atrás hacia el Pleistoceno, verás que Arabia no era tan árida y desértica como lo es hoy día. La alternancia de la Glaciaciones y los Periodos Interglaciales en Europa afectó al clima general de Arabia desplazando hacia el Sur las franjas de vegetación, y también haciendo que el límite de los monzones del Océano Índico ascendiera hacia el Norte y aportara más precipitación a la Península de lo que hoy lo hacen, pues los monzones sólo rozan el extremo sur de la Península.

Moluscos fósiles encontrados en paleo-lagos de Arabia

Durante estos estadios húmedos, se formaban abundantes lagos entre las dunas cuyos restos se conservan hoy día mediante las sales desecadas que forman llanuras llamadas sebjas. El estudio de estos paleo-lagos ha sido la fuente principal del conocimiento de los restos faunísticos del Pleistoceno. Así, se ha podido averiguar que el medio ambiente de Arabia era el de una sabana con buena disponibilidad de agua. El último de dichos periodos húmedos duró desde hace 11.000 hasta hace 5.500 años.

En estos paleo-lagos se han encontrado restos de moluscos, peces Osteoglossiformes y tortugas terrestres del género Geochelone, así como una fauna de claro origen africano como hipopótamos (Hippopotamus y Hexaprotodon), hienas (Crocuta crocuta), elefantes de los géneros Elephas y Palaeoloxodon, búfalos gigantes del género Pelorovis, antílopes alcelafinos y ya aparece desde el Pleistoceno Inicial el órix (Oryx), que se convertirá en el animal icónico de Arabia. Pero también en este Pleistoceno Inicial aparecen animales paleárticos como el jaguar europeo (Panthera gombaszoegensis), o equinos como Equis stenonis e incluso el zorro Vulpes vulpes.

Pero con la progresiva desertificación de Arabia, las especies africanas irán disminuyendo su importancia (especialmente en el lado Este del gradiente), e irán apareciendo más especies del Paleártico. Así, en el Pleistoceno Medio aparecen ya las gacelas (que se originan algo al Norte, en lo que hoy es Oriente Medio), el asno salvaje (Equus hemionus), el uro (Bos primigenius), caprinos como Hemitragus o los camélidos.

La estampa de un búfalo Pelorovis ahuyentando a leones debió ser común en el Pleistoceno de Arabia

Estos estadios húmedos de Arabia arrojan luz sobre la dispersión de la fauna africana hacia Oriente Medio y del propio ser humano, pues se asume que constituyeron una "ventana de oportunidad" para poder moverse por Arabia antes de la completa desertización de hoy. Por eso, el grueso del interior de Arabia tiene carácter paleártico, y la fauna más "africana" se ha mantenido en el ángulo montañoso de la Península, que hoy forma parte del Afrotropical. En cuanto a las Aves, la mayoría de las que crían en la Península son de origen africano o indomalayo, con algunos relictos paleárticos que encontraron refugio en las más húmedas y frescas montañas del Sur, pero también Arabia es destino invernante de muchísimas aves norteñas del Paleártico.

Cómo sobrevive la fauna en Arabia. La base trófica.

Si examinas el paisaje del desierto árabe, te preguntarás cómo es posible que pueda haber vida allí. Para entenderlo debes mirar con más atención. Por muy aterrador que sea un desierto, siempre hay algo de vegetación. Esto es así porque siempre hay algún sitio donde hay humedad disponible, normalmente por razones geológicas. En Arabia, las precipitaciones caen normalmente en invierno, y en los desiertos arenosos el agua se filtra por la arena y llena los acuíferos subterráneos, que pueden aflorar en forma de pozos artesianos u otras formas.

Las plantas del desierto son normalmente matorrales de pequeño porte, y también árboles como los del género Acacia, que hunden profundamente sus raíces para alcanzar el agua, y disponen su fisiología de forma que minimizan la pérdida de humedad, o usan estrategias para cubrir de sombra la base del tallo para mantener las raíces en un ambiente más fresco y húmedo.


Las plantas sobreviven en los más duros desiertos de Arabia

Por tanto, en el Desierto Árabe hay plantas. Y donde hay plantas, hay hojas, frutos y semillas. Hay alimento. Hay Artrópodos, y Artrópodos que se comen otros Artrópodos. Y hay Reptiles y Roedores. Ésta es la base trófica que permite la existencia de Vida en el Desierto: Plantas/Artrópodos/Reptiles y Roedores.

Muchos animales sincronizan sus ciclos vitales y reproductivos en función de la época de floración y fructificación de las plantas del desierto, e incluso muchos entrarán en letargo cuando esa época pasa. Otros, sin embargo, se irán desplazando en busca de nuevos alimentos en otras regiones. Y, por supuesto, el moverse de noche cuando las temperaturas son más bajas es una de las estrategias de supervivencia más extendidas.

Por ejemplo, en el Parque Nacional Rawdhat Khorim, en el Najd de la provincia de Riad, se han catalogado 262 especies de Coleópteros, en un ecosistema hiper-árido. La familia que estaba mejor representada era Tenebrionidae, con 45 especies, seguida de Scarabeidae (34 especies) y Carabidae (27 especies). Los Tenebriónidos, por ejemplo, son los Insectos más característicos y mejor adaptados en ambientes esteparios y desérticos, donde ocupan los nichos alimentarios detritívoros y también hay especies polarizadoras y otras depredadoras de hormigas. Los Scarabaeidae son coprófagos y vegetarianos en su mayoría, mientras que los Carabidae son depredadores de otros insectos.

Concretamente, en dicha zona del Najd, fueron especialmente abundantes especies como Aphodius ictericus ghardimaouensis, un escarabeido ampliamente distribuido y que se encuentra también en las Islas Canarias, o Karumia inaequalis.

Como ya te indiqué en la crónica en la que te hablé de los escorpiones, éstos Arácnidos están admirablemente adaptados a la vida en el desierto, y en Arabia están definidas 14 especies, como por ejemplo el escorpión amarillo (Leiurus quinquestriatus), distribuido por el Norte de África y Oriente Medio, y que es uno de los más venenosos del mundo. De hecho, en Riad, la capital de Arabia Saudí, se encuentra uno de los centros que fabrican el antídoto para el veneno de este escorpión a nivel mundial.

Escorpión amarillo

Los Reptiles, siempre tan perfectamente adaptados a los ambientes desérticos, también forman parte de la base trófica del Desierto de Arabia, y se alimentan directamente de las plantas o de los insectos presentes. Por ejemplo, los lagartos del género Uromastyx o lagartos de cola espinosa (llamados dhab en Arabia) están entre los mejor adaptados a la vida en los desiertos de la gran franja de desiertos desde el Sahara hasta Irán, donde se alimentan predominantemente de plantas y algo de insectos. En Arabia están representados dos especies: U. aegyptia, uno de los mayores del género con 76 cm de longitud, y U. ornata, llamado así por su bonito colorido.

Son también muy característicos de ambientes desérticos los agámidos llamados "cabeza de sapo", que son depredadores muy activos, se desplazan rápidamente con sus largas extremidades y se ocultan rápidamente en la arena cuando se sienten amenazados. En Arabia están representados por dos especies: el agama cabeza de sapo de Arabia (Phrynocephalus arabicus) con dos subespecies distribuidas por toda la Península, hasta Jordania en el Norte, y el agama cabeza de sapo de cola negra (P. maculatus), más centroasiático y que en Arabia alcanza su límite occidental (con la subespecie longicaudatus, distribuida por el Norte de Arabia).

Uromastyx ornata

Por supuesto, las serpientes están bien representadas en estos desiertos y te voy a destacar dos especies: la boa de las arenas (Eryx jayarkari), endémica de la Península Arábiga e Irán, es una serpiente pequeña de unos 38 cm de longitud, y vive normalmente enterrada en la arena o en suelos blandos para mantener la humedad durante el día, y sale a cazar durante la noche. O también la hermosa cobra negra del desierto (Walterinnesia aegyptia), un elápido que caza pequeños reptiles y roedores.

El tercer gran grupo de animales que forman la base trófica del Desierto lo constituyen los Roedores, predominantemente vegetarianos, dependen de las magras plantas del Desierto, pero muchas especies no dudan en consumir Insectos cuando se tercia capturarlos. Suelen moverse de noche y experimentan adaptaciones fisiológicas para minimizar la pérdida de humedad corporal, como por ejemplo, con una orina muy concentrada y espesa, y obteniendo la mayoría de agua que necesitan directamente de las plantas y semillas que consumen.

Me gustaría destacarte aquí cinco subespecies de Roedores endémicas de Arabia Saudí, todos ellos pertenecientes al grupo de los gerbillos, una subfamilia de los Múridos adaptados a ambientes áridos, y que se caracterizan por parecerse a los hámsters pero sin abazones en las mejillas, cuerpo compacto y una cola que es normalmente más larga que el cuerpo. Son el gerbillo de Cheesman (Gerbillus cheesmanii arduus), el jird real (Meriones rex philbyi), el jird libio (M. lybicus arimalius), el jird de Sundevall (M. crassus longifrons) y la rata de arena gruesa (Psammomys obesus dianae). 

Gerbillo de Cheesman. Foto: Shah Jahan

A su vez, entre los lagomorfos, en Arabia está bien representada la liebre de El Cabo (Lepus capensis), representada en Arabia Saudí por una subespecie endémica: L. c. arabicus.

Los herbívoros

Si bien la fauna de pequeños vertebrados goza de razonable salud, teniendo en cuenta que la acción humana llega también a estos remotos desiertos árabes, los animales de mayor porte no han tenido tanta suerte, y la codicia y sinrazón humana les ha golpeado duramente. Y los primeros de ellos, los herbívoros. Hacia el año 1900 fue exterminada la subespecie siria del asno salvaje (Equus hemionus hemippus), en lo que se refiere a la Península Arábiga, en cuyas estepas norteñas aparecía. Fue una combinación de caza y acaparamiento de la escasa vegetación para uso beduino (leña y alimento para su ganado) lo que acabó con este magnífico asno.

Los beduinos siempre cazaron gacelas. Pero su caza tradicional a lomos de dromedario, usando lanzas y limitando la campaña de caza al invierno nunca supuso problema alguno para las poblaciones de gacelas árabes. La cosa cambió cuando empieza el boom del petróleo árabe, especialmente tras la Segunda Guerra Mundial. Jefes tribales se convirtieron de la noche a la mañana en potentados de Las Mil y Una Noches, y tuvieron a su disposición las mejores armas de fuego y los más modernos vehículos todoterreno. Estas cacerías se convirtieron en expediciones de exterminio: las filas de jeeps batían el terreno, disparando literalmente a todo lo que se moviese, y era fácil matar cien gacelas en un sólo día.

Así fue exterminada la gacela saudí (Gazella saudiya), una especie endémica de la Península Arábiga  a la que no se prestó suficiente atención al considerarse una subespecie de la gacela dorcas. En 1980 se constató que llevaba décadas sin ser observada, y se declaró extinta en 2008.

La otra gacela que aún sobrevive en Arabia es la llamada gacela de arena o reem (Gazella marica), que algunos autores consideran subespecie de la gacela persa (G. subgutturosa). A pesar de haber sido cazada salvajemente, aún conserva una población de unos 3.000 ejemplares, dispersos por Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Omán, además de una pequeña población en Turquía. Esta gacela es objeto de reintroducción en diversas áreas protegidas de Arabia Saudí.

Gacela de arena. Foto: Wolfgang Dreier

Pero hablar de los herbívoros de Arabia es hablar del bellísimo órix de Arabia (Oryx leucoryx). Un animal totémico para los beduinos, que en su lengua le denominan el que no bebe, y cuyo aprovechamiento de carnes y otras partes le ha valido el sobrenombre de "el médico de los árabes". También se le cazaba por prestigio, pues se pensaba que cazar un órix confería a quien le había matado sus propiedades de bravura y resistencia, debido a su magnífica adaptación a la vida del desierto.

Como has visto antes, el órix se encuentra en Arabia al menos desde el Pleistoceno Medio, y todo su prestigio no le salvó de las salvajes cacerías de los jeques del desierto. Cuando fueron exterminados de su hábitat óptimo en las planicies rocosas, se refugiaron en los desiertos arenosos donde los vehículos motorizados no podían entrar. Entonces se les disparó desde aviones y helicópteros en una verdadera orgía de odio asesino.

Cuando quedaba claro que los últimos órices de Arabia, refugiados en el Rub al-Jali iban a ser exterminados, se organizó la "Operación Orix" en 1962, conjuntamente entre el Zoo de Phoenix (Arizona, EEUU) y la Fauna and Flora Preservation Society of London. En esta operación, se capturó a la mayoría de los órices que quedaban en libertad, que eran cuatro. Junto con otros órices donados por coleccionistas árabes, se estableció en 1963 la "Manada Mundial" en Phoenix, en una región con un clima árido muy parecido al de Arabia, iniciando un programa de cría en cautividad.

Y la operación fue profética, pues finalmente en 1972 el legendario órix de Arabia fue exterminado en Estado salvaje. Pero desde 1982 el órix fue reintroducido en diversas reservas de Arabia, un proceso que continúa hoy en día, con poblaciones reintroducidas en Israel, Jordania, Arabia Saudí, Omán y los Emiratos Árabes Unidos, con un total de 5.800 ejemplares.

Órix en la Reserva de Uruq Bani Ma'arib

Ahora bien, la mayoría de las reservas donde se han reintroducido los órices son recintos vallados, lo que suscita dudas sobre el verdadero carácter "natural" de dichas reintroducciones, lo que se parece mucho a las "reintroducciones" de bisontes europeos en España, todos ellos en recintos particulares vallados. En Arabia Saudí, por ejemplo, la reserva de Mahazat al-Sayed está vallada, pero la de Uruq Bani Ma'arid no lo está. Existe otra reserva en el Rub al-Jali, ésta de carácter privado, la Reserva de Shaybah, promovida y mantenida por la empresa estatal petrolífera Saudi Aramco, que explota muy cerca uno de los mayores yacimientos petrolíferos del mundo desde los años 1990.

En esta reserva (abierta en 2016), que está vallada, conviven órices de Arabia con gacelas reem y también avestruces (luego te hablaré de ellas). La reserva es visitable, y da la sensación de que es una especie de "escaparate" para mostrar el supuesto "compromiso medioambiental" de la empresa Aramco. En cualquier caso, yo abogo por el derribo de las vallas y que se deje a los órices integrarse completamente en su hábitat sin ninguna intervención humana más allá del lógico periodo de aclimatación inicial.

Los carnívoros

Los grandes carnívoros de la Península Arábiga también han sufrido la absurda persecución humana. Entre los exterminados, tristemente debo contar al león asiático que debió ser exterminado de Arabia hacia mediados del siglo XIX. Por su parte, el guepardo asiático (Acinonyx jubatus venaticus), que hoy sólo sobrevive precariamente en el Centro de Irán, fue exterminado de Arabia en 1973, cuando los dos últimos ejemplares fueron abatidos en la norteña provincia saudí de Ha'il. Por su parte, el leopardo árabe (Panthera pardus nimr) sigue viviendo en la Península, pero está arrinconado en la parte montañosa afrotropical de la Península, zona que no es objeto de esta Crónica como ya te he explicado.

¿Quién queda entonces?. Los cánidos. Siempre adaptables, siempre flexibles, siempre inteligentes, siempre tocapelotas, son los principales carnívoros que quedan en Arabia. Y empezamos, cómo no, por el lobo árabe (Canis lupus arabs), que sobrevive en precario en la eterna guerra de guerrillas contra los humanos. Se trata de un lobo poco abundante (unos 2.000 ejemplares), que vive en puntos dispersos por toda la Península. No obstante, el difícil acceso de los grandes desiertos de Arabia hace complicado establecer un estatus fiable sobre esta subespecie, la más pequeña y meridional de los lobos paleárticos junto con el lobo indio.

Lobo árabe. Foto: PhotoStock-Israel

Junto con el lobo, en Arabia se encuentra presente el chacal dorado (Canis aureus), representado por la subespecie syriacus, pero sólo en la estrecha faja costera del Golfo Pérsico entre Kuwait y Qatar. Y tres zorros: el omnipresente zorro rojo (Vulpes vulpes), representado en Arabia por la subespecie arabica, que tiene un pelaje más grisáceo-blanquecino como corresponde a un zorro del desierto, característica que comparte también con las subespecies iraní, india y afgana. También tenemos aquí el zorro de Rüppell (V. rueppelli), de cuerpo esbelto y grandes orejas, muy adaptado al clima desértico, pues está distribuido desde el Sahara hasta Afganistán. Y cerramos la trilogía de cánidos con el más raro zorro de Blandford (V. cana), que ocupa más bien el reborde montañoso de la Península Arábiga, pero puede estar presente en los desiertos noroccidentales de Arabia Saudí, y tal vez en el Rub al-Jali, donde no se ha confirmado su presencia.

Gato de las arenas

Los félidos están también representados en estos desiertos: el gato montés africano (Felis sylvestris lybica), presente en nuestra área de estudio de Arabia en una población situada en torno al Desierto de Dahna, el gato del desierto (Felis margarita), que en nuestra zona de estudio se encuentra en tres poblaciones muy dispersas y pequeñas en el Centro de Arabia, y sobre todo, su población más importante en el Rub al-Jali. Pero el gran felino de Arabia, el caracal (Caracal caracal) se encuentra fuera de nuestra área de estudio, en el reborde montañoso afrotropical de la Península.

Las Aves.

Y cómo no, terminamos este apresurado recorrido por la fauna del Desierto de Arabia con las Aves. Como te dije anteriormente, son muchísimas las especies norteñas que aquí pasan su periodo de invernada. Pero voy a tratar de darte algunos ejemplos de aves residentes, especialmente adaptadas al desierto. Y empezamos por una gran ave exterminada de esta Península: el avestruz (Struthio camelus syriacus), una subespecie que vivía en toda Asia sudoccidental, y una de las principales reminiscencias de la fauna africana originaria de Arabia.

El avestruz sufrió el mismo destino que los grandes herbívoros de la región: ametrallada por los jeques árabes henchidos de sangre desde sus todoterreno. Se cree que la última población árabe, refugiada en el Rub al-Jali fue exterminada hacia 1939, mientras que la segunda población, que se movía en las fronteras de Arabia Saudí, Jordania e Iraq, fue allí exterminada en 1948. Actualmente, aunque la subespecie arábiga ya no puede ser recuperada, se está reintroduciendo el avestruz norteafricano en las mismas reservas valladas que el órix.

Alondra ibis. Foto: John Thompsom

Otros ejemplos de aves actuales propias de estos desiertos son: la collalba del desierto (Oenanthe deserti), que inverna en Arabia y cría en Asia central. Otro pariente de la collalba que aquí inverna es la tarabilla asiática (Saxicola maurus). Otro ejemplo de pequeño paseriforme invernaste en Arabia es la curruca del desierto (Sylvia nana).

Pero otras aves viven todo el año en el mismísimo Distrito Vacío: el terrible Rub al-Jali como la bella y elegante alondra ibis (Alaemon alaudipes), de amplia distribución en todo el cinturón de desiertos cálidos afro-asiáticos, y que anida en el suelo (incluso aprovechando madrigueras de Uromastyx) alimentándose de insectos en la temporada reproductiva. No podía faltar en este duro ambiente un córvido, el cuervo del desierto (Corvus ruficollis), cuyos hábitos omnívoros y oportunistas le hacen ser un buen candidato a sobrevivir en este tremendo desierto (y otros cuantos más).

Aguilucho papialbo

Para terminar, voy a nombrarte aquí tres especies de aves rapaces, que tienen indudablemente amplia variedad de animales para depredar: otros pájaros, roedores, reptiles, insectos...son, por ejemplo, el aguilucho papialbo (Circus macrourus), que tiene en el extremo oriental del Rub al-Jali y en el territorio de los Emiratos Árabes Unidos la única zona de invernada en la Arabia desértica, el ratonero moro (Buteo rufinus), que tiene en Arabia algunas pequeñas zonas dispersas donde es residente todo el año y el águila de estepa (Aquila nipalensis), que tiene en Arabia una amplia franja de invernada en el área Centro-sudoccidental.

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Comentarios

  1. Hola me ha encantado tu artículo como todos los demás, ya que me he dedicado este verano a leerlos prácticamente todos desde que descubrí tu blog en abril. Pero este lo he leido con más atención si cabe, pues el año pasado realice las ilustraciones de fauna (flora y de más cosas) para un museo en la ciudad de Dubai (Shindagha Museum) y para ellos, a parte de las especies desérticas que comentas, eran emblemáticas otras residentes que te enumero como el buho del desierto, el halcon árabe, la ubara, el lagarto monitor, la vívora cornuda o el erizo orejudo y la liebre.
    No se si algunas, como el thar forman parte de la zona montañosa que no representa el biotopo al que te refieres en el artículo o simplemente no cabían en tu estupendo artículo.
    Gracias

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    1. Gracias, Luciano, por tu interesante aporte y comentario. En efecto, tal como sospechabas, el tar es un animal más propio de la zona montañosa que está fuera de la zona de estudio de la Crónica. Un saludo

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